un encuentro inesperado
La noche de velitas del año 2017 no fue para mí como todos los años, me enfrentaba a la incertidumbre y la zozobra más grande de mi vida, quizás estaba esperando un bebé. Mi pareja y yo estábamos muy nerviosos por el resultado que podría arrojar la prueba; inmediatamente la compramos entré al baño y me hice el test, mire lentamente el resultado y efectivamente estaba en embarazo, en ese preciso momento mi mundo se vino abajo por un segundo, en realidad no tenía la menor idea de cómo le diría a mi pareja que íbamos a ser papas. Un revuelto de emociones recorrían nuestras mentes, en realidad fue difícil creer que esto nos estuviera sucediendo a nosotros, sabíamos que desde ya nuestras vidas cambiarían para siempre. Con lágrimas en los ojos él me abrazaba y me decía que estábamos juntos en esto y tendríamos a la fortaleza para hacer lo correcto, en un momento difícil muchas veces pensamos en hacer lo peor y pocas veces en todas lo bueno que viene detrás las adversidades Ahora una vida crecía en mis entrañas y que poco a poco iría evolucionado hasta convertirse en un hermoso bebé, ese pequeñito que si nos cambió la vida para siempre pero de la mejor manera y como solo él sabe hacerlo, siendo un motivo más para luchar, para creer que si se puede, que un hijo no es una atadura o una carga, es un reto… él es nuestro compañero de vida, que solo con seis meses nos ha hecho ver el mundo desde otra perspectiva ese lugar donde solo hay amor y cosas buenas para entregarnos… y ahora sé que tu Thomás fuiste la mejor decisión de mi vida.