Visa Madrid
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El Mercado Interior de Pagos
El Mercado Interior de Pagos La creación de un mercado europeo interior de pagos se ha convertido en un motivo de intenso debate en el seno de la industria de los medios de pago. Este documento contiene el punto de vista de Visa Europe al respecto, y explica cuál es nuestra visión sobre los pagos en Europa y sobre cómo conseguirlo.
Vive la différence? ¿Viva la Diferencia? Para alguien ajeno, el mercado europeo de pagos con tarjeta puede parecer muy uniforme.
La realidad es muy distinta. La gran mayoría de las tarjetas de pago europeas – más de 500 millones en total – son tarjetas de débito. Además, en la mayoría de los países, estas tarjetas están ligadas a un sistema de débito propio – con sus propias características, régimen de intercambio, infraestructura de procesamiento y estándares técnicos también propios. En consecuencia, las formas de aceptación locales y los patrones de uso son muy diferentes y, aunque no se haya hecho deliberadamente, estos sistemas de débito nacionales se han convertido en “terrenos acotados”. En muchas ocasiones, la aceptación transfronteriza se ha conseguido compartiendo marca con un sistema de tarjetas internacional. Pero ello no ha contribuido en nada a reducir la fricción operativa: la aceptación transfronteriza aún dista de ser universal y los titulares pueden llegar
a enfrentarse con anomalías evidentes en la forma en la que se tratan las transacciones en los puntos de venta. Además, si profundizamos un poco, podemos comprobar que las entidades financieras están limitadas en la forma de dirigir su negocio de medios de pago y en la variedad de proveedores entre los que pueden escoger. Siendo el euro una realidad, estando más cercana la integración de Europa y con el constante incremento del número de entidades financieras y comercios que operan en varios países a la vez, la situación se está volviendo insostenible. Los políticos europeos también quieren que se produzca un cambio. La Comisión Europea ha esbozado su visión de un “mercado interior” de pagos y el Banco Central Europeo ha solicitado a la industria la creación de un Área Única de Pagos en Euro (Single Euro Payments Area – SEPA).
¿Cuál es el problema? Es universalmente aceptado que todos – entidades financieras, comercios, titulares y la economía en general – se beneficiarían de un mercado europeo de pagos más abierto y consistente. transacciones con tarjetas de débito tienen lugar en un radio de 30 kilómetros de la sucursal bancaria en la que tiene su cuenta el titular. Teniendo en cuenta la profunda importancia estratégica de este hecho, las entidades financieras desean mantener el control sobre la forma en la que se gestionan, procesan y aceptan sus propios pagos con tarjetas de débito.
Sin embargo, hay menos consenso con respecto a la forma en que este mercado debería operar. Desde hace ya tiempo existe un debate acerca de cómo y cuándo exactamente se debería poner en marcha. Ha estado en el orden del día de la industria de los medios de pago y de los reguladores desde hace más de una década. ¿Cuáles son las causas precisas por las que se está tardando tanto en resolver esta cuestión? • Inversiones existentes Los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias han invertido importantes sumas de dinero en construir y mantener sus sistemas nacionales de pago. Éstos han evolucionado utilizando diferentes estándares técnicos y procesos operativos. Un cambio resultaría caro y requeriría mucho tiempo y, dado que sólo una pequeña minoría de los pagos son transfronterizos, el caso práctico que se plantea será siempre un desafío. • Importancia estratégica Los pagos son un aspecto integral del negocio bancario y las tarjetas de débito en particular son una parte vital en la relación entidad-cliente. Además, la gran mayoría de los pagos con tarjeta de débito se llevan a cabo a nivel local. Se ha dicho, por ejemplo, que el 98% de las
• Matices locales Para tener éxito, cualquier producto de pagos tiene que tener muy en cuenta el nivel de desarrollo de la economía local, los hábitos de pago predominantes de la población y las circunstancias particulares de los comercios. Los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias están de acuerdo en que un único y monolítico sistema de gestión nunca será lo suficientemente sofisticado como para poder dar respuesta a los matices locales. Estas realidades del negocio no son fáciles de conciliar y las distintas partes involucradas en este proceso han presentado durante todo este tiempo todo un abanico de soluciones. Por una parte se ha sugerido que todos los sistemas domésticos existentes debieran mantenerse, alcanzándose la aceptación y operatividad paneuropea a través de un complejo sistema de acuerdos bilaterales y recíprocos. Por otro lado, se ha sugerido también que todo debería estar unido en un único sistema de débito mundial, procesado y gestionado exclusivamente desde los Estados Unidos. El que varios miles de entidades financieras europeas se pongan de acuerdo en este punto continúa siendo fundamental. El reto para la industria es llegar a una solución aceptable antes de que se les imponga una solución externa.
La Perspectiva de Visa Europe La postura de Visa Europe acerca de este tema es muy clara.
Somos defensores acérrimos de un mercado de pagos interno. Creemos que esto traerá a su vez más dinamismo y competencia y permitirá a los bancos ofrecer un abanico más amplio de productos a clientes más satisfechos y seguros. Esto, a su vez, servirá para acelerar la migración del efectivo y los cheques a medios de pago electrónicos más seguros y cómodos.
También dará a los bancos mayor libertad comercial a la hora de gestionar su propio negocio de sistemas de pago, lo que a su vez beneficiará a los consumidores. Y aunque estamos muy entusiasmados con la idea del cambio, también somos extremadamente cautos a la hora de aceptar soluciones impuestas. Al contrario, creemos que los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias deben de tener libertad para tomar sus propias decisiones comerciales sobre sus propios mercados locales. Si mantienen su influencia local y control, siempre encontrarán incentivos para innovar e invertir en los sistemas de pago. Si, por el contrario, se les impone desde fuera un sistema de pagos (o peor aún, si llega a ser considerado como un servicio público) tanto la inversión como la innovación se estancarán inevitablemente. Al abogar por la creación de un mercado interno, estamos defendiendo una aproximación “minimalista”. Queremos que la industria europea una sus fuerzas alrededor de un conjunto de condiciones clave. Después, nos gustaría que fueran los bancos y las asociaciones interbancarias individualmente los que tomaran la decisión, sobre cuál sería la mejor manera de que estas condiciones se cumplan en cada uno de sus mercados. Se trata de propuesta totalmente factible y orientada al negocio. Los bancos y cajas de ahorro podrían conciliar el ideal de un mercado interno a la vez que mantienen el control sobre su propio negocio de pagos. Podrían elegir entre una variedad de proveedores y soluciones de pago. Y, a través de la innovación y la diferenciación, pueden trasladar los beneficios de la competitividad a las empresas y consumidores europeos.
Condiciones para el Cambio Para que se pueda materializar el verdadero potencial de un mercado interno de pagos deben de cumplirse una serie de condiciones. Algunas de estas condiciones requieren un compromiso de la propia industria. Otras requieren un compromiso por parte de todas las partes interesadas, incluyendo a los reguladores nacionales y europeos. Esta es la lista propuesta por Visa Europe. • Los pagos deben considerarse un negocio comercial Los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias deben de tener libertad comercial a la hora de desarrollar e implementar sistemas de pago. A la hora de decidir cuáles son los productos que quieren ofrecer a sus clientes, deben de ser totalmente libres para poder elegir entre una variedad de proveedores y soluciones. Esto les permitirá diferenciarse entre ellos, en función del tipo de servicio, precio y utilidad que ofrezcan. En concreto, deben de ser capaces de responder a las circunstancias locales, tales como el nivel de desarrollo de sus economías, los usos y costumbres más comunes en los hábitos de pago y las circunstancias particulares de los comercios locales. Si tienen algún incentivo a la hora de invertir e innovar, el sistema de pagos siempre acabará desarrollándose. De lo contrario, los verdaderos beneficios de los sistemas de pago electrónicos nunca se materializarán. • Debe mantenerse la confianza en el sistema Ningún sistema de pagos es viable si no es fiable, tanto para los proveedores del sistema como para sus partícipes. Sin embargo, dado el nivel de sofisticación de las redes criminales internacionales, los bancos deben de seguir invirtiendo en la integridad del sistema. En concreto, la industria tiene que tomarse muy en serio el cumplimiento de los plazos marcados en el proceso de migración al chip EMV.
En última instancia, la industria también debería estar preparada para implementar el mismo nivel de seguridad que el chip en las transacciones donde la tarjeta no está presente. • Debe desaparecer la fricción La industria en su conjunto debe de comprometerse a eliminar cualquier barrera técnica u operacional que impida la entrada en el mercado. Las licencias y los requisitos de pertenencia/ adhesión de los sistemas no deben de actuar como barreras. Además, los bancos no deben de estar restringidos a un determinado proveedor para el switching o el procesamiento de transacciones. A largo plazo, es inevitable que algunos de los elementos más rígidos de la infraestructura de procesamiento tengan que ser modificados. Afortunadamente, la creación de un mercado interno coincide en el tiempo con la migración a la tecnología chip EMV. Gracias a la tecnología EMV, los bancos europeos se están uniendo alrededor de un único estándar
de tarjetas y terminales. De hecho, si no fuera por esta tecnología, la armonización necesaria hubiese sido muy difícil de conseguir, por no decir imposible. • Deben desaparecer las incertidumbres jurídicas Hoy en día la legislación sobre los pagos electrónicos difiere mucho de país a país. Para poder hacer realidad el mercado de pagos interno es necesario que aquella sea más clara y consistente. Asumiendo que se aplicara consistentemente en todos los estados miembro, el Nuevo Marco Jurídico de Pagos (que actualmente está siendo finalizado por la Comisión Europea) podría resolver gran parte de esta incertidumbre. Como mínimo, la industria debería asegurarse que los derechos de los consumidores a la hora de cuestionar un conflicto relativo a un pago con tarjeta sean iguales en todos los países.
• Debe de promocionarse la fijación de precios basada en costes Todos los sistemas de pago acarrean un coste y, paradójicamente, aquellos que son considerados como un servicio gratuito (principalmente los pagos en efectivo) realmente representan los mayores costes sociales y económicos. Para acelerar el progreso, los bancos deben de ser capaces de establecer precios para los diferentes métodos de pago ofertados de acuerdo a su verdadero coste. Aunque la Comisión Europea apoya esta idea, algunos bancos en determinados países no pueden aplicarlo.
La contribución de Visa Europe Como asociación europea, que pertenece exclusivamente a miles de entidades financieras europeas miembro que la forman, tenemos la responsabilidad de ayudar a transformar esa visión política en una realidad de negocio viable. y el control en manos de nuestros miembros. Visa Europe se ha constituido como una organización de pagos independiente – dirigida y gestionada en Europa, por Europa y para Europa. • Soluciones de productos y servicio europeas La creación de Visa Europe nos ha permitido acelerar nuestras actividades de investigación y desarrollo para responder a necesidades específicamente europeas. Así, por ejemplo, estamos optimizando la inversión en la tecnología EMV con toda una nueva gama de productos y prácticas de aceptación. Un ejemplo de ello es V PAY, nuestra solución de tarjetas de débito con chip EMV y PIN para Europa.
Estamos desarrollando esa labor de muchas formas distintas. • Invirtiendo en confianza Ningún otro sistema de pagos ha hecho más para proteger la integridad del sistema de pagos con tarjeta. Fuimos, por ejemplo, pioneros en la migración al chip de Europa y estamos liderando el aprovechamiento de esta nueva y potente tecnología. Además de proporcionar un cambio escalonado en lo que se refiere a seguridad, esta tecnología allana el camino hacia una sólida infraestructura paneuropea. También hemos liderado la protección de los pagos por Internet. Estuvimos detrás de 3-D Secure, el método globalmente aceptado para la autenticación de las partes en las transacciones de comercio electrónico y, para el futuro, somos firmes defensores de la autenticación mediante la generación de códigos (token based authentication). • Gestión Europea Hemos cambiado sustancialmente nuestra organización para depositar firmemente el poder
• Soluciones flexibles de procesamiento Estamos reforzando nuestras operaciones de procesamiento europeas con nuevos componentes. Ya hemos puesto en marcha un nuevo sistema de detección del fraude y almacenamiento de datos de gran capacidad. Estamos a punto de poner en funcionamiento una nueva plataforma de autorizaciones y hemos empezado a trabajar en un nuevo sistema de compensación y liquidación. Con mayores capacidades para el débito, podremos proporcionar un servicio muy competente y flexible a las entidades financieras europeas. • Contacto con las partes interesadas Nos aseguramos que los puntos de vista de nuestros miembros sean comprendidos y estén presentes en las diferentes instituciones europeas. Por ejemplo, nuestro equipo de relaciones externas con sede en Bruselas se halla en constante diálogo con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el Consejo de Pagos Europeo y otras muchas organizaciones similares.
V PAY – un ejemplo de nuestro carácter distintivo Una de las iniciativas más importantes es V PAY – nuestra nueva solución de débito chip y PIN para Europa.
Se trata de un desarrollo realmente importante, toda vez que las primeras transacciones domésticas e internacionales se han realizado ya con éxito y cobra velocidad la necesidad de una solución pan-europea. V PAY es también la demostración perfecta de cómo estamos trabajando codo con codo con los bancos europeos y las organizaciones interbancarias, para conseguir que el mercado interior europeo sea una realidad viable.
La primera transacción realizada con una tarjeta V PAY
• El Fundamento V PAY cumple dos requisitos. En primer lugar, permite a los bancos europeos y organizaciones interbancarias migrar a su manera y ritmo, hacia un mercado de débito más abierto y consistente. En segundo lugar y, posiblemente aún más
importante, les permite dar un gran paso en su negocio de pagos. Al beneficiarse de la fortaleza de EMV, a los bancos les resulta más barato de operar, a los comercios más eficaz su aceptación y para los titulares de la tarjeta un uso más seguro. Por ello, estamos convencidos de que V PAY es una de las maneras para que bancos y comercios puedan migrar más pagos – en particular pagos de bajo importe – del efectivo a las tarjetas. Esto aportará, mayor comodidad si cabe a los consumidores y mayor eficiencia y reducción de costes a los bancos y a los comercios. • Un producto que cumple con las necesidades europeas V PAY ha sido diseñado para coexistir con los programas de débito nacionales existentes,
siempre y cuando los bancos propietarios de dichos programas crean que ésta es la mejor opción. Incorpora sin problema alguno, todas las estructuras de numeración de tarjetas vigentes y la aceptación doméstica se puede conseguir a través de la infraestructura actualmente existente. Para las transacciones transfronterizas, cualquiera de los dos millones de terminales chip y PIN, actualmente instalados a lo largo y ancho de toda Europa aceptan de manera fácil y segura V PAY. • Una estructura de gobierno que garantiza el control europeo La propiedad y el control de V PAY son exclusivamente europeos. Se ha establecido una estructura de gobierno europea. Y para permitir que los bancos y organizaciones interbancarias retengan el control sobre los pagos locales, facilitaremos la creación de organismos de gobierno local V PAY. • Una marca de aceptación distintiva Como producto europeo de débito, V PAY tiene una marca e identidad distintivamente europeas. Se diferencia claramente de otras marcas de aceptación globales, de la misma forma que lo hacen actualmente otros sistemas locales. De esta manera, puede convertirse en un “punto de convergencia” lógico para los sistemas nacionales europeos de débito. • Opciones de procesamiento flexibles Visa Europe reconoce que, una de las implicaciones de tener un mercado interno es que el procesamiento debe ser verdaderamente paneuropeo.
Una de las opciones que los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias pueden considerar, son nuestros propios sistemas. Con un extenso programa de inversión y desarrollo, Visa Europe proporciona una altísima capacidad, lo que significa a bajo coste, de rutéo de transacciones interbancarias, interprocesadores e incluso para transacciones “on-us”.
Un premio por el que merece la pena luchar No exageraríamos al sugerir que el sector de pagos se encuentra en una encrucijada. La respuesta colectiva determinará la naturaleza y la configuración de este negocio en los años, o décadas, venideros. Tenemos una oportunidad única de crear un mercado de pagos más grande y dinámico, que dé un mejor servicio a unos clientes más satisfechos y seguros. La creación de un verdadero mercado interior europeo implica que algunos cambios estructurales serán inevitables. Las infraestructuras nacionales se tendrán que desenmarañar para que no haya barreras ni impedimentos, y la tradicional distinción entre transacciones domésticas y transfronterizas irá desapareciendo progresivamente. Esto no significa que los bancos y cajas de ahorros tengan que ceder todo el control sobre la manera en que se gestionan y procesan los pagos locales. No existe requisito alguno para ceder todo el poder a un súper-organismo regional o a un conglomerado global. Tampoco hay necesidad de empezar desde cero ya que cualquier solución nueva supondría una enorme inversión, mucho tiempo y, además, es intrínsicamente arriesgada.
Al contrario, creemos que un mercado interior europeo de éxito necesita conciliar las dimensiones regionales y locales del negocio de pagos. Por ello, pedimos a los reguladores que sean conscientes de las particularidades locales. Animamos a la industria a que se ponga de acuerdo en ciertos requisitos básicos y dejen paso a la competitividad y la innovación. Y pedimos a los bancos y cajas de ahorro, que individualmente ejerzan su influencia.
Visa Europe Regional Offices www.visaeurope.com
Head Office PO Box 39662 London W2 6WH United Kingdom Tel: +44 (0)20 7937 8111 Fax: +44 (0)20 7937 0877
Northern Europe Hamngatan 13 SE-111 47 Stockholm Sweden Tel: +46 (0) 8 440 3570 Fax: +46 (0) 8 611 9018
Belgium Rue du Luxembourg 3 1000 Brussels Belgium Tel: +32 (0)2 501 08 44 Fax: +32(0)2 501 08 50
Poland LIM Centre Al. Jerozolimskie 65/79 00-697 Warsaw Poland Tel: +48 (22) 630 6801 Fax: +48 (22) 630 6806
Cyprus and Greece 13 Posidondos Avenue GR-174 55 Alimos Athens Greece Tel: +30 210 984 8850 Fax: +30 210 984 5580 France 14 rue Auber 75009 Paris France Tel: +33 (0) 1 53 05 39 39 Fax: +33 (0) 1 53 05 39 38 Germany Schillerstrasse 19 60313 Frankfurt Germany Tel: +49 (0) 69-9 20 11-210 Fax: +49 (0) 69-9 20 11-222 Italy Largo Augusto 7 20122 Milano Italy Tel: +39 02 76 29 01 Fax: +39 02 76 29 020
EU11-0205-S-0805-QD-SP © 2005 Visa Europe
Portugal Avenida da Liberdade, 180 E – 2º Direito Tivoli Forum 1250-146 Lisbon Portugal Tel: +351 21 358 45 00 Fax: +351 21 358 4550 Spain Torre Picasso – Planta 17 Plaza Pablo Ruiz Picasso, s/n 28020 Madrid Spain Tel: +34 91 418 92 00 Fax: +34 91 597 33 26 Turkey Beybi Giz Plaza Meydan sk. No 28 Kat 30 34398 Maslak Istanbul Turkey Tel: +90 (0) 212 290 22 30 Fax: +90 (0) 212 290 22 46
El Mercado Interior de Pagos La creación de un mercado europeo interior de pagos se ha convertido en un motivo de intenso debate en el seno de la industria de los medios de pago. Este documento contiene el punto de vista de Visa Europe al respecto, y explica cuál es nuestra visión sobre los pagos en Europa y sobre cómo conseguirlo.
Vive la différence? ¿Viva la Diferencia? Para alguien ajeno, el mercado europeo de pagos con tarjeta puede parecer muy uniforme.
La realidad es muy distinta. La gran mayoría de las tarjetas de pago europeas – más de 500 millones en total – son tarjetas de débito. Además, en la mayoría de los países, estas tarjetas están ligadas a un sistema de débito propio – con sus propias características, régimen de intercambio, infraestructura de procesamiento y estándares técnicos también propios. En consecuencia, las formas de aceptación locales y los patrones de uso son muy diferentes y, aunque no se haya hecho deliberadamente, estos sistemas de débito nacionales se han convertido en “terrenos acotados”. En muchas ocasiones, la aceptación transfronteriza se ha conseguido compartiendo marca con un sistema de tarjetas internacional. Pero ello no ha contribuido en nada a reducir la fricción operativa: la aceptación transfronteriza aún dista de ser universal y los titulares pueden llegar
a enfrentarse con anomalías evidentes en la forma en la que se tratan las transacciones en los puntos de venta. Además, si profundizamos un poco, podemos comprobar que las entidades financieras están limitadas en la forma de dirigir su negocio de medios de pago y en la variedad de proveedores entre los que pueden escoger. Siendo el euro una realidad, estando más cercana la integración de Europa y con el constante incremento del número de entidades financieras y comercios que operan en varios países a la vez, la situación se está volviendo insostenible. Los políticos europeos también quieren que se produzca un cambio. La Comisión Europea ha esbozado su visión de un “mercado interior” de pagos y el Banco Central Europeo ha solicitado a la industria la creación de un Área Única de Pagos en Euro (Single Euro Payments Area – SEPA).
¿Cuál es el problema? Es universalmente aceptado que todos – entidades financieras, comercios, titulares y la economía en general – se beneficiarían de un mercado europeo de pagos más abierto y consistente. transacciones con tarjetas de débito tienen lugar en un radio de 30 kilómetros de la sucursal bancaria en la que tiene su cuenta el titular. Teniendo en cuenta la profunda importancia estratégica de este hecho, las entidades financieras desean mantener el control sobre la forma en la que se gestionan, procesan y aceptan sus propios pagos con tarjetas de débito.
Sin embargo, hay menos consenso con respecto a la forma en que este mercado debería operar. Desde hace ya tiempo existe un debate acerca de cómo y cuándo exactamente se debería poner en marcha. Ha estado en el orden del día de la industria de los medios de pago y de los reguladores desde hace más de una década. ¿Cuáles son las causas precisas por las que se está tardando tanto en resolver esta cuestión? • Inversiones existentes Los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias han invertido importantes sumas de dinero en construir y mantener sus sistemas nacionales de pago. Éstos han evolucionado utilizando diferentes estándares técnicos y procesos operativos. Un cambio resultaría caro y requeriría mucho tiempo y, dado que sólo una pequeña minoría de los pagos son transfronterizos, el caso práctico que se plantea será siempre un desafío. • Importancia estratégica Los pagos son un aspecto integral del negocio bancario y las tarjetas de débito en particular son una parte vital en la relación entidad-cliente. Además, la gran mayoría de los pagos con tarjeta de débito se llevan a cabo a nivel local. Se ha dicho, por ejemplo, que el 98% de las
• Matices locales Para tener éxito, cualquier producto de pagos tiene que tener muy en cuenta el nivel de desarrollo de la economía local, los hábitos de pago predominantes de la población y las circunstancias particulares de los comercios. Los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias están de acuerdo en que un único y monolítico sistema de gestión nunca será lo suficientemente sofisticado como para poder dar respuesta a los matices locales. Estas realidades del negocio no son fáciles de conciliar y las distintas partes involucradas en este proceso han presentado durante todo este tiempo todo un abanico de soluciones. Por una parte se ha sugerido que todos los sistemas domésticos existentes debieran mantenerse, alcanzándose la aceptación y operatividad paneuropea a través de un complejo sistema de acuerdos bilaterales y recíprocos. Por otro lado, se ha sugerido también que todo debería estar unido en un único sistema de débito mundial, procesado y gestionado exclusivamente desde los Estados Unidos. El que varios miles de entidades financieras europeas se pongan de acuerdo en este punto continúa siendo fundamental. El reto para la industria es llegar a una solución aceptable antes de que se les imponga una solución externa.
La Perspectiva de Visa Europe La postura de Visa Europe acerca de este tema es muy clara.
Somos defensores acérrimos de un mercado de pagos interno. Creemos que esto traerá a su vez más dinamismo y competencia y permitirá a los bancos ofrecer un abanico más amplio de productos a clientes más satisfechos y seguros. Esto, a su vez, servirá para acelerar la migración del efectivo y los cheques a medios de pago electrónicos más seguros y cómodos.
También dará a los bancos mayor libertad comercial a la hora de gestionar su propio negocio de sistemas de pago, lo que a su vez beneficiará a los consumidores. Y aunque estamos muy entusiasmados con la idea del cambio, también somos extremadamente cautos a la hora de aceptar soluciones impuestas. Al contrario, creemos que los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias deben de tener libertad para tomar sus propias decisiones comerciales sobre sus propios mercados locales. Si mantienen su influencia local y control, siempre encontrarán incentivos para innovar e invertir en los sistemas de pago. Si, por el contrario, se les impone desde fuera un sistema de pagos (o peor aún, si llega a ser considerado como un servicio público) tanto la inversión como la innovación se estancarán inevitablemente. Al abogar por la creación de un mercado interno, estamos defendiendo una aproximación “minimalista”. Queremos que la industria europea una sus fuerzas alrededor de un conjunto de condiciones clave. Después, nos gustaría que fueran los bancos y las asociaciones interbancarias individualmente los que tomaran la decisión, sobre cuál sería la mejor manera de que estas condiciones se cumplan en cada uno de sus mercados. Se trata de propuesta totalmente factible y orientada al negocio. Los bancos y cajas de ahorro podrían conciliar el ideal de un mercado interno a la vez que mantienen el control sobre su propio negocio de pagos. Podrían elegir entre una variedad de proveedores y soluciones de pago. Y, a través de la innovación y la diferenciación, pueden trasladar los beneficios de la competitividad a las empresas y consumidores europeos.
Condiciones para el Cambio Para que se pueda materializar el verdadero potencial de un mercado interno de pagos deben de cumplirse una serie de condiciones. Algunas de estas condiciones requieren un compromiso de la propia industria. Otras requieren un compromiso por parte de todas las partes interesadas, incluyendo a los reguladores nacionales y europeos. Esta es la lista propuesta por Visa Europe. • Los pagos deben considerarse un negocio comercial Los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias deben de tener libertad comercial a la hora de desarrollar e implementar sistemas de pago. A la hora de decidir cuáles son los productos que quieren ofrecer a sus clientes, deben de ser totalmente libres para poder elegir entre una variedad de proveedores y soluciones. Esto les permitirá diferenciarse entre ellos, en función del tipo de servicio, precio y utilidad que ofrezcan. En concreto, deben de ser capaces de responder a las circunstancias locales, tales como el nivel de desarrollo de sus economías, los usos y costumbres más comunes en los hábitos de pago y las circunstancias particulares de los comercios locales. Si tienen algún incentivo a la hora de invertir e innovar, el sistema de pagos siempre acabará desarrollándose. De lo contrario, los verdaderos beneficios de los sistemas de pago electrónicos nunca se materializarán. • Debe mantenerse la confianza en el sistema Ningún sistema de pagos es viable si no es fiable, tanto para los proveedores del sistema como para sus partícipes. Sin embargo, dado el nivel de sofisticación de las redes criminales internacionales, los bancos deben de seguir invirtiendo en la integridad del sistema. En concreto, la industria tiene que tomarse muy en serio el cumplimiento de los plazos marcados en el proceso de migración al chip EMV.
En última instancia, la industria también debería estar preparada para implementar el mismo nivel de seguridad que el chip en las transacciones donde la tarjeta no está presente. • Debe desaparecer la fricción La industria en su conjunto debe de comprometerse a eliminar cualquier barrera técnica u operacional que impida la entrada en el mercado. Las licencias y los requisitos de pertenencia/ adhesión de los sistemas no deben de actuar como barreras. Además, los bancos no deben de estar restringidos a un determinado proveedor para el switching o el procesamiento de transacciones. A largo plazo, es inevitable que algunos de los elementos más rígidos de la infraestructura de procesamiento tengan que ser modificados. Afortunadamente, la creación de un mercado interno coincide en el tiempo con la migración a la tecnología chip EMV. Gracias a la tecnología EMV, los bancos europeos se están uniendo alrededor de un único estándar
de tarjetas y terminales. De hecho, si no fuera por esta tecnología, la armonización necesaria hubiese sido muy difícil de conseguir, por no decir imposible. • Deben desaparecer las incertidumbres jurídicas Hoy en día la legislación sobre los pagos electrónicos difiere mucho de país a país. Para poder hacer realidad el mercado de pagos interno es necesario que aquella sea más clara y consistente. Asumiendo que se aplicara consistentemente en todos los estados miembro, el Nuevo Marco Jurídico de Pagos (que actualmente está siendo finalizado por la Comisión Europea) podría resolver gran parte de esta incertidumbre. Como mínimo, la industria debería asegurarse que los derechos de los consumidores a la hora de cuestionar un conflicto relativo a un pago con tarjeta sean iguales en todos los países.
• Debe de promocionarse la fijación de precios basada en costes Todos los sistemas de pago acarrean un coste y, paradójicamente, aquellos que son considerados como un servicio gratuito (principalmente los pagos en efectivo) realmente representan los mayores costes sociales y económicos. Para acelerar el progreso, los bancos deben de ser capaces de establecer precios para los diferentes métodos de pago ofertados de acuerdo a su verdadero coste. Aunque la Comisión Europea apoya esta idea, algunos bancos en determinados países no pueden aplicarlo.
La contribución de Visa Europe Como asociación europea, que pertenece exclusivamente a miles de entidades financieras europeas miembro que la forman, tenemos la responsabilidad de ayudar a transformar esa visión política en una realidad de negocio viable. y el control en manos de nuestros miembros. Visa Europe se ha constituido como una organización de pagos independiente – dirigida y gestionada en Europa, por Europa y para Europa. • Soluciones de productos y servicio europeas La creación de Visa Europe nos ha permitido acelerar nuestras actividades de investigación y desarrollo para responder a necesidades específicamente europeas. Así, por ejemplo, estamos optimizando la inversión en la tecnología EMV con toda una nueva gama de productos y prácticas de aceptación. Un ejemplo de ello es V PAY, nuestra solución de tarjetas de débito con chip EMV y PIN para Europa.
Estamos desarrollando esa labor de muchas formas distintas. • Invirtiendo en confianza Ningún otro sistema de pagos ha hecho más para proteger la integridad del sistema de pagos con tarjeta. Fuimos, por ejemplo, pioneros en la migración al chip de Europa y estamos liderando el aprovechamiento de esta nueva y potente tecnología. Además de proporcionar un cambio escalonado en lo que se refiere a seguridad, esta tecnología allana el camino hacia una sólida infraestructura paneuropea. También hemos liderado la protección de los pagos por Internet. Estuvimos detrás de 3-D Secure, el método globalmente aceptado para la autenticación de las partes en las transacciones de comercio electrónico y, para el futuro, somos firmes defensores de la autenticación mediante la generación de códigos (token based authentication). • Gestión Europea Hemos cambiado sustancialmente nuestra organización para depositar firmemente el poder
• Soluciones flexibles de procesamiento Estamos reforzando nuestras operaciones de procesamiento europeas con nuevos componentes. Ya hemos puesto en marcha un nuevo sistema de detección del fraude y almacenamiento de datos de gran capacidad. Estamos a punto de poner en funcionamiento una nueva plataforma de autorizaciones y hemos empezado a trabajar en un nuevo sistema de compensación y liquidación. Con mayores capacidades para el débito, podremos proporcionar un servicio muy competente y flexible a las entidades financieras europeas. • Contacto con las partes interesadas Nos aseguramos que los puntos de vista de nuestros miembros sean comprendidos y estén presentes en las diferentes instituciones europeas. Por ejemplo, nuestro equipo de relaciones externas con sede en Bruselas se halla en constante diálogo con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el Consejo de Pagos Europeo y otras muchas organizaciones similares.
V PAY – un ejemplo de nuestro carácter distintivo Una de las iniciativas más importantes es V PAY – nuestra nueva solución de débito chip y PIN para Europa.
Se trata de un desarrollo realmente importante, toda vez que las primeras transacciones domésticas e internacionales se han realizado ya con éxito y cobra velocidad la necesidad de una solución pan-europea. V PAY es también la demostración perfecta de cómo estamos trabajando codo con codo con los bancos europeos y las organizaciones interbancarias, para conseguir que el mercado interior europeo sea una realidad viable.
La primera transacción realizada con una tarjeta V PAY
• El Fundamento V PAY cumple dos requisitos. En primer lugar, permite a los bancos europeos y organizaciones interbancarias migrar a su manera y ritmo, hacia un mercado de débito más abierto y consistente. En segundo lugar y, posiblemente aún más
importante, les permite dar un gran paso en su negocio de pagos. Al beneficiarse de la fortaleza de EMV, a los bancos les resulta más barato de operar, a los comercios más eficaz su aceptación y para los titulares de la tarjeta un uso más seguro. Por ello, estamos convencidos de que V PAY es una de las maneras para que bancos y comercios puedan migrar más pagos – en particular pagos de bajo importe – del efectivo a las tarjetas. Esto aportará, mayor comodidad si cabe a los consumidores y mayor eficiencia y reducción de costes a los bancos y a los comercios. • Un producto que cumple con las necesidades europeas V PAY ha sido diseñado para coexistir con los programas de débito nacionales existentes,
siempre y cuando los bancos propietarios de dichos programas crean que ésta es la mejor opción. Incorpora sin problema alguno, todas las estructuras de numeración de tarjetas vigentes y la aceptación doméstica se puede conseguir a través de la infraestructura actualmente existente. Para las transacciones transfronterizas, cualquiera de los dos millones de terminales chip y PIN, actualmente instalados a lo largo y ancho de toda Europa aceptan de manera fácil y segura V PAY. • Una estructura de gobierno que garantiza el control europeo La propiedad y el control de V PAY son exclusivamente europeos. Se ha establecido una estructura de gobierno europea. Y para permitir que los bancos y organizaciones interbancarias retengan el control sobre los pagos locales, facilitaremos la creación de organismos de gobierno local V PAY. • Una marca de aceptación distintiva Como producto europeo de débito, V PAY tiene una marca e identidad distintivamente europeas. Se diferencia claramente de otras marcas de aceptación globales, de la misma forma que lo hacen actualmente otros sistemas locales. De esta manera, puede convertirse en un “punto de convergencia” lógico para los sistemas nacionales europeos de débito. • Opciones de procesamiento flexibles Visa Europe reconoce que, una de las implicaciones de tener un mercado interno es que el procesamiento debe ser verdaderamente paneuropeo.
Una de las opciones que los bancos, cajas de ahorros y las organizaciones interbancarias pueden considerar, son nuestros propios sistemas. Con un extenso programa de inversión y desarrollo, Visa Europe proporciona una altísima capacidad, lo que significa a bajo coste, de rutéo de transacciones interbancarias, interprocesadores e incluso para transacciones “on-us”.
Un premio por el que merece la pena luchar No exageraríamos al sugerir que el sector de pagos se encuentra en una encrucijada. La respuesta colectiva determinará la naturaleza y la configuración de este negocio en los años, o décadas, venideros. Tenemos una oportunidad única de crear un mercado de pagos más grande y dinámico, que dé un mejor servicio a unos clientes más satisfechos y seguros. La creación de un verdadero mercado interior europeo implica que algunos cambios estructurales serán inevitables. Las infraestructuras nacionales se tendrán que desenmarañar para que no haya barreras ni impedimentos, y la tradicional distinción entre transacciones domésticas y transfronterizas irá desapareciendo progresivamente. Esto no significa que los bancos y cajas de ahorros tengan que ceder todo el control sobre la manera en que se gestionan y procesan los pagos locales. No existe requisito alguno para ceder todo el poder a un súper-organismo regional o a un conglomerado global. Tampoco hay necesidad de empezar desde cero ya que cualquier solución nueva supondría una enorme inversión, mucho tiempo y, además, es intrínsicamente arriesgada.
Al contrario, creemos que un mercado interior europeo de éxito necesita conciliar las dimensiones regionales y locales del negocio de pagos. Por ello, pedimos a los reguladores que sean conscientes de las particularidades locales. Animamos a la industria a que se ponga de acuerdo en ciertos requisitos básicos y dejen paso a la competitividad y la innovación. Y pedimos a los bancos y cajas de ahorro, que individualmente ejerzan su influencia.
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