THE PEOPLE NEXT DOOR Henry Adam
MARIA se vuelve a poner a llorar. NIGEL. María… No llores, tía. Yo sólo te digo que toda esta mierda no tendría que pasar. Pero deja de culparte. Si tu madre no es como Dios manda no es culpa tuya. Tú eres la tía más güay que conozco. Siempre te estás riendo, da igual que estés hecha polvo… o que estés pasando… yo qué sé. Eres de puta madre. (Pausa.) Eres lista, vas al instituto. Te lo digo, un día pillarás un trabajo que te cagas y ya verás como apareces otra vez por aquí presumiendo. ¿Te gusta conducir, verdad?... (María mueve la cabeza afirmativamente.) Tendrás un Golf GTI negro, y descapotable… ¿Te mola o qué?... Serás como la Beyoncé. Y te pasarás por tu calle saludando. Les demostrarás que se puede conseguir lo que uno quiera… sin tener que ir haciendo el subnormal por ahí. Y tú lo harás. Porque eres lista, tía, y eres buena, y si esta puta no lo ve, no importa que sea tu madre, la tienes que alejar de tu vida. ¿Vale?... Toma, suénate. (Le pasa un pañuelo y María se moca).
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THE PEOPLE NEXT DOOR Henry Adam
PHIL: ¿Le conoce? MAC. Claro que lo conozco. Esta no es de esas escaleras donde la gente no sabe quién vive en la puerta de al lado, si es lo que estaba usted pensando. Aquí conocemos a nuestros vecinos. Imagínese vivir en un bloque como éste y no saber qué pasa al otro lado de la pared. Podría pasar cualquier cosa. Antes era lo normal. Te preocupabas por los demás. Los vecinos eran tus amigos. Hoy en día haces un gesto con la cabeza para saludar a alguien… y joder, te miran como si estuvieras loco. Todo el mundo tiene tanto miedo, ahora. ¿Y de qué tienen miedo? ¿De que les preguntes algo en el ascensor? ¿No estamos hablando de los nazis, verdad? PHIL. No lo sé, pero el mundo da miedo. MAC. ¿Miedo?... ¡Parece usted una vieja!... “Yo ya no salgo nunca. Es muy peligroso.”. “Si saliéseis de vez en cuando, no tendríais tanto miedo”, les digo. Pero no me escuchan. Se van a casa, cierran con pestillo, se sientan y esperan a algún maníaco que no llega nunca. Como si estuvieran en la cárcel. Y esa es la gente que luchó en la guerra, ¿sabe? Y si no lo hicieron, seguro que escuchaban caer las bombas noche tras noche. Aquello sí que daba miedo. PHIL. Sí, supongo que sí.
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