RAZONES PARA LA INTRODUCCION DE LA ALIMENTACION COMPLEMENTARIA: Desarrollo: Todos los niños mas pronto o mas tarde muestran interés por la comida de los adultos. Probar nuevos sabores y texturas se convierte en una experiencia sensorial única y en una oportunidad de aprendizaje. Las necesidades de cada niño, así como las funciones y capacidades de su cuerpo, pueden servir de referencia, no sólo para decidir el momento en que se inicia la alimentación complementaria, sino también para marcar el desarrollo de la misma. De esta manera, el niño puede participar en su alimentación de forma activa y divertida para él: Ofreciéndole un plátano maduro podrá experimentar sin que sea una imposición o una obligación, coger guisantes o trocitos de pollo con los dedos y llevárselo a la boca es un buen ejercicio de coordinación. Nutrición: Llega un momento en la vida del niño, en que la leche materna no es suficiente para satisfacer todas sus necesidades nutricionales; ello no significa que la leche haya perdido sus propiedades sino que no basta. La leche debe ser el alimento fundamental, cualitativa y cuantitativamente durante el primer año de vida y sigue siendo una fuente importante de nutrientes durante el segundo año y después. Cultura: Diferentes culturas tienen distintas costumbres en cuanto a la introducción de la alimentación complementaria aunque no todas ellas resultan biológicamente adecuadas. En algunos países las circunstancias de la madre, como el trabajo fuera del hogar o la existencia de lugares donde no se pueda o no esté aceptado el llevar al bebé, hacen que se adelante la edad de introducción de la alimentación complementaria. Con una buena información es posible continuar con la lactancia, haciendo compatible el amamantar con el trabajo materno, y demorar la alimentación complementaria hasta que biológicamente sea adecuada para el bebé. POSIBLES INCONVENIENTES DE LA INTRODUCCION PREMATURA DE LA ALIMENTACION COMPLEMENTARIA (1) · Interfiere con la alimentación al pecho en perjuicio de ésta. · Carga excesiva de solutos renales e hiperosmoralidad (Incapacidad del riñón de los niños pequeños para expulsar a través de la orina la ingesta excesiva de determinados nutrientes, especialmente proteínas y sodio) · Puede producir alergia a determinados alimentos
· Conlleva un riesgo de trastornos de la regulación del apetito · Puede contener constituyentes perjudiciales para lactantes pequeños · Puede contener aditivos y contaminantes. RECOMENDACIONES ACTUALES PARA LA INTRODUCCIÓN DE LA ALIMENTACION COMPLEMENTARIA Recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría (AAP) (2) El niño está listo para empezar a tomar otros alimentos cuando: · Es capaz de sentarse estable sin ayuda. · Pierde el reflejo de extrusión que hace que los niños expulsen la cuchara con la lengua (Hasta que tienen suficiente discernimiento para distinguir lo que se come de lo que no, por si acaso lo escupen todo) · Muestra interés por la comida de los adultos · Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos (Al ver acercarse la cuchara el niño que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante. El que está saciado, cierra la boca y mueve la cabeza hacia un lado). Los nuevos alimentos se deben introducir de uno en uno, en pequeñas cantidades y con al menos una semana de separación. Nueva declaración de la AAP sobre la lactancia materna, 1997 (3) · La lactancia materna debe ser exclusiva y a demanda hasta los 6 meses · Se pueden añadir otros alimentos a partir de los 6 meses, continuando la lactancia materna como mínimo hasta el año, y luego durante todo el tiempo que madre e hijo deseen. Recomendaciones de la OMS y UNICEF (4) · Lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses · Se pueden ofrecer otros alimentos complementarios a partir de los 6
meses, aunque si el desarrollo sigue siendo adecuado, tal vez no sea necesario dar otros alimentos hasta los siete o incluso los ocho meses. · Continuar la lactancia materna, junto con otros alimentos, hasta los dos años o más. · Los alimentos deben ser variados · El pecho debe ofrecerse antes que los otros alimentos, para mantener una buena provisión de leche en la madre · Los menores de 3 años deben comer al menos 5 o 6 veces al día · Añadir un poco de aceite o mantequilla a las verduras, para aumentar su valor calórico.
¿QUÉ TIPO DE ALIMENTOS? Todas las madres suelen recibir detalladas instrucciones de sus pediatras sobre cuales son “los mejores alimentos para empezar la alimentación complementaria”. El problema es que cualquier madre que hable con otra madre, ya sea la vecina en el parque, la cuñada en Lugo o aquella amiga que se fue a Salamanca, puede comprobar por si misma que estos supuestos “mejores alimentos” simplemente no coinciden y se hacen cada vez mas extraños a medida que aumenta la distancia geográfica, no digamos si además la amiga en cuestión se ha ido a vivir a otro país. Empleando el puro sentido común pronto se hace evidente que con toda probabilidad existen tantos “mejores alimentos, cantidades y sistemas” como pediatras hay en el mundo. Y es que a veces nos pasa desapercibido que todas estas recomendaciones no obedecen realmente a evidencias científicas sino que responden mas bien a los hábitos culturales de una población determinada, a las preferencias personales de cada profesional de la salud en cuestión y a protocolos de introducción de alimentos que fueron estipulados en su día y que tienden a perpetuarse por su propia inercia sin que nadie los cuestione. Las recomendaciones de los expertos basadas realmente en la
evidencia científica son mucho mas generales y es importante que todas las madres las conozcan: · No hay ninguna base científica para recomendar la introducción de un alimento antes que otro siempre que al principio se trate de alimentos sanos con poco potencial alergénico. Es indiferente empezar por la fruta, la verdura, los cereales,... · No hay ninguna base científica para recomendar que un alimento determinado deba darse a una hora determinada (Por ejemplo, las frutas por la tarde). Cualquier alimento puede darse a cualquier hora, a comodidad de la madre. De hecho si la madre trabaja o debe ausentarse por cualquier motivo lo más cómodo es que la alimentación complementaria se de en su ausencia. · Los alimentos deben empezar a introducirse a partir de los 6 meses y siempre después del pecho o la leche extraída. Solo si la madre está ausente y no quiere extraerse la leche, los alimentos complementarios la sustituirán. · Los alimentos deben introducirse de uno en uno, separados por al menos una semana (Por ejemplo, si se decide empezar por la fruta, la primera semana se le da a probar la pera, a la semana siguiente la manzana, y así sucesivamente). · Se debe empezar con pequeñas cantidades que irán aumentando a medida que el niño las acepte de buen grado. · Nunca se debe obligar a comer a un niño. · Procurar escurrir los alimentos para no llenarle la barriga con el agua de cocción. · No dar alimentos que suelen causar alergia (especialmente leche de vaca y derivados, huevos, pescado, soja, cacahuetes, melocotón, fresas, frutas del bosque y cualquier otro que produzca alergia a un miembro de la familia) hasta los 12 meses. · No dar alimentos con gluten (cualquiera que lleve trigo, avena, centeno o cebada, como por ejemplo el pan y las galletas) hasta como mínimo los 8 meses, siempre y cuando ya se hayan introducido previamente los cereales sin gluten, en caso contrario esperar y empezar por éstos últimos. · No añadir azúcar ni sal a los alimentos. Puesto que la capacidad del estómago de los niños es más reducida,
para que puedan obtener suficientes nutrientes de las comidas que tomen, éstas deberían ser ricas en energía y nutrientes (incluyendo micro nutrientes). Se recomienda incluir (5): · Variedad de alimentos (después de haberlos introducido de uno en uno separados por una semana) · Alimentos ricos en energía, como aceites. Los purés deben ser tan espesos como el niño pueda tomarlos, para evitar tener que diluirlos. · Frutas frescas y vegetales · Alimentos ricos en hierro (legumbres, carnes....) ¿QUÉ CANTIDAD? La mejor estrategia para determinar la cantidad de alimentación complementaria que debe ingerir un niño es fiarse de su propio sentido del apetito. Al principio tomará apenas alguna cucharada pero en cuanto empiece a aceptar de buen grado la alimentación complementaria irá aumentando la cantidad que ingiera. La idea es ofrecer y, sobre todo, no obligarle jamás a comer. Cada niño tiene sus propias necesidades y sigue su propio ritmo, pretender que coma una cantidad standard determinada a una edad determinada no solo es inadecuado sino que puede ser contraproducente. ¿CUÁNDO INTRODUCIRLOS? Aparte de seguir las recomendaciones anteriores, el momento de empezar la alimentación complementaria puede venir determinado por las circunstancias propias de cada madre. Las madres que trabajan fuera de casa suelen ser víctimas de dos errores típicos: · Creer que hay que destetar antes de ir a trabajar. · Creer que si le van a dar otros alimentos a sus hijos cuando empiece a trabajar, tiene que acostumbrarlo primero. La lactancia materna es compatible con el trabajo fuera de casa mediante diferentes técnicas, pero si no fuera posible o no se desease seguir las recomendaciones de la OMS / UNICEF y de la AAP, siempre
se puede adelantar la introducción de la alimentación complementaria hasta los 4 meses. En este caso el mejor sistema es que la madre dé el pecho antes de ir a trabajar y a su regreso, así como en los fines de semana y reservar otro tipo de alimentos para cuando la madre esté ausente. Intentar acostumbrar a un niño a la alimentación complementaria antes de que la madre vuelva al trabajo, solo consigue avanzar el problema: Podría haber conseguido cuatro meses de lactancia materna exclusiva y se ha quedado en tres meses. Y además, por término general, la criatura no se acostumbra. ¿CÓMO EMPEZAR? Los alimentos no necesariamente deben estar triturados, sino que basta que sean de consistencia blanda y puedan ser aplastados o troceados con un tenedor o por el propio niño con la lengua y el paladar (no hay que pretender que a los 6 meses y 1 día, el niño coma un plato entero de comida); en realidad, al principio, la comida es más un experimento sensorial que otra cosa y seguramente no comerá más que unas pocas cucharadas si acaso; con el tiempo irá comiendo cantidades mayores, pero mientras tanto, la leche materna sigue alimentándolo. Los alimentos que se ofrecen pueden ser alimentos especialmente preparados para el niño o bien los mismos alimentos que toma el resto de la familia pero adaptados a la capacidad del niño; esto último es preferible siempre que los hábitos alimentarios de la familia no sean muy inadecuados para un bebé; si además el niño como a la mesa a la vez que los demás, se estará proporcionando al niño la función socializadora que tiene la comida para el resto de la familia (Ej. El día que se prepare cocido, se pueden apartar unas patatas, garbanzos y pollo antes de añadir la sal, que machacados con un tenedor se pueden dar al niño). No son necesarios alimentos especiales para bebés y algunos de ellos, a parte de ser caros, llevan aditivos poco recomendables (sacarosa, aromas de vainilla, etc.). Un arroz hervido es un cereal sin gluten que el niño puede tomar desde los 6 meses. La densidad energética de las comidas que se ofrecen al niño es algo a tener en cuenta. La cantidad de nutrientes contenida en las papillas preparadas por las madres es muy variable (6), en general con exceso de proteínas y con pocas calorías; la calidad de las papillas caseras mejoraría moderando la carne, añadiendo aceite y suprimiendo la sal; además en general ninguna papilla casera supera en calorías a la leche materna, lo que confirma la recomendación de dar antes el pecho que la papilla y demuestra lo carente de sentido que es
adelantar la alimentación complementaria porque el niño gane poco peso. Es frecuente ver como niños amamantados acaban tomando leche artificial sin necesidad por la costumbre de mezclar los cereales en polvo con ésta; para un niño que tome biberón, es cómodo mezclar la leche artificial con los cereales, sin embargo un niño que toma pecho no necesita otra leche diferente a la de su madre, así que se le pueden preparar los cereales con agua, caldo, o incluso con leche que su madre se haya extraído, aunque esto último no es necesario si el niño toma pecho en otros momentos del día. La costumbre de dar zumo de naranja solo o para diluir otras frutas en los primeros meses debería desterrarse. Probablemente proceda del intento de evitar el escorbuto en los niños con lactancia artificial en la primera mitad del siglo XX. Puesto que los niños amamantados no tienen este riesgo, no se benefician de esta práctica, y sí en cambio se ven sometidos a un mayor riesgo de alergia, puesto que los cítricos frecuentemente están implicados en alergias alimentarias cuando se introducen precozmente en la dieta del niño (1). Es importante recordar que aunque el niño necesite a partir de una cierta edad otros alimentos distintos de la leche materna, ésta sigue siendo el alimento más nutritivo de todos cuantos pueda tomar el niño; por este motivo, la OMS recomienda que primero se ofrezca el pecho y después los otros alimentos, aunque ello suponga que el niño tome menos de otras cosas, lo que sería inadecuado es que por tomar primero otras cosas el niño deje de tomar la leche materna. ¿Y SI NO QUIERE? No todos los niños están preparados para la alimentación complementaria al mismo tiempo. Algunos ya muestran interés por otros alimentos antes de los 6 meses, en cambio otros pueden tardar mucho mas tiempo y no aceptarlos de buen grado hasta los 7 u 8 meses e incluso hasta más tarde (Probablemente en breve veremos estudios que evalúen el inicio de la introducción de alimentos complementarios más tardíamente, hacia los 8 o 9 meses de edad). Unos niños comen una cantidad bastante “aceptable” casi desde el principio, otros apenas picotean pequeñas cantidades de diversos alimentos hasta pasado el año. Lo que está claro es que más pronto o más tarde todos los niños
empiezan a interesarse por otros alimentos y que mientras tanto la lactancia materna cubre sus necesidades, por lo nunca se debe intentar imponer a un niño la ingesta de una determinada cantidad de alimento. ALGUNOS FALSOS MITOS DE LA ALIMENTACIÓN INFANTIL ”Las papillas alimentan mas que la leche”.
A muchas madres les dicen que “su leche ya no alimenta” o que “su leche es agua” y lo peor es que muchas se lo creen.
Las papillas de carne y verduras suelen tener menos calorías que la leche y las de verduras solas y las de fruta todavía menos, y aunque algunas papillas, como las de cereales, tengan bastantes calorías, tienen menos cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes que la leche materna. El único alimento capaz de satisfacer, por sí solo, todas las necesidades de un ser humano, al menos durante una parte de su vida, es la leche materna. Un recién nacido está perfectamente alimentado durante seis meses o más sólo con leche materna; pero nadie estaría perfectamente alimentado ni en su infancia ni en ninguna época, si pasase seis meses comiendo solo carne, o sólo pan, o sólo naranjas. Lo que no significa que el pan, la carne o las naranjas “no alimenten”, sino que se han de complementar con otras cosas. Complementar, no sustituir. ”Con una buena papilla antes de cenar, dormirá toda la noche” No se haga muchas ilusiones, muchos niños, incluso a los dos o tres años, se despiertan casi cada noche por mucho que hayan cenado. Por mucho que se pretenda utilizar la comida para manipular el sueño de los niños, está demostrado experimentalmente que los niños no duermen más por haber tomado papilla. Durante los primeros años los niños suelen despertarse por la noche, no sólo porque necesitan comer, sino porque nos necesitan a nosotros. Por suerte el pecho permite satisfacer las dos necesidades a la vez, y el niño vuelve a dormir rápidamente. ”A partir de los 6 meses han de tomar leche de continuación”
La leche de continuación es un invento comercial, sin apenas utilidad práctica. Tanto la AAP como la OMS opinan que las leches de continuación son innecesarias y recomiendan tomar la misma leche durante el primer año. ¿Para que la inventaron, entonces? Muy sencillo. La ley prohíbe, en muchos países (incluido España), hacer publicidad de la leche de inicio. Pero la mayoría, por desgracia, no prohíben la publicidad de la leche de continuación. Así que para los fabricantes es ideal disponer de dos leches con el mismo nombre, que sólo se diferencien por el numerito, de esta manera al publicitar PATATIN 2 consiguen hacer aumentar las ventas de PATATIN 1. La principal utilidad de las leches de continuación, según la ESPGAN, es que son más baratas. Como la leche artificial es cara, las madres con menos recursos que dan el biberón pueden sentirse tentadas a introducir antes del año la leche entera de vaca, lo que no sería muy conveniente. Una leche que, sin ser tan adaptada, saliese más barata, podría resultar útil. ¿Sin ser tan adaptada? En efecto. La leche de vaca tiene un exceso de proteínas, más del triple que la leche materna lo que es uno de sus mayores peligros ya que un bebé no puede metabolizar una cantidad tan grande de proteínas, y puede enfermar gravemente. La fabricación de la leche artificial consta de varios pasos, uno de los cuales es quitar la mayor parte de las proteínas, proceso que no es nada fácil. Si no hay que quitarle tantas, resulta más fácil de fabricar y, por tanto, más barata. La ESPGAN parece creer que la diferencia de precio será sustancial, pero al menos en España, la diferencia para el consumidor es muy pequeña. No es que la leche de continuación sea mejor para los bebés mayores. Es peor que la leche de inicio, porque está menos adaptada. Pero los bebés mayores tienen una mayor capacidad para metabolizarla por lo que es más fácil que la puedan tolerar. La industria láctea intenta darle la vuelta a la tortilla y vender la leche de continuación como “enriquecida en proteínas para cubrir las necesidades en aumento de su hijo”, pero no hay que dejarse engañar. Las necesidades de proteínas de los niños disminuyen a medida que crecen por lo que el exceso de proteínas en la leche de continuación no es ninguna ventaja para los bebés, sino sólo un desecho industrial.
Por supuesto los niños que toman pecho pueden seguir con el pecho pasados los 6 meses hasta que la madre y su hijo deseen. ”Si no come carne no tendrá suficientes proteínas” Tal como se desprende del apartado anterior, incluso si el bebé solo tomase leche, ya tendría suficientes proteínas. Y los cereales y legumbres aportan más proteínas todavía. De hecho el exceso de proteínas suele ser uno de los inconvenientes que presentan la mayoría de las papillas caseras (6).
RESUMEN BASADO EN: Dr. Pilar Serrano Aguado: Alimentación complementaria y destete del niño. En: Lactancia Materna. Josefa Aguayo Maldonado (Ed.). Universidad de Sevilla. 2001 Dr. Carlos González: Mi niño no me come. Ediciones Temas de Hoy, 1999 Ruth A. Lawrence: La Lactancia Materna: Una guía para la profesión médica. Mosby. 1996
BIBLIOGRAFIA
1. ESPGAN (Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas). Committe on Nutrition, “Guidelines on infant nutrition. III. Recommendations for infant feeding. Acta Paediatr Scand 1982; suppl 302:61-95 2. American Academy of Pediatrics Committee on Nutrition. On the feeding of supplemental foods to infants. Pediatrics 1980; 65:11781181 3. American Academy of Pediatrics Work Group on Breastfeeding. Breatfeeding and the use of human milk. Pediatrics, 1997; 100:1035-
1039 4. UNICEF, OMS, UNESCO, FNUAP. Para la vida. Un reto de comunicación. 2ª ed. 1993 5. Sserunjogi, l.; Poskitt, E. Feeding young children. Child health dialogues, 9:6-7, 1997. WHO publication revised un May/99 6. Van den Boom, S.A.M.; Kimber, A.C.; Morgan, J.B. Nutritional composition of homeprepared baby meals in Madrid. Comparation with commercial products in Spain and homemade meals in England. Acta Paediatr 1997; 86:57-62 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
EL BEBE AMAMANTADO Y LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA
Ana Martínez Rubio Pediatra. S.A.S. Centro de Salud de Pilas. Sevilla. (Dic. 1999.)
Recomendaciones “clásicas”
· Me refiero a las más conocidas y utilizadas los últimos 20 años, es decir, de la época en que se ha abandonado el pecho de forma masiva.
· Estas recomendaciones pueden variar de un pediatra a otro, de una ciudad a otra, y, por supuesto, de un país a otro. · Conviene recordar que NO SON NORMAS sino RECOMENDACIONES
1.- Fórmula de inicio desde el destete (generalmente precoz, debido a la introducción de biberones suplementarios) (Un biberón de “ayuda” a quien ayuda no es a la madre a tener más leche, sino a las casas comerciales a vender sus productos)
2.- Fórmula infantil de continuación (2) desde los 4-5 meses
3.- Cereales sin gluten desde los 3-5 meses
4.- Cereales con gluten desde los 7-8 meses
5.- Frutas desde los 4-5 meses
6.- Verduras desde los 5-6 meses
7.- Carne de pollo, ternera, pavo o cordero, desde los 6-7 meses
8.- Pescado desde los 10 meses
9.- Yema de huevo desde los 9-10 meses
10.- Huevo completo desde el año.
VENTAJAS: - Parece ser que tanto a las madres como a los médicos y pediatras, les da seguridad disponer de una pauta. - No hay ningún “disparate”. Es una pauta bastante razonable. - Introduce paulatinamente los distintos alimentos.
INCONVENIENTES: - Se toman por NORMAS lo que solo son RECOMENDACIONES. - El hecho de que cambie de un pediatra a otro, de una ciudad a otra, puede inducir confusión y duda. - Cuando un niño o una familia sigue una pauta algo diferente , cuando introducen algún alimento en otro orden o “demasiado pronto”, un comentario o una regañina por parte del médico, puede inducir culpabilidad en la familia. Recomendaciones de los “expertos”: OMS, ESPGAN y AAP
1.- Dar el pecho exclusivamente hasta los 6 meses de edad.
2.- Introducir otros alimentos a partir de esa edad, continuando con lactancia materna.
3.- A partir de los 6 meses, si el bebé toma otros alimentos, la leche materna (o artificial) debe ser al menos el 50% de la energía que recibe.
4.- Los alimentos nuevos deben introducirse poco a poco, de uno en uno, para observar si aparecen reacciones. Especialmente en familias
con alergias. En esos casos, los alimentos más alergénicos (leche de vaca, pescado y huevo) deben darse después de cumplir un año.
5.- No hay ninguna razón para introducir primero la fruta y luego la verdura o hacerlo al revés. Hay que basarse en las costumbres locales y familiares, así como en los productos de la tierra.
6.- Los alimentos con gluten no deben introducirse antes de los 4 meses. Recomiendan darlos después de los 6 meses.
7.- Adaptarse a la maduración y al desarrollo psicomotriz del niño. Así que la introducción de otros alimentos no se hace tanto en función de la edad como del grado de desarrollo del bebé. La criatura está lista para empezar a tomar otros alimentos cuando: - Es capaz de sentarse sin ayuda (seria muy difícil dar de comer a un niño que se cae para los lados) - Pierde el reflejo de extrusión, que hace que los niños expulsen la cuchara con la lengua (Probablemente la utilidad originaria de este reflejo es impedir que los bebés se traguen moscas, piedras y porquerias, hasta que adquieren cierto discernimiento para distinguir lo que se come de lo que no se come, por si acaso, lo escupen todo) - Muestra interés por la comida de los adultos. - Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos. Al ver acercarse una cuchara, el niño que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante. El que está saciado, la cierra y mueve la cabeza a un lado.
8.- La lactancia materna debe continuar hasta los 2 años y más adelante, si la madre y el hijo así lo desean. La leche de mujer continúa siendo una importante fuente de nutrientes para el niño mayorcito, así como vehículo de defensas vivas.
9.- Dar el pecho antes que los otros alimentos para que la madre siga teniendo mucha leche.
--------------------------------------------------------------------------------------OMS = Organización Mundial de la Salud. ESPGAN = Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas AAP = Asociación Americana de Pediatría. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------En la práctica ¿Qué debo hacer?
· No hay una forma única correcta de alimentar a los bebés.
· Cada país, cada cultura, cada familia, tiene algunas costumbres especiales en este sentido.
· Estas son algunas de las preguntas que me hacen las madres de niños amamantados a la hora de la alimentación y las respuestas que, a la luz de mis conocimientos actuales, suelo dar.
1.- Cuando solo toma el pecho ¿Cómo sé que mi leche es suficiente?
El bebé mama tranquilo. Moja 5-6 pañales al día. Gana peso según la edad (aunque hay muchas variaciones de un bebé a otro).
2.- ¿Cuándo es hora de darle una papilla?
Cuando se mantiene sentado (con apoyo) y acepta la cuchara.
3.- Hay que empezar siempre por la papilla de cereales?
NO. Hay varios motivos: · El primero es que si el bebé toma tu leche, no necesita para nada tener que tomar una leche de fórmula para preparar esa papilla. · Si por casualidad, el bebé fuera intolerante a la leche de vaca (a base de la cual se fabrican todas las formulas) le podría producir reacción. La mayoría de los casos de niños con DERMATITIS ATÓPICA son casos de bebé con intolerancia a las proteínas de la leche de vaca. Por cierto, la alergia alimentaria más frecuente es precisamente a la leche de vaca. · Las calorías extra que proporcionan las harinas de cereales, que son carbohidratos, las aportan 60 ml de tu propia leche, de forma más equilibrada (tiene además proteínas y grasas), si le das el pecho un ratito más de esos que lloriquea, o si toma por la noche.
4.- ¿Empiezo entonces por la fruta o por la verdura?
DA IGUAL. Empieza por lo que te parezca, solo que poco a poco. La forma más natural de empezar es ofreciéndole un poco de lo que tú comes (por supuesto ni callos, ni calamares en su tinta, ni fabada asturiana). Un guiso sencillo y habitual en nuestra tierra son las patatas con carne. Prueba con la puntita de la cuchara. Guisa con poca sal y pocas especias. También puede ofrecerle lentejas arroz, guisantes con zanahorias... O prueba a darle a chupar pera, plátano, mandarina, caqui... que son frutas que casi se deshacen en la boca. La manzana suelta trozos más duros y se puede atragantar
6.- He probado a darle la papilla de frutas y ¡no la quiere!
Es verdad. Conozco a muy pocos niños que les guste la papilla clásica (plátano, manzana, pera, zumo de naranja). A lo mejor la prueba, pero no se termina todo lo que has preparado. Déjale probar. La mayoría de los bebés prefieren tomar las frutas por separado, es decir, que la pera sepa a pera y el plátano a plátano. A partir de los 6-7 meses, le gustará tomar unos cuantos trocitos que e él cogerá con su propia mano. Recuerda: una toma de frutas tiene menos calorías y menos proteínas que tu leche. Si el bebé está creciendo necesita muchas proteínas. Las vitaminas de la fruta se necesitan en muy poca cantidad.
7.- ¿Le hago su pucherito de verdura clásico o son mejores los potitos?
El pucherito de verduras suele llevar una mezcla de verduras variadas, según la estación, incluyendo ocasionalmente lentejas, arroz y guisantes. También es habitual cocer un poco de carne o pollo y echar un poco de aceite de oliva. Estupendo. Es un buen alimento. Si no pones la carne (trituras solo la verdura) el bebé necesitará las proteínas de tu leche. Aunque se recomienda poner verduras variadas, pues cada una aporta minerales o vitaminas distintas, no es necesario que vayan todas juntas siempre. Se puede variar de uno a otro día. Los potitos son lo mismo, pero de fábrica. Son baratos. Sin duda son un buen recurso para algún día aislado. En su fabricación se pierden sin embargo muchas vitaminas. Y en su composición, a veces introducen alimentos demasiado pronto para lo que nos gusta a los pediatras. Por ejemplo, hay potitos con pescado recomendados para niños a partir de 5 meses.
8.- ¿Le puedo triturar nuestra comida?
Por supuesto que sí. Con las excepciones lógicas: alimentos muy salados, condimentados con especias con mucha grasa o fuertes. Hay algunas verduras que no se recomiendan en los bebés antes del año: las coles de bruselas, los nabos, las remolachas, las espinacas.... Se debe a que concentran algunos de los abonos utilizados en su cultivo. Ojo: las zanahorias también concentran los nitritos.
9.- Si no le doy cereales ¿no le faltará ningún nutriente?
No. Tu leche aporta todos los fundamentales. Y si ya toma puré de verdura, puedes ponerle arroz de vez en cuando, que también es un cereal. O puedes darle alguna galleta o pan.
10.- ¿Cuándo le puedo dar ya pan o galletas?
Como se hacen con cereales que contienen gluten (trigo, la mayoría de las veces), no debe tomarlos antes de los 6 meses. Los niños con enfermedad celiaca no toleran el gluten, pero solo uno por cada 1500-2500 niños la padece Tomar el gluten más tarde no perjudica a nadie y permite a ese potencial enfermo, enfermar más tarde, lo que tendrá consecuencias menos graves para él que silo toma muy precozmente.
11.- Bueno, y si quiero darle cereales ¿qué otras alternativas tengo?
Varias. Los ingleses toman porridge que es un papilla de agua o leche
con harina de avena. Los canarios toman su famoso Gofio que es harina de maíz tostado y se lo dan a los bebés con caldo o con leche o con fruta. Si el niño tiene ya cerca de un año, puedes hacerle una papilla de cereales con leche de vaca esterilizada. O darle leche migada con pan. O con galletas. Pero también se puede añadir en la papilla de frutas (si tu hijo es de los que si les gusta) o puede mezclarse con zumo de frutas o con caldo de verduras Al caldo de las verduras se le puede añadir sémola de trigo o de arroz, o tapioca, aunque estos productos tienen que hervir un ratito.
12 .- Hay papillas de cereales con 5, 6, 7 y 8 cereales. ¿Cuál es la mejor?
Todas son buenas en el sentido de que ninguna es perjudicial. Aunque algunas contienen sustancias que no son necesarias como la miel o el cacao. No se deben recomendar los alimentos muy dulces, porque los bebés todavía no saben limpiarse la boca y pueden producirse caries. Por otra parte, si la humanidad suele alimentarse a base de trigo, arroz y maíz, por qué vamos a dar a los bebés harinas a base de centeno, cebada, mijo y sorgo, si son cereales que tradicionalmente se destinaban a los animales? En mi opinión con las de 5 cereales basta.
13.- Y cuando cumpla un año ¿ Qué tengo que darle de comer?
No hace falta cambiar de golpe de alimentación. A partir de que los niños cumplen un año, podemos ir cambiando paulatinamente sus comidas haciéndolas más y más parecidas a las que comemos el resto de las personas de la casa. Es decir, que el
bebé ya debe masticar sólidos, irá aprendiendo a usar la cuchara y el tenedor y probará más alimentos. En general, los bebés que toman el pecho cambian muy bien a la comida “de mayor”. Les encanta la cuchara aunque prefieren los dedos al tenedor. Si se les permite “jugar un poco” con la comida, da mejor resultado que darle siempre de comer como si todavía fueran bebés, para que no se manchen o para que se lo terminen todo. A la larga estas prácticas se vuelven en contra de la madre.
14.- Si no le gusta a un niño la fruta ¿es bueno darle zumo?
Es raro que un bebé que toma el pecho se niegue a tomar fruta natural. Pero si de verdad te parece que toma muy poca, puedes darle algo de zumo natural, para que tenga vitaminas. La licuadora es útil para esto, pero se queda dentro de ella otro de los componentes de la fruta que nos interesa: la fibra.
15.- Y los zumos comerciales ¿son buenos?
En realidad, los zumos comerciales son totalmente innecesarios en la alimentación (tanto de niños como de adultos). Primero, porque han perdido casi todas las vitaminas naturales. Segundo, porque no aportan la fibra de la fruta. Tercero, porque suelen tener algún conservante, estabilizante o sustancia artificial. Cuarto, porque tienen exceso de azúcares Incluso los que especifican que no tienen azúcar añadido, tienen los azúcares propios de la fruta. Uno de ellos es el sorbitol y esta sustancia puede producir diarrea. Por ejemplo, el zumo que más sorbitol contienen es el de manzana y... mucha gente opina que es bueno en caso de diarrea!. Por ultimo, recordemos el efecto cariogénico de todos los azúcares, aunque sean “naturales”
16.- ¿Es bueno un chorrito de aceite en la comida?
Sí. Aporta unas pocas calorías más y facilita la absorción de las vitaminas liposolubles. Tu leche tiene un poco de grasa también por ese mismo motivo.
17.- ¡Mi hijo no quiere tomar nada por biberón!
Pues claro. Si no lo necesitó al principio, ahora quiere mejor la cuchara. No te preocupes. Los niños no necesitan “acostumbrarse” a los biberones. De mayor lo que va a usar son cubiertos.
18.- Si no toma frutas, ¿le doy potitos de frutas o preparados en polvo?
Ninguno de ellos. Es decir: es raro que no tome ABSOLUTAMENTE nada de fruta. Seguro que, si le das el pecho, prueba de tu comida. Los que toman el pecho están acostumbrados a los cambios de sabores. Los que toman biberones no y quizá por eso les cuesta probar otros alimentos. Los potitos de fruta apenas tienen vitaminas, aunque si les queda la fibra. Pero su sabor no parece en ningún modo a la fruta normal. Usar solo excepcionalmente. Los preparados de harina “multifrutas” tienen más harina (cereales) que frutas. Ni tienen vitaminas, ni fibra. Casi solo hidratos de carbono. No recomendado.
19.- ¿ Cuándo puede empezar a masticar?
La mayoría de los bebés pueden masticar (aunque no tengan dientes) alimentos sólidos a partir de la edad en que son capaces de cogerlos con la mano y llevárselos a la boca, es decir, sobre los 6-8meses. No hay que tener tanto miedo a que pueda atragantarse, aunque
conviene estar atentos por si se mete algún trozo grande, que no se deshaga bien. Por ejemplo, la pera, el pan, se deshacen prácticamente en la boca, al ablandarse por la saliva. Sin embargo la manzana no. Y mucho mas peligrosos son los frutos secos. Esos no deben estar presentes si el bebé anda suelto. Conviene que los niños aprendan a masticar a la edad adecuada, cuando están preparados para ello, o de lo contrario, les costará mucho más. Sin embargo no me parece acertado hacer purés gruesos, con trozos. Creo que también a los mayores nos puede dar náuseas encontrar un “tropezón” inesperado en un puré o una crema.
20.- ¡Le encanta usar la cuchara pero pone todo perdido!
Claro. Es lo normal. Primero aprende a “coger” la cuchara, pero sin querer, al llegar cerca de la boca, la gira y se cae el contenido. Más adelante, sobre los 15-18 meses, será ya capaz de conseguir que la comida llegue a la boca. No le desanimes a probar aunque tengas que bañarle después. Es mejor que aprenda cuando está interesado en ello, en el momento en que él mismo Le está diciendo que está preparado.
21.- ¿ Cuando puedo empezar a darle leche entera de vaca?
A partir de que cumpla un año. Antes de esa edad no es conveniente, porque al parecer, además de que apenas contiene hierro, puede producir un sangrado microscópico en el intestino del bebe y producirle por tanto anemia ferropénica. Conviene que sea leche entera y esterilizada. La leche desnatada pierde las vitaminas A y D, necesarias para su crecimiento (la D). Las leches “de continuación” tienen como ventaja que aportan hierro, pero son caras. Las leches "junior" tienen azúcar añadido, y les han modificado las grasas (mitad animales, mitad vegetales). No me parece que sean necesarias si el resto de la alimentación es equilibrada. También son
caras.
22.- ¿Qué tipo de yogur es el mas adecuado?
El natural. Por supuesto. Los de sabores, solamente se diferencian en unas pequeñas cantidades de colorante y aroma (Aditivos autorizados E-XXX) totalmente innecesarios, aunque sean inocuos.
23.- ¿Yogurt son azúcar o sin azúcar?
Los humanos tenemos predisposición natural a que nos gusten los sabores dulces. Sin embargo, el exceso de dulces puede abocarnos a las caries, la obesidad... y por tanto se suele recomendar que no acostumbremos a los bebés a los sabores exclusivamente dulces. El yogur natural sin azúcar puede resultar muy ácido pero sólo si no lo ha probado antes azucarado. El menos ácido es el tipo BIO, le sigue el Chamburcy y los otros, son todos un poco más ácidos.
24.- ¡Hay tantos tipos de yogurt!
Si. Pero algunos tienen “trampas”. Ejemplos: el Griego, contienen doble proporción de grasa que los normales. Conviene leer las etiquetas de composición.
25.- ¡Y hay tantos postres lácteos!
En efecto. Algunos, por su envase o publicidad poco dará pueden hacemos creer que se trata de yogur, pero no lo son. Suelen ser productos con espesantes (las natillas, los postres de chocolate, toffe, mousse,... Los postres lácteos que no necesitan refrigeración (Pascual y PMI) aunque están hechos con leche fermentada, son tratados con calor, por lo tanto, las bacterias que proporcionan uno de los mayores méritos al yogurt, se mueren. O sea, que aunque desde el punto nutricional son iguales, y tienen poca lactosa, no aportan bifidobacterias a la 2 flora intestinal de quien los consume. Así que, en caso de diarrea: yogurt-yogurt.
Aquí va el segundo:
1. INTRODUCCIÓN Este trabajo es una recopilación de material que Amagintza lleva realizando desde hace 3 años. Está basado en la opinión, los consejos, experiencias y estudios recogidos por especialistas en lactancia materna y alimentación infantil, de los cuales hemos aprendido y con los que nos sentimos plenamente identificadas. En la mayor parte del trabajo los párrafos están recogidos textualmente de sus autores. En la actualidad los científicos médicos han verificado que la leche materna es el alimento ideal y perfecto para el bebé por lo menos los 6 primeros meses de vida y que progresan mucho mejor sin la adición de sólidos antes de ese tiempo. Contiene carbohidratos, minerales, vitaminas, proteínas, grasas y anticuerpos aunque la madre n lleve una dieta rigurosamente sana y equilibrada. Es el alimento más completo que puede brindarle la naturaleza al bebé, el cual debe desarrollarse siguiendo el ritmo ideado por la naturaleza. La mayoría de los niños y de las niñas que toman el pecho están bien nutridos y protegidos contra infecciones y enfermedades. No necesitan otro sustento complementario ni más defensas. 2. ¿ Por qué esperar hasta los 6 meses? De acuerdo con las más recientes recomendaciones de UNICEF y de la Academia Americana de Pediatría, los bebés deberían tomar solo pecho hasta
los 6 meses, aproximadamente. A partir de esta edad, la lactancia materna se complementa con otros alimentos. Cuando señalamos que durante los 6 primeros meses de vida hay que darle al niño nada más que leche, queremos decir ni zumos ni hierbas e infusiones, ni cereales para espesar biberones. En caso de necesidad, por ejemplo a causa del horario laboral de la madre o cuando el bebé claramente pide o intenta atrapar la comida, se le puede ofrecer otros alimentos algo antes, pero siempre después de los cuatro meses, previa consulta del especialista. Como el alimento que más alergias produce a los bebés es la leche de vaca, resulta menos peligroso ofrecerle arroz o plátano que darle un biberón. También hay bebés hambrientos que se lanzan sobre la comida antes de los 6 meses. Suele ser un error adelantar las papillas cuando ganan poco peso. La cantidad de leche que produce una madre no es fija; varía según lo que mama el bebé. Si se le da el pecho siempre que pide y gana poco peso, quiere decir que pide poco: suelen dormir mucho y " nunca tienen hambre". Al darles papillas, sólo se consigue que tomen aún menos pecho y estén peor alimentados. Una de las razones es conservar la producción de leche ya que cuantos más alimentos sólidos coma el bebé, menos leche deseará y mientras menos leche tome del pecho, habrá menos cantidad. Si añadimos alimentos sólidos en su dieta antes de que los necesite, estaremos sustituyendo un alimento superior por otro de calidad inferior. Se necesita tomar una dieta completa y variada para suplir todas las sustancias nutritivas que necesitan los bebés y los adultos. La limitada ingestión de sólidos por parte del bebé no puede compararse con la nutrición completa de que dispone la leche humana. Otra de las razones más importantes para esperar son las alergias. Es más fácil que los bebés desarrollen alergias a la comida cuando empieza a tomar alimentos sólidos a edad temprana. La leche de vaca, que se emplea en casi todas las leches artificiales ( y que se añade a muchos de los alimentos infantiles) es con gran diferencia, la principal causa de alergia en bebés pequeños. Por ello es un riesgo excesivo ofrecerle leche de vaca o derivados antes del año, si está tomando el pecho. Otros alimentos que es recomendable retrasar son: El gluten ( trigo, avena, cebada, y centeno; también el pan y las galletas) hasta los 8 o 9 meses. Y los huevos, pescado, soja, cacahuetes, fresas, naranja, melocotón o cualquier otro alimento al que sea alérgico algún miembro de la familia, es mejor no ofrecérselos hasta el año, especialmente en familias con antecedentes de alergia.
Algunos bebés con tendencia a las alergias, rechazan los alimentos sólidos incluso a los 6 u 8 meses de edad y sin embargo los acepta fácilmente a os 9 meses o más. Esta podría ser la forma que tiene la naturaleza de protegerle de ciertos alimentos que podrían causarle alergias. A pesar de ello progresan bien solo con leche materna hasta que sus sistema está preparado para tolerar otros alimentos. Es importante tener en cuenta que el inicio de la alimentación sólida representa para la madre una tarea que ocasiona desorden y trabajo adicional. Es más fácil darle alimentos sólidos cuando el bebé pueda sentarse sólo y ya no escupa automáticamente cualquier cosa que le resulte extraña. Es muy conveniente y beneficioso para el bebé concederle unos cuantos meses adicionales del alimento al que la naturaleza ha dedicado millones de años a perfeccionar para él hasta que su inmaduro sistema digestivo se haya desarrollado hasta el punto en que puede utilizar otros alimentos sin sufrir ningún trastorno. 3.¿ Y si la madre trabaja? La lactancia materna es perfectamente compatible con el trabajo. Mantener la lactancia es una excelente manera de compensar la separación con el bebé y recuperar el tiempo perdido. La vuelta al trabajo es un pésimo momento para destetar al bebé. La leche materna puede extraerse manualmente o con un sacaleches y conservarse tanto refrigerada como en el congelador hasta el momento en el que el bebé la vaya a tomar ( ver folleto sobre la extracción y conservación de la leche). En el peor de los casos la madre puede darle el pecho antes y después del trabajo y quien cuide del bebé darle otra leche cuando la madre esté ausente. Si su bebé tiene edad suficiente para tomar papillas, también resultará más fácil dársela mientras la madre no está ( esta es una excepción a la regla general de dar el pecho antes de cada papilla). No es necesario acostumbrar al bebé a tomar biberones o papillas antes de ir a trabajar. Cuanto más tiempo le des el pecho mucho mejor. Es muy probable que tu bebé acepte mejor la papilla cuando tú no estés. 4.¿ Cómo saber cuando está listo para tomar alimentos sólidos? Es muy probable que el bebé nos haga saber cuando está dispuesto. Es mejor observarle a él que al calendario.
Si de pronto aumentan sus exigencias para que lo amamante en algún momento alrededor de los 6 meses y esta creciente demanda continúa durante cuatro o cinco días a pesar de que lo amamanta con más frecuencia, puede suponer que ya ha llegado el momento de empezar a darle alimentos sólidos. No debemos precipitarnos y descartar cualquier otra posibilidad, como un resfriado o algún otro problema. Entre los 6 0 7 meses suele iniciarse el periodo de la dentición, en la mayoría de los bebés empieza a desarrollarse el impulso natural para masticar y morder, la boca y la lengua ya están preparadas para estas nuevas habilidades. Su sistema digestivo ahora está dispuesto a recibir nuevos alimentos. Hay otras condiciones que también deben darse para considerar que el bebé está preparado para comenzar con la alimentación sólida como son: - Puede mantenerse sentado. Todos sabemos lo difícil que resulta dar de comer a un bebé que se escurre en la trona. - Ha perdido el reflejo de extrusión, que le hace escupir automáticamente cualquier cosa sólida que le entre en la boca. Aquellas madres que han intentado dar una papilla a un bebé de cuatro meses conocen bien este reflejo: papilla en el babero, en la camisa, en el suelo, en el pelo... en todas partes menos en el estómago. - Es capaz de indicar si tiene hambre o no. Si tiene hambre, abre la boca y se lanza hacia la comida. Si no quiere más cierra la boca y se aparta. Hasta que aprenda a hacer estos gestos, podría ocurrir que no quisiera más comida y los padres no nos diéramos cuenta. Y nunca, nunca se debe obligarle a comer. - Muestra interés por la comida, intentando probar lo que los demás comen a su alrededor. Todos estos signos suelen darse hacia los 6 meses, y por ello es la edad recomendada para comenzar a ofrecer al bebé otras cosas. Dar otros alimentos antes de esta edad es inútil , y a veces perjudicial. 5.¿ Cómo empezar? El primer encuentro del bebé con los alimentos sólidos se parece más a un experimento que a una comida. El bebé ha de aprender mucho sobre el sabor, la consistencia de los alimentos y como mover la
comida desde la parte frontal de la boca a la parte interior para después tragarla. El éxito de las primeras comidas se mide más por la práctica que el bebé adquiere que por la cantidad de comida que consigamos que tome. Es mejor elegir una hora en que el bebé no esté extremadamente hambriento, tal vez entre una media hora a una hora después de haber mamado. Empiece por darle una pequeña cantidad de comida ( puede aumentar la porción gradualmente a medida que pase el tiempo.) Al principio no debemos pretender hartarlo sino familiarizarlo con el alimento, podemos poner en una cucharilla una pequeña cantidad como un cuarto de la misma. Si el bebé es muy independiente y se niega a comer de la cuchara ofrézcale algún alimento que pueda tomar entre los dedos. Para el momento en que tenga un año es probable que pueda alimentarse él solo. Los primeros intentos de comer con una cuchara suele ser algo torpes. Hasta ese momento el bebé ha estado acostumbrado únicamente a succionar. Esto implica usar la lengua para presionar el pezón contra el paladar. Le desconcierta cuando intenta usar la cuchara de la misma manera. Aunque por su edad su boca y su lengua ya están preparados para tareas nuevas, todavía tiene que aprender a dominar estas tareas. Cuando el bebé es muy pequeño, las primeras veces que le demos algo sólido es mejor teniéndole en nuestro regazo, apenas reclinándole mientras tocamos sus labios con la cuchara e introducimos la comida 6. Cada vez más independiente Los bebés son también criaturas sociales y puede que quiera comer cuando el resto de la familia comen en vez de en otro momento. Podemos hacerle un sitio junto a nosotros a la hora de comer y dejarles compartir con los mayores el momento placentero de la comida., indudablemente tratará de copiar lo que ve de los demás. Las tronas son perfectas para este cometido, porque acercan al bebé a la mesa y lo sitúan a la misma altura que los demás comensales. Los bebés observan cómo comen los demás y se sienten muy atraídos por la comida, los cubiertos y por todo cuanto ven en la mesa, observan y se dan cuenta que comer es agradable para nosotros y que disfrutamos haciéndolo . A medida que crece lo más difícil es mantener fuera de su alcance los alimentos servidos en los platos de los demás, así que cuando un bebé está preparado para tomar alimentos sólidos es difícil impedir
que los pruebe. El se apresura a tomar las cosas que puede y es capaz de derramar su comida sobre la mesa. Nos mirará cuando comamos con los ojos bien atentos siguiendo cada movimiento que hacemos con los cubiertos. Antes de que nos demos cuenta ya será lo bastante grande para estirar el brazo y apoderarse de sus propios trocitos apetitosos y llevárselos más o menos en dirección a la boca. Ellos lo perciben todo y desean imitarnos también. Vamos a darles esa oportunidad para que su primer contacto con la comida sea también agradable y divertido incluso. También puede ser interesante ofrecerle su propia ración en este momento, en vez de hacerle comer solo. Si les damos algún trozo en las manos para que lo vayan examinando, generalmente lo cogen y lo van mordisqueando con sus encías y sus dientecitos. Así no se le escapará la comida entre los dedos. Aprenden a comer de forma espontáneamente y la introducción de los sólidos se convierte en un motivo para hacerle sentirse, de verdad, un miembro de " pleno derecho" en la familia. En opinión del doctor Carlos González, pediatra y experto en lactancia materna, " es conveniente que el bebé se acostumbre desde el primer momento a la auténtica textura que tienen los alimentos comiéndolos él solo directamente. Si no le dejamos pasar por esta etapa, es posible que más adelante no los acepte más que triturados". Lo más probable es que al principio el bebé apenas ingiera una pequeña cantidad del alimento. Seguramente, empleará bastante tiempo en jugar con él, chuparlo y estrujarlo con los dedos. Pero no hay que impacientarse. Así aprenden a comer de una forma espontánea. Van probando nuevos sabores y, cuando sea algo mayor, se comerá íntegramente lo que se le ofrece. Este método de toda la vida, que consiste en ofrecer algún alimento al bebé para que lo vaya chupando y saboreando a su antojo es, en realidad, la forma más natural de conseguir que tome un primer contacto con la comida. 7. El proceso de iniciación a la comida sólida, algunas sugerencias. Ofrecer primero el pecho y después el alimento: La leche materna es el mejor alimento, tanto a los 2 meses como a los 2 años y tiene un perfecto equilibrio de proteínas, vitaminas y otros nutrientes, y las
defensas que tanto ayudan al niño. Si toma el pecho y luego no le queda hambre para fruta o cereales, no pasa nada. Pero, si por llenarse con fruta o harina luego no toma el pecho suficiente estará peor alimentado. Más adelante ( lo ideal sería a los 10 o 12 meses, aunque no se pueda dar una fecha fija), se le puede dar el pecho " de postre ". Pero es un error sustituir tomas del pecho por papillas antes del año, porque el bebé necesita al menos medio litro de leche al día, y para obtenerlo, debe hacer varias tomas. Si hay que saltar tomas por el trabajo, el pequeño puede compensarlo mamando más por la tarde y noche y los fines de semana. La antigua costumbre de comenzar con una papilla de cinco frutas o de siete cereales puede causar problemas. Si al bebé le sale una erupción o tiene diarrea, no sabremos cuál de los alimentos es el causante. Es mejor introducirlos de uno en uno, sobre todo al principio, para ver cómo le sientan, dejando pasar por lo menos 1 semana entre cada cosa nueva. Aunque es poco probable una reacción alérgica a los 6 o 7 meses debemos observar si aparece un sarpullido, diarrea, malestar en el estómago, nariz congestionada, brote de dermatitis de pañal y si así fuera sabríamos que alimento lo habrá provocado. Una manera por ejemplo para comenzar sería; una semana plátano machacado; a la siguiente, arroz hervido; a la otra, patata hervida; luego manzana rallada...; o al revés. Darle pequeñas cantidades y sin forzar. Es muy probable que nos haga saber que ha comido suficiente volviendo la cabeza, apretando con fuerza la boca, escupiendo el alimento o con algún otro gesto inconfundible. Entonces nunca jamás se ha de obligar a comer a un bebé aunque, probablemente, coma mucho menos de lo que sus padres esperan. El es el único que sabe con absoluta seguridad si quiere más o no. Si un alimento le desagrada especialmente, lo mejor es dejarlo y no volverlo a intentar hasta que transcurran unas semanas o meses, debemos aceptarlo sin darle mayor importancia.. Esta es la regla básica par evitar problemas en el futuro. Nadie sabe cuánto alimento diariamente necesita un bebé y se desconoce la cantidad que precisa un bebé determinado, porque depende de su velocidad de crecimiento, de características propias de su metabolismo, de la cantidad de leche que ingiera, de la composición de las papillas ( si están mas aguadas, necesitará más cantidad)... En algunos casos, los niños y las niñas que han sido obligados a
comer en su primera infancia tienen problemas durante años. Convertir la comida en una imposición es un error que, a veces, cometemos con la mejor de las intenciones. Disfrutar de los alimentos es uno de los grandes placeres de la vida y los bebés pueden y deben vivirlo así desde el nacimiento. Algunos bebés que toman pecho, se niegan a comer ningún tipo de papilla hasta los 8 o 10 meses, incluso más. La leche materna es más completa que la artificial, y los niños que son amamantados suelen aceptar las papillas más tarde. Es que no tienen hambre, porque el pecho ya les aporta todos los nutrientes que necesitan. Cada novedad ha de ofrecérsele en muy pequeña cantidad. Las niñas y los niños sanos que tienen comida a su alcance no se dejan morir de hambre. No debemos angustiarnos. Hay que ofrecerles alimentos regularmente desde los 6 meses, pero no debemos preocuparnos si al principio no los quieren , porque es totalmente normal. Ya los aceptarán cuando los necesiten ( a no ser que, por intentar obligarles, cojan manía alguna cosa y entonces sí que tendremos un problema). Hace poco, unos científicos analizaron las papillas de carne con verduras que preparaban las madres de Madrid. La concentración media era de 50 calorías por 100 gramos ( la leche materna tiene 70 calorías). ¡ No es de extrañar que los niños prefieran el pecho¡ De modo que no debemos dejarnos engañar por el nombre " caldo de verduras": lo que el niño necesita no es el caldo, sino las verduras escurridas. Algo similar ocurre con los zumos. A veces, creyendo que así se alimenta mejor, les damos zumo en vez de agua. En los bebés pequeños, esto puede provocar desnutrición por tomar zumo en lugar de comida. En los niños mayores, tomar zumo además de la comida puede causar obesidad. Y, a cualquier edad, el exceso de zumos es causa frecuente de diarrea crónica. Para beber, lo mejor es el agua, no los zumos. 8. Recomendaciones importantes y algunas muy prácticas Ningún calendario de alimentación tiene base científica. Podemos hacer cientos distintos. Naturalmente, cuesta encontrar dos calendarios iguales, porque ninguno tiene base científica. ¿ Acaso alguien ha dado 50 g. De pollo a 100 niños y 60 g a otros 100, y ha demostrado que unos están más sanos que otros?. ¿ O han comparado 100 niños que tomaron primero fruta y al mes siguiente cereales con otros 100 que empezaron al revés?. Y si pudiesen comparar dos grupos, ¿ cuál sería el mejor?: ¿ los que ganan más peso?, los que ganan menos?, ¿ los que se resfrían menos?, ¿ los que
a los 12 años sacan mejores notas?, ¿ los que a los 18 no fuman?, ¿ los que a los 40 tienen menos infartos?.... Los calendarios no sirven para nada pero hay algunos detalles que sí son bastante importantes: Retrasar a los 8 o 9 meses los cereales con gluten: cebada, centeno, avena y trigo ( lo que incluye el pan, las galletas, la pasta de sopa...). A las papillas tradicionales no hace falta añadirles leche, el bebé ya toma suficiente del pecho. Retrasar hasta el año los alimentos que más alergia producen : leche si es posible, huevos, pesado, soja... Hasta hace bien poco, la introducción de los alimentos sólidos en la dieta del bebé comenzaba mucho antes de los 6 meses. Todavía no había perdido el reflejo de extrusión y era necesario triturar los alimentos para que pudiese digerirlos. Ahora sin embargo, con las nuevas recomendaciones para el inicio del bebé en la alimentación sólida, están muchos más preparados y no necesitan comerlos tan triturados, basta con aplastarlos, rallarlos o cortarlos en trocitos pequeños. Probablemente, si un alimento es tan duro que el bebé no puede comerlo sin triturar, significa que es demasiado pequeño para dárselo. Además, muchas veces existen serios problemas para intentar que niños y niñas de tres años abandonen los triturados y acepten la comida normal. Desde pequeños les encanta sentir la textura de los alimentos, el plátano, la patata hervida e incluso las verduras pueden machacarse con un tenedor, y más adelante cortarse en trocitos. La manzana puede darse rallada, el pollo y la carne pueden esperar hasta el año en que el bebé puedan tragarlos cortados en pequeñísimos trocitos. Al fin y al cabo, si los bebés nacen sin dientes será por algo; probablemente al triturarles cosas que aún no pueden masticar lo que estamos haciendo es darles demasiado pronto algunos alimentos. Los cereales mejor caseros. El arroz hervido también es una excelente papilla de "cereales sin gluten" y si la queremos con gluten hay una gran variedad de cereales caseros: sémola, pan, fideos, macarrones, sopa de letras..., eso sí, leamos bien la etiqueta de cualquier pasta: 100% sémola de trigo duro. Comparémosla con la de una papilla industrial: varios cereales (cuando lo correcto sería darlos de uno en uno), y según las marcas, azúcar, harina de soja, sabor artificial vainilla.... Intentemos no preparar comidas especiales. No tiene sentido acostumbrar al bebé a un alimento que no suele comerse en casa.
Podemos aprovechar la comida de toda la familia. Si cocinamos sin sal y sin picantes, podremos apartar su ración y añadir después los condimentos para los mayores. Podemos ofrecerle arroz hervido, sopa de letras(escurrida), macarrones. La ensaladilla rusa, antes de poner el atún y la mayonesa, es un excelente "papilla" de verduras. Hacia los 8 o meses no es necesario ni machacarla con el tenedor, el bebé la comerá con los deditos. Su comida no debe estar demasiado aguada. Los bebés tienen el estómago pequeño, y si la comida está aguada, no les cabe toda la que necesitan y no conviene llenársela con agua. Cuando hagamos una sopa debemos dársela al bebé escurrida, solo la pasta. No añadir sal ni azúcar a su comida. Los niños y las niñas mayores y adultos ya solemos tomar un gran exceso de sal y azúcar; cuanto más tarde se acostumbre tu bebé, mejor. Podemos pensar que a través de nuestra leche se acostumbran a lo dulce y a lo salado, pero esto no es así. Los niveles de azúcar (lactosa) y del (sodio y cloro) en la leche son constantes y están muy bien controlados, coma lo que coma la madre. Esos dos sabores no pasan a la leche. Hay que leer las etiquetas. La pasta de sopa barata sólo lleva trigo; la cara también incluye huevo, y es mejor reservarla para niños y niñas mayores. Del mismo modo, las galletas y bollería suelen llevar huevo y leche; para el bebé es mejor el pan simple y puro. El yogur (mejor dárselo después del año) azucarado o de "sabores" suele contener 10 gramos más de hidratos de carbono que el yogur natural de la misma marca. Un bebé puede acostumbrarse al yogur sin azúcar; pero incluso si le ponemos un poco, echaríamos 3 o 4 gramos, no los 10 que añaden los industriales. Los denominados potitos o tarritos, a pesar de no contener aditivos ni conservantes y de la imaginativa publicidad que les rodea, no son los alimentos más sanos ni mejores que los que podemos preparar en casa. Algunos potitos de cereales contienen azúcar o soja, y casi todos los productos combinan varios alimentos, por lo que no son adecuados para introducirlos de uno en uno en el menú del bebé. Son, eso sí, muy rápidos y bastante más caros. 9. Los bebés muestran sus gustos y preferencias Si nos preguntamos ¿ qué puede comer una oveja?, en nuestra ignorancia pensaremos que cualquier cosa verde que crezca en un prado es alimento adecuado para las ellas. Pero la realidad es bien distinta: los prados están llenos de plantas venenosas. Dos mecanismos ayudan a la oveja a evitar el envenenamiento. El primero es el aprendizaje: la oveja recuerda el sabor de los vegetales que ha comido otras veces y le han sentado bien, y los busca. Si cada
oveja tuviera que aprender por sí misma, probando unas hierbas y otras, muchas morirían en el intento; pero por suerte el aprendizaje puede transmitirse de una generación a otra. ¿ Cómo estudian las ovejitas, si no tienen escuelas, ni libros, y ni siquiera saben hablar? Aprenden a través de la leche materna. El sabor de la leche cambia según lo que come la madre; la cría recuerda ese sabor y lo reconoce en las hierbas del prado. Se ha comprobado científicamente que una oveja adulta, de entre varias plantas igualmente comestibles, elige aquellas que su madre consumía durante el período de lactancia. El segundo mecanismo, que los expertos llaman neofobia, es el rechazo a lo nuevo; los animales tienden a evitar los alimentos desconocidos, y al principio los prueban sólo en pequeñas cantidades y con grandes precauciones. También los bebés nacen con estos dos mecanismos de protección. Por eso cuesta tanto que acepten nuevos alimentos y, sin han tomado pecho, preferirán lo que la madre coma habitualmente a cosas especialmente preparadas para ellos. Por ello debemos respetar siempre sus deseos, tendrán sus preferencias y aunque es importante seguir ofreciéndole comida de vez en cuando, siembre debemos ser amables y ante todo no frustrarnos , ni enojarnos si rechaza la comida. 10. ¿ Qué alimentos son mejores? Cuanto más se aleja un alimento de su estado natural, más pobre será éste en cuanto valor nutritivo. Frutas enlatadas, cereales refinados, quesos procesados....son un ejemplo de alimentos de poca calidad nutricional. Es más la comida rápida procesada no solo es más pobre nutritivamente hablando, sino que además contiene almidones, azúcares u otros edulcorantes, sal aditivos, químicos como preservativos y nuestro bebé podría tener alguna sensibilidad a alguno o a todos y ninguno sirve para nutrirlo. Los alimentos comerciales para bebés son alimentos procesados y relativamente caros