¿Quién quiere apretar el botón?
Hace apenas unos días me suscribí como lo hicieron miles de personas al MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD publicado por Cornelivs en el blog EL DIARIO DE CORNELIVS. Todos nos hemos hecho eco de sus fuertes denuncias más actuales que nunca en un momento en que la triste realidad vivida por más de las dos terceras partes de la humanidad, que quizás hoy ya sean las tres cuartas partes (o las cuatro quintas...), nos deja con un amargo sabor de impotencia frente a un "querer hacer algo" que crece y un "no poder lograr nada" que nos desborda e inmoviliza al extremo de asfixiarnos. Los términos del manifiesto son contundentes. No se trata de una simple declaración de deseos sino de una denuncia que demuestra a que límites de crueldad, hipocresía e inmoralidad ha llegado la sociedad humana. Al alarmante aumento de la injustificada e injustificable pérdida de vidas, cuya desconsiderada varita mágica toca en su gran mayoría a niños, ancianos, mujeres; y que encuentra su más alta expresión en la desnutrición, las enfermedades, las plagas, la trata de blancas, la prostitución infantil, la proliferación del comercio y tráfico de drogas, las guerras; se agrega hoy el colapso económico mundial, el que por intermedio de la globalización pone en
funcionamiento un maravilloso recurso para que todos los pobres del mundo paguen los platos rotos por los pocos ricos del mundo. Como consecuencia, los pobres serán más pobres si es que aún cabe esa posibilidad y los ricos en miles y miles de millones (sin importar de qué moneda) verán quizás reducido su capital a la mitad por lo que deberán enfrentar esta terrible crisis internacional debiendo "ajustarse el cinturón" vendiendo algún automóvil de la docena de ellos aparcados en su deslumbrante mansión y quizás deban vender también alguna de sus tantas empresas o negociar parte del paquete accionario. Pero en estos mismos tiempos se han implementado los medios económicos y tecnológicos para que un grupo de científicos desarrolle una pintura "paramagnética" que permitirá cambiar el color, por ejemplo de tu automóvil, cuantas veces quieras, con sólo apretar un botón. No se trata ya de agregar beneficios a la mecánica o funcionalidad del vehículo, tampoco de aumentar los sistemas de seguridad, pero sí que su propietario pueda llegar a una reunión de negocios con su Mercedes "Azul" flamante y luego asistir a una barbacoa en el club de amigos con un Mercedes "Verde", tratándose en ambos casos del mismo coche. Mientras tanto, al mundo le sigue faltando "la rodaja de mortadela" para terminar de hacer el emparedado y poder ofrecérselo a todos los niños que hoy no tienen qué comer. Esto es tan sólo un ejemplo de los innumerables que existen actualmente en la comunidad internacional y que no hacen más que reflejar hacia dónde nos dirigimos mientras las grandes mayorías añoran y bregan por otro camino. Lo que deseo mostrar aquí es el contraste. No tengo nada en contra de los científicos que realizan muy bien su trabajo ni en contra de la ciencia puesta al servicio de los artilugios sofisticados sin otra función que la de estimular nuestras retinas. Lo que intento con este ejemplo es traer la paradoja con un ejemplo detrás del cual existen tantos otros similares y que muestran que no importa cuántas denuncias, reclamos, adhesión de firmas y argumentos ofrezcamos difundiéndolos através de todos los medios de difusión a nuestro alcance, los poderes de decisión no existen para escucharnos. Enlace al artículo que ofrece la novedad científica sobre la pintura " paramagnética". http://www.noticiasdot.com/publicaciones/gadgetmania/2007/11/28/inventan-pinturapara-automoviles-que-cambia-de-color/