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SOCIEDAD

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DOMINGO, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2001

Hace quince años ya que la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción comenzó a enseñar a decir ‘no’. En un mundo con una oferta permanente e inevitable de droga, la última campaña informativa pide a los consumidores ‘Haz algo, no esperes a que sea demasiado tarde'

SUSTANCIAS MAS USADAS

■ El Informe Mundial sobre Drogas de la ONU en 2000 señalaba unos 180 millones de adictos a las drogas ilegales, lo que suponía un 4,2% de la Humanidad, desglosados en 144 millones de adictos a derivados del cannabis, 29 millones a las anfetaminas, 14 millones a la cocaína y 13,5 millones a los opiáceos. De este último grupo, 9 millones seguían adictos a la heroína. Sin embargo, las cifras de las drogas legales como alcohol y tabaco y de la automedicación son mucho mayores. ■ Tabaco: contiene o libera nicotina, que crea adicción psíquica y afecta al desarrollo del feto; monóxido de carbono, que bloquea el transporte de oxígeno; gases irritantes, que alteran la limpieza del aparato respiratorio y favorecen la aparición de gérmenes, y agentes cancerígenos, como el benzopireno. Provoca dependencia psicológica. El cáncer de pulmón, los ataques al corazón y el infarto cerebral son las principales causas de muerte en los países desarrollados ‘gracias’ al tabaco.

CARMEN SECANELLA

El alcohol es la droga más extendida entre los jóvenes, ya que es barato, se puede comprar en cualquier sitio y sus efectos son rápidos.

Quince años contra las drogas CIRO GALANTE «No es cobarde el que se niega, sino el que cede», decía el fundador de la FAD, el general Gutiérrez Mellado, un hombre valiente que vivió la Transición como ministro de Defensa y el golpe del 23F como vicepresidente del Gobierno. En 1986, la heroína provocaba estragos y la sociedad, asustada por el perfil delincuente de los toxicómanos, exigía soluciones inmediatas. El drama de un amigo íntimo con dos hijos heroinómanos convenció a Gutiérrez Mellado de la necesidad de una institución que hiciera frente al fenómeno. Consciente de la necesidad de apoyo y presencia social, concilió la voluntad de numerosas personalidades y empresarios. La reina Sofía aceptó la presidencia de honor de la fundación, título que ha venido desempeñando desde entonces con una dedicación que supera lo honorífico.

Campañas de comunicación A pesar de fundarse en un momento con una demanda inmediata de asistencia y tratamiento al drogodependiente, los técnicos de la FAD determinaron que la fórmula más eficaz a medio y largo plazo era la prevención, y establecieron tres líneas de trabajo. Empezaron con las campañas de comunicación social, para tranquilizar y sensibilizar a la población; con unas actividades de formación de profesionales en drogodependencias, que entonces no existían, y con unas líneas de in-

derón, «al desaparecer la alarma se puede empezar a plantear de forma mucho más técnica los procesos preventivos». Nacen entonces los grandes programas de prevención escolar. El abordaje de los jóvenes no puede realizarse de forma directa y mucho menos La desaparición de la alarma social desde posiciones limitativas. El generada por la heroína permitió plan integral de prevención escoel nacimiento de los grandes lar trabaja con programas de prevención escolar profesores, padres y escolares hasta 16 años, dentro del programa glounas generaciones que identifibal de educación para la salud, pecaban toda droga con la heroína, ro existen otros programas destiy los valores sociales de vivir el prenados a los más jóvenes que se vasente invitan a experimentar con len del cine, de la literatura, de la las demás sustancias. Pero no tomúsica y del deporte para fomendo es negativo. Según el director tar los hábitos sanos, la autoestigeneral de la FAD, Ignacio Calformación tales como el teléfono de orientación 900 16 15 15, confidencial y gratuito, que alcanza las 22.000 consultas anuales. En la década de los noventa, se empieza a pasar de la alarma social a la convivencia con el consumo. Desaparece el miedo de

De delincuentes a enfermos C. G. El director general de la FAD muestra cierto optimismo en los resultados de su lucha. «La percepción social ha cambiado a mejor porque se acerca más a la realidad. Las drogas tienen unas causas de consumo que no son ser un marginado, un delincuente. Hoy, la gente joven sabe mucho porque ve los efectos, habla de ello, sabe qué amigos están enganchados».

En los últimos cinco años, el número de españoles que responden con un no rotundo a las drogas ha descendido del 90% a un 40%. La alarma social ha caído en los últimos años de forma paralela a la disminución del número de heroinómanos. El yonqui tirado en la calle, ejerciendo la prostitución o implicado en atracos, ayer un delincuente, es considerado hoy, con toda propiedad, un enfermo.

ma y el autocontrol. La educación es un pilar de la actividad de la FAD. No existe «nada mejor que trabajar en la educación de nuestros ciudadanos y, muy especialmente, de nuestros niños y jóvenes», subraya la reina Sofía en un documento de la fundación. Sin embargo, el sistema educativo español ofrece muestras de debilidad que no auguran un buen futuro. «El verdadero educador está abandonando», reconoce Calderón. «La educación integral que te enseña a ser tú mismo se está convirtiendo en mero aprendizaje». Las campañas de comunicación, una de las señas de identidad de la fundación, buscan «mucho la reflexión, que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones, pero lo importante es que piense sobre el mensaje», apunta. El resto de las drogas sigue atentando contra la salud pública, sólo que ahora se procura bien no dejar rastro, bien convencer a la opinión pública de las virtudes de su legalización. El primer caso lo representa el abandono de las drogas inyectables y el aumento en el consumo de cocaína, que no ofrece señales tan evidentes de adicción y está ligado al éxito social. El segundo caso, la expansión de los consumidores de cannabis a favor de la legalización, «un debate pendular», según Calderón, que no considera viable levantar la prohibición en un momento de debilidad de la educación.

■ Alcohol: la droga más universal. En pequeñas dosis tiene un efecto estimulante, pero al final actúa como un depresor del sistema nervioso. Su abuso crea dependencia física y psíquica. Altera los sentidos, empobrece las funciones del pensamiento, provoca cambios de humor y afecta a la memoria. A la larga, provoca cirrosis hepática. ■ ‘Extasis’: la anfetamina más consumida se generalizó en Estados Unidos hacia 1985, aunque se conocía desde 1914. En pequeñas dosis produce mayor actividad motora y aumenta la percepción sensorial, lo que explica su éxito en las discotecas. No se mezcla con alcohol, que mitiga sus efectos, y produce una fuerte dependencia psíquica. En forma de cápsulas o pastillas, su precio oscila entre las 3.000 y las 5.000 pesetas. ■ ‘Cannabis’: su consumo se ha desdramatizado. Su edad de iniciación es similar a la del alcohol y tabaco. La marihuana es una picadura de las partes blandas del cannabis. El hachís es una resina que concentra la mayor parte del principio activo de la droga, el tetrahidrocannabinol. ■ Cocaína: el alcaloide activo de la planta de la coca es un estimulante del sistema nervioso que produce euforia, sensación de fuerza física y de agudeza mental. Su consumo inhalado produce dependencia psíquica e inyectado dependencia física y cuadros de tipo paranoide. Su éxito se debe a que, esnifada, no provoca síndrome de abstinencia, aunque produce alteraciones como insomnio, irritabilidad, depresión y cansancio. ■ Heroína: el polvo cristalino que hasta los años 90 se consideraba la droga de abuso por excelencia. Su administración más frecuente es inyectada, aunque también puede ser fumada o ingerida en comprimidos. Elimina el dolor y la percepción, y es depresora del sistema nervioso central. Genera fuerte dependencia física y psíquica, y produce un síndrome de abstinencia largo y penoso.