Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli (Florencia, 1 de marzo de 14451-Florencia, 17 de mayo de 1510), fue un pintor del Quattrocento italiano. Pertenece, a su vez, a la tercera generación cuatrocentista Fue el menor de los cuatro hijos del matrimonio formado por Mariano di Vanni di Amedeo Filipepi, de oficio curtidor, y su esposa Smeralda. Cuando nació, su hermano mayor Giovanni tenía 25 años, y se cree que lo adoptó y lo educó. Giovanni tenía el apodo de Botticello, sin que se sepa si recibió el apodo por su gordura o por gran bebedor; otras fuentes indican que era su hermano Antonio el que tenía este mote. De él deriva el apodo de Botticelli. No se convirtió en aprendiz hasta alcanzar los catorce años de edad
lo que indicaría que Fray Filippo Lippi, en Prato (de 1464 a 1467). De este pintor recibió Botticelli sus mayores influencias la síntesis entre el nuevo control de formas tridimensionales, la delicadeza expresiva en los rostros y los gestos, los detalles decorativos (herencia del estilo del gótico tardío) y un estilo íntimo. Se dice que cayó en la pobreza, y que habría muerto de hambre si no hubiera sido por la diligente ayuda de sus antiguos patrones. Lo cierto es que seguía produciendo obras, si bien en un tono más dramático y con una consciente regresión estilística hacia modelos antiguos Botticelli creó el tipo florentino de mujer. Pero no se conoce amor concreto de Botticelli, ni alusión a excesos sentimentales; tenía «horror al matrimonio».5 No se casó nunca. Sí parece haber tenido una estrecha relación con Simonetta Vespucci, quien aparece retratada en varias de sus obras y parece que sirvió de inspiración para muchas de las figuras femeninas de los cuadros del artista. En 1502 fue anónimamente denunciado de sodomía con uno de sus ayudantes, De 1502 es su famoso escrito relativo a la realización de una especie de periódico conocido como beceri, de carácter satírico, destinado en su mayor parte a alegrar la lectura de los nobles de la sociedad renacentista. Tal proyecto, sin embargo, quedó en eso, no siendo nunca llevado a término. Murió el 17 de mayo de 1510 y fue sepultado en su parroquia, la iglesia de Ognissanti, en Florencia, para la que había realizado en 1480 una de sus grandes obras, el fresco de San Agustín. A su muerte, el único heredero verdadero de su arte fue Filippino Lippi, que comparte con él la inquietud presente en sus últimas obras.
Cristo crucificado destaca sobre el fondo de la ciudad de Florencia, reconocible por varios de los monumentos ciudadanos entre ellos la cúpula de la catedral de Santa María del Fiore y la torre de Giotto. En la esquina izquierda está Dios con un libro abierto en un nimbo de luz y con un gesto dotados con escudo cruzado (hoy casi ilegibles), envía un grupo de ángeles que se enfrentan a un grupo de demonios que sobresalen de una nube negra a la derecha lanzando llamas ardientes. En la parte baja, abrazada a la cruz, se encuentra la Magdalena, que grita desesperadamente y mira hacia un ángel situado de pie ante ella. Este golpea con un flagelo a una bestia, tal vez un león como el Marzocco, símbolo de la ciudad de Florencia, mientras un segundo animal está saliendo por la izquierda del vestido de la mujer.