Introducción “La ciudad tomada por la psicosis” Página 12, 20 de diciembre de 2001 “De la Rúa: 740 días en el poder” La Nación, 21 de diciembre de 2001 “La trama oculta de las jornadas más violentas de los últimos años” Clarín, 23 de diciembre de 2001 Diciembre de 2001 fue un mes crítico en la Argentina porque la crisis política, económica y social convergió en un estallido sin precedentes cuyo saldo fueron 23 muertos, violencia en las calles, saqueos, evaporación de los ahorros, declaración del Estado de sitio y sucesivas renuncias de ministros y presidentes. Eduardo Grüner sintetizó el clima que se vivía en el país en Página 12 a principios de enero de 2002: “el famoso “modelo”, agotado hasta la médula, inviable ya incluso para su propia lógica originaria, sobrevive a los manotazos (y a los tiros) en los andurriales de una “clase política” absoluta y definitivamente deslegitimada, y que sólo puede seguir sintiéndose enancada sobre los dueños del dinero, y por lo tanto del verdadero poder”1. En el centro de la escena estaba la clase media argentina haciendo sonar sus cacerolas en la calle. Nicolás Casullo escribió en enero de 2002: “Clase media corajuda, pueblo irredento de las cacerolas con las cabezas de los nueve delincuentes de la Corte adentro. Clase media volteadora a ollazo limpio de gobiernos impostores que parecían eternos. Clase media puta, nieta legítima de sus abuelos tanos y gallegos angurrientos de morlacos, dicen. (…) A corralito y lanza en mano esencialmente. Ahí anda embistiendo. El enemigo son los políticos. No, es la izquierda. No, los corruptos. No, es la petrolera. No, es el populismo y la demagogia. No, son los bancos. No, son las empresas privatizadas. No, es el liberalismo. No, son los gallegos imperialistas como en 1810. No, son los negros peronistas otra vez en la capital”2. En este contexto, los medios de comunicación cumplieron con su labor de hacer circular la información entre los miembros de la sociedad ejerciendo un papel activo en el 1 2
Grüner, Eduardo en Página 12. Lo nuevo no termina de nacer. 8 de enero de 2002. Casullo, Nicolás en Página 12. Que clase mi clase sin clase.
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desarrollo de los acontecimientos. A este respeto, Casullo explicó en una entrevista que realizó María Moreno: “Los medios siempre plantean un punto cero de los acontecimientos que es absolutamente irreal, conceptual, abstracto (…) Muchas veces nosotros mismos terminamos analizando esto que está sucediendo de acuerdo a esa lógica. No podemos negar que esta sociedad, esta transcultura o esta cultura globalizada te invita acá a una teoría de la percepción de los acontecimientos”3. La formulación teórica de los climas de opinión, entendidos por Enrique Gil Calvo como “los marcos interpretativos de referencia con que los actores anticipan el estado de la situación colectiva – o sistema de interacción multilateral- en que participan, interpretándola según el grado de orden o desorden que parezca revelar” 4, sostiene que la percepción de la realidad se nutre de dos vías o canales: las relaciones interpersonales y la que tiene lugar a través de los medios de comunicación. Debido al creciente grado de complejidad que atraviesan las sociedades modernas, se experimenta un predominio de las segundas sobre las primeras. Por este motivo, es innegable observar la importancia de la actividad que realizan los medios de comunicación como constructores de la realidad social a través de la selección y presentación de temas que conformarán la agenda del debate público. Casullo, en una entrevista publicada por la Universidad Nacional de Rosario, explicó “estamos habitando una sociedad occidental mass-mediática, en donde los medios ya no son muy importantes, trascendentes y decisivos, sino que no hay sociedad sin esta mediación que nos vincule con lo real”5. La trayectoria histórica y la credibilidad de la prensa gráfica admiten que algunos diarios se erijan como objeto de referencia para establecer parámetros de análisis dentro de una sociedad. Rafael Mainar en su libro “El arte del periodista” da cuenta de esta situación y cataloga a la prensa como “la historia que pasa. El encargado de informale a la gente sobre aquello que pasa para que luego, la gente pueda decir ´en tal periódico se ha publicado’, para que otras gentes vean el crédito que se puede otorgar al dicho u opinión”6. Surge así, la noción de prensa diaria gráfica de referencia, que se instaura como uno de los pilares de la opinión pública. Bernardo Díaz Nosty sintetiza el concepto de prensa de 3
Maria Moreno en Página 12. Cacerolazos, ni sacralizar ni consagrar. Gil Calvo, Enrique. El miedo es el mensaje. México: Alianza Editores, 1998.p. 73 5 Petronilli, María Eugenia. “Nicolás Casullo: "La política hoy son los medios, y los medios son la política"”[en línea]. Facultad Ciencias Políticas y Relaciones Institucionales. 29 de septiembre de 2006. http://www.bdp.org.ar/facultad/archivos/2006/09/nicolas_casullo.php [Consulta: 8 de agosto de 2007] 6 Mainar, Rafael. El arte del periodista. Barcelona, España: Ediciones Destino, Junio de 2005. p. 33 y 34. 4
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referencia al decir: “está caracterizada por la diversificación temática como base de una interpretación globalista contextualizada, capas de inducir en sus lectores las pautas de regeneración cultural que inspira la evolución del pensamiento y de los hábitos de un pensamiento dado. A la vez, es referencia obligada en la confección de la agenda de los medios que aparecen en escalas de influencia inferiores”7. A tales efectos consideramos que los diarios “Clarín”, “La Nación” y “Página/12” se ajustan a dicha categoría por su amplia cobertura, prolongación a otros medios de comunicación y el carácter de vehículo de opinión autorizada. Clarín es el diario con mayor cantidad de ejemplares vendidos en la Ciudad Autónoma y Gran Buenos Aires, según los datos vertidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Además, Walter Miceli y Marcelo Belinche sostienen que “por sus articulaciones con otros medios, por su poder de agenda, su llegada y circulación nacional y también por su capacidad de aggiornamiento con respecto a las modalidades para construir lazos exitosos entre públicos y anunciantes, Clarín es considerado como un referente de primer orden” 8 Las autoras Stella Martini y Lila Luchessi, por su parte, afirman que “Clarín responde a un target medio al tiempo que lidera y monopoliza la voz de la gráfica nacional a través de un amplio sistema multimedia.”9 Por su parte, tanto La Nación como Página/12 son referentes de públicos diferentes: “La Nación, que representó históricamente a la gran burguesía ganadera argentina y que se ha quedado un tanto sin perfil tras la caída del peso histórico de ese sector social y de su vetusta modalidad cultural, aún se mantiene fiel a su inveterado conservadurismo”10, sostiene Roberto Folliari. Por otra parte el autor añade que Página/12 se identifica con “actores principalmente provenientes de las clases medias ilustradas y profesionales” y que a la vez “sostiene una considerable capacidad de denuncia en torno a cuestiones de corrupción y abusos contra los derechos humanos”11. Horacio González define a Página/12 como “un diario que exhibe un renovador repertorio de retóricas y estilos. Todos ellos particulares. Este periódico introdujo un nuevo modo de lectura que diseña la realidad y se ha convertido, cuando apenas tenía 5 años de vida, en el tercer diario en la preferencia de los argentinos”12 7
Díaz Nosty, Bernardo. El futuro de la prensa en el sistema multimedios. Factores tecnológicos de una convergencia. Málaga: Facultad de Ciencias de la Información, 1995. p. 81 8 (Miceli y Belinche, 2002: 28). 9 Martini, Stella y Luchessi, Lila. Los que hacen la noticia. Buenos Aires: XXXX 2004. p. 77 10 Roberto Follari. ICONOS/ CLACSO. Pág. 44 11 Roberto Follari. ICONOS/ CLACSO. Pág. 44 12 Gonzáles, Horacio. La realidad satírica, 12 hipótesis sobre página 12. Buenos Aires, Argentina: Paradiso ediciones. p. 9.
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Además, los tres diarios lograron consolidar un lazo permanente con sus lectores y dieron por resultado un vínculo estable a través del tiempo y en el cual el individuo buscará su criterio de verdad. Esa relación entre el periódico y su público fue designada por Eliseo Verón como “Contrato de lectura”. El autor explica que dicho contrato es propuesto a la audiencia por el medio e implica todos los aspectos de la construcción de un soporte de prensa, en la medida en que ellos construyen el nexo con el lector: coberturas, relaciones texto/imagen, modo de clasificación del material redactado, dispositivos de “apelación”, modalidades de construcción de las imágenes, tipos de recorridos propuestos al lector y las variaciones que se produzcan, modalidades de compaginación y todas las otras dimensiones que puedan contribuir a definir de modo específico los en que el soporte constituye el nexo con su lector13. En dicha relación, una de las actividades centrales y a la vez, menos visibles es el pasaje del acontecimiento a noticia, que se da dentro de las lógicas de producción de la información entre las cuales se encuentran los criterios de noticiabilidad, las rutinas periodísticas y el bagaje, tanto profesional como humano, del periodista que interviene en la selección y jerarquización de datos y fuentes. Teun Van Dijk asume que “las noticias no sólo dependen de los hechos, sino también de las estructuras organizativas utilizadas en su producción.”14. Los profesionales reconstruyen los hechos a los que el público no puede tener acceso personalmente en forma de noticia. Este proceso implica por un lado, la percepción de los acontecimientos de lo real, y por otro, la selección y combinación de elementos de la misma para ser interpretados e inscriptos en el producto informativo. El proceso antes detallado constituye una manipulación. Si bien el uso vulgar del término le atribuye una acepción despectiva al concepto; tal como lo afirma R. Cirino en su investigación sobre las estrategias de manipulación de las noticias “los periodistas, al organizar, valorar y redactar la noticia le imprimen una forma particular”15. En el mismo sentido, Jorge Halperín en referencia a la entrevista periodística sostiene “Cortar, sintetizar, amalgamar, relacionar, recompaginar, a veces hasta reconstruir muy cuidadosamente una expresión (…) son tareas cotidianas del entrevistador”16. Esta descripción es ampliable del ámbito de la entrevista a la actividad profesional de todo periodista. 13
Verón, Eliseo. El análisis del “Contrato de Lectura”, un nuevo método para los estudios de posicionamiento de los soportes de los media. Paris: IREP, 1985. p. 11 y 12 14 Van Dijk, Teun. La noticia como discurso. Buenos Aires: Paidós Comunicación, [1985]. p. 231 15 Cirino, R. Don’t blame de people. New York: Random House, 1971.p. 24 16 Halperín, Jorge. La Entrevista periodística. Barcelona, España: Paidós Comunicaciones, 1995. p. 153.
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Por otro lado, Vicente Leñero y Carlos Marín explican que “implícita o explícitamente, cada texto periodístico entraña una carga subjetiva, política, originada en la formación e cada periodista y en el interés económico, político, ideológico de cada empresa periodística”17. Asimismo, añaden: La sola jerarquización de datos con que se elabora implica una valoración, un juicio, por parte del periodista”18. Por lo tanto, consideramos que es menester desmitificar la acepción peyorativa del término y comprender que esta manipulación no es otra cosa que una acción inherente a la profesión e indivisible de las lógicas de producción periodística. A partir de lo analizado, el presente trabajo formula la siguiente hipótesis: En un momento de riesgo como la crisis sociopolítica y económica de 2001 en Argentina; los medios de comunicación potencian el Alarmismo Social. Si bien, como sostiene Ullrich Beck, “en las definiciones del riesgo se rompe el monopolio de racionalidad de las ciencias”19, el mismo autor presenta algunos aspecto que permiten introducir el concepto: •
Los riesgos tienen un componente futuro, no se agotan en consecuencias o daños que ya han tenido lugar;
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Tienen que ver esencialmente con la previsión;
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En un sentido central, son al mismo tiempo reales e irreales;
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La auténtica pujanza social del argumento del riesgo reside en la proyección de amenazas para el futuro20.
Enrique Gil Calvo expone que “existe un riesgo real y el riesgo percibido y dada la peculiar interacción entre ambos, cuando el segundo crece por las revelaciones de los medios de comunicación –que aunque no sean alarmistas desde luego se están expandiendo, por lo que multiplican todos sus contenidos, incluidos los que siembran alarma social-, también puede crecer el latente riesgo real, si se suscitan las expectativas capaces de favorecer la multiplicación de riesgos o de inhibir la capacidad colectiva de superarlos”21 Se desprende entonces, de lo anteriormente expuesto, que “se genera el efecto óptico de hacer pensar que si crece la percepción mediática del riesgo revelado es porque está creciendo la producción social –la construcción colectiva- del riesgo real. Así es como 17
Leñero, V y Marin, C. Manual de periodismo. México: Editorial Grijalbo, 1986. p. 18 Leñero, V y Marin, C. Op. Cit. p. 40 19 Beck, Ullrich. La sociedad del riesgo. España: Ediciones Paidós, 1998. p. 42 20 Beck, Ullrich. Op. Cit. p. 48 21 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39. 18
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los medios se convierten sin querer en bomberos pirómanos, pues la publicidad del riesgo percibido contribuye a magnificarlo”22. Los días de diciembre de 2001 en que la crisis llegó a si clímax no representan un fenómeno aislado sino más bien simbolizan el punto más alto de un proceso que se manifiesta en toda la sociedad occidental a partir del incremento de la sensación del riesgo, especialmente con el cambio de milenio: el alarmismo social. El punto de partida de nuestro análisis estará enfocado en las rutinas características de la producción periodística; los valores empleados en la selección, redacción y difusión de las noticias así como también en aquellas limitaciones (propias y auto impuestas) que debe afrontar la producción noticiosa. Para llevar adelante la investigación se combinarán dos líneas de análisis. Por un lado, se desarrollarán los conceptos involucrados en la teoría del alarmismo social -formulada por Enrique Gil Calvo-; las condiciones de producción de la noticia y climas de opinión a partir de la bibliografía utilizada y las consultas a expertos. En forma paralela, se expondrán los resultados de las entrevistas efectuadas a diversos periodistas de los diarios seleccionados que cubrieron los acontecimientos del caso tomado como punto de referencia y sus notas. El objetivo es llevar a cabo una articulación teórico – práctica que permita contrastar ambas instancias enfocándose en la dinámica interna de los medios y sus trabajadores. Con este objetivo es que es este trabajo no aparecerá un capítulo específico y apartado de marco teórico sino que haremos convivir los conceptos y las definiciones teóricas junto al recorrido práctico de modo que adquiera mayor visibilidad el contraste o la sintonía entre lo que produjeron y dicen los periodistas y lo que indican las categorías analíticas. Consideramos imprescindible que la reflexión en torno al profesionalismo periodístico le añada al aspecto teórico – con la rigurosidad que merece un trabajo académico de este tipo – las vivencias y realidades cotidianas presentes en las redacciones. La multiplicidad y variedad de estudios sobre la relación medios – audiencia que se avocan a los efectos de los primeros sobre la segunda plantea la necesidad de explorar un campo comúnmente relegado: el de la instancia de producción. Los periodistas son protagonistas del intercambio informativo y actores sociales tanto individualmente como por ser miembros de la comunidad mediática.
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Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39.
Esta tesina se elaboró sobre la base de las condiciones de elaboración de las noticias porque, según el rastreo del estado del arte que efectuamos al iniciar este trabajo, observamos que la problemática ha sido excesivamente estudiada desde la instancia de recepción y se ha relegado el punto de origen. La autora Amalia Dellamea observa “los estudios sobre la noticia, al centrarse en casos periodísticos no consiguen despegarse de las aristas espectaculares del propio caso y sus consecuencias en el público, en consecuencia, no logran descripciones del funcionamiento periodístico que vayan más allá del caso particular o del efecto provocado en la audiencia”23 Por su parte, James Lull advierte que “no es tarea fácil cuantificar la actividad y el pensamiento humano como tampoco lo es conocer con precisión de qué modo influyen los medios en su audiencia”24 Además, los investigadores solían indagar la dinámica de los medios de comunicación desde un punto de vista externo debido a una idea que subyace en el imaginario de los estudiosos de siglos pasados. Jesús Martín Barbero afirma: “Durante largo tiempo la verdad cultural (…) importó menos que las seguridades teóricas ya así anduvimos convencidos de que lo que era comunicación debía decírnoslo una teoría –sociológica, semiótica u organizacional- pues sólo desde ella era posible deslindar el campo y precisar la especificidad de sus objetos”25. En este sentido, Denis Mc Quail enumera tres tipos de estudios 26 que se realizaron a lo largo de la historia. •
Enfoques totalizadores, que presuponen la unidad del sistema mediático e identifican a la sociedad como fuente originaria y determinante de la institución mediática
•
Teorías o enfoques centrados en el mensaje
•
Teorías o enfoques centrados en el estudio de la audiencia y los efectos
Para analizar el alarmismo social es necesario adoptar una postura que ponga el ojo en la relación entre los medios y la sociedad como actores de una interacción dinámica y compleja, como es el enfoque totalizador. Sin embargo, Martín Barbero plantea una crítica a las principales corrientes de este enfoque. 23
Dellamea, Amalia B. El discurso informativo. Buenos Aires: Fundación Hernandarias,1994. p. 67. Lull, James. Medios, comunicación y cultura. Buenos Aires: Amorrotu Editores, 1995. p. 199. 25 Martin Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones. Barcelona, España: Gustavo Gil ediciones, 1987. p. 220. 26 McQuail, Denis. Introducción a la teoría de la comunicación de masas. España: Paidós Comunicaciones, 1983. p. 67 y 68 24
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Al referirse al modelo de Lasswell, producido en la década del 60, el autor sostiene que el objetivo de la teoría es descubrir las estrategias mediante las que la ideología dominante penetra el proceso de comunicación para producir determinados efectos. Asimismo, acusa a dicha postura de tener una concepción “instrumentalista de los medios (…) que privó a estos de espesor cultural y materialidad institucional convirtiéndolos en meras herramientas de acción ideológica”27. Por otro lado, al mencionar el modelo informacional-cientificista de los 70, también conocido como teoría de la información, el autor lo acusa de mantenerse indiferente a los conflictos que se originan en comprender la comunicación como un proceso de comportamiento colectivo, es decir, el conflicto de intereses en la producción, acumulación y distribución de información.
Martín Barbero afirma que “se hace
impensable todo lo que en la comunicación no es reducible ni homologable a transmisión y medición de información, o porque no cabe –como un baile o un ritual religioso- en el esquema emisor- mensaje-receptor, o porque introduce una asimetría tal entre los códigos del emisor y el receptor que hace estallar la linealidad en que se basa el modelo.”28 Al explicar los giros que fue tomando la investigación sobre los medios de comunicación, Martín Barbero sostiene: “Algo se movió tan fuertemente en la realidad que se produjo un emborronamiento de las fronteras que delimitaban geográficamente el campo y nos aseguraban psicológicamente. Desdibujado el “objeto propio” nos encontramos a la intemperie de la situación. Pero ahora ya no estábamos solo, por el camino había otras gentes que sin hablar de “comunicación” la estaban indagando, trabajando, produciendo (…). Habíamos necesitado que se nos perdiera el “objeto” para encontrar el camino al movimiento de lo social en la comunicación, a la comunicación en proceso”29. En esta línea es que se ubican los estudios culturales o el enfoque sociocultural que se adoptará a continuación. Así, el presente trabajo se propone desarrollar un análisis pormenorizado desde el seno de la actividad periodística y los medios de comunicación. El marco teórico que respalda esta investigación estará presente a lo largo de todo el desarrollo porque nuestro objetivo es, como mencionamos anteriormente, entrecruzar la bibliografía con
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Martin Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 221 Martin Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 223 29 Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 220 28
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los testimonios recogidos en la etapa muestral. De todos maneras, en el siguiente capítulo expondremos los conceptos principales sobe los que se estructuró la hipótesis. El análisis se realizará manteniendo como visión a priori dos supuestos que Dellamea toma de Gay Tuchman, a saber: a) Las rutinas productivas de periodistas y editores periodísticos constituyen operaciones cotidianas de reproducir la realidad como noticia, y al mismo tiempos son la materialización de los procesos institucionales en los cuales tiene lugar la producción de la noticia, y b) la noticia no es entonces una imagen de la realidad –que pueda ser meramente correcta o deformada- sino que es un marco, una ventana, a través del cual se construye rutinariamente el mundo social, el conocimiento de la realidad social”30. El proceso de elaboración de la tesina implicó un mayor compromiso con diversos autores cuyas teorías provocaron la apertura hacia nuevas posturas. Por este motivo, el producto final del trabajo de investigación marcó una clara evolución respecto del proyecto inicial. La reformulación de la hipótesis generó nuevos objetivos tanto generales como específicos y supuso un camino más largo y enriquecedor que el planteado en primera instancia. Para empezar a delinear la estructura de la tesina y formar un bagaje teórico sólido, el primer paso fue consultar el material bibliográfico abocado a nuestra temática. El resumen del material teórico permitió dilucidar los ejes de las futuras entrevistas. Además, el recorte temporal del trabajo se efectuó en los sucesos ocurridos en diciembre de 2001. Por este motivo, se realizó un exhaustivo trabajo de archivo en el que se recopilaron las crónicas con firma que fueron publicadas durante ese período en los diarios analizados. Una vez extraídos los nombres de los periodistas que cubrieron la crisis de 2001, el siguiente paso fue contactarlos para entrevistarlos en forma personal. En un año en el que las elecciones ocuparon gran parte de la agenda mediática, no fue sencillo lograr que los profesionales accedieran a conceder una cita. Entre todos los periodistas convocados, unos pocos accedieron sin condicionamientos, otros cancelaron varias veces antes de presentarse, algunos pidieron responder vía mail pero ante la negativa de las realizadoras se excusaron de dar testimonio y otros, se negaron en forma rotunda. El período de entrevistas demandó más de dos meses de trabajo. 30
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Dellamea, Amalia B. Op. Cit. p.101
En forma paralela se realizaron consultas a expertos en la materia a fin de que aportaran al análisis un punto de vista externo y crítico del fenómeno estudiado. Asimismo, la sugerencia de documentos y autores permitió completar la información que habíamos conseguidos hasta ese entonces y obtener una mirada interdisciplinaria del fenómeno. Luego llegó el momento de analizar y sistematizar los datos obtenidos. El proceso derivó en el surgimiento de nuevos lineamientos generales de la tesina y demandó la búsqueda de nuevos libros que lo sustentaran. El paso siguiente fue la escritura del trabajo. Para esto, ideamos un bosquejo con los ejes principales y los desprendimientos analíticos que de cada uno de ellos surgieron. El análisis implicó relacionar las cuatro instancias proveedoras de información (la teórica; las voces de los expertos; los testimonios de los periodistas y los diarios). Así se fue conformando un tejido de conceptos y comprobaciones empíricas de aquella hipótesis inicial. Cada una de las instancias mencionadas fue intercalada con períodos de corrección por parte de nuestra tutora, quien a lo largo de todo el proceso nos acompañó y brindó los parámetros que se debían reforzar o reformular. La pretensión de las autoras fue relacionar, a lo largo de todo el proceso de elaboración, los conceptos teóricos hallados en la bibliografía con los testimonios de los involucrados. Ya que, como expresa Jesús Martín Barbero “No se trata de carnavalizar la teoría (…) sino de aceptar que los tiempos no están para la síntesis, que la razón apenas nos da para sentir y barrentar que hay zonas en la realidad más cercana que todavía están sin explotar”31
Capítulo 1: Ojos que no ven… De cómo los medios de comunicación propagan la alarma social Cuando se habla de alarmismo social, suele relacionarse este concepto con el de sensacionalismo. Sin embargo, describe más bien un fenómeno complejo de las sociedades modernas que tiene lugar en la relación recíproca entre la sociedad y los medios. La señal de alarma se manifiesta en la inseguridad económica, terrorista y 31
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p.229.
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callejera, la inseguridad ambiental y sanitaria, crisis institucionales, precariedad laboral y descrédito de la cosa pública32. Enrique Gil Calvo formuló la teoría del alarmismo social y la sustentó en la complementariedad de dos conceptos: la sociedad del riesgo, por un lado, y la globalización, por el otro. Asimismo, incorporó una visión problematizadora de los medios de comunicación y los identificó, en su conjunto, como uno de los actores centrales en el proceso. El autor define alarmismo social como “un resultado emergente del actual incremento intensivo y extensivo de las interacciones sociales cuya mayor densidad y frecuencia incrementa con creces la presión mediática que ejercen los climas de opinión, en última instancia destinados a conjurar la alarma social”33. Riesgo global “La escasez de opciones seguras, así como la creciente Imprecisión de las reglas del juego que vuelve inciertas a la mayoría de las jugadas (…) tienden a redundar en percepciones de desprotección del cuerpo, la propiedad y (…) la extensión espacio-corporal”. Zygmunt Bauman La globalización. Consecuencias Humanas Según la sociología del riesgo, la propia actividad humana es la que pone al mundo en peligro; el desarrollo modernizador pone en marcha procesos que deterioran el planeta, los vínculos y las instituciones. Sin embargo, “los riesgos no se agotan en consecuencias y daños que ya han tenido lugar, sino que contienen esencialmente un componente futuro”, sostiene Ullrich Beck34. Es el temor a peligros desconocidos lo que caracteriza a la sociedad del riesgo. Según Beck, “las situaciones de peligro son fuentes de las que surgen preguntas sobre las que los afectados carecen de respuestas”35. “La imprevisibilidad de la mayor parte de los nuevos riesgos, la gravedad y el carácter irreversible de sus consecuencias, hacen que la 32
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 19 - 22 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39. 34 Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 48 35 Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 75. 33
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mejor prevención consista en anticipar lo peor y en tomar medidas para evitar que eso advenga”, sostiene Robert Castel36. Sin embargo, las exigencias que plantean los nuevos riesgos, por desconocidos e imprevisibles, se desplazan permanentemente e imposibilitan el hacerles frente. La sensación de riesgo se ve acentuada con el progresivo debilitamiento de los estados nacionales que se da como producto de la globalización. En referencia a este último concepto, Joseph Stiglitz –economista y Premio Nobel de Economía 2001- define a este último concepto como “la integración mas estrecha de los países y los pueblos del mundo, producida por la enorme reducción de los costes de transporte y comunicación, y el desmantelamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, servicios, capitales, conocimientos y personas a través de las fronteras”37. Como bien explica Vincent Cable, “en un mundo donde el capital no tiene domicilio establecido y los movimientos financieros en gran medida están fuera del control de los gobiernos nacionales, muchas de las palancas de la política económica ya no funcionan”38. A su vez, Stiglitz afirma que las recetas impulsadas por las tres instituciones claves de la globalización – Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio- “en particular, las prematuras liberalizaciones de los mercados de capitales”, contribuyeron a la inestabilidad global39. La agilidad con que circula el capital financiero no sólo derriba las fronteras nacionales sino que supera la capacidad de gestión de los gobiernos y reduce su capacidad de acción. Así, estos sufren el deterioro de las herramientas y funciones que les son propias y se establece el conflicto. Bauman establece que “la imagen del desorden global refleja, más bien, la nueva conciencia (…) de la naturaleza esencialmente elemental y contingente de las cosas que antes parecían estar controladas o, al menos, ser controlables desde el punto de vista técnico”40. Asimismo, añade que globalización “expresa el carácter indeterminado, ingobernable y autopropulsado de los asuntos mundiales”. “La vivencia de estar afectado por un riesgo cerrado a la decisión hace comprensible buena parte del shock, de la furia impotente y del sentimiento de la ausencia de futuro 36
Castel, Robert. La inseguridad social ¿qué es estar protegido?. Buenos Aires: Ediciones Manantial, 2004. p. 78. 37 Stiglitz, Joseph. El malestar en la globalización. Buenos Aires: Santillana Ediciones, 2002. p. 37 38 Gable, Vincent. The world´s new fissures: identities in crisis. Londres, Inglaterra: 1996. p. 22. 39 Stiglitz, Joseph. Op. Cit. p.38 - 43 40 Bauman, Zygmunt. La globalización. Consecuencias humanas. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1999. p. 78 y 79.
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con que muchos reaccionan de manera disonante y en una crítica forzosamente usufructuaria a los éxitos de una civilización técnica”, afirma Beck41. Finalmente, Bauman expone que “la escasez de opciones sin riesgo, es decir, seguras, así como la creciente imprecisión de las reglas del juego que vuelve inciertas a la mayoría de las jugadas y aún más a sus consecuencias, tiendan a redundar en percepciones de desprotección del cuerpo, la propiedad y, finalmente, la extensión espacio-corporal”42. Para la reproducción de este sistema es fundamental la circulación de los dos elementos con mayor libertad de movimiento: el capital y la información. Dicha circulación es posible gracias a los esquemas establecidos a partir de la globalización que perpetúan la sociedad del riesgo. Por un lado, Beck sostiene: “la expansión de los riesgos no rompe en absoluto con la lógica del desarrollo capitalista, sino que más bien lo eleva a un nuevo nivel. (…) Los riesgos de la civilización son un barril de necesidades sin fondo, inacabable, infinito, autoinstaurable. (…) Con los riesgos la economía se vuelve auto referencial, independientemente del entorno de la satisfacción de las necesidades humanas”43 . Sólo en un ámbito de libertad de movimiento de capitales puede funcionar dicha economía. Por otra parte, los riesgos habitualmente permanecen invisibles, por lo tanto, sólo en el saber pueden ser transformados, ampliados o reducidos, dramatizados o minimizados. De allí, la posición clave de los medios de comunicación como productores de conocimiento y constructores de la realidad social en tanto generadores de conciencia del riesgo. La gestión del riesgo sólo se da en la percepción colectiva que incentiva el intercambio económico. Por tanto, los canales por los que circula la información se vuelven actores centrales del fenómeno. Una máquina compleja “La publicidad del riesgo inmediato contribuye a precipitarlo, así se desata el pánico” Enrique Gil Calvo “El miedo es el mensaje” “Lo único que siempre se precisa para que aparezca la alarma social es una red de interacción”, sostiene Gil Calvo y agrega: “En cuanto las personas interactúan surge el 41
Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 58 Bauman, Zygmunt. Op. Cit. p. 152. 43 Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 34 y 35. 42
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peligro y se plantea la cuestión del mal, pues el miedo es siempre una relación social” 44. Ahora bien, en una sociedad global en la que los vínculos entre Estados, personas, empresas, instituciones, etc. se multiplican con el fin primario del intercambio económico, la cantidad de redes de interacción también aumenta. A su vez, el desarrollo tecnológico libera a las interacciones de las condiciones de tiempo y espacio a través del surgimiento de nuevos y más veloces medios de comunicación. No es casual que al presente se lo denomine la “Era de la Información” y en los foros internacionales se hable de la “Sociedad de la Información y el Conocimiento”45. Por lo tanto, la temible interacción de la cual surge el peligro “puede ser tanto inmediata –las relaciones más próximas, con unidad de tiempo y espacio, que se ventilan frente a frente y cara a cara –como a distancia –es el caso de los medios de comunicación, que conectan a personas y grupos permitiéndoles interactuar separados por el tiempo y el espacio”, como advierte Gil Calvo46. El notable crecimiento de las redes de interacción mediatas- es decir aquellas producidas con la participación de los medios de comunicación masivos- acelera los ritmos de transmisión de información y multiplica la cantidad de emisores y receptores. Sin embargo, se complementan permanentemente con las redes de interacción inmediatas o interpersonales. Gil Calvo sostiene: “Ambas dimensiones se implican recíprocamente, pues el alarmismo social del riesgo percibido que los medios revelan multiplica la epidemiología colectiva del latente riesgo real”47. El alarmismo social diferencia entre en el riesgo real y el riesgo percibido y sostiene que los medios de comunicación son los encargados de convertir el primero, invisible, en el segundo, visible. Con la proliferación de soportes y canales que vehiculizan mensajes masivos aumenta la puesta en público de potenciales riesgos. A su vez, Gil 44
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 42. Sociedad de la Información es una fase de desarrollo social caracterizada por la capacidad de sus miembros (ciudadanos, empresas y administración pública) para obtener y compartir cualquier información, instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera. El factor diferencial que introduce la Sociedad de la Información es que cada persona u organización no solo dispone de sus propios depósitos de conocimiento, sino que también tiene capacidad para acceder a la información generada por los demás y la posibilidad de ser un generador de información para otros. Lo característico es el acceso a la información. La expresión Sociedad de la información designa una forma nueva de organización de la economía y la sociedad que comenzó a gestarse en 1970 con el traslado de las fuentes de riqueza de los sectores industriales a los sectores de servicios. En otras palabras, se supone que en las sociedades modernas, la mayor parte de los empleos ya no estarán asociados a las fábricas de productos tangibles, sino a la generación, almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información. Los sectores relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), desempeñan un papel particularmente importante dentro de este esquema. (Fuentes: Manuel Castells, La era de la información: economía, sociedad y cultura; Yoneji Masuda, La Sociedad Informatizada como Sociedad Post-Industrial). 46 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 42. 47 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 42. 45
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Calvo sostiene: “Por paradójico que parezca, ambos riesgos, el que revelan los medios y el que late invisible, se potencian recíprocamente. La publicidad del riesgo inmediato contribuye a precipitarlo, así se desata el pánico”48. La complejidad del proceso que describe el alarmismo social eleva el análisis de la inseguridad social, que establece la relación entre individuos y sistemas de protección. Denis McQuail manifestó que “en muchas ocasiones los medios propenden a crear pánicos morales exagerando de manera demostrable el verdadero peligro e importancia de los grupos sociales, así como también sus actividades”49 El alarmismo social explicita un fenómeno dinámico en el que interactúan diversos actores en la generación, no sólo de información, sino de climas de opinión, en los cuales la percepción del riesgo produce la alarma social. Por lo visto, la alarma social no necesita de nuevos riesgos reales producidos en el mundo de lo real, sino sólo de que estos se instalen en la percepción colectiva. Como sostiene Beck, en las sociedades del riesgo la conciencia determina al ser. Esto a su vez, tiene dos fases: la producción y no producción de información. En primer lugar, la puesta en circulación de conocimiento acaba con el riesgo latente al volverlo peligro visible. Por otro lado, la ausencia de datos no es prueba de ausencia de peligro sino que es inherente al componente futuro del riesgo. Es decir, si no se informa del potencial no es porque tal no exista, sino porque la sociedad es incapaz de verlo, y si no puede distinguirlo menos aún podrá combatirlo. Por ello, Beck razona que “los riesgos y su percepción no son dos cosas diferentes sino una y una misma cosa”50. Gil Calvo explica que tanto el nivel del riesgo como la posibilidad de resolverlo o agravarlo dependen de las expectativas que tengan todos aquellos actores capaces de intervenir en los hechos sobre su posible desarrollo. Aquí es donde entran en juego los medios de comunicación, por un lado, a través de las revelaciones que acrecientan el riesgo percibido y, a su vez, al suscitar expectativas en los actores sociales involucrados. Gil Calvo afirma: “Se genera el efecto óptico de hacer pensar que si crece la percepción mediática del riesgo revelado es porque está creciendo la producción social del riesgo real. Así es como los medios se convierten sin querer en bomberos pirómanos, pues la publicidad del riesgo percibido contribuye a magnificarlo”51.
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Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39. McQuail, Denis. Op. Cit. p. 62 50 Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 77 51 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p.39. 49
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Miedos mediante medios “La transparencia se ha impuesto como norma central de nuestra sociedad. La figura del bien reposa sobre el hecho de poder ser demostrado (…) La prensa se ha convertido en gendarme de esta situación. Por eso, ella contribuye a construir y reconstruir el mundo” Florence Aubenas y Miguel Benasayag. La fabricación de la información. Desde su surgimiento, los medios de comunicación de masas fueron objeto de análisis formulados desde diferentes enfoques. Sin embargo, los esfuerzos por esquematizar el análisis y establecer conceptos científicamente aceptables, de hecho, han afectado gravemente la comprensión de un fenómeno eminentemente social que no puede ser encuadrado en categorías de análisis provenientes de la biología, la informática ni la física. Para establecer un punto de partida en el análisis de los medios, Mc Quail sostiene que “la actividad fundamental de las instituciones de los medios de comunicación de masas es la producción, reproducción y distribución de conocimientos, en el sentido más amplio de conjuntos de símbolos que remiten significativamente al mundo de la experiencia”52. Cierto es que la percepción humana del mundo está basada tanto en la experiencia directa como en las referencias de experiencias ajenas. Sin embargo, dada la imposibilidad de experimentarlo todo, las relaciones interpersonales y los medios son las principales fuentes de información de un sujeto acerca del mundo que lo rodea. Si bien las percepciones que obtienen las personas de primera mano y las que proceden de otras fuentes, especialmente de los medios de comunicación, tienen marcadas diferencias, Elisabeth Noelle Newmann recuerda que Walter Lippmann descubrió que la diferencia entre ellas se oscurece porque las personas no son conscientes. “Notó que la gente tiende a adoptar la experiencia indirecta tan completamente y a amoldar a ella tan plenamente sus concepciones que sus experiencias directas e indirectas se vuelven inseparables”53. Si bien los medios conviven con otras instituciones creadoras de mensajes –escuela, familia, religión-, a diferencia de todas ellas, la institución mediática tiene la capacidad 52 53
McQuail, Denis. Op. Cit. p.59. Noelle Newmann, Elisabeth. La espiral del silencio. p. 192.
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de operar en la esfera pública, un ámbito de acceso a toda la sociedad. “Estos conocimientos nos permiten dar sentido al mundo, conforman nuestra percepción de él, y se suman al fondo de conocimientos anteriores y a la continuidad de nuestra actual comprensión”, afirma Mc Quail54. En su actividad cotidiana, los medios de comunicación construyen la realidad social a través de la selección de acontecimientos y elaboración de mensajes informativos. Miguel Rodrigo Alsina afirma que “la producción de la noticia es un proceso que se inicia con un acontecimiento”55. Con la aparición de los medios de comunicación de masas, a mediados del siglo XIX, Alsina sostiene que la prensa se convirtió para los ciudadanos en la “principal fuente de transmisión de acontecimientos” 56. En el traspaso del acontecimiento a la noticia es donde principalmente surge la alarma social. Alsina explica: “Los acontecimientos van a definir una sociedad. En primer lugar, porque el sistema de valoración del acontecer quedará implícito en la transmisión de determinados acontecimientos. En segundo lugar, porque los acontecimientos serán la imagen que dará la propia sociedad de sí misma, y a su vez cada sociedad vendrá a definir lo que es acontecimiento”57. Es necesario poner el énfasis en los dos aspectos que menciona el autor en referencia a la relevancia de los acontecimientos que, como ya se menciono, son provistos a la comunidad principalmente por la prensa. Por un lado, Alsina menciona el sistema de valoración del acontecer que se cristaliza en cuáles son los acontecimientos que son transmitidos. A este respecto, Carlo Marletti explica que la tematización supone centrar la atención de la audiencia en algunos temas y de esta forma se desarrolla el nivel cognoscitivo valorativo sobre los acontecimientos y los problemas que implican.58 En segundo lugar, Alsina afirma que los acontecimientos constituyen la imagen que cada sociedad tiene de sí misma. A este respecto, Gil Calvo sostiene que “el modo en que la prensa y los medios de masas imponen su principio de realidad, determinando qué es real y qué deja de serlo, es precisamente el de administrar la alarmante sucesión de emergentes revelaciones59. A su vez, el autor establece que la prensa es la guardiana que separa la visible transparencia de la opacidad clandestina y argumenta: “Si para ello 54
McQuail, Denis. Op. Cit. p. 59. Alsina, Miguel Rodrigo. La construcción de la noticia. Barcelona, España: Editorial Paidós, 1989. p. 81. 56 Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 87. 57 Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 91. 58 Alsina, Rodrigo Migue. Op. Cit. p. 123 59 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 153. 55
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recurre al mensaje del miedo, con las viejas argucias de la truculencia y el sensacionalismo, es por las mismas razones que asisten a Hitchcook cuando recurre a la técnica del suspense, esperando capturar la atención del espectador por pura deformación profesional”60. La idea de Alsina de una prensa “administradora de emergentes revelaciones” y la comparación que traza entre ella y Hitchcook puede encontrar un fundamento en las ideas vertidas por Jesús Martín Barbero cuando dice que “desde los años 20’ comienzas a aparecer diarios que recogen y desarrollan las claves de las liras populares (…). Periódicos como Crítica en Argentina habían roto el tono solemne de la prensa ‘ seria’ y había introducido e introducido una serie de elementos que buscaban una conexión explícita
con
lo
popular:
páginas
policiales
extensas,
escenas
callejeras,
reconstrucciones gráficas de sucesos, el mundo de las cárceles (…) esto va a implicar un mayor énfasis en la prensa policial y un tono más irreverente y escandaloso (…) un nuevo tipo de periodismo que hallará su consagración en el diario Clarín fundado en 1954”61 Por este motivo, Martín Barbero deduce que estas tendencias finalmente son tomadas por los medios de comunicación y vertidas en su impronta laboral. “se plantea entonces la cuestión de las huellas, de las marcas en el discurso de prensa de otra matriz cultural, simbólico – dramática, sobre las que se modelan no pocas de las prácticas y las formas de la cultura popular (…) Esta estética melodramática que se atreve a violar la repartición racionalista entre temáticas serias y las que carecen de valor, a trotar los hechos políticos como hechos dramáticos y a romper con la objetividad observando las situaciones de ese otro lado que interpela la subjetividad de los lectores. ”62 De allí que el principal eje de la cuestión del alarmismo social es la comprensión de la actividad periodística en sus verdaderas lógicas de producción, en el seno de la actividad profesional. Giorgio Grossi establece que la profesionalidad periodística es la “actividad especializada en la construcción de la realidad social que se presenta como una objetivación de segundo grado (de rutinas cognitivas, de esquemas interpretativos y de significados), es decir como una ulterior construcción de la realidad que se suma a otras construcciones de la realidad, integrándola y generalizándola en razón de una referencialidad pública y colectiva”63. 60
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 157. Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 192. 62 Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 193. 63 Grossi, Giorgio. Rappresentanza e rappresentazione. Italia: Ediciones Milano, 1985. p. 384 61
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Se culpa a la prensa de alarmista por hacer público el riesgo percibido y así aumentar el riesgo real. Pero esto es inherente al periodismo y a la actividad profesional que lo caracteriza en las sociedades modernas. Florence Aubenas y Miguel Benasayag sostienen: “La transparencia se ha impuesto como la norma central de nuestra sociedad. La figura del bien reposa sobre el hecho de poder ser demostrado. Con mayor generalidad, para que una situación pueda ser expuesta, es necesario que ella sea, ante todo representable, que pueda aparecer. La prensa se ha convertido en gendarme de esta situación. Por eso, ella contribuye cada día a construir y reconstruir el mundo”64
Capítulo 2: Panic attack Del contexto en el que se produjo la alarma social “El riesgo país se había instalado como indicador de la crisis, aunque nadie sabía de qué se trataba”, Néstor Restivo, periodista de Clarín. Hacia el cambio de milenio una sombra cubrió el mundo occidental. El terrorismo, la violencia callejera, la desintegración familiar, las crisis económicas, las enfermedades y el deterioro ambiental son sólo algunos de los ejes en los que la idea de riesgo se hizo 64
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. La fabricación de la información. Los periodistas y la ideología de la información. Buenos Aires: Ediciones Colihue, 1999. p. 11
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presente. La sensación de la existencia de un peligro inminente se extendió por todas las redes sociales y el pánico al derrumbe mundial se generalizó. Los medios de comunicación parecían una especie de galería del terror en la que las principales piezas de exhibición eran el colapso tecnológico con que amenazaba la primera hora del año 2000, el espejismo especulativo que estalló en marzo del mismo año y se contagió a la economía real que comenzó a caer en el primer semestre de 2001 a nivel mundial, las catástrofes climáticas, el ataque a las torres gemelas, la represalia de Estados Unidos que asumió la forma de “guerra antiterrorista”, la persecución a inmigrantes latinos en Norteamérica y Europa y la amenaza de la expansión del ántrax. Javier Navia, periodista de La Nación, escribió: “El primer año del siglo XXI presentó variadas novedades, aunque muchas de ellas sólo contribuyeron a subrayar un pesimista comienzo del milenio65”. Entre los sucesos que Navia mencionó al justificar su contundente afirmación se encontraron la convulsión política y tensiones sociales en América Latina, la violencia étnica en Macedonia, el mal de la “vaca loca”, la fiebre aftosa, las intervenciones de la ETA en España, la violencia en Medio Orienteacrecentada con la llegada al poder de Ariel Sharon, el atentado que provocó la muerte del presidente de la República Democrática del Congo Laurent Kabila, la persecución de cristianos en Nigeria y la recesión y el desempleo récord en Japón. “El tiempo registrará el 2001 como el año en que vivimos en peligro: las bombas, los aviones, el correo, el ántrax y, ahora, hasta los explosivos zapatos desgastados de demenciales terroristas”66, sostuvo Navia. En la Argentina- en sintonía con los temporales del 2001 que resultaron en pérdidas millonarias y muertes, la amenaza de la leptospirosis y la famosa carta supuestamente contaminada con ántrax que llegó a la Paternal67, entre otras cosas- el riesgo país cristalizó los temores de la población. El 10 de octubre de 2001, el país fue considerado el más riesgoso del mundo con 1916 puntos y en vísperas de Año Nuevo trepó a los 567768. Aunque el riesgo país es un índice económico que guía las inversiones extranjeras y es calculado por diferentes entidades financieras69, tuvo un lugar 65
Navia, Javier. “Un año marcado por un instante trágico”. La Nación, 30 de diciembre de 2001, p. 4 Navia, Javier. “Un año marcado por un instante trágico”. La Nación, 30 de diciembre de 2001, p. 4 67 Lladós, José Ignacio. “Los habitantes se sintieron indefensos”. La Nación, 31 de diciembre de 2001 68 Restivo, Nestor. “El año en que vivimos a los tumbos”. Clarín, 23 de diciembre de 2001 69 El riesgo país es un índice que intenta medir el grado de riesgo que entraña un país para las inversiones extranjeras. El índice es la sobretasa que paga un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el Tesoro de Estados Unidos. Es decir, es la diferencia que existe entre el rendimiento de un título público emitido por el gobierno nacional y un título de características similares emitido por el Tesoro de los Estados Unidos. El riesgo país es en realidad un índice que es calculado por distintas entidades financieras que pueden ser calificadoras internacionales de riesgo, como Moody’s, Standad & Poor’s, y 66
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progresivamente predominante en los medios nacionales. La consulta diaria obligada era el riesgo país y el pronóstico meteorológico, en ese orden, a pesar de no todos los ciudadanos conocían la conformación de la variable. Néstor Restivo, periodista de Clarín, expresó: “El riesgo país se había instalado como indicador de la crisis, aunque nadie sabía de qué se trataba (…). No había otro indicador así, tan sintético, que demostrara la gravedad del asunto. El aumento del riesgo país fue un modo de graficar la realidad, de hacerla contable”70. “El año en que vivimos a los tumbos”71 tituló Clarín un análisis de la economía argentina del 2001 que redactó Restivo. La nota ponía énfasis en la variedad de políticas económicas que se pusieron en marcha por los tres ministros de economía que se sucedieron en ese año72: "blindaje", ajustazo fiscal, canje y "megacanje" de la deuda, ley de Competitividad, "factor empalme", déficit 0, “corralito”. Restivo comenta: “Ya se veía venir que se iba todo al diablo y la verdad es que había mucha tensión. Tensión como ciudadano de un país. Tensión por la crisis que se veía, por el vacío”73. Las medidas económicas profundizaron la recesión y aumentaron el desempleo. La Argentina contaba en el 2001 con 14 millones de pobres – de lo cuales 730 mil cruzaron la línea de pobreza ese mismo año- y 4 millones de desocupados o sub ocupados. Con dicho panorama laboral, proliferaron las manifestaciones en diferentes sectores del país. El malestar económico y político condujo a una crisis institucional que se agudizó con la crisis de representatividad y la pérdida de legitimidad del Gobierno Nacional. Las elecciones legislativas del 14 de octubre de 2001 fueron ganadas por el “voto bronca”. Como prueba de una profunda crisis de representatividad, las abstenciones pasaron de 18,4 a 26,3 por ciento y los votos en blanco y anulados sumaron 22 por ciento del total13, 4 puntos más que las elecciones anteriores. La incertidumbre y el malestar social se propagaron por todo el país. Luis Ceriotto, periodista del Diario Clarín, expresó que “la sensación era que se estaba desmoronando el país” y comparó el fenómeno con largos períodos de insomnio.
J.P. Morgan, o empresas dedicadas exclusivamente a la elaboración de dicho cálculo, como Euromoney o Institucional Investor. Fuente: Federico Anzil en www.econlink.com.ar/definicion/riesgopais.shtml 70 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Nestor Restivo 71 Restivo, Nestor. “El año en que vivimos a los tumbos”. Clarín, 23 de diciembre de 2001 72 José L Machinea (Alianza), Ricardo López Murphy (FIEL), Domingo Cavallo. 73 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Nestor Restivo
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“¿Viste como cuando no te vas a dormir? Bueno, era como un proceso que se extendía sin final de ciclo”, sostuvo Ceriotto74. A pesar de que la gravedad de los sucesos ocurridos en la Argentina tuvo resonancia a nivel internacional, reprodujo el modelo que se estaba gestando en todo el occidente. Enrique Gil Calvo afirma: “De la euforia de finales del siglo anterior se ha pasado al pánico del inicio de este, en un movimiento pendular de vaivén que ha transformado el pasado círculo virtuoso del crecimiento autosostenido hasta convertirlo en el actual círculo vicioso de una creciente desconfianza pública. Y semejante inversión cíclica de la tendencia, tras cambiar el signo de las expectativas que la alimentaban, ha originado por doquier una percepción muy aguda de creciente ansiedad, suspicacia generalizada y paranoica alarma social”75. Sin embargo, es fundamental al iniciar el análisis tener en cuenta el proceso histórico que en la Argentina dio lugar a la gesta de los acontecimiento comprendidos en el período analizado. Una mirada al pasado “Lo asombroso no es que los ciudadanos se amotinaran sino que sufrieran en silencio durante tanto tiempo” Joseph Stiglitz El proceso de construcción de la ciudadanía llega a mediados de los años 50’ con el Estado como garante del sostenimiento del entramado social. Como sostiene Murillo, “el trabajo, la salud y la educación, pasaron a ser tres derechos garantizados por el Estado y no sólo discursivamente, sino a través de planes materiales concretos.” 76Sin embargo, dicho modelo comienza a ser criticado en los 60’ y allí surge una nueva cuestión social, entendida como “el abismo existente entre los derechos proclamados y la realidad efectiva que los deniega para grandes masas de la población mundial, aún cuando en la retórica de los organismos internacionales se los proclama”77. La imposibilidad de actuar frente al aumento del desempleo, el deterioro de las instituciones y la creciente incertidumbre revela a los sujetos una condición trágica. 74
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Luis Ceriotto. Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 15 76 Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad”. Buenos Aires: OSAL, FLACSO, Mayo, 2004. p. 29 77 Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad” .Buenos Aires: FLACSO, Mayo- agosto de 2004. p. 263 75
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Murillo explica que “la condición de lo trágico radica en situaciones en las que un sujeto se encuentra ante dos imperativos opuestos, y sea cual sea su decisión percibe de algún modo que ello lo llevará a ser condenado”78. La ausencia de futuro y la sensación de
impotencia se traducen en un profundo
sentimiento de angustia. Murillo agrega: “El vacío social, que se difunde generando huecos en las antiguas redes de solidaridad más o menos estructuradas, no sólo no es rellenado con nuevas estrategias, sino que parece ser activamente gestionado desde los medios de comunicación y el Estado, quienes impelen a los sujetos a autogobernarse, ser autónomos y tomar iniciativas individuales y/o grupales”79. Sin embargo, dicho discurso se contradice con las verdaderas condiciones del espacio social, un espacio cada más inestable y cerrado que dadas las carencias de los sujetos acrecienta su condición trágica hacia su propio interior. Diciembre de 2001 significó un punto de inflexión en la historia argentina en tanto, tal como indicó Murillo, “marcó el colapso del régimen económico, social y político forjado en la década de los noventa y que signara a la Argentina de la convertibilidad” 80. Sin embargo, la agitación social, la inestabilidad económica y la ilegitimidad política fueron el resultado de un desarrollo histórico más prolongado que es digno de mención no sólo para contextualizar los acontecimientos sino para comprender el alto nivel de correspondencia entre lo ocurrido en la Argentina y el modelo del alarmismo social. Susana Murillo establece como punto de partida a mediano plazo la década de los 70’, cuando comenzó a ser vista como peligrosa la pobreza de las naciones del Tercer Mundo en el contexto internacional de una creciente interdependencia entre los países. Por eso, la premisa básica a cumplir era la “gobernabilidad” en los países subdesarrollados. Así, las dictaduras fueron un primer intento de lograr consenso por temor, pero al imponer un “límite a los flujos de mercancías, poder e información”, sostiene Murillo, “el consenso por temor no implica una adecuada economía de poder”. Por ello, el retorno a la democracia en los 80’ exigía el surgimiento de “un nuevo pacto social” bajo “nuevas formas de control e intervención por parte de Estados Unidos”81.
78
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad” .Buenos Aires: FLACSO, Mayo, 2004. p. 34 79 Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad” .Buenos Aires: FLACSO, Mayo, 2004. p. 37 80 Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis”. Op. Cit. p. 37 81 Murillo, Susana. “el nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad”. Op. Cit. p. 264 y 265
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Murillo explica que “los estados de los países subdesarrollados debieron adoptar como principales funciones el crear las condiciones jurídicas necesarias para que las empresas multinacionales se desarrollaran libremente y la administración de la policía para marginar a los nuevos desocupados tanto en el espacio rural como en el urbano”82. Hacia los 90’ el nuevo pacto social se basó en el “consenso por apatía, que se constituyó poco a poco como base de unas democracias sustentadas en el desinterés por la política el cual tiene su fundamento más profundo en el temor asentado en el hecho de que desde los 70’ el Estado se había centrado en gestionar la muerte”83. La legitimidad y la represión se convirtieron entonces en dos herramientas fundamentales para vincular directamente a los países del llamado Tercer Mundo a la economía globalizada y la sociedad del riesgo. La legitimidad de las democracias latinoamericanas se sustentó en la capacidad de gestionar el riesgo a través de la represión y en la apertura de sus economías con la promesa de un sostenido crecimiento económico. Sin embargo, como sostiene Murillo, “las prácticas neodecisionistas de los 90’ consolidaron el consenso por apatía hacia la ejecución de políticas que saquearon las riquezas en Latinoamérica”84. Eduardo Grüner se refiere a la globalización como la extensión de los dominios de un único poder al que él denomina imperio y se refiere a las “sociedades periféricas”: “arrasadas, violentadas y destruidas hasta lo indecible por la mundialización capitalista: destrucción sistemática- otra vez, política, económica, social, cultural, jurídica- que, insistimos, lleva más de cinco siglos, pero que en las últimas décadas las ha transformado, más que en una tierra baldía, en un campo minado” 85. El saqueo al que los diferentes autores se refieren atraviesa la esfera económica atentando contra la propia identidad de los ciudadanos. Asimismo, la desaceleración de la economía mundial, en un contexto de interdependencia, que se manifestó en la recesión de los Estados Unidos, el estancamiento japonés y las dificultades de la Unión Europea para la implementación del euro repercutió gravemente en América Latina. Emilio Taddei explica: “La profundización de los planes de ajuste neoliberal como respuesta oficial a la crisis en
82
Entrevista realizada por las autoras a la socióloga Susana Murillo Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad”. Op. Cit. p. 266 84 Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad”. Op. Cit. p. 267 85 Grüner, Eduardo. El fin de las pequeñas historias. Buenos Aires: Paidós, 2002. p. 14 83
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numerosos países de la región ahondó las tensiones y favoreció el estallido de numerosos conflictos sociales”86. A su vez, el 11-S87 permitió a los Estados Unidos afianzar su hegemonía en el ámbito internacional a través del despliegue militar, la consolidación de la liberalización comercial y la redefinición de las instituciones internacionales en las cuales es la figura principal. “El 11 de septiembre ha desnudado de una vez por todas lo que también debió haber sido evidente desde mucho antes: la política (y la ley, inseparable de ella) la hace, por el momento el imperio. Y cada vez más, la hace bajo la forma de su lógica constitutiva, la de la guerra”88, sostiene Grüner. Particularmente en la Argentina, este proceso se manifiesta en los ejercicios militares conjuntos desarrollados en Salta –curiosamente, uno de los puntos donde el conflicto piquetero ganaba protagonismo- y la instalación de bases militares, la política económica desplegada por el Gobierno Nacional y las relaciones de negociación que se desarrollan con el Fondo Monetario Internacional. El mismísimo Joseph Stiglitz comentó poco tiempo después de la crisis: “El colapso argentino en 2001 es uno de los más recientes fracasos (del FMI) en los últimos años. Dada la alta tasa de desempleo durante 7 años, lo asombroso no es que los ciudadanos se amotinaran sino que sufrieran en silencio durante tanto tiempo”89. Alarma celeste y blanca “Hablé con personas que tenían las puertas electrificadas, uno me hablaba con un cuchillo en la mano, hubo barricadas en las esquinas”, Leonardo Torresi, periodista de Clarín El 2001 llegó caracterizado por la proliferación de protestas sociales, represiones, corridas bancarias, default, ajustes salariales, piquetes y saqueos. El clima predominante era de incertidumbre. La siguiente noticia podía ser peor aún que la anterior.
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Taddei, Emilio. “Crisis económica, protesta social y “neoliberalismo arma” en América Latina” Buenos Aires: FLACSO, Junio 2002. p. 29 87 11-S refiere al ataque de las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos, producido el 11 de septiembre de 2001. 88 Grüner, Eduardo. El fin de las pequeñas historias. Buenos Aires, Argentina: Paidós, 2002. p. 19 89 Bonasso, Miguel. El palacio y la calle. Argentina: Grupo Editorial Planeta, 2002. p.133
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El 30 de noviembre, mientras los trabajadores de la fábrica de cerámica Zanón S.A eran reprimidos y se preveía un dificultoso comienzo del ciclo lectivo 2002 por la posible eliminación del Incentivo Docente, la corrida bancaria precipitó el desastre. La fuga incontrolable de depósitos puso a los bancos, supuestamente, en peligro y el Gobierno anunció un nuevo paquete de medidas económicas que puso un tope de $250 a la extracción de dinero en efectivo y prohibió las transferencias al exterior. La Intangibilidad de los Depósitos90 pareció ser una broma de mal gusto. La decisión repercutió no sólo en la oposición, sino también en la Justicia, el Fondo Monetario Internacional, otros países de la región y, sobre todo, en la calle. El Partido Justicialista no sólo se manifestó en desacuerdo, sino que además previó públicamente la caída del entonces Presidente Fernando De La Rúa. Por su parte, el Juez Martín Silva Garretón declaró inconstitucional el límite para los retiros de efectivo y se abrió la vía de los amparos judiciales. En el ámbito internacional, el FMI se negó a enviar el dinero prometido porque la Argentina no había cumplido con las expectativas y los representantes de diferentes Gobiernos discutían como afectarían los recientes sucesos a la economía de la región. Mientras tanto, lo operadores financieros ya elaboraban instrumentos, legales y no tanto91, para sacar dinero al exterior. La confusión fue la primera reacción de las personas que se acercaron a los bancos una vez puesto en marcha el paquete económico. El plan no había sido claro y nadie estaba muy seguro de qué era lo que podía hacer y qué no. Annabella Quiroga, periodista de Clarín relata: “La gente llamaba al diario para preguntarnos qué hacer. Imaginate que en la sección de Economía éramos como los consejeros de nuestros lectores. Inventaban cualquier cosa para que les pasen con nosotros. Hasta que tuvimos que pedir que no nos pasen más llamados”92. Los comerciantes, dada la falta de liquidez, tuvieron que adaptarse y prepararse para recibir tarjetas de crédito, de débito y cheques. Pero el desconcierto enseguida dio paso a la bronca y aparecieron los primeros piedrazos y pintadas contra las sucursales de los bancos. “Chorros, devuelvan la plata”, “vendepatrias” y “Cavallo genocida” decoraban las entradas de las entidades bancarias y la Federación Económica de la provincia de 90
La Ley Nacional 25.446 de Intangibilidad de los Depósitos fue sancionada el 29 de agosto de 2001 y, en su artículo 2 establecía: “El Estado nacional en ningún caso podrá alterar las condiciones pactadas entre los depositantes y la entidad financiera, esto significa la prohibición de canjearlos por títulos de la deuda pública nacional u otros activos del Estado, ni prorrogar el pago de los mismos, ni alterar las tasas pactadas, ni la moneda de origen, ni reestructurar los vencimientos, los que operarán en las fechas establecidas por las partes”. 91 Sin firma. “Vías para eludir el congelamiento”. Página 12, 5 de diciembre de 2001, p. 11 92 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina con Annabella Quiroga
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Buenos Aires llamó a un apagón de protesta, con cacerolazos y bocinazos para el miércoles 12 de diciembre. La industria, el campo, la banca local y el sindicalismo apuntaron contra Cavallo y exigieron al Gobierno alentar la producción y el trabajo. Los pronósticos eran cada vez más desalentadores. El riesgo de default total, el fantasma de la devaluación y el agravamiento de la recesión se instalaron en los medios. El riesgo país se disparó y el aguinaldo de los jubilados y estatales sufrió un nuevo ajuste. El 12 de diciembre, en medio del caos económico, comenzaron a sentirse las cacerolas. Los sectores urbanos de la población comenzaron a manifestarse con novedoso entusiasmo. Martín Granovsky, periodista de Página 12, escribió: “Un recorrido desde el Congreso hasta Scalabrini Ortiz y Santa Fe poco después de las ocho permitió trazar un mapa de la protesta en la calle. Ruido en Congreso. Golpe de metal en las veredas. Cacerolazos. Tránsito normal, acentuado porque no hubo corte de calles. Y al cruzarse con un grupo de ruidosos, bocinazos. Más cacerolazos en Córdoba y Azcuénaga, en la zona de las facultades, pero quienes protestaban no eran estudiantes sino, otra vez, vecinos y comerciantes unidos en grupos de cinco o diez. Ruido en Salguero y... Y mucho, mucho ruido en Scalabrini Ortiz y Santa Fe, siempre con más mujeres que hombres como en el resto del país. Entre las ocho y media y las nueve menos cuarto, los vecinos se miraban de reojo de balcón a balcón mientras hacían sonar una tapa o una sartén con más o menos sentido del ritmo. Lo mismo en Federico Lacroze y Ciudad de la Paz, en Belgrano, y en Corrientes y Medrano, donde una señora se quejaba de que los argentinos, en realidad, protestan muy poco aunque “todos estamos perdiendo”. Por la noche, en Cabildo, el entusiasmo fue tan grande que los ruidos empezaron antes y terminaron después. En Santa Fe y Salguero el tránsito llegó a estar cortado. En Pueyrredón y Las Heras una señora gritaba que “el que estatizó la deuda fue él”, hablando de Cavallo y su maniobra en 1982, como presidente del Banco Central durante la dictadura militar. La misma situación de espontaneidad y sonido de metales se repitió en Rosario, Córdoba, Salta y Jujuy, y fue muy notoria en la zona sur del Gran Buenos Aires, donde algún comerciante inclusive llegó a explicar 27
que en el exterior los descubiertos no se cobran y aquí suelen ser castigados con intereses de usura.”93 Seoane sostiene que “diciembre marca así la incorporación al arco social de la protesta de los sectores urbanos –particularmente las capas medias de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano castigadas también por la polarización social de las últimas décadasbajo sus propias formas de protesta – cacerolazos - y organización – asambleas barriales-”94. Sin embargo, Felipe Yapur, periodista de Página 12, afirma que dicha unión entre los diferentes sectores económicos de la sociedad resultó fugaz y no implicó un verdadero compromiso de lucha. Yapur explica: “Hubo un momento en que se proclamaba `piquete y cacerola, la lucha es una sola´… duró lo que dura un huevo en una canasta. Porque una vez que todo se estabilizó las diferentes clases sociales fueron volviendo a su lugar, manteniendo sus diferencias. Las clases más pudientes se solidarizaron con los pobres, pero cuando se mejoró la situación del bolsillo dijeron `yo te acompaño pero no te quiero al lado mío´”95. La movilidad de las clases sociales altas, propia de la globalización, les permite unirse a la protesta social cuando lo consideran necesario y alejarse de ella cuando dan por logrados sus objetivos. Bauman explica: “Una diferencia entre “los de arriba” y “los de abajo” es que los primeros pueden alejarse de los segundos, pero no a la inversa” 96. Yapur completa su idea al decir que “en ese momento la clase media sentía que estaba tan cagada como los pobres; sólo que los pobres estaban mucho más cagados”.97 A las protestas les siguieron los saqueos. Los primeros asaltos a supermercados se registraron el viernes 14 de diciembre en las ciudades de Rosario y Mendoza donde las personas se llevaron comida. Pablo Morosi, corresponsal de La Nación en La Plata, reflexiona: “La gente llegó a una situación en la que era capaz de levantarle la persiana (del local) a esa persona a la que veía todos los días. Porque no es que se iban a otro barrio a saquear. En el mismo lugar a donde iban todos los días a comprar un litro de leche, afanaban todo… al mismo tipo”98.
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“Los cacerolazos pusieron en máximo el fuego del enojo y el fastidio”, Martín Granovsky, Página 12, Jueves 13 de diciembre de 2001, pág. 6. 94 Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis” Op. Cit. p. 38 95 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur 96 Bauman, Zygmunt. Op. Cit. p. 114. 97 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur 98 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Pablo Morosi
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Nuevamente el Gobierno Nacional fue señalado como responsable y empezaron a sonar las palabras “juicio político”, “mal desempeño” y “traición a la patria”. A los pocos días los saqueos se extendieron a Entre Ríos y el Gran Buenos Aires y la represión policial hizo sus primeras apariciones en las zonas urbanas. La violencia, el desconcierto social y la angustia se propagaron rápidamente. Leonardo Torresi, periodista de Clarín, recuerda una recorrida que hizo por la Zona Norte del Conurbano Bonaerense en la que encontró pánico entre sus entrevistados. “La gente pobre decía que tenían que cuidarse porque supuestamente iban a venir otros pobres a avanzar sobre sus barrios a usurparles las casas. Hablé con personas que tenían las puertas electrificadas, uno me hablaba con un cuchillo en la mano, había barricadas en las esquinas. Te estoy hablando de barrios tipo monoblocks, bien pobres, que se estaban cuidando de otros, supuestamente más pobres, que iban a venir”99, relató Torresi.
El estallido “El final más sangriento de la última etapa democrática”, Página 12, 21 de diciembre de 2001 La tensión social que se acrecentaba en todo el país – la cual parecía pasar desapercibida para el presidente de la Nación que negaba la existencia de un estallido social- acentuó la intervención de la policía en forma localizada, primero, y condujo a la declaración del estado de sitio, una medida represiva e instrumento a favor de la gobernabilidad tan añorada por los EEUU. De La Rúa habló el 19 de diciembre en Cadena Nacional, cerca de las 11 de la noche, y la respuesta de los ciudadanos fue un cacerolazo espontáneo. "La sala de los periodistas no tiene ninguna ventana (…).Le pedimos permiso a Gioja que era el presidente del bloque del PJ en ese momento si podíamos ver por la ventana y que se yo y bueno, ahí miramos y pudimos ver que venía un río de gente. Había ruido de cacerolas… y empezamos a ver que había un montón de gente que estaba bajando… eh, gente, familias enteras… con cacerolas y demás que venían por Av. De Mayo y por la calle Rivadavia que venían por el lado de Flores. Ahí hablamos a los diarios y empezamos a avisar (…). Acá nos decían menos mal que estás
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Entrevista realizada por las autoras de la presente tesina a Leonardo Torresi
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ahí porque nos está llamando gente común de distintos barrios y dicen que ven gente pasando”, relató Alfredo Gutiérrez. Al reclamo popular, el Gobierno reaccionó con la renuncia del Ministro de Economía.”Cuando nos juntamos en la Sala de Periodistas, que somos de distintos lugares –de la Nación, de Clarín, de las Agencias, de Télam-, lo que arreglamos con nuestros medios fue que nos sumábamos acá a ver qué pasaba a ayudar en la cobertura. Entonces, entre la curiosidad periodística – la curiosidad propia que llevamos adentro todos los periodistas- quisimos bajar y sumarnos a la gente que estaba yendo hacia la Plaza. Así que ahí pudimos ver cómo era todo, íbamos contando por teléfono… contábamos ahí también que recién empezaba la represión. Y bueno, cuando llegamos a la Plaza nos enteramos de que Cavallo había renunciado. Nosotros sabíamos y la gente que estaba ahí, no”, continuó su relato Alfredo Gutiérrez. La dimisión de Domingo Cavallo y, más tarde, de todo el gabinete, anticipó los hechos del 20 de diciembre. A las 19.52 se alzó del techo de la Casa Rosada el helicóptero en el que se marchaba De La Rúa luego de haber presentado su renuncia como Presidente. El saldo de la jornada fue de 22 muertos en todo el país, violencia generalizada y una acefalía institucional sin precedentes. Página 12, en el copete de la nota titulada “Fernando de la Rúa se fue como quien desangra” publicada el 21 de diciembre sostenía: “En sólo 740 días de mandato, al ordenar una represión sin límites y dilatar su renuncia generando un vacío institucional, De la Rúa logró consumar el final más sangriento de la última etapa democrática”100. La salida de De la Rúa fue uno de los momentos álgidos de la crisis porque se concretaba la acefalía institucional del país tan temida hasta ese momento. La Nación relató la salida De la Rúa: “El epicentro de la violencia fue la Plaza de Mayo. Los enfrentamientos empezaron con la represión policial, con disparos de balas de goma y de gases lacrimógenos, a un grupo de manifestantes pacífico, a las 9.30. El descontrol se generalizó con el paso de las horas. Sólo en el micro centro porteño murieron cinco personas, atacadas por la policía con balas de plomo.
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Granovsky, Martín. “Fernando de la Rúa se fue como quien desangra”. Página 12, 21 de diciembre de 2001, p. 2
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La tensión política se hacía insostenible. A las 16, De la Rúa, en la máxima soledad política (todo su gabinete había renunciado), hizo un último intento por seguir en el poder. (…) Miles de personas ocupaban las calles del centro porteño y se batían en forma incesante con agentes de la policía federal. Columnas de humo salían del edificio de la sede del Banco Provincia y se registraban destrozos en una hamburguesería frente al obelisco. (…) La Avenida de Mayo seguía regada de cascotes, vidrios y ladrillos. Pasaban patrulleros a velocidades extraordinarias. Llovían disparos de balas de goma y plomo. El aire era irrespirable, después de casi un día de explosiones de gases lacrimógenos. A las 19.52, De la Rúa caminó con la cabeza gacha hacia el helicóptero. Lo abrazaba el edecán del Ejército, teniente coronel Gustavo Giacosa. La nave despegó, entre insultos de la gente que lo miraba desde la avenida Leandro N. Alem. Partió hacia la quinta de Olivos.”101 “La desobediencia frente al estado de sitio decretado el miércoles por la noche, la confrontación con las fuerzas policiales del día jueves, la impugnación abierta a los poderes constituidos manifestada en las movilizaciones posteriores, no refería simplemente a la manifestación de ahorristas enfurecidos”, sostiene Seoane102. De hecho, los acontecimientos posteriores probaron que el temor permanecía instalado en la sociedad, que la angustia no se disipaba con nuevos dirigentes, que la pesadilla no terminaba aún. Mientras los comerciantes estaban preocupados por los destrozos en los locales 103, los farmacéuticos denunciaban desabastecimiento de remedios104 y los vecinos de diferentes barrios del conurbano se preparaban para defenderse ante la posibilidad de nuevos saqueos105, Ramón Puerta, como presidente provisional del Senado convocó a la Asamblea Legislativa que designó como Presidente a Adolfo Rodríguez Saá. “A ver si
101
Sin firma. “Renunció De la Rúa: el peronista Puerta está a cargo del Poder Ejecutivo”. La Nación, 21 de diciembre de 2001, tapa 102 Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis” Op. Cit. p. 39 103 Iglesias, Mariana; Kinisber, Yanina. “Los comerciantes podrían ser indemnizados por los destrozos”. Clarín, 22 de diciembre de 2001, p. 50 104 Lipcovich, Pedro. “Un momento para no enfermarse”. Página 12, 22 de diciembre de 2001, p. 21 105 Dillon, Marta. “El fantasma del enemigo que viene”. Página 12, 22 de diciembre de 2001, p. 18 y 19
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lo entiende de una vez: yo soy el Pre-si-den-te”106 tituló Clarín una nota de Mariano Thieberger en referencia a la respuesta del mandatario frente a la pregunta de si pensaba dormir en la Quinta de Olivos. Los medios reconstruyeron una nueva sensación: Al parecer, Rodríguez Saá quería quedarse en el cargo de Presidente más de los 90 días pautados para la convocatoria a elecciones. Felipe Yapur contó en Página 12 una escena bastante ilustrativa en la que un diputado de San Luis le decía: “Es un tipo de manías extrañas. Por ejemplo, si alguien le presta un sulky, luego no hay Dios que lo obligue a devolverlo”107. Las primeras medidas del flamante Presidente fueron el otorgamiento de subsidios, el anuncio de una nueva moneda denominada el Argentino y la anulación del recorte a los jubilados. Pero a falta de planes integrales para superar la crisis, a la par de los intentos de algunos sectores –por no decir algunas figuras- del Partido Justicialista de prolongar la presidencia de Rodríguez Saá por dos años, en lugar de llamar a elecciones para marzo de 2002. Fruto del descontento generalizado, un nuevo cacerolazo sacudió a la ciudad el 28 de diciembre. “Tras la asunción de Rodríguez Saá de su brevísimo mandato como Presidente, las disputas de poder al interior del Partido Justicialista y la puja entre las fracciones del bloque dominante abrieron el espacio para que el bullar de las cacerolas y las movilizaciones marcaran el tiempo de la crisis política”, sostienen Seoane, Taddei y Clara Algranati108. Frente al reclamo popular, Rodríguez Saá intentó un acuerdo con los mandatarios peronistas en Chapadmalal, donde también se hicieron escuchar los cacerolazos. “Después de media hora de reunión, en el chalet número tres del complejo presidencial de Chapadmalal se respiraba tensión. Había empezado serena, hasta que Adolfo Rodríguez Saá, con los ecos del último cacerolazo todavía repiqueteando en sus oídos, hizo un conteo visual de los gobernadores que estaban sentados frente a él y sentenció en tono firme: “Para seguir acá yo necesito apoyo. Los convoqué para ver cómo salimos de esto y en vez de venir catorce vinieron seis. Así yo no sigo, renuncio”109. Siete días duró el mandato de Rodríguez Saá, que se deshizo en internas del Partido Justicialista. A la renuncia del primer mandatario, siguió la dimisión del presidente 106
Thieberger, Mariano. “A ver si lo entiende de una vez: yo soy el Pre-si-den-te”. Clarín, 24 de diciembre de 2001, p. 4 107 Bonasso, Miguel. Op. Cit. p. 256. 108 Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis”. Op. Cit. p. 49 109 Perez de Eulate, Mariano. “En vez de catorce, sólo vinieron seis. Así yo no sigo, renuncio”. Clarín, 31 de diciembre de 2001, p. 4
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provisional del Senado Ramón Puerta, que ya había ocupado la jefatura de Estado por 24 horas tras la salida de De la Rúa. Así, Eduardo Camaño, titular de la Cámara de Diputados fue el encargado de conducir a la Asamblea Legislativa que designaría nuevo presidente. Los nombres que sonaban para ocupar el cargo eran los de Carlos Ruckauf y Eduardo Duhalde, quien finalmente se convirtió en titular del Ejecutivo. “La incertidumbre es el signo de este fin de año en la Argentina. Como si fueran poco la crisis económica, las restricciones bancarias y el enojo social con los dirigentes, el país volvió ayer a quedar al borde de la acefalía presidencial”110. Es imposible poner un alto en la historia de la Argentina a principios de 2002. Sin embargo, el escenario social, político y económico de diciembre de 2001 explicita las características de un contexto no sólo alarmante, sino también alarmista. El proceso que termina por poner en quiebre las instituciones argentinas es aún más complejo que la lucha por el poder y que los reclamos ciudadanos. Hacia la fecha de análisis se plasma un fenómeno inherente a la sociedad del riesgo global que se estaba gestando en todo el mundo.
Medios mediante “No hay guerras sin cámaras, no hay muertos sin imágenes, no hay escándalo sin nota, ni tragedia sin crónica”. Martín Latorraca y Hugo Montero en “El Periodismo Urgente” La reconstrucción de los hechos históricos a través del relato de los medios no es casual, sino que su razón de ser radica en el protagonismo de los canales de comunicación de masas en el complejo proceso del alarmismo social. No sería justo, ni serio, atribuirles el rol de propagadores del miedo, porque no es tal el objetivo con el que nacieron ni se lo han propuesto nunca. Por otro lado, el presente trabajo busca apartarse del concepto 110
González, Fernando. “Renunció Rodríguez Saá y volvió a abrirse otra pelea en el PJ por la presidencia”. Clarín, 31 de diciembre de 2001.
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de rol en referencia a los medios –así como en referencia a cualquier otro actor social objeto de análisis- porque éste les asignaría una categoría única y definida que es contraria a su propia naturaleza ya que estos se definen y redefinen a través de sus acciones e interacciones con la sociedad en la que circulan sus mensajes y desde la cuál recogen los acontecimientos. Tampoco es la intención plantear la absoluta inocencia e ingenuidad de los medios recurriendo a argumentos como los de la existencia de una conspiración superior. Por el contrario, el fin del análisis es la exposición de las lógicas de producción de la información en la sociedad posmoderna capitalista como factor que inevitablemente conduce a la propagación de la alarma. James Lull sostiene que “los medios contribuyen a modelar y a mantener ciertas reglas y las predisposiciones ideológicas que están en la base de esas reglas porque su inigualable y poderosa capacidad técnica y su atractivo contenido son los medios más efectivos de difundir información que se hayan inventado nunca”111. Ahora bien, en la sociedad del riesgo global ¿Qué subyace a las reglas sociales y predisposiciones si no es la gestión del miedo? Y los medios toman del mundo de lo real, y reconstruyen. Las publicaciones de los tres diarios de referencia en la Argentina reconstruyeron la alarma social y la propagaron en tanto se multiplicaron sus contactos con la audiencia. “Los cajeros dijeron que así no va más”112, “Temor a la rebelión”113, “Pesadillas del nuevo orden”114, “Corte de manga del FMI”115 y “Tiempos duros”116 son sólo algunos de los titulares de Página 12 en los primeros diez días de diciembre de 2001. La Nación, por su parte tituló “En noviembre el déficit fiscal subió a más de $800 millones” 117, “El consenso con el PJ sigue siendo lejano”118 y “Rige el estado de sitio en todo el país”119 en los siguientes diez días. Finalmente, Clarín escribió “Hubo siete muertos y casi 140 heridos durante los saqueos”120, “La resaca de la violencia en una zona casi arrasada”121, 111
Lull, James. Op. Cit. p. 84 Zlotnik, Claudio. “Los cajeros dijeron que así no va más”. Página 12, 1° de diciembre de 2001, p. 5 113 Sin firma. “Temor a la rebelión”. Pagina 12, 4 de diciembre de 2001, p. 4 114 Alarcón, Cristian “Pesadillas del nuevo orden”. Página 12, 5 de diciembre de 2001, p. 10 115 Zlotnik, Claudio. “Corte de manga del FMI”. Página 12, 6 de diciembre de 2001, p. 2 116 Alarcón, Cristian.“Tiempos duros”. Página 12, 9 de diciembre de 2001, p.14 y 15 117 Sin firma. “En noviembre el déficit fiscal subió a más de $800 millones”. La Nación, 13 de diciembre de 2001, tapa 118 Mochkofsky, Graciela. “El consenso con el PJ sigue siendo lejano”. La Nación, 15 de diciembre de 2001, pág. 11 119 Sin firma. “Rige el estado de sitio en todo el país”. La Nación, 20 de diciembre de 2001,pág. 6 120 Torresi, Leonardo. “Hubo siete muertos y casi 140 heridos durante los saqueos”. Clarín, 20 de diciembre de 2001, pág. 16 121 Piotto, Alba. “La resaca de la violencia en una zona casi arrasada”. Clarín, 22 de diciembre de 2001, p. 42 112
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“Dicen que se produce delirio de saqueo en el Conurbano”122, “Otra vez, la bronca nació en los barrios y llegó a la Plaza”123. Los titulares de los diarios infundían temor. Murillo explica que “la explicación entre la exposición de violencia y su influencia objetiva no es unánime, pero investigaciones empíricas en el marco de la teoría del cultivo ponen el acento en su influencia en la percepción de la sociedad más que en la alteración de comportamientos”124. Las amenazas al ciudadano en los planos económico, político y social eran permanentes. Si no peligraban su empleo, estaban en riesgo sus depósitos, o su libertad de movimiento, o su seguridad personal, su derecho a expresarse. Dado el protagonismo de los medios en el fenómeno del alarmismo social, es necesario no sólo referir, sino profundizar sobre su actuar durante diciembre de 2001 y la difusión del temor a través de las vías de comunicación de masas al mismo tiempo que mantener en perspectiva la relación dinámica y contradictoria entre la institución mediática y la sociedad. Hasta aquí hemos intentado situar al lector de este trabajo en: cuál es la perspectiva de análisis, cuáles fueron los hechos que contextualizan la investigación y qué relatan los periodistas sobre lo ocurrido. De aquí en adelante se intentará contar, retratar y analizar los mecanismos a través de los cuales se construyeron los hechos de diciembre de 2001 qué mecanismo y cómo los periodistas describen su actividad profesional en dicho período.
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Barbano, Rolando. “Dicen que se produce “delirio de saqueo” en el conurbano”. Clarín, 23 de diciembre de 2001, p. 30 123 Sin firma. “Otra vez, la bronca nació en los barrios y llegó a la Plaza”. Clarín, 29 de diciembre de 2001, pág. 4 124 Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología de la seguridad”. Op. Cit. p. 267
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Capítulo 3: Sospecha de alarmismo De climas de opinión y medios de comunicación “Gracias a la información el hombre vive como un hombre libre. Todo el mundo está convencido de ello. Y sin embargo, los media han entrado en una era de sospecha” Ignacio Ramonet en “La tiranía de la comunicación”. Los medios de comunicación se encuentran hoy en el ojo de la tormenta. Como sostiene Ignacio Ramonet: “Nadie niega la indispensable función de las comunicaciones de masas en una democracia. La información es esencial para la buena marcha de la 36
sociedad. No hay democracia posible sin una buena red de comunicaciones y sin el máximo de informaciones”125. Sin embargo, se ha puesto bajo sospecha el actuar de los medios de comunicación y los profesionales de los mismos a partir de su intervención en los procesos sociales. Para comenzar a abordar el problema es necesario conceptualizar la relación entre medios y sociedad. James Lull afirma: “Desde el punto de vista técnico, por supuesto, los medios de comunicación masiva no pueden ni reflejar ni construir la realidad sociocultural puesto que tal cosa no existe en modo alguno como algo puro o permanente… Lo que hacen en cambio es reunir fragmentos simbólicos para producir relatos que se asemejan en algunos sentidos y no en otros a lo que nos rodea”126. En el mismo sentido, Elizabeth Noelle Newmann explica que “la cultura mediática consiste en lo que seleccionan del mundo y nos ofrecen los medios de comunicación” y esto conduce a que “como el mundo real no está a nuestro alcance, a nuestra vista, ésta sea nuestra única perspectiva sobre el mundo”127. A su vez, hay que tener en cuenta que los mensajes que producen los medios están elaborados a su vez por periodistas, profesionales de la información. Noelle Newmann precisa: “Los periodistas sólo pueden referir lo que son capaces de percibir desde su conciencia. El lector sólo puede completar y explicar el mundo mediante una conciencia que ha sido creada en gran parte por los medios de comunicación”128. En el mismo sentido, Mc Quail sostiene que “los efectos de los medios de comunicación se producen de forma inconsciente, como consecuencia de tendencias organizativas, hábitos organizacionales y condicionamientos técnicos”129. Por ello es que el análisis de los medios, cualquiera sea el objetivo de la investigación debe tener una visión integradora de su actividad como empresas informativas, instituciones creadores y transmisoras de símbolos y actores sociales. Massimo Bonfantini sostiene que para realizar un análisis completo de la interacción entre los medios y la sociedad hay que tener en cuenta tres modalidades de impacto130 que podemos sintetizarlas en:
125
•
Dimensión económica o lógica comercial
•
Dimensión ideológica
Ramonet, Ignacio. La tiranía de la comunicación. España: Debate, 2000. p.191. Lull, James. Op. Cit. p. 101 y 102. 127 Noelle Newman, Elisabeth. Op. Cit. p.197. 128 Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 196. 129 McQuail, Denis. Op. Cit. p. 253. 130 Bonfantini, Massimo. Op. Cit. p. 54. 126
37
•
Dimensión de producción de conocimiento
Profundizar y evaluar las tres dimensiones por separado conllevaría esquematizar las características de manera tal que impediría la comprensión, porque estas se retroalimentan permanentemente entre si. Sin embargo, es pertinente tenerlas en cuenta para que ninguna quede fuera de la investigación por su interdependencia y complementariedad. Hablar de los medios de comunicación como una institución, en singular, no implica necesariamente comprenderlos como una unidad. Cada medio, tiene características que hacen a su identidad. En primer lugar, cabe mencionar el soporte. Sin llegar a afirmar categóricamente, como Marshall Mc Luhan, que “el medio es el mensaje”, Stevenson plantea que es necesario apelar a las formas técnicas de los medios ya que estas configuran la percepción humana. “La cultura de la imprenta reemplaza el juego sensual de las culturas orales por un modo de pensamiento predecible y estandarizado” 131, sostiene éste último. Por otro lado, cada medio tiene sus propios objetivos y, en relación a ellos, se dirige a diferentes públicos, establece determinado tipo de contenido y organiza el trabajo de una manera específica. En estas organizaciones están insertos los profesionales de la comunicación. “Gracias a la información el hombre vive como un hombre libre. Todo el mundo está convencido de ello. Y, sin embargo, los media han entrado en una era de sospecha”, sostiene Ramonet132. Los mismos productores de la alarma, los que siembran permanentemente la incertidumbre, son ahora los sospechados. Sería imposible disipar las sospechas así como estaría fuera del alcance brindar respuestas y certezas, cuando la época apenas permite preguntas y la posibilidad de articular conceptos. El periódico es una industria y la elaboración de la noticia, un proceso productivo. Gran cantidad de capitales están comprometidos en el mercado de la información e intervienen las empresas – medios-, los trabajadores –periodistas, ya sean editores, cronistas, columnistas, editorialistas o jefes de sección- y los recursos – los acontecimientos como materia prima, las fuentes, los datos, la capacidad interpretativa de los periodistas, entre otros-. Los tres elementos se ensamblan de tal manera que al final de cada jornada el producto sale a la calle: EL PERIÓDICO. 131
Stevenson, Nick. Culturas mediáticas. Teoría social y comunicación masiva. Buenos Aires: Amorrortu, 1998. p. 188. 132 Ramonet, Ignacio. Op. Cit. p. 191.
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Al igual que cualquier trabajador en su propio ámbito, el proceder del periodista se encuadra en una rutina de trabajo, un esquema de acciones sucesivas que dan por resultado un producto terminado. Sin embargo, el trabajo con la información tiene algunas diferencias sustantivas con las demás industrias por su propia naturaleza. Al manipular un bien que le pertenece a la sociedad en su conjunto, como es el caso de la información y dada su función como actor social, se puede decir que la noticia produce y es producida. El concepto de noticia presenta una dificultad a la hora de su definición, pues se trata de un término complejo y extenso imposible de ser definido de manera absoluta. Pero más allá de las precisiones en cuanto a su significado, existe un consenso en que el origen de la noticia: es el acontecimiento y el pasaje de uno a otro se da a través de un proceso mediado por el actuar del periodista. Por lo tanto, su labor consiste en tomar un hecho de la realidad, procesarlo y difundirlo hacia la sociedad. En el proceso de elaboración de la información, los periodistas intervienen principalmente a partir de dos acciones: “seleccionar” y “jerarquizar”. Si bien estas dos actividades afectan todas las decisiones que se toman, desde qué temas abordará cada edición del diario hasta cómo se redacta la nota, es fundamental analizarlas en tres instancias de la producción de la noticia: la determinación de los acontecimientos noticiables, la consulta de fuentes y el armado de la nota. En este sentido, y de una manera que peca de simplista pero puede resultar muy gráfica, la actividad profesional periodística puede sintetizarse en tres acciones: mirar, contar y hacer contar. La Médula “La noticia, y sólo la noticia, forma la médula del diario moderno”, Roig y Bergadá en el El Arte de ser Periodista “Las noticias son fabricaciones que informan sobre sucesos incontrolados, mientras que la palabra fabricación implica planificación, previsión y producción rutinaria (…) se la puede ver como el resultado del empeño de tratar sistemáticamente lo inesperados, al hacerlo, imponerle un orden”, Denis McQuail133.
133
McQuail, Dennis. Op. Cit. p. 142.
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“La noticia no es una imagen de la realidad – que pueda meramente ser correcta o deformada – sino que es un marco, una ventana, a través del cual se construye rutinariamente el mundo social, el conocimiento sobre la realidad social”, Amalia Dellamea134. “Como todo marco que delinea al mundo, el marco de la noticia puede considerarse problemático. La visión a través de él depende de si la ventana es grande o pequeña, si se tiene muchos o pocos cristales, si el vidrio es opaco o claro (…) la escena que se despliega depende también de dónde está uno, lejos o cerca”, Gay Tuchman135. Esta última definición es tomada por las autoras de la tesina como un punto de partida para el desarrollo de este punto. La idea de noticia como ‘ventana al mundo’ la coloca como un borde a partir del cual los lectores conocen, en gran medida, lo que ocurre en su entorno. Es preciso destacar la percepción de Tuchman para complementar la anterior ya que al precisar que “dependerá si esa ventana es grande o pequeña”, deja en claro la manera en que opera la noticia. Es decir, demuestra que según quién, cómo y cuándo trabaje con la información para que ella resulte de una u otra manera. El papel del periodismo cobra relevancia. Dennis McQuail propone una mirada de la noticia como “fabricación”, un concepto que encierra el modus operandi del producto informativo. La noticia propuesta como el resultado de un trabajo (el periodístico) que pone y saca datos como ladrillos en una construcción136. El hecho de sumar o restar datos no representa una intención deliberada por crear una ilusión, sino la búsqueda de las palabras más adecuadas para darle a entender al lector aquello que sucede del modo más claro y sencillo posible. El periodismo, en sí mismo, es una actividad abocada a la selección de temas y elaboración de productos informativos que le brinda a la sociedad una serie de elementos que ayudarán a elaborar su percepción del mundo. El fin último del periodismo, es la noticia propiamente dicha. La realidad que ven los sujetos, es en verdad, una realidad construida o reconstruida por los medios de comunicación. “la información y los medios de comunicación son parte del sistema nervioso de una 134
Dellamea, Amalia. Op. Cit. p. 103. Tuchman, G. La producción de la noticia. Barcelona España: Gustavo Pili Ediciones. S/data. p.9. 136 Esta comparación es válida sólo si se salva la diferencia dada a partir de que la información no es un elemento rígido ni estático sino absolutamente dinámico y en permanente transformación. De hecho, desde el mismo momento en que la información se concibe como tal implica ser transformada por el emisor, modificado por el soporte, condicionada por el canal y reelaborada por el receptor 135
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sociedad. La calidad de esa información determina en gran medida el criterio de realidad de un país”137 El hecho de informar sobre aquello que pasa, les permite a los individuos de una sociedad forjarse una idea del mundo en el que viven y así tomar decisiones respecto a su vida presente y su futuro. Los medios de comunicación asumieron el rol de intermediarios entre los hechos y la sociedad en general. Sostiene Alsina: “La prensa se ha convertido para los ciudadanos en la principal fuente de transmisión de acontecimientos sociales. Justamente en estos últimos, la prensa adopta una postura más activa, pues no solo se trata de recibir información y comentarla, sino que hay que descubrir el acontecimiento…” 138 El autor Rodrigo Miguel Alsina afirma que “la producción de la noticia es un proceso que se inicia con un acontecimiento que está conformado por aquellos elementos exteriores al sujeto (…) pero los acontecimientos no tienen sentido al margen de ellos ya que son precisamente los sujetos quienes les dan sentido”139 A simple vista, el concepto de noticia parece sencillo de definir. No obstante, los autores abocados a la explicación del concepto han hecho su aporte teórico dando por resultado una definición amplia y susceptible de ser mejorada. “Uno de los problemas más debatidos entre los teóricos y empíricos del periodismo es la de la noticia, ya que se trata de una de las definiciones más difíciles de compendiar en pocas palabras, y de una complejidad tal que su esencia parece continuamente alargarse hacia horizontes cada vez más vastos”140 En una primera aproximación, Rodrigo Miguel Alsina insinúa, a grandes rasgos, que la noticia es, para el lenguaje periodístico, la manera de definir a un hecho al que se le va a dar tratamiento. Mirar “El periodista actúa como alguien que en los pasillos repletos de un bazar recoge esmeradamente las etiquetas. A la salida, dirá mostrándolas: “He aquí el bazar”. Las etiquetas existen, son 137
Rodríguez, Esteban. Contra la prensa. Buenos Aires: Puñaladas – Colihue, 2002. p. 276 Ibid, p. 87 139 Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 1989. 140 Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 36 138
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concretamente parte de la tienda. Pero ellas devienen un engaño a partir del momento en que son designadas como representación de la tienda” Florence Aubenas y Miguel Benasayag en “La Fabricación de la Información” Como hemos explicado hasta aquí y tal como sintetiza Charaudeau, “el espacio público es una realidad empírica compleja (…) y heterogénea. El acontecimiento de un modo u otro, es un hecho que se inscribe en el ámbito de la experiencia del espacio público, y que puede ser referido en forma de mini relato”141. Pero la noticia es más que una mera descripción de los hechos, dicen las autoras Martini y Luchessi: “La noticia es el relato de un hecho que implica una ruptura en el devenir cotidiano del mundo y que revela lo que se ignora. Tiene que interesar a un amplio grupo de personas y responder a los criterios de novedad, imprevisibilidad, excepcionalidad, relevancia, jerarquía de los protagonistas, efectos en el futuro de la sociedad, y también a la curiosidad, la extravagancia, la rareza y el conflicto que ocurra en geografías cercanas, se publique también en otros medios y respete los tiempos cortos. Todo lo cual supone que se descarte su calificación como buena o mala. Y exige el marco implícito del compromiso del periodista con la sociedad y la vigencia de la libertad de prensa” 142. Esta definición, en su primera oración revela la esencia misma del ejercicio periodístico. La acción de dar a conocer aquello que la humanidad desconoce pone en relieve la importancia de la actividad, pues los sucesos constituyen la materia prima de la noticia, la cual representaría “la forma comunicable que el periodista le da a la información de esos sucesos”143. La noticia es un relato y como tal, implica una construcción lingüística. La producción de un texto lleva implícito un sello indivisible que le imprime su productor. En el caso del periodista, ese sello lleva aparejada una responsabilidad superior ya que su trabajo tiene anclaje en lo real, es decir, no se trata de un texto literario en el que puede dejar volar su imaginación. Se trata de una nota periodística que busca dar cuenta de determinados hechos de la manera más clara y completa.
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Charaudeau, Patrick. El discurso de la información. La construcción del espejo social. Página 166. Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 117 143 Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 36 142
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Es necesario hacer un paréntesis para precisar una definición clave en el desarrollo de la presente tesina. Ana María Amar Sánchez sostiene que “lo real no es describible ‘tal cual es’ porque el lenguaje es otra realidad e imprime sus leyes: de algún modo recorta, organiza y ficcionaliza”.144 Por lo tanto, una vez que se toma conocimiento de un acontecimiento noticioso, la búsqueda de datos para presentar su contexto, el vocabulario empleado y las fuentes consultadas para ofrecer las diversas posturas confieren un punto de vista respecto del tema. “Todas las personas miramos. Pero cada uno ve a su manera. Si dos personas presencian un accidente de tránsito, por más que lo hagan en el mismo lugar y al mismo tiempo, van a existir dos maneras de contarlo completamente distinta. Por ejemplo: si dos personas ven que un auto atropella a una anciana, uno puede decir que la abuela cruzó mal. Yo te puedo decir que el auto venía rápido. Los dos decimos la verdad, pero cada uno lo ve distinto” explica el periodista Mariano Obarrio. Cuando el entrevistado manifiesta que “van a existir dos maneras de contarlo” se refiere al hecho de que dependerá de cada observador el punto del hecho en el que hará foco. Ante un mismo acontecimiento, como puede ser el accidente de auto que sugiere Obarrio, los testigos podrán enfocar su atención en la víctima, en el victimario, en los factores externos que obligaron a la anciana a cruzar, etc. Si a esto se le suma que cada observador lleva consigo un bagaje de información, experiencia o condicionamientos, el resultado de la reproducción del hecho será distinto en cada caso. Esto no es otro procedimiento que el de manipulación de la información, la cual resulta inevitable puesto que en la fabricación del discurso verbal se tiene en cuenta un segmento de lo real que es elegido en base a criterios propios y del medio, pero siempre surgidos de una convención entre seres humanos. Pero para comprender cabalmente el proceso es necesario quitar la carga negativa que la palabra ‘manipulación’ acarrea, a partir de la instalación del discurso de la objetividad tan propio del sentido común. Jorge Halperín, al referirse a la entrevista periodística como uno de los géneros explica que “existe un compromiso ineludible con el lector de ser fiel al espíritu del diálogo, pero la verdad no habita en la suma total de palabras, frases y balbuceos emitidos por periodista y entrevistado durante su conversación”145. Si en vez de reconstruir la situación de diálogo se intenta dar cuenta de cualquier otro hecho, el periodista se 144
Amar Sánchez, Ana María. El relato de los hechos. Rosario, Argentina: Ediciones Beatriz Viterbo, 1992. p.30. 145 Halperín, Jorge. La entrevista periodista: intimidades de la conversación pública. Buenos Aires: Editorial Paidós, 2002. p. 151.
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encuentra bajo las mismas condiciones. Como bien dice Halperín, “Cortar, sintetizar, amalgamar, relacionar, recompaginar, a veces hasta reconstruir muy cuidadosamente una expresión (…) son tareas cotidianas del entrevistador”146 o cronista. Ese consenso colectivo demuestra las ínter subjetividades que llegan a tocar al hecho antes de ser difundido como noticia. El hecho que el periodista deba seleccionar un tema o registrarlo, ordenarlo, jerarquizarlo, escribirlo y pelear por un espacio en el diario para hacerlo circular supone una interpretación personal sobre aquél. Uno de los acontecimientos de mayor resonancia durante el período analizado fue la protesta que tuvo lugar la madrugada del 29 de diciembre en el Congreso de la Nación y que resultó en el ingreso de varios de los manifestantes que causaron daños en el edificio. Hay que tener en cuenta que, en el momento histórico del país, las formas de protesta habían adquirido un protagonismo considerable a partir de los piquetes y cacerolazos. Sin embargo, es interesante hace hincapié en la cobertura que dieron de los hechos dos reconocidos profesionales del periodismo gráficos nacional como lo son Armando Vidal, que trabajaba en Clarín, y Felipe Yapur, que hacía lo suyo en La Nación. Ambos estuvieron fueron testigos presenciales de los hechos y sus miradas son completamente diferentes y se manifiestan explícitamente en sus notas. Para realizar un análisis claro, se procederá a identificar las características atribuidas a los manifestantes, a las fuerzas de seguridad y a la interacción entre ambos en el cuerpo de la nota, dado que los autores entienden que volante, título y copete son elementos de edición ajenos al periodista y lo que aquí importa es desmenuzar la mirada de los periodistas. Desde el principio de los relatos se puede observar que cada uno de los autores asumió una postura bien definida – a pesar de que ambos textos son crónicas, género periodístico informativo- por la construcción del primer párrafo o cabeza que realizaron. La importancia de esta observación radica en que, como bien expresa Eugenio Castelli, en el lead de la nota “se anticipan los hechos más significativos y luego en el cuerpo se van enumerando los demás detalles en orden decreciente de importancia”147. El valor de cada uno de los datos es asignado por el periodista, que es quien les da un orden dentro del texto. Por un lado, Vidal identifica en la cabeza de su nota al “ejército destructor… que atacó el histórico Palacio Legislativo”148 y, por el otro, Yapur enuncia primero el disparo de un 146
Ibíd. p. 153. Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 186 148 Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 147
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proyectil de gas lacrimógeno que, sin que el autor lo atribuya a nadie explícitamente, es un elemento que se asocia a las fuerzas policiales. Desde el principio, los periodistas se diferencian con la selección del dato que abrirá su nota.
CABEZA DE LA NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “NOCHE DE TERROR EN EL CONGRESO” DE ARMANDO VIDAL
CABEZA DE LA NOTA PUBLICADA POR PÁGINA 12 EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “HUMO Y LLAMARADAS EN EL SALÓN AZUL DEL CONGRESO” DE FELIPE YAPUR
En relación a los manifestantes, Vidal habla de “muchos jóvenes nacidos después de 1983”149 asignándoles una limitada comprensión y reforzándola al decir “a dieciocho años de recuperada la democracia”150. A continuación habla de “el malón extremadamente agresivo”, “los atacantes”, “jóvenes dispuestos a todo” y “la barbarie”151. Yapur, por su parte, incluye en el primer párrafo la voz de un manifestante al cual identifica como “un hombre de unos 50 años con el torso desnudo y una bandera argentina atada a su cuello”152. Asimismo, a quienes ingresaron al Congreso como “manifestantes”, “la gente”, “un pequeño grupo”153. Por otro lado, Vidal atribuyó a los guardias de seguridad la toma de “apurados recaudos de protección del Congreso”154 y sostuvo que cuando los manifestantes estaban por 149
Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 151 Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 152 Yapur, Felipe. “Humo y llamaradas en el Salón Azul del Congreso”. Página 12, 30 de diciembre de 2001 153 Yapur, Felipe. “Humo y llamaradas en el Salón Azul del Congreso”. Página 12, 30 de diciembre de 2001 154 Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 150
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ingresar al edificio anexo de la Cámara de Diputados “la Policía, que parecía contenida por las duras críticas que desató la represión del 20, decidió actuar”155. Por su parte, Yapur escribió “Los efectivos tomaron la entrada del edificio pero sorpresivamente a los pocos minutos abandonaron el portal”156. Más allá de las categorías subjetivas que cada autor le imprime a los actores involucrados en los hechos, la estructura narrativa de la nota plantea en Clarín un ataque al Palacio Legislativo con la frase “la noche del terror en el bello edificio… constituyó la primera violación externa del Congreso”157; y en Página 12 una respuesta a la represión al decir “Cuando la represión se desató, la multitud corrió en todas las direcciones posibles. Algunos utilizaron las diagonales para escapar de las nubes ardientes y lacrimógenos gases mientras se transmitía a los gritos la consigna ´vamos al Congreso´”158.
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “NOCHE DE TERROR EN EL CONGRESO” DE ARMANDO VIDAL
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Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 Yapur, Felipe. “Humo y llamaradas en el Salón Azul del Congreso”. Página 12, 30 de diciembre de 2001 157 Vidal, Armando. “Noche de terror en el Congreso”. Clarín, 30 de diciembre de 2001 158 Yapur, Felipe. “Humo y llamaradas en el Salón Azul del Congreso”. Página 12, 30 de diciembre de 2001 156
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NOTA PUBLICADA POR PÁGINA 12 EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “HUMO Y LLAMARADAS EN EL SALÓN AZUL DEL CONGRESO” DE FELIPE YAPUR
Al referirse precisamente al ingreso de los manifestantes al Congreso, el periodista de Página 12 enfatiza lo que para él fue una ‘sospechosa actitud’ de las fuerzas policiales. Algunas de las frases empleadas son: “La policía observaba desde la esquina”; “los efectivos tomaron la entrada al edificio pero sorpresivamente, a los pocos minutos abandonaron el portal”; “no pudieron ingresar más adentro porque finalmente reapareció la policía que, con gases, desalojó el Congreso y la Plaza”159. En este caso, el tratamiento de la información es completamente distinto del anterior porque ubica el ojo crítico en las fuerzas de seguridad y no en el “ejército destructor” de Vidal. Al ser consultado por los acontecimientos de la madrugada del 29 de diciembre, Yapur explicó que “el accionar de la policía esa noche era provocativo, no disuasivo; no es que salían a tomar la plaza Los Dos Congresos para vaciarla de gente que quería ingresar al Congreso, sino que ingresaban a la plaza, tiraban gases lacrimógenos, la gente se enardecía y se retiraban”160. La sospecha personal de Yapur es lo que diferencia su nota de la de Vidal. En este caso, esa impresión persona se “cuela” en su escritura a ravés de los verbos empleados y los adjetivos calificativos utilizados. De este modo, la crónica resultante 159
Yapur, Felipe. “Humo y llamaradas en el Salón Azul del Congreso”. Página 12, 30 de diciembre de 2001 160 Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur
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potencia la sensación de alerta que se le puede llegar a generar el lector. Por otro lado, es menester destacar que ese ‘desliz’ de impresiones que Yapar efectúa no es percibido por él como un acto subjetivo, sino como el producto de un ‘análisis enriquecido por la experiencia profesional’. Asimismo, el lector del artículo asume esas impresiones como inherentes al hecho que se describe. “Era como que estaban provocando que la gente tome el Congreso. De hecho, cuando suben las escalinatas y llegan a la puerta principal -que es una puerta gigante que recuerdo que tenía unas cadenas muy gruesas- si bien había un grupo de muchachos con toda su fuerza y juventud, era muy difícil que abran esa puerta si no tenían una colaboración interna. Yo creo de hecho que hubo una colaboración interna de sacar los candados o las cadenas porque eran gruesas y ese día cedieron. Curiosamente cedieron”, relató Yapur. La posibilidad de una actuación de las fuerzas de seguridad susceptible de ser cuestionada ni siquiera sobrevuela la nota de Vidal. En relación a cómo plasmar una visión personal de los hechos en una nota, Yapur dijo: “Me parece que con la simple descripción vos podés elaborar una… entre comillas, una tesis de lo que pudo haber sucedido”161. Si bien el periodista se acerca a uno de los grandes meollos de la práctica periodística, no termina de elaborarlo. Es decir, Yapur no está del todo en lo cierto al decir que con la simple descripción uno “puede elaborar una tesis”, sino que necesaria e inevitablemente se elabora desde el momento en que se miran los hechos y estos son interpretados por el observador. Ahora bien, admitida la participación del periodista, en la primera instancia de su labor, como observador subjetivo de los hechos que él mismo o el medio para el que trabaja consideran noticiosos ¿Cuán realista es la percepción de la sociedad que generan en sus audiencias? Y admitida la imposibilidad de los medios de retratar el mundo tal cual es ¿Cuán explícita es la participación subjetiva en los procesos de elaboración de la información de modo tal que los lectores puedan reconocerla? A pesar del carácter subjetivo que cada periodista aporta a sus notas, todo discurso informativo tiene anclaje en lo real. Los hechos ocurren y sobre ellos se informa. Cuando hablamos de la actividad periodística hablamos de una profesión cuya razón de ser es la construcción de relatos informativos. Pero construir no significa inventar, puesto que el periodista no puede inventar sucesos, simplemente les da un tratamiento para que puedan ser comprendidos por la sociedad. 161
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur
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Existe una clara distinción entre aquello que acontece y aquello que se traduce como información noticiosa. La noticia es el mensaje que se le trasmite al resto de individuos que forman parte de un núcleo social y como todo mensaje “la elaboración tiene su base en un proceso interno, mental del comunicador. La necesidad de transmitir algo a otros, de informar, surge de una previa internalización de experiencias anteriores, de una relación de conocimiento con lo circundante, o de una actividad psicológica, imaginativa o intelectual (…) el objeto de la comunicación es un acontecer, operado en el interior del propio emisor, en su mecanismo psicológico-mental [ideas, sentimientos, voliciones] y en otros externos a él [hechos, sucesos concretos]”162 Los diarios, por cuestiones lógicas, están en condiciones de publicar sólo una pequeña parte de todo el compendio informativo que llega a la redacción. En la selección de los temas publicables, así como también en la diagramación y ubicación de las notas o vocabulario empleado en la redacción, los periodistas optan por una alternativa entre muchas. “Al determinar qué se va a publicar de entre todo el material informativo disponible se realiza una elección. Esto supone una valoración, ya sea desde la perspectiva ideológica, económica, de audiencia o de rutina profesional”163 Entre todos los sucesos ocurridos durante un día en todo el mundo, solo unos pocos serán recogidos por los medios para transformarlos en noticias. Tal como lo afirman las autoras Stella Martini y Lila Luchessi: “No todas los hechos se convierten en noticia. No todas las potenciales noticias se convierten en tales”164. Los medios seleccionan aquellos acontecimientos que consideran relevantes para la sociedad y se los transmiten en construcciones denominadas noticias. Ese proceso constituye una parte indispensable de la vida del ser humano, pues a partir de esa agenda de hechos relevantes propuestos por la prensa, el individuo elabora la construcción social de su realidad. Explica Alsina: “los acontecimientos seleccionados y traducidos en noticias van a definir una sociedad porque esos acontecimientos serán la imagen que dará la propia sociedad de sí misma, y a su vez, cada sociedad vendrá a definir lo que es el acontecimiento”165 Los acontecimientos, considerados como “ese mundo dispuesto a ser comentado y que surge de una fenomenalidad que se impone al sujeto, en estado bruto, captada de antemano como percepción e interpretación. El acontecimiento nunca puede transmitirse en estado bruto a la instancia de recepción, para lograr significación 162
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 39 De la Torre, Lidia y Téramo, María Teresa. La noticia en el espejo. p.23. 164 Martini, Stella y Luchessi, Lila Op. Cit. p. 98 165 Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 91 163
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depende de cómo se lo mira, de la mirada de un sujeto que lo integra en un sistema de pensamiento y al hacerlo lo vuelve inteligible” 166 En cada redacción existen pues, diversas zonas que operan como filtros seleccionadores de aquellos hechos que finalmente se publicarán. Esa zona de destilación informativa son controladas por los “gatekeepers”, término acuñado por el psicólogo Kart Lewis hacia 1947 y que Mauro Wolf define como “individuo o grupo que tiene el poder de decidir si deja pasar o bloquea un tema en particular”167 En la prensa de referencia, así como en los medios de comunicación en general, los debates sobre la inclusión y exclusión de hechos están en manos de un grupo conformado por los jefes de las diversas secciones y, en ocasiones, por el director general de la redacción. Estos encuentros requieren de una etapa previa en la que los periodistas les sugieran sumarios informativos a sus superiores. Explica el periodista Néstor Restivo: “Un diario es una suma de decisiones encadenadas que se van jerarquizando y con el correr del día, se van confirmando o no. Los redactores les tiramos nuestros temas al jefe, quien después tomará los más destacados para pelear durante la reunión de blanco por un espacio en el diario. Cada sección al mediodía lleva diez temas, y con los otros jefes y el jefe del diario o el que esté a cargo del diario ese día se dirá ‘ésta sí o ésta no’. En general, si la lleva el jefe de una sección es porque cree que esa noticia es la que vale. Ahora, de esos temas que lleva cada uno capaz que al otro día salen, con mucha suerte, dos”168, explicó Restivo. Como si los acontecimientos de diciembre de 2001 fueran aquel bazar en el que piensan Aubenas y Benasayag169 al referirse a que el periodista actúa como exhibiendo las etiquetas que allí existen, los hechos que fueron considerados acontecimientos, y sobre los que los medios de análisis volvieron en reiteradas oportunidades en dicho período, fueron: •
Establecimiento del corralito, consecuencias, repercusiones en la ciudadanía.
•
Definición de política económica, negociaciones con el Fondo Monetario Institucional, Estados Unidos y organismos.
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•
Saqueos
•
Manifestaciones - Represiones
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 118 y 119. Wolf, Mauro. La investigación de la comunicación de masas. Buenos Aires: Paidós Comunicaciones, 2004. p. 205 168 Entrevista realizada por las autoras al periodista Néstor Restivo. 169 Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 37 167
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Acefalía Institucional, sucesivas renuncias.
Vale recordar que los medios de comunicación son productores de símbolos culturales y participan de un proceso de comunicación, de una serie de flujos en tensión y conflicto, para no perder de vista su actividad como actores sociales. La división que hicieron los medios para volver los acontecimientos más asequibles a su público y la concentración de la atención en unos pocos actores del entorno político, social y económico, en realidad oculta los procesos sociales complejos que trascienden a los hechos. Por ello, y porque como expresa Martín Barbero “no se trata de carnavalizar la teoría, sino de aceptar que los tiempos no están para la síntesis, que la razón apenas nos da para sentir”170, es que pretendemos reconocer apenas las características del alarmismo social en los medios gráficos de referencia argentinos, con miras a relacionarlos con las lógicas de producción periodísticas y dejar abierta la puerta a futuras investigaciones. La planificación del listado de hechos que serán convertidos en noticia escritas por los periodistas no responde a criterios azarosos, sino que deberán responder a los puntos que constituyen esos filtros del gatekeeper. “en el filtro de las noticias, las normas de empleo; profesionales y organizativas son más fuertes que las preferencias personales de los gatekeepers (…)sus decisiones no son realizadas sobre la base de una valoración individual de noticiabilidad; sino más bien en relación a un conjunto de valores que incluyen
criterios
profesionales
y
organizativos
denominados
criterios
de
noticiabilidad”171 Los manuales de periodismo coinciden en afirmar que para que un hecho se convierta en noticia debe cumplir con una serie de parámetros básicos, ya que tal como sostiene Mc Combs: “Aunque hay muchos temas que compiten por la atención pública, sólo unos pocos tienen éxito (…) los medios informativos seleccionan y destacan un puñado de cuestiones como las noticias más relevantes del momento”.172 Por eso, frente a la gran cantidad de potenciales noticias, los periodistas deberían utilizar ciertas normas para determinar cuáles serán los que tendrán un tratamiento informativo. Esos criterios han sido designados de manera diversa por los autores. La noticiabilidad refiere al conjunto de requisitos que debe cumplir un acontecimiento para alcanzar la categoría de noticia. “los requisitos son tomados desde el punto de vista de la estructura de trabajo en 170
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 229 Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 206 172 Mc Combs, Maxwell. Op. Cit. p. 24 171
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los aparatos informativos y desde el punto de vista de la profesionalidad de los periodistas”173 Puede establecerse un paralelismo entre el periodismo y un sistema de embudos. En el extremo superior se encuentran todos y cada uno de los acontecimientos que llegan a la redacción a la espera de ser seleccionados. En el otro extremo, el más angosto, se ubica el producto final: la noticia. En el centro del embudo, se disponen los ítems o requisitos que deben presentar los acontecimientos para recibir el tratamiento mediático. La salida de noticias publicadas es reducida respecto de la cantidad de acontecimientos a la espera de ser seleccionados. “En su selección de noticias los medios siguen principios de universalidad y de neutralidad: entra todo. Por universalidad entendemos que nada de lo que pasa queda excluido de la posibilidad de convertirse en noticia (…) todo el mundo entra en el crisol informativo de los medios, todos los temas, sectores, especialidades pueden ser generadores de noticias (…) por neutralidad entendemos que las noticias no se clasifican en buenas o malas, sino que hay cosas que son noticias y cosas que no. Esto es lo que debaten los periodistas en base a ciertos requisitos: qué es noticia y qué no lo es”174 Dichas exigencias son conocidas con diversas acepciones. Algunos teóricos, como Mauro Wolf, los llaman “umbrales de noticiabilidad”. Otros, como es el caso de Rodrigo Alsina o de las autoras Martini y Luchessi, los designaron como “criterios de noticiabilidad”. Pero más allá del nombre técnico con el que se los designe, la importancia reside en que los hechos, para ser tomados en cuenta como potenciales noticias deben cumplir con una serie de características establecidas por convención de manera tácita. Explican las autoras Lidia De la Torre y María Teresa Téramo: “el proceso de producción de la noticia exige, en su primera instancia, la selección de la información, a través del reconocimiento de los criterios que hacen noticiable un acontecimiento como actualidad, relevancia, proximidad geográfica e impacto”175 A los mencionados anteriormente, otros autores añaden
la novedad, excepcionalidad,
imprevisibilidad, el interés del público, la revelación de algo oculto. Una vez que se han determinado los elementos constituyentes de la agenda del día, el nivel de intensidad con el que se ajuste a los parámetros mencionados incidirá directamente con la extensión y profundidad del tratamiento que alcanzará en los medios. Tal como lo manifiesta Alsina: “mientras más interés provoque el hecho, más 173
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 216 Gomis, Lorenzo. Teoría del periodismo: cómo se forma el presente. Págs 76 a 78. 175 De la Torre, Lidia y Téramo, María Teresa. Op. Cit. p. 37 y 38 174
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novedoso, actual y cercano sea, más extenso será el detalle con el que se abordará al día siguiente”176 Sin embargo, en la actividad diaria desempeñada por los profesionales de los medios, se incluyen otros elementos como por ejemplo: La diversificación de soportes y el auge de los medios audiovisuales, la competencia con los otros diarios y los deseos de superación que cada periodista presenta respecto de otros colegas, los criterios comerciales que rigen a los medios en general y a la gráfica en particular y, finalmente, los recursos técnicos disponibles en el interior de cada medio.
Contar “La prensa ha construido su legitimidad bajo esta promesa de un mundo explicable, abarcable de una ojeada, lineal”, Florence Aubena y Miguel Benasayag en “La fabricación de la información” Con respecto a la actividad del profesional de la información, Aubenas y Benasayag recuperan lo que escribió el filósofo Luís Althusser: “Raramente el periodista descubre. En el mejor de los casos encuentra y en el peor, encuentra aquello que buscó. Existe un nombre para eso: ideología. La ideología está cuando las respuestas preceden a las preguntas”177. En el presente trabajo se entiende por ideología, tal como uno de los sentidos que el mismo Althusser le dio al término “la serie de ideas que surgen de un conjunto dado de intereses materiales”178. Cuando el periodista se incorpora a un medio, es prácticamente imposible que esté completamente de acuerdo con la ideología de la empresa. Para subsanar las posibles contradicciones y reducir al mínimo el grado de conflictividad que puede presentarse, los medios cuentan con diferentes sistemas para plasmar su ideología. McQuail enumera 3 mecanismos puestos en marcha en las empresas informativas: “Existe el 176
Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 62 Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 21. 178 Williams, Raymond. Palabras clave. Un vocabulario de la cultura y la sociedad. Buenos Aires: Ediciones Nueca Visión, 2003. p. 172. 177
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hecho de la selección de personal y las organizaciones, como es sabido, seleccionan el personal de entre quienes simpatizan con su política. Con frecuencia se da un proceso de “socialización interior”, en el sentido de la política de la empresa, mediante sanciones, gratificaciones e insinuaciones informales. En tercer lugar, suele haber algún mecanismo institucional que se hace cargo de los grandes conflictos, como la asamblea editorial y las normas pactadas”179. Viviana Mariño, periodista y docente sostuvo que, de alguna manera, se selecciona periodistas dóciles con ausencia de mirada crítica y explicó que “muchas veces, se construyen redacciones con este a priori”180. La falta de reflexión sobre la actividad profesional, las relaciones con las empresas informativas y las pautas de trabajo constituye una dificultas a la hora comprender el periodismo. Mariño concluyó: “Hoy hay una mirada exacerbada sobre cómo el poder ve a los medios y no en como lo medios contribuyen a esa construcción del espacio de poder, aún desde cargos humildes como el de cronista o redactor”181. En relación al proceso de socialización que se da en el interior de las redacciones, Felipe Yapur relata: “Hay estupideces tan estúpidas como en cualquier otro lugar. Para darte un ejemplo, había una época en que la que yo trabajaba en La Gaceta [de Tucumán] en la sección Policiales y era la pandemia de los cortes de pene después del caso de Lorena Bobbit. Bueno, nosotros teníamos la prohibición de poner la palabra “pene”. No escrita… no es que había una nota que decía “se prohíbe…” pero te decían que al Director no le gustaba. Entonces tenías que abandonar una palabra de cuatro letras que era “pene”, cortita, espectacular, por “órgano sexual masculino”182. Pero en ese proceso de socialización que describe McQuail, el periodista actúa un poco a tientas, probando y reprobando al medio para el que trabaja. Yapur reconoce que el periodista tiene cierto margen para contrapesar el poder ideológico del medio en el que trabaja. El entrevistado explica: “Tenía mucha más coincidencia tal vez con Página que con La Gaceta de Tucumán. Son siempre negociaciones… vas negociando o vas viendo donde están los límites y cómo ese límite hay días que es flexible y hay días que es rígido. Y vas escribiendo en el marco de esos límites que vas encontrando en el medio”183. 179
McQuail, Denis. Op. Cit. p. 135. Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Viviana Mariño. 181 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Viviana Mariño. 182 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur. 183 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur. 180
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Torresi, reafirma lo que sostiene Yapur al decir: “Uno conoce la línea editorial después de estar tanto tiempo en el diario, sabe por donde va la cosa, sabe quién es Clarín, quiénes son sus lectores. Es decir, uno maneja, sabe más o menos, qué tiene que decir y como, hasta dónde puede llegar como parte del laburo. Porque en definitiva, uno trabaja para una empresa”184. Ceriotto, por su parte, precisa: “Si vos viste que hay una actividad o algo de un fulano que es reprobable y lo escribís y ese alguien es, ponele, un funcionario o un anunciante y… vas a ver limitado tu margen de expresión. Te van a llamar la atención o directamente no te dan para escribir hasta que un día preguntás”185. Finalmente, el medio expresa su ideología en relación a temas muy relevantes de la agenda pública a través de sus columnas de opinión y editoriales. Morosi, expresa una diferencia fundamental entre el grupo de personas que encarna la identidad del medio y los periodistas: “La mayoría de los periodistas que yo conozco no coinciden con la línea del medio. Distinto es si sos columnista como Grondona o Morales Solá porque el compromiso que tenés ahí de tratar de expresar las líneas políticas que el medio sostiene es mucho más fuerte que para mí que me mandan a cubrir un corte de ruta”186. Pero el aspecto ideológico no sobrevuela la esfera de la producción de la información, sino que está estrechamente vinculado con los intereses comerciales del medio. Yapur precisa que “un diario es una empresa, y por ser una empresa se rige por la lógica de las empresas de una Sociedad capitalista; hay intereses creados y no quieren perjudicar sus propios intereses”, y aclara que “eso sucede desde El pregón de Jujuy, pasando por todos los diarios, hasta el Diario del Fin del Mundo en Ushuaia, para limitarnos solamente a la Argentina”187. Para comprender mejor este aspecto, vale volver la mirada sobre aspectos de la cobertura periodística. Mientras Página 12 llamó al paquete de medidas económicas de principios de diciembre “Plan Candado” y enfatizó la reacción negativa de los ciudadanos tras su implementación, La Nación planteó un escenario diferente. Con dar una primera mirada a las páginas que se refirieron a las repercusiones de la puesta en marcha de las medidas económicas implementadas por el entonces Ministro de Economía, Juan Domingo Cavallo, se pueden vislumbrar las diferentes tendencias de los medios. Las volantas de las notas de uno y otro parecen referir a acontecimientos absolutamente diferentes, cuando en realidad ambas son crónicas de los mismos hechos 184
Entrevista realizada por las autoras de esta a tesina a Leonardo Torresi. Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Luis Ceriotto. 186 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Pablo Morosi. 187 Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur. 185
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y dan cuenta casi de los mismos datos. Página 12 escribió en su volanta “Confusión y nerviosismo en la primera jornada del congelamiento”188 con lo cual sugiere una percepción negativa del clima que se vivía en la calle. Por su parte, La Nación sostuvo en su volanta “El debut del nuevo plan: pese a las dudas e incógnitas no hubo caos”189. VOLANTA DE LA NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “LA BANCA RESPIRO EN EL FREEZER” DE CLAUDIO ZLOTNIK
VOLANTA DE LA NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “CALMA EN EL PRIMER DIA DE RESTRICCIONES” SIN FIRMA
En bajada y copete se repite la misma dinámica ya que mientras el primero advierte que “reinó el desconcierto en las sucursales”190 al referirse a las consultas realizadas por los ahorristas, el segundo manifestó que “la gente se acercó masivamente a los bancos para realizar consultas y pedidos”191. Si bien ambas frases hablan de la incertidumbre generada por la implementación del nuevo plan, Página 12 le da un tinte más inquietante.
COPETE DE LA NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “LA BANCA RESPIRO EN EL FREEZER” DE CLAUDIO ZLOTNIK
BAJADA DE LA NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “CALMA EN EL PRIMER DIA DE RESTRICCIONES” SIN FIRMA
A su vez, en la redacción del cuerpo de las crónicas se mantienen las diferencias entre ambos medios que, aunque comienzan con el mismo dato, lo plantean desde dos lugares completamente diferentes. La Nación sostuvo que la primera jornada “estuvo mucho más tranquila de lo que advertían la mayoría de los pronósticos previos”192. Por su parte, Página 12 al utilizar la cita indirecta para describir la misma situación establece una distancia entre el dato en sí mismo y la postura del medio dejando en claro que “sin
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Zlotnik, Claudio. “La banca respiró en el freezer”. Página 12, 4 de diciembre de 2001, p. 2 Sin firma. “Calma en el primer día de restricciones”. La Nación, 4 de diciembre de 2001, p. 8 190 Zlotnik, Claudio. “La banca respiró en el freezer”. Página 12, 4 de diciembre de 2001, p. 2 191 Sin firma. “Calma en el primer día de restricciones”. La Nación, 4 de diciembre de 2001, p. 8 192 Sin firma. “Calma en el primer día de restricciones”. La Nación, 4 de diciembre de 2001, p. 8 189
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inconvenientes” y “total normalidad”193 fueron expresiones de terceros ajenos al medio, en este caso, agrupaciones que nuclear a los bancos. Asimismo, enfatizó su postura al añadir: “si bien la jornada no tuvo la histeria del último viernes, lo cierto es que en las sucursales se notó mucha confusión tanto en la gente común como por parte de los empleados de las entidades”194. Por su parte, La Nación expuso que “más allá de la mayor afluencia de público, banqueros y comerciantes coincidieron en que fue un día tranquilo”195.
NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “LA BANCA RESPIRO EN EL FREEZER” DE CLAUDIO ZLOTNIK
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Zlotnik, Claudio. “La banca respiró en el freezer”. Página 12, 4 de diciembre de 2001, p. 2 Zlotnik, Claudio. “La banca respiró en el freezer”. Página 12, 4 de diciembre de 2001, p. 2 195 Sin firma. “Calma en el primer día de restricciones”. La Nación, 4 de diciembre de 2001, p. 8 194
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NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “CALMA EN EL PRIMER DIA DE RESTRICCIONES” SIN FIRMA
Estas diferencias se mantuvieron a lo largo de todo el cuerpo de las notas y, para citar sólo un ejemplo de ello, puede observarse como cada diario reconstruyó lo sucedido en relación a la extracción de dinero por cajero automático. Página 12 pone el conflicto en el centro de la escena al decir que “los cajeros automáticos volvieron a ser las vedettes” y que la espera dentro de los bancos fue “insoportable”196. En otro sentido, La Nación se limitó a decir que la operación fue “bastante más trabajosa que en días normales”197. De lo analizado se desprende cómo a través de la redacción de las notas, incluso aquellas que se consideran más informativas como las crónicas, los diarios establecen y apuntalan su postura política y rechazan las ideas y acciones contrapuestas. Por ejemplo, se percibe que La Nación respaldó la gestión vigente a través de transmitir tranquilidad a sus lectores. Por su parte, Página 12 evidenció su desaprobación a las medidas adoptadas por Cavallo. Cada una de estas posturas se reproducen en los medios independientemente de la opinión personal de los periodistas que escriben en ellos. Obarrio explicó que si bien preveía la posible renuncia de De la Rúa “hacía malabares para dar cuenta de todas las flaquezas del gobierno pero sin calificar porque estaba en un diario que apostó hasta último momento a que no se cayera el Presidente”. Esta situación comprueba lo que sostiene Dellamea al exponer que la noticia no es una imagen de la realidad sino un marco a través del cual se construye rutinariamente el mundo social y los productores de la información tejen una red de facticidad creando una ilusión de credibilidad. Con ello, se entiende que lo que manifiestan los diarios es adoptado por sus lectores a pesar de que está mediado por la postura política de la empresa informativa y sus intereses creados. Asimismo, las empresas productoras de información hacen sus propias alianzas estratégicas con grupos económicos e instituciones del mismo sector o de otros diferentes, de acuerdo a sus propios criterios y necesidades. Sin embargo, el aspecto comercial que es común a todas ellas es la comercialización de la información. En el mercado de la noticia, los medios compiten con sus pares por la captación del público. Patrick Charaudeau explica que la información consiste en brindarle a alguien un saber o conocimiento del que carece. La heterogeneidad cualitativa y cuantitativa de conocimientos entre los miembros de una sociedad hace que lo que sea información 196 197
Zlotnik, Claudio. “La banca respiró en el freezer”. Página 12, 4 de diciembre de 2001, p. 2 Sin firma. “Calma en el primer día de restricciones”. La Nación, 4 de diciembre de 2001, p. 8
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para algunos ya esté en conocimiento de otros; y al mismo, tiempo que los datos más exhaustivos no sean de acceso a una parte de la población porque no ha tenido un acercamiento primario al mismo tema en el que otros ciudadanos son especialistas. Por eso, Charaudeau explica que “si la instancia mediática eligiese proporcionar una información con un fuerte contenido de saber, sería necesario que formulase una hipótesis alta sobre el grado de saber del blanco, el cual, ya instruido en gran medida, sería cuantitativamente reducido y por lo tanto el medio tendría que resolver un problema de orden económico: vivir dirigiéndose a un pequeño número de receptores”198. En este sentido, se puede mencionar las diferencias entre los medios al referirse a los saqueos. Mientras Clarín adopta una postura de neta actualidad al titular “Hubo otro saqueo en Mendoza, donde ahora reparten comida”199, Página 12 establece un guiño con el lector y apela a su conocimiento de la historia argentina titular “Antes por la híper, ahora por la recesión200”. Ambos diarios relatan los mismos hechos o experiencias similares; sin embargo, mientras Clarín sintetiza el tema de una manera que no exige que sus lectores relacionen los acontecimientos con ningún otro, Página 12 les pide que vuelvan en su memoria a los acontecimientos de 1989. Las intenciones aquí señaladas de uno y otro medio se mantienen a lo largo del período de análisis.
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Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 14 Badaloni, Roxana. “Hubo otro saqueo en Mendoza, donde ahora reparten comida”. Clarín, 16 de diciembre de 2001, p. 24 200 Tagliaferro, Eduardo. “Antes por la híper, ahora por la recesión”. Página 12, 15 de diciembre de 2001, p. 2 y 3 199
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NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 16 DE DICIEMBRE DE 2001- “HUBO OTRO SAQUEO EN MENDOZA, DONDE AHORA REPARTEN COMIDA” DE ROXANA BADALONI
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NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 15 DE DICIEMBRE DE 2001- “ANTES POR LA HIPER, AHIRA POR LA RESECION” DE EDUARDO TAGLIAFERRO
En el mismo sentido, lo artículos manifiestan procesos de elaboración de la información completamente distintos. La nota de Clarín comienza por el relato de los hechos y luego recurre a la cita directa de seis fuentes oficiales. La referencia a la relación con los saqueos de 1989 es mínima y aislada. En el caso de Página 12, dicha vinculación se plantea desde el título y, en el cuerpo de la nota intercala testimonios oficiales, off the record y narraciones de los sucesos. Desde el planteo mismo del contenido Página 12 se involucra con la información y la presenta como suya en lugar de cómo un continuado de testimonios a diferencia de Clarín que, al mismo tiempo que reitera el uso de la cita directa, se aparta de la información que brinda a su público y borronea la imagen del medio. Sin embargo, el disminuir lo más posible la presencia de Clarín, como institución, en las notas, no implica reducir la interpretación que el diario, como empresa, y el periodista,
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como empleado, hacen de los hechos; la manipulación inevitable e imprescindible para construir la noticia. Esa noción de objetividad que se implanta en los lectores impide reconocer la posibilidad de una mirada diferente sobre los acontecimientos y el dramatismo, como valor agregado para la noticiabilidad de los sucesos, que se aplica desde la lógica comercial que apela a conmover a las audiencias. Esta idea se profundiza aún más al pensar que las grandes empresas periodísticas tienen claramente diferenciados a sus públicos y trabajan sobre ellos para fortalecer el vínculo comercial. Los dos mecanismos hasta aquí explicados –la selección de personal y el proceso de socialización interno- se relacionan, a su vez, con un tercero que abarca las formas de producción de mensajes de cada uno de los medios. Es importante dejar claras, por lo menos, tres relaciones que se plantean entre esta dimensión y las demás y qué implica cada uno de estos vínculos. A) En función del público, determinado por una lógica comercial, se busca la claridad. Como bien lo explicó Charaudeau la determinación de los públicos blancos se hace sobre la base de una hipótesis de sus conocimientos para precisar qué puede y qué no puede ser información para ellos. Ahora bien, el interés del periodista que escribe para una audiencia definida es, ante todo, la claridad. Al preguntarles si piensan en el lector al momento de escribir una nota, los entrevistados dieron las siguientes respuestas. •
“Trato de que se entienda, de que sea claro, de que la nota tenga mi sello”, Leonardo Torresi201.
•
“Las personas necesitan información y acuden al diario para obtenerla y poder actuar en la sociedad, tomar decisiones. Me parece que eso es lo que esperan de nosotros y tenemos el compromiso de cumplir con esa premisa primaria de brindar el servicio de darle al lector toda esa información que necesita”, Pablo Morosi202.
•
“Uno de vez en cuando piensa en el lector, en que esto sea entendible ¿me entendés? O sea, uno trata de explicar las cosas que sean comprensibles. Yo soy conciente de que hay tipos que sé son lectores consuetudinarios de los diarios, pero hay tipos que agarran el diario hoy y no tienen porqué saber lo que sucedió
201 202
Entrevista realizada por las autoras al periodista Leonardo Torresi Entrevista realizada por las autoras al periodista Pablo Morosi.
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ayer. Entonces vos tenés que dedicarle tres renglones para explicarle de lo que estás hablando”, Felipe Yapur203. •
“Es lo que uno debería hacer, pensar permanentemente en el lector, pensar en el que está viendo, en el que está leyendo, si está comprendiendo lo que vos le querés decir si se entiende todo el texto, si el material traduce todo lo que fue”. Alfredo Gutiérrez204.
Esta búsqueda de claridad se debe a que como bien sostienen Aubenas y Benasayag, “la prensa ha construido su legitimidad bajo esta promesa de un mundo explicable, abarcable de una ojeada, lineal”205. Sin embargo, la complejidad de la sociedad escapa al objetivo periodístico y lo condiciona. Además, esa idea de “explicarle al lector lo que ocurrió” requiere una simplificación de los hechos que desemboca en una potenciación del alarmismo. Como ejemplo, vale citar la nota publicada por el diario Clarín bajo el título “Pánico entre la gente por los rumores de saqueo”. En la cabeza, la periodista Nora Sánchez escribió: “aterrorizados por los saqueos, los dueños chinos del local decidieron protegerse (…) y levantaron un muro dejando una camioneta adentro”. Así, un lector no ‘consuetudinario’ que se pone en tema a partir de la información del diario podría conformarse una idea de la situación más ‘alarmante’ de lo que en verdad resulta. Más adelante, Sánchez describe: “En Lanús Oeste, la gente vive en estado de pánico”; “los rumores alimentan el terror”, “decididos a defenderse, los vecinos armaron barricadas, quemaron gomas y maderas”. Los adjetivos calificativos le imprimen un valor negativo agregado a los sucesos que, en un lector poco informado, le podría generar una idea distorsionada que provoque miedo. La imposibilidad de comprender a cabalidad el mundo que rodea a los seres humanos exige que los periodistas reconstruyan dicho mundo en un modelo más sencillo antes de darlo a sus lectores. Aubenas y Benasayag reflexionan: “Los periodistas informan, intentan mostrar y hacer comprensible. Y generalmente no pueden más que trabajar lo mejor posible en el mínimo de tiempo: ellos no son ni investigadores, ni expertos, salvo raras ocasiones, y se dirigen a un lector tan poco especializado como ellos. El periodista creyendo que se dedica a su oficio, se esforzará por transformar ese pozo de interrogantes en un pilón de certezas. Colmará con informaciones superficiales aquello 203
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur. Entrevista realizada por las autoras al periodista Alfredo Gutiérrez. 205 Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 61 204
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que ignora, esa verdadera complejidad que ningún otro sabio domina”206. En la persecución de la claridad, que se les escapa de las manos, los periodistas recurren a categorías que resultan familiares para sus lectores. “Acrobacias mediante, los periódicos construyen y presentan un mundo que aparece como el resultado de un conjunto de estrategias, de explicaciones que se van articulando unas con otras”, concluyen los autores207. En la búsqueda de dar cuenta del mundo, los periodistas tienen que resignar algunas cosas y aceptar las condiciones de su oficio. Noelle Newmann afirma: “El medio real es demasiado grande, demasiado complejo y demasiado fugaz como para poder conocerlo directamente. No estamos preparados para afrontar tanta sutileza, tanta variedad, tantas permutaciones y combinaciones. Y, aunque tengamos que actuar en ese medio, debemos reconstruirlo en un modelo más sencillo antes de poder afrontarlo”208. Por su parte, Charaudeau sostiene que la divulgación mediática no sólo implica explicar con sencillez, sino que es “utilizar categorías de pensamientos que comparta en la mayor medida posible el conjunto de una población: esquemas de razonamiento simples, incluso simplistas, saberes ampliamente compartidos, que poco tienen que ver con las directrices de la explicación original, técnica o especializada”209. En pro de la claridad se recurre entonces a los estereotipos, que favorecen la eficacia de los procesos de opinión pública. Sin embargo, como bien explica Noelle Newmann, estos “se extienden rápidamente en las conversaciones y transmiten inmediatamente asociaciones negativas o, en algunos casos, positivas”210. Con lo cual, el uso de estereotipos implica un juicio y una sentencia por parte del periodista sobre aquella pieza del mundo que intenta presentar a sus lectores. En el período investigado, La Nación utilizó en sus crónicas una gran cantidad de adjetivos que sirvieron para reforzar una hipótesis que el periódico sostuvo en todo momento: los pobres saquean por hambre, los ricos por diversión. La precedente enunciación plantea una división del mundo por oposición entre personas ricas y pobres. Sin embargo, estas categorías no son definidas con precisión, es decir, no hay un índice que defina a partir de cuánta capacidad de consumo un individuo pasa de ser pobre a rico. Asimismo, se eliminan categorías intermedias entre uno y otro extremo. De este modo se observa como la necesidad de expresar una idea compleja en pocas palabras 206
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 120 Aubenas, Florence y Benasayag, Op. Cit. p. 120 208 Noelle Newmann, Elizabeth. Op. Cit. p. 193. 209 Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 74. 210 Noelle Newmann, Elizabeth. Op. Cit. p. 191. 207
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convierte a la capacidad de síntesis en un arma de doble filo y cómo cuanto más se intenta explicar el mundo, menos se logra transmitir. En este caso, el diario les atribuye la condición de ‘pobres’ a todas las personas provenientes de ciertos barrios del Gran Buenos Aires como Hurlingam o Laferrere. La asociación entre el nivel socioeconómico y la referencia geográfica es un recurso frecuente en la prensa argentina que responde a las estigmatizaciones propias del sentido común que construye la sociedad. En la crónica titulada “Hubo saqueos y violencia en el conurbano”211, el periodista expresó que ‘los hambreados’ que saquearon la zona eran en su mayoría ‘madres con niñitos visiblemente desnutridos’212. Las palabras vertidas por el periodista sugieren que por provenir de Hurlingam esas madres robaban la comida para alimentar a sus hijos. Sin embargo, se trata de un claro ejemplo de estigmatización porque, en el cuerpo de la misma nota, se informa que entre los comercios afectados hubo ‘casas de electrodomésticos’ y que en la multitud se observaban ‘hombres levándose cajones de sidra’. Además, en la redacción abundan calificativos como ‘pobres’, ‘pillos’, ‘delincuentes’, ‘desocupados’213, entre otros. Al referirse a quienes intervinieron en los saqueos (estereotipo también propagado hasta el hartazgo por los medios) con dichos términos se les aplica una carga valorativa alarmante. “Hoy los medios están puestos a reproducir ciertas estigmatizaciones sociales. Ellos juegan un papel enorme, por ejemplo, entre qué es vivir seguro y qué es vivir inseguro. En esta época están funcionando como un lugar en el que circulan esas cristalizaciones que después no se discuten más y pasan a formar parte de la agenda”214, sostuvo Mariño. Las palabras de Mariño pueden ejemplificarse con una de las notas extraídas del diario Página 12. La misma fue titulada “Reuniones para federalizar la represión a saqueos y protestas”215. En el cuerpo de la noticia, el periodista juega un papel importante a la hora de crear expectativa y anticipar una situación a partir de una estigmatización. La nota asocia indirectamente a la policía con la represión y se adelanta a los sucesos sin fundamento aparente al decir que “la policía federal patrullaría la zona con armas
211
Rey, Alejandra. “Hubo saqueos y violencia en el Conurbano”. La Nación, 20 de diciembre, p. 8 Rey, Alejandra. “Hubo saqueos y violencia en el Conurbano”. La Nación, 20 de diciembre, p. 8 213 Rey, Alejandra. “Hubo saqueos y violencia en el Conurbano”. La Nación, 20 de diciembre, p. 8 214 Entrevista realizada por las autoras a la licenciada en comunicación Social, Viviana Mariño. 215 Kollmann, Raul. “Reuniones para federalizar la represión a saqueos y protestas”. Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 14 212
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largas con la instrucción de prevenir, lo cual encierra el mayor de los peligros: que maten gente”216. La asociación ‘represión’ con ‘muertes’ es producto de la cristalización de un estigma atribuido desde hace muchos años a las fuerzas de seguridad internas. Si bien la lengua castellana define el concepto como “contener, refrenar, templar o moderar”217 una acción, los medios apelan al uso del término como una forma de significar violencia o abuso del poder. B) En algunos casos la ideología del medio determina la distribución de recursos que afecta la producción de mensajes Los juicios de valor que se plasmen, a través del uso de los estereotipos, en los productos informativos van a estar directamente determinados por la tendencia que asuma el medio. Pero aún en la fase previa al proceso de elaboración del mensaje, la línea de pensamiento interviene a través de la distribución de sus recursos para la cobertura de temas. Así, lo que se hace visible en un medio y lo que no, y el lugar que se da a cada acontecimiento en el diario – así como el permanecer indiferente ante otros hechos- tiene que ver con la línea editorial y se plasma en gestión económica de sus bienes. A este respecto, Pablo Morosi explica que hay momentos en que el diario se mueve para dar a entender que determinado tema le interesa más que otros, por ejemplo, a través del trabajo de los enviados especiales. “Vos ves que a veces hay enviados en lugares donde el diario tiene cobertura. En esto, le dicen al lector además de que te cuento lo que pasó, este tema me importa. Si hay un corte de ruta en Santa Cruz, yo te muestro que me importa y te lo digo porque arriba te pongo Pepito Pérez, enviado especial. Funciona como un mensaje de alerta para el lector”, explica Morosi218. Sin embargo, la distribución de los recursos también afecta directamente el trabajo de los periodistas, especialmente, su disposición para realizarlo. “No es lo mismo que a vos te manden a cubrir tal cosa y te pongan celular y un coche a tu disposición que aquel que tiene que viajar cuatro horas y pagar el colectivo de su bolsillo”, dice Torresi219.
216
Kollmann, Raul. “Reuniones para federalizar la represión a saqueos y protestas”. Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 14 217 Diccionario On line de la Real Academia Española 218 Entrevista realizada por las autoras al periodista Pablo Morosi. 219 Entrevista realizada por las autoras al periodista Leonardo Torresi.
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C) El propósito de captación lleva a la dramatización de los hechos y a la creación de expectativa Charaudeau le añade a la deformación propia del acontecimiento que conlleva toda divulgación, la búsqueda de captación de lectores en miras de la continuidad de la empresa informativa que tiene. Este aspecto tiene esencialmente dos aristas: la dramatización de los hechos y la creación de expectativa. Al propósito de captación “corresponde una instancia de producción que trata de seducir a una instancia de recepción construida como blanco afectivo, y la elección de un tema capaz de motivar al receptor desarrollando una actividad lingüística de dramatización del acontecimiento mediático”, sostiene Charaudeau220. De allí que los valores que tenga en cuenta el periodista para la selección de las noticias sean, como dice Noelle Newmann, que pueda ser comunicado con claridad –es decir, que encaje en los estereotipos producidos por la sociedad- y que este relacionado a conflictos, a lo sorprendente, a aquellos con lo que el lector pueda identificarse 221. Con lo cual, ya desde la selección de los acontecimientos a comunicar se busca la dramatización. Pero a ello se suma la existencia y aplicación de estrategias discursivas que producen efectos dramáticos, como la puesta en escena y el suspenso. La dramatización se vuelve particularmente evidente en situaciones de crisis como la vivida en 2001. Página 12, por ejemplo, apela a sus títulos como recurso válido para ironizar sobre un tema. Durante diciembre de 2001 se publicaron titulares como “Para tumbar el aguinaldo”222, “La espada de Damocles de Soria”223, “La fe fue lo único en alza”224 o “La memoria no va a dejar la calle”225. En todos los casos, los lectores podrían apreciar un tono sarcástico que podría sugerirle al lector un significado diferente al que se le podría dar en otro medio. La Nación y Clarín, por su parte, también juegan con la dramatización aunque en ambos casos se inclinan por un tinte menos sarcástico y más alarmante / angustiante. En el primer caso se observaron frases como “Descontrol en barrios platenses” 226, “Córdoba
220
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 150. Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 194. 222 Yapur, Felipe. “El Gobierno pide apoyo para tumbar el aguinaldo”. Página 12, 12 de diciembre de 2001, p. 8 y 9 223 Yapur, Felipe. “La espada de Damocles de Soria”. Página 12, 15 de diciembre de 2001, p.5 224 Rodríguez, Carlos. “La fe fue lo único en alza”. Página 12, 9 de diciembre de 2001, p. 16 225 Rodríguez, Carlos. “La memoria no va a dejar la calle”. Página 12, 28 de diciembre de 2001, p. 11 226 Linares Calvo, Ximena. “Descontrol en barrios platenses”. La Nación, 20 de diciembre de 2001, p. 9 221
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no fue ajena a las refriegas callejeras”227 o “Tierra arrasada en un barrio de Moreno”228. En el segundo, se emplearon encabezados como “Clima de barricadas en Córdoba” 229, “Banditas de narcos armaron los saqueos”230. El suspenso aplicado a la elaboración de mensajes informativos también responde a una lógica comercial destinada a mantener latente la atención del lector y la intención de compra del producto periodístico. La necesidad de saber si sucedió aquello que el medio anticipó como posible, alienta la adquisición del diario. Y a pesar de que las predicciones no se cumplan, los nuevos interrogantes que plantea en cada edición despiertan el interés por leer la siguiente. En notas de los tres diarios que hablan de acontecimientos diferentes relacionados al aspecto económico se puede observar la creación de expectativa de diferentes maneras. •
Clarín tituló: “En el Gobierno ya discuten la posibilidad de dolarizar”231. De esta manera pone en agenda la dolarización a través de la palabra, referida, indirectamente del Gobierno, aunque sin precisar quién. A través de la figura de la conducción política, sin precisar partidos, cargos, funciones ni competencias de quienes intervienen en la discusión a que refieren, instala una posibilidad no prevista. A través de la volanta “Una medida que hasta fue conversada con el FMI” resalta el alto nivel de probabilidad de que dicha expectativa se cumpla involucrando a una segunda figura como el Fondo Monetario Internacional. En el copete se destaca el empleo del verbo en potencia “se pondría” y la presencia de una segunda alternativa de acción: la devaluación”. En el cuerpo de la notas, estos elementos también se utilizan.
227
Sin firma. “Córdoba no fue ajena a las refriegas callejeras”. La Nación, 20 de diciembre, p. 10 Lucesole, María José. “Tierra arrasada en un barrio de Moreno”. La Nación, 20 de diciembre, p. 8 229 García, Fabián. “Clima de barricadas en Córdoba”. Clarín, 20 de diciembre de 2001, p. 23 230 Sin firma. “Banditas de narcos armaron los saqueos”. Clarín, 23 de diciembre de 2001, p. 15 231 Semán, Ernesto. “En el Gobierno ya discuten la posibilidad de dolarizar”. Clarín, 16 de diciembre de 2001, p. 3 228
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NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 16 DE DICIEMBRE DE 2001- “EN EL GOBIERNO YA DISCUTEN LA POSIBILIDAD DE DOLARIZAR” DE ERNESTO SEMAN
•
Página 12, en la nota “Cavallo tiene el salariazo a mano”232 también instala en agenda un curso de acción. Sin embargo, en este caso lo hace a través de un copete que plantea una hipótesis - “Si el gobierno fijara una tasa de interés máxima para los préstamos bancarios ya otorgados, como lo hizo con la tasa que se paga a los depositantes, los endeudados en créditos hipotecarios, personales y tarjetas podrían ahorrarse 2400 millones”- que en la volante se la adjudica a lo “economistas de la UIA”. A través de un punteo de datos claves de la economía nacional para comprender la propuesta, expresa un estado de situación y luego van apareciendo en el cuerpo de la nota, propuestas, estimaciones y especulaciones de diferentes actores.
232
Montenegro, Maximiliano. “Cavallo tiene el salariazo a mano”. Página 12, 17 de diciembre de 2001, p. 6 y 7
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NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 17 DE DICIEMBRE DE 2001- “CAVALLO TIENE EL “SALARIAZO“ A MANO” DE MAXIMILIANO MONTENEGRO
•
La Nación, por su parte, tituló: “Siguen sin hallar la formula para levantar el “corralito” bancario”233. En este caso, el medio no instala un tema sino que vuelve sobre un punto que ya está en agenda pero refresca la expectativa sobre la salida del corralito. Como los otros dos diarios utiliza verbos en potencial y las voces de funcionarios del Gobierno, pero claramente identificadas.
233
Sin firma. “Siguen sin hallar la formula para levantar el “corralito” bancario”. La Nación, 30 de diciembre, p. 8
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NOTA PUBLICADA POR LA NACION, 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “SIGUEN SIN HALLAR LA FÓRMULA PARA LEVANTAR EL “CORRALITO” BANCARIO”, SIN FIRMA.
Por lo visto, ya sea sobre temas previamente establecidos o nuevas cuestiones, los medios crean expectativa y según la teoría esto corresponde a una lógica comercial que busca mantener latente la atención del público. Felipe Yapur admitió que la capacidad de anticipación a los hechos es un recurso fundamental que se sustenta en el manejo de las fuentes: “la confianza con las fuentes te permite prever que es lo que va a suceder”234. Sin embargo, esa relación en particular de la que habla Yapur es un arma de doble filo en tanto la búsqueda permanente de la primicia sobrevalúa la novedad y la equipara al nivel de veracidad de los testimonios. En el caso del ejemplo mencionado de Clarín, el diario se guarda de adjudicarle la mención de la posibilidad de dolarizar a una autoridad en particular y habla con la voz de “fuentes de la Casa Rosada”, “los más optimistas”, “un banquero de primera línea” y aquellos “escucharon decir” algo a Chrystian Colombo, el entonces Jefe de Gabinete. Ahora bien, la dolarización no se implementó y ni Clarín, ni ningún otro medio se retractaron nunca. Pero la seguidilla de posibles medidas económicas publicadas por los medios reconstruyó una situación de inestabilidad que se grabó en la memoria de los públicos y alentó el alarmismo. ¿Qué fue lo que sembró en los periodistas la idea de que la dolarización era una posibilidad? No lo inventaron, sino que levantaron el temor de aquellas fuentes de confianza de las que habla Yapur y lo propagaron sobre sus lectores a través de testimonios de personas de personas no identificadas y el uso de verbos en potencial. La alarma estaba sembrada y el público la cosechó al comprar el diario en la mañana. 234
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur.
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Por su parte en los ejemplos de Página 12 y La Nación se puede observar la clara identificación de las fuentes acompañada por el mismo uso de verbos en potencial. La reconstrucción breve que hace La Nación de las medidas económicas permite una construcción de la expectativa fundada en los últimos sucesos e insinuada apenas. Finalmente, Página 12 utiliza la voz de terceros especialistas. Este recurso es aplicable cuando no en un tema que tiene determinada continuidad en el tiempo no hay noticias sustentadas en hechos, por lo que apela a construir noticias sustentadas en dichos. La herramienta permite mantener la actualidad del tema, satisfacer la necesidad de los lectores de recibir datos vinculados a dicho tema y a la vez suscitar aún mayor expectativa. Al hablar de las variables económicas manejadas en el periodo de análisis, Ceriotto explicó: “Todos los días era algo distinto. Propuestas de economistas para arreglar lo que estaba pasando, muchas notas de servicios, muchísimas… partes de novedades escritos y no escritos… Y cada vez más políticos y economistas que indicaban cosas, pero nosotros no decíamos que hacer. Sólo dábamos el micrófono” 235. Como si decidir a quién darle el micrófono fuera una actividad menos relevante que la de contar los hechos, como si desconociera que el medio y el periodista también hablan a través de sus entrevistados. Voz del medio, voz del pueblo De los lugares comunes erigidos sobre el poderío del periodismo, el de mayor aceptación general parece ser, hoy, el de su supuesta capacidad casi absoluta para definir el rumbo de un país al constituirse en un determinado cuarto poder, en una especie de vocero de la población. Martín Latorraca y Hugo Montero “El periodismo urgente” Las organizaciones mediáticas son una de las principales fuentes de la opinión pública, entendida esta como el conjunto de representaciones colectivas que construyen y 235
Entrevista realizada por las autoras al periodista Luís Ceriotto
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transforman la definición social de la realidad, tal como sostiene Gil Calvo. Sin embargo, el autor precisa: “Esa realidad definida por la opinión pública no es real – aunque esté también determinada por la realidad objetiva (lo real)-, sino imaginaria. Por eso hay que insistir en su irrealidad: la opinión pública no construye la realidad, sólo la define –y la redefine- desde fuera de ésta. Esto no impide que los seres humanos, informados por la opinión pública, reconstruyan esa realidad externa al interactuar entre sí con ella”236. En el mismo sentido, Noelle Newmann sostiene: “Las imágenes que tenemos en la cabeza son la realidad. No importa cuál sea verdaderamente la realidad, porque sólo cuentan nuestras suposiciones sobre ella. Sólo ellas determinan las expectativas, esperanzas, esfuerzos, sentimientos: sólo ellas determinan lo que hacemos. Pero estas acciones sí que son reales, tienen consecuencias reales y crean realidades nuevas”237. Los medios operan en el espacio público a través de 5 ejes: temporalidad, proximidad, jerarquización, categorización y tematización. Estos, a su vez se interrelacionan en las tres dimensiones de análisis planteadas alentando el desarrollo del alarmismo. Cuestión de tiempos La temporalidad, tiene que ver con la obsesión de los medios con el futuro. Al hablar de la realidad, Gil Calvo diferencia tres niveles de realidad: a) la realidad objetiva de la que se encarga el conocimiento experimental (correspondiente en ese trabajo al concepto del mundo de lo real, de lo fáctico), b) la realidad social, entendida como sistema de relaciones entre agrupaciones y c) la realidad comunitaria, entendida como agregado solidario que comparte un destino común. De ésta última se ocupan los climas de opinión, que Gil Calvo define como “estimaciones aproximadas del estado unitario del colectivo social agregado, que tratan de avanzar previsiones sobre su futura viabilidad”238. Sin embargo, como bien dice el autor, se trata de “estimaciones aproximadas” y “previsiones” porque el futuro colectivo es imprevisible e incierto. En esta persecución de un objetivo imposible, los climas de opinión se quedan sin respuestas certeras y aumenta la incertidumbre en una escalada infinita. Si bien la prensa informa sobre las tres clases de realidad que identifica Gil Calvo, su función específica es centrarse en la realidad emergente, como fuente de verdaderas 236
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 50. Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 196. 238 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 74. 237
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noticias, de acontecimientos impredecibles que rompen el normal desarrollo de la sociedad. “Si la realidad natural o producida es predecible –por naturaleza o por programación-, sólo la realidad emergente es impredecible, y por tanto sólo en ella se pueden encontrar como hallazgo inesperado las verdaderas noticias: scoops, primicias, exclusivas”, sostiene Gil Calvo239. Por lo tanto, los profesionales de prensa están más interesados en cubrir e investigar la realidad emergente que se compone, como dice Gil Calvo “tanto de novedades, intentos o innovaciones –en modas, comportamientos, artefactos o tecnologías- como de sucesos, accidentes, conflictos y toda clase de desastrosas emergencias, sobre todo cuando se producen por sorpresa como consecuencia imprevista de las interacciones humanas”240. Annabella Quiroga sostuvo que “todo periodista quisiera tener su diciembre de 2001; digamos que para trabajar, es lo mejor que te puede pasar… no te aburrís nunca”241. Por su parte, Luís Ceriotto dijo: “El problema es escribir el diario cuando no pasa nada. Pensá que tenés hojas y hojas para llenar y nada que poner”242. Gil Calvo afirma: “Y si no se producen, se inventan. Quiero decir que muchas veces la prensa trata de hinchar las noticias normales – o sea previsibles, en tanto que naturales o racionales- para convertirlas en revelaciones sensacionales, exagerando para ello su carácter imprevisto, novedoso e insólito”243. Gil Calvo intenta explicar que si los hechos no son lo suficientemente singulares y decisivos, los periodistas buscan realzar el interés informativo. Gil Calvo concluye que “la prensa siempre reivindica como su función prioritaria la de disparar la alarma ante cualquier catástrofe, lo que considera su más legítima función de servicio público”244. Otra de las problemáticas que infiere en la construcción de la noticia es la tensión imperante hacia el interior de las redacciones. Los periodistas entrevistados destacaron que en e trabajo cotidiano deben lidiar con diversas presiones que ejercen su influencia de una u otra manera. Una de las presiones que fueron mencionadas en forma recurrente es la del auge de los medios audiovisuales en perjuicio de los soportes gráficos. Internet y fundamentalmente la televisión, representan un elemento decisivo a la hora de publicar. Opina Daniel Gutman, periodista de Clarín:
239
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 149. Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 149. 241 Entrevista realizada por las autoras a la periodista Annabella Quiroga. 242 Entrevista realizada por las autoras al periodista a Luis Ceriotto 243 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 149. 244 Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 150. 240
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“El problema que tiene hoy el diario es que llega a manos de la gente cuando ésta ya está muy informada sobre un tema. La televisión y la gran cantidad de cadenas de noticias durante las 24 horas permiten que la gente pueda seguir paso a paso, por ejemplo, una toma de rehenes. Entonces el problema que se presenta es que al otro día, no quieren que les expliques qué pasó, porque eso ya lo saben. A lo sumo leen los títulos para saber qué opina el medio o busca explicaciones del porqué ocurrió Otro periodista del mismo medio, Néstor Restivo, plantea el conflicto respecto a este punto cuando sugiere que los medios audiovisuales y gráficos deberían complementarse mutuamente, algo que según su punto de vista, no ocurre en la actualidad: “El diario debería ser más un lugar de reflexión. Hoy, la persona que tiene Internet, tele en su casa ve las cosas en vivo y en directo. Y eso al otro día no lo podés decir toda otra vez. En eso para mí Clarín se equivoca. Si hoy la radio, TV o Internet hablan de algo hasta el cansancio, fijate que el diario al día siguiente repite todo. Para mí eso no sirve, yo buscaría darle al lector un plus distinto, analiza más la información. Porque la gente tiene tantas fuentes de información. El diario debe dar un análisis o lectura de análisis, saber por qué pasó, un contexto amplio. Hoy en día la gente no hace como en el pasado que compra el diario para enterarse de lo que pasó, sino que amplía sus conocimientos, eso que ya sabe. El tema es que, yo entiendo, la gente no tiene tiempo de leer grandes notas. Entonces los diarios son pro cíclicos, te dan más de lo mismo, en lugar de contrarrestar o equilibrar eso, te dan más de lo mismo.”. En ambos casos, los periodistas dejan entrever el problema de tener que cumplir con la exigencia de la ‘primicia’ cuando ya no hay nada nuevo para decir. La aparición recurrente del tema “corralito” en las notas de todo el período analizado es un claro ejemplo de ello, así como el regreso permanente sobre las reacciones de los ciudadanos. De aquí y de allí El eje de la proximidad se maneja desde un punto de vista egocéntrico, porque más interés tiene la noticia para la audiencia si sucede cerca de ella o la afecta de alguna manera. Charaudeau sostiene que “la proximidad espacial debe dar a la noticia un interés particular, porque ha sucedido en el mismo espacio físico en que se mueve la propia instancia de recepción”245. Un buen aspecto para analizarlo, se plasma en la cobertura de los saqueos que hicieron los tres medios. La ubicación de los mismos primero en el interior del país, los 245
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 173.
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planteaba como un conflicto, pero de cierta manera lejano. Las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos fueron las primeras en aparecer y la información, con el correr de los días se planteó como si los saqueos fueran una sombra que avanzaran “territorialmente” hacia la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma. Esto se dio muy a pesar de que los tres medios son de alcance nacional. El “dónde” es una de las preguntas clave con respecto a los hechos de los que se quiere dar cuenta y cuanto más cerca es, aumenta su grado de interés. Página 12 tituló “El reclamo de comida llega a Buenos Aires”246, y el copete de la nota sostiene: “Después de los saqueos del fin de semana, la situación es cada vez más frágil en Concordia, Rosario y Mendoza, pero la novedad más importantes es que los conflictos por la falta de alimento llegaron al Gran Buenos Aires”. Si bien cabe preguntarse porqué el autor del copete hace dicha jerarquización de los acontecimientos, la proximidad del conflicto con la ubicación física de las redacciones y los centros de poder, son un factor que no debe olvidarse. La Nación, por su parte, expresa la misma situación al poner en su volanta “Conmoción social: corridas en la Capital” y en el título “Las calles porteñas, invadidas por el desborde popular”247. En la nota “Un malestar evidenciado desde Puente Alsina hasta Flores”248 utiliza la mención de puntos distantes para reflejar un extenso espacio donde se produce el conflicto y utiliza el recurso gráfico para fijarlo en los lectores.
246
Sin firma. “El reclamo de comida llega a Buenos Aires”. Página 12, 18 de diciembre de 2001, p. 2 y 3 Sin firma. “Las calles porteñas, invadidas por el desborde popular”. La Nación, 20 de diciembre de 2001, p. 12 248 Sin firma. “Un malestar evidenciado desde Puente Alsina hasta Flores”. La Nación, 20 de diciembre de 2001, p. 12 247
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NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 18 DE DICIEMBRE DE 2001- “EL RECLAMO DE COMIDA LLEGA A BUENOS AIRES” SIN FIRMA
NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 20 DE DICIEMBRE DE 2001- “LAS CALLES PORTEÑAS INVADIDAS POR EL DESBORDE POPULAR” SIN FIRMA
Sin embargo, hay que tener en cuenta que al mismo tiempo que la proximidad es un elemento de noticiabilidad, es un factor de alarma. Cuanto más cercano sucede aquello que es imprevisible, más incertidumbre y temor generará y peor aún cuando el avance territorial progresivo hacia la ubicación de los centros de poder se prolonga durante varias ediciones ya que alienta la duración de la alarma. En realidad, la reflexión crítica invitaría a pensar qué diferencia hay entre los hambrientos de Mendoza y los de la Ciudad de Buenos Aires y qué hace que en una
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nota se priorice el segundo dato por sobre el primero. La mirada Morosi, como corresponsal en La Plata, ayuda a comprender una perspectiva que los periodistas de las redacciones ubicadas en Buenos Aires parecen tener naturalizada y ni siquiera registrar. El periodista explicó: “Ese es un ejemplo de algo que parece estallar en la Ciudad de Buenos Aires. La situación se venía gestando en el Conurbano y terminó explotando el 19 y 20 con los hechos que todos conocemos. Pero los saqueos ya venían insinuándose o produciéndose concretamente. Cuando episodios como estos llegan a la Capital tienen mucha resonancia desde el punto de vista político, pero a veces es más fácil ver el fondo de la cuestión cuando uno puede ver el movimiento más genuino”. Esto sí, esto no La jerarquización opera como método de selección de las noticias que se incluirán en cada edición de los diarios. “Los medios, al seleccionar las informaciones y presentarlas como lo que realmente ha ocurrido, impiden que otros hechos lleguen al conocimiento ciudadano”, afirma Charaudeau249. El operativo de jerarquización y selección es el que constituye el pilar de la realidad percibida por la opinión pública. En este sentido, Noelle Newmann explica que “lo que no se cuenta, no existe; o, más modestamente, sus posibilidades de formar parte de la realidad percibida son mínimas”250. La competencia con otros medios es otro punto que apremia a los profesionales de la información. En los testimonios recogidos durante la etapa de entrevistas, los periodistas no dudaron en afirmar que la presencia del periódico contrario en el lugar de los hechos es motivo de consulta obligada por los jefes de sección. Incluso, la especulación sobre el espacio que se le va a dar a un determinado tema en el periódico de la competencia puede modificar la disposición del material. Opina Pablo Morosi: “Sí, la competencia entre los diarios es muy fuerte, todo el tiempo está presente. A mí en la Nación, por ejemplo, me mandan a hacer una cobertura y lo primero que me pregunta el editor es ¿está Clarín? Lo primero. Y eso te mata.” Los casos que requieren que el periodista se traslade y permanezca por varios días en otras ciudades, provincias e incluso países, incrementa el peso del otro. Admite Leonardo Torresi: “En general, lo que publican los demás te obsesiona más cuando vas de viaje. Incluso a veces se da de crear una relación con tipos de otros medios, si te 249 250
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 14 Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 197.
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mandan a cubrir a un pueblo chico, que te cruzás todo el día, a la noche van a comer todos al mismo lugar, o te juntás para un picadito. Es raro, buscás sacar información de lo que buscan, a dónde va este o el otro, conocés el auto, ves si están en la misma zona que vos. En esas coberturas hay dos momentos extremos: de felicidad, cuando cerrás la nota y la mandás para irte a dormir y el otro es al otro día, cuando llega el diario y ves que el otro sacó un dato que no tenía y te querés matar.” Morosi, por su parte, añade: “Cuando vos tenés una nota buena, que realmente tiene interés social, que sabés que va a tener repercusión y que no está la televisión, esa nota va a la tapa. Porque mañana los obligas a los otros medios a que vayan ahí. En cambio, si vos vas a un lugar que ya están los otros medios como América y demás, esa nota seguro que tiene un lugar importante pero no va a la tapa. Son cosas que ahora están muy calientes porque tampoco hay un manual.” Además de las cuestiones generales que, en mayor o menor medida afectan a todos los periodistas, se suma las prioridades de cada diario. “La Nación es medio raro con las noticias porque por ejemplo, no es un diario que busque como loco la primicia. Te exigen más que chequees las fuentes, que mires otra vez. Cuando vos tenés una información que perjudica o puede afectar a un funcionario te piden que le des la oportunidad de hablar, que busques más pruebas. Y si por ahí vos le decís que no te contestó te dicen “esperalo a mañana”. En ese lapso, el cronista que hace la nota se vuelve loco porque sabe que lo va a tener otro y que alguien lo va a publicar antes. Pero el diario no se fija tanto en eso. Y creo que en esta actitud radica el prestigio que se comenta del diario. Vos sabés que lo que tiene es seguro. A veces te comés el garrón de que aquello que vos tenías lo publica otro”, reflexiona Morosi. Otro periodista de Clarín, por su parte, manifestó las dificultades a las que debe enfrentarse un periodista cuando sus jefes quieren darle una dirección determinada en la redacción de sus noticias. El diario, desde el punto de vista empresarial, tiene en juego intereses económicos y suele medir sus acciones a fin de que éstos no se vean perjudicados. Restivo explicó que “Clarín jugó mucho a la devaluación y a la pesificación, porque el grupo tenía deuda en dólares y le convenía que el que viniese, pesificase la deuda”. En relación a cómo los intereses económicos de la empresa informativa afectó la producción de artículos, el periodista precisó: “Clarín apoyó mucho a De la Rúa, pero cuando vio que la cosa ya no iba más empezó a presionar por la pesificación y nosotros, como periodistas de esa sección, no podíamos opinar en contra de eso, pero lo que sí 79
podíamos hacer era ir a hablar con gente que dijera ‘ojo que esto se va todo al diablo’ y publicarlo”. Sin embargo, Restivo recordó una situación en la que tuvo que ceder frente a las exigencias de sus superiores: “Me tocó entrevistar a Roberto Alemann, que había sido ministro de Economía. Él me decía en su momento, que las 4 D de las que se venía hablando iban a ocurrir en la Argentina [default de la deuda, dolarización de la economía, depósitos congelados y devaluación] eran mentiras. Bueno, yo vine al diario y cuando llegás, en general tu jefe te pregunta qué te dijo el entrevistado, sobre todo para el título, para ver cómo vamos con eso. Y yo le comenté lo que me había dicho pero que pensaba que era mentira ya que se sabía que de las 4 D alguna, por lo menos una, iban a pasar. Y el jefe me decía ‘no, y si te dijo eso hay que ponerlo. Además se le quiere dar la página entera’”. La nota a las que Restivo se refirió fue publicada el 7 de diciembre de 2001 y constó en realidad en un texto en el que intervinieron cinco analistas económicos. Es curioso que al relatar la experiencia, el periodista omita mencionar a las otras fuentes. En particular, recuerda haber entrevistado a Alemann y la situación en la que publicó algo con lo que no estaba plenamente de acuerdo. El periodista sostuvo: “Esa entrevista no la firmé y quería dejar en evidencia que sabía que me estaba mintiendo. Nosotros tenemos el atributo de firmar o no firmar. Yo soy un tipo así. No firmo si no quiero y hacerlo cuando quiero”. En la publicación se puede inferir la tensión entre el pensamiento del periodista y la línea del medio. De las cinco fuentes que presenta la nota, sólo Alemann es el que manifestó frente al entrevistador una postura diferente frente al tema del curso previsible para la economía argentina del momento. De hecho, la cabeza del texto comienza con la frase “un solo economista ayer indicó que prefiere conservar la convertibilidad”251 y enseguida contrapone la visión de Alemann con el resto de los especialistas al agregar que es “uno de los cinco consultados por Clarín”. En este sentido, se puede decir que si bien se da cuenta de la opinión del ex ministro de Economía rápidamente se la reduce al contraponerla a la opinión de la mayoría. Si bien esto sucede en el cuerpo de la nota, el título pareciera apuntar a otra cuestión al decir que “los economistas”, en términos generales, “fluctúan entre convertibilidad y
251
Sin firma. “Los economistas fluctúan entre convertibilidad y dolarización”. Clarín, 7 de diciembre de 2001
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dolarización”252, cuando la nota expone cuatro opiniones parejas y una disidente. En este sentido, cuando el medio apuesta a difundir determinada información que considera afín a su línea editorial puede incurrir en fomentar la incertidumbre, más aún en un contexto político, social y económico tenso. Para no desacreditar la visión más acorde al pensamiento de la empresa informativa, Clarín tituló sin diferenciar la opinión de la mayoría de los consultados, y a la vez, alimentó el clima de incertidumbre al dar la impresión de ni siquiera expertos en la materia podían vislumbrar hacia donde dirigía la economía nacional. Restivo concluyó su relato: “En esa época, el jefe que yo tenía no era de darte libertad. Entonces, me aceptó la decisión de no firmar la nota, pero fue un costo que yo pagué. Además es raro que una entrevista que ocupa toda una página salga sin firma. Pero yo no quería ser cómplice de lo que estaba diciendo ese tipo”. A pesar de que el periodista analiza lo sucedido, pierde de vista el efecto del producto informativo en las audiencias. Los criterios de noticiabilidad son flexibles y están abiertos a posibles modificaciones según el contexto temporal en el cuál se utilicen. “Los temas pueden forzarse en todos los medios (…) no siempre los criterios de noticiabilidad planteados desde la explicación teórica y que suelen aparecer en las entrevistas con los profesionales, se aplican rigurosamente a la hora de seleccionar la información.”253 Pero lo cierto es que, si bien ofician de parámetros básicos que guían al periodista a la hora de jerarquizar los acontecimientos, el profesional de la información no es una máquina simple que opera en forma automática. Existe un margen de acción en la que entran en juego todas las capacidades implícitas del ser humano (como el razonamiento, su cultura, la ley moral vigente) que condicionan al periodista en el proceso de selección y jerarquización. La autora María Teresa Téramo introduce algunos valores pertenecientes al mundo de lo sensible de los individuos y que influyen de igual modo en el proceso de selección de los acontecimientos: “el proceso de producción de las noticias exige y articula dos instancias: la selección de la información a través del reconocimiento de los criterios que hacen noticiable un acontecimiento como actualidad, relevancia, proximidad e impacto, y su conexión con las fuentes, y la verificación ampliación, contextualización –antecedentes y consecuencias- e interpretación u observación de periodista de esa información. En resumen: las formas en que esos valores que marcan el hecho elegido 252
Sin firma. “Los economistas fluctúan entre convertibilidad y dolarización”. Clarín, 7 de diciembre de 2001 253 Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 129
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son procesados –recreados- en la noticia y se ofrecen al público”254 La autora destaca que existe una suerte
de sexto sentido en el periodista, adquirido a través de su
experiencia profesional, que lo guiará en la elección de un tema sobre otro para fabricar sus noticias. Es interesante observar cómo dentro de los criterios de noticiabilidad se menciona el impacto o interés humano que debe encerrar un tema para que sea considerado noticia. Pero para determinar qué es lo que a los lectores le interesa más, habría que realizar en forma cotidiana sondeos de opinión. Otra opción sería ofrecer el abanico de temas que circula por el universo y dejar que ellos seleccionen los que más les interesan. Ambas tareas resultan inconcebibles si se toman en cuentan los tiempos que rigen a los productores de la noticia. ¿Cómo hacen entonces los periodistas para determinar el nivel de interés humano que posee un hecho? En general, los testimonios recogidos dejan en claro que tal criterio se mide en relación al criterio propio del medio para el cual trabaja. El periodista de La Nación Mariano Obarrio explicó: “Si vos estás en La Nación, sabés qué información sirve y cuál no. Es la experiencia, el oficio. La tarea cotidiana con tu jefe, con los colegas. Tenés en mente la línea editorial, las indicaciones de los jefes de redacción. Eso más o menos te va dando una idea de qué cosas resultan interesantes para tu lector. A mi a veces me pasa, que vamos a cubrir un hecho y uno de Página 12 me dice: ‘tomá, esto lo podés publicar vos’. Otras veces, pasa lo contrario, vos manejás información que sabés que en el diario en que vos estás no va a salir.”255 Quiere decir que al momento de plasmar en el periódico los hechos ‘relevantes’ se atienden cuestiones que involucran los pensamientos y las sensaciones del equipo periodístico de cada sección. Las decisiones sobre el material publicable son tomadas por consenso y en ella se valoran impresiones del grupo sobre qué puede causar mayor y mejor impacto en los lectores, cómo redactarlo para capturar la atención y hasta qué complementos incluirle al texto para que éste no pase desapercibido. Otro de los criterios que propicia el debate es el referido al ‘nivel de impacto’. Ningún ser humano está en condiciones de predecir con exactitud aquello que va a ocurrir en el futuro. Puede tejer una red de conexiones entre su experiencia vivida, su bagaje cultural e informativo y su capacidad analítica y así elaborar una teoría más o menos coherente de lo que puede llegar a suceder con determinadas cuestiones. Pero en el fondo, no dejan de ser suposiciones de las consecuencias que pueden llegar a producir un 254 255
Téramo, María Teresa. Op. Cit. p. 37 y 38. Entrevista realizada por las autoras al periodista Mariano Obarrio.
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fenómeno. Quiere decir que el nivel de impacto es el resultado de la interacción de un conjunto de criterios que involucran la opinión y el análisis del periodista y sus fuentes. Las observaciones anteriores son tenidas en cuenta por las autoras Martini y Luchessi: “La noticia se rige entonces no sólo por las características puntuales del acontecimiento que relata sino también por las suposiciones de los efectos sobre lo cercano y conocido en un determinado lugar”256 Etiquetemos Por otro lado, a los efectos de una mayor claridad para los lectores, se pone en juego la categorización. Así, el espacio público se clasifica en categorías que permiten a los individuos
reconocer,
comprender,
identificarse
y
reaccionar
frente
a
los
acontecimientos reproducidos en los medios. Las categorías se refieren, según Charaudeau, a la distribución del mundo social en espacios de acción, que en los medios corresponde a las prácticas sociales representadas; al modo como los actores participan de dichos ámbitos, que se cristaliza en la aparición de personajes, y a los tipos de palabra que tienen derecho de ciudadanía, aspecto perceptible en la administración de las fuentes periodísticas257. Los estudios realizados por Marc Benton y Jean Paul Frazier sobre la articulación que el público hace de la información recibida establecen que esto ocurre en tres niveles: la etiqueta de los mayores problemas; la especificación del tema principal, causa del problema y soluciones propuestas; pro y contras de las soluciones propuestas y los autores de las propuestas258. El tratamiento que los diarios le dieron Fernando De la Rúa, ex presidente de la Argentina, es ilustrativo de las diferentes formas de aplicar categorías y de cómo estas, a su vez, fortalecen los estereotipos. Mariño explicó: “De la Rúa muy rápidamente quedo tomado como el figurín del Alzheimer, el figurín del tipo que no sabía ubicarse dónde estaba. Todo desembocó en que los medios ganaran esa guerra por estigmatizar”. Un primer ejemplo es la nota de Página 12 “De la Rúa entre el desconcierto y la negación del estallido social”259 que refirió al discurso que el ex Presidente dio en cadena Nacional pocas horas antes de renunciar. La foto que ilustra la nota lo muestra a 256
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 113 Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 178 258 Benton, Marc; Frazier, Paul Jean. The Agenda-Setting Function of the Mass Media at. Three Levels of Information Holding. EEUU: Communication Research--An International Quarterly,1976. p.137 y 138. 259 Natanson, José. “De la Rúa entre el desconcierto y la negación del estallido social”. Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 6 257
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De la Rúa en tres cuartos perfil, del lado izquierdo y con la bandera argentina detrás. Si bien en sí misma es una imagen de alto nivel connotativo, el epígrafe actúa como un fuerte anclaje al expresar “El presidente Fernando de la Rúa apeló a un tono impostado y se puso los anteojitos”.
NOTA PUBLICADA POR PÁGINA 12 EL 20 DE DICIEMBRE DE 2001- “DE LA RUA ENTRE EL DESCONCIERTO Y LA NEGACION DEL ESTALLIDO SOCIAL” DE JOSE NATANSON
Clarín, tituló la nota del mismo acontecimiento con un textual: “Hay que distinguir entre los necesitados y los violentos”260. Si bien el textual en si mismo expresa casi una ironía, teniendo en cuenta que el 20 de diciembre los medios habían reproducido imágenes de caos en todo el país, se fortalece con la imagen de un De la Rúa que ocupa poco espacio de la foto y mirando hacia abajo.
260
Bleta, Atilio; Thieberger, Mariano. “Hay que distinguir entre los necesitados y los violentos”. Clarín, 20 de diciembre de 2001, p. 4
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NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 20 DE DICIEMBRE DE 2001- “HAY QUE DISTINGUIR ENTRE LOS NECESITADOS Y LOS VIOLENTOS” DE ATILIO BLETA Y MARIANO THIEBERGER
La Nación había manifestado ya la misma intención irónica en una nota del 10 de diciembre: “De la Rúa: Se restableció el diálogo”261. Si bien el acontecimiento en sí mismo es la negociación de Cavallo con el FMI, el relatar los hechos a través de la mirada del Presidente es una opción válida y que fortalece el estigma establecido sobre De la Rúa. Mientras el título habla de diálogo, la foto muestra al entonces Presidente con auriculares y la mirada perdida. 261
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Litre, Gabriela.“De la Rúa: Se reestableció el diálogo”. La Nación, 10 de diciembre de 2001, p. 6
NOTA PUBLICADA POR LA NACIONEL 10 DE DICIEMBRE DE 2001- “DE LA RUA: SE REESTABLECIO EL DIALOGO” DE GABRIELA LITRE
La carga negativa establecida entonces –no sólo sobre el Presidente, sino sobre las instituciones políticas en general- se propagó rápidamente a través de los medios de comunicación que en su búsqueda de claridad y rapidez apelaron a juegos cómplices para reforzar los estereotipos establecidos. Dado que estos son fácilmente reconocidos y aceptados, la alarma se difundió a mayor velocidad. Sobre qué pensar Finalmente, la tematización se da a través de la presencia de determinados temas que se vuelven recurrentes en la agenda de los medios y en la agenda pública en un juego de distribución de secciones y subsecciones que deben corresponder a las grandes categorías de pensamiento de la opinión pública. Noelle Newmann retoma de Niklas Luhmann la comprensión de que “el proceso social no puede afrontar muchos temas a la
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vez, pero al mismo tiempo, para él puede ser cuestión de vida o muerte tratar los que se hayan vuelto urgentes”; por ello, “los procesos de opinión pública deben regular el foco de la atención pública”262. Sólo para anclar el aspecto en el período analizado, vale citar los principales temas identificados y los títulos relacionados: •
Acefalía Institucional Clarín, 25 de diciembre de 2001, p. 2
Página 12, 21 de diciembre de 2001, p. 2
Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 2 y 3
La Nación, 21 de diciembre de 2001, p. 8
La Nación, 21 de diciembre de 2001, tapa
•
Estallido Social
La Nación, 30 de diciembre de 2001, p. 12
Clarín 29, de diciembre de 2001, p. 4
Clarín, 30 de diciembre de 2001, p. 13
Página 12, 22 de diciembre de 2001, p. 18
Clarín, 22 de diciembre de 2001, p. 42
Página 12, 22 de diciembre de 2001, p. 3
Página 12, 13 de diciembre de 2001, p. 6
La Nación, 13 de diciembre de 2001, p. 9
262
Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 200.
87
•
Corralito
Clarín, 13 de diciembre de 2001, p. 3
Clarín, 2 de diciembre de 2001, pág. 14
La Nación, 6 de diciembre de 2001, p. 14
La Nación, 2 de diciembre de 2001, p. 8
Página 12, 4 de diciembre de 2001, p. 5
Página 12, 9 de diciembre de 2001, p. 14 y 15
•
Clarín, 20 de diciembre de 2001, pág. 18
La Nación, 20 de diciembre de 2001, p. 11
Clarín, 23 de diciembre de 2001, pág. 30
Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 10
La Nación, 19 de diciembre de 2001, p. 12
Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 21
•
88
Saqueos
Relación con el FMI
Página 12, 8 de diciembre de 2001, p. 2 y 3
Clarín, 19 de diciembre de 2001, p. 10
La Nación, 6 de diciembre de 2001, tapa
Página 12, 6 de diciembre de 2001, p. 2
Clarín, 10 de diciembre de 2001, p. 5
De este modo, la prensa impone su principio de realidad al administrar la alarma social. “Es la lógica del espectáculo, consistente en la creación de múltiples expectativas cargadas de una gran tensión que busca conocer por anticipado un desenlace que se adivina inminente pero cuyo signo se caracteriza por su radical incertidumbre”, explica Gil Calvo. Asimismo, el autor atribuye 3 características a los medios en el fenómeno del alarmismo que coinciden con los resultados de la lógica de producción periodística263: •
Creación de expectativa que genera angustia ante lo desconocido e invisible
•
Revelación sensacional que identifica y reconoce a la personificación del mal
•
Alto impacto social de la revelación pública asignándole un lugar preponderante en el medio
Hacer contar “Múltiples explicaciones son alegadas generalmente, pero ellas terminan por fundirse en el mismo crisol de donde saldrá, cuadrada y categórica, una historia petrificada en el tiempo, con principio y conclusión”, Aubenas y Benasayag en La Fabricación de la Información La tarea periodística está definida en gran medida por la obtención de la información. Dado que los hechos son la materia prima de la profesión, es menester que el periodista obtenga buena calidad del material sobre el que se basa su labor. Sin embargo no sólo tienen que ver con la provisión de materia prima para el proceso de producción de la información sino que le aportan a los periodistas un recurso para elaborar mensajes 263
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p138
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complejos. Más de una vez el periodista habla a través de sus fuentes, al seleccionar los testimonios. Los procedimientos para acceder a los datos se relacionan en forma directa con el trabajo de fuentes. Como lo afirma Eugenio Castelli, “la palabra fuente, en su sentido más general significa principio, fundamento u origen. En el término de la comunicación social, se lo puede traducir semánticamente como origen de la información”264 También se considera como tales a “todo depósito de información de cualquier tipo que sea accesible y consultable por el periodista como ser prensa, libros, archivos diversos, etc”265 Existen fuentes directas e indirectas, primarias y secundarias, pero todas ellas son importantes para elaborar una noticia. Cabe hacer una primera distinción aclarando que toda fuente originaria de la información, es el mismo hecho que será objeto de comunicación. El suceso sobre el cual se va a construir la noticia. Pero en este trabajo, nos abocaremos a trabajar en las denominadas fuentes informantes o intermedias, es decir “las personas, grupos o instituciones que en forma ocasional o permanente, suministran informaciones al comunicador o a los medios”266 Conseguir fuentes que puedan corroborar los datos que servirán como base para construir la noticia es un punto central de la actividad. “El acceso a las fuentes y la comprobación de su confiabilidad se sitúan como dos de los aspectos principales del trabajo periodístico”267 En realidad se debe tener en cuenta que ninguna persona difunde un suceso sin tener intereses de por medio. Quiere decir que existen informantes que de una u otra forma se encuentran vinculados a cierto acontecimiento y tienen especial interés por darlo a conocer. Alex Grijelmo sostiene: “En la vida política, económica, artística o en cualquier ámbito relacionado con los periodistas, algunos personajes tienen la habilidad de facilitar buena información. Se convierten así en fuentes privilegiadas que hacen favores a los periódicos y esperan recibirlos a cambio”268 La multiplicidad de fuentes que maneja un periodista conforma un tejido, una red de retroalimentación permanente en la que los datos se superponen, se contrastan, se verifican o se descartan. “El aspecto más importante es que la articulación de la res de 264
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 35 Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 153. 266 Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 35 267 Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 151. 268 Grijelmo, Álex. El estilo del periodista. Madrid, España: Santillana ediciones, 1998. p. 575. 265
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las fuentes no es casual ni arbitraria (…) de hecho es un proceso circular en el que fuentes, periodistas y públicos coexisten en un sistema complejo”269, sostiene Mauro Wolf. El ejercicio diario de la profesión y los años de trayectoria que un periodista posee en determinada sección del medio para el cual trabaja, lo obliga a tratar con una cantidad específica y limitada de informantes o fuentes. Más allá de que los teóricos indiquen que entre el periodista y sus informantes debieran mantener una prudencial distancia, el contacto diario termina por forjar una relación que muchas veces se define como “fuente de confianza”. El testimonio del periodista Osvaldo Santoro citado por las autoras Stella Martini y Lila Luchessi confirma lo anterior: “Hay fuentes que uno las ha probado varias veces y las califica. Fuentes confiables, muy confiables, pero siempre es recomendable tener otra fuente, un documento que corrobore lo que está diciendo. Si hay documentos sierre es mejor, el documento siempre es más irrefutable que una fuente anónima”270 Pero en la práctica, las relaciones humanas no son tan lineales y la camaradería a veces hace que el periodista se tome ciertas licencias. “A veces tengo que buscar información y recurro a personajes como Luís D’ Elía. Más allá de su actividad como piquetero oficialista, sentarte a tomar un café con él es de lo más divertido y útil para rescatar declaraciones que, de otra manera, no conseguís. Él es capaz de decirte las barbaridades más grandes o de revelarte cierta data sin tapujos. Yo he tomado algo con él, hice mi trabajo y he pasado buenos momentos. Es un tipo macanudo”, admitió un periodista del diario La Nación. Esta clase de vínculos inevitables que se construyen entre el profesional de la información y sus fuentes, construye una relación de confianza que muchas veces es utilizada para acelerar los tiempos de producción de la noticia. Según los testimonios recogidos en el período de entrevistas, los periodistas prefieren contar con la confirmación de sus datos por parte de una fuente “de confianza” antes que recibir la ratificación de tres informantes menos cercanos. “Cuando estás en una situación de conflicto grave como la del 2001, se complica un poco el tema de conseguir declaraciones de varias fuentes. Por eso conviene llamar a aquellas con las que tenés un trato más directo, siempre que sean acordes al tema. Se supone que uno debe consultar para cada nota con 3 ó 4 fuentes que sean creíbles. Pero 269 270
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 255. Martini, Stella y Luchessi, Lila Op. Cit. p. 153
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la práctica te va dando cancha y vos ya sabés quién te puede fallar y quién no. Por eso, tal vez hablás con 1 ó 2 que valen por 4. Cuando ya tenés varios años de experiencia sabés quién es más apropiado para cada caso o quién tiene cierto interés y no pueden contestarte o porque tienen interés y te quieren dar las cosas”, aseguró Mariano Obarrio, periodista de La Nación. La fiabilidad de una fuente, desde el punto de vista periodístico, puede aprovecharse en términos de conveniencia. El tiempo juega un papel central en la labor del periodista y por ello, tener fuentes de confianza permite acotar los tiempos de chequeo de material. “Las fuentes deben ser fiables, según la mirada de los profesionales, de modo que la información suministrada requiera el menor número posible de controles. En caso contrario, la noticia debería ser comprobada al menos en base a dos fuentes distintas.”271 Se deduce que la relación de confianza entre ambas partes puede llegar a limitar a noticia en términos de pluralidad de fuentes. Incluso puede ocurrir que el periodista se fíe del material que le provee su informante y que éste no resulte del todo cierto o esté incompleto. Las autoras Stella Martini y Lila Luchessi así lo exponen. “El ritmo de trabajo impone que los datos surjan de una sola voz interesada y los efectos políticos que se logren vayan mucho más allá de la garantía de información. Si bien el acceso a los insumos informacionales puede sostenerse por caminos diversos, la urgencia que caracteriza el trabajo hace que se publique sin verificar o se responda a favores hechos por los informantes, con los riesgos políticos que ello implica (…) El conocimiento entre el profesional y sus fuentes es importante para el ejercicio del trabajo cotidiano. No obstante, a partir de la construcción relacional que esta confianza logre implicar, los públicos pueden resultar damnificados. Una fuente habitual puede necesitar favores y hasta demandar exclusividad”272 A su vez, los periodistas especializados en una sección o tema en particular, profundizan aún más su vínculo con las fuentes a quienes llegan a catalogar como proveedores personales de datos. “normalmente, los especialistas desarrollan relaciones estrechas y prolongadas con sus propias fuentes y terminan convirtiéndose en personales que mantienen al día a los cronistas suministrándoles indiscreciones, noticias reservadas. Es decir que desarrollan una relación casi simbiótica de obligaciones recíprocas”273.
271
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 257. Martini, Stella y Luchessi, Lila Op. Cit. p. 147. 273 Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 259. 272
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Cabe destacar que el acceso a las fuentes no está distribuido de manera ecuánime en el mundo periodístico. Existen ciertas diferencias entre los trabajadores de los medios a la hora de tomar contacto con este tipo de informantes. Los periodistas que integran la muestra de la presente investigación, coincidieron en que debido a que las buenas fuentes alivian en un 50% la tarea de profesional de la información, pertenecer a un medio de comunicación de renombre representa una gran ventaja. “Trabajar para un diario como La Nación te abre puertas. Yo, ahora estoy en La Plata y si se me ocurre tener el testimonio de Solá, pido en la redacción el directo del Gobernador, me lo pasan y lo llamo a él. Él me habla en persona. Reconozco que para un periodista que trabaja en un diario zonal, el 80% de su trabajo se basa en lograr una entrevista con Solá, y quizá su trabajo se ve empobrecido por la falta de esa voz que no pudo conseguir debido a que los voceros o secretarios lo puentearon. Es así. Si están en un medio conocido todo es más fácil”, opinó Pablo Morosi, corresponsal del diario La Nación en la ciudad de La Plata. Por otro lado, los medios gráficos de renombre mantienen vínculos con sus fuentes que hoy están consolidadas por los años de permanencia dentro de la actividad. La cantidad de años en el ejercicio de la profesión es casi directamente proporcional con la cantidad, calidad y variedad de las fuentes que maneja el periodista. Incluso, a mayor jerarquía dentro del medio, más importante aún suele ser la función que desempeña el informante. “La cúpula periodística, como el jefe de economía, el jefe de política, el director del diario, y demás. Ellos tienen línea directa con el gobierno”, aseguró Néstor Restivo, periodista del diario Clarín. Algunos teóricos explican lo anterior como el producto de una relación en la que el poder ejerce una gran influencia. “La red de fuentes que los aparatos de información utilizan como instrumento esencial para su funcionamiento refleja la estructura social y el poder existente. Los que ostentan mayor poder económico o político pueden obtener fácilmente acceso a los periodistas y viceversa”274 Este detalle juega a favor en tiempos de crisis como las que el país atravesó durante el 2001. La situación de vulnerabilidad en la que se encontraba el poder político hizo que muchos de los periodistas vieran limitadas sus chances de obtener testimonios de parte de sus fuentes habituales. Sin embargo, los periódicos más importantes continuaron recibiendo un interesante caudal informativo gracias a la cercanía que muchos jefes de 274
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 255.
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sección mantenían con las fuentes internas de los ministerios y de la propia Casa de Gobierno. “En esa época los Jefes de Clarín tenían el teléfono directo de los voceros de De la Rúa y de Cavallo. Hablar con ellos era una cosa natural. Pero al resto del personal del diario, se le cortó la llegada a sus fuentes. De todas maneras, ahí había en juego temas que podían afectar a todo el país, por eso los datos que te daban eran cualquier cosa. Es decir, acceso a la información había pero trataban de vender mercadería podrida como le decimos nosotros. Capaz que a Cavallo no le convenía que se pudriera todo, entonces él decía que estaba todo bien. En esa época, quien hablaba más con Cavallo era mi jefe que tenía línea muy directa, yo era simplemente un redactor”, reveló Restivo. Para mencionar un caso en el que el medio hablo a través de las palabras de la fuente es la nota de tapa de la Nación del 19 de diciembre, cuando pocas horas antes de lo que después se conoció como el estallido social, el diario tituló: “Cuestionó el FMI la política económica de la Argentina”275. La cita indirecta hace propio, en cierta forma, el cuestionamiento que había verbalizado el economista principal del Fondo Monetario Internacional.
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 19 DE DICIEMBRE DE 2001- “CUESTIONO EL FMI LA POLITICA ECONOMICA ARGENTINA” SIN FIRMA
Otro ejemplo interesante es el del uso de los testimonios de Adolfo Rodríguez Saá como títulos en Clarín, que también aportaron a la categorización del personaje. “A ver si lo entiende de una vez: yo soy el Pre-si-den-te”276 y “En vez de catorce, sólo vinieron seis. 275
Sin firma. “Cuestionó el FMI la política económica de la Argentina”. Clarín, 19 de diciembre de 2001, tapa 276 Natanson, José. “De la Rúa entre el desconcierto y la negación del estallido social”. Página 12, 20 de diciembre de 2001, p. 6
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Así yo no sigo renuncio”277 parecen títulos absolutamente contradictorios y que fueron publicados con una semana de diferencia. Las contradicciones que Rodríguez Saá representaba podrían ser las mismas que las de Clarín en dicho momento.
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 24 DE DICIEMBRE DE 2001- “A VER SI LO ENTIENDE DE UNA VEZ: YO SOY EL PRE-SI- DEN-TE” DE MARIANO THIEBERGER
277
Perez de Eulate, Mariano. “En vez de catorce, sólo vinieron seis. Así yo no sigo, renuncio”. Clarín, 31 de diciembre de 2001, p. 4
95
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 31 DE DICIEMBRE DE 2001- “EN VEZ DE CATORCE, SOLO VINIERON SEIS. ASI YO NO SIGO, RENUNCIO” DE MARIANO PEREZ DE EULATE
A modo de cierre… El análisis de las lógicas de producción de la información en el contexto del alarmismo permite observar la importancia primordial de la actividad profesional del periodista. Los procesos de selección y jerarquización que están permanentemente en marcha le generan una responsabilidad ineludible sobre el producto informativo. Sin embargo, en las sociedades modernas, la auto presentación de los medios y su aceptación por parte de la ciudadanía tiende a ocultar la participación del individuo en el proceso de elaboración y las lógicas de producción involucradas. Sobre la base de la objetividad, los medios construyeron una especie de Imperio de la Información legitimado a través de la idea de que reflejan lo real. Al mirar, contar y hacer que otros cuenten, cada periodista lo hace de manera diferente. Por lo tanto, la producción de mensajes informativos siempre estará mediada por la inevitable manipulación de los datos, ya sea conciente o inconscientemente. Mc Quail sostiene: “Existe acuerdo sobre que la objetividad fue una invención relativamente
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tardía dentro de la historia del periodismo. Pero se discute menos que tiene mucha relación con la necesidad práctica y comercial de estar al servicio de grandes públicos heterogéneos y conseguir que la consignación de los nuevos acontecimientos no resulte problemática”278. Por ello, una vez reconocidos los aspectos del alarmismo que se reproducen en la prensa gráfica diaria de referencia argentina por un lado y tras haber especificado todos y cada uno de los requisitos indispensables para que el periodista pueda llevar a cabo su tarea, es menester contrastarlos a fin de sacar conclusiones que permitan comprender a cabalidad el fenómeno a través del cual se gesta la alarma social y cómo la actividad periodística la potencia.
Conclusiones Para poder ser un profesional de la información es necesario, no sólo comprender la responsabilidad inherente al manejo de datos que van a ser difundidos a los públicos y el aprendizaje de las técnicas propias del oficio, sino también la capacidad de pensar la actividad profesional inserta en la sociedad en la que se desarrolla. Centros de poder, ciudadanía, entidades económicas y sociales interactúan permanentemente con los medios de comunicación y se articulan en una red de relaciones que quizás, y con perdón de incurrir en un error, de tan obvias se vuelven invisibles. Al analizarlas, indagarlas y profundizar en ellas, el periodista puede discernir el lugar que su actividad tiene en los complejos fenómenos sociales. Sin embargo, tomar conciencia de dicha necesidad requiere cuestionar el sistema en el cual la prensa de referencia argentina produce actualmente la información. En el recorrido trazado a lo largo de la elaboración de la presente tesina se vinculó una sólida base teórica con aquello que los periodistas dicen sobre sí mismos y sobre sus
278
Mc Quail, Denis. Op. Cit. p. 131 y 132
97
trabajos, a la vez que se consideró la voz indispensable de expertos analistas tanto del área social como comunicacional. Pensar la actividad periodística desde una instancia más abarcativa supuso un desafío a la hora de elaborar las conclusiones, ya que las posibilidades de abordaje no se agotarán en tanto continúen surgiendo inquietudes al respecto. Por ende, si bien este apartado exige un cierre académicamente elaborado, se ensayarán las principales líneas de razonamiento emergentes de la presente investigación que se considera apenas un comienzo del análisis que merecerían los medios en la sociedad argentina. El seguimiento que se realizó de la información publicada por los tres diarios de referencia en el período estudiado, permite reconocer algunas características de las circunstancias económicas, políticas y sociales que predominaban en el país. A su vez, comparar entre los diferentes medios y notar las diferencias y similitudes abrió la puerta para reconocer que la construcción que cada uno de ellos hizo del escenario nacional fue propia y distintiva. Si bien diciembre de 2001 fue el mes en el que la crisis argentina alcanzó su punto más alto, cada uno de los diarios estudiados desarrolló argumentos para explicar la situación, propuestas para resolverla y señaló a quienes consideró responsables de los hechos. Muleiro explica: “la actividad de informar a través de los medios de comunicación representa, sin excepción alguna, una toma de posición que produce un resultado específico. Esa toma de posición quizás es adoptada expresamente o tal vez emerge de la aplicación de modelos y prácticas cuyo ejecutante lleva consigo, incluso en el caso de que no se dé cuenta de ello o no se tome el tiempo de pensarlo y descifrarlo. Esa toma de posición está entonces, en cada acto de comunicación de un hecho”. 279 “La cultura mediática consiste en lo que seleccionan del mundo y nos ofrecen los medios de comunicación” y esto conduce a que “como el mundo real no está a nuestro alcance, a nuestra vista, ésta sea nuestra única perspectiva sobre el mundo”, sostiene Noelle-Newmann. En la mirada que la prensa le da al mundo, inevitablemente participa la toma de decisión de la que habla Muleiro. Ahora bien, dadas las condiciones de riesgo reconocidas y explicadas con relación al período analizado, lo que se cuestiona en la presente tesina es el actuar de los medios de comunicación. Gil Calvo le atribuye a la prensa un papel fundamental en la reproducción y difusión de la sensación de alarma al considerar su interacción con los 279
Muleiro, Hugo, p.18 y 19
98
actores sociales. Sin embargo, el análisis que propone el alarmismo social toma a los medios como instituciones y deja de lado las relaciones productivas a partir de las cuales se crea la información. Focalizar la mirada en el mundo de la actividad periodística pone el eje de la cuestión en las rutinas periodísticas y exige un análisis crítico de la actividad profesional. Como bien sostiene Muleiro, “la elaboración de las noticias incluye una serie de especificaciones en las recolecciones de los datos, en la selección de las fuentes y, luego, en la elaboración del texto, con las decisiones que se adoptan en cada una de esas etapas,
es
evidente
que
el
idioma
trae
marcas
previas,
características,
predeterminaciones ideológicas y culturales que los medios periodísticos asumen y – mal que les pese- convalidan y hacen propias”. 280 Si bien la base de la relación entre los medios y la ciudadanía es la información, en la presente tesina está completamente fuera de discusión la objetividad en el trabajo periodístico. Se reconoce la intervención subjetiva del periodista en cada momento de realizar su labor diaria y el eje de la investigación está en cómo las rutinas de producción se dan de manera que terminan generando contenidos alarmistas. En el trabajo cotidiano se toman permanentemente tres decisiones que ni siquiera se plantean como preguntas: •
¿Qué caso elegir?
•
¿Desde dónde se comienza a narrar?
•
¿La voz de quién corresponde incluir?
Saramago sostiene que “al dar cuenta de un hecho, los medios y los periodistas tienen un menú de opciones amplio, casi ilimitado”281 . Los acontecimientos suceden en el mundo permanentemente y todo el tiempo nace una historia que puede ser contada, potenciales noticias. Sin embargo, aunque el mundo por comentar es, como dice Saramago, “casi ilimitado”, los profesionales de la información no pueden relatar todo lo que sucede. En primer lugar, basta detenerse a reflexionar un instante para notar que el individuo ni siquiera puede tomar conocimiento de todos los sucesos. De este universo sólo una porción llega a los medios y ésta es recortada para ser publicada dado que el espacio en los periódicos es finito. Como sostiene Mauro Wolf “El proceso de selección de las
280 281
Muleiro, Hugo p.126 Muleiro, Hugo, p.17
99
noticias puede ser comparado a un embudo, en el que son introducidos muchos datos y sólo una cantidad limitada pasará el filtro”282. A ello se suma que dado que las instituciones mediáticas son empresas con fines comerciales cuyos principales ingresos provienen de la pauta publicitaria. Por lo tanto, los avisos tienen prioridad a la hora de la diagramación y las noticias deben resignarse al espacio restante. Por ello, el periodista debe elegir cuál será la historia que saldrá publicada al día siguiente y, en esta selección, se conjugan los factores que determinan qué es noticia. A su vez, estos factores responden tanto a la lógica comercial del medio como a los los fines de informar y resulta en la publicación de contenidos de alto contenido dramático porque se apunta a captar la atención de los lectores y de generación de expectativa en tanto se privilegian los temas que tienen continuidad. Por otro lado, una vez frente a su escritorio, el periodista comienza a redactar su nota y a exponer con palabras algunos de los elementos -sólo aquellos que considera noticiosos- que constituyen el hecho: el contexto, los protagonistas, las reacciones, las causas y sus consecuencias, etc. A través del uso del lenguaje el periodista nuevamente interviene con la selección de términos que califican
y confieren una impronta
particular al suceso. Asimismo, el uso del lenguaje en los medios de comunicación masivos potencia la creación y difusión de estereotipos que, a su vez, fomentan la sensación de alarma. Finalmente, la selección y uso que se hace de las fuentes también potencia el alarmismo en tanto se aplican textuales dramáticos para titular, así como cuando las hipótesis a futuro que arriesgan los testimonios son citadas de forma directa o indirecta. Asimismo, los compromisos con las fuentes que parten de las relaciones personales establecidas entre periodistas y entrevistados limitan el criterio del profesional de la información a pesar de la responsabilidad que conlleva la consulta a terceros que pueden influir en la percepción de los hechos que se reproduzcan en la noticia y la inclusión de citas en los contenidos publicados. Por otro lado, el riesgo tiene un componente esencial futuro porque esta vinculado a lo malo que puede pasar pero aún no sucedió. Si bien la prensa se ocupa de los acontecimientos que tuvieron lugar, también expone los posibles cursos de acción con relación a ello y prevé lo que sucederá. Los medios arriesgan hipótesis y especulan resultados. El tiempo se encarga de reafirmar o desacreditar los análisis realizados por los periodistas. Sin embargo la prensa gráfica tiene una temporalidad –como cada 282
Wolf, Mauro
100
soporte y canal tiene un umbral temporal propio- que determina que el diario de ayer es viejo. Las palabras tienen vigencia sólo hasta la salida de la siguiente edición en la que las noticias de hoy, reemplazan a las de ayer. Con lo cual, la obsesión por el presente y la primicia relativiza la importancia de lo que se dice en tanto una nueva versión del mundo reemplazará a la anterior cada 24 horas. Restivo, como profesional de los medios, manifiesta una percepción que nos da la pauta de lo que los periodistas creen que se espera de ellos. Él sostiene que los trabajadores de prensa gráfica se orientan a la especulación porque ése es el valor agregado que busca su audiencia una vez que la televisión y la radio agotan los detalles que antes se vertían en la crónica escrita. Estos procesos productivos, tal como se ha observado en el análisis, fomentan la sensación de alarma en la sociedad al asignarle a un gran espacio a los contenidos dramáticos, al señalar actores responsables de los acontecimientos y aplicar sobre ellos estereotipos que los valoran positiva o negativamente y al generar una expectativa sobre los acontecimientos futuros y las posibles alternativas. En lo antes expuesto, se observa que los periódicos funcionan como un sistema dentro de los cuales el trabajo de los periodistas se combina la política editorial, las decisiones de los directores, los intereses comerciales, los objetivos informativos y los compromisos políticos. En dicho ámbito, los profesionales desarrollan sus rutinas e intentan adaptarse a la realidad de la coyuntura en el ámbito nacional y del medio. En diciembre de 2001 se dieron algunas características que hicieron del período algo particular. En primer lugar, los periodistas estaban siendo afectados por aquello mismo que contaban. En todos los casos, alguno de los aspectos de la crisis condicionaba el trabajo, la familia y las expectativas personales. En dicho contexto político, económico y social, las perspectivas de los periodistas también se vieron afectadas y los temores personales inevitablemente intervinieron en la redacción de las notas. Dicha intervención subjetiva de los periodistas no puede calificada como negativa en función de la difusión de la información. María Laura Avignolo- redactora del Sunday Times y colaboradora del matutina francés Libération, y corresponsal de Clarín- dice que “es muy válido el uso de la subjetividad sobre la base de una actitud honesta del periodista”283. El reconocimiento de la participación personal del profesional de la información puede incluso enriquecer el contenido de los artículos en tanto este sea explicitado como tal y el público pueda disentir y discutir con él. 283
Halperín, p.153
101
Hasta el presente apartado se ha intentado simplemente mostrar la actividad periodística dentro de sus propias lógicas de producción. Sin embargo, es pertinente ya plantear algunas inquietudes respecto a lo observado. En el proceso de entrevistas se observó particularmente que el discurso de los consultados exhibió una postura que los situaba a sí mismos por fuera del sistema establecido y señalaron aspectos que consideraron positivos y negativos excluyéndose a sí mismos como actores sociales del fenómeno. Llama la atención una de las expresiones de Alfredo Gutiérrez al relatar como es la experiencia de trabajar en los medios: “Los periodistas vimos pasar tantas cosas que al final no creemos en nada. A veces terminamos teniendo envidia, entre comillas, de un pibe que está haciendo dos cuadras de cola para entrar a un recital (…) somos como los médicos… viste que los médicos no pueden tener una relación afectiva con vos paciente porque no le permite ejercer bien su trabajo, ellos tienen que operarte pensando que están cortando y poniendo cañitos… no… te objetivizan. (…)Entonces, nada, llega un momento que no te pasa nada”284. Dado el hecho de que la intervención subjetiva del profesional de la información es inevitable, la cuestión es que el querer ‘estar afuera’ para poder transmitir la información muchas veces los despega de tal modo de aquello que sucede que no les permite notar el papel que están desempeñando ni cuanto los acontecimientos que transcurren en la sociedad en que están insertos los afecta a ellos mismos. A pesar de que inconcientemente los periodistas se plantean a sí mismos como relatores externos de los acontecimientos, la idea de separar ‘el trabajo’ de ‘la vida cotidiana’ no puede cumplirse con exactitud dentro del periodismo. El profesional de la información se desempeña en un área que es indivisible de la esencia misma del ser humano: los acontecimientos, los hechos que serán noticia. Y estas indefectiblemente lo terminarán afectando de algún modo. Por otro lado, si bien, como sostiene Ervin Goffman, “toda institución absorbe parte del tiempo y del interés de sus miembros y les proporciona en cierto modo un mundo propio”285, los periodistas procuraron diferenciarse de los medios a los cuales pertenecen y dejar en claro que disentían con algunos aspectos. Los trabajadores de los medios no necesariamente se sienten identificados con la empresa informativa. Reconocer las características del alarmismo social en la prensa argentina y vincularla con la actividad profesional ha sido una tarea ardua pero considerada fundamental para 284
Entrevista realizada por las autoras al periodista Alfredo Gutiérrez. Goffman, Ervin. The presentation of self in everyday life. Nueva York, EEUU: Doubleday- Anchor Books 285
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que la perspectiva de la investigación no sea acusadora sino que su último fin fuera comprender el trabajo de los periodistas en el sistema en el que están insertos. Para ello se recurrió tanto a teorías ya formuladas como a las declaraciones de los entrevistados que actuaron como disparadores de nuevos interrogantes. Dado que el alarmismo social formula una visión de la sociedad y sus interacciones relativamente nueva, el presente trabajo pretendió situar geográfica y temporalmente el contexto en el cual se reprodujo la alarma y convocar a grupo de profesionales de los tres medios gráficos de referencia del país cuyos relatos dispararon nuevas inquietudes para reabordar el tema. Si bien inicialmente se contactó a un gran número de periodistas, no todos estuvieron dispuestos a participar de las entrevistas. Por ello, consideramos fundamental ampliar en futuros estudios los parámetros de esta investigación. Desde la perspectiva del presente trabajo se admite el papel que juegan en los medios -y que Gil Calvo les atribuye explícitamente- en el alarmismo social. Sin embargo, al considerar las lógicas de producción propias de la actividad profesional, se vuelve imposible señalar a un culpable de la difusión de la sensación de riesgo. Por ello, se entiende que los estudios vinculados a los fenómenos de comunicación social deben contemplar la dinámica interna de las empresas informativas. Específicamente en diciembre de 2001, el país atravesó una crisis de representatividad en la que la percepción era que los intereses de los ciudadanos no eran tenidos en cuenta por aquellas personas electas para ejercer el gobierno. Sin embargo, los medios no fueron excluidos de esta crisis de representatividad. No es posible establecer para los medios una categorización del tipo alarmista/no alarmista, porque en realidad, es un fenómeno que se establece a partir de las relaciones que atraviesan la realidad social y la reproducen. Dicho esto, parecería que el alarmismo es inevitable. Por cierto, en las entrevistas muchos periodistas se refirieron a la necesidad de establecer parámetro de conductas profesionales que mejoren el desarrollo de la actividad laboral. Sin embargo, estas perspectivas parten de ideas, propuestas y deseos individuales y no han sido compartidas ni cuestionadas en un ámbito que favorezca la autocrítica. Independientemente de cuánto los periodistas puedan discutir sobre su trabajo se encuentra el hecho de que el alarmismo es el resultado emergente de las interacciones sociales mediatas e inmediatas que al ir en crecimiento aumentan la sensación de riesgo. 103
El encuadre de la producción de información en determinadas lógicas de producción, a su vez, determina que determinados aspectos de las notas, que favorecen la difusión de la alarma social, se repetirán casi de manera inconsciente por los periodistas. Este punto resulta inquietante en tanto lo que se manipula es el bien social constituido por la información. Ahora bien, dadas las bases sobre las cuales se estableció la relación entre los medios y la sociedad y los cambios que se han producido es necesario refundar dichas bases partiendo de la aceptación de la intervención subjetiva del periodista en el proceso de elaboración de la información, teniendo presente la diferencia entre ello y la iniciativa individual de cada profesional. Para ello, a su vez, es necesario crear conciencia en los periodistas de las implicancias de la actividad que realizan profesionalmente y esto a su vez debería hacerse visible a la sociedad receptora de la información. La atribución a la prensa de un exacerbado poder, a tal punto que un cliche la denomina “el cuarto poder”, confundió tanto a profesionales como a audiencias en las respectivas características dentro de la relación establecida entre ambos. En realidad, la función del periodismo podría comenzar a plantearse tomando como punto de partida el conocer y aceptar las condiciones propias en las que se desenvuelve la actividad periodística tanto por parte de los profesionales como de los públicos.
104