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Unidad 3: Fase 4 - Trabajo Colaborativo 3

Luz Marina Jauregui cód.:1094248143 July Stephany Poveda cód.: Diana Cortes cód.: 1014213646 Silvia Stella Laguna R. cód.: 28904757

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD Facultad de Sociales, Artes y humanidades Programa de Psicología Cátedra Prosocialidad 403010A_474 Ibagué, Colombia Noviembre de 2018

*Yenni Andrea Pedreros

Introducción Este documento se incluye el paso 4, 5 y 6 bajo la estrategia del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) que se ha estado realizando durante este curso bajo el tema de la “Violencia contra la mujer”, bajo los conceptos de la prosocialidad , establecido de la siguiente manera paso 4: donde se realizar la lista de aquello que necesita hacerse para resolver el problema de la violencia contra la mujer, Paso 5, Si se realiza redefinición de la problemática, y el paso 6: identificación de la información pertinente que sustenta el problema con base en las lecturas sugeridas en esta unidad y en las búsquedas bibliográficas que se han realizado alrededor del problema, esto se presenta en forma de Marco Conceptual. Es importante contar con las bases para la realización del Marco conceptual, siendo el conjunto de conceptos que enmarcan una temática, cumpliendo la función de clarificar la situación previa del trabajo que se realice. Así, mismo ordenar la información y presentarla. Esto es vital para cualquier trabajo porque significa que se organizan los datos.

...

Pasos 4 5 y 6 Paso 4. Lista de aquello que necesita hacerse para resolver el problema. La violencia de género es descrita como la expresión más brutal de las desigualdades sociales. Por ello, la prevención en violencia de género debe incidir muy especialmente sobre estos factores, promoviendo una nueva forma de entender las relaciones entre hombres y mujeres. Entre las estrategias sugeridas para la prevención de la violencia de género, se pueden incluir: 1. El primer paso para resolver el problema es que la justicia sea accesible para las mujeres y las niñas brindándoles servicios jurídicos gratuitos y especializados, creando penas más fuertes para los agresores, aumentando la cantidad de mujeres en los trabajos de servicios públicos. Brindar una buena información a las personas encargadas de tratar estos casos tales como la policía, los abogados, los trabajadores sociales y el personal de salud, para que se garantice el cumplimiento de las normas y protocolos de calidad. Siendo servicios de confidenciales, sensibles y adecuados a las mujeres que han pasado por estas situaciones. 2. Ratificar los tratados internacionales y regionales que protegen los derechos de las mujeres y de las niñas, y garantizar que las leyes y los servicios nacionales observen las normas internacionales en materia de derechos humanos. 3. Adoptar y cumplir las leyes para poner fin a la impunidad, juzgar a los culpables de violencia contra las mujeres y las niñas, y otorgar reparaciones y soluciones a las mujeres por las violaciones de que fueron víctimas. 4. Crear planes nacionales y locales de acción para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, que logren reunir al gobierno, a las organizaciones de mujeres y a otras organizaciones de la sociedad civil, a los medios de comunicación y al sector

privado en un frente coordinado y colectivo que luche contra dichas violaciones de los derechos humanos. 5. Garantizar el acceso universal a los servicios esenciales siendo, como mínimo, las necesidades urgentes e inmediatas de las mujeres y de las niñas atendidas mediante líneas de emergencia gratuitas que trabajen las 24 horas, contando con intervenciones rápidas para su seguridad y protección, con viviendas y refugios seguros para ellas y sus hijos, con un seguimiento y apoyo psicosocial, con cuidados post violación, y con una ayuda jurídica gratuita para que comprendan sus derechos y opciones. 6. Invertir en la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres, la igualdad entre los géneros y la erradicación de la violencia contra las mujeres deben situarse firmemente en el centro del logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. 7. Mejorar la autonomía económica de las mujeres, las oportunidades económicas y laborales desiguales en detrimento de las mujeres son un factor primordial que perpetúa su permanencia en situaciones de violencia, explotación y abuso. 8. Desmitificando creencias sobre la violencia contra la mujer, creencias como: es una cuestión privada, se deben a crisis económicas, la violencia es natural e instintiva, el consumo de alcohol, los hombres son psicópatas impulsivos y descontrolados, las mujeres son masoquistas débiles y tontas. 9. Informando a las autoridades en lugares como: fiscalía, comisaría de familia, policía, EPS, IPS, ICBF, Medicina legal, personerías, defensoría del pueblo y procuraduría general de la nación. Estas organizaciones deben propiciar escenarios de cambio que permitan desarrollar ambientes transformadores a través de procesos y sinergias con el sector comunitario y actores sociales.

10. La gestión Universitaria conlleva la formación de profesionales integrales en valores, código de ética y códigos morales. Formación que involucra los saberes y haceres de la comunidad, formación de profesionales capaces de insertarse en las comunidades con el reconocimiento de la problemática de la violencia contra la mujer para brindar solución desde la planificación y el desarrollo de proyectos encaminados a la enseñanza de valores y respeto. 11. Modificar las prácticas en las organizaciones, y si estas se sostienen en el tiempo, dado que conforman espacios educativos, finalmente lograremos construir nuevos hábitos, conductas, afectos, sentimientos y actitudes. La responsabilidad social vista como una nueva ética puede ser un eje transformador. 12. Desde el ejercicio profesional como psicólogos se deben fomentar espacios para la atención, observación y ayuda psicológica dentro de las comunidades y las víctimas ya que son ellos quienes mejor conocimiento tienen sobre la problemática, el psicólogo debe ser solidario, animar el trabajo en equipo de forma cooperativa y diseñar estrategias a futuro fomentando las conductas prosociales para resolver dichos problemas.  Para llegar a tratar las causas principales de la violencia hacia las mujeres, es primordial la buena educación y el tratar de fundar las alarmas en todas las personas de cuáles son los inicios de la violencia de género, fomentando la igualdad de género y la erradicación de la violencia en cualquier persona. Dentro de las estrategias para el cambio cultural podemos incluir:  Campañas y actividades de promoción: en especial campañas encaminadas a transmitir el mensaje de que es inaceptable la violencia hacia la mujer.

 Movilización comunitaria: Estas estrategias pueden contribuir a la prevención de la violencia de género, a través de la consecución del compromiso de todos los niveles de la sociedad, entre ellos, representantes de los gobiernos locales, líderes de la comunidad, organizaciones no gubernamentales y grupos de mujeres.  Trabajo con los hombres: La lucha por transformar las relaciones de género y eliminar la violencia contra la mujer no puede tener éxito sin la participación de los hombres. Comprometer a los hombres en la aceptación y respaldo de los nuevos roles a desempeñar por las mujeres resultan claves para poner fin a la tolerancia social ante la violencia ejercida contra las mujeres.  La capacitación y la sensibilización de los periodistas y otros profesionales de la comunicación que informan sobre la violencia contra la mujer: lo que va a contribuir a mejorar la calidad de la información y a elevar el nivel de conciencia y comprensión de las causas y consecuencias de la violencia contra la mujer por parte del público en general.  Educación y fortalecimiento de capacidades en el sistema escolar: El sistema de educación formal puede ser clave como lugar para elevar el nivel de conciencia acerca de la violencia de género y a atacar y erradicar los estereotipos de género presentes en la sociedad.  Trabajar con los Jóvenes: Es una parte muy importante en esa respuesta, trabajar con la juventud y romper el ciclo de violencia, que pasa de padres a hijos. Cuestionar el modelo de masculinidad violenta y transformar las normas comunitarias es esencial y programas como Hombre y Mujeres están dando resultados prometedores.

 Más y Mejores Servicios: Otro pilar básico es proveer servicios de calidad a las mujeres sobrevivientes de la violencia. ofrecerles a las mujeres sobrevivientes opciones de empoderamiento económico para que puedan salir adelante sin depender de su agresor. Capacitación con ayudas del Sena, Universidades, Colegios, etc.  Incluir la violencia doméstica en las agendas de seguridad ciudadana: Las fuerzas policiales necesitan aprender a tratar los casos con profesionalidad y a las mujeres con dignidad. Pero es más: la violencia contra la mujer genera otros tipos de violencia, como la juvenil –los estudios demuestran que los hijos que presencian violencia contra su madre son más propensos a tener una conducta delictiva-, por eso prevenir la violencia contra las mujeres es prevenir también otros tipos de violencia.

Paso 5 El grupo concluyo que no hay necesidad de Replantear el Problema

Paso 6. Marco Conceptual

En 2018 se han registrado al menos 3.014 casos de violencia de género contra la mujer en Colombia: es decir, alrededor de 50 cada día. Así lo reveló un informe de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, tras hacer un análisis de los documentos del Instituto Nacional de Medicina Legal. De acuerdo con las cifras del informe, las mujeres más afectadas por esta problemática son aquellas entre los 20 y 29 años, con 1.295 denuncias. También se reportaron 81 casos en los que menores de edad fueron maltratadas por sus parejas, el informe también revela cuales son las zonas donde más se registraron casos de violencia de género en lo corrido de 2018,

siendo Bogotá la primera, con 760 mujeres maltratadas; seguida de Antioquía, 311; Cundinamarca, 236; Valle del Cauca, 204; Santander, 172; Atlántico, 136; y Meta, 103. (Legal, 2018) La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de las Naciones Unidas y la Convención Interamericana para Prevenir, Castigar y Erradicar la Violencia contra la Mujer de la OEA (1994) condensan las definiciones de la violencia en contra de la mujer, como: "Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada." Se reconoce también que existen diferentes tipos de violencia de género (física, psicológica, sexual, patrimonial y económica) por lo general responde al tratamiento metodológico para fines de explicación y sistematización, ya que por lo general coexisten diferentes tipos de violencia en una misma relación de pareja. La violencia dirigida hacia las mujeres dentro de las relaciones de pareja es un problema de salud pública, manifestación de las violencias basadas en género y una violación a los derechos humanos de las mujeres. Esta se define como “cualquier comportamiento que se da dentro de una relación íntima que causa daño físico, psíquico o sexual a los miembros de la pareja; específicamente”(OMS). Miguel Lorente a su vez, describe el Síndrome de Maltrato a la Mujer como “el conjunto de lesiones físicas y psíquicas resultantes de las agresiones repetidas, llevadas a cabo por el hombre sobre su cónyuge (mujer) a la que estuviese o haya estado unido por alguna relación de afectividad”(Lorente Acosta M, 2000). En nuestro contexto, la violencia de pareja se entiende como un patrón de interacción que lesiona la integridad física, emocional, sexual y/o patrimonial de las personas que conforman parte de la misma; con estas conductas se pueden

vulnerar los derechos sexuales y reproductivos, a la vida, a la libertad, entre otros; incluye los episodios de violencia ocasionados por la pareja actual, las exparejas y las parejas del mismo sexo. La violencia entre parejas en relación al género, lo podemos analizar desde distintas perspectivas: Desde la perspectiva sanitaria se reconoce que la violencia en las relaciones de pareja afecta gravemente la salud de las mujeres, ejemplo de ello son las secuelas físicas entre las que se pueden encontrar situaciones de discapacidad y dolor crónico, así como afectaciones en su salud mental y laboral; e incluso puede tener un desenlace fatal. Un estudio realizado por Foshee y sus colegas (Foshee, 1999)examinaron un grupo de 1965 estudiantes de octavo y noveno grado y encontraron una relación entre dicha violencia y haber presenciado o haber sido objeto de violencia en su familia de origen, mediada, independientemente del género, por la aceptación de dicha violencia y un estilo agresivo de resolución de conflictos. Wolfe y sus colegas (2001), por su parte, compararon los y las adolescentes que habían sido objeto de malos tratos en su familia con los y las que no, en una muestra de 1419 adolescentes vinculados a diez escuelas de secundaria de Ontario (Canadá), hallando que las adolescentes del primer grupo tenían una probabilidad mayor de exhibir dificultades relacionadas con la ira, la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático, así como un mayor riesgo de delincuencia violenta y no violenta y de portar armas furtivamente, mientras que los adolescentes de dicho grupo mostraron una mayor probabilidad de exhibir niveles clínicos de depresión, estrés postraumático y disociación y de exhibir conductas amenazantes o maltrato físico con sus parejas afectivas (Kinsfogel, 2004). Fasí mismo, evaluaron 391 adolescentes varones y mujeres entre los 14 y 18 años de edad y cuyos padres habían estado en conflicto, encontrando que los adolescentes varones que habían presenciado mayor conflicto

interparental, veían con mayor naturalidad la agresión en las relaciones románticas, tenían mayores dificultades para manejar la ira y creían que la violencia era común en las relaciones de pareja de sus pares. Los resultados de estos estudios señalan que el haber presenciado violencia entre los padres puede asociarse con el desarrollo de rasgos psicológicos negativos, tales como las dificultades para el manejo de la ira, la baja autoestima, las dificultades emocionales y la aceptación de la violencia hacia la pareja, que favorecerían la comisión o el ser víctima de actos de violencia de pareja en la adolescencia y la vida adulta. También indican que la detección de este tipo de rasgos en la adolescencia podría facilitar la ejecución de estrategias de prevención de dicha forma de violencia, en aquellas personas expuestas a violencia marital. Por lo anterior, esta investigación se planteó como objetivo examinar la aceptación de la violencia hacia la mujer, las habilidades sociales, la empatía, la comunicación de pareja, los rasgos de personalidad machistas (en los varones) y los rasgos de personalidad sumisos (en las mujeres), en un grupo de adolescentes varones y mujeres que habían presenciado violencia por parte del padre hacia la madre, comparándolos, tanto a nivel grupal como por género, con un grupo de adolescentes varones y mujeres con rasgos sociodemográficos similares, que no habían sido testigos de ese tipo de violencia. Para lograr mejor control de emociones dentro del entorno familiar es importante el desarrollo de habilidades pro sociales; la conducta pro social puede ser definida como una conducta voluntaria de ayuda para con otros (Epps, Park, & Huston, 2003). Existe un consenso entonces con respecto a que la empatía con el sufrimiento de los demás favorece los actos altruistas y limita la agresión personal. Pero si bien se admite que la sensibilidad empática favorece el altruismo y reprime la agresividad, el que una persona empática realice o no acciones altruistas depende de otros determinantes como los inductores sociales, las limitaciones que impone la situación, los costos

potenciales del acto, las habilidades sociales, las características de la víctima, etc. Los estudios concluyen que las mujeres alcanzan puntuaciones más altas en empatía, en comparación con los varones (Mestre & Frías, 2004) Ahora bien, diversas teorías explican el desarrollo de la prosocialidad, pero son tres los enfoques que abarcan los modelos teóricos más representativos. La teoría evolucionista se basa en los mecanismos de parentesco, altruismo recíproco y la selección grupal para explicar la prosocialidad. El enfoque cognitivo señala que existe relación entre el juicio moral y la conducta prosocial, de modo que a mayor madurez psicobiológica, mayor será la conducta prosocial Las teorías del aprendizaje social, por otro lado, consideran que es a través de la experiencia directa y el modelamiento que se produce el aprendizaje de conductas de ayuda hacia los demás (Espinosa & Ferrándiz, 2011) La violencia de género y vista desde el modelo ecológico, Bronfenbrenner (1979) identificó una serie de elementos que se pueden traducir en determinantes de la violencia o en factores protectores, elementos que se ubican en diferentes estadios de la vida social. Analizar la violencia contra las mujeres teniendo como guía el modelo ecológico implica "descifrar la forma en que las relaciones de género y sus expresiones simbólicas y culturales y de poder cruzan dinámicas contextuales de lo público y lo privado, donde se vive y actualiza la violencia social” (Olivares, 2009, p.6).El modelo ecológico de Bronfenbrenner y Belsky que plantea un individuo que está inmerso en una serie de sistemas en el que interactúa es muy útil para el análisis del aprendizaje de la violencia. En este modelo se encuentran cuatro ámbitos que dan cuenta tanto de la existencia de agresores, como de la respuesta de las víctimas y las condiciones de reproducción social de la violencia, en el primer ámbito encontramos:

Microsistema, (entornos inmediatos del sujeto, como el contexto familiar, y el escolar): Gran parte de la violencia surge en el sistema familiar, donde se adquieren los primeros modelos, se estructuran las primeras relaciones sociales y las primeras expectativas básicas de aquello que se espera de uno mismo y de los otros. En alguno casos, los chicos / as que están expuestos a la violencia en su familia, reproducen patrones cuando interactúan con el entorno exterior. Desconocen formas de relación que no siguen mediante la violencia y así, sus relaciones acaban por deteriorar-se. Por otra parte la escuela es a menudo un contexto que puede permitir el aprendizaje de la violencia. Es fundamental desarrollar habilidades que permiten afrontar las situaciones estresantes y los conflictos tanto en la familia como en la escuela de forma positiva. Mesosistema, (relaciones que se establecen entre los diferentes entornos inmediatos del sujeto, por ejemplo la relación entre la familia y la escuela): La carencia o nulidad de una comunicación de calidad entre familia y escuela, así como la falta de redes sociales de suporte delante de situaciones que sobrepasan los recursos personales pueden favorecer la aparición de la violencia y su aprendizaje. El sujeto y su familia tienen que establecer relaciones positivas con otros sistemas sociales, para desarrollar la calidad y la cantidad de sus respuestas sociales para resolver problemas, mejorar su autoestima, etc. Exosistema, (organización del medio en el que vive el sujeto: sistema económico, político, medios de comunicación): El medio influye en los sujetos de una manera implícita, por lo cual , una exposición incontrolada y constante a la violencia (por ejemplo en los medios de comunicación: telenoticias, películas) deriva a su normalización, en la asunción de la misma como respuesta de interacción valida y efectiva. Por todo eso se tiene que promover la utilización controlada de las nuevas tecnologías, la selección de los medios audiovisuales para favorecer el procesamiento de la información y conseguir un mayor impacto emocional.

Macrosistema, (estructura social, cultural, creencias y actitudes de la sociedad): A través de costumbres, creencias y actitudes sociales que promueven la violencia. Es importante desarrollar cambios de actitudes y alternativas que permiten resolver los conflictos de forma positiva, aboliendo estereotipos descalificadores, todo eso involucrando en esta lucha a toda la sociedad y haciendo consciente la presencia de la violencia en el mismo sistema y en las instituciones. En definitiva para prevenir la violencia es necesario analizar la interacción entre los individuos y los contextos donde se produce la violencia y actúa sobre todos ellos. El desarrollo de un entorno desde la prosocialidad, con buen manejo de emociones, empatía, sociabilidad y ayuda a los demás, se tiene mucha probabilidad de mitigar las acciones de violencia contra la mujer en su entorno familiar.

Conclusiones Son muchas las posibilidades que presentamos en este trabajo para la solución del problema de la violencia contra la mujer, quizás la más importante es hacerlo visible a toda la sociedad para que se materialice la lista de soluciones. La violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades. La eliminación de la violencia contra la mujer es condición indispensable para su desarrollo individual y social y su plena e igualitaria participación en todas las esferas de vida. Finalmente es necesario promover la implementación de medidas generales para garantizar el acceso de las mujeres a la justicia y a servicios adecuados, pertinentes y de calidad, así como mecanismos específicos para aquellas que enfrentan múltiples factores de discriminación y exclusión. Tras la elaboración de este trabajo se han sustentado herramientas, más, para prevenir y erradicar la violencia de género y garantizar la atención y asistencia integral a sus víctimas. Puesto que constituye una situación que implica a toda la sociedad y a las Administraciones Públicas por la responsabilidad social que todos tenemos. Finalmente es necesario promover la implementación de medidas generales para garantizar el acceso de las mujeres a la justicia y a servicios adecuados, pertinentes y de calidad, así como mecanismos específicos para aquellas que enfrentan múltiples factores de discriminación y exclusión.

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