Carta a los “Hermanos” Argentinos
Ustedes, “Hermanos” argentinos, que andan haciendo campaña internacional en contra de Uruguay a causa de las plantas procesadoras de celulosa, deberían considerar que están atacando a un país y su gente.
Ustedes, que no dimensionan el daño que hacen a una nación que necesita del trabajao generado por la inversión extranjera.
Ustedes, que se las dan de ecologistas, pero que en realidad son pagados por las procesadoras del lado argentino que quebrarán en cuanto comience a funcionar Botnia.
Ustedes, que no han movido ni un dedo para protestar por la cloaca más grande a cielo abierto que existe en el mundo - el Riachuelo de Buenos Aires - y mucho menos por las aguas subterráneas contaminadas con radiación en los suburbios de esa misma ciudad.
Ustedes, que desconocen que Finlandia es el país ecológicamente mejor evaluado en el mundo, donde las normas medioambientales son estrictísimas y que, además, la Comunidad Europea no permite a sus miembros desarrollar en otros países tecnologías que no cumplan lo que exigen para Europa.
Ustedes, que se muestran tan preocupados por la “contaminación visual” de la chimenea de Botnia, siendo que Gualeguaychú está a más de 30 kilómetros de la costa del río Uruguay y situado al noroeste de donde se construyen las plantas, y que por esta misma razón las aguas presuntamente contaminadas no podrían entrar; en cambio las del río Gualeguaychú sí descargan todos los desechos de su ciudad en el río Uruguay.
Ustedes, que seguramente habrían hecho caso omiso de las eventuales protestas uruguayas si las procesadoras se hubieran instalado del lado argentino.
Ustedes, que solicitaron la intervención de la Corte Internacional de La Haya y que desconocieron su fallo porque les fue adverso.
Ustedes, que tienen un presidente que acomoda la ley según sea su conveniencia, permitiéndoles cometer atropellos contra un Estado soberano.
Ustedes, que han tenido el descaro de chantajear al Banco Mundial para que no financiara las obras.
Ustedes, que exhibiendo su cinismo típico no pagaron sus deudas con dicho organismo y que, además, arruinaron a miles de pensionados italianos que compraron bonos de su Banco de la Nación.
Ustedes, que se enorgullecen de Carlos Gardel y el tango más famoso: La Cumparsita, haciéndole creer al mundo que ambos eran “argentinos”, aunque saben que son uruguayos.
Ustedes, que reivindican las Islas Falklands – pues así se llaman en verdad puesto que son de soberanía británica, y donde fueron “vicecampeones” – y que, sin embargo, mantienen su bandera sobre la isla Martín García, en aguas territoriales uruguayas.
Ustedes, que tienen como ídolo máximo a un drogadicto confeso que hace goles con la mano, y que aun así, glorifican al tramposo y se ufanan de ello.
Ustedes, que hicieron un dios de Perón, un dictador comunistoide fascista que les vendió asilo en su país a decenas de asesinos nazis y bajo cuya confusa ideología se cobijan seres tan disímiles como Menem y Kirchner, compinche de Fidel Castro.
Ustedes, que sueñan con Evita, una cabaretera de cuarta cuyo único mérito fue subirse al carro del poder gracias a su condición de amante del dictador.
Ustedes, que en cuanto les va un poquito bien ya se creen una potencia mundial.
Ustedes, sí ustedes mismos, ¿todavía no saben por qué nadie los quiere?
Fin