Querida...segunda Version C

  • May 2020
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  • Words: 398
  • Pages: 19
Querida planta carnívora

Esta historia fue escrita por Marta durante el otoño de 2008.

José Carlos hizo algunos dibujos en un otoño realmente divertido.

El día de mi cumpleaños me regalaron una planta. La puse junto a la ventana.

En la mañana, al abrir los ojos, me gustaba contar las cosas de mi cuarto:

la cómoda

mi cama

el reloj

una lámpara

mi gato

la jaula del canario

y mi planta la ventana

lunes

martes

miércoles

jueves

viernes

sábado

domingo

La regaba cada día, pero la planta no crecía.

Un día se le acercó una mosca curiosa y la planta se la tragó. Le brotaron tallos nuevos.

Otro día entró una abeja por la ventana. La abeja revoloteó primero junto a la planta. Fue prudente, se lo pensó dos veces; pero al final se confió. Mi planta se la comió.

En mi cuarto vivía también un canario amarillo que de vez en cuando se escapaba de su jaula. Quiso salir volando por la ventana, pero mi planta no le dejó.

Cuando llegó la primavera la planta estaba enorme. La luz de la tarde apenas conseguía filtrarse entre sus hojas. Se fue haciendo oscuro en mi cuarto.

A mi gato le gustaba ver lo que pasaba fuera: era un gato muy inquieto. Una mañana se atrevió a pasear cerca de la planta. Fue terrible cuando lo devoró.

Otro día volví a contar las cosas de mi cuarto:

una lámpara

y la planta enorme, tapando la ventana.

la jaula vacía del canario

la cómoda

el reloj

Mi gato ya no estaba.

Después de que se comiera a mi gato, me disgusté un poco con la planta. Dejé de regarla algunos días, aunque ella ni lo notó.

Con el paso del tiempo sus hojas siguieron creciendo, cubriendo mi cama, la cómoda, la lámpara, y llegando a parar las manecillas del reloj.

En la oscuridad de mi cuarto me preguntaba si mi planta estaría aún hambrienta. Sentado en mi cama, temblaba de miedo y no podía dormir.

Pero sin la luz del sol la planta empezó a secarse.

Se fue encogiendo y se le cayeron las hojas.

Al final de mi querida planta carnívora quedó sólo un tallo seco.

El sol volvió a entrar en mi cuarto, iluminando

la cómoda

mi cama

una lámpara

el reloj

la jaula del canario

Con el sol también entraron de nuevo las moscas y las abejas.

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