Multiculturalismo hoy.Introducción.Bolivia es un país multicultural desde su fundación, pero es hoy ante fenómenos como la globalización, las distintas formas de migración y las sensibles y acentuadas repercusiones de las colonizaciones ante la búsqueda de una identidad cultural por parte de quienes habitan nuestra tierra. Este tema surge hoy con fuerza por el encuentro entre culturas en una magnitud nunca antes vista y por los conflictos que surgen entre diversas culturas que deben aprender a mantener una buena convivencia. Los conflictos en este sentido están siempre relacionados en lo referente a distribución de una u otra cosa: hegemonías políticas, distribución de tierras, etc. Solo por hacer referencia a la gran diversidad cultural podemos mencionar que existen aún en Bolivia 36 grupos étnicos originarios, y además del mestizaje, entre los fenómenos relacionados a la globalización está la adopción de subculturas urbanas de mucha controversia con su presencia en la mayor parte del mundo además de culturas nacientes con identidades que surgen de una aculturación. Cada una de las mencionadas con sus intereses particulares y sus intereses en lo referente a los recursos naturales de nuestra tierra. Contexto actual.En la actualidad se reconoce la deuda del sector urbano hacia el sector rural, deuda que hace año y medio se pretende pagar y tal vez solo porque las circunstancias lo demandan. Hace año y medio, porque se reconoció la necesaria concertación nacional en pro del desarrollo del país, pretensiones manifiestas en vísperas del referéndum autonómico y la elección de constituyentes. La deuda va más allá de que los grupos étnicos originarios hubieran sido explotados, esclavizados, marginados y maltratados en todas las formas que lo fueron, porque ellos eran más dueños que nadie de la tierra. A consecuencia de estas injusticias que no terminaron con el fin de la colonia o con la revolución del 52, es comprensible que se hubiera generado un resentimiento, sin embargo ante el intento de pagar esta deuda son las
actitudes las que son cuestionadas. La pregunta podría ser porque las posturas adoptadas por los grupos étnicos originarios de oriente son distintas a las de occidente. La respuesta va más allá de diferencias culturales. Todos los grupos culturales hablan de la necesaria concertación pero en occidente no se da la apertura a un verdadero dialogo por lo que podría identificarse como un etnocentrismo. En oriente, los grupos étnicos representados por el Cidob, en cambio, han dado gran apertura al dialogo. Podría entenderse que además de tratarse de etnocentrismo lo de occidente fuese una perspectiva política en consideración a que los quechuas y aymaras sobrepasan juntos los 4 millones de habitantes, mientras que se cuestiona si las otras etnias juntas se aproximan o no al millón. Sin embargo el resto de la población con sus diversos intereses y culturas siguen siendo mayoría. Las acciones tomadas por el área urbana para pagar su deuda con el área rural no pasan imperceptibles aunque por otro lado las injusticias de unos pocos confabulados con intereses extranjeros han estado incrementando recientemente estas injusticias. Esto se observa por como va creciendo el número de ONGs trabajando por el desarrollo en el área rural. Estas ONGs lo único que tienen de extranjero es el financiamiento, porque la iniciativa es de quienes también podemos encontrar trabajando, nuestra gente del área urbana descubriendo la realidad paralela del país: el área rural. Esto además de la dinámica política detrás de las asambleas por las propuestas para la constituyente, han logrado la concientización de los grupos étnicos de oriente, quienes no toman ya en consideración las recientes injusticias por parte de los siringueros en Pando, algunos ganaderos o las transnacionales como un obstáculo para llevar a cabo el diálogo sino que están abiertos a este. Y es más, los chiriguanos, guaraníes y todos en oriente se unen bajo una misma proclama: “Iyambae” Un comentario por parte de algunos integrantes del pueblo guaraní llamó bastante mi atención hace un tiempo atrás y aunque no recuerdo las palabras exactas su contenido pertinente expresaba que no puede gobernar un pueblo quien primero no ha sabido gobernar un hogar, una familia, que ellos no elegirían ahora ante su disconformidad con los acontecimientos a un representante o autoridad de ningún tipo a quien no supiese lo que era ser padre, porque siendo padre se aprende mejor lo que es flexibilidad y justicia.
En el área urbana, retomando el tema de las subculturas urbanas, salvo por la excepción de grupos identificados como antisociales, no hay mucho que decir en lo referente a las relaciones interculturales, no porque no fueran a veces víctimas de la injusticia, pero se trata de subculturas taciturnas, taciturnas porque no se manifiestan como disconformes. Lo suyo va más allá de una aparente rebeldía pasiva y es digno de investigaciones sociológicas. Su estética es sin embargo lo que llama la atención: falta de higiene, formas particulares de vestimenta y podríamos hablar ahora identificando dentro de estas subculturas algunas en relación a la identidad de género como los travestis u otras deformaciones. Muchas de estas subculturas nacientes adoptan costumbres de vida como la de los gitanos o el nomadismo hippie. Otros son los indigentes. En el área rural algunos toman como ofensa el ser llamados indígenas y prefieren ser llamados campesinos originarios, mientras que otros se agradan de ser llamados indígenas y que se reconozca su origen étnico. Pero de identidad ya es difícil de hablar porque todos ya han sido víctimas de la aculturación y el sincretismo producto del encuentro entre culturas.
Estas son algunas de las etnias originarias que todavía se reconoce:
ARAONA AYMARA AYOREODE MOJOS Y BAURES BORORÓ CANICHANA CAVINEÑA CAYUVAVA CHACOBO CHIMANE O MOSETENE CHIQUITANO CHIPAYA
AVA E YZOZEÑO GUARANI (CHIRIGUANO) CHULUPI (GUISNAI) ESE EJJA GUARASUG WE PAUSERNA GUARAYO IGNACIANO Y TRINITARIO ITONAMA LECO MATACO MORE O ITENEZ MOVIMA
PAKAWARA QUECHUA TACANA TAPIETE O YANAYGUA URUS YAMINAWA YUQUI YURACARÉ AFRO BOLIVIANO MAROPAS CHAPACURA O ITENEZ SIRIONÓ
De estas etnias algunas se encuentran en serios peligros de extinción como los araonas y pakawaras debido a no haber abandonado costumbres como la poliginia cuando en sus grupos, la población masculina es siempre mayor a la femenina, quedando muchos hombres sin pareja. Otros grupos no se encuentran todavía en una situación alarmante pero las circunstancias en que se encuentran si amenazan su supervivencia y existencia, y podrían a largo plazo derivar en medidas que significasen la fusión de culturas, como ejemplos de sincretismo religioso, o peor aún, la aculturación: la adopción de una nueva cultura tras la desvinculación con la propia.
Ante las circunstancias amenazadoras en que se encuentran estas culturas las únicas medidas tomadas son por parte de grupos religiosos cristiano protestantes como ONGs extranjeras quienes aún pretendiendo conservar la identidad cultural de estos grupos significan una influencia cultural colonizadora. Esto nos lleva a cuestionarnos cuál será el futuro del multiculturalismo en Bolivia. Este futuro viene muy relacionado a medidas políticas, fenómenos demográficos y globalización. Un ejemplo es la propuesta de la Corporación Boliviana de Fomento (CBF) sobre la colonización del área rural para el desarrollo económico a beneficio de los campesinos bolivianos. Relaciones interculturales y agenda constituyente.Cuatro son los mayores conflictos en las relaciones interculturales y dos las posturas más confluyentes. El tema agrario, los hidrocarburos, las autonomías y la identidad cultural son los temas de conflicto, pero para identificar las posturas son los dos últimos temas los más indicados para contrastarlas. Según algunos exponen, en lo referente al orden inclusivo de las autonomías, a. indígena (grupo étnico) dentro de regional, a. reg. dentro de departamental, en occidente se pretende una mayor desvinculación de las áreas indígenas en relación a las departamentales, mientras que en oriente se reconoce la necesaria vinculación entre ambas. La pregunta es, ¿cómo se lograría un verdadero consenso entre el área urbana y la rural si esta desvinculación sigue creando distancia? Una propuesta coherente con el vínculo necesario entre el área rural y la urbana es la expuesta en conformidad con la asamblea del pueblo guaraní para la asamblea constituyente bajo los principios filosóficos guaraníes de libertad, amistad, respeto, reciprocidad y solidaridad; donde tienen el mismo peso la postura del área rural como la de la urbana en lo relativo a lo regional. Se cuestiona la propuesta del gobierno y las posturas de los dos grandes grupos étnicos de occidente dentro de sus intereses en la asamblea constituyente lo referente a la descentralización de los poderes legislativo y judicial para la gobernabilidad según “usos y costumbres” en lo que se refiere al caso de estos pueblos por la viabilidad que tendría en relación al
resto de las culturas en consideración de sus antecedentes bélicos y el mal papel que han venido dando en los conflictos recientes calificables de antidemocráticos. Este cuestionamiento surge a partir del punto 10 referente al derecho consuetudinario según lo expuesto en la propuesta del Proyecto Justicia Comunitaria, punto que vinculado con el desconocimiento por parte de este proyecto de los mecanismos de apelación, en lo referido a la penalización conforme a usos y costumbres -algunas culturas contemplan las medidas violentas de penalización como el ejemplo de la waska y otras- entra en conflicto con lo referido a los individuos ajenos a la comunidad que son considerados “delincuentes externos” ya que este expone que se prioriza la intimidación de estos delincuentes.
Conclusión.Los conflictos son, sin embargo, necesarios pues han venido sacando a luz los obstáculos, prejuicios y malentendidos en relación a los intereses culturales, son enriquecedores en el sentido de que se puede lograr la unidad y concertación en la diversidad cultural por muy intrínsecas que en un inicio sean las circunstancias y relaciones. Y ha sido contra la pared que muchos hemos aprendido a valorar a los que son distintos a nosotros. Son las circunstancias las que más allá de un egoísmo racional nos llevan a concebir una solidaridad razonable. Volvemos pues a la consideración del contrato social para las relaciones interculturales, además de valorar también los derechos humanos. Hablar de multiculturalismo mañana podría ser más complejo o más sencillo, sin hablar de mestizaje, el intercambio cultural forzado por el desarrollo económico y la globalización nos introduciría a la adopción de nuevas identidades culturales con una herencia compleja surgida de una miscelánea cultural.
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