¿AMOR O DEPENDENCIA? Muchas personas llaman amor intenso a la necesidad neurótica del otro (pareja o ex); hasta tal punto es así, que perciben la falta de dicha necesidad por el otro como ausencia de amor. Nada más alejado de la realidad; de hecho, suele amar más quien “menos necesita”, ya que, si siente amor, será de verdad, sano. “PARA DESCUBRIR EN NOSOTROS EL AMOR, LO PRIMERO ES AMARNOS A NOSOTROS MISMOS.” (ROJAS MARCOS) Esta frase, tan repetida, habla de una vieja quimera deseada por todos: la autoestima; pero lo cierto es que, en ocasiones, confundimos su falta con el amor. El amor neurótico, patológico, es propio de personalidades inmaduras, inseguras y faltas de autoestima que han proyectado en el otro su propio valor; es decir, su propia estimación. Dependen de lo que les valore la otra persona. Por eso, cuando el sano rompe la relación el neurótico no lo puede soportar; se hunde, se deprime, pierde el interés por todo, ya que, al pensar que no sirve para nada no tiene sentido (para él o ella)esforzarse en nada, pues nada puede conseguir por si solo. Para ilustrar mejor este proceso distingamos entre “necesitar a alguien porque se le ama” y “amarle porque se le necesita”. Lo primero es lo deseable en una relación y es normal que cuando nos separamos nos encontramos tristes y ansiosos. La exacerbación de estos sentimientos (depresión, histeria), ocurre con lo segundo (amarle porque se le necesita) y se da en el amor neurótico. El dependiente no pasa página, no se libera del apego, tiene un pensamiento monotemático y llega a agobiar, perseguir, amenazar, insultar, maltratar (física ó psicológicamente) o chantajear emocionalmente a su ex para que vuelva con él a toda costa, a la fuerza (el maltratador piensa que si no es por la fuerza ella no estaría con el) y, en casos extremos, a asesinar a su ex porque, para él, es la dueña de su autoestima. De ella depende que él sea valioso, así que: “si no está conmigo es que no valgo”; esto puede desembocar en el deseo de eliminar a quien “le quita su valor como persona”. Ningún ser vivo a parte del hombre tiene problemas de autoestima. La autoestima es constructiva, integradora, amorosa, joven y fresca; es un
sentimiento que regala afecto placentero para sí mismo y para los demás; es una sensación de compañía eterna y seguridad. “Todos los seres humanos ideamos algún mecanismo que nos permite, al despertarnos cada mañana, estar seguros de que somos la misma persona que se fue a dormir la noche anterior.” GORDON W. ALLPORT. Para los que no saben estar solos, para los dependientes, es mayor el temor a la soledad que la conciencia de estar acompañados a la fuerza. Porque ¿Qué persona sana desearía que alguien estuviese con él por obligación? Las emociones que no siguen el curso adecuado para desarrollar el potencial interior que todos tenemos nos impulsan a quebrantar lo más grande de nosotros mismos. No podemos amar si NO nos sentimos libres; no podemos convivir con un amor manipulado repleto de pactos y mercantilista. El amor te desarrolla, te enseña, te potencia, te quiere, te aprecia, te reconoce, te admira. El amor es lo único que mueve al mundo, y a quien no consigue llevar esta obra de arte, nacida de nosotros mismos, al puerto de la felicidad, más le valdría reflexionar sobre sí mismo y dejar la oportunidad de compartir este sentimiento con otra persona hasta que consiga liberar estos comportamientos y adentrarse en sí mismo de manera profunda, desarrollando la inteligencia emocional que todos llevamos dentro. Por todo esto, y para terminar, quiero decir que la pareja es integradora y que el primer paso para que la relación llegue a ser el reflejo de nosotros mismos es potenciar los aspectos positivos que llevamos dentro. Quienes tienen lástima de sí mismos, hacen daño a los demás. Es la tiranía de los débiles. EL AMOR ES UN REGALO, NADA TENEMOS QUE PAGAR POR SENTIRLO O POR VIVIRLO. AUTORA: GLORIA S. CONESA ALBALADEJO. Orientadora Familiar. Articulista de la página sobre Terapia y Familia
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