Pueblos Mágicos Y Señoriales
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Bajo la conducción y producción del periodista y promotor cultural, Ulises Cisneros, el programa “Las alas del caballo” es un espacio de difusión de las actividades artísticas y culturales de Sinaloa y Culiacán, “capital de las artes”. De Lunes a Viernes, de las 11:00 hrs a las 12:00 hrs., el programa forma parte de la barra de divulgación cultural por excelencia: “La Triple AAA de Radio UAS”, que incluye las emisiones de “Hablemos de música”, de Aldo Rodríguez, y “La feria”, de Jorge Aragón y Gerardo Ascencio. Con un estilo fresco y coloquial en el tratamiento de los temas que son del interés de la opinión pública, “Las alas del caballo” cuenta con la participación de diversos colaboradores como José Antonio Vidal, Guianeya Román, Pepe Piña, Columba Norzagaray y Tomás Manrique, además de las habituales intervenciones de Vicky Tatto; Jaime Rochín y Lázaro Fernando, “El judío del TATUAS”, sin faltar Luisa Dayana Espinosa de los Monteros, la reportera I-Pod del “Liverpool de los Huizaches” y, cada caída de casa, “La embajadora de la cultura”, Cuquita Key, a cargo del surrealismo y la escenografía radiofónica. En el aire desde 2002 en Radio Universidad, “Las alas del caballo” se remonta a 1985 cuando su autor inició su colaboración con el periódico “El Sol de Sinaloa” a través de artículos de información y crítica culturales, misma que aparece semanalmente ahora en el mismo diario y en “La gaceta de Los Mochis”.
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Desde entonces, y hasta la fecha, arte, literatura, ciencia, política, humor y, sobre todo, la vida, la vida está presente en “Las alas del caballo” a través del diálogo continuo con los “queridos cuatro radioescuchas”, que dispensan la caridad de su atención y son los más fieles seguidores del programa, conforme a las últimas estadísticas.
Pueblos Mágicos Y Señoriales Jamás se había dado en Culiacán un congestionamiento de tránsito vehicular por la estricta causa de un espectáculo operístico como aquella vez que se presentó “Cavalleria Rusticana” en noviembre de 2005 en Imala, con la participación de la sinfónica, el coro y la compañía de ópera de Sinaloa. Fue un domingo por la tarde y, aun cuando la presentación iniciaría a las siete de la tarde, desde temprano inició una caravana de autos que llevó a alrededor de 2 mil personas procedentes de la ciudad a ver y a escuchar al aire libre la clásica obra de Pietro Mascagni, bajo la dirección de Gordon Campbell, titular de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes. A ambas cunetas de la carretera que lleva al pueblo estacionaron los carros como Dios dio a entender a sus propietarios. Lo importante en sí era el esplendor mágico de admirar el montaje en el atrio de la parroquia colorada. Ya los técnicos habían hecho lo suyo; ya los artistas estaban con el pie derecho presto a entrar en escena; ya el público había abarrotado la sillería, y quienes no alcanzaron un lugar se acomodaron entre los árboles, las bardas y los capacetes y cofres de las camionetas y tranvías que quedaron atravesadas alrededor de la iglesia. Cuando se apagaron las luces y anunciaron la tercera llamada, el público, expectante, exhaló a fondo y el pueblo quedó a oscuras
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algunos momentos. Bajo el cielo tachonado de estrellas, la obertura empezó a oírse y la fachada se iluminó. Entraron a coro las voces y las alegres notas de la partitura materializaron la fantasía originada por la combinación del sonido, el tiempo y el espacio. No hubo quien no sintiera agradecido por el espectáculo fuera de lo común que le tocó disfrutar. Otro tanto se había tenido en octubre con la representación de “María Egipciaca”, la obra de teatro dirigida por el maestro Miguel Sabido, acerca de las tribulaciones de la santa patrona de las mujeres penitentes y descarriadas, vulgo meretrices. Una cosa llevó a la otra. Imala posee el imán capaz de atraer a multitudes para congregarlas alrededor del arte. ¿Será por causa de sus aguas termales, de sus cerros y las corrientes del río? ¿O de los vientos que arrastran los olores del pan de mujer y de la leña en los hornos de lodo? ¿Acaso por el aroma de las picantes especias del chorizo y del chilorio que han engrido a los tragones, que tampoco perdonan las panelas y asaderas que allí se hacen? Imala huele a pueblo sinaloense, a tierra madre de la que se cuentan las viejas historias de gambusinos y diligencias que reconocían en su caserío la posta entre Culiacán y Sanalona, la primera para subir a la sierra o la última para bajar a la costa, según se fuera o se viniera hasta antes de la construcción de la presa en 1948. Como él, otros pueblos de Sinaloa conservan esa diáfana gracia que sólo otorga la pátina del tiempo. Los silencios del mediodía, los tufillos de la boñiga, el crepitar de los leños, la pesadez de los húmedos calores amargos de nuestra tierra. La sombra de un macapule o de una Ceiba nos reconcilia con la vida. En consecuencia, el Instituto Sinaloense de Cultura y la Secretaría de Turismo pusieron en marcha el programa “Pueblos mágicos y señoriales” que, con base en las fortalezas del turismo regional y cultural, tendrá del 26 al 28 de febrero una cartelera de actividades a las 6 de la tarde en Imala, que incluye los divertidos “Entremeses cervantinos” con el TATUAS; el ensamble de alientos y percusiones de la OSSLA y las coreografías contemporáneas del grupo “Danza Joven”, bajo la dirección de Georgina Gutiérrez Tabaco.
De manera simultánea, en Badiraguato y Cosalá se sucederán las presentaciones de otros grupos como la Compañía Folklórica Sinaloense que dirige Olimpia Chávez y el espectáculo “Gala mexicana” con los coros y solistas del taller de Ópera. Esto representa romper la rutina de tan memorables y entrañables villas de nuestro estado y atraer sobre ellas la mirada y la visita de muchos sinaloenses que, en su vida, han puesto un pie en ellas. Lamentablemente, una gran parte de nosotros sabe más de lugares del extranjero que de los propios. Ni siquiera de oídas porque, en sus patrones culturales de familia, se habla más de los casinos de Las Vegas o de los outlets y malls de Tucson y de Los Ángeles y, casi dicho en descargo de ellos, de las pisteadas en la Zona Dorada de Mazatlán y párele de contar.
No se quiere lo que no se conoce, cierto es. Pero en nuestra sierra y en nuestros valles y litorales están los lazos umbilicales de nuestra pertenencia cultural como sinaloenses. A ello se le apuesta con estas acciones, a esos signos intangibles de la común idiosincrasia que nos identifica frente al mundo, pero también a revivir los nombres de Imala, Badiraguato y Cosalá, como otros tantos de otros pueblos que se sucederán, con la dinámica que se genera por nuestra presencia en ellos.
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Sintonice el programa “Las alas del caballo” por Radio UAS, (96.1 FM), de lunes a viernes, a las 11 de la mañana. Escríbanos a
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Coordinador de las transmisiones de Radio UAS por Internet: L.I. Omar Heberto Guerrero Machado.
Agustina Ramirez y Ponce de Leon N. 1249 Col. Gabriel Leyva Tel. 716 31 71 y 7 16 60 17
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