Lección Ocho – Un Joven que Hizo una Decisión Fatal 1. Pasaje bíblico: Marcos 10:17-22 (1) Este relato es conocido como “El Joven Rico”. Mateo 19:16-22 identifica al hombre como joven. Lucas 18:18-23 nos hace entender que era un hombre principal entre los judíos. Los tres Evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) nos cuentan que tenía muchas posesiones, que era rico. (2) Lea el texto: Marcos 10:17-22
2. Palabras de esta lección que usted debe entender Los mandamientos – Los Diez Mandamientos se encuentran en Exodo 20:1-17. Cuatro de éstos tienen que ver con la relación vertical (divina) del hombre. Los otros seis tienen que ver con la relación horizontal (humana).
3. Desarrollo del episodio El mundo tiende a enseñar que si una persona tiene dinero y un puesto político, no tendrá necesidad de otras cosas. Tendrá sus amigos para que le ayuden y el dinero para comprar todo lo que su corazón desee. Pero en este pasaje bíblico se ve a un joven que, a pesar de ser rico y poderoso, tenía una necesidad que ninguna persona de influencia podía llenar y que el dinero tampoco podía cubrir. ¿Cuál era esa necesidad? Se manifestó como el deseo de saber, con toda seguridad, que cuando tuviera que cerrar los ojos en esta vida, en la experiencia de la muerte, pasaría a la vida eterna con Dios. Es decir, tenía una necesidad espiritual. Cada uno tiene esta necesidad, y todos desean tener la seguridad de la vida eterna tras la cortina de la muerte Jesús estaba caminando entre Perea y Jerusalén cuando se encontró con el joven. Fue un encuentro raro y breve, y al final, triste. (1) El joven mostró su sinceridad para con Jesús al arrodillarse delante de él. La sinceridad es loable en cualquier persona. Nadie puede llegar a conocer a Jesús como Salvador y Señor sin ser sincero. Fingir delante de Dios de nada sirve, porque él conoce las intenciones del corazón. (2) El joven identificó a Jesús como “Maestro bueno”. El Maestro aclaró esas palabras. Hay personas no creyentes que usan estos versículos para enseñar que Jesús mismo declaró que no era Dios. Pero, al examinar el texto más de cerca se descubre que Jesús le hablo en esta forma para verificar si en realidad el joven sabía con quién estaba hablando. ¿De veras reconoció que Jesús era Dios encarnado? Si hubiera reconocido a Jesús como Dios, habría podido seguir con la conversación estando seguro de que la respuesta a su pregunta venía de Dios mismo. (3) Después de aclarar con quién estaba hablando, Jesús quiso ayudar al joven a reconocerse como idólatra. Era evidente al Maestro que el dios del joven era su riqueza. No sería posible para el joven encontrar al Dios verdadero y la seguridad espiritual que deseaba mientras otros dioses ocuparan el trono de su vida. (4) Evidentemente era una persona que gozaba de una relación horizontal excelente. Note cuáles de los Diez Mandamientos había guardado. Era un hombre bueno, pero el hecho de ser una persona buena y gozar de una buena relación con los demás no le daba seguridad de pertenecer a la familia de Dios. (5) Jesús le miró y le amó. Quiso añadir este joven al grupo de sus discípulos. Puso el dedo en la llaga al pedirle que vendiera todos sus bienes y regalarlo a los pobres. Al reflexionar sobre la realidad de vivir sin esas cosas y confiar totalmente en Cristo, el joven tomó su decisión fatal. No estuvo dispuesto a pagar el precio que Jesús demandó, y rechazó el mensaje y la invitación del Maestro. (6) El relato termina con el joven saliendo de la presencia del Maestro. Note que se fue triste. Es posible llegar a la presencia de Cristo, entender el plan de la salvación, escuchar la invitación divina y salir sin ser cristiano. No es posible rechazar el mensaje de la salvación e irse feliz.
4. Para reflexionar y dialogar (1) ¿Ha observado usted la idolatría de la gente en el día de hoy? ¿Cuáles son algunos de los dioses falsos a los que ella sirve? (2) ¿Tiene usted la paz del alma y la seguridad de la vida eterna? Recuerde que la invitación de Jesús, “Venid a mí”, es para usted también. (3) ¿Qué significan para usted las palabras, “Ven, sígueme”? (v. 21). (4) ¿Por qué podemos catalogar lo que decidió este joven rico como “una decisión fatal”? (5) ¿Qué decisión ha hecho usted respecto a Jesús como Salvador y Señor?