Tito Pinta La Casa

  • June 2020
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TITO PINTA LA CASA La cámara se acerca atravesando dimensiones y hace zoom en un bosque. Se acerca más y más hasta pasar entre los árboles y se puede ver, que este bosque es muy parecido a un bosque de nuestro mundo en muchos aspectos, pero también es similar a la ciudades de nuestro mundo en muchos otros. En este bosque vive un ser muy especial, Tito, el mapache promiscuo. Estaba en pareja con Lara, la liebre cornuda1 , Lara tenía unos cuernos muy grandes, inusualmente grandes para un animal de su especie, y en parte esto era gracias a Tito, aunque la forma en que había logrado que le crecieran los cuernos era todo un misterio. Juntos habían creado su guarida en unos árboles monoblock de un barrio en las afueras del bosque. Uno de los pasatiempo preferidos de Tito, sobretodo en medio de una ardua semana de trabajo pedagógico, era la birroterapia.2 Una noche a la salida del gremio de animales docentes, Tito y uno de sus colegas decidieron ir por una sesión de dicha birroterapia. Esa noche era particularmente propicia para la birroterapia , ya que al otro día todos los animales docentes del bosque no iban a a ir a trabajar. Iban a realizar una manifestación para reclamar un aumento de sueldo3 Y eso significaba que al otro día no había que levantarse temprano.4 . A la salida de la casa gremial de los animales docentes, se fueron a un lugar cercano, donde podían ver el partido de dos de los equipos locales de fútbol, ya que Tito era fanático de uno de ellos. Lamentablemente no pudieron permanecer mucho en el lugar, ya que cuando iban por la primera cerveza Tito comenzó a discutir con uno de los parroquianos del lugar que al parecer era fanático del otro equipo. Intercambiaron algunos insultos y estaban a punto de atacarse mutuamente cuando Tito y su cómplice se dieron cuenta que al aparecer otro animal, un lobo, había llegado con su manada y no 1 Sí, en este bosque hay liebres cornudas. Animal más que interesante, que a pesar de comer muchas zanahorias es sumamente corto de vista y muy irascible. Carga a gran velocidad con sus cuernos a la menos provocación 2 La “Birroterapia”: Es una forma de terapia altamente curativa y catártica. Consiste en juntarse con una o más personas de confianza, en lo posible un día de la semana para mayor efectividad. Y durante ese tiempo compartir una o más cervezas y lo más importante, poder dialogar sobre temas que agobian la vida diaria de las personas, como trabajo, amor, estudio familia o similar. La utilización de cerveza u otras bebidas espirituosas, hace que las respuestas y lo que se cuenta sea más sincero y baje la barrera inhibitoria. Se recomienda una frecuencia semanal de una a dos sesiones. Es muy importante realizar esto con gente de confianza, ya que la terapia en sí no garantiza que se vaya a guardar el secreto de lo que se cuenta. Si bien no reemplaza la terapia tradicional, es más divertida, cuesta menos, todo lo que se gasta lo consumís y lo disfrutas. 3 Las monedas corrientes de este bosque son las bellotas, que por ser realmente escasas tenían mucho valor, aún para los animales que no las comían, de hecho ningún animal sería tan estúpido como para comer una de ellas, que puede comprar mucho más alimento con una bellota que la energía que se recibe comiendo una. Las bellotas crecían en unos árboles que sólo se encontraban en la parte “oficial” del bosque, la cual era controlada por las autoridades fiscales del mismo. 4Muchos de los animales docentes no iban a las marchas, se conformaban con que los demás animales lucharan por los derechos de todos. Uno de éstos era Tito.

estaban enfrentando a uno si no a seis animales agresivos. El colega de Tito, Orangután Sabio, tomó la botella de cerveza y lenta 5 pero silenciosamente se dirigió hacia la salida del local. dejando a Tito que en su fervor futbolístico estaba dispuesto a enfrentarse a la manada entera de los hinchas del equipo contrario. Tito; era “Tito el mapache” no, “Tito el tonto” y al darse cuenta que estaba en inferioridad de condiciones comenzó a retroceder hacia la salida del bar. La manada comenzó a cerrar un círculo alrededor de él, cuando el orangután en uno de esos raros momentos de valor y actividad lanzó la botella hacia adentro. En ese momento, Tito miró hacia atrás y se preparó. Este orangután era muy sabio pero no muy valiente, pero al parecer su intervención fue más que acertada ya que el ruido producido por la botella al romperse contra el suelo, fue suficiente para que Tito, que ya estaba en sobre aviso de lo que iba a pasar se retirara rápidamente del local, con esa velocidad que caracteriza a todos los animales pequeños cuando corren pos su vida ante un grupo de depredadores mayores6 Salió corriendo a toda velocidad y dobló a la derecha en dirección a una de las principales avenidas del bosque , pasando como una exhalación por al lado del orangután sin dar siquiera una mirada atrás. Mientras, el pobre orangután miraba consternado como se acercaban todos los lobos furiosos. Afortunadamente, también pasaron a su lado persiguiendo a Tito, que al parecer generaba una animadversión espontánea en algunos animales que indefectiblemente terminaban intentando comerlo. Incluso los herbívoros desarrollaban súbitamente el deseo de probar carne de mapache al menos una vez. no parece una mal idea comer mapache, que casi casi es como un vegetal, en especial “un” mapache específico que suele salir de la cama de esposas ajenas. De más está decir que la industria ganadera notó un pico de consumo de la carne de mapache. Mientras todos corrían a altas velocidades el orangután se encaminó también para el lado de la avenida, pero, por precaución lo hizo por la vereda contraria y por la parte más oscura. Con el tiempo, a medida que avanzaba pudo ver volver a los lobos que al parecer habían perdido a Tito cuando esté se escondió detrás de unos tachos de basura (los mapaches son excelentes escondiéndose en tachos de basura).7 Encontró a su cómplice esperando uno de los colectivos que pasaban por esa particular avenida del bosque. Al llegar junto a él, descubrió que Tito se encontraba dialogando con uno de los animales más curiosos del bosque, que al parecer moraba por la zona en la que se encontraban, y que era parte de la raza de los cambia-formas,8 comprendiendo el peligro en el que se encontraba su 5En contra de la creencia popular, los orangutanes sólo son animales activos durante la niñez .A medida que crecen se vuelven más perezosos y lentos por lo que se mueven cada vez menos para ahorrar energía, eso les deja mas tiempo par meditar y reflexionar en las cosas de la vida, es hace que a medida que los orangutanes crecen se vuelvan mas sabios, al menos eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos, ya que vida vertiginosa y moderna del bosque actual hace que se muevan mas y piensen menos, además todas las costumbre modernas y la superficialidad hace que pierdan ese enfoque. De todas formas el peor flagelo de los orangutanes es, que se queden fijados en temas obsoletos de reflexión, cosa que suele ocurrir, lo cual deja el bosque con especialistas en tapas de gaseosa, o lo que es peor enólogos. Nada peor que un orangután enólogo, criaturas aburridas y engreídas que sientes aromas y gustos en el vino que no están ahí. Sean sinceros, ¿quien alguna vez sintió aromas frutales amaderados o a miel en un vino?, o ciruelas por dios como puede ser que una bebida hecha en base a uvas tenga aroma o gusto a ciruela. 6especialmente cuando estos animales pequeños suelen ser encontrados en cama con esposas ajenas 7 como ya quedó establecido con anterioridad en todo tipo de rincones de dormitorios ajenos 8en el caso particular de esta sub especie esta curiosa criatura aparecía como de la misma raza que la persona con la que se encontraba hablando pero el sexo opuesto, lo cual llevaba a todo tipo de situaciones incómodas mas tarde cuando el animal en cuestión descubría que se encontraba con una

compañero, se acercó despacio, e intentó darle un codazo de advertencia, que si bien tuvo el resultado esperado, que era, alertarlo de la situación en la que se encontraba no fue de la forma pensada. El problema es que los orangutanes aunque lentos tiene la fuerza de diez hombres adultos de esos que suelen cuidar las puertas de locales bailables en nuestra realidad. Por lo tanto el pobre Tito quedó incrustado en la corteza del árbol más cercano. De todas formas eso fue suficiente, ya que en eso momento vio el orangután que se acercaba un transporte público así que con suma gentileza, tomó a Tito de la piel de la nuca y lo subió al transporte dejando afuera al cambia-formas. El problema era que se habían subido al primer transporte que había pasado y el pobre orangután no tenía idea de hacia donde iba, pero esto no iba a impedir que nuestro héroe, Tito por supuesto, pasara un mal momento, así que decididamente se dirigió al conductor y se informó sobre el recorrido del vehículo. Luego de esto decidió que iban a probar suerte en los campos de flores, una zona comercial del bosque que se caracterizaba por tener muchos bares y una par de prostíbulos y cabarés bien escondidos, pero de excelente calidad. Se acomodaron en uno de estos bares, un antro llamado “lo de Juan”. Debido a que era día de semana, el lugar se encontraba casi vacío, y si bien no era lo que Tito tenía pensado, se iban a tener que arreglar con lo que había disponible. Así pidieron la primera jarra de cerveza. El orangután como era muy sabio había parado por el camino para cenar unas empanadas porque era consciente de que tomar con el estómago vacío era una mala idea, como lo comprobaremos más adelante. Sin embargo, Tito, valiente y seguro de sí mismo como era no consideró que fuese necesario hacerlo, y así a terminar la primera jarra comenzaron con la segunda, de una cerveza oscura y espesa. En ese momento, una ardilla ingresó al local con paso sensual, llamando la atención de todos los parroquianos. La mirada de Tito, que estaba sentado de frente a la la puerta se iluminó y su boca se abrió ligeramente dejando entrever uno de sus afilados colmillos, mientras se sonreía y tomaba otro trago. Enderezó la espalda, mientras el orangután lo miraba, y se puso de pie. - voy al baño- dijo, mientras se dirigía exactamente al lado contrario de donde se encontraba le baño del lugar. Ese fue el momento en que el orangután se dio cuenta que algo iba mal, al menos para él. Giró la cabeza y pudo ver como Tito se aproximaba a su siguiente presa. Esto le molestaba bastante, ya que pasar un buen momento entre amigos con Tito era bastante complicado, ya que continuamente terminaba sentado solo en algún lugar mientras Tito iba persiguiendo a alguna hembra del bosque. Cabe aclarar que el orangután tenía en su rama a la orangutana esperándolo y que llevaban años de matrimonio feliz. Resignado, el primate (los orangutanes no son monos) se sirvió otro vaso y tomó con su grande y peluda mano un gran puñado de pochoclo salado que se llevó a la boca. Así pasaron unos veinte minutos hasta que Tito regresó para buscar algo en su bolsa. Estiró la mano revolvió un poco y sacó dos títeres, sí, títeres. Nunca sabremos por qué llevaba títeres en su bolsa.Quizás es porque los mapaches como las urracas tienen la tendencia a acumular todo tipo de cosas inútiles, y se volvió a ir. El orangután nunca supo que fue exactamente lo que hizo con los títeres pero al rato, Tito lo vino a buscar y lo invitó a la otra mesa, con la jarra de cerveza obviamente. Según pudo averiguar el primate, esta ardilla también era del gremio docente, era profesora de arte en una escuela cercana. Como todas las ardillas era muy simpática y se dedicó a charlar animadamente con ambos animales. Al poco tiempo, comenzó a acercársele y colgársele del cuello mientras con el hocico criatura mucho mas grande de lo que se esperaba y de su mismo sexo

buscaba el hocico de la ardilla que con mucha habilidad se desprendía del abrazo de Tito. En ese momento, Tito se retiró al baño y la ardilla aprovechó para hacerle saber el pobre orangután que estaba cansada de los avances de Tito y le pidió que por favor hiciese algo al respecto. Al volver el Tito se sentó nuevamente al lado de la ardilla y de esa forma no le fue posible al orangután decirle nada, así que este último se dedicó a beber hasta que fue él el que se retiró al cuarto de baño. Para su sorpresa, al volver encontró a Tito y a la ardilla entrelazados en un ardiente abrazo. Cuando el orangután comprobó que no tenía forma de llamar la atención de los animales que intercambiaban saliva, se retiró a su rama con su orangutana. Y durmió toda la noche hasta que a la mañana siguiente alrededor de las ocho sonó el teléfono. Hay que aclarar que hay pocas cosas tan peligrosas como despertar temprano a una orangutana que puede dormir hasta tarde ya que eso puede provocar un ataque de furia incontrolable que sobrepasa incluso la quietud que caracteriza toda la raza, a partir de la adolescencia. El largo y peludo brazo de la orangutana se estiró y con los ojos cerrados tomó el teléfono. -ya te paso- se la escuchó decir con voz crispada y le tendió el teléfono a su compañero. En el teléfono escuchó éste, una voz de ultratumba -¿sabés dónde está Tito?-. Tardó un tiempo en despabilarse lo suficiente como para darse cuenta, que la que le hablaba era Lara la esposa de Tito, que lo buscaba desesperada debido a que no había vuelto a casa. El orangután, que además de sabio era un excelente amigo, (al menos para Tito) le explicó que cuando él se había ido, Tito estaba solo y no tenía la menor idea de que podría haber pasado. Durante las siguientes cuatro horas, continuó sonando el teléfono, siempre era un miembro diferente de la familia de Tito preguntando lo mismo. Y siempre leal el orangután respondía que no tenía ni idea. Alrededor de la una de la tarde una última llamada. Esta vez nuevamente era Lara, que solo dijo dos palabras: -está vivo-. Y luego cortó. El orangután dejó pasar un par de días antes de comunicarse con Tito y ver que había pasado. Cuando hablaron Tito le explicó lo ocurrido: Al irse el primate se quedaron el mapache y la ardilla intercambiando saliva por un rato más y la ardilla luego le propuso ir a jugar al pool a un lugar cercano. Ya en el lugar, compró más cerveza y fernet. Hay que recordar que Tito no había cenado. Así, dos litros y medio de cerveza y un fernet después, salieron juntos rumbo a la casa de la ardilla que se encontraba en un árbol cercano. Por el camino, la ardilla siempre generosa , compró medidas anticonceptivas para la fiesta que se avecinaba. Tito estaba feliz y satisfecho de sí mismo. A continuación, subieron y se pusieron cómodos. Volaban las prendas de ropa y Tito fue arrojado de espaldas en la cama. Luego de un gran salto, la ardilla se puso a horcajadas encima de Tito, que volaba de felicidad. Luego comenzó una serie de movimientos circulares de cadera, siempre encima de él, se inclinó un poco hacia adelante, puso las manos sobre el pecho del mapache y las llevó hasta su estómago, cuando notó un cambio en la cara de Tito. Al parecer tanto movimiento no se combina bien con mucha bebida. Tito rodó sobre sí mismo haciendo caer a la ardilla y se tiró al suelo, mientras expulsaba una mezcla de bilis cerveza y fernet, que por la suma de colores de las tres bebidas era de un color verde musgo. Así, pintó de verde el piso de madera, las paredes y todo un camino hasta el baño, donde de rodillas abrazó el inodoro, como venerando un antiguo ídolo de porcelana. Luego todo se fue poniendo negro y antes de caer dormido pudo ver a la ardilla, con unos grandes guantes naranjas limpiando el piso. Cuando abrió los ojos y vio el reloj, sus náuseas se mezclaron con un escalofrío que le recorrió la espalda. Era aproximadamente la una de la tarde.

Mil y un veces se reprochó a si mismo no haber llevado el celular, y una furia, irracional comenzó a crecer en su interior. Era la famosa rabia mapache de la que la pobre ardilla fue inocente víctima y que al verlo despertarse, le ofrecía un café. -No quiero quiero ningún café- gritó mientras se vestía. Luchaba con las zapatillas y al sentir que la bilis comenzaba a agitarse en su interior, siguió gritando. -La puerta, la puerta- una y otra vez hasta que la ardilla comprendió que quería que le abriera la puerta. Cuando por fin lo hizo Tito pasó corriendo como una exhalación a su lado y bajó a los tumbos las escalera. Haciendo un par de paradas para pintar de verde también diversas parte de dicha escalera. Al llegar abajo en un kiosko cercano encontró un teléfono, puso unas monedas y llamó a Lara todavía preguntándose qué iba a decir. Luego se tiró en la esquina a dormir un poco más, hasta aproximadamente las tres de la tarde, hora en la que retornó a su hogar para encontrarlo obviamente sin la presencia de Lara. No supo el orangután hasta días después de que se trató esa conversación, según se le explicó Tito, cuando la mentira mas lógica sería decir que había terminado en un hospital, dijo que había tomado de mas y se había encontrado con un amigo ( que no estaba en su agenda, ya que Lara llamó a todos los números de dicha agenda), y había pasado la noche con el en su casa. Y si bien Lara no le creyó, contra todos los pronósticos, a los pocos días volvieron a vivir juntos y felices hasta la siguiente aventura de Tito el mapache promiscuo.

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