TU PASIÓN RECUPERAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO Texto: Jeremías 29:12-13 Introducción: Si yo fuera tu enemigo, siempre buscaría debilitar tu pasión, nublaría tu interés en las cosas espirituales, apagaría tu confianza en la habilidad de Dios y Su interés por ti, y te convencería de que la esperanza que has perdido nunca regresará, y desde el principio quizás fue solo mentira. “La oración ferviente es alimentada por la pasión, la fe y el fuego” ¿A que nos lleva la pasión? Cuando todo lo demás dentro de ti te tira en direcciones diferentes (vas de una actividad a la otra en un día ocupado, si no es que vas a la cama ya fuera de tu horario de trabajo). Es la pasión lo que te hace poner de rodillas. Es tu entusiasmo, tu atrevimiento, tu eficacia. La pasión brilla al rojo vivo, apremia y crece aún mas cuando los obstáculos aumentan. La pasión es el combustible en el motor de tu propósito. Estrategias para recuperar tu pasión. 2. Reyes 6:1-7 1. A pesar de la perdida del hacha, la presencia de Dios seguía cerca. En el antiguo Israel, los profetas de Jehová eran los representantes de Su presencia en medio de Su pueblo. Por eso cuando el hombre en esta historia pierde el hacha, la realidad que el profeta Eliseo estuviera junto a él (v.3) no solo era un simple consuelo. Era importante que Eliseo viera cuán duro había trabajado este hombre, y todos los arboles que había derribado, y como se había perdido su valiosa herramienta. A satanás le gustaría convencerte de que tu falta de pasión es una señal de que Dios nunca estuvo ahí en absoluto, o que se ha disgustado contigo y te ha abandonado. El quiere que creas que Dios no ha visto tu lucha, y que ignora o no le interesan los detalles de tu vida. Solo porque te faltan las palabras y deseos, solo porque tu “eficacia” para orar parece estar fuera de lugar por el momento, esto no significa que Dios no está cerca. 2. El siervo hacia algo bueno cuando perdió su eficacia (su herramienta) Él era productivo, construiría un nuevo lugar para él y para los demás integrantes de la escuela de los profetas (v.2). Si el no hubiera estado trabajando tan duro, si solo se hubiera sentado sin hacer nada, es poco probable que el hacha se hubiera aflojado y finalmente desprendido. Eso nos enseña que estar comprometido en cosas buenas, incluso piadosas no te protege automáticamente de perder tu eficacia. 3. El hacha era prestada (v.5) La presencia de la pasión, la fe y la confianza en nuestros corazones es un regalo. Siempre que tu pasión al orares débil o esta ausente, date cuenta que es Dios quien obra para dártela y para avivar el fuego dentro de ti. Esto significa que no puedes fabricarla por tu cuenta.
4. Solo una obra de Dios podía recuperar el hacha. (V.6) De forma milagrosa, por la mano de Eliseo, el trozo de hierro se liberó del turbio lecho del río y flotó hacia la superficie como si fuera nada más que un trozo de madera. ¡Ahí estaba su herramienta (eficacia) de regreso¡ si el trozo de tierra hubiera caído en la tierra, todos los que habían visto donde cayó, incluyendo el mismo hombre, podrían haberla recogido. Pero cayó profundo en el río. Solo un milagro podía devolverla. De igual manera tu podrías necesitar un milagro para recuperar tu pasión si se hunde hasta el fondo, como podría sucedernos a todos en un momento u otro. El llamado a la oración Cuando hablamos de pasión para orar, no quiero que tengan la impresión de que la única oración que Dios escucha es la que se pronuncia en voz alta, con lagrimas y puños temblorosos y energía extraordinaria. La oración puede ser silenciosa y aun así, estar llena de pasión. “La oración es comunicarse hacia fuera y hacia arriba con Él, es la manera en que su pasión baja a la tierra”. Una vez que el viento del Espíritu de Dios comience a soplar, ya no pronunciaremos oraciones rutinarias e inofensivas. Sino que se expresaran oraciones deliberadas, personalizadas y que devastarán los ataques del enemigo en tu contra. Conclusión: Una oración que busca la pasión no es la que intenta fabricar un mejor sentimiento o subir el estado de ánimo. Es solo extender tus manos abiertas, en gratitud primero, por su fidelidad y bondad, y por Su victoria consumada sobre el enemigo. Luego pedir por lo que Él ya quiere darnos. Y espera recibir las promesas de novedad y frescura de Su Espíritu a medida que avances mas cada día, en oración hasta que, como lo expreso el profeta Oseas… … El vendrá a nosotros como lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra. (Oseas 6:3)