Who’s That Knocking at my Door Este primer largo de Martin Scorsese nos presenta los elementos que formarán parte de su universo fílmico. Las primeras imágenes nos muestran un grupo de muchachos que están en una pelea. Este tipo de conflicto se repetirá en su filmografía, donde la violencia es una buena compañera, desde Mean Street hasta The Departed, pasando por Taxi Driver o Gangs of New York. Las reminiscencias también están presentes. Se ve cuando la madre le hace un plato horneado y cómo se vincula eso con el presente. Éste es otro elemento por el que se reconoce a Scorsese. Me vienen a la mente, los pensamientos de Travis Bickle, el trauma que la madre de Howard Hughes le imprimió a edad temprana o la relación entre Matt Damon y Jack Nicholson en infiltrados.
En todo momento, Jr. no es capaz de encajar el mundo de sus amigos “italianos” con el de su relación amorosa con su enamorada. Las comunidades italianas y últimamente irlandesas aparecen una y otra vez en la obra de Scorsese. El tipo de sexualidad es conflictivo plagado de la culpabilidad católica. Este motivo se repite en Mean Streets o en The Age of Innocence. Existe pues una esquizofrenia que también se verá en Taxi Driver. El personaje de Jr. no puede conciliar mundos. Divide a las mujeres entre la broad con quien uno no se casa y la mujer decente con la que se sale y eventualmente se forma una familia. La religión, por supuesto, está presente y forma un elemento central en el cine de Scorsese, al punto de haber motivado el tema de su gran obra The Last Temptation of Christ.
El mundo de Jr. se altera al saber que su novia ha sido víctima de una violación. La culpa lo embarga. El respeto se pierde y la relación se termina, por no poder conciliar los distintos ámbitos en los que se encuentra inmerso. Hay en todo momento una doble moralidad que termina por colapsar. En lo formal, la película no es buena. No se ve el
manejo de sombras que tiene en The Departed. No se ve la edición genial de The Aviator. El conflicto no llega a las alturas de sus películas de finales de los setenta. El personaje de Jr. no se iguala a Bickle o al Ranking Bull y no por la actuación de Harvey Keitel, quien es tan talentoso como Robert De Niro. Sin embargo, se observa el germen de toda la producción de Scorsese y eso no es poco.
De hecho, los elementos de sus futuros éxitos ya están en Who’s That Knocking at my Door de manera sutil. El estilo es como un perfume que ya hemos olido en otra parte. En este primer largometraje, pese a no ser logrado, ya encontramos notas de esa fragancia. Afortunadamente, el cine le ha hecho justicia a Martin Scorsese, a quien tanto le debe y finalmente se premió al gran creador de Who’s That Knocking at my Door, el cual no creía que el sobre era correcto. Como anécdota, en 1977, Rocky derrotó a Taxi Driver como mejor película. Hoy muchos años después, la saga de Rocky es penosa, mientras que este tremendo genio que es Martin Scorsese por fin gana su merecidísimo primer Óscar.
José Antonio Salas García