Iba yo por el camino de la vida. Un día vi una placa que decia: “Almacén del cielo". Con solo acercarme, la puerta sola se abrió. Y cuando me di cuenta, ya había entrado. Un grupo de ángeles me recibió y uno, en especial, me dió un carrito y me dijo: "Mi hijo, compre con cuidado". Todo lo que uno busca, pero a veces se nos hace difícil de encontrar, estaba en aquellos estantes.
Primero, agarre un poco de paciencia. Y de paso, agarre amor porque estaban en el mismo estante . Más adelante estaba la comprensión. Es muy necesario donde uno quiera que vaya, pensé, entonces no dudé en ponerla en el carrito. Agarre tres cajas de sabiduría y tres kilos de fe. Y no pude olvidarme del Espíritu Santo, porque se sentía su presencia en todo el lugar. Paré para tomar alguna fuerza y coraje para ayudarme a seguir en la recorrida, pero prometí al ángel no olvidarme de pagarlas en la caja. Para ese entonces mi carrito estaba casi lleno. Me acordé que precisaba de un poco de bendición. Pero, por supuesto, no me olvidé de
Entonces fui hasta la caja para pagar, porque pensé que ya había agarrado lo suficiente. En el camino hasta la caja, vi la oración y no dude en agarrarla, primero una lata, despues pensé, no mejor dos, porque cuando me agarra mucha sed, junto con la fe y la esperanza, me ayudan a calmarla. Me había olvidado de la paz y la felicidad, entonces volví corriendo a buscarlas. La paz estaba medio escondida pero logré encontrarla. Me dijo que la música venía de regalo por la compra, asi que la
Entonces le pregunte al ángel: “¿Cuanto le debo?”. Él sonrió y dijo: “Todo es absolutamente gratuito, solo debés prometer llevar todo esto a donde vayas y compartir todo con quienes te cruces en el camino”. Entonces, sonreí yo también, y sintiendo un poco de verguenza por llevarme todo sin pagar, pregunté: “¿Cuánto realmente le debo?“.
"Todo lo que pidas con fé, vos