No nos enamoramos de alguien por casualidad, el enamorarse responde a una serie de estructNo nos enamoramos de alguien por casualidad, el enamorarse responde a una serie de estructuras mentales donde ubicamos a las personas que nos atraen. Para aprender a amar y dejar de sufrir debemos entender los principios psíquicos y orgánicos de este sentimiento. Generalmente cuando tratamos de entender por que nos enamoramos o porque nos sentimos así, solo logramos unir el corazón con la mente llegando a racionalizar el sentimiento. Las afirmaciones más usuales nos dicen que el amor no se entiende solo se siente, que no se debe analizar, sino, disfrutar, que no existe la lógica en el romanticismo. Más bien se inclina a pensar que el amor es como un juego de azar, donde a cada uno le toca o no, enamorarse. Cuando nos sometemos a esta última afirmación, comenzamos a entender al amor como un sentimiento que se genera de la nada y que desaparece de la misma manera, todo lo dejamos librado al azar y es ahí cuando nos sometemos a sus caprichos y nos resignamos a ser felices o no, según la suerte que hayamos tocado. Cuando entendemos al amor como en juego de azar dejamos de lado los complejos procesos mentales que hacen que nos enamoremos. Esta idea mágica de los sentimientos se torna peligrosa, y es una de las causas principales del mal de amores. Generalmente vivimos el amor como mártires, siendo víctimas de nuestros propios sentimientos, disfrutando a pleno cuando las cosas salen bien o sufriendo terriblemente cuando las cosas no salen como queremos. Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce,
como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cuenta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente. El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas de vida, valores aprendido y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a una persona, producto de un complejo condicionamiento, podemos analizar algunas variables en las cuales podemos conseguir algunas respuestas a nuestra forma de amar. uras mentales donde No nos enamoramos de alguien por casualidad, el enamorarse responde a una serie de estructuras mentales donde ubicamos a las personas que nos atraen. Para aprender a amar y dejar de sufrir debemos entender los principios psíquicos y orgánicos de este sentimiento. Generalmente cuando tratamos de entender por que nos enamoramos o porque nos sentimos así, solo logramos unir el corazón con la mente llegando a racionalizar el sentimiento. Las afirmaciones más usuales nos dicen que el amor no se entiende solo se siente, que no se debe analizar, sino, disfrutar, que no existe la lógica en el romanticismo. Más bien se inclina a pensar que el amor es como un juego de azar, donde a cada uno le toca o no, enamorarse. Cuando nos sometemos a esta última afirmación, comenzamos a entender al amor como un sentimiento que se genera de la nada y que desaparece de la misma manera, todo lo dejamos librado al azar y es ahí cuando nos sometemos a sus caprichos y nos resignamos a ser felices o no, según la suerte que hayamos tocado. Cuando entendemos
al amor como en juego de azar dejamos de lado los complejos procesos mentales que hacen que nos enamoremos. Esta idea mágica de los sentimientos se torna peligrosa, y es una de las causas principales del mal de amores. Generalmente vivimos el amor como mártires, siendo víctimas de nuestros propios sentimientos, disfrutando a pleno cuando las cosas salen bien o sufriendo terriblemente cuando las cosas no salen como queremos. Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce, como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cu enta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente. El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas Psicología del amor: Para la psicología el enamorarse de una persona y no de otra, está prefijado en un mapa mental que elabora cada persona. Para Freud lo que mide el grado de enamoramiento es el instinto de ternura, que no se dirige a la satisfacción sexual directa. También dice que todos los objetos de los cuales nos enamoramos se basan en algunos rasgos de nuestras primeras relaciones, de manera tal, que la persona elegida es idealizada y no se la somete a ninguna crítica. Otros psicoanalistas consideran que el enamoramiento es un proceso de maduración, que sucede al encontrarnos con alguien que nos ayuda crecer. Cuando un hombre se enamora debe existir un malestar presente, una lenta acumulación de tensión, gran energía vital y un estímulo
adecuado en el camino que este hace para edificar su identidad, donde una mujer perdida queda en el inconsciente y ansía encontrarla. En el caso de una niña que se enamora es que ha perdido al príncipe de sus cuentos infantiles y aparece representando el hombre de sus sueños. Según otras opiniones, antes de que aparezca el verdadero amor, ya se han elaborado las características esenciales de ese ser a quien vamos a amar. Esto se debe a que entre los 5 y 8 años, se realizan asociaciones con amigos, miembros de la familia, con experiencias o hechos accidentales, que hacen desarrollar los mapas mentales que permiten clasificar a las personas que luego amaremos. Estudios sociológicos han demostraron que ciertos patrones se repiten en personas de distintas culturas. Se han estudiado también, los componentes del deseo y se ha comprobado que toda la gente busca en su pareja la comprensión, la amabilidad, la inteligencia, la confiabilidad, la estabilidad emocional, que sea atractiva, poco exigente y sana. En otras culturas se especifican rasgos especiales para establecer un vínculo amoroso, para los chinos es indispensable la virginidad, mientras que para la mayoría de los holandeses y suecos es una condición irrelevante. También se repiten en distintas culturas diferencias universales entre el hombre y la mujer a la hora de elegir una pareja. Las mujeres buscan hombres ambiciosos con una buena posición económica o por lo menos con el potencial para llegar a ella, una posición social decente y generalmente que sean unos años mayores. El hombre, en cambio, busca el atractivo físico, la juventud, características de fertilidad y reproducción. Aparece también el problema que no todas las personas cuentan con una lista completa de las cualidades deseadas, es acá cuando surge decir que el amor es ciego. Existe
también la ley del equilibrio, donde las personas deseables buscan personas con las mismas características, como las persona inteligentes y eruditas, buscan personas con estas características para poder compartir con ellas sus ideas y sus conocimientos. La admiración: A pesar de lo que creemos la admiración está muy cerca del amor. Esta se aproxima a la fascinación, y cuando encontramos un atributo que admiramos en una persona inmediatamente dirigimos nuestra atención a ella. Esta admiración nos hace dejar de lado el aspecto físico, ir a un nivel más íntimo y menos superficial. Decimos que nos estamos enamorando cuando superamos esa admiración, que casi siempre es a nivel inconsciente, y comenzamos a profundizar nuestros sentimientos. La admiración es más firme que la sola atracción física, ya que además del deseo, implica la amistad y la afinidad. Cuando aparece la admiración, el sexo deja de ser lo más importante y pasa a se un complemento. Es así como una persona brillante, que no es bella físicamente, puede llegar a deslumbrarnos por su intelecto de tal manera, que nos resulte atractiva, no garantizando el deseo, pero, crea una fuerte posibilidad. La afinidad es otra condición que hace atractiva a una persona, permite la comprensión mutua, no exige explicaciones, ni causa malentendidos. Una buena base para el amor es el entendimiento mutuo y los gustos similares. La persona se hace más atractiva cuando se crea una simbiosis entre la persona y el placer de la afinidad. El aspecto físico y el amor: A pesar que la afinidad y la admiración son
esenciales para el amor verdadero, también lo es el aspecto físico. Cuando la admiración y la afinidad se presentan sin deseo sexual no se supera más que una muy buena amistad, es cuando sentimos ser hermanos del alma. Los desencuentros amorosos y las frustraciones surgen cuando una de las personas siente amor verdadero y la otra no se siente atraída de la misma manera. Si bien el aspecto físico es lo primero que nos atrae de una persona, nos enamoramos profundamente de la personalidad más que de un cuerpo. La atracción física depende de numerosos factores que se vinculan a la experiencia social de cada sexo. Así se da que una mujer con gran atractivo físico, para escalar en su imagen social, suele buscar un hombre con muy buena posición económica. Lo mismo ocurre para el hombre, logrará escalar en el mundo social si conquista a una mujer atractiva. Estas relaciones se tornan peligrosas cuando se llega a los extremos, por ejemplo, una mujer no conseguirá el amor verdadero si no mira más allá del contexto en que se presenta un hombre, y un hombre no sentirá más que frustraciones y rechazos, si solo le atraen mujeres jóvenes, delgadas, altas, con imagen de modelos. Hay que tener en cuenta que si bien, es importante el atractivo físico y las apariencias, estas no nos aseguran el amor. La química del amor: Se debe establecer que, además de las estructuras mentales que hacen que nos enamoremos, existe en el amor un componente químico. El estado de enamoramiento está determinado por descargas neuronales, reacciones emocionales y hormonales. Cuando nos encontramos con la persona indicada, el sistema nervioso comienza a enviar mensajes a todas las glándulas del cuerpo, por medio del
hipotálamo. Inmediatamente aumenta la producción de adrenalina por intermedio de las glándulas suprarrenales. Es así como empezamos a sentir numerosos cambios, aumenta la presión arterial, se incrementa la capacidad muscular, liberándose grasas y azúcares, la frecuencia cardiaca comienza a aumentar llegando a 130 pulsaciones por minuto, se mejora el transporte de oxígeno a través de la sangre, ya que hay aumento en la producción de glóbulos rojos. Muchos consideran al amor como una enfermedad, porque provoca en el organismo una reacción tan intensa que se asemeja a otras patologías. Cuando aparece el amor, el sistema nervioso comienza a enviar órdenes a todo el organismo y el intelecto no puede hacer nada, es así como se ven afectados los folículos pilosos, las glándulas sudoríparas y las lagrimales, el músculo intestinal, la vejiga y los genitales. Hay determinados compuestos químicos que produce el organismo y éstos se combinan entre sí de tal manera que los enamorados no sienten cansancio o sueño cuando están juntas. Científicamente está comprobado que, cuando nos enamoramos en el cerebro se produce una sustancia llamada feniletilamina, que es un compuesto que proviene de las anfetaminas, también el cerebro segrega dopamina, responsable de desear algo y de repetir cualquier acción que nos provoque placer, además de norepinefrina y oxiticina, que maneja el deseo sexual. La feniletilamina disminuye cuando aparece una desilusión amorosa, y es así que se produce un síndrome de abstinencia, que lleva en muchos casos, al consumo de chocolates que es el alimento más rico en feniletilamina. Mientras dura el amor, la actividad de esta sustancia permanece en el cerebro durante dos o tres años o en algunos casos un poco
más. Cuando se termina este proceso es cuando se termina el amor. Sabemos también que tras el enamoramiento sobreviene la etapa donde el compañerismo el respeto, la tolerancia, la admiración, pasan a ser las bases de una relación que puede durar muchos años y ser muy feliz. El amor y sus tres elementos: En una pareja que se une coexisten tres elementos o factores emocionales que se relacionan con el deseo, definido por Eros: es el amor pasional, el deseo sexual, el enamoramiento, la posesión. Acá se desarrolla la faceta egoísta, donde se manifiesta el Yo que desea, que quiere poseer, que anhela ser el único. Por condición natural, Eros es conflictivo y dual, ya que en el mismo instante nos puede elevar al cielo o al infierno; con la ternura, definida por Ágape: es la ternura, el amor que no pide nada a cambio, la suavidad. Es el amor de entrega, libre de egoísmos, es el amor de la bondad. No se trata de un amor irreal o ideal, sino todo lo contrario, es capaz de amoldarse a la otra persona sin que esto sea un sacrificio; y la amistad, definida por Philia: trasciende el Yo, para formar la pareja Yo y Tú, donde la emoción principal es la alegría de compartir, la reciprocidad para estar tranquilos y pasarla bien. No aparece el placer como un sentimiento egoísta. Los momentos de felicidad, de esta pareja que se ha formado, se deben al equilibrio de estos tres elementos. Cada una de estas partes es primordial en el desarrollo del amor verdadero y es imprescindible para el comienzo de la atracción y la posterior relación basada en la afinidad y el amor. de vida, valores aprendido y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a
una persona, producto de un complejo condicionamiento, podemos analizar algunas variables en las cuales podemos conseguir algunas respuestas a nuestra forma de amar. un juego de azar, donde a cada uno le toca o no, enamorarse. Cuando nos sometemos a esta última afirmación, comenzamos a entender al amor como un sentimiento que se genera de la nada y que desaparece de la misma manera, todo lo dejamos librado al azar y es ahí cuando nos sometemos a sus caprichos y nos resignamos a ser felices o no, según la suerte que hayamos tocado. Cuando entendemos al amor como en juego de azar dejamos de lado los complejos procesos mentales que hacen que nos enamoremos. Esta idea mágica de los sentimientos se torna peligrosa, y es una de las causas principales del mal de amores. Generalmente vivimos el amor como mártires, siendo víctimas de nuestros propios sentimientos, disfrutando a pleno cuando las cosas salen bien o sufriendo terriblemente cuando las cosas no salen como queremos. Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce, como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cuenta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente. El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas de vida, valores aprendido y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a una persona, producto de un complejo
condicionamiento, podemos analizar algunas variables en las cuales podemos conseguir algunas respuestas a nuestra forma de amar. r los principios psíquicos y orgánicos de este sentimiento. Generalmente cuando tratamos de entender por que nos enamoramos o porque nos sentimos así, solo logramos unir el corazón con la mente llegando a racionalizar el sentimiento. Las afirmaciones más usuales nos dicen que el amor no se entiende solo se siente, que no se debe analizar, sino, disfrutar, que no existe la lógica en el romanticismo. Más bien se inclina a pensar que el amor es como un juego de azar, donde a cada uno le toca o no, enamorarse. Cuando nos sometemos a esta última afirmación, comenzamos a entender al amor como un sentimiento que se genera de la nada y que desaparece de la misma manera, todo lo dejamos librado al azar y es ahí cuando nos sometemos a sus caprichos y nos resignamos a ser felices o no, según la suerte que hayamos tocado. Cuando entendemos al amor como en juego de azar dejamos de lado los complejos procesos mentales que hacen que nos enamoremos. Esta idea mágica de los sentimientos se torna peligrosa, y es una de las causas principales del mal de amores. Generalmente vivimos el amor como mártires, siendo víctimas de nuestros propios sentimientos, disfrutando a pleno cuando las cosas salen bien o sufriendo terriblemente cuando las cosas no salen como queremos. Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce, como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cuenta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente.
El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas de vida, valores aprendido y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a una persona, producto de un complejo condicionamiento, ¿Por qué nos enamoramos?
Amar y ser amado es un hecho milagroso. Encontrar a la pesona indicada es más difícil todavía. ¿Cómo nace este sentimiento? El pasado tiene la palabra. A la pregunta de por qué nos enamoramos, hay respuestas distintas. El padre de la psicología, Sigmund Freud, explicaba que el estado del enamoramiento comparándolo con la hipnosis. El aseguraba que el instinto de ternura, aquel que no persigue la satisfacción sexual directa, es lo que mide el grado de enamoramiento, además sostenía que al alegir de quién enamorarnos, todo nuestro pasado se hace presente en la elección. Cuando nos enamoramos se produce una superestimación de la persona amada, la cual queda excluida de toda crítica; se la idealiza, sólo se ven sus cualidades u esto se produce porque tenemos la convicción de que con esa persona ya nada nos faltará, vamos a conseguir estar completos. Pero además de estas cuestiones psicológicas, la búsqueda del amor está signada por nuestro Karma,
una suerte de misión que debemos cumplir en esta vida. Loco de amor Hay personas que tienen cierta facilidad para enamorarse; otras, sin embargo, aseguran no conseguirlo aunque les gustaría. Al amor podemos intentar entenderlo, pero no lo deminaremos jamás, pues está hecho del mismo material que las pasiones: pertenece al mundo emocional, al lado irracional, a esa parte que el ser humano nunca ha logrado controlar. Eres todo para mi La persona "víctima del amor", busca un alma complementaria que cubra todas sus carencias emocionales, alguien con quien pueda sentirse completa. Cuando se está enamorado, la realidad sólo importa en la medida que se encuentra relacionada con la persona amada. Esta no es comparable ni sustituible por ninguna otra. "Eres todo para mi", es la frase típica del enamorado, que encarna el ideal que el Yo tiene para sentirse pleno. Se trata de una ilusión mental, pero tiene una eficacia considerable. Extasis El enamoramiento ha existido siempre y responde a la necesidad de encontrar un alma complementaria, alguien con quien fundirnos, otro que nos haga volver a ese estado donde alucinábamos, creyendo que todo lo que queríamos estaba al alcance de nuestra mano. Estar enamorado es estar necesitado de la otra persona, depender totalmente de ella y disfrutar con ella. El placer es mucho y el
enamorado vive un éxtasis que le hace olvidar las dificultades de la vida cotidiana. Crecer en pareja Para el psicólogo italiano Alveroni, cuyos libros sobre la teoría del enamoramiento y el amor tienen mucha aceptación, enamorarse es dar un paso hacia adelante. Es un proceso de maduración que aparece al encontrarse con alguien que nos ayuda a crecer, sólo si estamos preparados para el cambio radical. Ese alguien camina en la misma dirección que nosotros para satisfacer las exigencias internas que sentimos. Te estaba esperando ¿Cómo podríamos reconocer a esta persona que nos ayudará a crecer, si no se enlazará con algo del pasado para hacernos creer que con él, podemos realizar el futuro? Es un designio del Karma que se trae a esta vida. El hombre pierde a una mujer que quedó en el inconsciente y sueña con reecontrarla. La mujer ha perdido a un principe que quedó sumergido en las historias de su infancia y que ahora reaparece en el hombre de sus sueños. En la pasión amorosa hay un reencuentro con lo que hemos perdido. El hombre al igual que la mujer encuentra en el amado aquella parte suya que lo complementa. El Karma nos guía Frases de tipo: "Es la mujer de mi vida", parecen hablar de una información que nos brinda nuestro Karma. El hecho de que nuestro pasado "de esta vida o de otra anterior", sea la base en la que se apoyan nuestras pasiones amorosas, explicaría los fracasos de algunas personas.
Si nuestra historia emocional nos ha dejado un mal modelo de la relación afectiva, es posible que en la elección actual de la persona amada se intente romper el modelo. También es posible que una relación cuyo comienzo fue maravilloso, se convierta en un infierno porque no somos capaces de repetir aquellos modelos. Amor con mayúsculas Hemos hablado del "amor", pero no del "Amor". El "Amor" es la necesidad mental y física, provocada por el proceso kármico de cumplir un aprendizaje a través de la otra persona. Es un crecimiento del espíritu, un estado que colma de pronto una serie de necesidades que no están satisfechas. Hoy día es muy difícil mantener una relación, porque quizás resulte más difícil acostumbrarse a un proceso básico en el Amor, el proceso de "dar y recibir", ya que somos muchos los que nos hemos acostumbrado a una sola de las partes, a "recibir". Los individuos buscan fuera lo que tienen que solucionar dentro. Si supieran lo que es AMAR, el mundo no estaría como está. Del "amor al odio" sólo hay un paso, y las llamas de una pasión pueden a Enamorarse es una experiencia a la que no debemos renunciar aunque hallamos sufrido alguna decepción. Pero, ¿qué es realmente este sentimiento? ¿cómo saber si es verdadero amor? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer para mantener el amor?
1. ¿Qué es enamorarse? Enamorarse. El enamoramiento correspondido hace que nos sintamos felices Enamorarse es un estado emocional de alegría y felicidad que sentimos cuando nos encontramos fuertemente atraídos por otra persona, a la que idealizamos y le atribuimos toda una serie de cualidades que en la mayoría de los casos magnificamos. En cada persona el enamoramiento surge por causas diferentes y específicas. Vemos en esa persona a un ser encantador que nos cautiva por una serie de cualidades que nos gustan y nos atraen, su manera de ser, comportarse, moverse, belleza, inteligencia, etc. Incluso a veces no encontramos una causa objetiva y concreta que justifique los sentimientos que experimentamos. Cuando la persona enamorada es correspondida, siente un deseo irresistible de estar con la otra persona, de conocerla y de ahondar en su vida. Pero cuando esto no es así y el enamorado no es correspondido, experimenta un sentimiento de tristeza y frustración que tendrá que ir superando para salir de este estado. 2. Del enamoramiento al amor El enamorado piensa que ese amor es el definitivo, único e irrepetible y que va a perdurar siempre. Sin embargo, es tan sólo el comienzo de un proceso que puede o no acabar en verdadero amor, y que dependerá en gran medida del conocimiento y el trato que vaya teniendo de la otra persona, conocer
sus gustos, preferencias, objetivos etc. Este proceso consiste en la maduración de ese amor inicial para convertirlo en una amor sólido donde se cimiente una relación duradera y de entrega, dando paso en muchas ocasiones a un proyecto de vida en común o de familia. 3. Falsos enamoramientos Con frecuencia, algunas personas confundimos el estar enamorado con otras formas de amor o de sentimientos. Debemos tratar de identificarlas y de diferenciarlas del verdadero enamoramiento. Algunas de ellas son: 1. Cuando la persona se enamora solamente si hay un obstáculo que impide llevar a cabo una relación, pudiendo ser este obstáculo el propio rechazo de la persona a quien quiere conquistar, o bien la existencia de un rival, o cuando está casada, etc. En tal caso, cuando el obstáculo desaparece y consigue su objetivo, el amor también desaparece. 2. Cuando una persona se siente atraída por otra como consecuencia de lo que tiene o representa: riqueza, poder, clase social, etc. Es lo que llamamos el amor por interés. Personas que consiguen sus metas a través de otros y se valoran en función de los méritos del otro. 3. Personas inseguras que engañan a la persona amada para seducirla, con cualidades que no tienen u ocultando defectos. Son personas que conocen muy bien sus limitaciones y que saben como ocultarlas y evitar que el otro las perciba pero, tarde o temprano salen a la luz y es cuando empiezan las
decepciones y el otro se siente engañado/a. 4. Tras una decepción amorosa, hay personas que quieren volver a enamorarse para olvidar el amor que le está haciendo sufrir, mantienen una relación con otra persona con la que se sienten cómodos pero no enamorados, pasado cierto tiempo esta relación fracasa. 5. El caso de esas personas, sobre todo adolescentes, que creen estar enamoradas de sus ídolos, sienten admiración por lo que hacen o por como son físicamente, y lo confunden con el amor. 4. Cómo mantener el amor Al comienzo de toda relación es bueno conocer las inquietudes, hobbies y actividades que a cada uno le gusta hacer e intentar respetarlas y, en la medida de lo posible, hacerlas juntos pero, sin forzar situaciones. No debemos olvidar que también es bueno hacer cosas individualmente y que es un error pensar que las parejas que pasan más tiempo juntas funcionan mejor. En definitiva, se trata de no perder las ilusiones que siempre habéis tenido ya que, en la medida en que uno está bien consigo mismo lo va a estar para aportar lo mejor de sí a la relación. Transcurrido un cierto tiempo, se pasa de la euforia del comienzo a la tranquilidad de la vida cotidiana, después de varios años de convivencia se produce el cansancio y el deterioro de algunas parejas que no han puesto los medios para evitarlo y esto junto
con la rutina puede conducir al final de la relación. Para que esto no ocurra y mantengamos la ilusión y entusiasmo,es preciso cuidar día a día nuestra vida en común. ¿Cómo? A través de los pequeños detalles y de la comunicación, intentando cada día un acercamiento mayor, demostrándole además a nuestra pareja que la queremos y haciendo que se sienta feliz a nuestro lado. El enamoramiento, ha existido siempre y responde a la necesidad psicológica de encontrar un alma complementaria (ver KARMA), alguien con quien fundirnos, otro que nos haga volver a ese estado donde alucinábamos creyendo que todo lo que queríamos estaba al alcance de nuestra mano, estar enamorado es estar necesitado de la otra persona, depender totalmente de ella y gozar con ella, el goce es alto, ya que el enamorado vive un éxtasis que le hace olvidar las dificultades de la vida cotidiana. Hay ciertas personas que tienen cierta facilidad para enamorarse, otras sin embargo aseguran no conseguirlo aunque le gustaría, el amor podemos intentar entenderlo pero no lo denominaremos jamás, pues está hecho del mismo material que las pasiones, pertenecen al mundo emocional, al irracional, a esa parte que el ser humano nunca ha logrado controlar. A la pregunta de porque nos enamoramos, hay repuestas distintas, según FREUD explica el estado de enamoramiento comparándolo con la hipnosis y asegura que en el instinto de ternura, es decir aquel que ya no persigue la satisfacción sexual directa, es lo que mide el grado de enamoramiento, también
afirma que los objetos amorosos que elegimos se apoyan en algunos rasgos de nuestras primeras relaciones y que en esta situación se produce una superestimación de la persona amada, la cual queda excluida de toda critica, se la idealiza, solo se ven sus cualidades, y esto se produce porque tenemos la convicción de que con esa persona ya nada nos va a faltar, vamos a conseguir ser completos, tu lo eres todo para mi, es la frase típica del enamorado, el otro ha ocupado el lugar que en nuestro inconsciente ocupa el ideal que el YO tiene para sentirse pleno, ya nunca se va a encontrar limitado, solo se trata de una ilusión mental pero tiene una eficacia psicológica considerable. El psicólogo italiano ALBERONI cuyos libros sobre la teoría del enamoramiento y el amor ha conseguido una gran aceptación, se opone a la teoría de FREUD, porque no está de acuerdo en que se trate de algo que se apoya en el pasado para ALBERONI, enamorarse es dar un paso hacia adelante, se trataría de un proceso de maduración que aparece al encontrarnos con alguien que nos ayuda a crecer, solo si estamos preparados para un cambio radical. Ese alguien camina en la misma dirección que nosotros para satisfacer las exigencias internas que sentimos, pero todo esto no se contrapone a lo que dice FREUD, ¿como podríamos reconocer a esta persona que nos ayudaría a crecer, si no se enlazara con algo del pasado para hacernos creer que con él, podemos realizar el futuro?, alguno de nuestros sueños para enamorarnos según ALBERONI, se necesita un malestar presente, la lenta acumulación de una tensión, mucha energía vital y un estimulo adecuado en el trayecto que el hombre hace para construir su identidad, así pierde a una mujer que
quedo en el inconsciente y sueña con reencontrarla. Cuando se enamora la niña, ha perdido a un príncipe que quedo sumergido en las historias de su infancia y que ahora reaparece en el hombre de sus sueños, en la pasión amorosa hay un reencuentro con lo que hemos perdido, el hombre al igual que la mujer encuentra en el amado aquélla parte suya que le complementa. Frases del tipo, "este es el hombre que siempre espere", o también "es la mujer de mi vida", parecen hablar de un "conocimiento previo al deseo encuentro" (Karma), estar enamorado es la única locura permitida, inclusa valorada pero de esta locura, se puede salir por dos puertas: Una conduce directamente al amor, y la otra conduce directamente al infierno, estas diferencias corresponden a motivaciones inconscientes que responda la pareja que hemos elegido. Del "amor al odio" solo hay un paso, las llamas de una pasión pueden acabar abrasando a los protagonistas de la historia y DOSTOIEWSKY afirmaba, "que enamorarse no es amar", puede uno enamorarse y odiar, porque algunos amantes transforman su relación en un infierno, porque "la fusión que se da con el amado favorece la proyección de lo que no se soporta en uno mismo", en la pasión amorosa puede producirse una dependencia extrema del amado, nos hace ir en su busca por un lado y rechazarlo por otro, debido al sentimiento de agresividad que todo sometimiento exagerado nos provoca, odiamos al otro porque lo necesitamos, más que "elegir somos prisioneros de una necesidad" que confiere poder al cónyuge, la relación amorosa se convierte en una relación de
poder, la maduración personal evitaría un enganche patológico. El hecho de que nuestro pasado "de esta vida o de otra anterior", sea la base en las que se apoyan nuestras pasiones amorosas, explicarían los fracasos de algunas personas, si nuestra historia emocional nos dejo un mal modelo de la relación afectiva, es posible que en la elección actual de la persona amada se intente romper ese modelo, a veces se consigue pero también es posible que una relación cuyo comienzo fue maravilloso se convierta en un infierno, por la incapacidad para no repetir aquellos modelos. Cuantos idilios terminan en los tribunales, la intolerancia a que el otro no cubra todas nuestras expectativas y la decepción porque no se ajuste a lo que esperábamos, demuestra que nuestro mundo emocional tiene demasiadas heridas que curar y que por esta razón somos demasiado exigentes, demasiado vulnerables. Si se han dad cuenta hemos hablado del "amor", pero no del "AMOR", el amor visto desde un proceso más abstracto, es la necesidad mental y física, provocada por un proceso Kármico, de cumplir un aprendizaje a través de la otra persona, es un crecimiento del espíritu, es un estado inicial que llena de pronto una serie de necesidades que no están satisfechas, este influjo eléctrico o magnético, se puede definir muy bien astrológicamente y del porque existe esa atracción hacia esa persona en ese momento determinado. Hoy día es muy difícil mantener una relación, en primer lugar, porque la relación no está basada en
el AMOR, en el proceso de "dar y recibir", sino solamente en el de "recibir", y al estar basada la relación en el "amor", el proceso químico que unen los cuerpos, al estar condicionados astrológicamente sufren para su aprendizaje en los diferentes movimientos planetarios situaciones de crisis que necesitan solucionarse a través del AMOR, pero esto no ocurre así, las personas buscan fuera lo que tienen que solucionar dentro (Salvo que sea un proceso kármico). Si las personas supieran lo que es AMAR, el mundo no estaría como está.