Declaraciones de Paul Rios, Coordinador de Lokarri
“Reclamamos al Lehendakari López un cambio en su estrategia por la paz” Algunos medios de comunicación han destacado la coincidencia entre esta concentración y la celebración del aniversario de la aprobación del Estatuto. Hace 30 años se culminó un proceso de diálogo, acuerdo y consulta. Lokarri no entra a valorar sus resultados. Lokarri es un movimiento plural. En cambio, sí quiero subrayar dos cosas. La primera, es que la estrategia utilizada entonces para articular un marco de convivencia hoy es rechazada. La segunda, que ya va siendo hora de que la sociedad vasca haga el intento de mejorar ese marco de convivencia para articular nuestro futuro con más consenso y más pluralidad, mediante el diálogo y el acuerdo. En mayo propusimos al Lehendakari López tres principios y diez propuestas concretas para avanzar hacia la paz y la mejora de la convivencia. Se las enviamos por carta y solicitamos una reunión. Aún no hemos recibido respuesta. Concretamente le planteamos tres prioridades: 1) garantizar todos los Derechos Humanos de los ciudadanos vascos, 2) abrir espacios de diálogo, incluyendo a todos los sectores sociales y políticos y 3) impulsar la participación ciudadana en el trabajo por la paz y la normalización. Estas sugerencias y peticiones estaban íntimamente relacionadas con las promesas que el Lehendakari López hizo durante la campaña electoral. El se comprometió a impulsar el diálogo y los acuerdos transversales. En cambio, su acción de gobierno está completamente alejada de estos principios. El Lehendakari está sosteniendo su trabajo por la paz en los recortes de derechos y libertades democráticas básicas y en la negativa a dialogar. Compartimos con el Gobierno Vasco que la prioridad en estos momentos es el cese de la violencia de ETA. Compartimos que es imprescindible una declaración unilateral de ETA de cese de la violencia. También compartimos que las cuestiones políticas sólo pueden ser abordadas por los partidos políticos y por el conjunto de la ciudadanía. Incluso podemos compartir que sin una declaración nítida de ETA poniendo fin a la violencia es muy difícil dialogar con ella y menos alcanzar un acuerdo de paz. Lo que no compartimos es que la estrategia para conseguirlo sea ilegalizar, prohibir y recortar derechos. No todo vale. Combatir una vulneración de derechos con más recortes de libertades no es legítimo y sólo consigue añadir más sufrimiento, más tensión y más dificultades. A ello se le añade que el diálogo ha brillado por su ausencia. La principal tarea del Gobierno durante estos meses ha sido prohibir manifestaciones, retirar fotos y carteles y apoyar la detención de los líderes de la Izquierda Abertzale representada por Batasuna. “Deslegitimación social” y “tolerancia 0” son dos términos constantemente empleados por el Lehendakari que describen perfectamente la estrategia del Gobierno Vasco. Estas ideas están logrando dividir la sociedad vasca en tres partes: 1) los buenos, los que verdaderamente deslegitiman la violencia, 2) los malos, que apoyan o son cómplices de la violencia y deben ser perseguidos y excluidos y 3) los enfermos morales, que contribuyen a justificar la violencia al denunciar otras violaciones de derechos humanos. Estamos teniendo múltiples ejemplos de ello. Si acudes a una manifestación para denunciar las detenciones de Otegi, Rafa Diez y demás, vas de la mano de los violentos. Si denuncias la retirada de carteles, no estás respetando a las víctimas. Si criticas la prohibición de manifestaciones, estás siendo equidistante. La deslegitimación social de la violencia consiste en legitimar los derechos humanos y la democracia y en impulsar una convivencia sin exclusiones por medio del diálogo. La búsqueda de soluciones vulnerando derechos humanos y excluyendo a una parte
significativa de la sociedad nos aboca a un final desordenado e imperfecto, a un final con vencedores y vencidos, a un final lleno de odios y resentimientos. La sociedad vasca ha soñado con un final dialogado, con un acuerdo de paz que permita abordar la reconciliación y construir una convivencia plural donde los únicos derrotados sean el uso de la violencia y las vulneraciones de los derechos humanos. Por ello queremos reclamar al Lehendakari López un cambio en su estrategia para lograr la paz. Le pedimos que trabaje por el sueño de la paz, la convivencia plural y la reconciliación. Es cierto que la labor por garantizar los derechos humanos y favorecer los acuerdos mediante el diálogo es más complicada que emplear los atajos de las prohibiciones y la negativa a dialogar. Llegar a acuerdos y garantizar las libertades democráticas básicas exige un gran esfuerzo, pero los resultados que ofrece son más satisfactorios y duraderos en el futuro. Lehendakari, trabaje por este sueño que permita a la ciudadanía vasca conocer la paz, el diálogo y un acuerdo plural de convivencia. Si lo intenta, puede contar con nuestra colaboración. 25 de octubre de 2009