María en voz baja pregunta a su vecina -¿Dónde estamos? La vecina con voz grave y lucida le contesta: -en los profundos infiernos -dicen que esta es tierra de moros Dijo otra vez distante que resonó en el ámbito del dormitorio Se ore la cadena en las argollas y la puerta se abrió La cancerbera empezó a pasearse de un extremo al otro del dormitorio. (María se sobrecosió) y solo ella sabía porque desde su primera semana en el sanatorio, la vigilante le había propuesto sin rodeos que durmiera con ella en su cuarto todo esto empezó con pequeños coqueteos a María y con negocios algo fétido para ella, María rechazo su propuesta. La guardia sin aceptar su derrota una noche se escabullo en el cuarto de María para besarla y decirle obscenidades al oído (María se soltó un golpe con el revés de la mano) que la mando al final de la habitación. La guardiana furiosa le dice: -¡¡¡HIJA DE PUT*!!! (Grito) -¡¡¡LAS DOS NOS VAMOS A PUDRIR EN ESTE CHIQUERO HASTA QUE TE VUELVAS LOCA POR MI!!! El verano llego sin anunciarse el primer domingo de junio. El sanatorio tomo medidas de emergencia con las reclusas ya que se estaban sofocadas por el calor del verano. María asistió divertida a algunos eventos graciosos y absurdos, un día y sin saber cómo, se encontró sola en una oficina abandonada y con un teléfono resonaba sin cesar como si fuese un timbre de súplica. María contesto sin pensarlo, y oyó Una voz resana que imitaba el servicio telefónico de la hora -son las cuarenta y cinco horas y noventa minutos y ciento siete segundos -maricon (dijo María) Colgó divertida. Ya se iba, cuando cayó en cuenta que estaba dejando escapar una ocasión irrepetible, María marco seis dígitos, a una velocidad de vértigo y con el corazón en la boca y oyó por fin la voz del hombre de su vida -¿bueno?... -¡conejo, vida mía! (suspiro) (Las lágrimas pudieron con ella. A otro lado de la línea hubo un silencio incómodo y de espanto) (Saturno, responde por los celos escupiendo la palabra)
-¡PUTA! (Saturno cuelga en seco). Esa noche, maría había perdido la cabeza atacando todo lo que fuera animado o inanimado en su cuarto, le faltaba rabia para enfrentarse a golpes con un guardia que trataban de someterla, sin embargo hay estaba ella herculina plantada en la puerta y con brazos cruzados la miraba fijamente, maría se rindió y se la llevaba al pabellón de locas furiosas, la tranquilizaron con agua fría e inmovilizada por un sedante, una semana después, de regreso a su dormitorio, se levantó y toco en la celda de la guardiana nocturna. María le propuso que guardara en secreto su petición de enviarle un mensaje a su marido Saturno -Si alguno de estos de acá sabe algo te mueres Saturno fue al sanatorio de locas, con la camioneta preparada para celebrar el regreso de maría. El director lo recibió en su oficina y le hizo un informe sobre el estado de su esposa. Nadie sabía de dónde llego maría. En todo caso, lo que más intrigo al director era como sabia Saturno la ubicación de su esposa -Me lo informo la compañía de seguros del coche Dijo así intentando no delatar al guardia El director asintió complacido -no sé cómo hacen los seguros para saberlo todo (dijo) (Va hacia el expediente que había sobre su escritorio) -lo único cierto es la gravedad de su estado El director dispuesto a autorizarle una visita su esposa con las debidas prevenciones si Saturno el mago prometía, ceñirse a la conducta adecuada y tratarla de buena forma, para evitar que maría volviera a sus arrebatos de furia -Es raro (Dijo Saturno) -siempre fue de genio fuerte, pero de mucho dominio. (Dijo el doctor) -hay conductas que permanecen latentes durante muchos años, y si un día estallan -con todo, es una suerte que haya caído aquí, porque somos especialistas en casos que requieren mano dura
(Habla sobre su esposa y tiene una rara obsesión con el teléfono) -Usted… solamente sígale la corriente ¿si me entiende?... -tranquilo doctor, esa es mi especialidad (dice con un aire alegre) La sala de visitas era una especie de cárcel y confesionario. María estaba de pie en el centro del salón, junto a una pequeña mesa, con dos sillas y un florero sin flores. Era evidente que estaba lista para irse con su lamentable saco color fresa y unos zapatos sórdidos. En un rincón, casi invisible, estaba herculina con los brazos cruzados maría estaba como una piedra sin emociones, María y Saturno se dieron un beso de rutina -¿Cómo te sientes? (pregunta Saturno) -Feliz de que hayas venido, conejo, esto de acá es un infierno (dice María) Ahogándose en lágrimas, María le conto por las miserias y penas que había pasado, la comida de perros, las noches interminables sin cerrar los ojos por terror -ya ni se cuánto tiempo llevo aquí si días, meses o quizá hasta años, pero sé que cada uno ha sido peor que los otros (dijo maría entre lágrimas) -creo que nunca volveré a ser la misma -ahora todo eso paso (dijo Saturno acariciándole) -yo seguiré viniendo todos los sábados y más, si el director me lo permite, ya verás que todo va a salir bien (dijo Saturno) En ese momento Saturno le dijo a maría todo lo que le había dicho el medico sobre su salud -en síntesis (concluyo Saturno) -aun te faltan varios días para que estés completamente recuperada -por dios no me digas que tú también crees que estoy loca
-como se te ocurre (dice Saturno tratando de reír) -lo que pasa es que será mucho más conveniente para todos que sigas por un tiempo aquí en mejores condiciones por supuesto -¡pero si solo vine a hablar por teléfono! (Dijo maría)
(Saturno no sabía cómo reaccionar a la obsesión de maría) (Miro a herculina) Esta aprovecho la mirada para indicarle en su reloj de pulso que era tiempo de dar por terminada la visita. María intercepto, la señal, miro hacia atrás, y vio a herculina en la tensión del asalto que se veía venir. Entonces María se abalanza hacia Saturno para aferrarse a su cuello gritando como una verdadera loca. Él se la quitó de encima con tanto amor como pudo, dejándola en manos de herculina que le salto por la espalda. Sin darle tiempo para reaccionar y le aplico una llave con la mano izquierda le paso al otro brazo alrededor del cuello y le grito a Saturno -¡váyase! (Saturno huyó despavorido) Sin embargo. El siguiente sábado, ya repuesto el espanto de aquella vez, volvió al sanatorio con su gato vestido como el, con una asombrosa capa, junto con un asombroso atuendo. Entro con la camioneta de feria hasta el patio y empezó su show, las reclusas gozaron de su show con los gritos y sonidos bizarros pero, sin embargo, María se acercó a su marido, esto hiriéndole de gravedad. -es una reacción típica (consolándola el director) -ya pasara Pero no paso nunca. Saturno hizo lo imposible movió montes, bebió los mares y voló al espacio solo para tener un pequeño momento con María Nunca se supo más de Saturno salvo que se volvió a casar, le dejo un gato medio muerto de hambre una noviecita casual que de vez en cuando le dejaba cigarros en la puerta del sanatorio y que herculina le entregaba a María. La última vez que vieron el manicomio fue hecho escombros Y la última vez que vio a María fue con un poco de peso y la cara de felicidad de claustro. Ese día llevo también al gato porque ya se le había acabado el dinero que Saturno le había dejado para comer