Tepis Company

  • April 2020
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  • Words: 12,692
  • Pages: 52
TEPIS COMPANY EDITORIAL EDAMEX SEGUNDA EDICION, 1988 A ti Yuri, a ustedes, Bernardo y Dan, porque los quiero. Ojo ojo ojo nietos ojojojojo A la Lagunilla, a Tepito, barrios en donde nací, a los que debo tantos recuerdos, lágrimas y sonrisas. A este temor que hace temblar mis manos al escribir esta dedicatoria. A quienes me juzguen A quienes me han aceptado Malke Tartakovski Malke, 1988

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LIC. ALONSO SORDO NORIEGA TEODORO VILLEGAS BARRERA Busqué en varios diccionarios el significado de la palabra “gracias”, ninguno me satisfizo. Las gracias que yo quería fueran impresas en mi libro, sólo las encontré dentro de mi alma,. y salieron incrustadas con lá- grimas y alegría. Entonces leí “Salmos y Proverbios”, dejé, como siempre, que mi pluma me guiara, y cuando me di cuenta, en el papel en- contré estas palabras: ¡QUE DIOS LOS BENDIGA!

MALKE TARTAKOVSKI Mi gratitud a : LIC. EDUARDO LUIS FEHER MIGUEL HERNÁNDEZ LLAGUNO 1988 GRACIAS: A MI MAESTRO ALEJANDRO CÉSSAR RENDÓN A PACO PACHECO PACHECO 2002

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“. . . Ponte a pensar que el dinero es bastante traicionero y se acaba en dos por tres, y al que dinero le sobre es fácil quedarse pobre en un resbalón de pies . . . “ “EL AMOR Y EL INTERÉS” MARGARITO LEDESMA Poeta popular

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PRÓLOGO Cuando se tienen bienes materiales, riquezas, recursos, cuan- tía de dinero, la gente se siente confiada; tiene la sensación de seguridad. Pero, lo mismo ocurre en lo que es referente a las relaciones humanas, con todo su colosal significado de amistad, de afectos, de “querencias”, como el pueblo llama a esos lazos limpios, siempre fuertes que se despliegan entre los hombres al calor de la cordialidad y de la buena voluntad. Por ello me es grato y honroso tener amigos como la escrito- ra Malke Tartakovski, su esposo Yuri y sus estimables hijos. Hay en ella, en esa mujer amante de su hogar, celosa guar- dían de un hermoso microcosmos integrado por su familia, calor humano y una declarada alegría de vivir, de vivir gregariamente, de transcurrir la vida conciliándose con sus semejantes, alabando -hasta ahí llega- en ellos, lo que otros señalan como defectos. Hay en Malke, en sus letras coloridas, emoción por retratar esas pequeñas cosas que juntas, arman el invisible, pero inde- leble hilo de la vida de muchos miles de mexicanos que habitan en los viejos barrios citadinos. Yo entiendo perfectamente a Malke, la entiendo en su que- hacer literario, que se antoja fotográfico de la palabra, de cap- turar muchos instantes vívidos de la gente del pueblo; esos barrios de Tepito y La Lagunilla, los he recorrido mil veces, des- de niño, acompañando a mis familiares, en busca de la maceta de barro, o de la mesita de pino para la cocina, o de las alacenas de hojadelata, porque ahí salían más baratas. Más tarde mi afición por esos barrios se acrecentó y tomó forma mediante el florecimiento de una perenne búsqueda de libros y documentos viejos, que he comprado en cantidades muy regulares a los vendedores callejeros vía el consabido rega- teo en plena acera. Ahí, en La Lagunilla, comprando discos viejos - como quien compra tortillas- pude llegar a poseer históricas grabaciones de Lázaro Cárdenas y discursos de mi padrino el general Manuel Ávila Camacho, presentados por la voz de mi señor padre. Malke Tartakovski con esta obra, producto de su afán amo- roso por esplender la vida lagunitepitera, nos dice -empleando las voces acuñadas en los puestos de fritangas, en los mercados, en el gimnasio, en las callesde las aspiraciones de la gente de esos barrios; de sus sueños, entremezclados en sus charlas píca- ras y altisonantes, es sus manifestaciones rudas, blandas, siem- pre plenas de brillante tonalidad. Recuerdo páginas de obras de escritores de Europa, sobre todo de tiempos ya idos, en las que se habla de las ocurrencias de los mercados parisinos, con todo el acento de los matance- ros, de las verduleras, de los cargadores. En ello, hay recalcitrante, sentido popular. Escribir es tratar de llevar a los demás del presente, lo que uno siente, de como uno ve la vida y de llevar, también , a los hombres del mañana las insidencias de nuestros tiempos para que los que vendrán, dispongan de referencias, de

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datos, de ex- periencias. Escribir es, pues, lanzar mensajes al futuro. Que bonita manera de Malke Tartakovski de hablarle a sus sucesores, retratando la vida de los humildes, fijándose en las existencias, que si no fuera por obras como ésta, serían del todo mudas; nunca sordas. Felicito a Malke por su originalidad. Muchos se ocupan de las vidas palaciegas; pocos de las vidas de los barrios, con la semblanza de sus rugires, de sus vaivenes, de su humor. Después de todo la fuerza, la verdadera fuerza en la que siempre he creído y la que me nutre desde siempre, está y debe ser buscada por quien fortalecerse quiere, en el llano, no en la altiva cresta, donde, dicen, hay poco oxígeno y espacio. LIC. ALONSO SORDO NORIEGA

1980

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MALKE, LA PROTECTORA Pocas personas como Malke Tartakovski para captar, con

toda su intensidad ese laboratorio profundamente humano que incluye a Tepito y La Lagunilla. Se requiere de una sensibilidad muy especial para adentrarse

en el alma recóndita del barrio, en su lenguaje diferente y sugerente, en sus hechos y sucedidos. Nuestra escritora lo realiza mojando la pluma de su inteligencia en el tintero del corazón; y lo logra. De los humildes se escribe mucho y se hace poco; sin embar-

go, libros como el presente orillan al lector a adentrarse por un momento, en forma vívida y colorida en ese llamado submundo, para entenderlo mejor, y por qué no, quizás servirlo mejor. Doble labor pues, la de la Señora Tartakovski; a través de sus

escritos conocemos un universo de calor y carencias y, al mismo tiempo nos concientiza un problema social inherente a cualquier urbe en este atribulado planeta. Qué bueno que Tepito y La Lagunilla tienen su vocero esté-

tico, su madrina literaria, su hada de dimes, dichos y diretes. Si Malke aún no tiene una calle que perpetúa su nombre, al

menos tiene –y con toda razón- grabada en el alma tepitolagunillense, la expresión de agradecimiento de sus habitantes. Yo, por mi parte, desde aquí, la entronizo como “Protecto-

ra Inmaculada del Quehacer Verbal de Ambos Barrios” ¿por qué no? EDUARDO LUIS FEHER PRESIDENTE DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LITERATURA DEL INSTITUTO MEXICANO DE CULTURA

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MONÓLOGOS

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PROCEDENCIA DEL CALÓ

El caló es un verso que viene saliendo de la Candelaria, a mí como que me liga, pero como que no le parece a la gente, como que me debo detener para hablar así, y ellos como que piensan que uno se desplaya gachamente, y como que dicen: “¡Ah!, mira que vucabulario, ¿pos’ que no tienes verbo? ¿que’res produ’to de qué o qué?. . . Y como que me dicen: “No ‘ay cuete, mano; prueba’blar mejor, ¿qué no tienes provisto tener mayores y mejores conocimientos, grauduarte de primaria, de a pérdiz? -oMISERIA

Desde que me metí en la constru’ción, últimamente’n la’tualida, como que mis maistros ca’tan que hasta ‘stoy sobresaliendo de la sutuación. Al momento llevamos como cuatro edeficios, el último ‘stá del Mercado de Mixcalco pa’ca de’ste lado, cercas cercas, y mire que cuando me llegan a pedir chamba, no hago de menos a naiden. No, después de lo que padecí, que no sabía ni ‘onde mincontraba. . . Pasé un año de sufrimiento y dos pa’ol- vidar, así de duras la pasé interiormente en la dece’sión de la tristeza cuando se jue mi viejo. Como que me daban ganas de avientarme del Metro. ¡Sabe lo que’s la miseria? Dicen que la gente pobre somos muy cochinos, pero es mentira, ¿con qué agua se baña uno? si ni’ay. Claro que si yo tuviera palancas en el “INFONAVI”, sería suave’l percance de que o’tenga una cosa común y corriente con baño, aunqu’hiciera el esfuerzo de aprietarme las tripas pa’ irla pagando, pero no, uno de pobre ‘stá bien jodido, ya ve, hasta tiene uno más chamacos, ¿con qué lana le compro a mi vieja las causulas pa’ cuidarse? Pero primeramente Diosito y mi juventú, como dice mi Jefa, saldremos adelante. -o8

RENCOR

Me dejaban el recado de que venga ‘intro ‘e quince días, y así me traiban a güelta y güelta. Hasta que por fin. Y que me decían: “¿Tú eres el fulano de tal?” Y me daban trabajo de pión, nomás mi alcanzaba pa’ los pasajes, ni a novia llegaba, pos’ no podía ni’nvitarla‘un helado, nomás era cosa de charlas, como pa’riacer la plática, com’una diversión, digamos la ne’cida’ de platicar con alguien. Y en un principio como parte, esas cosas se vienen grabando en la mente. Eso del rencor, de primero, en un principio, se vuelve vomo un prosodimiento, por eso siento feo por dentro, porque cuando si les antojaba, me corrían sin’inguna inumnización, porque al prin- cipio como que le tienen disconfianza a uno, y güelta de nuevo sin un quinto ni nada. Por lo’riginal así me las pasé harto de tiempo ruede de un lado pa’l otro, hasta que por fin, ya tengo años acetado en esta chamba. Ora ya no es como antes, hoy no se hace como interiormente, ora el que quiere chamba incuentra. Por eso cuando veo ju- ventú pidiendo limosna, me da coraje y como que me vuelve’l rencor, y cuando ‘stoy de humor, me pongo ‘ablar con ellos pa’ que apriendan de lo que a mí me pasó, pero me vuelve’l rencor porque algunos no catan mi’dea. -oEL MAISTRO

Orale, trabajen bueyes, que no ven que’l inge ya’stá por llegar y les faltan dos andamios por subir. ¿Dónde ‘stán los sacos de cemento que llegaron ayer? ¡Qué!, ¿Qué? ¿A qué obra los llevaron? ¿Pos’ quién los llevó? Orale Pitijas, pásate la mitá como quedamos, ¿no? Y si llega el inge, me le dicen que se acabó el cemento ayer. ¡carajo! Tiene uno que’star bien abusado, parece que se trabaja entre ladrones.. . Buenos días inge. ¡Sí! Ya ‘stamos listos pa’l colado. Pero, ¿porque ‘stá enojado mi’nge? Pos’ ¡sí! usté me dijo que de la varilla de una pulgada, pero se m’izo muy pesada y preferí de la de a 5/16, pa’reducir el pe- so al edificio. No se me’noje minge, ¿no ve que al rato festeja- mos el día 9

de la Santa Cruz, y luego nos hacemos compadres mi’nge? A propo, le quiero, pedir un favorcito: ¿No nos apoqui- na con otro verdecito pa’ otra ronda de pulque? Y si nos da un ojo de tigre, a lo mejor subimos de catego, y nos echamos la ronda de cheves, ¿no? ¡Salú! mi’nge. Orale chavos, un brindis por l’obra, y asté perdone mi’nge cuando lo llamo a las 4 de la mañana pa’ decir- le que se’stán sacando el cemento de l’obra, usté sabe que su maistro vela por sus intereses. ¡Salú! De mi segundo libro “Sed por Ser”. - o– EN RIALIDA’

Es que mire mi Pepe, en rialida’ no tengo, por eso se la vendo. Bueno, si no tiene pa’ comprármela, se la empeño. Yo se la compré a mis chavos pa’ reyes y ya l’usaron, ‘ora ne’cito empeñarla pa’l santo de mi vieja, por eso es que’n rialida’ ne’cesito la lana. ¿Qué dice don Pepe?. . . -oEL ORGULLO

Digamos, de niñez me vi obligado en la ne’cida’ de trabajar pa’sostener a mi madre y mis hermanos, en ese sentido tuve que trabajar por la ne’cida’ de tener trabajo. Tengo parientes que siempre han tenido la profeisión de recibirse de médicos, y nunca nos echaron una manita, tal vez puede ser. . . como le diré. . . el orgullo del mexicano. . . El orgullo del mexicano es por ejemplo esto, que . . . o sea, no lo piensa del vivir en un principio por uno mismo del prime- ro en un principio, sino que es como parte que va tomando uno de sus antepasados, o sea de sus padres. El orgullo de los padres se le viene grabando en la mente a los hijos, o sea, como le diré, digamos, el proglema de su vida de mi papá, supongamos ¿no?, digamos, él desde chico trabajó demasiado pa’que no les faltara nada’sus hermanos de’l, ni a nadien de 10

su familia, ni estudió ni nada, por lo’riginal, tons’ por lo cual sus hermanos tuvieron carrera, entons, pus’ mi padre nunca tuvo nada de’llos, y tal vez cuando el’stuvo ne’citado, y que les pidió, lo abandonaron, entons’ es el rencor que nos viene quedando a nosotros como hijos de’llos, decir, si mi padre les pidió y si a él que’s su hermano se lo negaron, entons’ yo creo que a mí, me van a decir lo mismo o una cosa negativa, o sea me lo negarían. . . ¿Me’intendió? -oEL MAL MARIDO

Manito creo que metí las de andar, como que me’stoy arrepintiendo, no’stoy nada contenta, en cuatro meses que llevamos de casados, me trai el gasto cada semana y hasta me compró la sala, disque pa’ que vívamos completos. Nunca llega tomado, y no le sé que tenga alguna querida, me saca’pasiar todos los domingos, y no me dice no a nada. O una de sus dos manito, o mi marido es un joto, o no me quiere. -oCANDIL DE LA CALLE

¡Ay! anda regalando naranjas, como no se pone a regalar a su abuela. Puro “tengo ganas”. . . Me paro a las tres de la mañana a dejar medio listo, pa’luego irme jalando el carro pa’llegar a la esquina a las siete, pa’ que no nos la ganen, ya cuando llego ‘stoy rendida, y a veces del cansancio hasta se me olvida como me llamo, y nomás me que- jo, y l’único que sabe decir es: “pos’ si no te gusta vete pa’ tu pueblo”, como si juera tan fácil con tanto chamaco, ni pa’ los pasajes, ne’citaríamos irnos a pie. Le aguanto todo, pero ¡carajo!, eso de que ande de candil de la calle regalando nuestro sustento por quedar bien con los amigos. Por más que rezo y me confieso, no veo la salida, por eso espero que mis hijos crezcan pa’mandarlo al carajo. 11

A Laurita la tengo que dejar encerrada mientras nos vamos a trabajar, porque un día por poco y me la’tropella un “delfín”, así que preferimos dejarla con candado, imagínese con que apu- ración salgo, pero es que’ste cabrón me dijo: “o una de dos, o vienes a cuidar niña, o a trabajar”, y me ‘chó unos ojotes que dije: “este jijo me va’dar con la tranca otra vez”, y la última, tres días no me pude mover, y duele bien harto. . . No, si nosotras de mujeres sufremos mucho.*Muchas veces hasta pienso: “Como no me recoge Diosito ya pa’descansar”, pero luego me digo: “Si conmigo les va a mis hi- jos como les va, ¿qué va’ser de’llos sin mí? Éste se consigue otra, y a estos pobres me los mata’golpes y de’ambre. . . ¡Candil de la calle!. . . -oLA ESQUILECIA

Le dan ataques de’squilecia, bueno, eso me dijo mi compadre, pero como que me cuesta trabajo cre’rle. Chupa de día y de noche, como vo’a cre’r que ‘sté esquiléctico. Nomás cuando le pido gasto ay es ‘onde, como que se tira y se revuelca, se tuerce todititito, le doy su té de tila y se mejora. Si le digo, nomás vive uno de puro susto, lo que me late’s que’l doitor y él están en el mismo plan, porque ahoy que llegué más temprano, que me los encuentro en el chupe, y cuando los agarré’n la movida, el doitor como que tam’ién se retorció. Pa’ pronto que llamo a mi comadre, y que me dice que lo mismito que le pasa’mi viejo le pasa’l suyo, y total, en lo que se alivian, pos’ tenemos que salir a trabajar las dos. -o-

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EN BOCA DE TODOS

¡Sí!, jue mala pata, tenía yo como tres meses; bueno, eso creo, porque mi acuerdo que la última vez que me bajó jue a media’os de o’tubre, pero se me malogró. Tuve mala pata. Ni modos, hay que tener resi’nación, lo malo es que con este ya van cuatro que se me malogran, con lo que me gustan los escuincles y el aprecio que les tengo. Pero ya ve como es la gente, todo porque como no tengo marido de a fijo. . . Pero así’s la vida , ya sabe que a la gente le gusta el chisme, y por las habladurías sufremos justos por pecadores. -oLOS JEANS

Pos’ como te decía, que me planto los pantalones esos, y que me va a todo tren. . . Porqu’iba con la tonadita, y entons’s. que me’staba esperando, porqu’iba con la tonadita, y que me dispara unos tacos de buche, nana y cachete, porqu’iba con la tonadita, y que me da un beso de trompita, porqu’iba con la tonadita, y que me la lle- vo al hotel, porq’iba con la tonadita. . . ¿Te canto la tonadita? “ESO QUE TU QUIERES. . . LO PUEDES LOGRAR. . . “ -o‘STA DURO GÜERITA

Anda la camioneta y no lo dejan’uno. ‘Stá duro, y ‘onde que ya tengo mi buen nombre acá. Fíjese que a las tres Marías las dejaron sin su mayoreo, les quitaron toditittito, l’único que les dejaron fue la caja de “bubble yom” con que me hacían la competencia, y hasta madrearon a los escuincles, son unos cabulitas los de la camioneta. ‘Stá duro güerita, stá duro. No, si le digo que desde ayer me ha ido como en feria, con eso de la liberación femenina, mi vieja ‘stá que ya ni yo la’guanto. 13

Llego y hasta me pregunta que por qué tan tarde, ‘ora se siente Viviana y ‘stá muy digna, se pintó el pelo como la’rtista y quiere hablar como ella, pero no le sale, y luego mete las de an- dar y habla como Yara, total que mi casa es un desmadre. Le doy 200 chuchos al día, y que no le alcanza, luego hasta me callo seño’, porque mis hijos llegan y le dan a ella lo que ganan, ya ni puedo abrir la boca porque hasta la defienden. ¿Usté cre’?, ayer tuve que recoger a mi’jo a las cuatro de la mañana, porque hast’sa hora salió de trabajar, llegamos a la ca- sa a las cinco, cuando ya m’iba’costar, ella que se para, y con la planchada ni me dejó dormir. No, pos’ así ni se puede. . . Y ‘ora no me puedo ni quejar, porque con tanta tele y comedias, me saca cada palabrota que ni le’ntiendo, y todo quie- re. . . que si conozca México, que madres y carajos. Con tanta cultura de la tele, hasta se va quedando uno atrás, stá’ duro güerita, stá duro. . . -oACETO

Y me dijo ¡Sí, aceto!, es una chulada, muy cariñosa, y en la’tualida’ hasta me visto más mejor. Lo que me apena es que ande pague y pague cuando l’invito al cine. Sabe ser mujer como las que me gustan, pero no me vo’a casar con ella, hasta al me- nos que yo tenga un capital, porque si no, se me puede descom- poner el noviazgo. -oME VALE

Simondón, ‘orita le vo’a comprar cosas agradables que le agra- dan, porque me dijo “suave”, porque cuando le dije que háblemos, ace’tó, por eso me la vo’a llevar, porque ‘stá como pa’ Miguelito, tiene unas tolvotas. . . que ay jijo, como que creo que me van a fallar los frenos. . . Se parece a la Briskin, lo único que le falta es el min’, pero dea pérdiz le vo’a comprar su abrigo de lana, y me vale si mis je- fes 14

me’chan la viga, ya puedo mantenerla, y además ya’stoy har- to de pasar gasto a mi casa; total, con lo que me vaya cayendo la mantengo, al fin que ya soy mayor de’da. -oEL CARGADOR

Le cobro ciento cincuenta. ¿Hasta dónde va’ser el aven- tón? A jijo ya me la hizo cansada, así de lejos le cobro trescien- tos, bueno, doscientos cincuenta, que sean sesenta, siquiera pa’ mis cheves. ¿No? Gracias patrón; ya sabe que cuando se le ofrezca estoy a su desposición, nomás aquí enseguidita me’ncuentra, y si no me divisa pos’ nomás pregunta por el “piojos”. No, no vaya usté’ a cre’r que me dicen así porque los tengo; me dicen así, porque como siempre me ando rascando la cabeza piense y piense, pos’ ya se me quedó el apodo. Y ai como ve, aunque sea de la escuela me sacan, pero bañado. ¿Que cuál escuela? No patrón, si no estudio natación, así se llama la cantina de mi barrio, y de ai me sacan, como le digo asté, bañadito en alcohol que’s más higiénico, ¿no? ¿Que si tengo casa? Pos’ como no patrón, tengo hasta cuatro. ¿Que por qué? ¡porque soy muy macho, y si no que me las pongan en frente! Además me gusta la variedá. Hay que hacer patria, total. . . donde comen dieciocho comen veinte. ¿Que con qué las mantengo?. . . ¿Y quién le dijo que las mantengo?. . . Yo se los dije, y muy clarito. . . ¿Quieren un ro- rro, no? ¡Pos’ aquí tienen a su muñecazo!. . . Dos viven juntas, una cose y l’otra lava’jeno, todos mis hijos se requete quieren; el relajo se arma cuando nomás me acuesto con una de las dos; luego, luego las reclamaciones, y si hay alguna disgustada, nomás que abra el hocico y me la dejo quieta. ¿Y las otras?. . . Bueno, ni una sabe de l’otra, las tengo en dijerentes colonias. Una es tamalera y ya tiene sus clientes, así’s que yo paso nomás los sábados a verla pa’que me pase mi se- mana.

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¿L’otra?, esa si ‘stá bien fregada, vive con su pinche madre; aunque así la puedo controlar mejor. A esa nomás la veo una vez en el mes, me queda re’lejos. . . ¿Qué cuántos tengo con ella? Pos’ creo que cuatro. ¿Qué cómo no sé?, pos’ como qu’ere que sepa si nomás la veo una vez en el mes de mayo pa’ festejarle su día, y cada que la vuelvo a ver, pos’ me aumenta otro hijo. Sí, sí me apuro por ella como no, ai cerca vive uno de mis compadres y él me informa cómo ‘stá. ¿Que cómo nos hici- mos compadres? Ay patrón pos’ muy fácil, lo conocí en Lecum; a él le llevaban tequila y a mí mi pulquito, y nos hacíamos unos combinados que de ay resultamos compadres. ¿Que si le quiero ir a regar su jardín? Orale pos’ que pasó, ¿que ya nos llevamos así? Ustedes los catrines le cambian a uno su profesión así como así, yo soy cargador y a mucha honra, ¿qué cre’ uste’ que cambio de chamba como si me juera yo a cambiar un tacuche? ¿Pos’ que cre’ que soy esqüert para dar el cambiazo? A mí no me venga con el cuentecito de que pa’ que me ayude, se nec’ita un jardinero búsquelo en otro lado, yo nomás riego mis macetas. Y ‘ora que me acuerdo, ¿por qué tengo que contarle lo que hago?, eso se lo cuento a mi cantinero, el de la escuela. Pinches catrines, nomás lo ven a uno simpático y se quieren aprove- char. . . De mi segundo libro “Sed Por Ser”. -o¿CUÁL ERA CUÁL?

Que jue mal diojo, vaya uste’ a saber, tenía 83, dicen que’ra zapatista, yo no sé, porque del’único que me acuerdo es que usaba bastón y no hablaba, de vez en cuando solo gritaba, ¡Viva Zapata! Pero pa’ mí, que se’quivocaron y era zapatero, porque dejó mucha bota, yo creo que jueron las que se robó en la Revolución. Total, como aiga sido, antes que se petatiara, le’charon las aguas. No, no jue ningún padrecito, jueron las aguas de la mala suerte que’ncontraron juera de su casa. Total que’l que tuvo pior suerte, juí yo, porque como juí el único pariente que quedó, pos’ a mí me tocó pagar el velorio, y de a 16

puro café con piquete se me jueron hartos dineros. En fin, que’n paz descanse él y nosotros los vivos también, porque’l velorio ‘stuvo dificultuoso, imagínese, cada compadre llegaba disque a velarlo, y todos pedían que’l cafecito pa’guantar, y al final ya no sabía quién era el dijunto, todos estaban tirados en el suelo, tuve que’sperar a que se les pasara la cruda pa’ver cual era el que no se movía, porque’ntre velas, penas., tristezas y llo- ridos, ya no sabía cuál era cuál. -oLOS CHICHARRONES

Le dieron el madruguete’n su cantón, porque le’ncontraron la luz en la bolsa de pan, y ai mismo l’icieron el recuento de los que se había planchado. Pa’ pronto que me mandó llamar, y que voy hecho la mocha. . . ¿Pa’ qué son los cuates?. . . Y que me’ncuentro un ami- go, y él que se’ncuentra otro, y así, de cuate’n cuate, hasta que movimos palancas. . . Si te digo, que no te dé cus. . . cus. . . el sistema dedincuente, tú éntrale al plan total, con muchos pesares te’spero ajuera con el patas de hule, y dea pura milanesa hasta te vas a volver rorro. . . Tú aguanta vara mano, ya sabes que sólo mis chicharrones truenan. -oEL PRIMERO DE LOS PRIMEROS

Pus’ si, como le decía, en esa forma Diosito no me ha correspondido mal, el “Faroles” siempre me’nvidiaba las chabas que traigo, y como nunca l’ice la barbería, pus’ ai jue ‘onde, porque min’cuentran él y su compa con mi chaba, y que pa- san juntu’ella, y que la agarran las tortas, y yo, como qui’se una seña con la mano, y el que dice: “¿qué dijistes cabrón?”, y yo que le digo: “¿a, sí?, ¿qué oístes tu nombre?” Y que agarran unas piedras, y que les digo: “no hay cuete, ay que muera ¿no?, y nada, que me cojen vaginalmente, y que siento bien feo y que’ntonces sacan una pistola y que les digo: “Ora, dénle juerza a la pistola”, y yo a mano limpia, y reájale, que’n 17

eso se le cae a uno el puñal, y que lo cojo, y que le rajo las manos, y ai jué ‘onde, porque tamién le cerré un ojo, y entons’ me metieron a la cárcel con el cargo de lesiones de a segunda. Eso me dio co- raje, porque yo siempre he sido el primero de los primeros. -oDE PURITITO GUERRERO

Por eso saque’l cuchillo y le raje’l hocico; por bocón, porque si le dicen a uno las cosas hay que cumplir, pos’ ¿qué no es uno macho?. . . Me dijo: “¿quiere mi teléfono?, “pos’ sí”, le contesté, ni modos que me juera’negar, ¿a quién le dan pan que llore?. . . Y que saca un papelito con números, y que le digo: “Oiga, ¿que usté’ no es macho, qué no tiene palabra? Y que men’tra el coraje, y que le parto el hocico; todo por quererle ver uno la cara de pendejo, pa’ la prósima va’prender que lo que ofrezca lo cumpla. . . -oSE DOMA DE GORRA

No, pos’ si dice que le va re’suave, techo tiene, comida también, dice que hasta lo despiertan con música de trompeta y de a gratis, y si se’cha la fajina de a rayo veloz, hasta chance le dan de ver tele sin pagar. Dice que si’zo de grandes cuatachos. . . No’mbre, si siempre fue bolas de canijo, lástima que lo agarraron en el banco, si no con lo padre que’s, hasta me hubiera invitado a’Capulco. Todo por culpa de la escalera; ¡si buey!, ¿no ves que se cayó de la escalera? ¡Pos’ sí!, y’iba bajando con la lana, y rájales que se da un madrazo y que se azota, y ay jue’onde mano, porque le sonó la’larma y ay jijo mano, que se le descompone la cues- tión, y hasta’l gerente se le aventó encima, ¡caray mano!, yo no sé como esta gente no respeta el sagrado trabajo de los demás, ¿tú cres, era como pa’plaudirle, tiene cerebro, lo malo es que pocos comprenden ese “bisne”. . . Y luego, que lo meten al hotel más caro de México, ‘onde que iba con un cansamiento bárbaro, y ¿cómo cres que lo reci18

bieron? Aquél todo apuradote que no ligaba ni maiz, que’ntra tras las rejas, y que le sacan un papel el Firulais y su bola, y ¿qué cres que decía el papel? “SE DOMA DE GORRA, BUEY”... -oSOLEDA’

A veces le pegaba tan juerte que hasta dejaba encharca’o el cuarto con harta sangre. ¿Qué podía’cer?, nomás lloraba con ella o corría’cusarlo con mis abuelitos. Cuando no huía el muy cobarde el viejo lo azotaba con el bastón, después se largaba, y mi mamacita tenía que mantenerme y esperarlo a que llegara pa’tenerse a lo que’l quisiera. Mi acuerdo que del susto yo me zurraba en los calzones, y con todo y sus moretones, ella se levantaba a’cerme un té de hierbas. Desde chamaco tengo pesadillas, sueño animalotes que se me acercan y me desangran de puro picotazo, manos como las de’l, despellejándome poco a poco, ojos llenos de odio que se salen de su cara y se meten en la mía. Cuando se reía, se me afiguraba que m’iba’tragar, y mejor me hacía de lado porque se’nojaba y me avientaba lo que’ncon- traba cercas. Yo creo que antes de nacer juré vengarme de’l. Así, de diario veía’mi mamacita marchitarse, com’una flor que pierde brillo, como cuando sus pétalos se le van cayendo poco a poco, así se l’iba poniendo la cara triste, muy triste; y cuando me daba su bendición, me ponía la cruz, como que se le afiguraba que así’ba’espantar los malos espíritus de’l, que me podían meter. . . ¿Nunca ha visto como de miedo se le levantan a uno los pelos? Pos’ yo sí, cuando el llegaba, a mi mamacita se le paraban toditititos. Y yo solo, sin chistar palabra, como que sin querer me juí haciendo callao, porque ¿a quién le podía contar?, si todos por acá sufríamos de lo mismo. Por eso día‘día jue creciendo mi odio, porque yo no tuve padre, porque’so que tenía era como el animalote de los sueños, y cuando le decía a mi mamacita: “vámonos de aquí·”, ella de- cía: “¿a 19

‘onde?, si naiden nos conoce, a ‘onde váyamos vamos a’star mal, ¿quién me va’recibir con un hijo?” Y yo me sentía pior, como estorbo pa’ ella, porque no podía’yudarla. Y así, volvía’dejarnos solos, en esa soleda’ del monte, con los árboles que de noche parecen buitres que se lo queren tragar a uno, con la soleda’ del lobo que se asoma pa’garrar su presa, con esa oscurida’ que traigo en mi piel más metida que’l sol, con mis aullidos y sudor que’chaba de noche y que’lla me limpiaba... Por eso l’enterré solo, por eso cavé’l hoyo más dentro, pa’ que cuando llegue no la pueda sacar de la tierra, pa’ que cuan- do quera golpiarla otra vez , no sepa ‘onde quedó. Y aquí lo espero, con la pala en las manos pa’ tirarlo en la oscurida’, pa’ que los buitres se lo coman y le arañen la piel, pa’ que’l padezca lo que’lla y sufra con esta soleda, porque pa’ él no hallaré lugar en la sierra ni en el monte, porque un alma así no puede tener cabida bajo tierra, porque unas manos como las de’l tienen que acabar arañándose’l corazón, sacándose las entrañas de dolor, y solo, con la misma pena que sus golpes me dejaron, con el abandono del odio, el vacío que trai el hambre, con lágrimas de tristeza, con el pesar de ver una frente marchi- ta y atestada de cabellos blancos que trai olor a lejanía, con la soleda’ que llevo envuelta en mi cuerpo desde antes de haber na- cido. Por eso lo espero, porque sé que vendrá a buscar esos ojos tristes pa’ entristecerlos más, a’brir su boca pa’ tragarme, a sacar un palo pa’ deshacer mi alma, pa’cabar con lo que jue de’lla, mi soleda’. -oNO TENGO’RITA

Si no nomás hay que dicir vamos a comer, pa’ganarse’l quinto hay que sudar muncho, levantar piedras ansina de grandotas sin la’yuda de naiden. . . ¿Que qu’ere maiz? Pos’ trabaje la tierra, pisque los granos de la mazorca, ¿que quere tortilla?, pos’ lleve los granos a que los muelan con cal, ¿que no tiene burro?, pos’ pa’ que quere esas patotas?. . . 20

¿Barbacoa?, ¿por’ que’s día de fiesta?, eso nomás pa’ una vez al año. ¿Que un guajoloti?, pus ¡críelo!, ¡déle de comer!, ¡déjelo crecer!, y entons’, dimpués, ¡ahórquelo!, ¡dismplúmelo!, ¡pón- galo en l’olla!, y en veces que le haiga costa’o su trabajo, ya intons’ se lo pue’ tragar. Debía de’star contenta con tanto jarro que tiene dentro, hasta ropero le compré , el jacal no se lo debemos a naiden, le- che hay, ¿qué más qu’ere? ¿Que la Julia li anda en veces calientando la cabeza? Ay se lo aiga ‘onde la güelva’ver con ella y ande platicando de lo que ni l’interesa, haciendo argüendes con esa vieja que ni a petate llega; siquera nosotros nos acostamos desparta’os de los escuincles. Ay se lo aiga ‘onde se aiga ido a’consejar, y no me’che’sos ojotes, porque con el cincho y a palos, con las manos abiertas la tiro de la trenza y a’rrastras la llevo a ‘onde sus ‘apás, y un día de’stos que me agarre de malas, la’viento con los escuincles pa’l río, y no li’aunque me jalen los compadres, porque con ellos me arreglo. . . Y aquiétase, porque ‘orita mesmo le doy con la guadaña, le rajo el hocico como a los burros, y de’sta ni el Señor Cura la salva. Ai anda de vieja loca todo el día, calienta’gua en el clecuil, ¿pa’qué?, ¿pá’quén?, con una vez al mes que se bañe’s güeno. Y ¡sáquese’l vestido y el rebozo, y quítese las enaguas, porque nos vamos a’costar! -o¡QUÉ BONITA MI TIERRA!

Divisas el cielo re’bonito, con sus nubes que salen desde abajo, y a luego, harto cerro que se mira, y en veces ves como se acercan los chupamirtos, como que te qu’eren dar los güenos días, como que aquí de muy dentro de tu corazón le rezaras a la Virgen. como que si trajieras un rebozo blanco como su vestido. ¡Así de bonita es mi tierra! Cuando sale’l sol, brilla por todo el campo como si juera un embrión rosadito, como que qu’ere chillar y no chilla porque se ríe, 21

como que sale desde dentro del cielo; y a es’ora, miras los corrales, como si se juera despiertando el mundo. Y así, en veces, harto que me les quedo mirando a mis animales, porque los qu’ero, porque son los que me lamben y me dan los güenos días. Y cuando llega la tardi, se tapa el sol, se va’dormir porque’stá cansao, como los marranos, o a lo mejor se va’sentar un rato junto al Siñor, y entons’ dimpués, deja salir a su luna, esa que se ve blanca, contenta de que la’igan saca’o sus hijas a que alum- bre con ellas. Y si vieras como brillan las piedras, como si jueran cachos de ríos, como si la luna las alumbrara harto dial tiro. Y hasta cuando ‘stá seca mi tierra, ¡me gusta!, porque me calan en los huesos sus ganas de tomar agua, su se’. Y cuando llueve, cuando llora el cielo de ver los animales que no tienen esa’gua, cuando los rayos alumbran el cielo y cai agua, y esas grietas se güelven ríos, y empiezan a salirles las ho- jas a los árboles, queres engolverte’n ellas como si jueran zara- pes que te tapan, y entons’ allí, con esa tierra mojada que tiene sabor de cielo, pos’ sientes hartas cosas bonitas. ¡QUE BONITA MI TIERRA! - o-

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RELATOS

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LA MAMÁ DE LA ONDA. . . ¿VEEESSS?

Dialogar con un hijo adolescente no es fácil. Comencé a darme cuenta de que mi hijo estaba creciendo, cuando todo era: “¡ya sé mamá!”, “en tus tiempos”, “tú no sabes nada”, “¿cuán- do me prestas tu coche?, o “¿sabes?, quiero comprar el poster de Farrah Faucet y Olga Breskin”. Perdón, no se dice Farrah Faucet, se dice Farrah Focet. Algunas veces me pregunté: ¿De verdad seré tan bruta?. . . Mi complejo se acrecentó cuando en una ocasión me dijo: “No te esponjes, ¿veess?, usa grisi. . . “ Yo miraba a mi alrededor y buscaba si me había puesto alguna tartalana; a lo mejor te equivocaste y te esponjaste, me di- je, la verdad es que con tantas carreras, pude haberlo hecho sin darme cuenta. No fue así, traía pantalones en lugar de vestido. Pensé: Si le pregunto qué es eso del esponje, me va a repetir que no sé nada, así es que mejor no lo pregunto. Pasó el tiempo, y un día al poner mi carro en marcha y encender el radio, oí una voz que decía: “No te esponjes, ¿veess?” Por poco y tengo un accidente automovilístico, creí que mi hijo se había subido al coche, instintivamente detuve el automó- vil, las manos me sudaban y el temor me embargaba. Medité: ¿no estará en la cajuela?, no, mi coche no tiene cajuela, cuando repentinamente escucho: “Agarren sus naveess...” En ese momento reaccioné. Llegué a la casa, y comencé a dialogar con mi hijo: -Quiubaass. . . ¿qué haciendoo?. . . -La tarea de maatee, ¿veess?. . . -Pero cuál probleemaa, si tú te sabes las de sumar, quitar y multiplicaarr. . . -Orale, órale, no te esponjes, ¿veess? Usa grisi, vaselinaa. . . Y así, duró nuestro diálogo por mucho tiempo, desde entonces, no me esponjo ¿veess?... agarro mi naavee, y todas las no- ches me acuesto con la dulce y tranquilizante música de “Satur- day Night Fever”, ¿veess?. . . -o24

EL REGALO

Las playas. . . ¡Qué delicia!, te mueres de sed, tienes que pagar $40.00 por un refresco cuando la insolación está a la or- den del día, porque en primer lugar, el hotelito de lujo, claro está, desde las 6 de la mañana ya no tiene cabañas, y si quieres alquilar una sombrilla, a pagar 114 pesuchos (al cambio actual), o five dollars (si le quieres dar a la insolación carácter interna- cional), que pal’ caso da lo mismo o “the same”. . . Después viste a un gringo o francés comerse un ceviche, y dices: “Bueno, si este puede, pues pue’ que yo también pue- da”. . . Y lo pides. . . Llega el mesero y piensas: “¿Le hablo en español?, me atiende mal, ¿Le hablo en inglés?, me cobra caro”. Le hago señas y siento que piensa: “Pobre idiota, ¿a qué habrá venido si no habla?. . . “ Le regreso el pensamiento y le digo: “Idiota tú”. . . Pero se me cae el ”teatrito”, porque en eso llega mi querido hijo que se ha estado bañando en el mar (desde luego, eso ha si- do gratis) y me dice: “Maa (como borrego), quiero un ceviche”: Para esto ya el mesero ni me habla en inglés, ni en francés, menos en español, y mucho menos a señas. Me trae los ceviches y la cuenta: ¡CUATROCIENTOS PESOS! ¡UN REGALO! ¿NO? NOTA: Dado la inflación actual, suplico a quienes lean mi relato, le aumenten el 50% a los precios cada mes después de ha- ber sido editado este libro. -oLA COBIJA ELÉCTRICA

Dado el frío invernal procedente del norte, decidimos mi señor marido y yo estrenar nuestra cobija eléctrica. Así que nos metimos a la cama cambiando lógicamente del sub-desarrollo al desarrollo.

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La cobija eléctrica- para los sub-desarrollados- , tiene dos controles, uno de cada lado; y según las instrucciones, debe calentar en no más de 10 minutos. Pues nada, llevábamos congelados como 20 minutos, cuando le digo a mi marido: “oye, esta cosa no calienta”. Desde luego que ninguno de los dos nos movíamos por temor, sin decirlo, a terminar electrocutados entre tanto cable, y pensando en que si se iba la luz a media noche, tendríamos que volver al sub-desa- rrollo y usar las viejas. . . digo, las cobijas viejas. Para desviar nuestra tensión nerviosa, decidimos prender la T.V. a control remoto, así, vimos desde la cama el aparato embrutecedor, para poder confortar en algo nuestra espera angus- tiante. Yuri, mi marido o señor (así le digo cuando quiero que me suba el gasto), nervioso y a punto de darle un colapso, cambia- ba los canales tratando de concertarse, pero sin poder hacerlo, desde luego que no se levantaba de la cama, eso es pars SUBDESARROLLADOS. . . Hasta que por fin se llegó la hora de dormir. No me explico qué sucedió, creo, figúrome, que nuestra tensión salió a flote, sin ponernos de acuerdo, al mismo tiempo jalamos los cables de la cobija, mismos que se atoraron con el control de la T.V., que fue a dar detrás de la cama. Nervioso, Yuri se levantó y fue en busca del control, para esto, la cobija seguía sin calentar y el control se había descompuesto. En ese momento mi marido tomó una espeluznante determinación: ¡VOLVER AL SUB-DESARROLLO! Con todo su valor y esfuerzo, y desde luego, con todo mi apoyo moral, sacó los zarapes que tenemos desde hace muchos años, apagó la T.V. manualmente, y me hizo jurarle que al día siguiente pondría un anuncio en el periódico que diría: “¡SALGA DEL SUB-DESARROLLO! ¡SE VENDE COBIJA ELÉCTRICA, CALIENTA AL INSTANTE AUNQUE NO HAYA LUZ!”. -o UN VIAJE

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Y henos aquí sentaditos como angelitos, ahora sí, porque andamos en las nubes, más bien volamos sobre las nubes, por- que donde al piloto se le ocurra meterse entre las nubes, bom- bazos que se sienten. Y si uno está suelto del estómago, a’guantarse, porque el señor dio instrucciones de que sentaditos y con los cinturones abrochados. Es interesante observar a la gente que vuela con uno. En primer término, mi marido, como es ingeniero calculista, va mide y mide, pero no creas que el avión, ¡no!, bueno fuera, va mide y mide a la azafata (tanto de pierna, tanto de busto, etc), pero aquí cerca le puedo dar un pellizco. A mi lado perdón, a mi lado nada, porque voy junto a la ventanilla y lo único que veo es el ala; más bien del otro lado, un señor que va sin esposa, porque se ve que va muy a gusto platicando con la vecina. Enfrente dos señores ¡qué cosa!, van poniéndose un cuete que solitos vuelan a la luna; del otro lado unas señoras, “qué si compro esto, qué si lo otro, qué si la adua- na (ay Dios, en eso no había yo reparado). Cuando pasa la azafata (aquí entre nos, está como quiere), y pregunta en su buen español. . . “¿Ustedes querer más Champagne?” y yo decirle: “nou darling, “¿tu tener tequila?”, y ella contestar: “nou, este vuelo tener Champagne”, y yo contestarle: “este vuelo debe te- ner tequila, porque salir de Mexico City”. Creo que ella darse cuenta de que yo “cotorrearla”, y alejarse, porque mi suponer que ella pensar: “si yo discutir con estos mexicanous, ellos sacar la burro o el pistolas”, sin saber la pobrecita que pasamos por revisión. En fin, el piloto anuncia que nos sigamos abrochando, no sé qué porque ya todos traemos el cinturón abrochado. . . Y ahí vamos, pa’bajo, y pienso: “donde a este animalote le falle una “Goodrich Euzkadi” (no fue comercial, pero si algún patrocinador quiere pagar, yo encantada) nos damos en la mo- ther, y digo la mother, porque desde ahoy en adelante, como ya cruzamos la border, tengo que spickear in English. ¡By, by, queridos mexicanous!. . . -o27

POEMA

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PURO DOLOR Y TRIESTEZA

No hay santo en el jacal ni vela pa’lumbrar no esiste la luz, ni nada. . . PURO DOLOR Y TRIESTEZA. La tierra ‘sta mojada de llanto el pozo seco la planta’gusanada. . . ¿Pa’ quén el petate y la mesa el fogón y el metate el maizal?. . . ¿Por qué buscar tus ojos en la nochi seguir soñando con tu boca acordarme de tus manos?. . . Sólo llanto que si oye oscurida’ en el cielo nomás penas en el alma. . . PURO DOLOR Y TRIESTEZA’ Como gurrión que no canta dejates mi guitarra sola afligites mis canciones. . . Y escarbo la tierra mi corazón ti avirigua sólo me quedaba el ricuerdo. . . PURO DOLOR Y TRIESTEZA. Con este poema obtuvo el 3er lugar en la “justa de Poetas” de la Tesorería del Dis- trito Federal (Biblioteca Guillermo Prieto). Ciudad de México. Nov. 27 de 1978.

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CARTA

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CARTA DE UNA MADRE MEXICANA

Querido Pedrito: Aquí ‘stamos tu tata y yo, terminamos la siembra y ‘tamos esperando las aguas. Ya nuestras manos ‘tán muy cansadas, y a luego nuestros ojos te queren mirar’n la nochi, pero ‘stás re’lejos. . . Cuando oyimos alguna guitarra, luego luego nos llenamos de llanto, y mejor tu tata y yo guardamos tu retrato. Ya’ce un año que te juites y pa’ mí han sido munchos. La Rosa nos le’ seguido tus cartas, y cada que’scribes pos’ como que sentimos rete’ bonito aquí dentro, muy cerquitas del corazón. Lástima que tus tatas apenas sepan dicir lo que te qu’eren, lástima que no te podamos dicir con palabras bonitas, que’l ar- bolito que plantates ha crecido muncho, que cuando pasa un camión, el “flaco” ladra y ladra, pos’ yo creo que’l cre’ que tu ‘stás por llegar, y ansina nos pasamos a reci’ y reci’ y pidi’ pidi por ti. Y a luego que mi acuerdo de cuando eras un chilpayati que apenas te podía tener quieto, y que te gritaba: “muchacho del demonio, ya quebrates el jarro de la leche, tate quieto, o ti acuso con tu tata”. . . Y como crecites hijo, crecites como las mazorcas, te nos juites como cuando le mercamos la siembra’don Aurelio, ¿ti acuerdas?. . . Ansí de pronto. . . Yo que creiba que siempre t’ibamos a tener juntu a nosotros, yo que creiba qu’ibas a vivir como tus tatas en el pueblo. ¿Sabes?. . . Ora que güelvas, jallarás más grande’l jacal, con hartos pájaros y munchas flores que tu tata y yo plantamos pa’ tí. Sé güeno hijito, apriende’n la escuela lo que nosotros no pudimos, y ven pronto mi’jo, pa’ que tus tatas te digan lo harto que te qu’eren. Tu mamá, Micaila

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DIÁLOGOS

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SEGURO

-Le voy a dar algo para que no se le pase. . . -No, como cre’; mañana ‘stoy acá. -¿A las 9? -No, a las 12, porque tengo que pasar a comprar el mate- rial. -¿Y le dará tiempo de terminar? -¡Sí!, creo que sí, pero ¿sabe seño? mejor me llevo la refaición y vengo pasado mañana. -¿Entonces no lo espero? -No, porque de ai me paso a que le pinten el cacho que tengo que comprarle, y a medirle el otro lado que le falta, así’s que mejor, pa’ más segurida’vengo en una semana, pa’ que usté’ vea si no le falla nada mas al aparato, acuérdese que la garantía es por 10 días y vamos a ver si no le salen más detalles. -¿Y si se pasan los días de la garantía? -No se priocupe, nomás le cobro la mita’. -Pero así hemos estado durante un mes, me hubiera convenido comprar un aparato nuevo. -Allá usté’, pero tengo que cobrarle, ni modos que todas estas vueltas las tenga que pagar yo. -Pero si no es mi culpa, usted me dijo desde la primera vez que iba a quedar bien y no queda. -Es que’stamos de malas, por eso no se compone. . . -Mire señor, o queda listo, o me quejo en la Procuraduría del Consumidor. -A mí no me’spanta, si quiere quéjese, y ¿sabe qué?, pa’ que no haiga problemas, aquí tiene su aparato, y mándelo com- poner con quien le tenga paciencia, nomás me trai a vuelta y vuelta. -oLOS TAPONES

-¿Está la señora? -Sí, a sus órdenes. -Oiga seño, pasaba por aquí y vi que a su coche le faltan dos tapones desde hace 15 días, ¿no los quiere comprar? -¿Son los originales? 33

-¡Claro!, son los de su coche. -¿Cómo? -Digo que son los iguales a su coche. -¿Está seguro? -¡Clarines!, mire, yo se los pongo y hasta se los aseguro.. -¿Y no se los roban? -No’mbre, ya pa’quitar uno de’sos, hay que sacar toda la llanta y es re’ difícil. -¿Y para cuándo me los trae? _Mire, hoy es miércoles, el sábado hay tiatro, pa’l domingo los tiene. -Pero usted me dijo que tenía los originales de mi coche. -Pus’ sí, pero esos ya se los puse a otro, los suyos se los pongo después del sábado. -¿Sabe qué joven?, ya me gustó traerlo sin tapones, de to- das maneras le agradezco la molestia. -oLA SIRVIENTA DE LOS OCHENTAS

Señora, me tengo que retirar del trabajo, porque sabe us- ted, los óvulos con los que me cuido no me dieron resultado con la borrachera. . . Perdón señora, quisiera me disculpara por el léxico tan corriente con el que me he expresado y por haber empleado un vocabulario tan fuera de lugar, no sin antes suplicarle me diera autorización de dejar provisionalmente su casa tan llena de cari- ño, de amor y de ternura, en la que me he encontrado tan a gus- to, pero desafortunadamente no tengo el don de ubicuidad ni puedo bilocarme. Fíjese usted que pensé que estaba entrando en la edad de la menopausia, pero creo que me encuentro en un grave error, pa- rece ser que perdí la menstruación porque sostuve relaciones con mi amante sin tomar las debidas precauciones. -Después de haber oído esto, pos’ me apené todita, me’n- tró la vergüenza, y me siento, pos’ como te podría yo dicir, pos’ como que ya ni yo misma sé, porque ¿ti’maginas lo que p’uno quiere decir buscar otra miau?. . . 34

Y a luego, que tu pior es nada, que quiere las camisas a tiempo o a l’hora, pa’ que me’ntiendas, y a luego los escuincles, uno que quiere comer, el otro y’hizo berrinche, y’onde que l’úni- co que se hace, pos’ son frijolitos; bueno, ‘ora que se va mi miau, a lo mejor como ya no le vo’a tener que pagar ni va’ir al mercado, mi alcance pa’ un chichihuiloti asado, porque no te creas, de los nopales no salíamos, con eso de que todo ‘stá tan caro, pos’. . . Oyes, ¿qué de pura casualida’ no sabes di una miau? - o-

EL DRAGÓN -¿Ya lo vio seño? -Qué triste, ¿no? -Ya ‘stá mafufo. . . -Oiga, ¿y no hay nadie que lo ayude? -Pos’ cómo seño, nomás le dicen que niguas. . . ¿Cómo? -¡Que niguas seño!, que no le dan. -¿Que no le dan qué? -Pos’ ni propina. -¿Y por qué propina oiga? -¿Cómo que por qué propina?, pos’ pa’ sus aguas. -¿Pa’ sus aguas? -Clarines. -¡Pero si lo que este muchacho necesita es que lo vea un médico y le quite el vicio de quemarse con gasolina! -No seño’, lo que ne’cita es que le den pa’ sus aguas, su pul- quito y sus cables. -¿Sus cables? -Sí, seño’, pa que se dé sus toques, ¿no ve que jala público? -Oiga, pero se está quemando. -Pos’ sí, pero es que’s el artista del crucero. -Pero, ¿qué usted no siente feo? -En un comienzo seño’, pero ‘ora ya me acostumbré, hasta le hago el quite cuando anda pasadón, yo también le hago al dragón. -Pero si usted era el que vendía chicles. -Pos’ sí seño, pero esto deja más que vender chicles, l’único que me molesta de la chamba, es que cuando es de día, se deslu- ce’l fogonazo seño. . . - o -.

ALGODÓN -Oiga seño’, ¿no se le hace que está caro el jitomate? -Algodón. -No seño’, algodón no, jitomate. ¿Desde cuándo se vende algodón en el mercado? -No, digo que’l jitomate subió algodón. -¿Subió junto con el algodón? -¡No seño’! algodón, algo, alguito. -Perdone usted. . . 35

-Oiga, ¿y por qué mejor no me compra melones? -¿Y a poco voy a cocinar con melones en lugar de jitoma- te? -Pos’ de que le queda rosadito, le aseguro que le queda. -¿Y el sabor? -Eso n’importa, dicen que de la vista nace’l amor, pónga- se a’cer cuentas, y verá que si compara., le sale más mejor con melón que con jitomate, y con ese no tiene proglema de que se le apachurre. -Pues si lo vemos desde ese punto de vista, tiene razón, pero. . . -Pus’ si se queja del precio, ¡acostúmbrelos en su casa a comer con melón y no con jitomate! -Oiga, pero no se enoje, no veo porqué toda esta discusión. -Es quiuno se ofende, si suben las cosas, es por el “IVA”, si no, pos’ nomás sería el 4. -Bueno, bueno, está bien, deme 3 kilos. . . -¿De qué, de melón o de jitomate? -¡De jitomate! -Pus’ ora no, porque si le vendo’rita, ¿con quién sigo discutiéndo hasta l’ora de cerrar el changarro?. . . -o¿ENTONS’ QUE?

-Entons’ ¿qué?, ¿vas o no vas? - Pu’s si me llevas. . . -Siempre tiene uno que’starte’sperando. -Pu’s es que’stoy re’ cansada. -¿Nomás porque le distes una noche de amor a tu esposo? Pa’ que se te quite, ai andas diciendo que no puedo ¿verda’? -Era dea mentis. -Pa’ que no vuelvas a echar mentiras. . . -¿’Ora que vamos a comprar tu pantalón, me compras un suéter? -Si me alcanza, porque luego no acabalamos. . .. -Así me dijistes la última vez, y terminastes con dos trajes, y yo me quedé sin mi suéter y sin gasto, tuve que pedir presta- do. 36

-¿Ya vas a comenzar con tus argüendes? Mejor no le sigas porque te dejo, ai’tás diciéndome que no te saco, y cuando te vo’a sacar, puros corajes; y ya me hicistes enojar, así que ora te quedas, y pa’ que pagues el coraje que me’stás haciendo pa- sar, ora me compro 2 pantalones, y me largo solo. . . -No te’nojes viejo, si quieres yo te presto pa’ que te alcan- ce pa’ una camisa, si el que tiene que andar bien puesto eres tú, total , pa’ cocinar cualquier delantal es bueno. -¿Ves? Te lo digo, nomás vengo a la casa, y todo te incomoda, ya por eso vo’a venir menos que antes, y no me llores, porque ‘orita mismo te dejo morada como l’otra vez, nomás llevo 8 meses de casado y me’stás haciendo la vida imposible. ¿Pa’ eso me amarré?. . . -oLOS QUINCES Locutor: Danzón dedicado a la Normita ‘ora que cumple sus quince. Que suba la festejada a la tarima con su ‘apá, y que se’che’l primer danzón con su jefe. Normita: Pero papá, si la pieza que debemos bailar es el vals. Papá: Usté’ se calla escuincla, lo único que yo sé bailar es el danzón, así es que como yo pago la fiesta, bailamos danzón en vez de vals. ¡Bola de gorrones!, mire nomá, puro escuincle que ni regalo le trajo, nomás vinieron a gorrear la bebida y la bailada, y a ver que le tocan. Normita: ¡Se lo dije, papá!, si yo ni fiesta quería, uste’ y mi mamá, que dizque por mis padrinos, y además, la bebida nos la regaló mi madrina de fiesta. Papá: Pos’ se la habrá regalado su madrina de fiesta, pero uste’s m’ija, y se calla y baila danzón. Y deje de poner esa jeta, que todos nos están viendo. Normita: Pos’ yo ya no quiero bailar danzón, yo quiero bailar salsa. Papá: Uste’ no baila la salsa con ese vestidito de piruja. Normita: Este vestidito de piruja, como usté’ le dice, me lo regaló mi padrino de vestido, su jefe, y cuando usté’ y mi mamá fueron con el jefe y su esposa a escogerlo, a usté’ le gustó mucho. . . Papá: Pos’ me habría gustado, pero fue por puro compro- miso. Y al rato, cuando se vayan todos estos, hacemos cuentas, porque quiero ver el cheque que le regaló Don Laureano. Normita: El cheque que me regaló Don Laureano, es pa’ que’studie, clarito me lo dijo, y 37

además, es mi padri- no de generación. Papá: Padrino de generación. . . ¡Cállese!, ya tiene los quince, y ya es hora de que trabaje y ayude a su fa- milia. Locutor: Un aplauso a la Normita y a su feliz padre, por la primera pieza que baila la festejada con su progenitor. ¡FELICIDADES NORMITA! - o EL CAMIÓN Pasajero: ’Órale no empuje. ¿Qué no ve que ya no cabemos? Señora: ¿Y dónde quiere que me vaya? ¿En el estribo? Pasajero: Pos’ váyase en donde quiera, pueda y quepa. . . Señora: ¡’Ora veras jijo. . . Pasajero: Jija usté’, porque yo, ni llegué a conocer a la que me parió. Señora: Cuidado con la canasta ¿pos’ qué no ve? Uno a co- rre y corre al mandado, a subirse al camión y que le aprieten a uno los jitomates, ¡Carajo! Ya llega uno con el puré hecho. Pasajero: Boy, boy, ni que los trajiera tan buenos. Comadre: Ya comadrita, pa’ que hace muina, siempre se anda’ste’ quejando. Yo le remediaría un té de hojitas de laurel que’s bueno pa’ la muina. Señora: Pero como no voy a’dar enmuinada comadre. Ayer me paré a las 5, cocí los pocos frijoles que teníamos, lavé, planché, les surcí a los escuincles los pantalones, y a las 7 todavía no llegaba mi marido. Luego la Chona, a díceme y díceme que anda con una vie- ja. Pa’ las 10 llegó trole y sin un quinto en la bolsa. Ai ando mendigando pa’ traer mal comidos a mis hijos, y luego toda traqueteada, porque me vio y pa- rece que hubiera visto a Judas, me puso como camote, que disque porque me quiere, ¿asté cre’? Comadre: No, pos’ yo digo que sí la quiere, porque asté imagí- nese, aunque sea trole pero llegó a su hogar, como dicen en la tele. Señora: Pos’ mire comadre, yo misma pensé lo mismo, y pos’ pobre viejo no crea asté, le ha de ser difícil te- ner tanta vieja. ¿No cre’?. . . Comadre: Pos’ yo digo que sí. Señora: Ya pa’ las cuatro pos’ ya se la había pasado un po- quito, y fíjese que hasta me ayudó con los escuincles, los cuidó requete bien, los sentó junto a él y se puso con ellos a ver la tele. Yo lo vide tan buen padre que hasta me quedé sin comer y le di mi platito. Dios lo bendiga, de que quiere es bueno; a lo mejor yo soy la que no lo comprende.. . ¡Esquina joven, esquina!. . . ¿No le digo?, ya se pasó de cuadra, y a lo mejor mi marido ya llegó a co- mer. . . ¡’Órale comadre, bájese! *De mi segundo libro “Sed Por Ser”. - o - ¿CONQUE? ¿Conque?, ¿sí o sí? Pos sí ¿Enton’s que?, ¿ 38

a las 8? Humumm. ¿Hasta’l día siguiente? Humumm. Te me pones a todo dar ¿eh? ¿Cómo l’ otra vez? ¡Claro!, nos vamos a dar vuelo. . . No le sigas que me da pena. ¿Pena por qué? ¿Qué, no es lo normal?, si Diosito supo lo que hacía cuando nos crió, tu no te me apenes, yo te quito la vergüenza. Oye, ¿y pa’ salir como le’ago? Pus’ dile a tu vieja que vas a’cer lo mismito que’lla’ce con su viejo. . . ¿Y si me corre? Ay tu, trabajos hay muchos, y si no consigues, te llevo a vivir a las Lomas. ¿A poco tienes casa en las Lomas? Casi, casi, te meto a donde trabajo y hacemos pareja; total, mi patrona andaba buscando disque una pareja.*¿Y qué hago allá? Tu no te me priocupes, chamba siempre hay, ¿y si no?, te buscamos que hagas; mira, te dejo la mía, y yo me dedico a la choferiada. ¿Y tú, que haces ai? Poco, nomás limpio los vidrios, lavo los coches, el garage, y cuando se necita, le hago la balona al Lic. pa’ que no se’nte- re su vieja de las movidas; claro que tú le tendrías que hacer la balona a su vieja. . . No sabes como te barbean cuando les andas tapando sus movidas. . . Oyes, pero es peligroso, se puede uno meter en broncas. No seas mensa, si’stán re’te cuidados, ni quien se meta con ellos. ¿Seguro? Super. Bueno, pos’ me voy, porque mi vieja ya llegó, y ‘orita va’empezar que porqué ‘staba el teléfono’cupado, que se trató de comunicar y toda la madre’sa; ya sabes como se ponen, ¡ya me tiene harta!. . . Pos’ si te dice algo, le dices que te vas, y coges tus chivas y me’speras a las 8. Bueno, adió ¿eh? - o - EN EL LAVADERO -A talle y talle y no queda. -Póngale “Ariel”, y la deja remojando toda la noche, y ve- rá que pa’ mañana se le desmancha solita. -¿”Ariel”?, si’stá re’ caro. -En la Conasupo lo consigue. -¿En la Conasupo?, yo nomás compro en el estanquillo de la esquina. -¿A poco no compra allí? -Y ¿con quién dejo a mis hijos? -Pos’ pídale a su marido que se quede con ellos un ratito. 39

-El nomás viene de visita. -Pos’ ¿qué no vive con usté? -Dice que no, hasta que no’stemos casados por la iglesia. -¿Y los hijos? -Pos’ dice que si no está casado por la iglesia, no peca, aunque haiga seis chamacos. -¿Tienes seis? -Ajá. -¿Pos’ qué no sabe de la pastilla? -No, mi viejo no me deja, disque le dan celos. . . Piensa que si la tomo me vo’ir con otro. -Pos’ tómesela sin que se’ntere. -No, si me trai re’ cortita, nomás llega y hasta busca por debajo del catre haber si no tengo algún frasco, además dice que dan cáncer. -No me diga. -Oiga, pos’ si da cáncer, yo prefiero tener más escuincles. . . ¿Cre’ que me dé cáncer? -Pos’ como él anda choferiando, ha de oír, y pos’ algo ha de aprender. -No, pos’ así como usté’ dice, prefiero tomar la quinina. -Oiga y ¿qué’s eso? _Pos’ unas pastillas que sacan al niño. -Oiga ¿y ‘onde se consiguen? -En la farmacia, nomás que ai que darle su mordida a Don Juan pa’ que se las venda. -Oiga, pos’ muchas gracias. -Pero no le vaya’decir que yo le dije ¿eh? -No se priocupe, y gracias por la’yudadota y sus buenos consejos. Como que me siento más a gusto. - o - ¡DESPABÍLATE LUCRECIA! -Despabílate Lucrecia que te vas pa’l arrastre. -Así me siento. . . -¿Cómo le vas’acer pa’llegar? -¿Onde? -A tu casa, ¡mensa! -¿Orita? -Pos’ claro, llégales en lo’scurito, ¿no ves que se me va’cer cargo de concencia? 40

-Pos’ a mí no, nomás estoy y es a puro’star chingando, ya ‘stoy harta. . . -No te vaya’preguntar tu jefe ‘onde andabas, y a trompazos te haga decir que conmigo. -¡Fácil!, le digo que’stuve’n el velorio. . . -¿Pero cuál?, si cada vez que te pones trolebús matas a otro de mi raza, ya’cabastes con todos mis hermanos. . . -¿Y qué? -¿Cómo quí’qué?, ¿el olor a margaritas? -Ay tu, pos’ le digo que l’hicimos la prueba con alcohol en la boca pa’revivirlo. . . -¿Y si no te cre’? -Como no me va’crer, ¿no ves que hace días le dije qu’ba’estudiar d’infermera? -¿Y a poco te creyó? -Ese viejo nunca’stá, no sabe lo que hacemos, ni l’importa, a él dale dinero y con eso se calla. . . Tú no te me apures, pa’ mañana prepárate otras márgaras, ya veremos que’mpeñamos, y si no acabalamos, nos vamos a la Candelaria a ver que’ncontramos, ya sabes que tú y yo como hermanas, de a mita’ y mita’. . . - o - ME VEEESSS Y SUFREEESSS -Hola Piti. -Quiubas Rafa. -Te’stuve’sperando como quedamos. -Pos’ sí, pero la Rosa me cogió a medio camino. -Voy, no te me adornes. . . -No seas güey mano, me alcanzó a medio camino, que’s que quería’blar conmigo. -Ay mano, quien juera tú. . . Nomás te ven y te persiguen. . . -Pos’ clarines, como les digo yo, “Me veeesss y sufreeesss”. . . -¿Y en qué quedaron? -¿Cómo que’n qué?, le dije que niguas. . . -¿Niguas? -Simón, aunque me lloraba, pero en lo que’ncharcaba la calle, pensaba que’se chaval no era mío. -¿Pos’ qué no te distes cuenta? -Yo le dije: “DEMUÉSTRAME que me quieres”·. . . 41

-Y te lo demostró ¿no? -Pos’ sí, pero a lo mejor ya se lo había demostrado a otro ¿no?, y a lo mejor no iba derecha la flecha. Yo le dije que pa’ que no sufriera l’iba’pasar unos quintos pero con una condi, que me demostrara que m’iba ser fiel, que l’iba’ver de vez en vez, y que no quería más moscas en el pas- tel. . . -Bien Rafa, total, seños hay muchas, pa’que te’chas el lazo ‘orita pa’darte la bendición en cualquier momento. Te portastes como tod’un hombre. -oPOS’ SABE Oyes mi conchonchón, ¿o’ntará el cine Popotla? -Pos’ sabe. . . -¿Qué será satánico tú? Pos’ sabe, me suena’lgo de sota, a lo mejor algo así como azótate con la lana, ¿no? -Oiga mi bucles. -Cincho. -¿Uste’ sabe que’s satánico? -Pos’ mas o menos debe de venir siendo algo así como de sótano, ¿por? -Es que’n el Popotla ‘tan dando “Toque Satánico”. . . -Si es toque satánico, debe de venir siendo un toque elé’trico o una descomposición en el sótano. -¡Újule! Ha de’star re’aburrida. -Qué, ¿va solo? -Nanai, me llevo a la Ponpois. -¿Y a poco va’ver esa película con la Pomponis, se le va’burrir, va’quedar mal. -Pos’ ya ni sé, mi Bucles; ¿cre’ que la Ponpois se aburra? -Pos’ sabe, pero yo digo que sí. -¿Sabe qué mi Bucles?, mejor me la vo’a llevar a ver “Las Ficheras”, sirve de que de paso le doy su calentadita, ¿no? -Suave mi cuais, que se divierta. . . - o - UNA CARRERITA DE A JUGOS -¿Sale? -No cómo que sale, mejor entra, ¿no? 42

-Órale no te hagas. . . -Pos’ si no encuentro baño, chance. -¡Ya mano, párale! -¡Oh!, por fin, ¿le paro, sale o qué? -Ya pingüi, contigo no se puede, ¡qué!, ¿si o no? -Pero de a jugos no. -Entons’ ¿de a qué? -Pos’ dea cheves. -Pero es re’ temprano pa’ cheves, hay qui’r a cambiar, ¿no venemos a Chapul’ a correr, disque pa’ poder trabajar mejor? -Pos’ claro, pero mira, si nos echamos la carrera de a jugos, no le vamos a poner empeño, y si nos la echamos de a cheves, verás que va’ber empate. -Total, nos tomamos el día y mañana trabajamos horas estras. . . ¿sale? -Sale. . . -EN SUS MARCAS. . . LISTOS. . . ¡FUERA! -oLA PLANCHADOU DE LA OREJAS (Pido a mis lectores lean este diálogo con acento gringou). -Ser, ¿usted querer llevar mi a conocer México de noche? -¿A qué hora, mi güeris? -Ou, mi no saber, yo creer que después de la dinner. -¡No sea!, la Dina ‘stá ‘stá’l Estado de México, ¿qué le va ‘ver? -¿La Dina?, nou ser, yo no querer ir con guerls, yo sólo querer ir a conocer México de noche. -Pos’ sí, pero usté’ me dice que después de la Dina. -Nou, ser, yo decir que después de la dinner. . . cena, la comida de noche. -Ay mister, pu’s no le’ntendía. -¿Usted cuánto cobrar mi? _Mire mister, ¿si es en pesos mexicanos, le cobro 1000, si es en dólares, le cobro 35. -En dólares salir más barato, mi pagarle en dólares. -Por eso le cobro en dólares, no vaya’ser que se desvalúe, y salga perdido. 43

-Ou, usted saber mucho de cambious. -Pos’ no crea mister, a veces como que se me olvida lo del cambio. . . ¿Y dónde quiere que lo lleve mister?, que no sea muy tarde ¿eh?, porque luego tengo que planchar oreja. -¿Plachar juat? -No juat mister, oreja. -Mi nou entender qué ser oreja. -Oreja es oído mister, con lo que se oye. -¿Usted querer planchar oreja? -¡Clarines! ¿Qué usté’ no plancha oreja? -Nou Ser, mi planchar la roupa, mi nunca planchar oreja, ni manos, ser peligrouso, mi insurance no pagar la planchadou de oreja. -¡Boy!, aquí hasta le anuncian donde le planche, que si un “Silly”, que si un “Simmons”. . . -Ou, you estar muy desenrrolladous. . . -Pos’ no crea mister, los desenrrollados son ustedes que se ven tan grandotes; y ‘ora con el petrólio, lo que van a seguir desenrrollándose mister. Entons’ ¿qué?, ¿de quí’ora’quí’ora nos vamos? -Mire ser, yo pensar que mejor yo no querer ir, porque a mí no gustar eso de la planchar oreja. -Boy, no me venga con presumimientos pinche gringo, ¡qué!, ¿porque me ve chaparrito y morenito, me vo’a figurar que usté’ no plancha oreja? -Nou sir, nosotros venir de un país en donde lo que noso- tros planchar es roupa, cuando yo salir a México, my friends decir mi. “Tú tener cuidado con el water, pero nunca con la planchar oreja”. -¿Sabe qué mister? De veras tenga cuidado con el guoter no vaya’ser que por pendejo, le vaya’venir la venganza de Mo’tezuma; y pa’ que le sigo discutiendo, al cabo que ni soy guía de turistas, y yo me vo’a planchar oreja. . . ¡Que se divierta mister! -oEL PAPUCHO DE LOS PAPUCHOS -¡Hola! Mi Papucho!, ¿qué haciendo por estos lares? -Pos’ aquí mi Piolín, buscando pa’ la papa. 44

-Boy, ¿en la’lameda y a las 12? -Pos’ sí mi Piolín, me dijeron que’n la’lameda se sienta uno, y le llueve’ uno la chamba. -Pos’ yo creo que’stá equivocado mi Papucho, pero si usté lo dice, chance y a lo mejor el incorre’ito soy yo. !¡GRANDOTAS AUNQUE ME PEGUEN MAMAZO- TA. . . !” -Ay Papucho, si a usté’ no se le va una viva. . . -Pos’ claro, Dios nos las hizo pa’tirarlas y cogerlas, ¿no? -¡Mire nomás esa güera!. . . ¡Caballo grande, aunque no ande!. . . -Oiga mi Papucho, esa chaparra le’stá echando’jitos. -Pos’ hay. . . pero no pa’ todas. -Oiga mi Papucho, ¿y por qué hast’ora se puso a buscar chamba? -Mire mi Piolín, ya mi jefa no puede. La dejé que trabaja- ra por su puritito placer, per’ora si ya veo que de plano ni ve, y no crea, ya me cansé de verla en la “singer” todo el tiempo. -Oiga mi Piolín, ¿y usté’ que hace? -Pos’ aquí de turista. . . “Conozca México primero”, ¿no? -Usté’ si que’s a todo tren mi Piolín. A propo’ mi Piolín, ¿por qué le dicen a usté’ “Piolín”? -Pos’ me dicen el Piolín, por lo chiquito, lo trompudo y lo copetes. -¿Y a usté’ por qué le dicen el “Papucho”? -Pos’ me dicen el Papucho, porque las traigo fintas, nomás las invito al cine, y con tal de que les de uno de trompita, hasta me pagan l’entrada. ¡Estas viejas!... Me tienen re’ mal acostum- bra’o. . . -Oiga Papucho, en lo que consigue chamba, vámonos a “La Esperanza”, ¿no? Ai nos echamos unos tacos de buche, y nos los acompañamos con un pulquito, o un curado de piña. ¿Qué le parece? -Con mucho gusto, mi cuais, pero me da harta pena que no lo pueda invitar. -No se me apure, Papucho. ¿Pa’ que son los amigos?, hoy seré yo, mañana que consiga chamba, usté’ los dispara. -¡Ya va, ¡Piolín! 45

-Oiga mi Piolín, fíjese que ya me dieron ganas de regar el arbolito. -Pos’ póngase como el niño de la fuente, y ni quién se de cuenta. Yo le hago casita, y si viene el azul, pos’ le decimos que ‘stá posando. -¡Oiga Piolín; eso de posando, lo será usté’! -No se me’noje mi Papucho, si lo de posar es como pa’ ponerse pa’ una foto. -Bueno, pos’ así ya en el buen verbo, uno y’entiende. Lis- to mi “Pio”, vámonos yendo, porque ora si ya tengo harta se’. -oTEPIS COMPANY -¡Sopas!, ¡Sopas güeris! -¿Cómo que sopas? -Con cui, ¿no ve que me tira los paquetes? -Usted perdone joven. -Oiga güeris, ¿qué usté’ es del barrio? -¿Usted que cree jovenazo? -Pus’ por el acento como que sí, pero por lo güeris como que no. -Mejor lo dejamos así ¿no?, en el como que sí y en el co- mo que no. -Como quiera güeris. -Oiga jovenazo, ¿a cómo los de prender? -¿Cuáles?, ¿ “Sony”, “Trinitrone”, o “Zenith”?. -No joven, “Carlton”, “Lucky”, “Benson and Hedges”. -Uy güerita, yo pensé que venía por algo grande, y hasta l´iba decir que no hablara tan fuerte, ¿qué no ve que de arriba nos oyen? -Cómo será usted exagerado joven, Dios nos oye, pero no es’pa tanto. -Si no me refiero al cielo güeris; los de arriba, los azules. -Ay jovenazo, pues no le entendía. -Entons’ ¿qué?, ¿una tele o un tocacintas? -¿Y si me gusta el tocacintas, cómo me lo llevo? -Yo se lo llevo a su coche. -Pues, ¿no que nos oyen? 46

-Pus’ sí, pero por el precio güeris, luego hay que darles su comisión. -¿Sabe qué jovenazo? Mejor nada más unos “Raleigh” con boquilla, ¿sí? -Boy, no le saque; si le dicen algo, nomás les dice: “agarra la jarra”, y verá que se arreglan pero prontito, además güeris, aquí puro de importación, pa’ comprar “Raleigh” con boquilla, en cualquier estanquillo, y usté’ perdone, pero si no compra, no mallugue; o lo que’s lo mismo, haga cancha, no espante moscas. -o-

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ÍNDICE Prólogo Monólogos Procedencia del Caló Miseria Rencor El “Maistro” En Realida’ El Orgullo El Mal Marido Candil de la Calle La Esquilecia En Boca de Todos Los Jeans ‘Sta Duro Güerita Aceto Me Vale El Cargador ¿Cuál era cuál? Los Chicharrones El Primero de los Primeros De Puritito Guerrero Se Doma de Gorra Soleda’ No tengo’rita ¡Que Bonita mi Tierra! Relatos La Mamá de la Onda...¿vees? El Regalo La Cobija Eléctrica Un Viaje Poema Puro Dolor y Triesteza Carta Carta de una Madre Mexicana Diálogos Seguro Los Tapones 48

La Sirvienta de los Ochenta El Dragón Algodón ¿Enton’s qué? Los Quinces El Camión ¿Conqué? En el Lavadero ¡Daspabílate Lucrecia! Me veees y Sufresss Pos’ Sabe Una Carrerita de a Jugos La Planchadou de las Orejas El Papucho de los Papuchos Tepis Company

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SOLAPA UNO

COLABORADORA EN EL PERIÓDICO EXCÉLSIOR, SECCIONES METROPOLITANA Y CULTURAL DESDE 1982. MALKE TARTAKOVSKI NOS ENTREGA “TEPIS COMPANY” TERCERA EDICIÓN, CON LA ESPERANZA DE QUE ESE INTENTO PRESENTADO POR PRIMERA VEZ EN 1980, CONTINÚE EN EL TIEMPO, ASÍ COMO SU CARIÑO Y SUS RECUERDOS POR EL BARRIO DE LA LAGUNILLA, QUE LA VIÓ NACER, EN DONDE COMPRENDIÓ QUE EXISTE UN LENGUAJE SINGULAR DE CARIÑO Y RESPETO, POR LOS QUE HAN CARECIDO DE LO INDISPENSABLE.

SOLAPA DOS

DE MALKE TARTAKOVSKI: “UNA ROSA ...UN PENSAMIENTO” 1976(POEMA) “SED POR SER” 1977(DIÁLOGO, POEMA, CUENTO, RELATO, MONÓLOGO) “PALABRAS EN SILENCIO” 1980 (POEMA, DIÁLOGO, CUENTO, CARTA, RELATO) “TEPIS COMPANY” (PRIMERA EDICIÓN) 1980 (MONÓLOGO, RELATO, POEMA, CARTA, DIÁLOGO) “LOLLITA DE FRIJOLES” 1982 (POEMA, CUENTO, RELATO) “EN EL VUELO” 1986 (POEMA Y PROSA POÉTICA) INÉDITO 50

“QUERENCIAS” 1988 (POEMA, DIÁLOGO, RELATO, MONÓLOGO, ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS, CORRIDO, CUENTO) “TEPIS COMPANY” (SEGUNDA EDICIÓN) 1988 “LLUVIA DE HOJAS” 1995 (GUIÓN CINEMATOGRÁFICO) INÉDITO “TAREAS” 1995 (POEMA) INÉDITO “ALAZAR” 1997 (NOVELA ALEGÓRICA) “MISCELÁNEA SURREALISTA PARA HUGO ARGÜELLES 1998 (POEMA, PROSA POÉTICA) PRESENTADO EN LA SALA M. PONCE 2001 (OJO OJO OJOBUSCAR QUE FECHA) “JAULA DE AGUA” (NOVELA) 2002 (OJO OJO OJO CHECAR FECHA) “EL PROFETA SIN REGRESO” 2000 (GUIÓN CINEMATOGRÁFICO) EN PREPARACIÓN “JAULA DE AGUA” (OBRA DE TEATRO) CALENDARIO JUNIO 2002 INÉDITO 51

EN PREPARACIÓN “JAULA DE AGUA” (GUIÓN CINEMATOGRÁFICO) EN PREPARACIÓN CORRIDOS MEXICANOS PLAQUETES EN PREPARACIÓN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO SOBRE UN CUENTO DE: ALBERTO TARTAKOVSKI

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