B.D. No. 4019
7.4.1947
OPOSICIÓN DE UNA FUERTE VOLUNTAD AL ENEMIGO DE DIOS ....
Solamente una voluntad fuerte es capaz de prevalecer si se trata de llevar a cabo una misión para el Reino de Dios, y contra ella de todos lados se opone una resitencia. Entonces el hombre débil va a desfallecer en su actividad, mientras que una voluntad recia no se deja extraviar y por el camino derecho prosigue su meta y la alcanza. Cada actividad para el Reino de Dios va a atraer la persecución del enemigo de Dios, y su esfuerzo va a ser contínuo de atajar la actuación de Dios o hacerla imposible. Y así entre los hombres siempre se encontrarán enemigos de los servidores de Dios, quienes tratan de convencerlo de la inutilidad de su trabajo para el Reino de Dios, para ahogar en el, el impulso para una actividad ferviente. Esos son los hombres que serán muy fuertemente influídos por el enemigo de Dios y darán oídos a sus insinuaciones. Pero el enemigo de Dios es un enemigo de la verdad, y por eso el siempre va a combatir la verdad, el siempre va a disponer, que los servidores de Dios sean acosados por los hombres, que aquellos den al trabajo espiritual poca importancia y también infundan dudas en los corazones de aquellos representantes de la Enseñanza divina. El estará a la obra en todas partes donde existe la posibilidad de ganar Almas para el Reino de Dios, y solamente, donde el servidor de Dios le opone una voluntad fuerte, donde no se deja engañar por resistencias de cualquier índole, allá también podrá apuntar éxito. Entonces el no va a desfallecer, y su unión con Dios fortalece también su voluntad para la actividad para El. El enemigo de Dios trabaja con astucia y violencia, y allá donde el no consigue nada por las dudas con el encargado de Dios, allá el busca impedir a los hombres la aceptación de la Palabra divina, el trata de llevarlos por otra ruta, para que dejen desapercibida la erogación valiosa o se desvíen de ella. Pero continuamente el siempre siembra la maleza entre
la semilla divina, el trata de enterrar la verdad a través de enseñanzas erróneas y eliminarla. Y otra vez el servidor de Dios tiene que oponerle resistencia con la fuerza de su voluntad, el tiene que emplear su conocimiento espiritual y refutar cada argumento, mientras eso le es posible. El no debe cansarse, solamente el tiene que tener delante de el la gran miseria espiritual, que Dios ha determinado para ayudar evidentemente a los hombres, y ser para El un fiel servidor, quien trabaja afanosamente para su Señor, para cumplir su voluntad. Puesto que la miseria es grande y un buen trabajador puede cumplir mucho trabajo en el viñedo del Señor, y el también será vencedor sobre el enemigo de las Almas, si el solamente pide a Dios por una voluntad fuerte y por ayuda en la propia necesidad espiritual. Amén Bertha Dudde
1947