PORQUE.ALGUIEN.SE.PREOCUPÓ] Por Marcos Witt La niña se llamaba Alma. Digo que se llamaba, por que ya no es una niña, sino una dama, esposa y madre de dos preciosos niños. Recuerdo la primera vez que la vi llegar a la Escuela Dominical en la pequeña iglesia que había comenzado mis papás cerca de nuestra casa. Alma tendría apenas cuatro años y venía tomada de la mano de Hilda su hermana mayor. Vivían a dos cuadras del local donde celebrábamos reuniones cada domingo en la mañana y viernes en la noche y recuerdo estas dos niñas, tomadas de la mano, caminando por la calle viniendo a la Escuela Dominical. En ese entonces no tenía la menor idea de que esa pequeña iba a ser una persona que formaría parte de mi equipo ministerial. Sólo sabía que ella era una de las fieles asistentes a la clase en la que yo tenía el privilegio de ser el maestro. Para esto, yo era muy entusiasta, encargado y dedicado a mis alumnos y me gustaba la tarea que se me había dado: ser maestro de la Escuela Dominical, titulo que hasta la fecha siento el orgullo de haber tenido. Alma creció siendo una de mis alumnas. Cuando tuve el privilegio de ser el director del grupo de jóvenes, recuerda que ella quería estar con todos los del grupo, por que tenía dos hermanas y un hermano que formaban parte de él. Hacía toda una serie de cosas para " convencernos " de que le permitiéramos participar en las actividades del grupo de jóvenes, por que no tenía la edad. En ese entonces, a mí, no me parecían graciosos algunos de los chantajes que usaba para lograr salirse con la suya, pero ahora, al recordar aquellos tiempos, nos hemos reído mucho al respecto. Era una niña que tenía ganas de conocer más de Dios y no se quería perder nada. Así son los niños. Ojalá permanecieran así, al crecer y ser adultos. En una ocasión en donde los discípulos de Jesús se estaban portando como el clásico adulto insensible, Jesús dijo, " Dejad a los niños venir a mí, por que de ellos es el Reino de
los Cielos ". Por alguna razón, los discípulos estaban tratando de impedir que se acercaran al Maestro. " No lo toquen " o "No lo molesten ", pueden haber sido algunas de las frases que ellos les decían: " Está demasiado ocupado para ustedes" o "él es muy importante ", son algunas de las lecciones que hemos enseñado a algunos de los pequeños que sólo quieren acercársele. Él nos enseña todo lo contrario. Él DESEA que se acerquen a él. Él REQUIERE que sea con actitud de niño(Mateo18:3) si es que deseamos entrar en el Reino de los Cielos. Necesitamos ser como niños: no complicados, sino sencillos, no contenciosos ni envidiosos, sino sólo admiradores de Su grandeza, belleza y hermosura, con nuestros ojos abiertos como los del búho. ¡ Cómo hace falta llegar a ser como ellos! El día que tuve el privilegio de casar a Alma, mi corazón estaba lleno de alegría por varías razones. Una de ellas por que se casaba con uno de mis mejores amigos y compañeros de trabajo. Pero sobre todo, por que recordé la niñita aquella, tomada de la mano de su hermana mayor caminado por la calle, llegando a la Escuela Dominical, donde conoció al Cristo, que cambio su vida, que la presentó a una nueva manera de vivir, que fue lo que la llevó a conocer a Huizar, quien llegaría a ser su amigo y después su esposo y padre de sus dos hijos. ¡ Que increíble es la vida! Y solo por que mis papás pensaron en abrir una escuela Dominical. Todo, por que alguien se preocupó por los pequeños. Sólo en México, hay más de 20 millones de niños menores de 10 años de edad. Es un campo misionero formidable. Honro a las personas como Tía Linda, que han dado sus vidas a la evangelización de los niños. Gracias por el amor, esfuerzo que han dado a miles de niños al compartirles el mensaje eterno que cambiará sus vidas y algún día su generación PUEDE cambiar si tan sólo alguien se preocupa. Hay millones de "ALMAS" esperando que alguien les comparta las buenas nuevas de Jesús.