Agrocombustibles

  • May 2020
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AGROCOMBUSTIBLES Y SU EFECTO EN LA BALANZA DE PAGOS Introducción El incremento de los precios del petróleo en los últimos tiempos, alcanzando un nivel record de $145 el barril a comienzos de julio, y la mayor preocupación por el calentamiento global y el cambio climático, han originado un mayor interés por la búsqueda de fuentes de energía alternativas, más baratas, renovables y que disminuyan el impacto negativo en el medio ambiente. Sin embargo, el mayor uso y producción de los combustibles derivados de fuentes vegetales, mal llamados “biocombustibles”1, trajo consigo una polémica en relación a lo que significa en términos de sus ventajas ecológicas y energéticas, y a su impacto en la producción agrícola mundial, así como en la economía y, por tanto, en las poblaciones que se ven afectadas por el alza de los precios de los alimentos que sirven de insumo para su producción, sobre todo de países que son importadores netos de alimentos básicos. En este informe se presenta la evolución reciente en el desarrollo de los agrocombustibles, se discute brevemente las ventajas y desventajas de dicho desarrollo, y se analiza el impacto sobre la balanza comercial, los términos de intercambio y la inflación en la región. ¿Qué son los agrocombustibles? Los agrocombustibles son combustibles hechos de materia orgánica productos de plantas o animales. El producto más común es el alcohol, procesado de manera semejante a la destilación hogareña, pero en una escala mucho más grande. El etanol del maíz y la caña de azúcar predominan. El biodiesel está hecho de palma, soya, colza o aceites de otras plantas; y el etanol de celulosa está hecho de fibra rota de céspedes o de casi cualquier otra clase de planta. Estos carburantes son considerados renovables debido a que es posible cosecharlos anualmente, aunque en muchos casos los insumos, tales como agua no contaminada, tierra fértil, y abonos, sean recursos limitados dentro de ciertas regiones. Los agrocombustibles pueden ser utilizados para sustituir a los combustibles líquidos derivados del petróleo, especialmente para transporte, aunque en la actualidad son responsables de sólo 1.8% del combustible usado para el transporte en los Estados Unidos. A menudo se usan mezclados con gasolina. Los motores ordinarios pueden utilizar un nivel bajo de la combinación de etanol sin la modificación; los motores de combustible por cable operan con una combinación más alta; y algunas tecnologías permiten 100% de uso de etanol o biodiesel.

1

El término más común para los agrocombustibles es el de "biocombustibles". "Bio" es un prefijo que significa "vida", sin embargo, su producción no responde a procesos biológicos naturales, y están desviando los alimentos a usos que no responden a las necesidades sociales.

El término agrocombustibles también nos da una idea de cómo el biodiesel es producido. El prefijo "agro" hace explícito el hecho de que compiten por tierra y recursos, directamente con otros productos agrícolas, especialmente los alimentarios. Como tal, el aumento repentino de la producción de agrocombustible presenta una amenaza a la provisión de alimentos en forma global, a la mitigación del hambre, y a la esperanza de las naciones de alimentar y emplear a sus poblaciones; es decir, su habilidad para lograr la soberanía alimenticia.

Tipología de los agrocombustibles Los agrocombustibles más conocidos y desarrollados son el etanol y el biodiesel que usan como materias primas diversos granos (maíz, trigo, sorgo, soya, canola, etc.) y la caña de azúcar, principalmente (ver cuadro 1). Existe además lo que se conoce como “de segunda generación” que provienen de la transformación de biomasa a líquidos y que resultan más eficientes en términos energéticos, ambientales y sociales2, pero cuya producción aun no está muy difundida por resultar muy costosa.

Cuadro 1: Tipología de los biocombustibles Materia prima

Regiones productoras

Etanol

Granos (maíz, trigo, remolacha)

EUA; Europa; China

Etanol

Caña de azúcar

Etanol

Biomasa (celulosa)

Combustible

Biodiesel

Biodiesel

Biodiesel

Semillas oleaginosas (canola, soya, trigo) Aceite de palma

Biomasa

Reducción de gases vs. Petróleo

Costo

Rendimiento por Ha.

Bajo-moderado

Moderado

Moderado

Brasil; India; Tailandia

Alto

Bajo

Alto

Ninguna

Alto

Alto

Alto

Europa; EUA

Moderado

Moderado

Bajo

Sudeste de Asia

Moderado

Bajomoderado

Moderado

Ninguna

Alto

Alto

Alto

Tipo de tierra Tierras aptas para cultivo Tierras aptas para cultivo Tierras aptas para cultivo, tierras marginales Tierras aptas para cultivo Tierras costeras Tierras aptas para cultivo, tierras marginales

Fuente: Biofuels for transport: an Internacional Perspective . Lew Fulton; IEA

Aspectos de controversia 2

En el proceso de producción pueden hacer uso de cultivos no comestibles, reduciendo la competencia entre alimentos y combustibles, y convirtiendo todo el material de la planta en energía utilizable, aumentando aún más su eficiencia comparada con los agrocombustibles actuales.

Las menores emisiones de CO2 y la reducción de gases que generan el efecto invernadero son, como se ha mencionado, uno de los principales argumentos a favor del desarrollo de los agrocombustibles. A ello se añade la necesidad de seguridad energética, principalmente para las naciones desarrolladas. Sin embargo, estas iniciativas han generado preocupación por el impacto de un fuerte crecimiento de la demanda de materias primas en la agricultura y los mercados mundiales de alimentos, generando un debate sobre sus ventajas y desventajas económicas, sociales y ambientales. Presentamos un resumen de los principales temas que están en debate y que generan aun posiciones contrarias sin que se llegue a un consenso absoluto:

Cuadro 2: Puntos a favor y en contra Tema Agricultura

A favor La rotación de cultivos entre leguminosas y cereales puede elevar la productividad

Seguridad alimentaria

Mayor disponibilidad de energía, más barata y eficiente con impactos positivos en la productividad agrícola Reduce la contaminación y los desperdicios sólidos

Contaminación

Subsidios y costo fiscal Balance de energía

Reduce las importaciones de petróleo Mejora la seguridad energética Balance positivo

Impacto en precios

Ahorro por menor dependencia del petróleo.

Empleo e ingresos rurales

Mayor empleo de mano de obra que los combustibles fósiles Mejores ingresos a trabajadores rurales Requiere menor inversión que otros sectores Permite el desarrollo de nuevas tecnologías (segunda generación)

Otros

En contra El monocultivo, la deforestación y el uso de transgénicos afecta el ecosistema En el largo plazo tierras, agua y otros recursos se volverán escasos para la producción de alimento Posible incremento de emisiones contaminantes (CO2 y nitrato de oxígeno) Elevado costo fiscal (subsidios a la producción y exención de impuestos) Se requiere energía fósil para su producción Eleva el precio de alimentos y de las tierras aptas para cultivo Condiciones laborales de casi esclavitud Concentración de la propiedad

Costos por modificaciones en el sistema de combustibles de vehículos Otros impactos medioambientales y sociales

Producción en el mundo La evolución de la producción de agrocombustibles ha sido impresionante en los últimos 15 años, particularmente de etanol. Así, la producción mundial de etanol ha pasado de 15 mil millones de litros en 1990 a casi 50 mil millones de litros en el 2007, lo que representa un incremento de más de 230%. Este crecimiento se explica por la mayor producción de los EE.UU.,

pero también por el aumento de la de Brasil, aproximadamente 19 mil millones de litros. Estos dos países representan cerca del 90% de la producción mundial. Gráfico 1

Producción Mundial de Etanol 2007 Unión Europea 4,4%

China Canada 3,7% 1,6%

Otros 2,4%

EE.UU. 49,6% Bras il 38,3%

Fuente: F.O. Licht

La producción mundial de biodiesel, también registra un crecimiento significativo en los últimos 15 años, en que prácticamente pasa de un nivel cero de producción en 1990 a cerca de 8 mil millones de litros en 2007. Europa es el principal productor con aproximadamente 93% de la producción mundial.

Cuadro 3: Producción mundial de Biodiesel 2007

Gráfico 2

A pesar de los debates que aun se dan entre los científicos y los ecologistas sobre los pros y contras del uso de agrocombustibles, los gobiernos, el sector empresarial y la IFIs ya se han puesto de acuerdo para impulsar la promoción y desarrollo de la producción y uso del etanol y biosiesel. Perspectivas Los EE.UU. prevé utilizar el 25 por ciento de los cultivos de maíz para producir 26,500 millones de litros de etanol en el año 2010, junto con de la ampliación de su capacidad con la construcción de nuevas plantas de producción que producirán 8,300 millones de litros adicionales. Además, el país norteamericano se ha planteado la meta de sustituir el 20% de la gasolina con agrocombustibles dentro de 10 años. Esto supondría aumentar en 9 veces el consumo de etanol hacia el 2017, lo que superaría largamente la capacidad actual, por lo que surgió la necesidad de hacer alianzas estratégicas con otros países. Es asi que el presidente de Brasil, Lula da Silva, respondió positivamente al llamado de Bush, consolidando la alianza entre los dos mayores productores mundiales para alcanzar tres objetivos: reducir la dependencia del petróleo, realizar inversiones en Brasil y en el continente en un sector en expansión, y volver a jugar un papel político determinante en el continente. En Europa la meta de consumo de combustibles agrícolas sobre el total de ventas de combustibles para motores diesel es de 5,75% hacia el 2010, y se espera que la meta sea mayor hacia el año 2015. Sin embargo, para abastecer de materia prima suficiente, Europa tendría que utilizar el 70% de sus tierras que actualmente de destinan a los alimentos, lo que supone mayor uso de tierras del hemisferio Sur. Muchos países latinoamericanos y asiáticos, como también africanos, se preparan para poder satisfacer la creciente demanda global de plantas energéticas. Así, por ejemplo, se observa un importante desarrollo del mercado mundial de aceite de palma proveniente de Indonesia y Malasia. En el marco de la primera conferencia internacional de la UE sobre “Combustibles biológicos”, que tuvo lugar en julio de 2007, la UE y Brasil decidieron fortalecer la cooperación en esta área y ampliar la importación de etanol de caña de azúcar. El protocolo de Kyoto que entró en vigencia en el 2005 contempla el financiamiento de proyectos de producción de “biocombustibles” dentro del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) a través del mercado de bonos de carbono. En la V Cumbre de presidentes ALC-UE 2008 recientemente realizada en Lima, uno de los puntos de acuerdo es el de “Intercambiar experiencias sobre la tecnología, normas y reglamentos en materia de biocombustibles”. En su reunión más reciente, los países del G-8 aprobaron realizar esfuerzos considerables para desarrollar el uso del agrocombustibles, y las instituciones financieras internacionales han creado carteras de préstamos multimillonarios para ese fin. En el caso del BID en el 2007 anunció el apoyo a privados por un valor total de US$ 3,000 millones para proyectos

de agrocombustibles en la región, incluyendo plantas de etanol en Brasil, y de investigación y desarrollo tecnológico en Colombia y en Centroamérica. El Banco Mundial también anunció que contaba con US$ 10 mil millones potencialmente disponibles para asegurar el desarrollo de los agrocombustibles3. Políticas estatales Se han implementado obligaciones o mandatos para incorporar agrocombustibles en los vehículos en al menos 36 estados/provincias y 17 países. (Ver Tabla R12, página 53.) La mayor parte de los mandatos requieren mezclas de 19-15% de etanol con gasolinas o naftas o mezclas del 2-5% de biodiesel con diesel oil. Estas obligaciones son además bastante recientes, implementadas durante los últimos 2-3 años. India incorpora la obligación en al menos 13 estados/territorios, China en 9 provincias, los EEUU en 9 estados, Canadá en 3 provincias, Australia en 2 estados y al menos 9 países en desarrollo a las establecen a nivel nacional. Entre los mandatos más recientes se destacan el de Canadá – que dispone una participación del 5% del etanol (E5) para el 2010 y del 2% del biodiesel (B2) para el año 2012; el de Filipinas – B1 y E10 para el 2010; y Australia que estableció el primer mandato a nivel de estados para mezcla de etanol, en New South Wales en 2007. El Reino Unido posee una obligación efectiva a partir del 2008. Las provincias canadienses de Columbia Británica y Québec anunciaron la imposición de una obligación para la mezcla de etanol, pero aún no han especificado porcentajes. Brasil ha sido el líder mundial en obligaciones de mezcla de biocombustibles por 30 años, bajo su programa “ProAlcool”. Las participaciones de la mezcla se ajustan ocasionalmente, pero se han mantenido en el rango del 20-25%. Se requiere que todas las estaciones de expendio vendan tanto gasohol (E25) como etanol puro (E100). La obligación de mezcla fue acompañada también por un conjunto de políticas de apoyo, incluyendo requerimientos para distribuidoras, subsidios a productores y facilidades impositivas para vehículos (tanto los flex-fuel como aquellos que emplean solo etanol puro). Además del mandato de mezcla, durante 2006/2007 surgieron muchos nuevos objetivos y planes para los agrocombustibles, definiendo así su futuro nivel de empleo.

Cuadro 4: Mandatos para mezcla de Biocombustibles

3

La Comisión de Etanol Interamericana es presidida por Jeb Bush, el anterior Ministro de Agricultura de Brasil, el líder de agronegocios Roberto Rodrígues, y Luis Moreno, presidente del Banco de Desarrollo Interamericano.

Fuente: Reporte Mundial de Energía Renovable 2007

Sector empresarial Son cuatro los sectores que incursionan en el desarrollo de la investigación, inversión y producción del agrocombustible: i) ii)

iii) iv)

Agronegocios: en el 2005 el mercado de agrocombustibles representó US$ 15.7 mil millones de dólares estadounidenses, con un 15% de crecimiento en comparación al año anterior. Petroleras: consideran que los agrocombustibles pueden prolongar su vida y diversificar sus negocios. Los agrocombustibles no necesariamente requieren cambios en los patrones de consumo o en la reestructuración de la economía basada en los combustibles fósiles. Al incorporar un 5-10% componente de etanol o biodiesel en la gasolina común, el uso de los combustibles fósiles pueden ser alargados por varias generaciones. Automotriz: puede mantener o incluso aumentar las ventas ya que la gente está obligada a adquirir nuevos vehículos adaptados al uso de etanol. Biotecnología: El alcanzar las metas de producción del agrocombustible requiere convertir cultivos para el uso del combustible, incrementando cosechas y reduciendo costos.

Todo lo mencionado anteriormente, nos indica que a futuro el crecimiento del sector agro-energético va a continuar y al parecer seguirá generando grandes beneficios a empresas transnacionales, así como a los

inversionistas de riesgo, quienes también ya están apostando por incluir los agro-negocios en sus carteras de inversión. Se espera que hacia el 2015 la producción mundial de etanol sea el doble de los niveles actuales, mientras que la de biodiesel se incrementaría en un 60%. Gráfico 3 Proyección de la producción mundial de agrocombustibles

Fuente: F.O. Licht

La presión sobre la oferta y, por tanto, sobre los precios y los términos de intercambio va a ser mayor aun, en un contexto en el que ya se sienten los efectos sobre los países importadores netos de alimentos. Precios y su impacto en la Balanza de Pagos La reciente crisis inflacionaria de los alimentos se debe a diversos factores. Entre ellos tenemos: los choques de oferta debido a las inclemencias climáticas que afectan las cosechas; el alza del precio del petróleo; la mayor demanda por alimentos por parte de países emergentes (China e India principalmente); el traslado de los inversionistas al cada vez más rentable sector relacionado a los alimentos; entre otros. Pero sin duda un elemento importante, aunque no el único, es la demanda cada vez mayor por la obtención de la materia prima para la producción de los agrocombustibles, que junto con otros factores como el aumento de precios de los fertilizantes necesarios para las cosechas, ha hecho que en los últimos años los precios de ciertos commodities agrícolas muestren una tendencia cada vez más hacia arriba4. Es así que desde principios de esta década, los precios del azúcar, maíz, trigo y soya, han seguido más o menos la tendencia de la cotización del petróleo (gráfico 4).

Gráfico 4

4

El propio Banco Mundial en un estudio interno calificado como “filtrado a la prensa”, determina que los agrocombustibles son responsables del 75% del alza de los precios de los alimentos.

Fuente: Bloomberg

Según un reciente estudio realizado por el FMI5, la inflación anualizada de los precios de los alimentos para 120 países no pertenecientes a la OCDE ha sido de 12% en marzo de este año, a comparación del 10% a finales del año 2007. Estas cifras son mucho mayores que la experimentada en el precio del petróleo, que tuvo un incremento de 6,7% y 9% para los periodos respectivos. Sin embargo, también señala que el efecto sobre la inflación total es diferenciado. Mientras que la subida en un punto porcentual del precio de los alimentos incrementa en 0,37% la inflación total, un 1% de incremento en el combustible lo hace en 0,07%. Esto se explica por el mayor peso que tienen los alimentos en la canasta de consumo, sobre todo de los países de bajos ingresos. Es evidente que por ser productos básicos, el encarecimiento de estos va a afectar los términos de intercambio y, por tanto, la balanza comercial y de pagos de los países. Pero el impacto también dependerá de si un país es importador o exportador neto de alimentos y de petróleo. Según el estudio, serían 72 países cuyo sector externo se vería afectado negativamente por el incremento de los precios en un 20% de aquí al 2009, mientras que los beneficiados solo serían 46 países. Entre los importadores netos, desde enero de 2007 el encarecimiento de los alimentos le costó US$ 2,300 millones (0,5% del PIB anual de 2007) a un grupo de 33 países pobres, y el del petróleo, US$ 35,800 millones (2,2% del PIB) a 59 países de bajo ingreso.

5

Food and Fuel Prices—Recent Developments, Macroeconomic Impact, and Policy Responses, junio 2008.

Fuente: FMI

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