Sin Cuento

  • June 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Sin Cuento as PDF for free.

More details

  • Words: 14,407
  • Pages: 73
Garúa Medrano

2

Sin Cuento

Sin Cuento

3

Garúa Medrano

EL PRIMER PASO Dicen que el primer paso, es el mas importante. Yo nunca pude dar ese paso, ni ese ni otros Por eso, nunca llegare a ser importante pero importante de esos de traje oscuro, limusina, acciones y teléfonos satélites. Uno debe servir para ese tipo de importancias, yo soy más de otras, de esas de andar por casa. Mi importancia es, como esa zapatilla que enseña el dedo gordo. A mi la importancia me la da alguien que confía en mi. Pone su confianza, buena, intacta, inocente, limpia, en un jarrón, y me la da. Y yo, la cuido, y la mimo, porque me destrozaría no estar a la altura de las expectativas de quien me la dio. Y pienso en la confianza, que ponen los críos a los que cuento los cuentos en verano. Veo sus ojos como charcos enormes, sin ninguna sombra de duda, contándome sus miedos, porque yo les escucho. Y no me río, ni les llamo miedicas. No sienten vergüenza de contar lo que sea. Porque se dan al completo Y eso, no lo conseguirán nunca unos zapatos con lustre del señor importante, dueño de ese primer paso tan importante... eso es, para gente que adora las zapatillas rotas, como tu y yo.... Y digo yo.... ¿Por que adoro yo, las zapatillas viejas, si nunca pude caminar? No se.... Porque me hacen sentir importante, supongo

..

Garúa Medrano

4

Sin Cuento

LÍNEA DE FUGA

Escribía. De su puño iba saliendo una línea que corría, corría hacia el infinito. Ahora se detenía, después se alejaba enloquecida. Era una línea, una rígida vara de madera, un tabla ;como la de los que los carpinteros utilizan para medir. Era un margen, la línea era un margen que dividía. Dividía la oscuridad y la alejaba de la luz, el bien del mal, el amor del odio. También era un listón, un listón que no podía saltar y la aprisionaba, que la mantenía erguida sin permitirle doblar los brazos, las piernas, inclinarse. Estaba presa en un listón o un ataúd, ataúd solitario, que se estrechaba por los lados y la comprimía hasta hacerle perder la respiración. Sus huesos se estiraban, dolorosamente, se estiraban para transformarla en línea. Si, ella era ya una línea, una línea de fuga, una línea que huía. Debía huir de los tópicos, de los márgenes, de las divisiones... Ella era una línea que corría, corría hasta perderse en el infinito.



Sin Cuento

5

Garúa Medrano

¿POR QUÉ GARÚA?

Lo primero que hizo fue rebautizarse. Es lógico, acababa de nacer y necesitaba un nombre. ¿Y dónde buscar un nombre para sí misma?. No había literatura al respecto, no sabía por dónde empezar. Buscó directamente dentro de los armarios… allí estaban, debajo de un montón de cosas apiladas, guardaditos en bolsas herméticas cubiertas por el polvo del olvido varios nombres de esos que había guardado en algún momento de su vida porque le gustaron, porque le traían buenos recuerdos o ¡vaya usted a saber!. Fue abriéndolos uno a uno…primero se probó el de "Pizca", le quedaba estrecho, olía a moho, y estaba algo raído: "Pizca no… no sea que se confundan y me llamen bizca", después se fue y buscó en una bolsa enorme que contenía un montón de nombres elegidos entre los mitos griegos, en el Olimpo: y empezó a probárselos: Aracne…, no le gustaba porque el tejido era demasiado frágil y le colgaba siempre un hilo del que no se supo desprender…Ariadna… era bonito, lleno de color… pero también tenía hilo del que estar pendiente y temía enredarse en el y caerse. Talía, Eutherpe, Deyanira… eran preciosos…pero al verse en el espejo no le gustaba demasiado como le quedaban. Cambiarse de nombre estaba resultando mas complicado de lo que ella había previsto. Mientras iba buscando aquí y allí, sonaba la música de un tango a lo lejos. No era un tango cualquiera, no era de Gardel, nada de

Garúa Medrano

6

Sin Cuento

bandoneones, una guitarra solitaria y a voz melancólica del cantante, Carlos Montero, oscura y dulce. Los huecos de la habitación se iban llenando con imágenes que iban a posarse sobre las paredes, como si fueran cuadros, y luego ¡poff!, desaparecían como pompas de jabón… eran imágenes tristes, espesas…. llovía, en el tango llovía, en Argentina y allí a esa llovizna se le dice garúa. Y Garúa, convertido en nombre, le saltó al cuerpo llenándose de esos tonos que solo aparecen en otoño, en los bordes de las hojas, todo olía a lluvia, a tierra húmeda, era su olor, ella era la Garúa. Empapada como si le hubiera caído un chaparrón ya no necesitó buscar mas nombres, porque el suyo estaba ya en los huesos había encontrado el que buscaba.. Era otra persona. Podía ser nueva, ser como quisiera, hacer lo que quisiera. Sentía como si en un segundo se hubiera deshecho de un montón de lastre, estaba ligera, radiante, alegre y dispuesta a hacer una travesura, la primera de un recién nacido, algo sin pizca de maldad… Escribió una carta de naufrago, era la primera, no era una carta normal, era lo que la nueva personalidad quería que ella fuese, y decidió enviarla. Se preguntó entonces a quién y se dio cuenta que al ser recién nacida no conocía a nadie, nadie la conocía. Se dio cuenta que estaba sola, tremendamente sola en un desierto lleno de conocidos, y no le gustaba estar sola. Decidió escribir a otros náufragos que sintiesen como ella la soledad y que escribieran para salir de ella, gente desconocida, seguro que recibir su mensaje les animaba a contestar y no se sentiría vacía como ahora,

Sin Cuento

7

Garúa Medrano

así que, ni corta ni perezosa, cerrando bien los ojos, lo lanzó a un mar oscuro, dentro de su botella, y se quedó soñando en que habría respuesta



Garúa Medrano

Sin Cuento

8

GARÚA Garúa es mágica. Garúa llega siempre por la mañana como el aire fresco. Garúa se desliza con habilidad entre la complicada trama de Correos para hacerme llegar sus pensamientos. Garúa escribe largas cartas con letra precisa y preciosa en las que cuenta cosas, maravillosas cosas. Garúa se molesta en ir a la librería a comprar papel y sobres. Garúa se molesta en ir hasta el estanco a comprar sellos. Garúa se molesta en rellenar los papeles y esos sobres. Garúa echa siempre las cartas en los buzones como los naufrago arrojan al mar botellas con mensajes de socorro. Garúa pone toda su ilusión, todo su coraje, su fuerza toda su sensibilidad y todo su cariño en escribir unas deliciosas cartas. Garúa se esconde detrás de unas iniciales y nunca miente. Garúa se hace querer. Garúa se hace, incluso, a veces amar. Garúa escribe y escribe y escribe y refleja en sus escritos el mundo que la rodea. Garúa vive a finales del siglo XX pegada a la correspondencia, como lo hacían nuestras abuelas. Tiene teléfono, televisión y vídeo y todos los avances de la técnica mas avanzada y moderna,

pero

sigue

pegando

sellos

a

sobres

que

contienen

estimulantes cartas. Garúa es un ser epistolar que confía en la eficacia del correo. Garúa reniega de los casilleros postales de los portales que tan sólo se llenan de publicidad, impresos y comunicaciones bancarias y un poco más de publicidad. Garúa aún se acerca a su buzón para esperar al cartero portador de misivas llenas de vida. Misivas escritas a mano que cuentan cosas personales redactadas con el corazón. Garúa me escribe a menudo y siempre leo sus cartas con pasión porque son extraordinarias.

Sin Cuento

9

Garúa Medrano

Contesto a Garúa a vuelta de correo, y así, como quien no quiere la cosa, poquito a poco, he recuperado el antiguo placer de escribir y que me escriban. El placer de expresarte sobre un folio en blanco y esperar la respuesta, abrir la carta y leer. Garúa es mi ángel postal, mi conexión con otra realidad. Garúa es un cielo epistolar con la que mantengo correspondencia, como antes, como cuando no había ni teléfono ni fax. David Serna



Garúa Medrano

10

Sin Cuento

Sin Cuento

Sin Cuento

11

Garúa Medrano

ENCIÉNDEME UNA ESTRELLA Si alguna vez te encuentras con una varita mágica utilízala.

El momento de abrir los regalos. Había pasado la semana tratando de ocultarle el mío a mamá. No aguantaba las ganas de dárselo antes pero Marta me reñía y me llamaba "mocoso chivato". Fue la semana mas larga de mí vida, paso despacito despacio. Primero abrió el de papá, que venía en un paquete muy precioso, eran unos pendientes con piedras de colores con la sortija a juego. Después abrió el de Marta, que lo había hecho en el colegio: un portarretratos y dentro una foto de ella de cuando cumplió tres años con la cara llena de chocolate. ¡Claro!, ellos tenían dinero, o iban al colegio. Yo tenía miedo de que a mamá no le gustase mi regalo. Lo desenvolvió con cuidado de no romper el papel y cuando lo vio, insegura, me miró a los ojos: - "¡Qué bonito!, ¿Qué es?" Ella no entendía nada, no sabía ni qué era mi regalo, y si no ¿Por qué preguntaba qué era estando tan claro?. - "Una varita mágica para encender estrellas". - "Mira, haremos una cosa: paara que no se estropée la guardaremos en tu armario, ¿Vale?. Me di cuenta que no le había gustado, para ella mí varita mágica era tan solo un palo. Me fui a mi cuarto. Casi anochecía. Abrí el estuche y la saqué por la ventana. No pude apuntar a ningún sitio: lloraba. Disparé tres veces y al momento empezaron a salir las estrellas, después partí la varita en dos: "Mamá no necesitaba las estrellas"



Garúa Medrano

Sin Cuento

12

LADRONES DE POLVO (Polvo eres y en polvo...)

Vienen a por nosotros. Viene mucha gente. Unos cada día, otros una vez al año, llueva o truene. Las seis. La piedra está caliente. Hoy hace sol. No me gustan los días de sol. Se aprovecha para hacer visitas y esto se llena. Dentro de media hora sonará una campana, cerrarán la verja como cada tarde y volverá el silencio. Los habituales vienen los sábados y domingos. Hablan un rato: "Es que Pablito me da muy mala vida... me va a matar de un disgusto ¡Prrrrr...! (Haciendo un ruido tremendo para sonarse) … perdona (silencio). Los visitados, mis compañeros, aguantan estoicamente: ni una palabra, ni un movimiento. Las visitas con la excusa de la limpieza, arrancan con ahínco y sin miramientos lo único que ahora somos. A cambio nos dejan flores, flores de plástico o recién cortadas. Tardé en comprender que solo quieren nuestro polvo. No importa la forma de conseguirlo: los honrados ladrones de polvo prosiguen diligentes con su amena tarea. De momento he tenido mas suerte que muchos compañeros. Me pude mantener intacto. Lo veo todo desde un lugar seguro: húmedo, con mucha sombra y aire frío. Es una zona buena: sin visitas. Paso los días tratando de no recordar a los compañeros que por estar en zona de sol se han llevado, día tras día, en trocitos. Realmente no puedo creer que ellos sean los vivos. Pasan la vida con la lágrima y la urna dispuesta, al acecho de los hornos crematorios. Aguardan ansiosos el momento de almacenar en las oseras los crujientes

Sin Cuento

13

Garúa Medrano

restos familiares, de fundir plácidamente las sobras de los que fuimos hombres o mujeres. Esperando lo único que ahora podemos darles, con ayuda del tiempo, ese que les otorgue el polvo: la prueba real de que nos hemos ido para siempre.



Garúa Medrano

Sin Cuento

14

DIARIO DE PÉRDIDAS Alguien me dijo una vez: "Donde no puedo ir no existe"

De golpe todo había cambiado. Al principio no notó nada. Era el primer paseo de los otros muchos que haría fuera del hospital con el celador y tuvo una extraña sensación de melancolía. Ésta fue tomando cuerpo a lo largo de la tarde. Lo echó de menos. No sabía qué, pero faltaba algo.

Preguntó

qué

era, el celador no supo decirle. La sensación siguió revoloteando en su cabeza el resto del día: mientras el parchís, en la piscina, delante de la tele, en la cena...Pese a estar aturdido no podía dejar de pensar en ello, como cuando se nos mete una música determinada en el alma y no somos capaces de dejar de tararearla, aunque sea la canción que mas odiemos. De noche lo supo. Faltaba un edificio -¡Una locura!, ¿Dónde va a ir un edificio entero, lleno de paredes, muebles, escalones, personas?- Un edificio alto, con cuatro o cinco plantas, de ladrillo visto. Lo recordaba bien. Todos los días, antes del accidente, subía de tres en tres los escalones del soportal: ¿Eran cuatro o cinco?. Le gustaba la puerta con lunas de espejo que tenía, para

mirarse mientras esperaba allí a un

compañero que le llevaba en coche. Al día siguiente, durante el paseo, le preguntó al celador donde estaba el edificio. El celador dijo que estaba donde siempre, frente a ellos: “¡Pues yo no lo veo!". El celador, caminando como si tal cosa, rió brevemente: “Vale, no me está tomando el pelo, y no lo ve: ¡Es "usté" un bromista!". Las cosas siguieron cambiando. Él estaba cada vez mas melancólico. Echaba de menos las cosas no por los recuerdos que pudieran traerle sino porque desaparecían. La melancolía cedió para dejar paso a la preocupación por su salud mental. Al final el silencio.

Sin Cuento

15

Garúa Medrano

"¡Es "usté" un bromista!". Cada mañana el celador repetía la misma frase monocorde cuando él señalaba aquí o allí. Fue entonces cuando decidió anotar en el cuaderno lo que le ocurría. Los vacíos se adueñaban de las calles, que se llenaron de huecos de edificios: hoy un videoclub, mañana una tasca, pasado una farmacia... después también faltaron… aceras, la frutería, aquella librería con estantes antiguos, el cine, el rastrillo ¡Hasta los autobuses! : “¡Es "usté" un bromista!". La desesperación llegó cuando empezó a observar también "huecos" entre sus amigos. Al preguntar por ellos a quienes le visitaban fingían que no les recordaban o contestaban : “Si lo tienes aquí, frente a tus narices : … je, je, je… (una risita estúpida) : ¿Nos quieres tomar el pelo ?”. Le miraban quedando después en silencio. No podía dormir. La sospecha le impedía hacer nada, pensar en nada, vivir. Laboriosamente, como si la vida le fuera en ello, continuó escribiendo cada noche en el cuaderno, anotando con cuidado todo lo que recordaba y ahora, por alguna extraña razón se desvanecía. Por eso no entendía qué tenían que ver las palabras del psicólogo del hospital con lo que estaba pasando en la calle, en su vida.. Le hablaba de la nueva situación. Debía aceptar lo inaccesible : edificios que por su estructura arquitectónica nunca podría visitar… Debía darse cuenta que pese a no utilizarlos seguían ahí, existían, que no debía obcecarse. Debía asumirlo aceptar que no podría llegar a lo inaccesible, aceptar que todo lo inaccesible seguía existiendo aún fuera de su alcance, hasta las personas. Debía, debía… Pero el no escuchaba, seguía apuntando en su cuaderno, no era capaz de concentrarse.



Garúa Medrano

16

Sin Cuento

UN BESO A LA DERIVA Ayer, iba paseando por mi barrio y de repente tuve la sensación de haber tropezado contra algo. Algo me había dado en la cara: no me hizo daño, al contrario... Era una sensación fresca y dulce. Miré a los lados...nada, alrededor tampoco. Seguí mi camino. Me fijé que, dos o tres personas, pasaban y al mirarme sonreían. Pensé que era uno de esos días en los que tenemos el guapo subido, y llamamos la atención. No le dí mas importancia. En la esquina de la acera me encontré con el vecino del tercero, que llevaba a su nieta a la biblioteca:

"¿Donde vas tan deprisa?", le conte que iba a por el periódico antes que cerrasen.... "Oye...¡¡Que salvajes!!, menudo moratón en forma de beso te han dejado en esa mejilla....". Instintivamente llevé la mano a la cara y me acerqué a mirarme en las lunas de una cafetería. Las personas de dentro, al verme, también sonreían.

Sin Cuento No

recordaba

17

que

nadie

me

hubiera

Garúa Medrano dado

ningún

beso.....

Me fuí pensando que quizá, en el aire de uno de esos días que tenemos el guapo subido, me había encontrado con un beso a la deriva.



Garúa Medrano

18

Sin Cuento

ABRAZO SOLITARIO Dedicado a cycloman

Cuando la soledad le anudaba el brillo de los ojos, buscando en el horizonte, buscando mas allá de los cristales de una ventana los pasos que nunca volverían, ni los ecos, ni los murmullos. Cuando la respiración se entrecortaba por la pena, y los lagrimones, caían como manzanas maduras en una cosecha fértil de silencios. Cuando las risas de los viernes, en los demás, sentado solo, en ese restaurante de los viernes, con murmullo de viernes, mirando con mirada neutra solo, esperando esas palabras que ya se han perdido. Cuando las botellas de cerveza están vacías, y no hay mas que queso raido en la nevera, y uno usa su bandejita, para cenar escuchando a alguien frente a la tele. Cuando la única alegría del gol de tu equipo, une tu corazón a miles de corazones, no tan solitarios, uno, siente la necesidad de dar ese abrazo, de alegría. Entonces, ese abrazo humano, perdido, ese abrazo humano inexistente, se transforma, en el calor del abrazo sin brazos, de su perro. El, entonces moverá la cola al ver que le abraza. Sin entender mas que el abrazo, que es lo único importante, y es eso que los humanos, no acabamos de aprender de esos seres, que creemos inferiores a nosotros tantas veces, los perros



Sin Cuento

19

Garúa Medrano

MEMORIA LIMITADA La memoria es limitada, para aprender una cosa, haces desaparecer otra... Para aprender la tabla del 7 tuve que olvidar sumar por los dedos. Para aprender a nadar tuve que olvidar jugar en la orilla del mar. Para dar mis primeros pasos me olvidé de gatear. Para aprender a andar en bicicleta, olvide para siempre el triciclo. Y me di cuenta que la vida obliga a aprender, y lo hice: Y aprendí a jugar al corro, y aprendí a bailar lento, y aprendí a dar besos, y aprendí la metáfora, el endecasílabo, los visigodos, el verbo avoir, sujeto verbo y predicado , y aprendí , y aprendí .... Mientras, olvidaba cosas inconscientemente... Y ahora pienso, qué habré hecho en 1972? Con quién compartía secretos en 1984? de quién me enamoraba en 1990.... qué habré aprendido para olvidar todo eso?.... pero por mas que pienso no lo recuerdo... Ahora escribo esto,.... y cuando no recuerde haberlo escrito, quizá haya olvidado como atarme los zapatos, y como abrocharme los botones de la camisa o cómo freír un huevo. Lo que espero es que nunca olvide que bello es el cielo en los atardeceres, y nunca olvide que sigues ahí y cuanto te quiero



Garúa Medrano

20

Sin Cuento

LA VIDA ES UNA ZORRA QUE NOS TIENE PILLADOS POR LOS HUEVOS.

Coquetea la muy puta, sabe como encendernos, como provocarnos, como derretirnos. Pero es infiel. A veces, me dan ganas de ponerle los cuernos, abandonarla en una cuneta a su suerte… Después, me encojo de hombros, y con mi ojo morado, el pelo revuelto y el miedo en la mirada, me digo… ¡si no eres mas que una maltratada! Es maltrato acostarse cuando otros lo ordenan y no hay otra, ni rechistes porque el peso de la culpa por todo lo que están haciendo por ti cae del cielo y te aplasta: te visten, te limpian el culo, te sientan, tienes tu ordenador, 400 euros para tus gastos, y 300 para pagar una hora a alguien que te trate como una muñequita y te deje como a un barriguitas sentadito en su cochecito. Pero de esto no se habla, esto esta feo, miramos de lado, callamos… viene a ser como decir mecagoendios, o tocarse el pito en publico… es un tabú… y vosotros que leeis desde aqui, pensando que nuestra vida es como esas que cuenta la caixa (que falsos e hipócritas… me enciendo cuando veo el planeta piruleta que presentan) Pues no YA ESTA BIEN, JODER, yo se que lo leeréis, y mirareis al otro lado, pero al menos yo lo vomitare sobre vosotros… ojala os llegue el olor del vómito, y despertéis… Porque ESTO, VA TAMBIEN CON VOSOTROS… o es que creéis que sois superman? soñad, soñad con vuestra “dependencia cero” y poneos chulos… El tiempo, va a haceros llegar… y estaría bien cimentar esto para que cuando lleguéis, el edificio este preparado para que NO NECESITEIS LUCHAR POR SER LIBRES.

Sin Cuento

Garúa Medrano

21

Cuando llego la ley de dependencia, pensé: “será por fin la hora de poder hacer mis necesidades dos veces al día si tengo ganas, sin tener cargo de conciencia porque mi madre tenga una ración extra. ¿Será por fin la hora de poder decidir YO SOLA a que hora me quiero acostar?”… Pues

no…

esa

hora,

nunca

me

llegará…

POR

MOTIVOS

EXCLUSIVAMENTE ECONOMICOS. A ver si se habla claro. Los que no movemos el cuerpo, y nos defendemos solo con unos deditos… No queremos morirnos PORQUE SI sino, porque NO. Porque NO TENEMOS MEDIOS PARA PAGAR A QUIENES SI, HAGAN LO QUE NECESITAMOS, NO TENEMOS MEDIOS PARA COMPRAR AYUDAS TECNICAS… ES LO QUE HACE QUERER MORIRSE A ALGUNOS Y PASAR DE AGUANTAR. (Era lo que explicaba antes en la metáfora de mi ojo morado, y mis humillaciones y maltratos) No os engañéis, la vida es una zorra que nos tiene pillados por los huevos… cualquier día, os jode… y estaréis felices como yo, de su orgasmo Seguramente nadie llegue hasta el punto final de este artículo, y si es así, que se fastidie, porque he puesto un punto y final en forma de jarrón con flores



Garúa Medrano

22

Sin Cuento

TAMBIÉN VA CONTIGO.

Seguramente, tu que me lees, recuerdas episodios vergonzosos de nuestra historia. Recordemos el nazismo, donde la raza aria, separó y exterminó a los judios, gitanos, y cualquier otra raza o persona diferente al canon ario, el nazismo creció con la Colaboración y Silencio de una parte de la sociedad que simplemente “miró a otro lado” Recordemos el apartheid un fenómeno de segregación en Sudáfrica implantado y dirigido por la raza blanca. Este preámbulo es para decirte que esto no es historia, para decirte que ante tus ojos pervive NAZISMO Y APARTHEID, y tu, como hicieron aquellos, “miras a otro lado” A ti, que no percibes que se construyen, abren, remodelan edificios SEGREGACIONISTAS donde se separa la RAZA UTIL, de la RAZA “INUTIL” Tu que trabajas en la administración y ahora me lees eres cómplice de estos nuevos nazis, de los nazis Administradores que “Presuntamente” por comisiones, conceden las licencias sin mirar mas Cada local que veo abrirse, que me impide vivir con el mismo derecho que tu que lees, me grita “Eh, tu no, inútil, esto es para personas útiles” mientras tu, me miras, mudo, desde dentro con tu prepotente utilidad No me sirven excusas. No te ampares en los negligentes RACISTAS.

Sin Cuento

23

Garúa Medrano

Tu trabajas en Television y puedes hacer algo mas que usarnos cada vez que sale el tema de la eutanasia. Seguramente no es la primera vez que oyes: "Si yo me quedo tetraplejico, me muero"... o "Preferiria morirme" ¿Qué hay detras de esas frases? Te lo diré, no es tanto, no ser capaz de soportar la limitacion fisica sino que SE CERRARIAN DE GOLPE TODAS LAS PUERTAS QUE NOSOTROS VEMOS CERRADAS CADA DIA. Nosotros QUEREMOS VIVIR, PERO NO MOVEIS NI UN DEDO. ES TAN FACIL HACERSE EL TONTO, ES TAN FACIL MIRAR A OTRO LADO!!!! Y esos dueños de un local que se gastan una pasta en la remodelacion de los locales y no gastan ni un centimo para fabricar una rampa portátil que me pruebe que no es igual que Hitler, que no es un segregacionista, un torturador? o no acabas de entender que ME ESTAS TORTURANDO?… es mas fácil no pensar en nada y dejarme fuera. Por eso también va contigo, de ti depende dejar de ser un racista, un cómplice, o ponerte de mi lado y empujar conmigo las conciencias de todos para que por fin llegue el momento de nuestra libertad



Garúa Medrano

Sin Cuento

24

MIGUEL EL ASESINO

A Miguel Carcaño

Érase una vez un asesino. Lo metieron preso. Fin. Érase una vez un asesino. Cuando nació debió ser un bebe guapo, no sabemos quien le acunaba, quien le compraba golosinas, como era su casa. Asesino, no podemos permitirte estar con nosotros en esta sociedad, no estas

preparado

para

vivir

entre

nosotros,

ni

siquiera

hay

arrepentimiento en tu mirada. No fuiste capaz de sentir el dolor que causabas a tu victima. No había piedad en ti. ¿Que pasaba en tu cabeza, Miguel? Nada te justifica. Nada es porque si. ¿Como te has convertido en un asesino? ¿Por que, nadie se ha dado cuenta hace 15 años, cuando tenias 7, de cual iba a ser tu destino? ¿Que hemos hecho mal? Hay un punto antes del asesinato atroz, en el que la cosa se torció para siempre. Te has torcido tu solo? Te hemos torcido? Siento dolor por el abuelo de marta, y por el padre, la madre, el tio, sus amigas, sus ex novios, sus profesores, los tenderos, todos la hemos perdido... incluso yo, que estoy en Oviedo, y no la conocí nada, siento que la hemos perdido, de una forma atroz, e injusta. Pero nada es BLANCO y NEGRO... los maniqueísmos, no existen. Hay, mucho gris en medio. Se que escribo esto, y no se va a entender, porque ahora, lo que toca, es tirar piedras a Miguel, al Cuco, y al resto... Pero yo no tirare la primera, como lo han hecho ya.

Sin Cuento

25

Garúa Medrano

Porque creo, que hemos dejado TODOS, crecer no solo a este Miguel, sino miles de Migueles, sin mirar que puede pasarles, que están necesitando, y que poder hacer para que esto no ocurra... Porque, seguramente, Miguel, también dio sus primeros pasos, pero nadie aplaudió después, y le abrazo, y le canto la nana para dormirse, nadie hizo los deberes con el, y así se fue secando ese corazón enfermo, que hoy, destila soberbia, y orgullo mal entendido, y solo abriga rencor y miedo. ¿O a caso a miguel, no le gustaban las golosinas como al Cuco o a Marta? Todos eran niños, niños inocentes, a los que les hemos ido dejando crecer y llegar a donde estamos... Por eso, me duelen estas dos frases: “...Dos jóvenes encarcelados que jamás deberían volver a ver la luz de las calles". "...éstos corazones negros tienen que pagar para siempre toda esta locura"

Ni siempre ni jamás me gustaron nunca...



Garúa Medrano

26

Sin Cuento

EL MURO De repente un día al salir de casa todo cambia. No entiendes por que, pero a lo largo de todas las aceras se extiende un muro que llega hasta la altura del cuello… es casi claustrofóbico. Llegas a ver las cabezas de los que pasan desde la otra acera. Ese muro lo rodea todo. Solo en determinadas zonas se abre de pronto y te permite cambiar de acera, pero no siempre. A veces, esas aberturas, también están tapiadas impidiendo el paso. Mientras caminas, de pronto, te fijas en los comercios… Es una locura, la mayor parte de ellos, están tapiados también, y los restaurantes, y los despachos de abogados, y las oficinas de los bancos, farmacias, peluquerías, correos… Y las puertas de casi todos los taxis están tapiadas, y las de los autocares, autobuses, trenes… Descubres, que algunas personas también tienen el rostro desfigurado, como un muro, personas con la cabeza de muro… quieres preguntarles qué esta pasando, les gritas, pero no te escuchan. Solo hablan con personas con cabeza de muro… Y por ultimo piensas en a volver a casa. Si, es una buena idea volver a casa. Aprietas el paso. Al llegar, descubres, que también han puesto un muro en el portal y no puedes entrar ni a tu propia casa. Lo que era tu casa, deja de serlo para siempre… Desesperado, sin un lugar a donde ir, estas sudando, a punto de gritar, No comprendes nada. No te preocupes, el cuento, para ti, termina bien. En este cuento tu no tienes nada que temer porque, solo has imaginado y sentido durante un momento una realidad nueva. Lo que has sentido es lo que vivimos día a día los discapacitados.

Sin Cuento

27

Garúa Medrano

Ahora, tu, puedes volver a tu realidad y mientras los discapacitados seguiremos viviendo en la otra, en la de los muros. Porque nuestra realidad no va a cambiar si vosotros no empujáis para mover el muro. Ahora puedes olvidar el cuento… Pero, no podrás saber nunca, si en un futuro, este mal trago que has pasado solo durante unos segundos, imaginándolo, podría hacerse realidad si no hacemos nada por evitarlo. Nadie está libre de ello.



Garúa Medrano

Sin Cuento

28

APRENDIENDO A ESCUCHARTE

A Toña y su valentía

Estas aquí, conmigo. Siempre conmigo. Siempre te cuento cosas, cosas nuestras. Estoy en la churre, como cada mañana, como cada tarde. Como cada día, semana, mes y año. En nuestra churre. La gente que me ve detrás de la barra, sonriendo, o en la terraza tomando el sol, y creen que estoy callada porque no me ven mover la boca, y sin embargo… ¡Dios, cuanto hablamos tu y yo, …y cuanto nos queda por hablar todavía. ¿Quién dijo que para hablar se necesita una boca, una lengua, unos dientes? ¿Quién dijo que se necesita un cuerpo, o una vida? Ellos ven que estoy sola, detrás de esta barra, no ven más. No se dan cuenta que, aunque me vean sola, tu y yo seguimos charlando. ¡¡¡Que duro y difícil ha sido aprender!!!. Aquella etapa oscura no quiero recordarla. Sin poder centrarme, confusa, muy confusa. Como una autómata. Sin gana de nada. Viviendo por inercia, sin vivir. Rodeada de soledad y silencio. Todo el exterior me martilleaba con esas dos palabras: soledad y silencio. “Ahora que estas sola, y tienes que tirar p’adelante”.

Sin Cuento

29

Garúa Medrano

Y de tanto decírmelo, hubo veces hasta que llegue a creerlo, y el vacío y el silencio que me rodeaba me llevaba al abismo. ¿Sola? Todo por hacer caso. Y no saber escuchar dentro de mí. Casi me vuelvo loca… Después, un día, no se cuando, no se como, el silencio desapareció, y aprendí a hablar contigo otra vez, de otra manera. Y ahí estás, donde siempre, como siempre, como eres tú: el hombre de mi vida. …Pensé que te había perdido para siempre. No alcanzan a sentir, como yo, tu respiración, tu mirada aquí o allí. Y estás conmigo en la churre, y cuando vamos a Llames, o a la atalaya, o a mojar los pies…¡¡¡Que van a saber ellos!!! No. No estoy loca. Tu y yo sabemos que digo la verdad. ¡¡¡Qué me importa lo que digan!!! ¡¡¡Que digan misa!!! No saben nada. No entienden nada. Que crean lo que quieran. Yo se que estas conmigo en cada sitio que estoy. Que no te alejas ni un minuto. Escucho tus palabras, tus risas, tus consejos. Aunque nadie mas te escuche, aunque nadie mas que yo sienta otra vez el roce de tus manos, o como se te arruga la nariz cuando suelto una barbaridad para hacerte reir.

Garúa Medrano

30

Sin Cuento

Aprendí a escucharte. Aprendí a escucharte en cada cosa que hago, en cada paso que doy, sigo contigo aquí. Por eso no estoy sola. Por eso no tengo miedo, porque nadie se dio cuenta que era imposible separarnos, por mas que digan. Era imposible separarnos… …porque desde hace treinta años que somos solo uno.



Sin Cuento

31

Garúa Medrano

DEJARLAS TRANQUILAS.

Debe existir un lugar donde llegan las palabras que íbamos a decir y nunca llegaron a ser pronunciadas. Las imagino, tiritando de frío, sin saber muy bien qué va a ser de su destino, esperando. Pensando en aquella duda, que impidió al dueño que les diera la libertad de salir a chorro entre los labios . Esperando a que se abra la puerta… una puerta antigua de madera, que huele a resina, y chirría. Detrás de ella, una sala llena de sillones enormes de terciopelo. El suelo es de madera, y en una pared lateral hay un ventanuco como las taquillas del metro. Detrás hay un señor de voz suave y pelo blanco. Lee y relee pasando el dedo por los registros de diccionarios, de todas las lenguas y de todos los idiomas, llenos de polvo y olvido. El destino de las recién llegadas esta escrito en esos diccionarios de palabras nunca dichas. Al cielo o al infierno. Temerosas, aguardando turno, unas detrás de otras. Escondidas tras miles de bocas calladas en las que no entraron moscas. Uno hace balance de todas esas palabras perdidas, palabras inútiles, dulces, secas, amables, irónicas… y piensa en todas esas miles de bocas abandonándolas en diferentes mares, según la situación en la que han surgido: “Esta irá al agitado y amargo mar del rencor, esta otra surcara el placido reconfortante mar de la ilusion, o la última atravesando el gris y agitado mar del olvido…” sin entremezclarse nunca, agolpadas en sus cayucos, esperando alcanzar puerto.

Garúa Medrano

Sin Cuento

32

No recuerdo bien por que escribo sobre las palabras no dichas. Quizá sea por que son las mas desvalidas. Quizá sean las mas importantes,

las

decisivas.

Palabras

discretas,

como

ramos

de

margaritas, pero con aromas y luz y sabores distintos. Aroma fresco o polvoriento, oscuridad, luz tenue o brillo, amargas y dulces. Están ahí, calladas, esperando. Llenando nuestra cabeza, nuestro pensamiento. Forjando nuestra personalidad. Brillando en como nubes de pompas de jabón en un día de sol y aire. Pobres palabras no dichas. Cuantas veces han sido nuestro salvavidas. Que difícil resulta escribir sobre ellas, huidizas, en realidad, es mejor callarse, y dejarlas tranquilas.



Sin Cuento

33

Garúa Medrano

VENTANAS

Las ventanas son velos que ocultan y muestran a la vez. Muchas veces las ventanas ocultan tras sus cristales puertas de cárceles. Las ventanas son escondites de la vida, celdas por las que pasa la luz y el mundo inalcanzable. A veces las ventanas son pérdidas de tiempo, reflexiones, mirando como atraviesan a la carrera ante ella, allí abajo, los paraguas de colores de un parque vacio, mustio y lustrado de charcos. Las ventanas, en octubre, se pueblan de niños con el bocadillo, esperando que escampe para volver a correr. Ventanas románticas, siempre vacías cuando busco tu rostro en ellas, cada vez que paseo bajo tu casa. Ventanas adornadas de flores y de abejas. Tendederos que dicen que vida llevan los dueños de la ropa expuesta, esa ropa movida al son del aire, con olor a frescor y suavizante. Ventanas estrechas como mentes, ventanas anchas, altas, bajas, ovaladas. Ventanas como personas. Ventanas como la mia, solitaria, una ventana abierta, ventana abierta a la esperanza, esta ventana que espera tus brazos.



Garúa Medrano

34

Sin Cuento

LA HABITACIÓN DEL TIEMPO A Fonso, mi sobrino, para que nunca deje de creer en la magia

De niño hubo un tiempo en que me asustaron muchas cosas, ahora ya no creo en fantasmas, ni en los pliegues del tiempo. Había llegado temprano a embalar las cosas de valor del piso de mi abuelo, a embalar el pasado. Después de estar dentro cinco minutos tuve que salir de allí, no por el olor a polvo y humedad que lo impregnaba todo, no, era sencillamente que no podía estar allí, necesitaba dar un paseo para tranquilizarme. Mi madre quería vender la habitación del tiempo, la habitación del abuelo y me mandó a mí a recuperar cualquier cosa de valor. Entre un montón de cajas y trapos viejos encontré mi cuaderno, en el que apuntaba las cosas que me pasaban de chico. Fue agradable, como encontrarse con un viejo y querido amigo de la infancia. He tenido una sensación extraña, una emoción que me provocó lágrimas dulces, entre la alegría y la tristeza. Escondidos en el perchero de la entrada, detrás de unos abrigos que olían a polvo y alcanfor. Vigilando cómo mi abuelo cerraba la puerta, le conté a Jorge el secreto de la habitación del abuelo. Sé que está mal contar los secretos pero es que Jorge, el del segundo, tiene nueve años y es mayor que yo, por eso se pasa el día llamándome enano y riéndose de que tengo seis años. Claro, él juega a fútbol. No como nosotros, en la calle. Es defensa en un equipo de los de verdad, con equipo, botas de tacos, y balón de reglamento... y anda presumiendo siempre de entrenamientos y partidos. Por eso le conté lo de la habitación, para darle envidia. Le obligué a jurar que no se lo diría a nadie, advirtiéndole que si lo hacía, aunque fuera en sueños, vendrían a por él los espíritus de los marineros

Sin Cuento

35

Garúa Medrano

ahogados y se lo llevarían al fondo de los mares donde no hay luz, donde sólo se ven los ojos ensangrentados de los demonios del fango. Mientras hablaba me miraba muy fijo y volvía la cabeza hacia atrás a la pared, creo que era de miedo. Después se empeñó que subiera con él, decía que era a jugar, a que viera las botas, pero lo que le pasaba era que como es de noche y está oscuro no se atrevía a subir sólo por la escalera. Era la hora de cenar y mi madre no me dejó subir a su casa, entonces bajó su madre, enfadadísima y lo subió por los pelos. Él lloraba. Mi abuelo no es viejo, lo que le pasa es que tiene muchos años pero no es viejo, no como los demás viejos que siempre andan protestando por todo y metidos en la cama. Vivió muchas aventuras y cuando la guerra conoció a gente muy importante de esa que sale en los libros que tenemos que estudiar. Una vez montó en tanque, dice que los tanques huelen muy mal, a gasolina, y que se pasa mucho calor porque no entra el aire nada mas que por una rendija. Me contó un día que perdió en la guerra contra los malos y lo metieron en la cárcel. Tiene una cicatriz en el hombro, y en el cuello lleva siempre amarrada la bala que le sacaron, es su amuleto. Por eso cuando le duele la espalda sabe que va a llover. Tuve que decirle lo de que conté su secreto. Cuando me miraba a los ojos me subían unas cosquillas por la espalda y me entraba un dolor en la tripa, y me se me ponían rojas las orejas : “¿Seguro que no quieres contarme algo ?” Yo casi me pongo a llorar y el me dio la mano y me dijo : “Seguro que no es tan tremendo, anda, cuéntamelo”. Mi abuelo es magnífico, en vez de

Garúa Medrano

36

Sin Cuento

enfadarse no le importó que le haya contado su secreto a Jorge, dice que hay que bajarle los humos. Me he fijado que mi abuelo, cada vez que entra en la habitación tarda mas tiempo en salir...No hago más que pensar en

porqué la

llama la habitación del tiempo. Lo que sé, es lo del cuento : que una vez, de niño se encontró con un mendigo de esos que tocan la flauta y pasan el sombrero. El mendigo, mientras tocaba, le guiñó un ojo. El niño no sabía guiñar mas que uno y guiñó el derecho. Cuando acabó la canción, como no tenía dinero le echó regaliz y se fue porque tenía que hacer recados. Al doblar un portal, le estaba esperando el mendigo, esta vez con el sombrero puesto y la flauta asomando por el bolso de atrás del pantalón. De cerca le olían el aliento y los pies. Le preguntó como se llamaba, y si sabía donde podía comprar pan y chorizo para un bocadillo y se fueron juntos un rato porque quedaba de camino. Al despedirse el mendigo le regaló un libro pequeño, como una agenda, muy destartalado, con muchas hojas mojadas y otras medio rotas. La pasta era negra y decía : "Magia elemental". Mientras iba para casa leyó un par de frases: "Como ahuyentar las nubes:. Aquel era un día nuboso, el viento soplaba fuerte y los nubarrones iban acercándose. Al pasar por el parque no pudo evitar la tentación y leyó fuerte las palabras mágicas. De pronto apareció un aire fortísimo que levantaba los papeles del suelo y los subía haciéndolos girar en remolinos

pasó mucho miedo y

escondió el libro, debajo del jersey donde nadie lo viera. Aquella

Sin Cuento

37

Garúa Medrano

semana aprendió muchos trucos para hacer aparecer y desaparecer cosas, incluso podía desaparecer él. Lo que el libro decía que era mas difícil y peligroso era intentar parar el tiempo. Se necesitaba un cuarto en el que debía estar completamente solo, con una vela, un espejo y otros artilugios que mi abuelo no me quiso contar porque dijo que eran tan peligrosos que si lo intentabas hacer sin amuleto podías desaparecer para siempre. La madre del niño empezó a sospechar algo raro, se extrañaba de que no le pidiera permiso para salir a la calle antes de hacer los deberes. Una tarde que obligó al niño a ir a jugar al fútbol entró en el cuarto para hacer limpieza. Cuando volvió el libro había desaparecido. Le preguntó a la madre por él y esta le dijo que estaba en la basura, y que le prohibía tenerlo. Pese a todo el niño bajó a rebuscar en la basura pero el libro nunca volvió a aparecer. Cuando acabó de contarme el cuento me guiñó el ojo derecho. Aquel era el secreto del abuelo, aunque nunca lo dijo. Al principio pensaba que no me dejaba entrar en la habitación porque no quería que le revolviese en sus cajones, después de contarme esta historia me di cuenta que siempre, pero siempre, siempre, me prohibió entrar en la habitación si él no estaba. Me da miedo porque empiezo a pensar que si se pone malo allí, y no podemos entrar a sacarlo por lo de la magia y eso, que no vayamos a hacerle desaparecer para siempre y que si se pone malo y no entramos en la habitación a curarle pues a lo peor se muere.

Garúa Medrano

Sin Cuento

38

Después de hojear el cuaderno siento nostalgia pensando lo mágico de aquellos años y me decido a escribir esta última página para contar en el cuaderno su último secreto. Acabo de encontrar una carta que debió escribir mi abuelo para mí antes de morir y no he sabido de ella hasta ahora y, como entonces, copiaré en esta hoja que será la última del cuaderno: Querido nieto: Cuando seas un hombre y entenderás el final de aquella historia que te conté de niño sobre la habitación del tiempo. Siempre supe que desde el principio pensaste que el niño del cuento era yo, y no lo era, aquello fue solo un cuento. Tu abuelo dejó que creyeras algo que él sabía que era una mentira, traicioné tu confianza para llenar tu cabeza de fantasía. A partir de aquel día tu mundo se pobló de magia, de esa magia que todos necesitamos para echarle cara a la vida...y se la echaste. Cuando leas esta carta ya sabrás que para parar el tiempo no es necesario ningún libro, amuleto, ni habitación. Todos hemos parado alguna vez el tiempo, y en estos momentos tu lo estás haciendo. Como lo hacía yo, cuando me encerraba aquí, a ver fotos

y leer cartas

antiguas, también paraba el tiempo ¡¡Que gran secreto!!. Sé que lo entiendes, y no dudarás lo que te quise. Un beso: tu abuelo Oviedo, noviembre 1.993

 EL DIVORCIO. A veces me gustaria salir corriendo de mi misma, pero, por suerte para mi, es imposible.



Se acabó, estoy harto. Ya está bien, hombre, no encuentro

nada, nada está en su sitio. Sus manos alcanzan todo, todo tocado

Sin Cuento

39

Garúa Medrano

por ella, movido por ella, fuera de lugar. Nada está donde yo lo dejo: las gafas, las pastillas, las revistas, los bolígrafos y los lápices... ¡Los lápices mordidos! no hay cosa que mas odie que un lápiz mordido sin punta, pues a ella le encantan, los colecciona por cada rincón de la casa, cada vez que quieres escribir una nota encuentras un lápiz mordido sin punta o un bolígrafo descargado. No es normal, no, nada en ella es normal. Juro que lo he intentado, pero es imposible. Ese olor, su perfume que lo impregna todo, que lo asfixia todo, que hace huir espantado al oxigeno. No hay habitación en la casa en la que entres y no apeste a jazmines. ¿Y esos postres?: "luna (enorme) y, en contraluz, una pareja besándose", "Playa desierta, huellas, mar sereno, puesta de sol". Y sus discos, ritmo de maracas, voces engoladas ¡hasta las pringosas fundas destilan azúcar!. Y es que para cualquier cosa, escribir una reclamación, por poner un ejemplo: En casa sólo hay papel rosado con olor a violetas porque es el que le gusta y el otro la pone triste. Me desespera, me saca de quicio. No puedo mas. Tengo que matarla, si matarla, es la única forma. Si no me deshago de ella enloqueceré. Voy a pensar en algo. Tengo que pensar en algo, algo...



Otra tarde en el psicólogo: ¿Estoy perdiendo el tiempo o estoy

perdiendo el juicio? No se muy bien. Me tumbo en el diván y el me hace preguntas. Yo estoy tensa. Le conté lo de las gafas: dice que pude haberlas metido en mi bolso por un descuido, pero sé de sobra que tengo una vista perfecta, no metería en mi bolso por descuido las gafas de un hombre y aquí han aparecido. Parecen muy usadas. No son robadas, de eso estoy segura:

Garúa Medrano

40

Sin Cuento

las patillas están abiertas así que no puede ser que haya vuelto a las andadas, nada de cosas de los grandes almacenes. Volviendo a las gafas...aparecieron ahí, en la mesa del salón junto a la biblioteca. Nadie había venido a casa, ningún hombre que pudiera dejar las gafas ahí donde aparecieron de un día a otro: ¿Magia? ¿Generación espontánea...? ¿Y lo de las respuestas?. No es normal recibir cartas como las que recibo: "En respuesta a su amable carta fechada el tantos de tantos...". Pero, que yo sepa, nadie escribe sonámbula y es la única explicación que se me ocurre. Nadie entra aquí y se lleva mis sobres y mis cuartillas, pero sobres y cuartillas desaparecen. Nadie entra aquí y pinta sobre los bonitos posters garabatos o frases obscenas. Nadie entra aquí y han aparecido los libros de poemas con las esquinas dobladas, que me muero de dolor porque es como si alguien doblara un lienzo o una fotografía por la mitad. Y aquí no hay nadie pero estas cosas raras siguen apareciendo, y cada vez estoy mas insegura... No, no me he descuidado y me he llevado las gafas de un hombre, aunque diez mil sicólogos intenten convencerme de que ser cleptómana no tiene porqué avergonzarme, aunque utilice mil razones lógicas para explicar lo inexplicable. ¡Dios! ¿Qué hago?. ¡¡Cómo no gritar...!! y después de los gritos ¿Cómo vuelvo a la consulta? ¿Merece la pena seguir pagando consultas que ni me dan paz, ni me tranquilizan, ni, aparentemente sirven de algo?. Es seguro que aquí hay alguien. Son demasiadas coincidencias, demasiado desorden, por eso debo seguir en la consulta. (El sobre abierto, permanecía sobre el suelo, del mismo sobresalían unos papeles de los que se podía leer lo siguiente: “HISTORIAL CLINICO

Sin Cuento

41

Garúa Medrano

…Tras la última sesión en la que se practica hipnosis a la paciente descartando un proceso de cleptomanía… …Se concluye una posible bipolaridad. La personalidad dominante desconoce la existencia de una segunda personalidad, en este caso lo singular es que el genero de la segunda personalidad no…”) 

Es la última vez...esa loca. ¡Yo me la cargo!.



Ha llamado el psicologo, (Recogiendo un sobre del suelo, un sobre

abierto del que sobresalen unos folios. Cara de extrañeza al comprobar que esta abierto) dice que hay una explicación, que debe explicarme algo referente a la sesión de hipnosis de ayer!. Estoy contenta, y a la vez siento intriga por saber que ocurre. No puedo dormir pensando en mañana.



Nunca más, nunca más. (Tomando un cuchillo en sus manos, lo clava con saña, con odio… el

rojo de la sangre tiñe el suelo, mientras la respiración trabajosa, y los estertores, dejan paso a un silencio infinito).

La puñalada, que alcanzó el cuello, atraviesa también otros órganos vitales…

 OTRAS VIDAS Todo empezó con la llegada de una carta sin remite que le llegó a mí madre. El matasellos era de Sama. En su interior sólo una fotografía antigua, recortada, en color sépia, medio arrugada en la que un hombre ojeroso, vestido con mono, besaba a un niño envuelto en unas mantillas blancas con un gorrito de lana. El niño podía tener un par de meses. En el borde que se había

Garúa Medrano

42

Sin Cuento

recortado aparecía una mano con dedos pequeños y nudosos, una mano de mujer a juzgar por el minúsculo reloj que aparecía en su muñeca. “Es una foto de mí padre…de cuando estaba preso” - dijo mi madre -. “A ver, a ver, déjamela a mí, ¿Mami, de quien es la carta, quién te la manda, qué pone?”. “Callar un momento, hombre, a ver… no, pues no hay nada más”. “¿Nooo?” ¿Cómo no va a haber más? ¡Tiene que haber carta! ¿No la habrás roto?”. “¡¡Que no, concho, callaos un momento que mire… no, no hay nada… ni siquiera una dedicatoria, qué se yo, algo!!. Después de hacérnosla ver uno a uno el tiempo necesario, cuando nos habíamos calmado un poquitín, mi madre sentenció: “Seguramente los de Sama tenían la foto hace tiempo guardada en cualquier montón, al encontrarla pensaron que nos haría ilusión tenerla y nos la mandan por correo para darnos la sorpresa, (que no sería igual por teléfono), pensando que les llamaremos. Se figuran que sabremos que esa foto solo pueden mandárnosla ellos. De noche los llamo para darles las gracias” Pero no fue así, los de Sama no sabían nada de la foto, así que estábamos casi como al principio. Después de pensar entre todos decidimos que el niño era de cualquiera de los compañeros de prisión y éste, o su familia, era quien remitía aquella misteriosa carta. Ya habíamos casi olvidado el suceso cuando mi madre recibió una segunda carta, también sin remite. En su interior había otra foto. Mi abuelo, cogía por la cintura a una mujer delgadísima, de tez pálida y moño. Ésta sostenía en sus brazos a un niño de unos tres años de ojos grandes y sonrisa franca. Una nota brevísima lo aclaraba todo. “No reprocho nada a nuestro padre. Mi madre, pese a la humillación de ser madre soltera en aquella época, siempre le quiso y me hizo quererle y respetarle. He crecido sin padre, pero he sido feliz. Tengo una familia y entiendo muchas cosas. Si he mantenido el secreto hasta ahora es porque prometí a mi madre guardar el secreto hasta su muerte. He meditado muchas veces si mandaros ésta foto o no hacerlo. Al final he decidido pensar que si le quisisteis os habría hecho felices saber que sufrió mucho, pero en los momentos malos no estuvo solo. No quiero nada ni volveré nunca a ponerme en contacto con vosotros. Un abrazo, hermana.”.

Sin Cuento

43

Garúa Medrano

Muchas veces me descubro imaginando otras posibilidades de la historia familiar. Todo ello es fruto de pensar en la carga tan pesada e insufrible que tuvo que vivir mi abuelo republicano. Preso lejos de su mujer y sus hijas, con pena de muerte. Tras una acusación falsa, provocada por la envidia de un vecino fascista. Pretendía que a mis abuelos les requisasen sus bienes y que se los traspasasen a el, por el hecho de que mis abuelos maternos eran rojos. Y en esta encrucijada, y tras muchos años después de la muerte de mi abuelo, imaginando su dolor. Las insinuaciones de una vieja casamentera, chiflada, y pariente de la familia, me hacen jugar con sus mentiras y desear quizá que hubiera sido verdad que hubiera habido otra mujer, distinta de mi abuela, en la vida de mi abuelo, y que ésta le haya cuidado mucho, mucho, y que le haya amado, en aquella parcela de tiempo de sufrimiento. …Y continuando con esas fantasías pienso que bonito habría sido que de ese amor hubiera, por ejemplo, nacido un varón, ese hermano con que mi madre soñó toda su infancia, para que las protegiese a ella y a su hermana, en una época peligrosa e insegura. Un varón que tendría, quizá, diez años menos que mi madre: cincuenta y cinco. Sería sin duda hijo de soltera, habría tenido una vida difícil y sabría, sabría que su padre estaba casado y tenía dos hijas, y era un idealista, y vivía por la zona de Ribadesella, y para su madre, mientras vivió, fue bueno. Ese hijo hipotético de mi abuelo, habría vivido cerca de mi abuelo cuando el tendría dos o tres años, por lo que el resto de su vida, después de que a mi abuelo le concedieran la libertad condicional, sólo habria podido conocer a su padre a través de vagos sus recuerdos y de lo que le contó su madre y le habria prohibido contar mientras ella viviese

 LA MONEDA DE LA SUERTE. A Pilar la de Pepe, con todo mi cariño

La moneda, en el bolsillo; la moneda de la suerte. La última moneda por hoy. Mientras, sus pasos, inseguros, tropezaban con el suelo y, milagrosamente le

Garúa Medrano

44

Sin Cuento

mantenían erguido. Él, iba recordando los últimos tramos de conversación: "Y, ahora, vete pa casa... anda que como estás!!". Ella lo miraba disgustada, mirada de reproche, dura, mirada de amiga. "¿Y dónde iba a ir si no tengo un duro?... Mira lo que tengo..." La moneda brilló en su mano. Era cierto. Con aquel dinero no se podía continuar con la fiesta... aunque fuera nochevieja, y él quisiera continuar la fiesta, con sus pasos inciertos, fumando y bebiendo. Continuar para sentirse alegre, feliz: ¡Que es nochevieja!. Ya solo, entró en un bar. Había cuatro personas solamente apoyadas en la barra, haciendo tiempo para ir a cenar la cena de nochevieja. Esa cena especial. Todos tendrían platos exquisitos aguardándoles en casa. Él también. Su familia le esperaba, hermanos, madre..."¡Qué fiestas más duras, más hipócritas!!”. En estas fiestas, lo correcto es tragarse la tristeza por la ausencia de los seres queridos porque, es sabido, que en nochevieja, en nochebuena, es una obligación estar alegre. La máquina tintineaba con sus luces naranjas. Hoy era un día especial. Era el fin del año, el fin del dinero, el fin de tantas cosas que se le escapaban de la mano. No tenía la mente clara para pensar. Era el fin de algo. Sonrió. El fin de aquella moneda. La última de un día de fiesta. Ella hizo un sonido metálico al deslizarse por la ranura. Bip. Comenzó a avanzar en el juego. Quizá cambiase su suerte. Bip. Bip. Era impensable. Todo brillaba a su alrededor. Después de todo la cosa estaba cambiando por puro azar. De pronto, aquella noche sin dinero, sin suerte, parecía cambiar por momentos. Bip. Y comenzaron a caer monedas y monedas hasta una suculenta suma. La sonrisa entre nieblas. "¡Era una nochevieja especial y había que pasarla como dios manda!".

Sin Cuento

45

Garúa Medrano

Salió del bar. Pensó en llamarla para contarle lo sucedido. Pero después pensó que no. Era mejor llamarla después de las uvas, para felicitarle el año e invitarla a salir. Iría a comprar "de la mejor". Ésta vez, él invitaba. Iban a festejarlo por lo grande. Tardó en encontrar a alguien que quisiera pasarle. Es sabido que en estas fechas éstas cosas están difíciles de conseguir. Todo el mundo quiere tener. Y todo el mundo quiere ir a casa a cenar para compartir su alegría con los suyos. "¡Ésta es de la buena, chaval, no vas a encontrar nada mejor hoy!". Le dio el dinero. Aún sobraba para tomar unas copas después por ahí.

Pensó en ir a cenar. Estaba demasiado agobiado y no se sentía capaz de poner cara de: "¡Feliz nochevieja, feliz año nuevo!". Necesitaba ponerse un poquito para estar a la altura de lo que pedían éstas fechas. Estaba sentado. Sentado en el sofá, quemándole el brazo, estirado, para dejarla entrar: despacio, despacio...Los ojos perdidos aún fueron capaz de sonreír pensando como en un segundo podían cambiar las cosas. Sonreír y pensar cómo el azar cambiaba la suerte, definitivamente hoy era un día especial. Era, o iba a ser el final del año. Para él iba a ser su última nochevieja y entró en ella, por azar, con los bolsillos llenos de monedas de la suerte



Garúa Medrano

46

Sin Cuento

DEL OTRO LADO DEL CUENTO... (A alguien muy especial)



Alguien, una vez, tenia que escribir una carta porque lejos, muy

lejos, había otro Alguien que esperaba. De este lado del cuento las cosas eran húmedas y grises, como si la luz de un sol espléndido que lucía tras los cristales de su habitación no tuviese la fuerza suficiente para atravesar las paredes de su "CasaAlma". Alguien rompía y rompía folios. Cuando llegaba a la mitad de la hoja se daba cuenta que lo que quería decirle al otro Alguien no quería llegar, y entonces, arrugaba el folio y empezaba de nuevo. Alguien pensaba y pensaba, buscaba en el diccionario palabras bonitas para el otro Alguien, para enviárselas como un ramillete de margaritas recién cortado. Las palabras del diccionario mas orgullosas pedían: "Cógeme a mi, a mi!". Y se estiraban gasta donde podían, y se llenaban de erres y de negrita.... (son tan feas las erres... son las espinas de las palabras: pinchan y duelen). Las palabras discretas se escondían, traspasaban el papel de hoja a hoja o subían y bajaban por las columnas para que no las atrapase. Descubrió Alguien al fin una palabra, aquella que quiso escribir desde el principio. Cuando ya tenia el tallo entre los dedos y notaba como ella temblaba de miedo, se dio cuenta de que no, que las palabras no eran suyas, que no se podía regalar algo que es de todos, aunque sea bello, como no regalamos las olas de la playa. Alguien comprendió de pronto que el otro Alguien que esperaba la carta se olvidaría o se entristecería esperando.... Alguien se fue a pensar a la orilla del mar.

Sin Cuento

47

Garúa Medrano

El cielo era gris, y las gaviotas gritaban sobre su cabeza, entonces alguien sacó un folio blanco del bolsillo y empezó a gritar y gritar el nombre del otro Alguien. Lo gritaba tan fuerte que las gaviotas se asustaron y se fueron volando. Echo arena fina en el folio para que oliera a sal, pero no olía. Entonces, se acercó a la orilla y recogió las gotas mas pequeñas de las olas, dobló el papel otra vez y lo envió con un beso en un sobre con bordes azules y rojos, sin ninguna palabra porque Alguien, y el otro Alguien para comunicarse no necesitaban las palabras.....



Garúa Medrano

Sin Cuento

48

LAS ALAS DEL DRAGÓN

(A Guillermo González)

Recuerdo que entonces todo parecía mas oscuro, misterioso. Las tardes, olían a goma de borrar y lápices de colores, las clases se alargaban inútilmente, el tedio era tan enorme que las palabras flotaban lejanas como gotas de aceite desparramadas entre las imágenes de nuestras diversiones

de

entonces:

espantar

animales,

encontrar

nidos,

y

deshacer trenzas con lazos de colores. Si pienso en mi mismo en aquellos años me veo alto, con las piernas demasiado largas, muy delgado. Solía estar pálido: entonces sólo estaban rosados los hijos de los paletos. Cualquier esbozo de contacto con la naturaleza era tomado como que la fortuna familiar venída a menos. Siempre tenía las botas manchadas de barro: "No si donde te metes", con unas suelas de goma enormes para que no nos llegase el frío a los pies. Jugábamos en unos jardines abandonados presididos por dos enormes palmeras. Nos contábamos allí las historias de piratas y forajidos que oíamos

contar

a

nuestros

abuelos.

Nos

encantaba

esperar

allí,

merendando, hasta que la noche iba adueñándose de la luz y alargando las sombras. El nordeste iniciaba el baile de las farolas que, en forma de plato puesto boca abajo, colgadas de un cable, comenzaban con su intermitencia a dejar caer, con su ausencia de luz, unas gotas de miedo. Los edificios, y sus ornamentos, se tornaban siniestros y en cada movimiento cobraban un aspecto maligno. Se hacía tarde, la regañina estaba asegurada. Al retomar rumbo y dirigirnos al callejón, la sombra del porta antorchas, un dragón alado situado en la esquina, nos atemorizaba.

Sin Cuento

49

Garúa Medrano

Unas alas inmensas que se cernían sobre nosotros volando, ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no, mientras el crujido metálico producido por el roce de la farola contra el cable, para nosotros se convertía en el graznido de la muerte. Nos erizaba la piel y salíamos corriendo despavoridos por el callejón, con los ojos cerrados, apretando el paso y la respiración. Recuerdo una vez que, ya fuera, hice acopio de fuerzas y me quedé mirando, retador, al dragón alado: huérfano y arrinconado por la evolución del progreso hacia las maquiavélicas farolas, que presidía la esquina del palacete. Por un instante me dio un vuelco al corazón y tuve la sensación de que había abierto los ojos, de fondo amarillento, brillantes, y me miraba. Era una mirada triste. No puedo recordar cuando, después de muchos años, reparé otra vez en el dragón del palacete. Avejentado, había perdido las alas y, con ellas, todo lo que en un tiempo le había dado aquella fuerza y alimentado nuestra fantasma infantil. Aún conservando su estructura original, aparentaba ser, solamente, un solitario e inútil adorno de forja. Volví a recordar el día que me miró.

Al enterarme de la desaparición del dragón y su posible estancia en un vertedero de chatarra las imágenes de la mirada del dragón y de unos obreros, vestidos de mono azul, que lo arrancaban de la pared se repetían en mis sueños de los últimos días. Me han encargado que le diseñe sus nuevas alas. Quizá entonces deje de mirarme con tristeza desde el fondo de un sueño.

Últimamente me he descubierto mirándome en el espejo, buscando, quizá, la tristeza de la mirada del dragón en la mía propia, y es que temo que con el dragón arrancaron de la pared nuestra infancia, pero ni

Garúa Medrano

50

Sin Cuento

de ella, ni de sus alas maléficas y protectoras ha quedado rastro alguno en las paredes del edificio. Garúa Medrano. Ribadesella, 1998 Nota de la autora: Gracias a la presión del pueblo, y de Monchu Villar, el Dragón volvió a su sitio, en la esquina del ayuntamiento de Ribadesella, en 2008



Sin Cuento

51

Garúa Medrano

YO, A MI MUJER, LA QUIERO MUCHO.

Acaban de cruzar media España para verte, buscando una excusa en el trabajo, y en su vida personal para desaparecer, para perderse contigo unas horas, una tarde entera, o una tarde noche. “La quiero mucho”.

Y te miran a los ojos

con una súplica, con

una petición de máxima discreción, de que nadie nunca pueda enterarse de esa “escapadita”. A veces puedo creerlos. Lo que ellos consideran “querer mucho” yo lo percibo de un modo diferente. Cuando ellos dicen: “la quiero mucho” lo que en realidad estan diciendo es: “Yo con mi matrimonio tal como esta, con la situación tal como la vivo, tengo suficiente y no voy a tirar pájaro en mano para buscar ciento volando”. Se sienten cómodos en su matrimonio, de horarios rutinarios, de comidas rutinarias, de amigos rutinarios, de problemas rutinarios y también de ¿cariño rutinario? En el fondo te pones triste, porque lo que tienes enfrente de ti, no es un mal hombre que engaña a su mujer. No es el malo de la película. Es una víctima. Ves a un pobre diablo que se siente también engañado por la vida. Alguien que ha descubierto que “el amor” también es un mito, como los reyes magos; que es un mito como el de perder la virginidad, o salir por la noche la primera nochevieja de la vida. Él es un pobre diablo, desencantado, que no quiere que se le note, porque esta feo a los 50 coger un berrinche al descubrir que los Reyes Magos no existen... “Yo a mi mujer la quiero mucho” Tienes frente a ti, al engañador, a un hombre socialmente detestable; cínico, e hipócrita. Es un hombre gris que se ha conformado, se ha resignado, o ha decidido dejar de luchar por salir de la rutina... Alguien que ha hecho miles de equilibrios para conseguir estar esa tarde/noche

Garúa Medrano

Sin Cuento

52

contigo. Un desconocido que va a hacerte disfrutar, reir, gozar. Un hombre que te escuchara con deleite, que te mirara con gula, con lascivia, con pura pasion. Un hombre con quien harás diabluras... Ha venido desde otro universo para darte y recibir eso de lo que se priva a si mismo cada dia con esa persona a la que quiere tanto... ¿Por qué resulta diferente cuando el juego es con un desconocido/a?. ... Y tratas de analizar la situación, sin prejuzgar a nadie, sin buscar los culpables

de

la

agonía

que

esposas

y

maridos

viven

en

este

estandarizado y sacrosanto matrimonio. Seguramente ellas son y argumentan sobre la vida igual que cualquiera de tus amigas, casadas, que llevan unos cuantos años de matrimonio y poseen ese tono mate de desencanto en el mirar. ¿Realmente son ellas, las ausentes, felices en ese matrimonio?. Si, ellas tambien quieren mucho a sus maridos. Disfrutan yendo a los mismos lugares, conversando con las mismas personas, tienen las mismas preocupaciones sobre el futuro de sus hijos, leen los mismos diarios... comparten el calor, el cansancio... ¿Realmente son felices? ¿Cómo se da cuenta uno de que no es feliz? ¿cuándo lo nota?. Solemos jugar a esconder los sentimientos. Si les preguntamos si son felices, seguramente responderian con un si. Sinceramente opino que mienten. No son felices.... lo que no son es infelices, pero la ausencia de un mal, no presupone la presencia de un bien, me explico: Que no sean infelices no presupone que sean felices. Quiza, lo que estos matrimonios han aprendido es que lo que tienen, mejor peor o regular, va a ser lo mas satisfactorio que van a conseguir,

Sin Cuento

53

Garúa Medrano

han aprendido a vivir sin los reyes magos, ya no los necesitan. Se han hecho fuertes, se han hecho adultos, y saben lo que, realmente, se esconde detrás de la engañosa palabra “amor”.

Yo, a mi mujer, la quiero mucho



Garúa Medrano

Sin Cuento

54

EN PEPE CAVALLÉ

La pizzería esta un poco mas tranquila que a principio de mes, aun así no eres capaz de saber, con la gente que ha estado en ella, quien sería la mujer que ha dejado esta nota dentro de una de las cartas, en la zona de los postres. Es la misma mujer que está al teléfono y con una voz extremadamente femenina y sensual te ruega que leas esto. Estas dubitativo, miras alrededor buscando al culpable de esta broma, aparentemente

nadie,

ni

clientes

ni

compañeros

de

trabajo,

ni

empleados perciben tu nerviosismo, todo entra dentro de la tónica general de un día de semana. ¿Y si realmente no es una broma? ¿Y si realmente es lo que parece ser?. La mujer, al teléfono, te cuenta que ha tenido un sueño erótico contigo, y que no puede sacárselo de la cabeza. Realmente es una mujer muy ardiente, percibes su agitación al otro lado del teléfono, esta tratando de excitarte provocándote.

-

¿Quieres que te cuente lo que no llevo puesto?- ronronea

-

¿Pero quién eres?- tratas de que se identifique sin resultado alguno.

-

¿Qué importa eso?, soy una mujer que hoy se ha decidido a dar el primer paso para que pase algo diferente que la saque de la monotonía.... ummm.... te encantaría jugar con tu mano dentro de mi tanga....-suspirando- ¿Prefieres el monte de venus salvaje o rapadito?

Ella continúa con esa respiración de fuego al otro lado del teléfono...

Sin Cuento -

55

Garúa Medrano

Si estuviera detrás de ti, ahora, respiraría en tu nuca y después.... ummmm te lamería... lentamente en dirección a la nuca.

Realmente te estas excitando, notas en su voz que esta llamada no es ninguna broma, notas que ella realmente esta imaginandote... y tú, empiezas a responder a los estímulos que ella te envía con su voz.

-

¿Sabes? es una tortura tocarme sola... me encantaria que hicieras una locura... ummm anda.... haz una locura.... di que tienes que salir un momento y ven...mmmm te deseo.... ven.... estoy, en la cabina, en la primera cabina aquí en la playa y quiero jugar contigo...¿Vas a venir?

Nadie advierte nada raro cuando alguien que trabaja en una pizzería sale de ella un momento, los motivos pueden ser infinitos: hace mucho calor dentro, el ruido te ha levantado dolor de cabeza y has de despejar, hay que hacer algún recado, o, simplemente, dar un largo y placentero paseo por la playa....



Garúa Medrano

56

Sin Cuento

LA TRASTIENDA

(Lo verdaderamente importante es amar)

Se arrodillo sobre ella. Permanecía en el suelo derrumbada, inmóvil, desmadejada. Cuidadosamente le fue apartando el cabello del rostro con una dulzura infinita. Le rozo el pecho desnudo, los hombros, el vientre, el pubis. Estaba fría. Un lagrimón chispeo en su mirada antes de precipitarse sobre la mejilla. Recordó los mejores momentos a su lado, noches de inmenso placer. Aquel era un final impensable al que aun no se resignaba. Dos incisiones limpias en el costado ponían un final a una truculenta y obsesiva historia de salvaje pasión amorosa. De inmediato dedujo de donde provenía aquella venganza. No pudo suponer, entonces, las consecuencias de aquel momento de ira. Era un hombre trabajador, había conseguido mejorar en la vida a base de esfuerzo, de privarse de caprichos, ahora se veía recompensado con un pequeño y prospero negocio de guarda y custodia de todo tipo de mascotas. En dos años había conseguido adquirir la nave, y ahora, podía permitirse dar empleo a una persona. El empleado era un joven de unos treinta años, de mirada franca aunque algo tímido. Llevaba, mas o menos, seis meses trabajando para el, y en ese tiempo habían conseguido mantener una cierta amistad que no impedía en modo alguno continuar con una cordial relación empleado patrón. En momentos en los que la tarea aflojaba se sentaban ante un termo e iniciaban una sesión de confidencias, en las que el joven le contaba la

Sin Cuento

57

Garúa Medrano

cantidad de sueños que tenia, que iba a casarse pronto, que su novia era una buena chica, y el le confesaba lo frustrante que le resulto su propio matrimonio, la posterior y dolorosa ruptura e incluso se atrevió a contarle el motivo de dicha ruptura hablándole de ella, de su gran pasión. El chico, parco en exteriorizar sus sentimientos, en este caso abrió los ojos como platos. -“Ella es todo lo que necesito para ser feliz”- Decía esto entornando los ojos y mientras expulsaba bocanadas de humo en forma de oes.. miraba hacia arriba a un lugar inalcanzable que el chico no llegó nunca a imaginar. “Mi matrimonio se estaba deteriorando cuando apareció ella en mi vida. Era exactamente lo que necesitaba. Al enterarse, mi esposa, hizo las maletas, pidió la mitad de todo y se fue”. Era verdad, el hombre notaba que su matrimonio se habia convertido en mera rutina, fria, ausente de emociones, y predecible rutina. Pero el sentía una necesidad imperiosa de sentirse de nuevo vivo volcando su emotividad hacia la tercera; y ella correspondía cada vez que era preciso de la forma que mas se adecuaba a sus gustos colmándole de placer. No era aquella una relación tortuosa, mas bien era la armonía constante. Contar esta intimidad a su empleado fue un error irreparable. Aquel verano hubo una racha de ventas casi nulas. Pese a que tenia total confianza en su empleado los números cantaron y la evidencia se hizo patente: había que prescindir del chico. Era una noticia desagradable de dar. El chico se mostró sereno, frío, distante, pareció no escuchar cuando el le hablaba de las cartas de

Garúa Medrano

Sin Cuento

58

recomendación y presentación que el le iba a proporcionar, una sombra oscura se poso en su mirada. El resto de la semana se noto mas solitario, echaba de menos las conversaciones con el chico al final de la jornada le había tomado cariño. Aquella tarde salió un momento para entregar un pedido, justo en frente, era un minuto. El resto de la tarde transcurrió silenciosa y lenta. Llego la hora del cierre y con minuciosa parsimonia contó y recontó sus ganancias hasta que cuadraron exactas. De modo rutinario paso a la trastienda para recogerla. Algo iba mal. No estaba en el sitio. Algo iba mal. Algo va mal. “¿Dónde puede estar?, ¿dónde?” Tras la estantería del fondo vio un pie, su pie. Tras unos pasos, pudo contemplarla desnuda, deshinada. Dos incisiones limpias en el costado ponían el final a su truculenta y obsesiva historia de pasión hacia su muñeca, la mas preciosa, la única. El había asesinado a su amante hinchable, pero este delito no podria ser denunciado, solo causaria risa, como explicar que aquello no era solo un objeto, como explicar que la amaba. Amaba a su preciosa muñeca de sintética. El único ser capaz de hacer volcar sus emociones al exterior. Arrodillado continuó llorando sobre el cuerpo de látex. Ribadesella, septiembre de 2003



Sin Cuento

59

Garúa Medrano

HUIR PARA DEJAR DE OIR COSAS RAZONABLES

El papel apretado en su mano, preso en el bolsillo del pantalón. Como un caballo desbocado, un dia cualquiera, atravesando las calles dormidas entre alamos y muchachas que miran con ojos vacíos, a través de la venta, la última tristeza de la tarde. Se lanzó a poner zancadillas al empresario reciente, maletín en mano y cuello alto, irreprochable. Siguió dando gritos sin sentido, diciendo incoherencias, con el brazo a los desconocidos,

y besando a las

viejecitas que encontró en el parque. Iba a huir. Huir lejos. Huir de una ciudad con compás de lluvia. Huir del atosigante y fatigoso rumor de las máquinas de escribir, del ruido de los televisores, de los lejanos pitidos de los trenes donde siempre había soñado subir para huir sin un destiono fijo, no importaba donde, el caso era huir. Huir para dejar de oir cosas razonables, huir por asco, por aburrimiento, por instinto de supervivencia. Huir porque estaba harto de decir vulgaridades y de pensar, cómo no, como todos, como ellos; buenas personas intachables, decentes, pero tristes. El grito de alarma corrió como la pólvora. Aquella revolución, en forma de huracán, amenazaba con limpiar la ciudad y poner al desnudo a todos esos respetables pero ridículos personajes.

Garúa Medrano Aquella carta,

60

Sin Cuento

frágil papel, solo papel con poder de antorcha, había

recorrido muchos kilómetros para llevar en sí un salvavidas, el único posible,

para la vida que hasta entonces lucía como vela que va

gastándose, ahogada por la cera que rodea la llama. Interrogaron al cartero durante varias horas, se hicieron gala de las mejores armas: amenazas,

golpes empujones, hasta que la flaqueza

dió paso a la rendición: entre lágrimas, oyeron silabear la única palabra que había conseguido leer en el remite:



Sin Cuento

Garúa Medrano

61

ABRAZADA A UNA MALETA VACÍA.

Porque te echamos de menos: Gelu Valle, “Cericu”

aunque

ninguna

calle

de

Ribadesella llevará nunca tu nombre

Gritaba y gritaba. La voz rota, enloquecida. Gritaba y sus palabras y sus gritos eran mensajes. Mensajes de náufrago en botellas, a punto de hundirse. Buscaba. Buscaba a alguien quien sabe si existía. Buscaba a alguien ya no igual a ella, ni siquiera parecido a ella, alguien que -simplemente- comprendiera. Lió la manta a la cabeza y se convirtio en mercader de imposibles. En las plazas, con su maleta vacía, gritando:

-"

Se

veeeeendeee,

se

venden

cosaaaas.

Se

venden

cosas

inutileeees?."- Se preguntaba. -"Se vende una ola de playa, tres vuelos de paloma coja, el soplo de una vela de cumpleaños, lágrimas de amor, ilusiones hechas añicos, soledad oscura, fatiga tras una carrera, frío en

la punta de la nariz,

conversaciones de semáforo, pasos perdidos, días olvidados, tres canas y una pata de gallo,

arroz usado en una boda, varios charcos de

colores, tres bostezos, el agua de un muñeco de nieve derretido..... ¡¡¡¡os vendo la viiiiiidaaaa!!!!!, acérquense, acerquenseee!!!

Producía risas desde lejos, miradas de desprecio, indiferencia,

pero

sobre todo mucho ruido. Pasó el tiempo. Hubo frio, Una semana de mucho frio no solo en las calles, también en las miradas.

Garúa Medrano

62

Sin Cuento

Además hubo silencio. Un silencio que dolía en los tímpanos. Junto al vertedero, un dia, la policía encontró un cadáver de tonos amoratados abrazado a una maleta vacía.



Sin Cuento

63

Garúa Medrano

MOLLEDO En aquella época debió empezar el negociu floreciente Molledo, que llegó de Cuba, la isla bonita, con su familia. Habían abandonado su tierra, más no las costumbres, ni su forma de hablar, ni los andares isleños un poco ralentizados por el calor. Tiene Molledo un algo substancial que le da carisma, haciéndolo incomparable a cualquier otro comercio de la villa. Es como si al pasar la puerta del establecimiento empezase a funcionar un hechizo cubano y pegásemos un salto en el tiempo. Agradables al trato. Siempre han mantenido las distancias con la gente del pueblo. No se sabe que nunca hayan hecho vida social, de terrazas, misa, o paseos en grupos por la Grúa. Si pasean es juntos, en familia, sin compañía de nadie de la villa que les de palique. El padre, arrastrando literalmente al hijo, encorvado. Vestidos ambos con chaquetones enormes, ya sea verano, ya sea invierno; sin dejar ver sus brazos. Como si tuvieran frío crónico. Aparte de sus chaquetones, de su indumentaria, lo que más llama la atención es que lleven gorros de agua, de los de pescador, haya calor o ventisque. La palabra que define con mayor exactitud el comercio de Molledo es: surtido. Allí puedes encontrar la pieza más insospechada: desde juguetes de latón de los que se vendían en el tiempo de nuestros abuelos a ropa del mismo año, con el mismo precio de entonces. Petardos, perdigones, muñecas, cortinas, calzados, exprimidores, cepillos de dientes… lo que necesites. Será inútil que vayas a Oviedo a buscar un pelafrutas de color dorado, no lo encontrarás, después te sentirás ridículo por no haber preguntado antes en Molledo ¡Estaba allí!. La descripción aproximada del comercio es como sigue:

Garúa Medrano

64

Sin Cuento

Entras desde una mirada de la luz del día de los noventa a la penumbra u oscuridad de los cuarenta. Cuando tus ojos se acostumbran a la luz y el tiempo, te extraña un poco observar la figura de un ser humano apoyado en el mostrador, con la cabeza literalmente clavada sobre un flotador o cojín allí colocado, y unos sonidos guturales parecidos a semiaullidos. Ésta persona permanecerá en tal posición durante el tiempo que estés allí. Si por alguna circunstancia te excedes del tiempo considerado correcto podrás ver su rostro, con rasgos entre asiáticos y caribeños, su tez blanquecina, la mirada perdida y un hilillo de baba colgando de la comisura de los labios. Será solo un segundo, después, con un sonoro golpe, volverá la cabeza al flotador para continuar con los aullidos. Puede que quien te atienda sea “Cal-litos”, el hijo mayor. Habrán de saber que ese chico con camisa gris de cuello mao, pantalón de mahón y aspecto de personaje del malo en películas de Fumanchú, es un cerebro privilegiado - Titulado Superior de Minascomo así lo comentan las personas del pueblo que solían ver sus notas, ordenada y periódicamente pegadas en las vitrinas del escaparate del comercio, como un artículo más a comprar, las calificaciones de “Callitos”. Después se dedicó por afición al Rock, dicen que toca bien, pero confieso desde aquí mi incapacidad para imaginarlo. Quiero decir desde aquí que mi curiosidad, mi interés hacia los Molledo, es lógica y sana. Se salen de la norma riosellana y nos sacan del aburrimiento. A los Molledo les he escuchado observaciones, tan peculiares como ingeniosas, respecto de cosas triviales e imagino que respecto a los asuntos fuertes de la vida tienen una forma de enfocarlos nada parecido con nosotros los normalitos, los grises. Parece que ellos si han sabido capear como nadie los temporales. Han sido, tan claros como el paisaje de Ribadesella, aislados quien sabe

Sin Cuento

65

Garúa Medrano

si por su gusto, lejos de contaminarse con nuestros problemas… ¡Ojala fuese Molledo quien vendiera trabajo! Lo encontraríamos a la primera.



Garúa Medrano

66

Sin Cuento

LA MONTAÑA DE MAHOMA La fe y las montañas. Al principio la fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía. La buena gente prefirió entonces abandonar la fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe. Augusto Monterroso

Lo que resultaba evidente era que la montaña debía arreglar aquel problema con Mahoma, así que buscó su blusa de los domingos, se perfumó, se echó colorete y pintó los labios. No le importó demasiado que los zapatitos no le hicieran juego con el bolso. En realidad, pensó, que alguien que, viendo a toda una montaña con su envergadura desplazándose, se fijase en que no conjuntaban los zapatos con el bolso debía ser una mente tremendamente enferma de frivolidad. Cuando llegó el momento, la montaña llamó al timbre. Dicen que la cara de Mahoma al verla reflejaba un inmenso asombro. -¿Eres tú?, venga, no te quedes en la puerta Y de lo que hablaron e hicieron aquella tarde no se sabe nada. Hay quien dice que hubo un paparazzi que hizo las fotos grabó con micrófonos ocultos, y vendió todo el material al Vaticano por una suma importantísima de dinero. Nadie sabe que pretenderá hacer el Vaticano con ese material.



Sin Cuento

67

Garúa Medrano

DOBLANDO LA ESQUINA (a Nacho Martínez) Doblando la esquina se ha parado el silencio buscando esa palabra que no dijimos nunca. Los recuerdos, como fotos pegados en las paredes, duelen tanto que se hace un nudo en la garganta, la tristeza lo inunda todo, y los ojos, desamparados, te buscan inútilmente, entre las lágrimas, al doblar la esquina. Doblando la esquina, estás ahí, sentado, sonriendo. Comiendo pipas. También de pie, bailando: ¡Tan alegre!. Doblando la esquina queda tu imagen desvaída, algo deshilachada, medio rota. Tu abismo nos deja desarmados, sin fuerza, cuestionando los dogmas que usamos de bastones para entender

Garúa Medrano

68

el caos, la nada, lo pequeños que somos y para qué vivimos. Sentada ahí, en tu esquina, quedó la muerte a recordarme, en mi inútil victoria sobre ella que te ha llevado a ti, pero contigo no pudo llevar nuestros recuerdos.



Sin Cuento

Sin Cuento

69

Garúa Medrano

SI CERRARA LOS OJOS Si cerrara los ojos sentiría llegar la alegría trepando por la espalda como una marea. Asomaría al gesto mi sonrisa nueva entre los labios. Si cerrara los ojos Rompería esta celda y sus barrotes. Vestiría el deseo como un uniforme. Dormiría el futuro si cerrara los ojos. Haciendo que el presente lo inundase todo.



Garúa Medrano

70

ESPERANZAS AMORDAZADAS Mis esperanzas eternamente se marchitan, Blanquecinos cadáveres infantiles en inútiles cajas de muerto. Ilusiones huidizas, ingenuamente humildes, sucumben como perros sin luto, Nadie llore no limpien sepulturas de olvido ¡Suprímase el recuerdo! Poco a poco ascienden a los ojos y arden en silencio. No se quejan, no importa ¿A quien importa cuando ya no hay consuelo?.



Sin Cuento

Sin Cuento

ESCRIBIR A BORBOTONES

Escribir a borbotones, mientras las gaviotas gritan fuerte sobre la cabeza, y la respiracion de la siesta de mi madre da ritmo a las olas de la playa. Escribir a borbotones, mientras las zapatillas se arrastran hacia mi, y ya no hay siesta, y las manos magicas, van a prepararme para lanzarme a la vida como quien lanza pompas de colores Es tan facil Escribir a borbotones, tan facil como quien lanza una paloma mensajera, y se queda

71

Garúa Medrano

Garúa Medrano

72

uno mirando como se eleva, como ver estrellarse las pompas de colores contra el suelo, o aplastadas por las manos de un niño ansioso por atrapar su brillo, inalcanzable. Escribir a borbotones, mientras en el mundo surgen y estallan miles de pompas llenas de ilusiones que volaran alto, y llegaran mas lejos que estas letras. Escribir a borbotones, mientras tus ojos al leerme hacen brillar todo



Sin Cuento

Sin Cuento

73

Garúa Medrano

ALGO ASI COMO UN INDICE    ......................................................................................................................................................11 LADRONES DE POLVO................................................................................................................................12 EL MURO.........................................................................................................................................................26 (A ALGUIEN MUY ESPECIAL)................................................................................................................................46 NOTA DE LA AUTORA: GRACIAS A LA PRESIÓN DEL PUEBLO, Y DE MONCHU VILLAR, EL DRAGÓN VOLVIÓ A SU SITIO, EN LA ESQUINA DEL AYUNTAMIENTO DE RIBADESELLA, EN 2008.............................................................................................................................................................50 YO, A MI MUJER, LA QUIERO MUCHO..................................................................................................53

Related Documents

Sin Cuento
June 2020 3
Cuento Sin U
October 2019 10
Cuento
May 2020 24
Cuento
May 2020 29
Cuento
April 2020 12