Pp23, Las Sociedades Secretas

Ediciones MATHESIS Los Propósitos Psicológicos, Serge Raynaud de la Ferrière Propósito Psicológico XXIII: Las Sociedades Secretas Traducción: Hugo Vidal Obregón Edición Internet Numerada. Todos los derechos reservados. © 21 de marzo, 2006 www.sergeraynaud.net

PROPÓSITOS PSICOLÓGICOS

Serge Raynaud de la Ferrière

Libro XXIII

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SÍMBOLO DE PERDIDA GLORIA …la famosa ciudadela la Ferrière… (Haití)

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Preámbulo

La fotografía que encabeza este librito, apareció en la revista “Rosacruz” de California (USA) en Noviembre de l957, con el siguiente cintillo:

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SÍMBOLO DE PERDIDA GLORIA “Arriba se muestra la famosa ciudadela de la Ferrière que se destaca siniestramente en la cúspide de una montaña casi inaccesible en la IslaRepública de Haití. Construida por Henri Christopher que fue gobernante de l811 a 1820, es una de las maravillas arquitectónicas del mundo. Sus enormes piedras fueron arrastradas cuesta arriba hacia lo alto de las colinas escarpadas a través de una vegetación selvática. Una vez terminada, se la abarrotó con miles de balas y cañones que todavía existen cubiertos de moho. Se dice que miles de esclavos perdieron la vida en esta construcción, pero el reinado de Christopher duró poco y la ciudadela jamás fue puesta bajo verdadero asalto.”

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Después de agradecer a esa casa editorial americana que así rinde honores a los descendientes de esa honorable familia ¿será preciso agregar algunos comentarios? Sí, uno solo quizás, que si nuestros ancestros tenían la ambición de desplegar sus riquezas materiales, nosotros pensamos actualmente mucho más en construir “ciudadelas espirituales”, “castillos fortificados” de la Cultura, de la Ciencia, del Arte, en fin, Templos de dimensiones Universales.

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Numerosos castillos de la aristocrática familia de la Ferrière están en ruinas hoy día, incluso la Señorial Mansión del antiguo Condado de la Ferrière en Francia, no representa ¡ay! sino pedazos de muros completamente deteriorados, sobre tierras donde no queda más que un Nombre, antes que dominios de valor mercantil.

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¿Qué quiere decir esto? Simplemente que los tiempos han cambiado, y si la “aristocracia” de la moneda aún es codiciada por algunos ambiciosos sin escrúpulos y especulaciones poco confesables, la Nobleza de Corazón tiene mucho más valor, ya que la verdadera Aristocracia es aquella del Espíritu, es decir, la que cada uno puede alcanzar únicamente por un blasón ganado, no a fuerza de guerras, sino de luchas por el perfeccionamiento del individuo. Si es cierto que unos vestigios de pasada Gloria provocan todavía la admiración de algunos, nosotros intentamos unir a nuestra Causa a los partidarios de la supremacía espiritual, ya que después de todo esas maravillas arquitectónicas… no son más que amontonamientos de piedra;

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preferimos entonces construir Almas con valores arqueométricos Eternos, capaces de establecer el Reino de la Paz en el Mundo. Napoleón, que era un gran guerrero, decía sin embargo que: “Las más bellas batallas son las que se ganan sobre sí mismo…” Así que haciendo poco caso de esa pretendida “Gloria perdida”, estamos hoy orgullosos de nuestros actos, o de nuestros escritos que han despertado el interés de millones de seres que siguen ahora el Ideal trazado por el Fundador de la Gran Fraternidad Universal.

SERGE RAYNAUD DE LA FERRIÈRE.

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La construcción de castillos ha costado siempre la vida de muchos seres humanos, aunque por otra parte quizás menos que la construcción de esos grandes templos de antaño; basta citar por ejemplo las pirámides de Egipto, donde perecieron miles de esclavos. 1 Es que ese género de edificaciones no solamente daban testimonio de la riqueza del Señor o propietario, sino que también le permitían atrincherarse en un dominio privado donde podía organizar su vida como mejor le pareciera. Es inútil insistir en las orgías que han podido desenvolverse en esos lugares y sobre todo en las torturas atroces infligidas a los enemigos, o incluso en esas muertes espantosas en el fondo de los calabozos debidas a venganzas personales.

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El Castillo de Tiffauges, en Vendea, ha sido en ese aspecto de triste memoria para los franceses, pues era en ese lugar retirado que operaba Gilles de Rays. A veces se duda en llamarlo “Barba Azul” ya que Gilles de Bretaña, Barón de Rays, fue Mariscal de Francia y aún el preceptor de Juana de Arco; era, pues, uno de los Señores más ricos de Europa y no tenía nada que envidiar a nadie. No obstante, ya fuera por desequilibrio mental, por deseo orgulloso de conocimiento mágico o para satisfacer a ciertas organizaciones ocultas (?)… lo cierto es que él se daba a la más baja e infame criminalidad. 2

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Muy pronto se dio cuenta que sus conocimientos de brujería no eran suficientes para llegar a sea lo que fuere; de manera que buscó un alquimista digno de ese nombre al que encontró en la persona del sacerdote Francesco Prelati, a mediados de 1438 en Florencia. Éste, que había hecho estudios religiosos serios y recibido la tonsura de parte del Obispo de Arezzo, se daba

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Uno se imagina lo que han podido costar en vidas humanas las 60 o 70 pirámides construidas en Egipto. Por otra parte, quizás sea esa una de las primeras persecuciones contra los Judíos, ya que fue sobre todo a ellos que los faraones emplearon como obreros en el trabajo obligatorio. Por otro lado, sin duda casi todos los egipcios han participado en ese trabajo, ya que se acostumbraba reclutar mano de obra gratuita por períodos de seis meses o un año. Pero existen otras Obras de ese género un poco por todas partes en el mundo, en las cuales se rinde homenaje al Organizador, al Constructor, al Arquitecto, o incluso simplemente a quien dio la orden, mientras que se pierde de vista toda la multitud de esos humildes trabajadores que en su mayoría no fueron ni siquiera pagados. 2

Se ignoran aún hoy día las verdaderas razones de esos crímenes. Inclusive quizás haya sido para esconder intrigas políticas, que se insistió en algunas faltas cometidas. Por otra parte era cosa corriente que bajo los efectos de la tortura el inculpado confesara no importa qué crimen.

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también a la geomancia y conocía la alquimia por haber sido alumno del médico florentino Juan de Fontanel. En fin, a sus 24 años de edad, el joven brujo vino a Tiffauges donde haría de Gilles de Rays un criminal sádico. Ante todo, es preciso impregnarse bien de la época, pues nos encontramos en el siglo XV y los pueblos viven en el terror de Satán. Rolando Villeneuve escribía en 1953: “El poder ejercido en el mundo por Satán es incontestable y nadie querría ponerlo en duda, pero los teólogos continúan disputando sobre las razones de su caída y la época en que habría de producirse, pues San Juan en el “Apocalipsis” se ha contentado con decir: “El Gran Dragón, la vieja serpiente llamada Diablo y Satán que ha seducido al mundo entero, fue precipitado a tierra y sus ángeles con él”.

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Para San Justino, San Ireneo, Tertuliano, San Cipriano, Lactancio, San Gregorio de Nisa, la caída de Satán sería debida a los celos. Para Orígenes, San Ambrosio, San Jerónimo, San Hilario, San Agustín, Duns Escoto, sería debida al orgullo. Es así que la existencia de los demonios fue afirmada en todos los tiempos por los más ilustres doctores de la Iglesia. El mismo Santo Tomás de Aquino, escribía: “La fe católica quiere que los demonios sean algo, que ellos puedan dañar por sus operaciones e impedir la obra de la carne”. Suma Teológica, Quod lib. XI, art. 10.

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Era natural en esa época que los hombres débiles prefirieran aliarse con semejante monstruo humanamente presente, antes que intentar combatirlo teniendo casi la certeza de que serían vencidos. Así, el “pacto” con el Diablo era muy frecuente en el siglo XV; en la mayoría de los casos bastaba con firmar una cédula con su propia sangre para enrolarse en la vía del satanismo, aunque a veces había que prometer una ofrenda al Poder del Infierno, que podía ser un gallo, una paloma, una tórtola, etc…

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Fue así que después de algunas experiencias en el Castillo de Tiffauges y en Bourgneuf-en-Rays, Prelati hizo prometer al Mariscal de Rays el sacrificio de una mano, los ojos y el corazón de un niño. Desde ese instante, Gilles quedaba transformado en un abominable criminal, condenable por todas las leyes y excomulgado en particular por la Fe católica bajo aquello que el Papa Juan XXII había denunciado ya en 1326, en su Bula Super illius specula. “…aquellos que se alían con la muerte y hacen pacto con el infierno, que sacrifican para los demonios o que recurren a los demonios para satisfacer sus deseos depravados…”.

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Pero Prelati era aún más culpable, no solamente por haberle enseñado la goecia a su ilustre y triste sir-alumno, sino también por haberle procurado los polvos protectores, los “encantamientos”, etc… cayendo de golpe bajo el 36mo canon del Concilio de Laodicea en donde se afirmaba: “los sacerdotes y

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clérigos no harán ni encantamientos, ni lo que se llama amuletos que son verdaderas almas, y todo aquel que los use será expulsado de la Iglesia” 3. Las experiencias continuaron bajo la dirección de Prelati: aporte de objetos, apariciones demoníacas, conversaciones con el diablo, etc… el sacerdote habría sido incluso herido durante una de esas operaciones llamadas mágicas. Hubert Colleye, en “Historia del Diablo”, cita la opinión del Cardenal Lépicier en su obra “El Mundo Invisible” donde admite muy bien que los demonios, lo mismo que los ángeles “…pueden producir operaciones, transferir cuerpos de un sitio a otro… hacer entrar en colisión substancias pesadas… suscitar temblores de tierra y levantamientos de agua… o destruir edificios, sin la cooperación de agentes intermediarios.” (pág. 97, Ch. Dessart, Bruselas, 1945).

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El Reverendo Padre de Tonquedec, consagra un notable capítulo a Gilles y Prelati en un estudio titulado “Las Enfermedades nerviosas mentales y las manifestaciones diabólicas” (París, l938); pero la opinión del Abad Rousseau es más materialista: “Nosotros pensamos que como en esa época las retortas, los alambiques, los hornos, no eran tan perfectos como los que se emplean actualmente en nuestros laboratorios, han debido existir fugas de gases capaces de producir desordenes orgánicos y comienzos de asfixia, y que el sabio, al recobrar sus sentidos, habría atribuido a Lucifer, fastidiado de haber sido molestado” (Guía del Turista, Tiffauges, 1939).

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Los incidentes mágicos no se limitarían solamente a unas cuantas heridas del Sacerdote, quien, si debemos creerle, habría sido abatido por el Diablo, sino que correría sangre en Tiffauges y jamás se sabrá exactamente el número de niños que fueron sacrificados. Michelet da la cifra de 140 en su “Historia de Francia”, aunque en la época del proceso se estimaba un número de 800. En el Tomo II de la “Gran Enciclopedia ilustrada de las Ciencias Ocultas”, el Dr. Jules Regnault, escribe: “En el siglo XV, cuando se desarrolló el proceso del famoso Gilles de Laval, Señor de Rays, de quien la tradición ha hecho “Barba Azul”, se encontraron más de doscientas víctimas en el Castillo de Tiffauges”. Sin embargo el Dr. Hernández y Salomón Reinach afirman, por el contrario, que jamás hubo víctimas en otra parte que en la imaginación de los verdugos de Gilles.

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Es sorprendente que la Iglesia de Roma haya estipulado así su decreto, ya que el culto a las reliquias e imágenes había sido instituido desde el año 788 por el Dogma Católico. En efecto, era fuertemente aconsejado llevar “amuletos”, pero solamente los que confeccionaba el Vaticano y no otros, cualesquiera que fueren… Por su parte el Papa Sixto IV condena, en 1478, el empleo de los “talismanes”, pero autoriza sin embargo los suyos, ya que en su Bula Pontificia sostiene que “el contacto con esos medallones puede servir para la remisión de los pecados “.

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Así, la Historia nos enseña cómo, en todos los tiempos y en todos los lugares, se han cometido crímenes espantosos, ya sea para satisfacción de las perversiones sexuales de infames criminales sádicos o para pretendidos sacrificios a los demonios; pero lo cierto es que hubo épocas en que esos odiosos atentados formaban parte de las costumbres corrientes.

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Mucho antes de que se celebraran las ahora muy famosas misas negras del Abad Guibourg, que oficiaba sobre el cuerpo desnudo de su amante, Bodin, el autor de “Demonomanía”, cuenta que en la medianoche del 28 de mayo de 1574, durante el Oficio de las Tinieblas, Carlos IX asistía en Vincennes, cerca de París, a una misa dicha por un sacerdote apóstata en el transcurso de la cual un joven judío fue degollado. Su cabeza, una vez cortada, fue colocada sobre la patena y obligada a predecir la muerte del Rey. Numerosos testigos dieron testimonio de la veracidad del hecho; se sabe que en su delirio el Rey no cesaba de repetir “alejad… alejad esa cabeza”.

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Esos hechos son casi “clásicos” en la historia de la brujería y se relatan en todos los textos que tratan sobre la cuestión, incluso en un artículo publicado en el número 22 de “Le Crapouillot”en l953, Rolando Villeneuve escribía: “La Montespan no era la única en frecuentar a la Voisin, la envenenadora, sino que también lo hacía el siniestro Abad Guibourg, sodomita, brujo y degollador de niños. La Palatine escribe por su parte “…la sodomía es espantosa en París; hay sacerdotes indignos que sacrifican víctimas al demonio, tales como los Abades Olivier, Tournet, Rebours, Mariette, Meignant, Gilles Savot, confesor del marido de la Voisin, Bobie y Girad, sacerdotes de San-Lorenzo y del SantoSalvador, Dubousquier, Despan, Lemperier, etc., etc.”

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Pero esa situación no fue diferente en el siglo siguiente; las notas del Teniente de Policía de Bicêtre mencionan a los religiosos comprometidos en asuntos de costumbres y en la celebración de oficios satánicos: “Francisco Laire de 40 años, sacerdote de la diócesis de Bayeux, impío y escandaloso que hacía pactos con el diablo. Jean Francois du Rollet de 50 años, sacerdote que se ocupaba de invocaciones satánicas y al que fue preciso encerrar en un cuarto aparte a causa de la corrupción de sus hábitos. Juan Antonio Poujard, sodomita, recoleto apóstata, sedicioso, capaz de los más grandes crímenes, un verdadero monstruo al que se tendría menos inconveniente en ahogar que en dejar vivo… Jaques de Bret, eremita de Montmorency, libertino de malos hábitos que se ha servido a menudo de las cosas sagradas para sus abominaciones y sus desordenes. Jaques Le Maire, religioso de 30 años que debería ser escondido por honor a la religión”.

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El Marqués de Sade, pervertido sexual y condenado por sodomía en l772, se interesaba más en el satanismo de la Edad Media propiamente dicho y sus ideas eran tan conocidas como las doctrinas que profesaron sus

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contemporáneos Cagliostro y Mesmer. Sus obras están llenas de Arzobispos y de Jesuitas pederastas, de sacerdotes desvergonzados que, como el prior Severino, pariente del Papa, eran satanizantes, necrófilos y a veces aún antropófagos. Por su parte J.K. Huysmans, en “Allá” (París, l875) afirma: “Los capellanes de la misa negra del Canónigo Docre eran sodomitas y debían serlo pues su ‘sacrilegio ordura’ era el sustituto de ‘esa pureza de la infancia que quiere la Iglesia’…”. Todo ello nos hace pensar en otro religioso célebre, sobrenombrado a menudo “el Monje lúbrico”, Rasputin. “Un desequilibrado, trabajado a veces por sus deseos carnales y otras por sus aspiraciones místicas. Un ser que después de noches de orgía era capaz de tener semanas de éxtasis religioso.” como lo dice P. Gillard en “El trágico Destino de Nicolás II”.

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Gregori Efimovitch Rasputin, era hijo de un chalán carretero del poblado siberiano de Pokrovskoie. Encargado cierto día de llevar a un novicio al convento de Verkhotourié, fueron atacados por una banda de lobos que Rasputin puso rápidamente en fuga gracias a su poder hipnótico. Muy impresionado, el estudiante de teología lo interrogó y lo animó a permanecer por algún tiempo en el convento, en lugar de regresar a su pequeño pueblo. Su espíritu abierto y su facilidad de estudio despertaron la admiración de sus superiores que muy pronto lo iniciaron en los misterios, ya que el claustro de Verkhotourié albergaba a los monjes de una sociedad secreta de la Iglesia Ortodoxa. Rasputin aceptó después el consejo del monje Makario de dejar el monasterio, pues el sabio afirmaba que Gregorio había sido escogido para enseñar y que para ello debía errar sobre la tierra y no reaparecer hasta después de haber comprendido las palabras del Señor y estar dispuesto a repetírselas a los hombres.

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Fulöp Miller, en “Rasputin y las mujeres” parece haber comprendido muy bien el sentido profundo e iniciático de ese Camino a recorrer, la Vía. El escribe entre otras cosas: “para ser capaz de recorrer el camino interior él tenía necesidad del camino exterior, es decir del ‘peregrinaje’, de la ‘vida errante’, ya que la renovación del hombre por la ‘muerte mística’ no puede cumplirse de otra manera para el campesino ruso que va a errar; él deja sus bienes, su casa, su familia, y en fin, todo aquello que lo ata al suelo, ya que el ‘errar’ es una de los aspectos más importantes del misticismo ruso. Hombres de todas las edades abandonan un buen día a sus próximos, pierden sus nombres y botan sus antiguos vestidos, queman sus papeles y olvidan mujer e hijos: ellos van a ‘errar’, ‘ouitivé stransvo’. No escriben jamás, ni dan noticias suyas a nadie durante años, ya nadie oye a sus familiares y a sus amigos hablar de ellos”.

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Los errantes o peregrinos, en ruso “strannikis”, van de monasterio en monasterio, de pueblo en pueblo, echados por los gendarmes y aún por los

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Popes, pero recibidos por los campesinos que les dan hospitalidad en sus sótanos. De ahí que se les llame también “podpolniks”, que quiere decir hombres de los sótanos y nutridos por ellos. No solamente recorren el itinerario preconcebido de Rusia a Siberia, sino que también realizan peregrinajes a lugares santos como el Monte Athos, el Sinaí o Jerusalén. Hemos analizado la cuestión del “peregrinaje” interior y exterior en el curso de estos “Propósitos Psicológicos” y particularmente en el Nº IV. En la India, 7 Santuarios se escalonan desde el sur del país hasta los Himalayas en el norte. Los “Saddhus” u Hombres Santos que efectúan el recorrido de esa “Ruta Sagrada – tipo” de la India, van desarrollando a su turno cada uno de los 7 “Chakras” o centros nervo-fluidicos de poder y que equivalen, como sabemos, a las 7 glándulas endocrinas principales, así como a los 7 grados tradicionales de evolución iniciática.

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Mientras que los peregrinos hacen un recorrido geográfico de ciudad santa en ciudad santa, los Yoghis se contentan con hacer el “trayecto” interiormente, iluminando los centros de fuerza a medida que el kundalini sube a través de los chakras. Y así como los 7 ríos sagrados que parten del Transhimalaya para desembocar en el mar, tienen sus fuentes en torno al Monte Kailas (cima espiritual del globo), así en el yoghi las vibraciones de los 7 chakras vienen a encontrarse en el Brahma-Rundra, es decir, en la apertura hacia la Conciencia Universal para reunirse a Paramatma.

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Los laberintos no eran otra cosa que un símbolo de los peregrinajes, tal como la representación emblemática del peregrinaje que tenían las iglesias trazado en la loza para uso de los que no podían viajar a Tierra-Santa. Pero también se suele emplear un mandala,4 esa figura iniciática que permite vivir mentalmente los peregrinajes. “Errar” es lo propio también de los saddhus del Oriente, pero es raro que estos permanezcan más de tres días en un mismo lugar, mientras que los strannikis de Rusia serían más bien análogos a los sannyassines de la India, que usan un vestido especial: la santa guerrúa. 5

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Pieza de metal, de tejido o de papel, sobre la cual figuran signos y símbolos que bajo el efecto de la voluntad del operador producen fenómenos supranormales, ya que por su concentración en el objeto, éste se convierte de inerte en viviente y cobra movimiento como todo un Universo en evolución. 5

El “sannyasa” es el estadio de abnegación completa. Los únicos bienes del sannyasin son la “lotha” o recipiente de metal y la “guerrúa” compuesta de dos piezas de tejido color ocre-rojo (azafrán), la una como esconde-sexo y la otra enrollada en el talle.

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El autor (Mahatma Chandra Bala) como “Sannyassi”, con su “lotha” y el vestido de la Santa “guerrua”.

Una vez “Gurú”, el Sabio conserva a veces el uso de la guerrúa, pero en realidad ya no necesita un signo distintivo. El Gurú, textualmente “disipador de tinieblas”, es un Maestro, un Guía, un Iniciado que bien puede vivir como asceta, con disciplinas, o bien llevar una existencia aparentemente profana. El reside en un Monasterio, en un Santuario o en su Ashram,6 o puede también mezclarse con la muchedumbre vulgar. Tan pronto anda errante como está instalado cómodamente; se le encuentra en períodos de abstinencia, o por el contrario, aprovechando todos los bienes de la naturaleza. Todas las libertades le están permitidas porque conoce también todas las disciplinas. Así, él puede

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Es una colonia espiritual, un lugar magnético donde vive un sabio, ya sea solitario o rodeado de sus discípulos. Si el Maestro se ausenta, la presencia de uno de sus discípulos basta para darle a ese lugar un carácter sagrado.

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dominar, controlar, y dirigir sus pensamientos y sus actos en función de lo que necesita para la realización iniciática de una meta bien definida. Dostoievski, en “Los Hermanos Karamazov”, explica: “el staretz es un hombre que se ampara de vuestra alma y de vuestra voluntad y las hace suyas. Escogiendo a un staretz usted renuncia a su voluntad y se entrega a él en completa obediencia y plenitud de renuncia. El staretz es un asceta que bien puede vivir en un monasterio como habitar en una cabaña en medio del bosque. Es una especie de conductor de almas al que se recurre en momentos de trastorno y sufrimiento”. Así, Rasputin será primeramente un “stranniki” y solamente después se convertirá en un auténtico “staretz”, que viene a ser en Rusia un equivalente del “Gurú” entre los hindúes. Se sabrá enseguida toda la historia de ese monje demasiado célebre. Profetizando y curando a los incurables, él tuvo sobre todo mucho éxito cerca de las mujeres, incluidas las más grandes Damas de la Corte Imperial de Rusia.

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Se han dicho tantas cosas sobre ese “diablo sagrado”, como algunos lo han llamado, que, como en el caso de Gilles de Rays, no se sabrá jamás exactamente si Rasputin era un monje lúbrico saciando sus deseos carnales o si era verdaderamente un Maestro actuando por métodos tántricos. Uno estaría tentado a creer que jugó también un papel en la política, pero es evidente que en cierto momento fue el único consejero del Zar. Sobre eso, también se ignoran las metas que pretendía, ya que si ese antiguo mercader de caballos pudo muy bien ser un ambicioso, también pudo haber sido un miembro de una sociedad secreta con una misión bien definida, en cuyo caso sorprendería que pudiera tratarse de un charlatán.

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Por otra parte, Gregorio, que en l.906 se había presentado en la Academia de Teología de San Petersburgo, fue recibido por el Obispo Hermógenes y también polemizó con el monje Iliadora, el más famoso de los predicadores de la época. Finalmente, fue amigo del Arquimandrita Theofano, confesor de la Zarina. Fueron estos, por otro lado, quienes presentaron a Rasputin ante el Comité de los “Verdaderos Rusos”.

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Introducido en el Palacio Imperial, Gregorio fue presentado a la Zarina por el propio confesor de ésta. Nieta de la reina Victoria pero alemana de nacimiento, la princesa Alix de Hesse se había convertido en la mujer del Zar Nicolás II, con quien tuvo cuatro hijas: Olga, Tatiana, María y Anastasia. Pero, he ahí que después de la gran alegría de tener por fin un heredero varón, la Zarina iba a sufrir una espantosa y continua angustia, ya que su hijo, el

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Archiduque Alexis, se encontraba atacado de hemofilia,7 enfermedad que en la familia Hesse se transmitía de generación en generación por medio de las mujeres a sus hijos varones. Los especialistas más eminentes se habían declarado impotentes. Ni siquiera el célebre curandero tibetano Badmaiev había podido curar al principito. Fue entonces que Rasputin fue recibido, convirtiéndose en el más grande amigo del niño. “Cree en la eficacia de mis oraciones”, le había declarado a Alexandra, “…cree en el poder de mi intervención y tu hijo vivirá…” Por su parte, la soberana le comentaba a la madre del Príncipe Michaguine-Skrydloff: “He reconocido en él a un enviado que Dios ha puesto cerca de mí”. Y el Zar escribía en su Diario: “He tomado conocimiento de un hombre de Dios llamado Gregorio, del gobierno de Tobosk.”

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Al cabo de muy poco tiempo, el hecho ya no era discutido por nadie, Rasputin detenía inmediatamente las efusiones de sangre por la imposición de sus manos. Incluso sus mismos enemigos tuvieron que reconocer su poder de curar a distancia, pues aún los que se dirigían a él por medio de una simple carta, veían desaparecer sus males. Por cierto que Rasputin había expresado un cierto día su deseo de hacer un peregrinaje a Jerusalém y la necesidad que tenía de regresar por algún tiempo a Siberia (¿no era esa una residencia en Santuario?). Él había declarado: “Si me olvidáis y os desatáis de mi, la desgracia caerá sobre vosotros”.

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Durante una partida de caza con su padre el Zar, el Zarevich Alexis tuvo una caída y en consecuencia una crisis muy grave lo puso en peligro. El doctor Mauchfuss, el Profesor Feodorov, el Doctor Derevenko, declararon que era desesperado el estado del Zarevich. Las cimas medicales se declararon en la imposibilidad de calmar al pequeño Alexis. La Zarina desconsolada hizo avisar a Gregorio, pues solamente Rasputin, quien telegrafió de inmediato, podía hacer algo: “Dios ha querido ver tus lagrimas y escuchar tus plegarias… ya no estés triste… tu hijo vivirá… pero que los médicos no lo atormenten más”. Todos los testigos coinciden al reconocer que inmediatamente después de recibir el telegrama, el niño declaró haber dejado de sufrir. De regreso, Rasputin volvió a detener en varias ocasiones las hemorragias y la fiebre del Zarevich.

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La hemofilia es una enfermedad incurable en que la sangre pierde la propiedad de coagularse, de manera que cualquier choque puede determinar en el enfermo una hemorragia que ya no se detiene, acarreando la muerte. Esa enfermedad había causado ya la muerte del hermano de la Zarina, el duque de Hesse, y de su tío, el Duque Leopoldo, y también la muerte de sus sobrinos, hijos del Príncipe Enrique de Prusia y de la Princesa Irene, tercera hermana de Alejandro, que habían sufrido de hemofilia desde la infancia. El príncipe Michaguine-Skrydloff, escribía en sus “Memorias”, pág. 89: “Ya no se discute actualmente la eficacia del poder de Rasputin sobre el Zarevich, cualquiera sea la llave que deba verse detrás de sus curas: sugestión, magnetismo o alguna otra fuerza desconocida.

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En cuanto Profeta, él lo era ciertamente: había anunciado todos los acontecimientos y aún la revolución. La historia cuenta que él dijo además: “Cuando yo muera, el Zar perderá su corona”, lo cual se realizó el 12 de Marzo de l917, es decir dos meses y medio después de la desaparición de Rasputin. Dieciséis meses más tarde toda la familia real sería masacrada en Ekaterinburgo. Naturalmente sus enemigos eran numerosos y las intrigas políticas se mezclaban con la lucha de clases. Pedro Gillard, por ejemplo, preceptor suizo del príncipe heredero y adversario furioso de Rasputin, tuvo que reconocer que la masa del pueblo ruso era favorable a Gregorio y que siempre se podían esperar actos de venganza por parte de los cortesanos celosos.

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Evidentemente el hecho sobre el cual se ha insistido más al relatar la vida de Rasputin, es aquella doctrina secreta de los Klystis 8 que quiere que para purificarse es preciso pecar primeramente, ya que el camino que lleva hacia Dios pasa obligadamente por Satán. Así pues, todo comercio sexual con un ”staretz” es bendito ya que librándose al “sátiro sagrado” que purifica el cuerpo, los “adeptos” daban un paso hacia Dios. Rasputin declaraba:”Dios me ha concedido la ausencia del pecado y cuando toco a una mujer es para mi como si tocase madera ya que no tengo ningún deseo, yo le infundo el espíritu de la santa ausencia de pasión y por mi contacto ella se vuelve tan pura y sagrada como yo”.

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En su artículo “El Diablo Sagrado”, Jean Galtier Bisiere, cuenta que: “en la antecámara del padrecito Gregorio se codeaban las monjas, las campesinas, las domésticas y las mujeres públicas, al lado de las Grandes Duquesas, de las Condesas, de las bailarinas, estrellas y comediantes renombradas. Era solamente a continuación de la iniciación en los misterios de la santificación que las solicitantes podían ser admitidas en la familia del gran hombre”.

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Una muchacha se había negado un cierto día a prestarse a Rasputin. Entonces, una mujer casada que era una de las fieles más apasionadas de éste, le dijo sorprendida: -“¿por qué no quiere usted ser de él?, ¿cómo puede una negarle cualquier cosa a un Santo? “. La muchacha sorprendida a su vez le respondió: - “¿Cómo puede usted ver ahí la santidad? … además un Santo ¿tiene acaso necesidad de amor?”. - “Gregorio convierte en sagrado todo lo que toca”, respondió la adoradora, con gran convicción. - “¿Entonces estaría usted dispuesta a corresponder a sus deseos?“, preguntó la muchacha. Ella

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Los Klyistis (o Flagelantes) eran probablemente una secta herética al principio, pero que después se organizó como sociedad secreta. Por otro lado, fuera de los ritos exteriores existe una doctrina muy estudiada, la cual es mucho más iniciática que el simple esoterismo de la Iglesia Ortodoxa. Así, se podría decir que las enseñanzas provenían de algunos santuarios de Mongolia o del Tíbet, pero que sus centros conocidos estaban en Siberia.

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respondió “¿Yo? pero si le he pertenecido ya y estoy orgullosa y feliz”. - “Pero, usted es casada… ¿qué dice de eso su marido?“, preguntó por último la joven. Ella respondió “El está muy honrado… cuando Rasputin desea a una mujer, eso es una bendición para ella y para toda su familia”. Ese autor, en su estudio sobre Rasputin, escribe aún: “Todo Hombre de Dios debe separarse de su mujer y en su espíritu condenar la unión legítima bendita por el pope. En suma el matrimonio no puede ser más que una institución odiosa, puesto que implica una atadura a la propiedad, a la casa, a la tierra. En revancha, la doctrina de los Klyistis, no solamente autoriza sino que aún recomienda todas las otras prácticas del amor. En el curso de su vida errante al margen del clero, que duró varios años, Rasputin participó en varias ocasiones en los grandes misterios de las transformaciones maravillosas. Es en los “vasos” de los Hombres de Dios que él se inicia en el milagro de la muerte mística, alcanzando al fin esa perfección a la cual debían llevarlo sus mortificaciones, sus peregrinajes y su renuncia a todos los bienes de la tierra”.

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El acto místico se produce el sábado en una isba o en una carrera donde arden centenas de cirios, mientras que todos los fieles se agrupan en torno a una pareja de honor: los hombres a la derecha y las mujeres a la izquierda; al principio cantan lentamente, después se ponen a bailar en círculo, girando sobre si mismos en una cadencia cada vez más rápida. Siendo necesario el estado de vértigo para el influjo divino, es girando a la manera de los derviches que ellos alcanzan el éxtasis. La humilde isba se transforma entonces en el Arca de los Justos y la pareja privilegiada se convierte en el Cristo y la Virgen. Todos gritan “El Santo Espíritu está en nosotros…” y después empiezan a danzar cada vez con más rapidéz hasta que ruedan por tierra en convulsiones y éxtasis. Así, después de haberse hecho fuetear hasta la sangre con el torso desnudo, los Hombres de Dios aprietan a la mujer sin ninguna consideración de edad ni de parentesco. Esa es la reyerta del pecado, y que no deja de recordar el final del Sabbat.

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Personalmente vemos ahí una semejanza con el “Vodú”. El Vodú (escrito a veces “Voudoo”) que hasta hoy se practica en las Antillas, es seguramente de origen africano, pero ha sido desarrollado sobre todo en Cuba, Brasil y ciertas partes de los Estados Unidos por los esclavos negros que conservaron la fe en sus dioses. De ahí que el Vodú resulte ser principalmente una mezcla de ritos africanos con prácticas cristianas. En su artículo “La Magia, el amor y lo Sagrado”, George Allary escribe: “En Africa negra las danzas tienen siempre una meta precisa que consiste esencialmente en obligar a los espíritus a manifestarse. Las danzas de las ceremonias Vodú tienen ante todo esa significación. En el curso de esas ceremonias se sacrifica primeramente a un animal; el gran Sacerdote y la gran Sacerdotisa (el Papaloï y la Mamaloï) proceden a la aspersión de la sangre de la bestia y después todo el mundo bebe

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ritualmente la sangre mientras que las danzas comienzan. Los espíritus divinos y los misterios descienden a la cabeza de algunos adeptos, generalmente escogidos entre los bailarines-cantantes. El adepto poseído toma, como en el culto zâr, el nombre de caballo, y con su cabeza extrañamente echada hacia a atrás continúa bailando con un frenesí que no cesa de aumentar, mientras que toda la asistencia se encuentra presa del delirio sexual”. Algunas sectas de antaño practicaban, a veces, sacrificios humanos. Pero, según el escritor Seabrook, el Vodú es un verdadero culto a la divinidad, mientras que la magia y la brujería no serían sino degradaciones más o menos siniestras. El motivo central del altar Vodú es una pequeña serpiente sostenida por un bastón, semejante a la serpiente que Moisés elevó en el desierto. 9 Se trata de la culebra andrógina Damballa. En ciertas regiones del Dahomey y del Togo se adora igualmente a la serpiente, un símbolo universal que, por otra parte, no siempre es maléfico, ya que numerosos símbolos relativos a la serpiente convergen en la misma idea: ella es inmortal, por cuanto se regenera. Mircea Eliade, en “Historia de las Religiones”, dice que para la mentalidad arcaica la serpiente distribuye fecundidad, ciencia y aún inmortalidad. Ahora bien, esta especie de culebra es la que constituye el signo de unión de todos los que pertenecen a la doctrina “Vodú”, ese nombre de Dios inventado por los brujos de Las Antillas.

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El “Quimbois”, que significa “sortilegio” o “filtro” en lengua creol, es cosa corriente en todas las regiones, y es muy frecuente que a los adeptos del Vodú se les atribuyan fechorías que no son sino obra de los “quimboisieurs” que trabajan aislados e independientemente. Sin embargo, a menudo los sectarios del culto Vodú se dejan atraer por ellos para satisfacer ambiciones o pasiones exacerbadas, o aún para hacerse acompañar por ellos en venganzas personales.

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Sólo los iniciados pueden asistir a esas ceremonias secretas que se hacen al abrigo de la noche, lejos de toda presencia profana. Se reúnen generalmente en el bosque, o en la campiña, o incluso en ciertas propiedades. Cuando se ha verificado bien que ningún curioso haya penetrado en el recinto, la ceremonia comienza por la adoración de “Damballa” que el Gran Sacerdote y la Gran Sacerdotisa sostienen entre sus manos; en seguida ellos renuevan el juramento del secreto que está en la base misma de la asociación. Así, esas dos Autoridades Supremas, llamadas frecuentemente el Rey y la Reina, o también Papá y Mamá, como ya lo hemos dicho, quedan en adelante como Jefes vitalicios de la gran familia Vodú. En fin, después del rito de apertura de la

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Ese símbolo del cual se hace mención en la Biblia (Éxodo, Cap. IV 3 y 4) ha sido ya objeto de estudio, particularmente en nuestro Mensaje II “Los Centros Iniciáticos”, pero también en varias ocasiones hemos retomado su análisis en esta serie de “Propósitos” y principalmente en el número XII.

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sesión, la multitud se aparta y cada uno de los miembros de la secta, en orden de antigüedad, viene a implorar al Vodú; los unos piden una curación, otros la posibilidad de tener bastante dinero, uno quiere atraer a una amante infiel, otra profiere su odio contra una rival, etc. Enseguida empieza la danza del Vodú; mientras tanto poniendo su mano en una caja donde se encuentra la serpiente, el Rey manifiesta una emoción que comunica a la Reina y poco a poco se generaliza una especie de delirio que va en aumento, ayudado por el uso repetido de licores espiritosos. Todo el mundo es recorrido por un temblor nervioso imposible de dominar y todos giran sobre sí mismos sin detenerse hasta caer al suelo. Entonces, siempre bailando, son transportados a un lugar aparte si la ceremonia tiene lugar al aire libre, o a una pieza vecina donde se practican orgías sexuales con la más grande libertad.

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Algunos que habían traicionado secretos no tardaron en sucumbir bajo la terrible venganza de los Adeptos del Vodú. Fuera de los casos de envenenamiento y crímenes disfrazados de accidentes, los iniciados de ese culto tienen poderes mágicos terribles, inclusive se pretende que justamente los “Zombis” no son sino unas pobres víctimas de esos brujos. Parece ser que los brujos negros pueden resucitar cadáveres que serán enseguida esclavos, sin otro pensamiento u otra voluntad que la del brujo, quien así puede emplear a ese “muerto-vivo” para cumplir todo tipo de cosas.

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Hemos recibido un día la visita de un francés que se había instalado en Martinica para dirigir una refinería. Se había casado con una martiniquesa que le había dado tres hijos, pero después había visto su vida atormentada por múltiples pruebas. Interesado en el ocultismo, él había tenido contactos con sectas secretas, pero al casarse había abandonado esas relaciones. Su mujer había muerto muy misteriosamente, así como sus dos primeros hijos. Fue entonces que él empezó a dudar sobre las verdaderas razones de esos extraños hechos que se sucedían uno tras otro. Una noche, al entrar a su casa, encontró en el umbral de la puerta un juguete de su hijita; él quiso sermonear a la sirvienta por dejar tiradas por todas partes las cosas que debían encontrarse en el cuarto de la niña. Pero en ese momento tuvo una sensación extraña al recordar que ese juguete era justamente el que su hija había extraviado desde hacía algún tiempo, y al notar además que parecía haber algo en el interior del juguete. Era una muñequita de tela que él desgarró para encontrar efectivamente en su interior el corazón de un animalito mezclado con diversos ingredientes… Entonces atravesó a la muñeca de parte a parte con un cuchillo, pero en ese momento la muñeca empezó a sangrar, así que enseguida la echó al mar junto con el cuchillo. Empero después no solamente su hijita cayó gravemente enferma, sino que él mismo parecía vivir con algo que le

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atravesaba el corazón. Fue entonces que vino a consultarnos y nos contó los detalles de su historia. Perdió pues a su primer hijo envenenado, su segundo hijo murió en un extraño accidente, finalmente su mujer dio el último suspiro asegurando que había sido víctima de los brujos. Se trataba de la continuación de una venganza que ahora atacaba a su último niño y a él mismo. Sería demasiado largo dar los todos detalles de los incidentes que se sucedieron hasta llegar a la muñeca maleficiada: los detalles del mismo consultante que había echado todo al mar, la extraña enfermedad de la criatura, las sensaciones misteriosas que él sentía después, etc…Hemos tenido que operar un verdadero “exorcismo”, y la “contra-magia” parece haber triunfado puesto que supimos enseguida que nuestro hombre estaba finalmente liberado de la suerte, y que tanto su niñita como él, que pensaba casarse de nuevo muy pronto, vivían en perfecta salud.

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En China todas las concepciones se resumen en la acción y reacción recíprocas de los dos principios cósmicos: “Yang” y “Yinn”, el activo y el pasivo, el masculino y el femenino. Esas dos polaridades están en la base tanto de la medicina10 como de la Magia. Son igualmente esas dos fuerzas, positiva y negativa, las que se utilizan en Yoga para el perfeccionamiento del individuo, pero mientras que el yoga clásico emplea la castidad,11 el tantrismo utiliza el instinto y el psiquismo erótico en una disciplina que se sigue con el fin de obtener la Liberación, por lo que viene a ser más bien una técnica mágica. La mayoría de las diversas escuelas tántricas son como las sectas secretas en tanto poseen una doctrina esotérica que se transmite de maestro a discípulo. Por otro lado, los textos concernientes a los ritos son redactados en un lenguaje de doble sentido llamado “crepuscular” en que, por ejemplo, un estado de consciencia será expresado por un término erótico, e inversamente, los detalles fisiológicos tendrán una significación de orden cósmico.

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El ceremonial descrito en “Comentarios sobre la disciplina espiritual en compañía de la mujer”, comprende ocho partes que producen “el despertar” de Kundalini gracias a ciertas técnicas de concentración y sobre todo al “Maithuna”, la unión sexual ritual. A medida que se desarrolla la ceremonia la mujer toma un carácter sagrado, hasta que son finalmente dos dioses los que se unen y contemplan la realidad última. Mircea Eliade en su “Introducción al Tantrismo” escribe: “El dominio total que requiere el maithuna permite traspasar el plano fisiológico y abolir el tiempo para obtener así un estado de autonomía total, una suspensión paradojal entre lo real y lo irreal, más allá de la muerte y de la vida”.

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Ese Yoga tántrico es naturalmente muy peligroso, ya que desata fuerzas capaces de golpear al hombre que las ha liberado si no sabe canalizarlas según sus deseos. El tantrismo presenta pues numerosos peligros propios del erotismo místico. Ya se trate de los Atxuabo de Angola, en África, de los Indios Cherokée o de los Dayak de la costa de Borneo, uno constata por todas partes en el mundo una alianza entre la magia y el amor. Ese fenómeno puede parecernos extraño por cuanto la magia comanda a la naturaleza. Sin embargo, para nosotros, si hay algo que “no se comanda” ese es justamente el amor, dice George Allary. La explicación es simple, por cuanto las prácticas mágicas están ligadas a los diferentes aspectos de la vida y si todas las civilizaciones primitivas o arcaicas le dan, en grados diferentes, un gran lugar a la magia, no hay razón para que el amor sea excluido. La magia erótica es inclusive particularmente importante y en la mayoría de los pueblos la sexualidad juega un papel considerable, tanto en su mitología como en sus vidas.

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Hemos analizado ya la Acupuntura en nuestro Propósito Psicológico No. VIII. Por medio de la meditación, el dominio del soplo, etc… se puede transformar la energía sexual en energía espiritual. 11

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Por otra parte, la vida no es más que un reflejo o una copia del mito. Para el “primitivo” los hechos no acceden a una existencia verdadera sino cuando, actualizando el mito, ellos se ponen en armonía con las leyes del Universo, de manera que las fuerzas que se ponen en juego en tal o cual actividad se conviertan en fuerzas sagradas. Los “primitivos” velan para sacralizar particularmente las poderosas energías que emanan de la sexualidad, porque siendo las fuentes mismas de la vida pueden ser peligrosas o benéficas y es precisamente gracias a los ritos que pueden ser orientadas en el sentido deseado.

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Si los pueblos primitivos son aquellos que no tienen tradición detrás de sí, existen entonces muy pocos “primitivos” y se renuncia cada vez más a esa expresión, ya que la mayoría de las veces esos pueblos tienen una concepción del mundo extremadamente coherente. Eso es lo que señala Marcel Griaule en “Dios del agua” quien escribe por ejemplo que “…los Dogon viven en una metafísica, una cosmogonía y una religión que los pone a la altura de los pueblos antiguos, y que incluso la cristología misma podría utilizar con provecho.” De ahí que es probable que esos pueblos llamados “primitivos” provengan de antiguas civilizaciones. En efecto, un ser Supremo existe en la mayoría de los “primitivos”, pero, como ya lo hemos visto en diferentes ocasiones en nuestros estudios, esas civilizaciones han declinado tanto como las nuestras, ya que esa divinidad suprema casi no juega casi ningún papel en el culto, mientras que en el seno de las sociedades secretas en general su existencia no es revelada más que durante las iniciaciones.

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M. Eliade, explica que en el curso de los tiempos el lugar de esa divinidad ha sido ocupado por otras fuerzas religiosas y que el sentido de tal sustitución es en todas partes más o menos el mismo: se pasa de la trascendencia y de la aparente pasividad de los seres celestes, a fuerzas religiosas dinámicas, eficaces y de más fácil acceso; se asiste así a una caída progresiva de lo sagrado en lo concreto. En consecuencia, uno está llamado a comprender que las religiones no son más que el lado material, exotérico, de una Verdad y una Sublimidad espiritual enseñada por los Colegios Esotéricos y conservada gracias a las Sociedades Secretas.

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¿Pero, que es en verdad una Sociedad secreta? Sería difícil responder, ya que los diversos movimientos catalogados bajo ese título provienen de fuentes muy variadas y cada uno por motivos diferentes. Generalmente los fundadores de tales organizaciones fueron primeramente miembros de Colegios Esotéricos o de Escuelas Iniciáticas, y que por una ambición desmesurada o intereses creados se lanzaron en campañas políticas trabajando para su propio programa con ardides ocultos. Claro, no podemos ver en todas las sociedades secretas una banda organizada de malhechores o asesinos, pero hay que confesar que en nuestros días la expresión “sociedad secreta” se aplica sobre todo a un clan que actúa sembrando el terror y que amenaza incluso con la ejecución a quienes se atrevan a contrarrestar los planes secretos de dicha sociedad. Es preciso agregar que, muy a menudo, el iniciador de semejante movimiento estaría sorprendido de ver los resultados y, en efecto es así, ya que la mayoría de las veces se trata de ambiciosos que toman la idea de un filósofo, de un ocultista o un iniciado de grado cualquiera y que sin conocimiento hacen uso de esa Gnosis para organizar una sociedad práctica.

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Tomemos como ejemplo un movimiento clandestino que se manifestó durante los años de la ocupación alemana en Francia y que fue revelado en 1945 en un volumen intitulado “Sinarquía” por un autor con el seudónimo de Geofroy de Charnay. Lo principal de la tesis desarrollada en el texto se resume en los datos siguientes: “El Movimiento Sinárquico del Imperio” sería una sociedad cuyos individuos en un documento intitulado “Convención sinárquica revolucionaria”, redactado en 1922, habían firmado su adhesión a las doctrinas expresadas para preparar una especie de revolución mundial destinada a derribar, dondequiera que existiesen, los regímenes autoritarios conducidos o controlados por ciertos dirigentes del medio de los negocios.

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La primera idea de ese organismo había sido sugerida ya, mucho tiempo antes, por iniciativa de un antiguo politécnico francés de nombre Saint Yves, nacido a mediados del siglo XIX, en 1842. Nombrado Marqués de Alveydre por el Papa, se había especializado en las ciencias ocultas. Habiéndose afiliado primero a la Francmasonería, se convirtió más tarde en el Gran Maestro de la Orden Martinista que estaba inspirada más o menos directamente en los principios y métodos de una sociedad secreta alemana fundada en 1776 por Adán Weishaput: “Los Iluminados de Baviera”. 12

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Martines Pasqualis, un cabalista de origen portugués, había instituido, en 1754, el Rito francmasónico de los “Elegidos de Cohen”, uno de cuyos miembros más célebres fue sin duda Luis Claudio de San Martín, apodado el “Filósofo Desconocido”. Él habría sido, según la mayoría de los investigadores, el verdadero Fundador del “Martinismo” que reunía verdaderos Gnósticos muy austeros. Es autor de numerosas obras herméticas: “De los errores de la Verdad”, “De los hombres llamados al Principio Universal de la Ciencia”. Incluso es a él que le debemos la famosa divisa francesa: “Libertad - Igualdad - Fraternidad”.

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Para exponer sus doctrinas, St. Yves de Alveydre había publicado varias obras 13 entre 1880 y 1890, con la finalidad de organizar y mantener por medio de un acuerdo internacional entre diversas “élites”, una reacción defensiva contra las fórmulas disolventes de la Revolución Francesa. El escribía entre otras cosas: “Así, la forma del gobierno instituida por Moisés, basada en el orden que le aconsejó su iniciador Jethro en nombre de Yaveh, es justamente la SINARQUÍA, es decir tres poderes sociales de los cuales ninguno es político”. Dicho de otra manera, el principio de la organización oculta que concebía el Marqués de Alveydre para dirigir en secreto a las sociedades, debía ser de origen divino y directamente salido de la revelación mosaica.14

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Para el reclutamiento de los miembros de su orden secreta, St. Yves había imaginado una combinación llamada de “afiliación por cadena” cuyo principio era el siguiente: aquel a quien los afiliados querían atraer a su organización, era primeramente sometido a una lenta observación sin que él lo sospechara, y bajo diversos pretextos se le invitaba a reuniones donde se estudiaban sus hábitos, su comportamiento, etc. Después, uno de los iniciados venía para exponerle abiertamente los principios de la Orden y cuando lo había convencido, le pedía su adhesión. Pero, habiéndose adherido, el nuevo iniciado no conocía la calidad martinista sino de ese único miembro que era su iniciador. De ahí en adelante él debía permanecer en la misma ignorancia sobre el resto de la Orden, y no conocer fuera de su primer iniciador sino a las personalidades que a su vez él sería llamado a iniciar. De esa manera quedaba asegurado el carácter secreto de la institución.

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A decir verdad, durante su fundación en 1922, el Movimiento Sinárquico del Imperio no había tomado del martinismo de Saint Yves de Alveydre sino sus métodos de reclutamiento y algunas de las fórmulas doctrinales conocidas por los primeros animadores de la nueva creación, ya que por ser politécnicos varios de estos tenían relaciones martinistas. En su artículo sobre la “Sinarquía”, Emmanuel Beau de Loménie, que parece muy bien documentado, deduce que “en lo esencial se trataba de provocar una reacción contra los desórdenes que habían seguido a la primera guerra mundial y que habían llevado a las fórmulas democráticas”.

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El primer estado mayor estaba compuesto de personalidades que pertenecen a diversas nacionalidades y su acción habría sido dominante en las 13

“Misión de los Soberanos”, “Misión de los obreros”, “Misión de los Judíos”, “La Arqueometría”. 14

En diferentes ocasiones hemos analizado igualmente esa cuestión. Puede verse en particular nuestro pequeño estudio sobre la Teocracia en nuestro Propósito psicológico No IV.

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revoluciones de carácter antidemocrático que se sucedieron en Europa: el fascismo en Italia, el movimiento del general de Rivera y después de aquel de Franco en España, el hitlerismo en Alemania. En la misma Francia, serían las acciones de la Sinarquía las que habrían preparado en secreto la mayoría de las agitaciones antidemocráticas, como la formación de las ligas nacionalistas, los motines de enero y febrero de 1934, la fundación de la “Cagoule” (Cogulla) y, en fin, en 1940, al día siguiente de la derrota, la revolución nacional de Vichy, la cual habría sido deseada y preparada por los miembros de la nueva Sinarquía con la intención de favorecer en seguida sus designios particulares. Para muchos, la sociedad secreta denominada “Movimiento Sinárquico del Imperio” jamás habría existido verdaderamente, otros pocos opinan que no fue más que una capillita cuyo origen no parece remontarse mucho más allá del año 1940. Sin embargo, el espíritu sinárquico, que se confundió en cuanto a lo principal con el espíritu tecnocrático, ha existido y se ha desarrollado en toda clase de círculos influyentes más o menos ligados entre sí y al mismo tiempo, rivales.

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Pero en este punto nos encontramos ya con una explicación política de las sociedades secretas, y en ese sentido son numerosas en todos los países. Así, por ejemplo, en Francia, mucho más que el Movimiento Sinárquico fue la “Cagoule” la que tuvo una resonancia espectacular. La sociedad de los “Cagoulards” (los Cogullados) tomó nacimiento a continuación de los acontecimientos de 1936, al hacer desalojar de la Cámara a un grupo de diputados comunistas del “Frente Popular”. Denominado “Organización secreta de acción revolucionaria”, ese movimiento fue inmediatamente denunciado por diferentes partidos políticos que entonces le dieron la etiqueta de “La Cagoule” con la que permaneció. Era una red nacional conformada por una especie de federación de grupos de auto-defensa; pero cada vez más animado por la descomposición progresiva del Frente Popular, ese grupo secreto intentaba pasar de la auto-defensa a la ofensiva, en otras palabras, se proponía derribar al régimen por un golpe de fuerza.

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Según Rogee Mennevée, se ha sugerido que “La Cagoule” habría sido creada por el “Inteligence Service” inglés al día siguiente de los motines de febrero de 1936, por intermedio del presidente Flandin. El proceso de los “Cagoulards” tuvo lugar en octubre de 1948 y uno de los testimonios más importantes fue la sorprendente revelación de Loustaunau-Lacau, ex-adjunto del Estado Mayor del Mariscal Petain, cuando dijo: “En cuanto a la Cagoule, yo estimo que sin esa gente, entrenada en la lucha clandestina mucho antes de la guerra, el 18 de junio de 1940 el general de Gaulle no habría sido más que un clarín inútil y sin resonancia.”

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André Mahé, quien escribe bajo el seudónimo de Alain Sergent, concluye: “Yo no pretendo tener la verdad absoluta, pero he conocido muy de cerca a los Cagoulards 15 y he estudiado muy bien la historia del Comité secreto de acción revolucionaria para tener casi la certeza: la Cagoule ha sido en primer lugar una reacción de hombres patriotas y políticos de la derecha, contra un Frente Popular del cual estaban seguros que era el “caballo de troya” del comunismo. Opinaban que además de defender su persona y sus intereses, su deber consistía en ser la última muralla para defender a la Nación. Cuando el asunto tomó envergadura, la sociedad se fijó una política general: derribar la democracia parlamentaria por un golpe de fuerza y tomar el poder; enseguida eliminar a los jefes de la política de izquierda y a los “podridos” del régimen; por último, crear bajo la cubierta provisoria de un Directorio civil y militar, un Estado fuerte para preparar el regreso a la Monarquía.”

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Pero hay también otra organización secreta que dio mucho que hablar, sobre todo por haber estado sin duda en la base de la primera guerra mundial. En varios puntos de Europa existían el “Tugenbund” y la “Carbonaria”, vastas sociedades secretas que venían extendiendo su poder desde el siglo precedente. Pero hacia el 1900 se fundó en Belgrado la “Narodna Odbrana” y uno de sus miembros era el mayor serbio Tankositch, un eterno conspirador que había estado en todos los golpes sangrientos. Pero, disgustado con su organización que comenzaba a reprobar el terrorismo, trabó amistad con Radenkovich, un Cónsul que hablaba de formar en Serbia una sociedad secreta con un rito, un decorado, etc… Fue así que en 1911, los dos en compañía de otros cinco, fundaron los siete una organización secreta llamada “La Unión o la Muerte” pero que muy pronto sería reconocida bajo el nombre de “La Mano Negra”.

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La dirección fue asumida por 6 miembros, 3 civiles y 3 militares, y cada una de las partes contaba a su vez con células de 3 miembros. Se recibían indistintamente serbios, croatas, musulmanes... Cuando un miembro llegaba al punto de lograr dos nuevos adherentes, formaba con ellos una nueva célula, pero ningún miembro, salvo los del Comité Central, conocía a otro afiliado, sino únicamente a los dos miembros que acababa de agregar y a los dos que venía de dejar. Así, los escapes y las traiciones eran detenidos rápidamente y el carácter secreto de la sociedad quedaba asegurado. Cada miembro era designado con un número y la traición era castigada con la muerte. El Sello de la Sociedad mostraba un puño cerrado sosteniendo una bandera sembrada de una cabeza de calavera con dos tibias puestas en cruz, una bomba, un puñal y un frasco de veneno. El “símbolo” era pues suficientemente expresivo.

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El fue secretario general del movimiento después de la partida de Eugenio Deloncle, el verdadero organizador.

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Pero se necesitaba un jefe y ninguno de los dos tenía cerebro para eso. Tankositch no era más que un sanguinario violento, el hombre de la mano de sangre y Radenkovitch un idealista soñador. Ahora bien, Tankositch, que había participado en el asesinato del rey Alejandro y la reina Draga, en 1903, había conocido a un cierto Dragutin Dimitrievitch, apodado “Apis”, quien fue aparentemente el alma de ese complot. Jefe del Bureau de Informaciones, ese hombre era un ser de sombras y misterios, de máscaras y seudónimos, a quien le gustaba mover los hilos detrás de bastidores. Fue así que Apis se encontró muy pronto a la cabeza de una organización de varios miles de miembros, cuyos agentes controlaban todo el reino y vigilaban también desde más allá de las fronteras. El promotor en Bosnia, era Vladimir Gatchinovitch que estudiaba en Lausania (Suiza) y había establecido un lazo con Trotsky, que para entonces era un agitador poco conocido.

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Es Eugenio Leundorff, en su “Historia de las Sociedades Secretas” quien relata el ceremonial de ingreso a dicha sociedad: “Las recepciones tenían lugar en un local oscuro que había detrás de la imprenta del diario “Piemonte”, sede oficial de la organización. Cuando el candidato era introducido en ese cuarto, alumbrado por una vela, se encontraba en la penumbra ante una mesa cubierta de un paño negro, donde se podía distinguir, una cruz, un puñal y un revolver. El hombre que lo recibía le recordaba los estatutos de la sociedad y le advertía sobre los peligros que correría pues lo acecharían el encarcelamiento y la muerte, aunque todavía podía retirarse. Además, era preciso que se comprometiera por adelantado y para que se compenetrara bien se le leía un artículo de los estatutos que decía: Una vez que el Comité Central de Belgrado ha pronunciado una sentencia de muerte, la única cosa que importa es que esa sentencia sea ejecutada; el medio es indiferente. El candidato mantiene su adhesión? Si respondía afirmativamente se le comunicaba que debía prestar juramento. Este era un instante romántico: se abría una puerta y entraba un hombre vestido con un hábito negro y su cara enmascarada oculta por un capuchón… quien permanecía inmóvil esperando en silencio, era el enviado del Comité Central.

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El que presentaba al candidato se paraba ante el hombre de negro y pronunciaba con voz grave la fórmula del juramento, mientras el candidato la repetía palabra por palabra. -Yo, adherente desde este día a la organización “La Unión o la Muerte”, juro por el sol que me calienta, por la tierra que me nutre, delante de Dios, por la sangre de mis padres, sobre mi honor y sobre mi vida, que a partir de este instante y hasta el de mi muerte yo me conformaré fielmente a los reglamentos de esta organización y me mostraré dispuesto a los sacrificios que a ella le conviniera imponerme. Juro delante de Dios, sobre mi honor y sobre mi vida, llevar conmigo a la tumba los secretos de esta organización. Pueda Dios y mis compañeros miembros de esta organización, hacer pesar sus juicios sobre mí si yo rompo o traiciono este juramento…” El encapuchado de negro abrazaba al nuevo afiliado y después se retiraba sin haber pronunciado palabra. Al hombre recién recibido en “La

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Mano Negra” no le quedaba sino firmar el formulario de juramento y recibir su número. Es Pierre Dominique, en su artículo “La Mano Negra”, quien nos relata el resto: “…El rol de Apis ganaba importancia, sin embargo algo le molestaba y era la existencia de la Narodna Odbrana encabezada por Milán Pribichevitch, un antiguo oficial austriaco quien, convertido después en oficial serbio, había fundado más de 200 secciones de la Narodna Odbrana en territorio serbio. Ésta, que fue una organización terrorista en sus comienzos, había dejado de serlo y es por eso que los cabeza-caliente como Tankositch se vieron llevados a dejarla. Pero Apis hubiera querido, por el contrario, introducirse en la “Narodna Odbrana” con el fin de dirigirla, como lo había hecho con el círculo de oficiales conspiradores en l903 y también con la “Mano Negra”. Aparte del ritual, las dos organizaciones tenían después de todo el mismo programa de política exterior, solamente que sus métodos eran diferentes. Así que Apis introdujo en los rangos de la Narodna Odbrana a uno de sus amigos, el mayor Milán Vasitch, un jefe del “comitadjis”, pero entonces estalló la guerra de 1912, Vasitch fue asesinado en la Bregalnitza y Apis perdió en él a un instrumento de primer orden.”

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En mayo de 1914, la crisis se tornó aguda: un pequeño número de oficiales amigos de la Corte se habían organizado en una Sociedad llamada “La Mano Blanca”. Pero los miembros de “La Mano Negra” se habían movilizado, ya que la meta de Apis era la organización de una Yugoslavia unida bajo la dirección de un soberano serbio. Para eso era preciso que el Imperio de los Habsburgo se dislocara, cosa que no se podía lograr sino por medio de una guerra general que obligara la intervención de Rusia. Por su parte el Archiduque Francisco Fernando no deseaba sino una guerra local en la que sus armadas pudieran aplastar a Serbia.

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M. Boghichevitch relata una conversación de Apis quien habría dicho: “¿Y si les tiramos algunas bombas?” y otro amigo le habría preguntado: “¿a quién?” “¿A quién otro queréis que sea si no a Fernando? respondió inmediatamente Apis. Se conoce el resto de la historia, el Archiduque y su esposa fueron asesinados, y fue de ese crimen que nació la gran guerra de 1914 a 1918. Autor de dos libros sobre el Coronel Apis y el proceso de Salónica, Boghichevitch tiene pues razón al escribir: “Ya no hay duda alguna de que Dimitriévitch fue el instigador del atentado de Sarajevo causando así la guerra mundial”. Y en efecto, fue él, junto con “La Mano Negra”, el que perpetró el atentado. Gracias a un formulario firmado el 1 de Julio de 1914 por uno de los miembros del Comité Central, se supo que la organización contaba con 2020 afiliados. Apis y “La Mano Negra” fueron condenados oficialmente por un documento del Ministerio de Guerra del 11 de junio de l917.

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Ahora, cambiemos de continente y transportémonos a América en los inicios del siglo XX, en el estado de Georgia, U.S.A., donde un cierto William Joseph Simmons de Atlanta, tuvo como en sueños, cuando tenía 20 años, la visión de una especie de guerreros-fantasmas a caballo vestidos de blanco que pasaban a galope ante el muro de su casa. La nodriza negra, que lo acunaba desde su infancia, le había contado muchas veces las hazañas de una sociedad secreta que perseguía a los negros y a causa de la cual ella misma y sus parientes habían sufrido en otra época. Quizás fueron esos cuentos, que no había olvidado, los que le hicieron caer de rodillas durante esa visión y jurar fundar una organización fraternal en memoria del “Ku klux klan”. Naturalmente, parecía haber olvidado los cuadros siniestros para no retener sino las cabalgatas épicas que él se proponía resucitar con unos fines aparentemente diferentes. Y es así que en 1915, plantando con algunos jóvenes enmascarados una cruz de fuego sobre las colinas próximas a Atlanta, el pastor metodista Simmons las hizo entrar en la realidad. Pero ¿de dónde viene ese nombre de “Ku Klux Klan”? Algunos pretenden que se trata de una alteración de la palabra latina “Lux” (luz), pero parece más probable que se trate de una aliteración del vocablo griego “kuklos” que significa ciclo, al cual se le agregó “Klan”, grupo.

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La guerra de Secesión acababa de finalizar, la esclavitud se había abolido y el derecho a voto había sido acordado a los negros. Pero a continuación de esa revolución social, se desató una grave crisis económica que produjo que la reacción dirigida otras veces contra los irlandeses católicos, se volviera esta vez contra la amenaza negra. El “Ku Klux Klan”, fundado por un grupo de soldados oficiales ex-sudistas en una villa del estado de Tennesee, bajo la cubierta de fines moralizadores, de protección del hogar y respeto a la religión, tenía en realidad un fin escondido que le aseguraba inmediatamente un reclutamiento substancial: los negros se habían convertido en nuevos electores y había que impedir a cualquier precio que votaran.

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Un ancestro del K.K.K. había existido ya en 1867 bajo el nombre de “Know Nothing Party”, pero fue en un clima de miedo y credulidad que surgiría ese primer “Ku Klux Klan “. Se trataba de una sociedad secreta protestante que, por otro lado, se liquidó a sí misma. En efecto, en 1843 había sido creado el Partido Republicano, nacido de “L’ American Protestant Union” que declaró en su carta que el dogma de la infalibilidad papal estaba directamente opuesto a la forma republicana de gobierno.* Hacia 1890, ante la entrada en masa de inmigrantes católicos alemanes, austríacos, y sobre todo italianos, renace el

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Nota Edición Internet. Bajo el Concilio Vaticano I (1.870) el papa Pío IX (1.846-1.878) definirá la primacía jurisdiccional y la infalibilidad del papa como doctrina.

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movimiento anticatólico con la “American Protective Association”. Durante la visita del delegado papal conducida por Mgr. Satolli, quien desembarcó en los Estados Unidos, se pudo leer en un diario el siguiente ataque: “Despertad Americanos, las libertades y las instituciones de este país están en peligro”. Tomemos ahora algunas explicaciones de Harold W. Bryce, quien se expresa así: “¿Qué es el Ku Klux Klan? Oh! una tentativa de fraternización, un movimiento muy bien pensado en su origen. De manera general se lo puede relacionar con la corriente ‘nativista’ o nacionalista que bajo formas diversas atravesó la historia de los Estados Unidos en el siglo XIX. Los negros no tenían nada que ver con esos primeros síntomas. Estos reflejaban un instinto de conservación de los pioneros protestantes que habían roturado el Nuevo Continente, ante una inmigración masiva de católicos europeos; traducían en suma una xenofobia religiosa”.

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Pero ciertamente lo que había era negrofobia en las intenciones de estos otros camaradas que, en 1916, después de haber alumbrado una cruz de fuego en lo alto de las Stones Mountains, descendieron hacia los valles para predicar la Cruzada Moderna. Para el jefe Simmons, un atleta de más de 6 pies de alto, de figura dulce y ojos claros, ese era sobre todo un pretexto para materializar las delicias de las revueltas ecuestres de su visión de l901, aunque también lo era para dar sus discursos en los que se extendía con una elocuencia capaz de expresarse durante 4 horas seguidas. A los principios nativistas de “América para los americanos”, se yuxtaponían los temas de la fraternización, la castidad en el hogar y la defensa de la viuda y de los huérfanos. Pero a diferencia de ese primer movimiento, esta segunda versión del Ku Klux Klan, luchaba sobre todo por la supremacía de la raza blanca. Sin embargo, como ese objetivo era eficaz en los Estados del Sur, pero perdía su virtud en los Estados del Norte donde los negros no eran tan numerosos, el K.K.K. recurría entonces a los argumentos emocionales del anti-catolicismo, del anti-semitismo, antisocialismo, anti-comunismo, etc… Era sobre todo un movimiento “contra”.

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El místico Simmons era en medio de todo un mal administrador, pero en 1920 el equipo se reforzó con Edward Young Clarke y una dama: Elizabeth Tyler. Con ellos el Klan se convirtió en una empresa de publicidad a la página que recurría a todos los medios para atraer la atención del público sobre la asociación. Clarke hizo desfilar en Washington a unos 30.000 Caballeros con uniforme, anunciando su intención de establecer en Inglaterra, Francia e Italia, el régimen del K.K.K. El resultado fue que el K.K.K que tenía entre 5.000 a 6.000 miembros, pronto alcanzó la suma de más de un millón de miembros. En 1927, Frost, en “The challenge of the K.K.K.”, avisaba de 6 millones de adherentes.

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Harold W. Bryce, nos informa aún: “La constitución del K.K.K. redactada por Simmons será altamente centralizadora, ya que, cosa curiosa, esa agrupación que partió de la guerra contra la infalibilidad del Papa, no cedía en nada a la iglesia católica desde el punto de vista disciplinario y autoritario”. Bajo el Mago Imperial que comandaba al Imperio, se encontraban el Gran Cíclope y los Grandes Dragones que supervisaban los reinos, que a su vez estaban organizados por los Hidras y todo un lote de funcionarios con nombres fantasmagóricos que uno creía pasados de moda. El Reino estaba dividido en Klantons y a partir de ese estadio se veían aparecer los “K “que se encontraban en todos los escalones del personal y del territorio. El Klanton estaba dividido en Klaverns o antros. El Gran Cíclope presidía un Consejo compuesto por un Klalif, vicepresidente; un Klokard, lector; un Kludd, capellán; un Kligrapp, secretario; un Klabel, tesorero. Estos estaban acompañados por Kladds, Klarogos, Klexters, Klokanns. En la base estaban los Klavaliers o Knights. En fin, en la organización de las sociedades secretas jamás la letra “K “ha estado tan bien representada. El poder legislativo es ejercido por una Klonvakation controlada por el Mago Imperial y el poder judicial era ejercido por un Kloncilium.

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En su trabajo sobre las “Secrets Societies”, M. Noel P. Gist hace notar que en los U.S.A. numerosas sociedades de fraternización, secretas o no, llevan nombres de animales como: alce, águilas (águilas rojas, águilas doradas), búhos, oropéndola, búfalos, castores, ocas; pero también nombres que comienzan con la letra “K”: Knights of Security, Knights of Khorassan, Knights of Liberty, Knights of Templares…, of Malta, of Columbus, of Pythias, etc…

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En fin, se conocen suficientemente las actuaciones del Klan para no dar aquí los detalles de sus actividades que fueron reveladas diversamente por la prensa. Simmons fue licenciado de su título de Mago Imperial en 1923, en beneficio del Gran Cíclope Evans. Ese dentista llamado Hiram Wesley Evans revocó por su parte a favor de Y. Clark y poco a poco a partir de 1925 la asociación declinó. Sin embargo, no se debería concluir que ya no existe el Ku Klux Klan. Si es cierto que se han dado en su seno dimisiones, partidas, enredos, sub-sectas, partidos concurrentes, también es cierto que de tiempo en tiempo se sabe, por la voz de los periódicos, de algunos actos de sus miembros. No obstante, actualmente la organización está condenada, los adherentes son acorralados y sus efectivos han disminuido mucho.

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Evidentemente, no podríamos analizar todas las sociedades secretas que han desplegado sus actividades, no sólo en Estados Unidos, sino aún en América Central y en América del Sur. Las unas, organizaciones clandestinas con fines políticos; las otras, asociaciones esotéricas teniendo por objeto

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consideraciones iniciáticas; finalmente, la multitud de movimientos llamados “ocultos” donde se practica una parodia de palabra-de-pase, de signos de reconocimiento y un ceremonial atrayendo a los ignorantes en busca de lo maravilloso…

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Cambiemos una vez más de continente para transportarnos al Asia. Y como lo dice muy bien Lucien Farnoux-Reynaud en su artículo “Las Sociedades Secretas en Oriente”: “Es admitido considerar al Asia como la patria de las Sociedades Secretas”. En efecto, ella es muy propiamente la región tipo del Misterio, de lo Oculto, pero sobre todo de la Iniciación diremos nosotros, ya que, como lo hemos visto ampliamente, es allí que se sitúa verdaderamente la cuna de la Civilización Espiritual. Algunas de esas “Sociedades” tienen a veces una acción política, pero se trata evidentemente de las más inferiores y más efímeras, pues el conjunto de los movimientos quedan establecidos sobre una base de perfeccionamiento, y esa es la razón de los Colegios Esotéricos.

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El autor precitado da a entender que el Oriente, donde en términos generales uno sitúa al Asia, no es uno solo. Tenemos en primer lugar el Cercano Oriente, que uno puede estimar como perteneciente al Islam. Luego el Oriente propiamente dicho, que se resume sobre todo en la India, la cual, a pesar de los numerosos musulmanes agrupados en lo sucesivo en Afganistán y en Pakistán, permanece esencialmente hindú. Finalmente, el Extremo Oriente que es la China, cuyas concepciones reposan en el Budismo, entendido siempre en el sentido de la Verdad Principal. Y, como lo veremos a continuación, ya sea como Ética o como Étnica, con sus diversas concepciones, la colectividad oriental permanece atada a la Doctrina Esotérica, fuente de todas las enseñanzas. El cristianismo no ha sido citado, ya que en sus manifestaciones permanece únicamente occidental. En cuanto a la religión hebraica, ésta se ha vuelto internacional.

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“Así pues, agrupadas alrededor de los diferentes aspectos de una doctrina única, las Sociedades Secretas Asiáticas son todas religiosas e iniciáticas”, declara L. Farnoux-Reynaud. Religiosas no, a excepción del Islam y aún con ciertas reservas; iniciáticas sí, ciertamente, pero con toda la significación que ello comporta en el verdadero sentido de la palabra.

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Las innumerables sectas de la India parecen dispersas únicamente desde el exterior. En un plano superior ese conjunto de sectas se convierte en un “fundido pero no confundido” según la fórmula ya consagrada, puesto que en realidad todas quedan sometidas a la autoridad de los Vedas. En efecto, no hay influencia de una “religión”, el término mismo no existe en sánscrito. Desde que la civilización dravidiana fue renovada más bien que borrada por los invasores nórdicos, es decir por los Arios, esa mezcla extraordinaria de razas, esa superposición de costumbres, ese antagonismo inevitable de apetitos, se ha mantenido sin confusión, pero también sin conflictos, porque cada uno permanece absorto por una constante metafísica, poética para los humildes, lógica para los reflexivos, trascendente para quien se torna digno;

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una metafísica que practican los Sabios más por la presencia y el ejemplo que por los discursos. Finalmente, en el Extremo Oriente que constituye la China, el vasto dominio de los Amarillos, el misterio se espesa aún mucho más. Es preciso concebir primero que en el siglo VI antes de la Era Cristiana, Lao-Tseu y Confucio no constituyeron una forma religiosa sino una fórmula extremooriental precisa: mientras que el Confucianismo desarrolla la aplicación del Invariable Medio al orden social y constituye la rama exotérica de la Doctrina Esotérica, el Taoísmo ofrece la significación metafísica, siendo el “Tao” estrictamente esotérico. La doctrina es secreta, siempre que se comprenda que el verdadero secreto reside en lo inexpresable, en lo incognoscible que constituye la naturaleza misma de toda doctrina tradicional, puesto que “No comprenden la Verdad sino aquellos que están calificados para comprenderla.”

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El Próximo-Oriente podría ser calificado de “religioso”, por cuanto el Islam es una religión constituida por un exoterismo bien conocido y un esoterismo sutil. Pero, por sentido de la Identidad Suprema el Sufí mantiene aquel de la Unidad y repite con uno de sus maestros: “El Paraíso es la prisión del Sabio, así como la religión es la prisión del creyente.” De ello resultan sociedades muy diversas, de inspiraciones a veces contradictorias, pero en un plano superior una organización toda espiritual. Si bien han existido sociedades secretas de fanáticos, éstas no rigieron, puesto que no influyeron ni en los hábitos ni en la jerarquía social que mantienen en nombre de la Doctrina, las sociedades verdaderamente Iniciáticas.

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En la India las sociedades secretas son siempre apolíticas. Naturalmente, no hablamos de los Indos musulmanes quienes, aún conservando las características del Islam, se han manifestado a menudo como conquistadores. En cuanto a los hindúes, permanecen siempre ligados a su gran principio de la no-violencia, al igual que los indos budistas. Naturalmente, la concepción metafísica influye en casi todas las circunstancias de la vida de los hindúes, sean estos Vishnuitas, Shivaitas, etc…

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En el Tíbet no hay propiamente hablando sociedades secretas, sino más bien Escuelas Iniciáticas. Aquello que uno puede llamar Colegios Esotéricos son en realidad Santuarios que pertenecen tradicionalmente a la Doctrina Sagrada, aún cuando permanecen independientes del movimiento lamaísta general. Las agrupaciones de lamas se oponen aún por rivalidades monásticas, a pesar de su interdependencia; lo cierto es que en esa región, apodada el “Techo del Mundo”, reina una organización esotérica que sería imprudente querer comprender a la manera occidental.

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En China, por el contrario, a pesar de la permanencia de la Tradición, uno es llevado a ver diversas olas de sociedades secretas y hasta sectas religiosas organizadas sobre las bases de las sociedades ocultas. Se ha visto religiones muy modernas organizarse sobre las bases de las sociedades secretas con símbolos francmasónicos y reuniendo en su ritual porciones de budismo, confucianismo y taoísmo. Tal es, por ejemplo, el Caodaismo, ese “espiritismo vietnamita” fundado en 1926. Un grupo de secretarios de la Administración que se ocupaba de sesiones de espiritismo en 1925, fue llamado a conocer por la voz de un médium el nombre de “Cao-Dai”, el Mas Alto Palacio, que sería el nombre que Dios habría escogido para manifestarse al Vietnam. Phu-Chieu, que rendía culto a Gautama el Buda a Confucio y a los espíritus, era muy versado en esos fenómenos y Le-Van-Trung, el mandarín de la Cochinchina, que se daba igualmente a los fenómenos de mediumnidad, se asoció con él. Phu-Chieu, que también rendía culto a Cao-Dai, el Ser Supremo, dimitiendo de sus poderes de Jefe de la nueva religión, se retiró en favor de Le-Van-Trung quien se convirtió así en el Papa del Caodaismo. En 1925 vivía aún en Cholan donde era conocido sobre todo por rendir culto… al dinero!!!

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Fue el 7 de Octubre de 1926, que el Gobernador de la Cochinchina recibió la declaración oficial de la nueva religión, firmada por 28 personas más una lista de 247 miembros que reconocían la existencia del Caodaismo: una doctrina que consiste en una mezcla de culto a Lao-Tsé, Confucio, Gautama y los Espíritus, y que posee un pendón azul, rojo y amarillo, ya que sus sacerdotes conservan en su vestido el color simbólico de su religión de origen: azul para los taoístas, rojo para los confucionistas y amarillo para los budistas. En sus templos, el emblema de la Triple Alianza de Dios con los Seres, está representado por Sun-Yat-Sen, que fue escritor de 1868 a 1925. Se trataba nada menos que del escritor francés Víctor Hugo!…llamado para la circunstancia Durc-Chuong-Dao-Nguyen-Tam-Chon-Nhon, elevado al título de superintendente de los Monasterios… y, en fin, por Nguyen-Binh-Khien (14901580), el primer poeta laureado.

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Mgr. Le-Van-Trung dimitió en 1934 y fue Su Santidad Pham-Cong-Tac quien lo reemplazó como nuevo Papa del Caodaismo. Este último fue reconocido por las autoridades francesas como un Soberano Pontífice, pues la organización que al comienzo parecía una secta religiosa habría cobrado importancia más allá de las fronteras de Indochina, llegando a tener centros inclusive en Europa. Sin embargo, degeneró poco a poco al involucrarse en cuestiones políticas. Además, no es raro encontrar a los caodaistas participando en los conflictos de los últimos años, aunque muy a menudo los miembros de tales organizaciones son intermediarios inconscientes del papel que deben jugar, como es el caso en casi toda el Asia.

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El ya citado autor de “Sociedades Secretas en Oriente”, escribe muy justamente: “Es preciso reconocer que las innumerables sociedades secretas chinas, que se reconstituyen por todas partes donde la emigración reúne a los Amarillos, no cesan de participar en movimientos económicos, pero conformándose a consignas anónimas y sin punto de partida reconocido. Todo circula como por mil riachuelos subterráneos que alimentan la fuente del Gran Río. En la noche y en la ignorancia del camino y de la meta, los actores de la aventura saben aquello que hacen, pero no sospechan por qué, ya que lo que obtienen como resultado es solamente un medio para los otros.”

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Se asegura que esa inmensa tela de araña tendría por centro a dos sociedades que son, naturalmente, taoístas: aquella “del Cielo y de la Tierra” y la del “Loto Blanco”, de las cuales todas las demás no serían más que ramas y ramificaciones. Pero, aunque muy misteriosas y elevadas en el orden iniciático, esas dos sociedades tienen todavía una apariencia exterior, y deben depender metafísicamente de una organización superior que, según la regla del motor inmóvil, rige siempre todas las cosas, mientras que el equilibrio se establece por medio del mismo antagonismo.

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Ciertas sectas religiosas se fundan después de haber consistido en asociaciones de carácter iniciático, otras degeneran para reducirse a pequeños grupos ocultos. El Barón M. A. Ramsay, escocés convertido, inauguró en París, en 1728, la fundación de una sociedad secreta llamada “Rito del Templo” que pretendía ser un lazo entre la Francmasonería y los Templarios. Ramsay había imaginado un testamento del Venerable J. de Molay, el último Gran Maestro de la célebre Caballería del Templo, y el documento se había transmitido de mano en mano entre los discípulos. Los partidarios de Ramsay organizaron enseguida la Iglesia Johanita. Desgraciadamente después de haber confundido los términos de San Juan, ellos cometieron el mismo error que la Iglesia de Roma y fue sobre esas bases dudosas que constituyeron ese movimiento que se hizo conocer bajo el nombre de Johanitas. Los jefes fueron primeramente el Cura de Pontoise, cerca de París, después Arnal, Lecossey, Plouet, Guillermo Mauviel y Fabre-Palaprat. La organización se transformó en 1897 y llegó a tener dos Obispos: Bretón en 1908 y Clemente en 1911. Finalmente fue el Monseñor Juan Bricaud quien, bajo el nombre de Juan II, quedó hasta estos últimos años como el Patriarca General.

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El Barón Ramsay compuso su organización en 4 sistemas: 1) El Capítulo de Clermont en 1754 en París, dirigido por Benneville y trasladado a Berlín por Printzen. 2) La Estricta Observancia que fue vulgarizada en Alemania del Norte por el Barón Hund. 3) El Clericato de Starck, que era una mezcla de filosofía hermética y de símbolos fantásticos. 4) El sistema sueco, organizado como los Templarios, dirigido por J. Von Zinnendorf, cuyo Rito fue adoptado por la Gran Logia de Berlín. El fundador de ese Rito del Templo había hecho de esos Francmasones los Caballeros de San Juan de Jerusalén. En seguida ellos confundieron Caballeros de San Juan con “Discípulos” de San Juan y supusieron que los antiguos Templarios provenían de San Juan el Evangelista, admirando desde entonces a los sucesores de San Juan, tal como la Iglesia Católica Romana admite a los Papas como sucesores de San Pedro.

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Juan el Evangelista, discípulo preferido de Jesús y 10 años menor que él, había fundado en Asia numerosas comunidades cristianas y en el año 92 dirigía aún la floreciente Iglesia de Efeso16. Se puede decir que después del Cristo Jesús, es sin duda Juan quien ha suscitado más estudios y reunido el mayor número de Adeptos. Gran cantidad de organizaciones se reclaman continuadoras de su obra, y es cierto que numerosas asociaciones lo tienen como emblema. Por otra parte, recordemos que él está simbolizado por el signo zodiacal del Escorpión, la constelación del Escorpión-Águila, la cual es 16

Ver el interesante estudio esotérico publicado en la revista “Acuarius” No 1 (Guatemala).

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precisamente la característica del Misterio y de la Iniciación. Digamos aún, para recordar, que San Mateo habla largamente del “Hijo del Hombre”; está ligado al símbolo del Ánfora, al signo zodiacal del Aguador y a la constelación Aquarius. San Lucas está simbolizado por el signo del Toro y San Marcos por el signo del León. 17 En los años que siguieron a la crucifixión de Jesús, uno tras otro los Apóstoles abandonaron la Palestina para dispersarse por el mundo llevando la nueva doctrina. Andrés, hermano de Pedro, recorrió Tracia y después el país de las Esitas en Rusia meridional; pero fue detenido y murió torturado más tarde sobre una cruz. Bartolomé se dirigió hacia la India y después a Armenia, donde fue despellejado vivo y después decapitado. Tomás, quien evangelizó a los Partas, Medos y Persas, fue a su vez torturado a golpes de lanza. Mateo, quien fue a predicar a Etiopía, murió en medio de espantosas torturas hacia el año 70. Marcos, que había seguido a Pedro y ganado en seguida Egipto, fue arrastrado por las calles de Alejandría con las muñecas atadas y se podía seguir en el empedrado el camino ensangrentado de su calvario. Con los huesos rotos y medio agonizante fue quemado durante la noche en una hoguera de malezas.

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Finalmente, Juan sufrió el martirio en Roma, en la Plaza de la Puerta Latina donde se levantaba el templo de Diana. Arrestado a la edad de 80 años por orden del emperador Domiciano, marchó serenamente hacia el suplicio. Se le precipitó en una caldera silbante, rebosando de aceite hirviendo de la que subía una nube de vapor. La historia pretende que el anciano emergió sano y salvo de ese suplicio… y que fue ciertamente mucho más por terror que por piedad, que la multitud pidió que el “Mago” fuese liberado y expulsado de Roma. El Emperador aceptó y Juan fue deportado y condenado a trabajos forzados en una mina en la isla de Pathmos en el archipiélago griego. Fue ahí que pudo escribir el Apocalipsis, sobreviviendo por otro lado a Domiciano quien fue asesinado hacia el año 96. Le sucedió Nerva y fue éste quien liberó al viejo Apóstol cristiano quien regresó a Efeso para redactar el cuarto Evangelio antes de morir casi centenario bajo el reinado de Trajano.

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El incendio de Roma en el año 64, imputado por Nerón a los cristianos, dio la señal de dos siglos y medio de persecuciones,18 y se puede decir que al

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En todos los países se encuentran Iglesias donde el simbolismo de los cuatro Evangelistas está representado junto los atributos astrológicos de los cuatro signos fijos del Zodíaco: Toro-León-Escorpión-Aguador, como en la célebre catedral de Milán que los representa en una escultura en piedra en su fachada principal. En todas partes la Religión Católica ha dado pruebas de conocer y conservar ese poderoso simbolismo. 18

Aún el Pontífice Lin, primer sucesor de Pedro, fue decapitado por Vespasiano, por haber convertido a una sacerdotisa de Apolo.

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principio la nueva secta religiosa se organizó un poco como una sociedad secreta, ya que a continuación varios grupos siguieron actuando todavía como asociaciones ocultas. El escritor italiano Luigi Cavicchioli, cuyos textos están basados en hechos históricos, aporta numerosos detalles sobre la vida de los primeros cristianos. En un bello artículo titulado “250 años de Persecuciones”, el escribe: “Marco Aurelio murió en el año 180 y es su hijo Cómodo quien le sucede. El nuevo Emperador se reveló megalómano y sanguinario, pero paradójicamente, bajo el imperio de su favorita Marcia, criatura que si no era una convertida al menos era amiga de los cristianos, él no los persiguió. Cómodo pereció envenenado en el 192, pagando con su vida sus maldades sin nombre.”

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El Imperio cayó entonces en la anarquía y emperadores fantoches se disputaron el poder durante algunos años hasta el advenimiento de Séptimo Severo. Fue una época en que nadie pensaba en los cristianos y en la que un período de relativo respiro se abriría para ellos. De 28 Emperadores que estuvieron a la cabeza del Imperio entre 192 y 284, 22 perecerían de muerte violenta. Períodos de paz alternaron así con estallidos de persecuciones. Los cristianos aprovecharon esos períodos para crear sus rangos, organizar y consolidar los fundamentos de su Iglesia, en fin, para organizar sus cementerios en necrópolis. El diácono Calixto fue inclusive nombrado administrador de las Sepulturas por el Papa Seferino (199-217). Calixto fue el gran organizador de las Catacumbas que habrían de convertirse bajo su impulso, en un inmenso laberinto, agenciado y decorado no solamente para servir como campo de reposo, sino incluso como “sitio de sacramento” donde se desarrollaba el rito. Finalmente las Catacumbas se convertirían en un retiro prácticamente inviolable donde los buscados y fugitivos podían encubrirse. El celo de Calixto le valió para ser escogido Papa en el 217, pero fue linchado en el 222 y su martirio fue la señal de nuevas persecuciones.

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Por contragolpe, el cristianismo tuvo también su período de herejías con el “Montanismo”: un fanático llamado Montanus con dos sacerdotisas histéricas, predicó a los cristianos la provocación y la violencia terminando por levantar un ejército de alucinados que derrumbaron ídolos y estatuas desencadenando tal ola de odio entre los paganos que eso provocaría todavía nuevas persecuciones.

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El Emperador Decius, que murió después de tres años de reinado, emprendió una persecución metódica contra los cristianos. Hubo entonces numerosos mártires, entre los cuales estaba el Papa Fabiano que fue asesinado el 20 de enero del 250. El sucesor de Decius fue Valeriano, quien conservó el poder hasta el 260, pero ya en 257 había atacado a los cristianos. Estos se refugiaron en las Catacumbas, lugar al que por un temor supersticioso sus

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perseguidores no osaban entrar. Sin embargo, los guardias imperiales se aventuraron a entrar un día de verano del 257. El Papa Esteban I con numerosos catecúmenos fueron masacrados. Un año más tarde, el Papa Sixto II sufriría el suplicio con seis de sus diáconos en el mismo subsuelo de las Catacumbas. Todos esos cristianos permanecieron firmes en la Fe hasta el final. Hubo cronistas paganos que escribieron que el Papa Marcelino, sucesor de Cayo, preso del pánico ante el suplicio, renegó de Cristo e hizo sacrificios a los dioses paganos. Pero más recientes investigaciones históricas han establecido que el Papa Marcelino sufrió efectivamente el martirio y que fue decapitado en 304 con 3 de sus colaboradores. En esos mismos trabajos, los relatos de Luigi Cavicchioli han permitido establecer que en un solo mes perecieron 17.000 cristianos en los suplicios. La Cruz había sido verdaderamente el emblema de su refugio espiritual mucho antes de que el célebre símbolo “Por ese signo tu vencerás…” hiciera su aparición milagrosa.

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Fue en 312 que Constantino, hijo de Constancio Chlore, a quien había sucedido el trono de Oriente en calidad de César, en 306, arribó a la cabeza de sus legiones ante las puertas de Roma para librar la Batalla de Magenta donde logró la victoria. Los historiadores relatan que durante el combate apareció en el cielo ante los ojos de Constantino y sus soldados, una Cruz con estas palabras: “Por este signo tú vencerás”. El Cesar hizo pintar ese emblema en sus estandartes y, apenas accedió al poder, rehabilitó a los cristianos acordándoles todo su apoyo. El oficializó definitivamente esa actitud por el edicto de Milán en el 313, en el cual una libertad total era reconocida y otorgada a los cristianos. Las persecuciones terminaban así después de dos siglos y medio de horror: era el triunfo definitivo de la religión predicada antaño por el humilde pescador del lago Tiberíades.

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Las reuniones secretas ya no tenían razón de ser. Ahora los cristianos podían ser sepultados a la vista de todo el mundo, mientras que las Catacumbas de Roma, que sirvieron primeramente de pequeños cementerios no quedarían sino como el único testimonio de la primera organización cristiana, ya que es justamente en esas necrópolis que se encuentra la historia de los primeros cristianos.

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Se necesitaban sitios de sepultura al abrigo de las profanaciones paganas; pero además, las Catacumbas, con sus pequeñas criptas subterráneas, eran refugios seguros donde oficiaban los Diáconos y donde los fieles reunidos cantaban himnos religiosos a la luz de las antorchas. El conjunto de las catacumbas romanas extienden su red encabestrada a través de ciento cincuenta kilómetros; la de Domitila tiene doce kilómetros de largo, las de

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Calixto diez kilómetros, etc… Ese inextricable laberinto ofrecía abrigos casi inviolables para los cristianos perseguidos. Es preciso reconocer que los primeros cristianos se han mostrado muy nobles y es raro el ejemplo de alguno que haya negado sus concepciones sobre la nueva religión; frente a todas las persecuciones su Fe fue siempre la más fuerte. Mas, ay, mucho más tarde en el curso de los siglos las persecuciones se renovaron, solamente que los papeles se invirtieron y fueron los cristianos los que infligieron suplicios a los que no querían unirse a su Causa, y aún más, se han podido ver luchas sangrientas en el mismo seno de la cristiandad.

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El proceso de los Templarios es ciertamente el ejemplo más notable. Verdaderos cristianos, los Caballeros del Templo fueron condenados sin embargo por el Papa Clemente V que quería complacer a su protector Felipe el Hermoso. La Orden del Templo era una valiente milicia monástica que enseñaba la Fraternidad Universal e intentaba un acercamiento, sin prejuicio alguno, de todas las concepciones. Sus ideas demasiado amplias y el carácter secreto de sus “capítulos” fueron las primeras razones de los ataques contra la célebre Caballería.

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Uno se pregunta hasta qué punto los Templarios han podido revelar las cláusulas de su organización. No hay duda que algunos pudieron hacer ciertas revelaciones, pero también es cierto que bajo el efecto de la tortura ellos habrían podido “confesar” lo que sea, con tal de escapar a la suerte que se les tenía reservada. El Caballero Aimeri de Villiers-le-Duc, Templario de la Diócesis de Langres, quien perteneció a la Orden durante 28 años, fue primero torturado por los inquisidores Guillermo de Marcelly y Hugues de la Celle. Después, en el Tribunal, perdió el control y declaró que ya había pasado por la tortura y que no quería recibir más la “cuestión”, así que estaba dispuesto a confesar todo lo que quisieran… y agregó aún: “confesaré que he matado al mismo Dios si así lo queréis… “

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Ya antes, Guy Foulques, quien fue Papa de 1265 a 1268, bajo el nombre de Clemente IV, había sido enemigo del movimiento fraternal entre religión y raza y se las había ingeniado para poner obstáculos a todas las tentativas de universalizar los principios humanos. Desde los comienzos de su Papado fue primero él quien quiso la ruina de los Templarios. Más tarde, Bertrand de Got, convertido en Papa bajo el nombre de Clemente V, ejerció de 1305 a 1314 las mismas ideas de su predecesor y gracias al apoyo del rey de Francia, Felipe IV, apodado Felipe el Hermoso, abolió la Orden del Templo. Originalmente Arzobispo de Burdeos, él trasladó la Santa Sede a Francia, en Aviñón.

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Eso conduciría a una división importante en el seno de la cristiandad debida a una doble soberanía papal. Desde Clemente V los cardenales franceses habían permanecido en Aviñón, en el sur de Francia. Todos, excepto un cardenal italiano que en esa época había regresado a Roma en 1377, y que luego de la muerte de Gregorio XI en 1378, fue elegido Papa en el Vaticano bajo el nombre de Urbano VI. Fue entonces que otro Papa fue elegido en Francia bajo el nombre de Clemente VII y ese fue el origen del “Gran Cisma”.

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Las Caballerías como el Compadraje son de origen francés. Sin duda el “Compadraje” no ha nacido de las corporaciones, que eran más bien sus enemigas, sino de la disolución de las viejas Cofradías por un edicto de Francisco I, que, por otra parte, no estuvo inspirado en el Renacimiento, sino en la depresión que suscitó en Francia la intrusión de la banca italiana.

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El análisis de las sociedades secretas es muy difícil, como ya lo hemos visto, ya que ese término, demasiado genérico, engloba tanto a las organizaciones clandestinas dedicadas más bien a intrigas políticas, como a las asociaciones iniciáticas. En efecto, la dificultad de situar su origen está en que se trata de movimientos que difieren mucho según se los conciba como asociaciones terroristas o como instituciones esotéricas que trabajan con una meta de perfeccionamiento del ser humano.

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Si tomamos el término de “Liceo”, por ejemplo, vemos que designa hoy en día a los colegios de instrucción corriente y normal, mientras que antaño podía tratarse de un Colegio Esotérico. Parece ser que la palabra viene de “Lyceum”, que era el título de la Escuela fundada en Atenas por Aristóteles después de la muerte de Platón, su maestro. Las Escuelas de Misterios en Grecia son demasiado conocidas para no volver a esa cuestión que ha sido ya largamente analizada. Recordemos que el primer grado de la Orden Pitagórica era aquel de Akoustikoi, o Auditor: durante dos años de silencio, era el estudio y sobre todo “escuchar” lo que llevaba al segundo grado. El Mathematikoi estudiaba no solamente las Matemáticas en la idea que nos hacemos actualmente, sino incluso todo lo que tocaba a las bases de diversas enseñanzas, y esto por un principio según el cual el número se encuentra en la base de toda Ciencia. En fin, el tercer grado de la Orden era el Pysikoi, el cual enseñaba a conocer la Vía Divina bajo todos sus velos. El “Kabeiroi” era el culto de Egipto, muy similar a los Misterios Griegos.

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En todas las Escuelas Iniciáticas el punto de partida era el famoso “Magnum Mysterium” que es la Gran Obra, denominada así por los Hermetistas, donde se trata de disolver el Fijo y de coagular el Volátil, lo que se resume aún por el axioma oculto: “entrecruzar en ángulos rectos los productos obtenidos”.

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Entre las sociedades rosacruces, el anzuelo es la Piedra Filosofal. Por otra parte, muy a menudo esas sociedades no poseen más que una documentación libresca, apreciable claro, pero raramente una verdadera iniciación.

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La Filosofía, de “philo” = amigo y “Sophia”= sabiduría, la ciencia de los “amigos de la Sabiduría”, es la búsqueda en vista de conocer las cosas

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conocibles y pensables. Ésta, lleva desgraciadamente a un buen número de investigadores a una especie de panteísmo en el sentido de adorarse a sí mismo como Dios… he ahí una aberración del panteísmo materialista. Entre los panteístas, muchos suponen sin embargo una especie de relación íntima tan estrecha entre la criatura y el Creador, que Dios se confunde con el mundo y el mundo con Dios; cualquiera que sea, por otro lado, la manera en que expliquen esa fusión o más bien esa no-separación entre los seres finitos y el Ser Infinito. Es cierto que la verdadera meta es la búsqueda de la Verdad. Pero, ¿qué es esa VERDAD? Hay seguramente una “verdad relativa” que son las cosas tal como la más alta razón del hombre las comprende y una “Verdad Absoluta” que son las cosas tal como el Espíritu de Dios las conoce. La base de la enseñanza queda casi siempre en el estudio de un equilibrio entre el Macrocosmo y el Microcosmo, entre la Naturaleza y el Hombre. Las Escuelas Esotéricas ensayan explicar sobre todo esa “Macroprosopea” que es la manifestación de la naturaleza divina del Hombre-Dios como conservador del Mundo, y esa “Microprosopea” que es toda Benignidad y Rigor a la vez y que parece figurar por ejemplo al Cristo convertido en Juez del Mundo. El Macrocosmo, que es el Gran Universo, tendría pues un Macroprosopeo o Creador de ese Gran Mundo y el Microcosmo, que es el pequeño universo, tendría un Microprosopeo o creador del pequeño mundo. Este último podría ser, por ejemplo, el Mago o aún el Magista.

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De esa manera de ver las cosas ha nacido esa multitud de sociedades secretas, de asociaciones ocultas, de organizaciones llamadas iniciáticas. Las ramas del movimiento llamado “Rosa-Cruz” son numerosas y existe además una gran cantidad de sociedades de “librepensadores”. Michel Maier es poco conocido en nuestros días y sus obras son muy raras. La más preciosa es sin duda “Atlanta Fulgiens” publicada en 1618. Ardiente defensor de los “RosaCruces”, como médico ese alquimista estaba ligado a varias altas personalidades. Rodolfo II le había conferido el título de Conde Palatino y el Landgrave de Hesse lo había honrado con la dignidad de Caballero.

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Pero, es difícil establecer el origen exacto de los “Rosa-Cruces” verdaderos, ya que si bien podría tratarse de un grupo esotérico de discípulos de Jesús 19 o aún de San Juan, estos mismos pudieron haber provenido también de una Escuela Iniciática anterior al cristianismo. (Ver el Propósito Psicológico No VII de esta colección). De todas maneras, no es menos cierto que la “Rosa-Cruz” permanece como un género de budismo refundido con

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Juan Guillermo Ellenberger von Zinnendorf es el creador de un rito Franc-Masónico que lleva su nombre, pero ese “Rito Zinnendorf” designa también al sistema sueco. Su movimiento estaba organizado como los Templarios pero con ideas exegéticas de los racionalistas alemanes. También pretendía poseer la verdadera doctrina de Jesús.

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doctrinas cristianas. Un movimiento denominado “Rosa-Cruz de las Galias” existía ya antes del siglo VII en Francia; sus “capítulos” se encontrarán después en Suiza y a continuación en Bulgaria. Fue restablecido en 1620 en Treves, Alemania, luego se eclipsó, pero fue reformado de nuevo en 1760. Sería desde el siglo XVI que el símbolo de la orden de los Rosa-Cruces consiste en una rosa colocada en la intersección de los brazos de una cruz latina. Además existía entre 1756 y 1758 una orden Francmasónica con ese nombre, que se pretendía ligada a una compañía fundada 150 años antes por Christian Rosen… Se trata en realidad del nombre francés de ese filósofo alemán llamado Rosenkreuz, del cual se piensa sobre todo que sería un viajero imaginario inventado probablemente por Juan Valentin Andrea (1586-1654), puesto que las obras son anónimas. Después, ese nombre alemán de Rosenkreuz que significa Rosa-Cruz, fue traducido en todos los países y empleado como emblema de numerosas sociedades llamadas rosacruces.

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El viejo Dr. Krumm-Heller, quien vive aún en Heiligense, en Alemania, era no solamente un Gran Maestro de la Francmasonería en los diferentes Ritos, sino también Obispo de la Iglesia Gnóstica, consagrado con ordenación previamente anglicana. Fue el Gran Comendador de la Fraternidad Rosa-Cruz después de haber pertenecido a la sección esotérica de la Sociedad Teosófica. También formó parte de la Sociedad Teosófica el Dr. Rudolf Steiner, de la cual dimitió en 1912 para fundar su grupo de “Antroposofistas” que atrajo por otra parte a gentes muy serias. Aún hoy ese movimiento cuenta un poco en todas partes con adherentes que dan muestras de una gran racionabilidad. Todo se encuentra encarado muy científicamente, pero a pesar este lado muy intelectual, la mística no pierde nada.

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El Marqués Stanislas de Guaita, autor de numerosas obras muy iniciáticas, fue Venerable Gran Maestro del Seminario Rosa-Cruz en Tolosa, Francia. El Doctor Encausse (Papus), Eliphas Levi y tantos otros ocultistas célebres fueron igualmente Rosa-Cruces, pero mientras que normalmente los verdaderos ROSA-CRUCES, (de número muy limitado, ya que no pasan de una docena en nuestros días), son hombres que han alcanzado un grado de iniciación auténtico, los adherentes de las sociedades que se reclaman de ese título se cuentan por miles. Hay por lo demás una quincena de sociedades con ese nombre, la mayoría de las cuales se encuentran actualmente muy en boga en América.

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Gnósticos. Teosofistas, Rosacruces, etc… rivalizan, no solamente para acordarse los privilegios de la “clientela” sino también para demostrar su antigüedad. Eso hace pensar un poco en esas competencias entre tiendas que hacen en sus establecimientos una ruidosa propaganda para atraer a los curiosos: media docena de sociedades de Teosofía, una docena de asociaciones

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gnósticas, una quincena de Ordenes Rosa-Cruz, una veintena de Ritos Masónicos, una cincuentena de sectas religiosas, etc… todas se esfuerzan para dar carácter a su movimiento y atraer a todo el mundo como si se tratase de una marca de aperitivo o de cigarrillos… El Señor Gurdjieff lo decía bien: “Es preciso abandonar el espiritismo, el teosofismo y todo el trabajo de bodega…” Más, ay, su mejor alumno Ouspensky 20 no pudo seguirlo hasta el final. Es que el Maestro G. I. Gurdjieff, si bien tuvo millares de alumnos en el mundo, dispuso en cambio de muy pocos verdaderos discípulos. Por otro lado, aquellos que se reclaman de él actualmente, no son más que adeptos de su filosofía exotérica e ignoran ciertamente la enseñanza esotérica que el Maestro daba a sus grupos privados.

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Como se ve, es verdaderamente difícil pasar revista a todas las agrupaciones llamadas esotéricas o iniciáticas de valor real o relativo. De todas maneras quedan por mencionar algunas ideas interesantes. Y no hablaremos de Sir Peladan con sus Rosa-Cruces Católicos, o de Loyson con sus iglesias anglicanas, o aun de “Labarum”, esa sociedad piadosa que combatió al palladismo dirigido por Taxil, sobre el cual regresaremos quizás más tarde. Es inútil hablar también de Keshab-Chuden-Sen, ese gran reformador ético del siglo XIX que fue Fundador de la “Brahmo-Samaj”, o aún de los Ribats, esos miembros de la Orden Militar de la Caballería Árabe, que fueron tomados como ejemplo.

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Varias asociaciones han sido formadas según las bases e ideas de la Orden de los Caballeros del Templo, como la Orden de Montesa que habría sido fundada por templarios en Aragón. Se sabe que son numerosos los miembros de la “Frates Militae Templi” que habrían huido antes de los arrestos en masa del 14 de septiembre de 1307; estos se habrían reagrupado en diversas organizaciones en el extranjero y aún más tarde en Francia, después de los últimos procesos contra la célebre Caballería Cristiana. La “Massenia del San Graal” dice ser la organización hereditaria del Espíritu de los Templarios, pero por ahora pasamos voluntariamente en silencio ciertas sociedades como la Institución del Santo-Graal o el movimiento de la Santa Vehme de la que ya hemos hablado alguna vez, y de la cual bastaría con estudiar las obras del compositor Wagner para conocer los detalles.

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En nuestro capítulo sobre los Templarios en “Los Centros Iniciáticos” Libro II de la serie de “Los Grandes Mensajes”, damos suficientes detalles 20

P. D. Ouspensky, el autor de “Tertium Organum”, escribe su filosofía como un cirujano que opera. Es preciso leer ese “Canon del Pensamiento” y sobre todo “Un Nuevo Modelo del Universo” que es un volumen de 250.000 palabras exponiendo la nueva concepción del Mundo donde la más pura espiritualidad está puesta al lado de la ciencia materialista. Él ya no frecuenta más a su Maestro Gurdjieff, que estuvo en Francia desde 1924.

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sobre los acercamientos de la Orden del Templo con las Instituciones del Islam. No dejamos de aconsejar estudiar mucho, y más a fondo, el Sufismo, esa religión que es un poco como una variante de la ética budista. Se la considera a menudo como una secta islámica, sin embargo el término mismo de “Sufí”, escrito a veces “Çufi”, es el equivalente en árabe de la palabra “Yoghi” en sánscrito. Se cree que esa secta musulmana sería de origen persa; pero parece ser que se trata sobre todo de grandes místicos, agrupados quizás como los partidarios del “Hui-ko”, la Yoga en China, o aún como los verdaderos “Rosa-Cruces”. Entre los grandes Sufíes se pueden citar: Avicena, matemático, médico, filósofo, seudónimo del persa Al-Hossein, y al alquimista francés Geber, para no mencionar sino a éstos de quienes hemos hablado ya largamente en nuestros textos precedentes. Es preciso notar que debido a la influencia mora en ese país hay también muchos españoles como Al-Ghazalî. La montaña de Abenmasarra en España fue la sede de un santuario secreto fundado por las Ordenes Místicas Árabes en los siglos IX y X. Pero aquí no insistiremos sobre los místicos del Islam por ser un tópico que ya hemos estudiado en un Propósito precedente donde citamos a Ibn´ Arabi, Ibn´ Barrachan, Ibn´ Casi, Ibn´ Shlo el Darîr y tantos otros que difundieron la verdadera enseñanza iniciática.

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Se debería regresar al estudio de los Tesmotetas de Egipto. Esos Iniciados Superiores eran decanos ancianos del grupo de los Iniciados locales y guardianes de los ritos que conducían al neófito delante de la Esfinge. Pero también habría que volver al análisis del “Kalevala”, esa obra muy hermosa que traza la gran epopeya finlandesa. En el canto IX, por ejemplo, se ve cómo el “acero azul” toma nacimiento de la leche de las tres hijas del Dios del Aire. O habría que hacer incluso una revisión de los Uighurs y su gran tolerancia religiosa. Se comprende de inmediato que serían necesarios varios volúmenes para cubrir semejante observación, así sea general. Solamente citando tres, hemos pasado de Egipto a Finlandia e inmediatamente a Mongolia, tres continentes diferentes, con sus historias, de las cuales sería necesario hacer aunque fuese un resumen, y esto para poder establecer las razones de los movimientos iniciáticos según sus lugares y épocas.

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Contentémonos pues con terminar este fascículo hablando de dos organizaciones que han hecho mucho ruido en Europa: la “Carbonería” y el “Compadraje”, puesto que las hemos citado anteriormente sin dar una explicación.

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En Italia, los Napolitanos habían fundado una asociación denominada “La Carbonaria” que estaba dirigida particularmente contra Austria y que se ocupaba de desembarazar a Italia de los extranjeros. El nombre de

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“Carbonaria” provenía de la idea de que el carbón purifica y de que su llama hacía huir a las “bestias feroces” que eran para ellos la similitud de sus enemigos. En Francia existía entonces la “Compañía franca de las Escuelas” que era una filial de la “Sociedad de los Amigos de la Verdad”, un grupo de jóvenes cuyo programa consistía en abatir al gobierno reaccionario de Luis XVIII. Para realizar sus golpes de mano esos intelectuales se hacían ayudar por antiguos soldados que reclutaban por medio sueldo entre la gente del ejército. Es así que la conspiración de agosto de 1820 obedeció a las directivas del capitán Nantil, pero, como en las altas esferas el ídolo de la oposición, el general Lafayette, era obviamente tenido al corriente de todo, el complot fracasó. No obstante uno de los conjurados logra escapar a París trayendo consigo desde Nápoles los estatutos y los ornamentos “carbónicos”; fue así que el 1º de mayo de 1821, nació en París la “Carbonaria” francesa.

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Esa organización secreta tenía un carácter combativo y a la vez misterioso. Cada “venta”, compuesta de 20 “carbonarios”, dependía de una “venta central” y en la cima había una “Alta Venta”. Todo recién elegido se comprometía a obedecerle y a guardar el secreto hasta el mismo cadalso. Había evidentemente símbolos, palabras de pase, números místicos y signos de reconocimiento, de manera que parecía un anexo de la Francmasonería con algo de muy belicoso. Poco a poco la Carbonaria se extendió ampliamente y el “carbonario” se encontraba en todas partes: en los regimientos, en las escuelas, en la industria, en la Cámara de Diputados, etc… y en una serie de complots políticos. La Carbonaria registra sin embargo muchos fracasos sucesivos, pues aún cuando “Los Caballeros de la Libertad” se habían aliado a la misma causa, “Los Amigos de la Verdad” no querían darse por vencidos. Mas, ay, traicionados, quizás involuntariamente por algunos miembros, el movimiento clandestino se fue desintegrando poco a poco. En su artículo sobre “La Carbonaria”, J. Lucas-Dubreton escribirá “… de todas las conspiraciones que marcan el año 1822, aquella del General Berton es la única que ha tenido un comienzo de ejecución”. Berton murió el 5 de Octubre gritando bravamente “Viva la Libertad!“. El lado espectacular de la historia lo aportan los cuatro sargentos de la Rochelle que murieron sin denunciar a nadie, lo cual hizo populares sus nombres. Pero en lo sucesivo el carbonismo cayó en la impotencia.

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Quizás el tipo mismo de sociedad secreta y sobre todo la más conocida, por ser aquella que ha tenido una existencia más prolongada, es ciertamente el “compadraje”, que suele asimilarse mucho con la Francmasonería. René Lefebre escribe al respecto: “Perdido en la noche de los siglos, el compadraje,

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ancestro del sindicalismo y del mutualismo modernos, pertenece a la leyenda más que a la historia. Tachonada de fábulas, la tradición oral no aclarará la formación primitiva de esas asociaciones secretas de obreros, que de siglo en siglo transmitían de boca a oído sus doctrinas o deberes y disciplinas a sus adherentes bajo la forma iniciática” Raoul Dautyry, confiesa que los documentos exclusivamente compadrájicos son muy raros. Hasta el siglo XIX, en las “Cayenas”, que eran las sedes regionales del compadraje, se prohibía la conservación de artículos, y las importantes notas de M. Lector, revelan que los papeles del año eran quemados el día de la fiesta patronal corporativa y que sus cenizas se mezclaban con el vino bebido por los compañeros o compadres.

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Algunos pretenden que el Compadraje nació al menos diez siglos antes de la Era Cristiana, bajo el reino de Salomón, el tercer rey de los judíos y constructor del Templo de Jerusalén. Él convocó en sus canteras inmensas, con múltiples falanges de trabajadores calificados reclutados en todo el país, a obreros y maestros. Para penetrar en la cantera, verdadera ciudad cerrada, cada uno de ellos recibía una palabra de pase y un bono de pagamiento. Primer secreto, primera jerarquía, ni la palabra de los maestros ni sus salarios eran los mismos que aquellos del compañero. Uno de los maestros, Hiram, color de bronce, rehusándose a revelar a unos aprendices desleales su palabra de pase, fue asesinado por éstos quienes enterraron su cadáver bajo una rama de acacia…

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Los Francmasones reivindicaron como Padres y Fundadores a los obreros del Templo de Jerusalén y al asesinado Maestro Hiram. Antiguo miembro del Consejo de la Orden, Gastón Martín precisa en su “Manual de historia de la masonería francesa”, que: “A pesar de la similitud de los símbolos, no hay lazo cierto alguno que los una a las antiguas cofradías libres de talladores de piedra que construyeron las catedrales góticas.” Pero son más los que piensan que el origen del compadraje se remonta a los constructores de las catedrales medievales de los siglos XI al XIII. Eran éstos los que convenían entre ellos solidariamente no trabajar más que bajo ciertas condiciones dadas y no comunicar a nadie, cualquiera que fuese, los secretos de su sabio oficio. René Lefebvre hace notar aún, que “El compañero era el comensal del Maestro, tal como la palabra lo indica: Cum pane, nada de clases sociales confrontadas, el asalariado y la maestría se comunicaban bajo los auspicios del Compadraje y todos cortaban el mismo pan sobre la misma mesa”.

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Perdiguier unía más cándidamente el nombre de “compadraje” y “compañero” al término de “compás”. Agricol Perdiguier nació en 1805 en Morliers, cerca de Aviñón. Aprendiz bajo su padre, encontró a los 16 años de edad a los Compañeros del deber de Libertad y se “afilió”a ellos. De esa primera

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fila, de afiliado o aspirante el joven obrero subió a “Compañero recibido”, para ser enseguida aceptado como “Compañero terminado” y después como “Compañero Iniciado”. En las rutas de la Vuelta de Francia impuesta como prueba a los jóvenes aprendices y compañeros, ellos se gritaban”Tope”, entonces lo procedente era responder con los signos de reconocimiento. Esa organización secreta del trabajo y esos hábitos enigmáticos de una parte de la población, fueron explicados por Agricol Perdiguier, en l839, en una obra titulada el “Libro del compadraje” que resultó ser una revelación aturdidora, ya que las buenas gentes, estupefactas, descubrieron la coexistencia de un estado dentro del Estado. Perdiguier rehusó la Legión de Honor que le ofrecía el gobierno real, pero la escritora George Sand le procuró los medios de rehacer su vuelta de Francia para arengar a su guisa al pueblo como un apóstol satisfecho; fue apodado por Proudhon “El San Vicente de Padua del Compadraje.”

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La Comunidad social de los Compañeros, ni religiosa ni política, englobaba a las corporaciones. Interviniendo en los conflictos de trabajo, ella cayó bajo el golpe de prohibiciones y encuestas de policía desde el siglo XIV hasta su prohibición definitiva por edicto real en 1539. Pero, lejos de disiparse los compañeros estrecharon por el contrario esos lazos inmateriales que los ligaban secretamente. Pero, muy pronto, empezaron a formarse también “clanes” de los que existían ya dos corrientes al inicio del 1400: aquel del primitivo deber llamado “Santo Deber en Dios de los Honestos Compañeros del Deber” y aquel del “Deber de Libertad”. En 1655, la Facultad de Teología condenó a los compañeros y en ese mismo año el Arzobispo de Tolosa excomulgó al Compadraje que echaba sombra naturalmente a las autoridades. La revolución Francesa neutralizó al Compadraje que estuvo paralizado hasta el Imperio.

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La influencia de Perdiguier fue indiscutible, él predicó siempre la unión y fueron sobre todo sus esfuerzos los que lo llevaron hacia la federación de los Deberes. Poco antes de su muerte, una federación de Compañeros se creó por fin, agrupando a los 9 Deberes reunidos y a los Amigos de la Industria. Finalmente, en 1889, se fundó la “Unión Compañérica” en el congreso de París, que reconoció en los esfuerzos de Perdiguier a un apóstol de la Paz interior y precursor de la unión de los trabajadores. Pero la guerra del 1914, que hizo estallar nuevas oposiciones, y la gran tormenta que debutó en 1939, trajo nuevas trabas a la acción compañérica. De 3.000.000 hombres que eran al inicio del siglo XIX, hoy se pueden contar apenas 5.000. Pero no es solamente en Francia, donde sus trabajos son ya célebres que el Compadraje subsiste (la Torre Eiffel, el puente Alejandro III y el célebre puentecillo de madera del puente del Alma que se admiró durante la exposición de l937), sino que fueron

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también los Compañeros lo que construyeron La Paz, Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile. Y para concluir, tracemos estas líneas de Raúl Dautyry: “Es que el Compadraje no se limita a la enseñanza de un oficio, sino que él forma los caracteres y las almas y, como lo dice excelentemente la fidelidad de Argenteuil, compañero tallador de piedra de la Cayena de Lyón: “él ha tenido y tiene siempre por objeto salvaguardar la vocación del hombre obrero.”

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Es en ese mismo sentido de “constructora de hombres” que se presenta la Francmasonería y eso es lo que analizaremos en nuestro siguiente Propósito Psicológico.

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