Rhage (3)

Rhage Rhage y yo nos encontramos una semana después en la mansión. No me sorprendió, que fuera en la cocina. Cuando Fritz me llevó con él, Rhage estaba haciendo tostadas. Bueno, una gran cantidad de tostadas. Vestía una camiseta sin mangas negra y un gastado par de Levi’s raídos en la cintura, el dobladillo y en los bolsillos traseros. Lo miré fijamente. Su belleza física es tan… imponente, lo recorrí una vez y otra, y otra. Los notables planos y ángulos de su rostro, la absoluta perfección de su gran cuerpo, esos asombrosos ojos verde azulados… todo era una anomalía, una combinación antinatural como la que equivale a una verdadera fealdad. Rhage: ¡Yo no te gustaba! (sonríe, esos vibrantes ojos brillando) No podía creerlo. No podía creer que en un principio no te agradara. JR: Ah… (¿Qué demonios podía responderle a eso? ¿Y como lo sabía?) R: Está bien, challa. ¿Deseas comer algo? (dice dándole la vuelta a una tostada en la sartén) Puedo hacer algunas más. JR: No, gracias. Escucha, acerca de que no me gustes… R: Pensaste que era demasiado perfecto, ¿verdad? Te dejaste llevar por la imagen externa. JR: Bueno, si. Pero luego supe… de tu otro lado. R: (pierde la sonrisa) ¿La maldición? Cristo, no pienso que eso sea una buena recomendación. JR: ¿Podemos empezar con ello? ¿Con la bestia? R: Está bien. (pero puedo adivinar que no está contento mientras aparta la sartén del fuego) JR: ¿Qué se siente… al vivir con un dragón dentro de tí? (frunce el ceño tan profundamente, que decido cambiar el tema) De hecho, por qué no hablamos de… R: ¿La verdad? Odio hablar de la maldita cosa. Y de todas formas no hay mucho que decir. (levanta el plato donde ha estado apilando las tostadas y se dirige a la mesa. Después de que se sienta, rocía el lote con jarabe de arce y usa el tenedor para cortar la torre inclinada) La bestia es un constante murmullo aniquilador. Me paso cada día rompiéndome el culo para evitar que salga. Me preocupa lastimar a mis hermanos. Y duele como el demonio cuando paso por la transformación. Eso es todo. Igual que ha sido durante los últimos noventa años. ¿Vas a sentarte? JR: ¿Hay alguna forma que puedas hacer las paces con ello? (me senté en la silla que estaba frente a él. Y… hombre, tenía los mejores modales en la mesa. Comía con una delicadeza que estaba en contraposición con todos esos músculos) R: La paz no forma parte de mi vida. A ningún nivel. Próxima pregunta, ¿Vale? JR: Si, seguro. Ah, ¿Qué piensas de Wrath y Beth? R: (Sonriendo ahora) Mi muchacho tiene un enorme entusiasmo y me encanta. Demonios a todos nos encanta. Wrath se merece lo mejor y ella es una hembra de valor. Demonios, los hermanos y yo estamos medio enamorados de ella y no sólo porque sea nuestra reina. (hace una pausa) Sabes, no es que pensemos inapropiadamente en ella o algo así. Wrath se ha emparejado seriamente así que ninguno de nosotros lo intentaría. JR: Entonces, ¿De todos los hermanos, de quien te sientes más cercano? R: V. Definitivamente de V. Es muy gracioso… y, no sé, me llega. Entiende de

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donde vengo. Y sabes, también de Butch. Aunque no sea un hermano. Si… me llevo muy bien con Butch. El y yo trabajamos con V equipando el complejo antes de que nos mudáramos. Los tres juntos formamos un buen equipo. JR: ¿Aunque halláis tratado de mataros el uno al otro la primera noche que os visteis? R: (Estalla en carcajadas) Sip, esa fue una gran escena, ¿no es así? Eso es lo que me gusta de Butch. Es definitivamente incapaz de sentir miedo. Es un tonto impetuoso, eso es lo que es. (el tono de Rhage es cálido y afectuoso al decir esto) JR: Y ahora Butch está viviendo con Vishous, ¿verdad? ¿No te extraña tener un humano tan cerca de todos vosotros? R: Sip. Pero Butch no es solo cualquier humano, challa. Ese poli es una condenada central eléctrica. Es decir, vamos, esa primera noche, el tipo se lanzó contra ambos, Vishous y yo, en frente de los otros hermanos. Adoro a ese tío. Lo adoro. Te diré que, estoy contento de que no hayamos tenido que matarlo, que haya elegido quedarse con nosotros. Se ha convertido en un amigo. Y a veces pienso… JR: ¿Qué? R: Como que me pregunto de donde ha salido, ¿me entiendes? No es como los humanos normales, incluidos los machos. Demasiado intenso, demasiado agresivo. No lo sé. Tal vez es solo que está cargado de testosterona o algo. JR: Acerca de tu reputación. R: (se limpia la boca con una servilleta luego la dobla antes de dejarla en sus rodillas) ¿Que reputación? JR: Eres conocido por ser el mejor luchador de la Hermandad. Por lo que eso te hace el mejor luchador de la especie, ¿no es así? R: No puedo evitarlo. (se remueve en el asiento) ¿Quieres hablar acerca de mi otra fama, también? JR: Yo no lo iba a mencionar. R: Está bien. Quiero decir, en realidad no lo puedo negar. JR: También eres reconocido por tu… vida amorosa. R: Sip, lo soy. (esto es dicho sin orgullo, nada de alardes de macho. En realidad parece… resignado.) JR: Eso no te agrada. R: Ser una leyenda no es todo lo que se dice que es. (vierte un poco más de jarabe. Continúa comiendo) Especialmente esa clase de leyenda. JR: Las mujeres te aman. R: Las mujeres me desean. Es diferente, challa. JR: ¿Crees en el amor? R: Creo fervientemente en lo que Wrath y Beth comparten, ¿Qué te parece eso? JR: Suficientemente claro. Hablamos por un rato acerca de varias cosas. Está encantado de que Wrath haya ascendido y Rhage ama vivir con los hermanos. Se pasa la mayor parte del tiempo en el Pit con V y Butch; el único momento que pasa en su habitación es cuando está durmiendo. Me da la impresión que no le gusta estar solo. R: ¿Con quien hablarás luego? JR: Zsadist. R: (se pone rígido) ¿Dónde? JR: Ah, aquí. Quiero decir, me encontraré con él en el vestíbulo.

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R: (frunce el ceño) Quédate en un lugar abierto cuando estés con él. No vayas a su habitación. Debo ir al gimnasio a descargarme, pero haré que Butch y V dejen el Pit y vengan aquí. JR: Realmente, no creo que… R: Deja que te cuide. (sonríe y por un momento me olvido de todo incluyendo de dónde estoy y que idioma hablo). Te veo luego, challa. Cuando se va, respiro hondo. Sin él en la habitación, me siento como si repentinamente se hubiera ido el sol y me hubiera quedado en las sombras. La calidez, el brillo, las vibraciones se han ido.

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