Tiro Pasquin Mayo09

Cada cierto tiempo, nuestras esferas públicas se politizan por la realización de ciertos objetivos, cargando una bandera de turno. El problema no consiste en hacer notar esos problemas, sino en la lógica que subyace a estas expresiones de nuestro sistema. Nuestro ministro de Hacienda, el que apunta sin asco a cación de un modelo proveniente del mercado laboral danés. Éste se basa en 3 pilares: el primero, tratar y despedir asociados; segundo, políticas de reinserción laboral para los desempleados; y tercero, protección social para los desempleados. Más allá de lo costoso del modelo, cosa que no es un problema para las arcas del Estado, existe un sustrato socioeconómico que hace imposible la aplicación a la realidad laboral. Hablamos de condiciones históricas y a la muestra dos botones. Chile compite cada año por ser el exportador mundial de salmón con Noruega, claro que el salario de un trabajador del país nórdico en este rubro supera en

Juan Diego Gómez (Letras)

ocho veces a su par chileno. Por otra parte, en Dinamarca la tasa de sindicalización alcanza el 77% y en Chile no supera el 15.

datos? Aisladamente, muy poco. Pero si cobran sentido a la hora de enlazarlos con los otros “pilares” de la sociedad. Chile se caracteriza porque no existe otro lugar del mundo (quizás en Burkina Faso y Mozambique) en que el Estado no tenga nada que ver en la educación. Aquí se experimentó con millones de personas a costo 0. Basta con ver los ingresos a las universidades para notar que un modelo subsidiario no produce educación de calidad, ni igualiestilo chilensis. En suma, la bandera política no contiene en si misma la fórmula que nos saque del pozo. Pero sí la contiene la suma de las situaciones, comprendiendo y articulando trabajo político a nivel de base. Sólo con la sumatoria social, la lucha política posee contenido. La presión, no la hace la reforma, enemiga eterna de la revolución.