PARADOJA Por William Marrion Branham 28 de noviembre de 1965 Pohenix, Arizona Pueden sentarse. Desde hace tiempo he estado esperando para poder regresar acá a Phoenix, y realmente estoy contento de estar en esta tarde aquí. Aficionado de Phoenix, hay algo acerca de esto, siempre me hace sentir que me encuentro entre gentes que son mis amigos, que me aman. Son unos grandes oradores guerreros que vinieron desde aquí para orar por mi, por muchos años. Yo siempre recuerdo las primeras campañas que tuve aquí con el Hno. Outlaw, Hno. García y los ministros de esta ciudad. ¡Como el Señor nos bendijo cuando yo apenas estaba en los principios de mis campañas! Desde entonces, Phoenix ha mantenido una gran... Hay algo en mi corazón que es difícil de explicar. Desde muy pequeño yo siempre desee venir a Phoenix. Siempre leía acerca del desierto. Tenía unos poemitas que hablaban de él, cuando era solo un niño, acerca de Arizona. Ahora estoy tan orgulloso de ser nativo. Supongo que tengo alrededor de un año o quizás un poco más. Pero ustedes no encontrarán a muchos más viejos que eso. A cada uno que me encuentro le digo “¿Eres tú nativo?” “Bueno, tanto como es, he estado aquí tanto tiempo.” Y yo supongo que tendría que ir hasta la reservación de los Apaches, o algún otro lugar para encontrar a un nativo real. No hace mucho tiempo alguien dijo, Hno. Branham, ¿cómo le gusta Arizona? Yo dije, “Bueno, ha sido una de mis grandes anticipaciones de por vida, vivir en Arizona y Dios me lo ha concedido.” Estamos aquí justamente antes de la convención de los Hombres de Negocios, lo cual ha venido ha hacer algo anual para nosotros. Y en esta tarde, según hemos estado juntos aquí en un “pre-todos juntos” antes de la convención que comienza el jueves por la noche, yo creo. Ha sido para mi, un privilegio, por estos últimos años pasados, venir y tener estas pequeñas reuniones antes de que la reunión real comience, o debo decir la convención comience. Y el Hno. Williams es un gran querido amigo mío, él y la Hna. Williams. Ciertamente tengo un lugar en mi corazón para esta gente. Ellos constantemente me están invitando para que regrese, por lo tanto estamos contentos de cumplir con esa invitación en esta tarde. También en la plataforma está el Hno. Fuller, Hno. Jewel Rose y el Hno. Tony Stromei de Tucson, y el Hno. Borders nuestro manejador de campañas. Y el antiguo y precioso Hno. Arganbright, hemos estado juntos en muchas batallas duras, en el otro lado del rio; yo espero algún día permanecer con él en el otro lado del Gran Rio.
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No puedo recordar el nombre suyo hermano, he tratado. ¿Cual es su nombre, hermano? [Un hermano dice, “Al Brewer” - Ed.] Brewer, Hno. Brewer. Yo conozco su cara. Y no es usted el que, a veces, le interpreta a los... [“Interpreta a los sordos.”] a los sordos. Que... Y estamos tan contentos de tenerlos a todos ustedes aquí. Estaba mirando aquí abajo al frente mío, y vi alguno de mis amigos que han venido desde Arkansas hasta aquí. Cuando estuve aquí por primera vez yo les dije que dondequiera que yo voy, siempre encuentro a alguien de Arkansas. Estoy seguro que si alguna vez voy al Cielo, encontraré allá de Arkansas, porque ciertamente han sido gentes creyentes y leales. Ahora, usualmente yo hable por mucho tiempo, pero yo he hecho lo posible en ordenar mis Escrituras y notas para no tener que hablar por tanto tiempo. Y quiero orar por los enfermos, ya que estoy en Phoenix. Ahora, el Mensaje que el Señor me ha asignado, es a veces, ustedes saben, estas cosas se ponen un poco susceptibles. Y ha sido así en cada edad. Y he hecho lo posible por mantenerme con Esto. Es algo. Y si yo no hablo estas cosas que Dios me ha dado, y si no fuesen de Dios, entonces El... no estaría en la Palabra. Y si está en la Palabra y es una promesa para este tiempo, entonces yo siento que estoy haciendo lo correcto, porque yo solo estoy tratando de guardar lo que El prometió para esta hora. En muchas ocasiones cuando usted cruza a alguien en sus teologías, en el momento ellos se derrumbarán con usted. Pero eso no debería pasar. Yo trato de... Yo he encontrado algunos amigos míos, todos ellos de diferentes iglesias denominacionales y así por el estilo, y yo nunca me he derrumbado con ellos, hermanos. Yo he ido a sus iglesias y dondequiera que me dejen ir y hablar. Pero no debemos dejarnos derrumbar por pequeñas ideas. Pero, Uds. saben que si yo digo algo que sea diferente a lo que hay en mi corazón, estaría siendo hipócrita. Pero yo quiero ser sincero. Y si solo dijera, “Bien, voy a omitir Esto, porque el resto de ellos creen esto, aquello,” entonces ¿qué clase de persona sería? Uds. no podrían tener ninguna confianza en mi, y yo no podría tener ninguna confianza en Dios o en mi mismo, cuando yo solo lo arreglo así de fácil. Nadie tendría algo de lo que no esté seguro. Y allí es que Ud. puede basar su fe, es cuando Ud. está seguro. Pero hasta que Ud. esté seguro, si hay alguna pregunta, déjelo quieto hasta que Ud. esté seguro. Ahora Billy probablemente repartido algunas tarjetas de oración, lo cual yo pienso que él... Sí, yo le dije. Y creo que el me dijo, un momento atrás, que lo había hecho. En algún momento dado, yo llamaré a algunos a la línea de oración, para orar por ellos. Y si su tarjeta no es llamada, si... debo decir, si es llamada y Ud. no está seguro que Dios es el sanador y El lo sanará, no hará ningún bien el que Ud. venga aquí arriba, porque Ud. no será sanado. Y si Ud. tiene una pregunta Ud. dice, “Bien, ahora, si hay algo en mi vida
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que realmente yo deba de enderezar,” Ud. vaya primero, haga lo correcto y luego regrese a la línea de oración, ve. Porque, **healing is the childre's bread. Nosotros entendemos eso. Esto está en la expiación, y la expiación es aplicada primero a nuestras almas. Y la sanidad siempre ha precedido cada mensaje, y también ha sido una manera de juntar a las personas. Y es un... Muchas personas han auspiciado las campañas de sanidad, muchos vendrían a una campaña de sanidad, o a un festival de canciones, pero cuando se trata de una pobre alma perdida para ser salva, no hay muchas personas interesadas en eso. Ellos solo... Pero eso es la cosa principal. Sanidad Divina y festivales de canciones, y cosas por el estilo, es solo... Como el Hno. Bosworth acostumbra a decir, “Es la carnada en el anzuelo.” Y Ud. le enseña al pez la carnada, no el anzuelo. Y eso es toda la cosa, poner a las personas a escuchar por un momento, hasta que Ud. pueda realmente presentarles el mensaje. Dios ha hecho eso en cada edad, a través de cada edad, siempre ha habido una campaña de sanidad. Y si es una campaña genuina de sanidad, detrás de esa campana, siempre, está el mensaje. Nunca se ha dado una señal sólo por la señal, está precediendo un mensaje. Y yo creo que es la misma cosa, hace diecisiete años atrás, o dieciocho años, ahora, que el Señor me envió para que empezara ha orar por los enfermos. Produce un gran reavivamiento en medio de las gentes. Muchos siervos de Dios han salido a adelante en las campañas de sanidad, pero si en la campaña de sanidad, si Ud. permanece en el mismo camino que siempre ha ido, hay algo malo, esa campaña de sanidad no fue enviada de Dios. Primero tiene que atraer la atención, ve, llama la atención y luego entonces el mensaje. Jesús, cuando El vino sanando a los enfermos y así por el estilo, El era un gran Profeta para todos ellos. Pero cuando El empezó a decirles la Verdad, de el Evangelio, Quién El era y para qué El vino, entonces después de eso El dejó de ser popular . Y esa es la manera que siempre ha sido a través de cada edad, y continuará siendo de esa manera. Ahora estamos aquí en esta tarde, y luego mañana en la tarde en este mismo auditorio. Todo es a las siete en punto. ¿Es eso correcto, Hno.? [Un Hno. dice, “Siete y treinta.” - Ed.] Siete y treinta, mañana en la tarde o por la noche, y luego el martes por la noche. Y creo que el miércoles por la noche también. [“No, el miércoles en el Ramada Inn.”] En el Ramada Inn, el miércoles. Y luego el jueves, correcto, empieza la convención. Y si es la voluntad del Señor, me gustaría estar en todas las actividades. Estoy aquí, su hermano, uno que ayuda en el Reino de Dios, para ayudarlos en lo que yo pueda. A lo **mejor... no pueda contestar sus preguntas, pero **prayerfully** probablemente podamos entender si oramos
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por ello y vamos a Dios por ello, y no sacamos nuestras propias opiniones. Si Ud. está enfermo, yo desearía sanarlo, pero ningún hombre puede hacer eso. Ya está hecho. La Sanidad está sobre Ud. Es la fe que Ud. pueda tener en la obra que Dios llevó a cabo en el Calvario con el Señor Jesucristo. Y fuera de eso, ***no hay ninguna** sanidad; y fuera de eso, no hay ninguna salvación; ninguna iglesia, ninguna denominación, ningún ritual, nada **packs** la salvación. Jesucristo “El fue herido por nuestras transgresiones, por Su llaga fuimos nosotros curados. El fue herido por nuestra transgresión, nuestras transgresiones,” perdón, “por Su llaga fuimos nosotros,” todo en tiempo pasado, “fuimos nosotros curados.” Ahora, ¡sobre eso! En esta tarde, no tengo mas que un momento para hablarles, probablemente de veinte a treinta minutos y luego vamos a hacer la línea de oración. Como lo usual, cada día nuevas personas llegan, por lo que se le entregarán nuevas tarjetas de oración. Pero haremos todo lo que esté en nuestro poder, todo lo que Dios nos permita hacer, para orar por cada persona enferma que venga, y que quiera que se ore por ella. Si hay tal cosa como una persona **volando en**, muriéndose, emergencia o algo así, porque, Ud. puede ver al Hno. Williams, Billy Paul o a alguno de ellos que los lleve a un cuarto, ya que ellos no quieren... Ellos no pueden esperar, ellos se están muriendo, ellos deben ser ministrados al instante, bien llévenlos a un cuarto para que yo pueda ir donde ellos en el momento. Pero sería mejor, si Ud. no está en ese estado de emergencia, que Ud. sólo tome sus credos y sus creencias y póngalas a un lado por unos minutos, el tiempo suficiente para que Ud. pueda escuchar lo que las Escrituras tienen que decir y luego lo que Dios hace acerca de lo que El ha prometido. Y eso producirá fe. Y Ud. ni siquiera necesitará estar en la línea de oración, o que nadie ore por Ud. Usted estará completamente sanado, si Ud. sólo puede creerlo. ¿Ve? Y ese es el propósito, de permitirle a Ud., de hacerlo consciente de lo que Jesús ha hecho por Ud. No es necesario que Ud. venga acá se arrodille y comience a orar hasta que Ud. sea salvo. Ud. ya está salvado, pero Ud. tiene que aceptarlo. Sus oraciones no lo harán. Ud. va a ser salvado por su fe, no por sus oraciones. Pero, “Por la fe es Ud. salvado.” Es lo mismo con la sanidad. Estoy seguro de que todos entienden eso. Y si hay algún desconocido en nuestras puertas, queremos que Ud. sepa que, como para mi o este grupo que está aquí conmigo, los Hombres de Negocio del Evangelio Completo, no representamos ninguna organización denominacional. Todo el mundo es bienvenido. Estamos contentos de tenerles. Ud. dirá, “Bueno, yo pertenezco a cierta iglesia, ¿se puede orar por mi?” Ahora Ud. ni siquiera tiene que pertenecer a una iglesia, no tiene que hacer nada, si no venir aquí y creer en Dios. Eso es todo lo que Ud. tiene que
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hacer. Dios hará el resto. Ahora, yo he llevado una Biblia desde que empecé en las campañas de sanidad, debo decir orar por los enfermos. En Houston, Texas, me fue dada una Biblia, unos años atrás, algunos dieciocho años atrás, por el Hno. Kidson y su grupo. Y he llevado esa Biblia de un lado a otro, alrededor del mundo, hasta que ha sido usada completamente, las páginas se le salen. Y justamente me han dado una nueva Biblia. Y lo más extraño... yo no soy supertisioso; espero que Uds. no piensen que podría ser superstición. Cuando esta Biblia me fue dada, ellos tenían un pequeño... dos pequeños marcadores, pequeñas cintas. Esta es una Biblia como la que yo tenía. El Hno. Kidson me dio una Biblia de Scofield, ahora no por eso quiere decir que yo estoy de acuerdo con las notas del Sr. Scofield. Ahora, probablemente algunos de Uds. si lo están, algunos no, pero yo sólo les dejo saber que no es que yo tengo la Biblia de Scofield porque creo en eso. Porque él la tiene tan bien articulada. Esa fue una de mis primeras Biblias y sólo aprendí a leerlas así. Y sólo mantengo la misma Biblia. Cual si hubiera tenido la de Thompson Chain, hubiera sido mejor. En la Referencia de Thompson Chain encontraría mis textos más rápido. Pero cuando abrí la Biblia, fue una cosa bien extraña donde estaba la primera cintita en la Biblia. Estaba cuando Salomón dedicó el templo de Dios, y la Gloria de Dios era tan grande, la gloria de la Shekinah en el edificio, ni hasta el sacerdote podía siquiera ministrar. Y la otra cinta estaba puesta donde Ezra regresó y dedicó el templo. El tercer marcadorcito, el que mi esposa me había dado y puesto en la Biblia, sin saber que, con mi nombre en el y así por el estilo, estaba en Marcos 11:22. Ella sólo lo puso en la Biblia, y ahí era que estaba puesto. Y eso es, “Si ustedes le dicen a esta montaña, muévete.” Y todos Uds. saben cuando esa Escritura estaba en mi mente, Uds. los de las cintas (cassettes), eso es cuando esas ardillas aparecieron justamente allí, exactamente dentro de eso. Y luego lo extraño de esto fue, el retrato de mi ave favorita, el petirrojo, estaba en el marcador, la pequeña ave con su pecho rojo. Según sigue la leyenda, que una vez era un pájaro color marrón; pero un día, había un Hombre muriéndose en una cruz, entonces el se sintió tan afligido por el Hombre que hasta empezó a volar tratando de sacar los clavos el mismo y se llenó de Sangre todo su pequeño pecho, y desde entonces el ha sido un pechicolorado. Esa es la forma en que yo quiero, también, encontrarme con mi Salvador, con Su Sangre en mi... dentro de mi pecho, en mi corazón. Y luego mi primera reunión, el Mensaje que he de predicar aquí, es en Phoenix, Arizona. Phoenix es algo que se puede levantar de la nada. Eso es lo que Dios hace. El toma de la nada, y levanta algo de ahí. Mi Mensaje para esta tarde, está titulado, por los próximos treinta o
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cuarenta minutos, “Paradoja.” Y quiero leer de la Escritura esa... Unos pocos años atrás, que yo podía tomar una Biblia, y dejar que Uds. me dieran la Biblia, cuando comencé mi ministerio por primera vez; y sólo tomaba sus Biblias, y muchos de Uds. me han visto haciéndolo, sólo la aguanto abierta de esa manera, y digo, “Señor, ¿dónde está el Mensaje para mi?” Se abría en Josué, el capítulo primero, cualquier Biblia que Uds. me dieran. Hasta que una noche una visión vino, la cual es familiar para Uds., y viendo esa Biblia bajando del Cielo, y una mano **with a collar on a cuff,** como este fue por los primeros nueve versículos de Josué. De ahí es que voy a leer, en esta tarde, para mi lectura o mi lectura de la Escritura. Mi texto está en el veso 10 y el... quiero decir capítulo 10 y el verso 12. Antes de abrir nuestras Biblias, inclinemos nuestros rostros por un momento. Ahora con nuestros rostros y nuestros corazones inclinados, pensemos en esto. Permitan que esto sea una reunión ordinaria; tenemos de esas todo el tiempo. Pero oremos a Dios, cada uno de nosotros, para que se una extraordinaria, de manera que la Presencia de Dios esté con nosotros, continuamente a través de toda la reunión. Padre Celestial, estamos agradecido por este noble y gran privilegio de estar en Phoenix en esta tarde, congregados en este gran auditorio, en medio de estas personas. Y ahora estamos justos a llegar a la Palabra. “Y la Palabra fue hecha carne y habitó entre nosotros.” Y permite que sea así otra vez, Señor, que la Palabra se haga carne, que Se derrame sobre Tu iglesia y Tu pueblo, para cumplir las promesas de esta hora. Según nos damos cuenta que estamos cerrando el tiempo, el tiempo de está acabando. Esta armonizando con la Eternidad. Y nosotros estamos en la Costa Oeste. Y según la civilización viajó del Este al Oeste, así ha viajado el Evangelio con ella. Y ahora no hay más lugar a donde ir sino de nuevo al Este. Será completado. Y te pedimos, Padre Celestial, que para todos nosotros esta sea un gran hora, en la que podamos sentir la Presencia del Espíritu Santo, el Escritor de esta Palabra, de nuevo en la construcción del tabernáculo de carne; manifestándose El mismo a nosotros, perdonando nuestros pecados, perdonándonos nuestra iniquidad, y con la seguridad de que El no le imputará pecado a los creyentes, con la seguridad de eso. Y también que El sanará nuestras enfermedades, y sacará a las personas de las sillas de ruedas y fuera de las muletas; y dándole vista a los que están ciegos; y extendiéndoles los días a esos que se están muriendo de enfermedades horribles como el cáncer, tuberculosis avanzada, y enfermedades que nuestros médicos no pueden frenar. Está más allá de eso, pero Dios, Tu puedes ir más allá de los estudios científicos. Tu vas más allá de todo razonamiento. En esta
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tarde, concédele a Tus siervos el hablar y escuchar de Tu Palabra, en el tema: Una Paradoja. Por lo que lo pedimos en el Nombre Jesús. Amén. Ahora en nuestras Biblias, en el primer capítulo de Josué, y el capítulo diez de Josué. Capítulo primero verso uno: Josué 1:1 [El Hno. Branham lee, ahora Josué 10:12-14 - Ed.] Josué 10:12-14 Que el Señor añada Su bendición a la lectura de Su Palabra. Ahora el tema para esta tarde: Una Paradoja. Ahora la palabra paradoja, según la he estado buscando y asegurándome de que estaba bien, la palabra paradoja significa, de acuerdo al diccionario Webster, que es “algo increíble, pero es verdad.” Ahora Uds. saben, hemos escuchado el viejo dicho, que “La verdad es más” (¿cómo le llaman ellos a eso?) “más extraña que la ficción,” es verdad. Porque, cuando una persona dice la verdad, a veces esto es bien extraño. Allá en Colorado, conozco a un amigo mío. Ellos tenían una inspección, estaban teniendo una inspección de alces. Y allí habían 21 cabezas de alces en la manada. Y mi amigo, cuando hubo regresado de su cacería, y cuando el guardián vino; y la ‘conservación’ había pagado mucho dinero por uno de esos carros de nieve, para regresar y hacer la inspección de alces, él dijo, “Uds. no debieron haber gastado todo ese dinero, yo les puedo decir cuantos alces hay allá atrás.” Y ellos solo se rieron de él, dijeron, “¿Cuántos?” El les dijo, “Hay diecinueve.” Dijo, “Habían veintiuno, y yo maté a dos de ellos.” Y el guardián se rió de el. Ud. sólo está permitido a matar uno, Uds. saben. Y él le dijo, “Sí, se que lo hiciste.” “Bueno,” dijo “eso fue lo que he hecho. Habían veintiún alce y yo maté a dos.” Y el guardián se rió y se regresó. Y esos eran los que allí habían, diecinueve alces. ¿Ve? El se volteó a mi y dijo, “Ve Ud., reverendo, sólo diga la verdad y la gente no la creerá.” Vea, sólo diga la verdad, que ciertamente es más extraño que la ficción. El Libro de Josué en realidad es el Libro de redención del Antiguo Testamento. Tenemos que considerar el Libro de Josué como el Libro de redención. Porque la redención tiene dos partes. La redención, donde quiera, tiene dos partes. Estas son, “fuera de” y “adentro.” Para hacer la redención toma dos partes, “fuera de,” “adentro.”
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Moisés representó la ley, la cual los sacó de Egipto, mientras que, Josué representó la gracia que los metió dentro de la tierra prometida. De otra manera, la ley y la gracia son dos diferentes aspectos de los dominios de Dios. Ahora, la ley los sacó, Moisés, y Josué los metió. Esto también representa algo para nuestro día. Ahora esto representa, mientras ellos estaban en el viaje, saliendo de Egipto y entrando a la tierra prometida, por lo tanto nosotros hemos salido del mundo de Egipto, caos, en nuestro camino a la Tierra prometida. ‘En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si no fuese así, yo se los hubiese dicho antes,” Juan 14. Viniendo “fuera de,” yendo “adentro.” Es la ley la que nos hace reconocer que estamos equivocados, pero es la gracia la que nos perdona. La ley no tiene esperanza de redención, porque eso... y para completarlo. No tiene gracia en ella, porque la ley sólo te señala que tu eres un pecador, pero la gracia te dice como salirte de ello. La ley es el policía que te encierra en la cárcel, pero la redención es El Que viene y paga tu fianza; y “fuera de,” y “adentro,” dentro de la gracia. El Efesos. Ahora encontramos lo mismo, el Viejo Testamento, yo pienso que este Libro de Josué cuadra. Una palabra apropiada para el, puede ser el Libro de Efesos del Antiguo Testamento. El Libro de los Efesios del Antiguo Testamento, sería una buena forma de titular este Libro de Josué, porque ciertamente cuadra con esto. Ahora encontramos a Josué representando la gracia, o alguna propiciación, la cual no podía existir en el mismo tiempo que la ley estaba en existencia. Ni tampoco lo hace ningún mensaje, que lleve al pueblo hacia adelante, jamás coincidirá con un mensaje pasado. Nunca sucederá. Ahí es donde Ud. puede tener problemas hoy. Jesús dijo, “¿Acaso alguien corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo? o ¿echa vino nuevo en odres viejas? Ellos perecerán. Lo reventará." No lo podrán soportar. Y Josué de ninguna manera podría entrar en su ministerio hasta luego que Moisés partiera. Por lo tanto vean el primer versículo, “Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este pueblo, a la tierra prometida.” Moisés, representando la ley, había cumplido su tiempo. Esto es, la ley había cumplido su tiempo. Para comenzar, ellos realmente empezaron con la gracia. Antes de que tuvieran la ley, ellos tuvieron la gracia. Mientras ellos estaban en Egipto, sin la ley; no había nadie allá, eran sólo los sacerdotes y así por el estilo, pero ellos no tenían ningunas leyes. La ley todavía no había sido dada. La gracia los proveyó de un profeta. Y también, la gracia los proveyó de la expiación, el sacrificio del cordero. Llegaremos a eso dentro de esta semana, en el sacrificio, la sangre, porque hay descansa su sanidad. Continuando... Antes de que hubiera alguna ley la expiación fue provista. La gracia fue antes que la ley, durante la ley y después de la ley.
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Por lo tanto allí estaba Josué, representando la gracia, estuvo sin cesar con la ley, pero no pudo ser puesta en práctica mientras la ley estaba en su lugar correcto. ¡Y así es para la iglesia del mundo en estos últimos días! Viene a lo largo, juega su parte, pero se está acercando un tiempo en donde debe cesar. Lo debe hacer. También deben de haber unos Efesios, de este trayecto, así como los hubieron en otros trayectos. Tienen que venir unos Efesios, un Efesos, un Efesios de esta trayectoria. Vigile. En donde aquella ley nunca podría salvar a un pecador, como les he señalado. Ella no podría. Por lo tanto la tierra prometida representó un día de gracia. Vea, él no podría llevarlos a ellos dentro, dentro aquella trayectoria. Y si Uds. notan, en aquella trayectoria, tuvieron tres etapas en su trayectoria. Primero fue la preparación por la fe, allá en Egipto, bajo el sacrificio del cordero. Luego cruzaron el Mar Rojo, hacia el desierto, una separación, lo cual representaba otra etapa de la trayectoria. Por que, bajo la preparación, cuando todos ellos estaban listos, luego cuando ellos llegaron al Mar Rojo, otra vez había una falla. El pueblo no creyó, después de haber visto muchas cosas que Dios había hecho. Ellos todavía no creían. Y Dios abrió el Mar Rojo y los llevó a adelante, lo cual hemos sido enseñados que todo el pueblo fue bautizado hasta Moisés, bajo la Nube y el mar. Ahora ellos fueron bautizados, se arrepintieron y fueron bautizados, y vinieron a tener una nueva vida, en una nueva tierra, en calidad de una nueva trayectoria, en medio de un pueblo nuevo, y la mano de Dios sobre ellos. Pero en este caminar que ellos tuvieron, llegó a un lugar en donde ellos no estaban satisfechos con su caminar de gracia. Tenía que venir algo que ellos mismos pudieran hacer. Ahora eso es lo que la gente piensa hoy, de la sanidad Divina, o alguna otra obra de gracia, de Dios, que hay algo que Ud. tiene que hacer. Ud., no hay nada que Ud. pueda hacer, si no creer, sólo creer a Dios. Y ellos, ¡si ellos hubiesen continuado! La promesa no les fue dada bajo la ley. La promesa fue dada antes que la ley, sin ninguna condición para ella, “Yo les he dado esta tierra, ¡continúen hacia ella!” Pero antes de ellos alcanzar esa promesa, ello decidieron que había algo que ellos mismos debían de hacer. Ud. si tiene algo que ver con ello, eso es el rendimiento de su propia voluntad, sus propias ideas, a la voluntad e idea del Todopoderoso Dios, y todo está terminado. Eso es todo lo que es. Sólo tome Su promesa, no piense en nada más. Camine por Ella, y Dios hace el resto. Entonces ellos querían una ley. Y Dios siempre le da a Ud. el deseo de su corazón; El lo prometió. Pero encontramos, cuando ellos se apartaron un
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paso de lo que Dios originalmente les prometió, entonces había una espina en la carne hasta que la ley fue quitada, hasta que Jesucristo vino y fue crucificado para quitar la ley. Había una espina en la carne. Y cualquier cosa que Ud. trate de hacer por Ud. mismo, eso siempre trabajará para su deshonra. Eso trabajará en contra suya. Sólo crea a Dios, y eso lo asegurará. Lo que Dios prometió, “Yo soy el Señor vuestro Dios, Quién sanará todas vuestras enfermedades.” ¿Ven? “Si hay alguno en medio de Uds., enfermo, hagan llamar a los ancianos de la iglesia.” El prometió, “La obra que El hará, sería hecha en Su iglesia.” Porqué tenemos que aceptar las organizaciones, y cosas por el estilo, ¿acaso eso quitará aquello del Libro? Vea, se convierte en una espina en la carne. Y aquí en el tiempo final, nos enfrentamos a eso otra vez, cara a cara, con los Metodistas, Bautistas, Presbiterianos, y que más, ven. Ud., Ud. no puede continuar; Ud. tiene que regresar al la entera plenitud del Evangelio. Fue hecho para el hombre completo, por un Dios completo Quien se hizo carne y habitó en medio de nosotros. Y sabemos que esas cosas son ciertas. Ahora si notamos, luego en su trayectoria por el desierto es donde ellos tuvieron el error más grande que Israel jamás haya cometido, hasta el Calvario, fue cuando (Exodo 19) ellos aceptaron la ley en lugar de la gracia. Ellos tenían la gracia. Ellos tenían un profeta. Ellos tenían el sacrificio del cordero. Ellos tenían la redención. Ellos habían sido traídos a través del Mar Rojo. Ellos habían sido sanados de sus enfermedades. Ellos han tenido agua de la roca golpeada. Ellos tuvieron maná del cielo. De cualquier cosa que ellos hubiesen tenido necesidad se les suplió, y todavía querían algo más. Ahora eso es un tipo perfecto de nuestros Efesios hoy, exactamente. Hemos venido bajo Lutero; pasamos por la santificación, bajo los Metodistas; y entramos a la restauración, bajo Pentecostés. Exactamente como fue la trayectoria por el desierto. Y cuando Dios nos sacó, lo hicimos bastante bien. ¿Pero que hemos hecho? Queremos ser como el resto de ellos. Ahora encontramos que la gracia es lo único nos lleva a través, nunca la ley. Aquí Josué es un tipo del ministerio de los últimos días. ¿Ven? Ahora recuerden esas tres etapas de la trayectoria. Todo cesó, primero la ley y todas las cosas tuvieron que cesar, para que Josué... Y Josué es la misma palabra que Jesús, “Jehová-salvador,” que los llevó del desierto a la tierra prometida. Ahora yo sé que muchos creen... Y yo no quiero contender con los eruditos, pero muchos creen que la tierra prometida representa al Cielo. Ella no puede representar al Cielo. Ella no puede, porque ellos tuvieron guerras, y problemas, y frustraciones y todas estas cosas en la tierra prometida. Esto no representa la Tierra prometida. Pero note Ud., justo antes de que ellos entrarán a la tierra prometida, todas las diferencias que crecieron en medio de ellos. Ellos... Una de las grandes cosas fue Coré. El no quería este liderato de un solo hombre. Datán, y como
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ellos vinieron ante Moisés y trataron de decirle que “el mensaje tiene que significar esto,” y le dieron una interpretación diferente a el, sus propias ideas de lo que el era. ¡Y cada uno de ellos pereció! ¡Cada uno! Jesús dijo, “No hay ninguno de ellos que no pereció.” Ellos dijeron, “Nuestros padres comieron maná en el desierto, por espacio de cuarenta años,” San Juan 6. Jesús dijo, “Y cada uno de ellos está muerto.” Muerte significa “Eternamente separado.” Ellos están todos muertos, todavía han ellos disfrutado el escuchar el mensaje, todavía han ellos disfrutado del maná que cayó. No algún otro maná; ¡el maná genuino! Pero cuando llegó el tiempo en que Balaam vino con su falsa doctrina, y dijo, “Todos somos uno. ¿Porqué no nos unimos y dejamos que nuestros hijos se casen unos con otros? Somos una gran nación. Los haremos grandes a Uds. con nosotros.” Ahora cualquiera con un entendimiento espiritual común puede ver la misma cosa exactamente, aún hoy, casándolos a todos juntos. Y esto fue un pecado imperdonable. Esto nunca se le perdonó a Israel. Pero entonces Josué se levantó para el éxodo. Ahora hemos sido enseñados, en Apocalipsis capítulo 6, creo, sí, capítulo 6, de los Siete Sellos. Eso está supuesto... El Libro que sería sellado con siete misterios, o Siete Sellos, Apocalipsis 6. Y en el último día, Apocalipsis 10, en Apocalipsis 10, encontramos que Laodicea, el último mensajero para la última edad, y durante el tiempo de su profecía, que los Siete Sellos serían abiertos, los siete misterios, el misterio séptuple que había sido puesto a un lado (def. desechado). En cada edad ha habido alguno de Ellos puesto a un lado. El reformista no tuvo tiempo para dedicarse a Ellos. En los días de Lutero, él sólo predicó justificación por la fe. Cuando se fue, ellos hicieron una iglesia. Luego de eso vino Wesley, el predicó la santificación. Allí estaba. Y seguido vinieron los Pentecostales. Pero nos fue prometido, de acuerdo con Apocalipsis 10, y de acuerdo con Malaquías 4, y San Lucas 22:17, y así por el estilo, que tiene que venir un Efesios para esto. Hay promesa para ello, amigos. Debe de venir un Efesios, para que éste misterio séptuple de la Palabra de Dios sea abierto. Y es en la edad de Laodicea que esto toma lugar. Yo creo que estamos ahí. Yo creo que estamos justo en las sombras de la Venida del Hijo de Dios. Y como Josué, justo antes de que los Efesios se levantaran, también lo hizo Juan el Bautista se levantó justo antes del próximo Efesios. Y se nos ha prometido otro, otro Efesios. Eso está profetizado en las Escrituras, por lo tanto yo pienso que estamos viviendo en los Efesios otra vez. De nuevo a... Se nos ha prometido lo que fue dejado en esas siete edades. Ahora Ud. no puede añadir nada al Libro, o quitar nada de El. Apocalipsis 22:18 lo dice, “Quienquiera que le añadiere una Palabra, o le quite una
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Palabra, su parte será quitada del Libro de la Vida.” Ahora, no le podemos añadir o quitar. Por lo tanto sabemos que Lutero no pudo llegar a Ello; Wesley, y en adelante, los reformadores, Knox, Finney, Calvin, y hacia abajo, en adelante, ellos no llegaron a Ello de ninguna manera, pero lo que ellos tenían era la Verdad del Evangelio. Pero ahora en los últimos días, se nos ha dado el entendimiento, por la Palabra, de que La vamos ha entender, porque vendrá una edad de Efesio para ello. ¡Y aquí estamos nosotros! Ahora, ¡paradoja! Dejaré eso pendiente, porque sólo tengo como diez minutos más y luego haremos la línea de oración. ¡Paradoja! Existen algunas personas, de hoy en día, que no creen en los milagros. Ellos dicen que ellos “no pueden creer que haya tal cosa como milagros en esta edad moderna.” Bueno, no es mi intención decir nada malo acerca de esa persona, pero ellos están espiritualmente entorpecidos. Ellos, ellos, ellos están espiritualmente ciegos. Ellos no tienen ninguna visión espiritual o percepción espiritual, en lo absoluto. Porque ningún hombre puede sentarse en medio de una multitud, donde el Espíritu Santo está cayendo, no importa si él o ella, es absolutamente un pecador, pero que ellos están limitados a sentir la Presencia de Dios, cuando Ud. ve la Palabra que El prometió siendo cumplida. Entonces Ud. tendría que ser torpe; cuando Ud. lo ve pasando con sus propios ojos, entonces Ud. tiene que estar ciego, espiritualmente, no estoy hablando físicamente. Pero Ud. ciertamente puede estar ciego, y tener 20/20 de visión física. Uds. recuerdan a **Elías** allá en Dotán, ¿cuándo fue e irió con ceguera todo aquel ejército? La Biblia dice que él lo hizo. Y los guió justo a la emboscada, cuando ello no sabían quien él era. Y todavía el estaba su parecer justo como se suponía que era, y así por el estilo, y él fue justo donde ellos. Pero ellos estaban ciegos. Y Ud. puede estar parado en la Presencia del Dios viviente, Ud. puede estar bajo la unción del Espíritu y Verlo moviéndose, y todavía El no lo tocará. Ud. puede ver lo que Dios dice, predicado a Ud. perfectamente y luego manifestado, y todavía usted no encajará, “no Le creerá,” entonces, ahí Ud. estará más allá del alcance. Ud. ya está muerto, torpe, ciego, perdido. Ellos estaban completamente. El mundo. Yo me pregunto, si esa misma persona que no cree en los milagros, me pregunto y si ellos tan sólo pueden ser las cosas que pueden ser, eso es real, ¿los cuales han sido probado científicamente? Me pregunto si Uds. pueden tener cualquier científico, o cualquiera que no crea en un milagro, para que me explique como este mundo se mantiene en su órbita. Como mantiene su tiempo perfecto, alrededor del ecuador y de la manera que va, ¿y tan perfecto? No hemos tenido una maquinaria, o reloj, o cualquier
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clase, que pueda mantener el tiempo de esa forma; variará unos pocos minutos cada mes. Pero ese sol está exactamente en hora. Miles de años corriendo, ella nunca se mueve; ciertamente, perfectamente. Como la luna puede, billones de millas lejos de la tierra, y todavía puede controlar la marea. Díganme como en esta galaxia en que vivimos, ¿cómo la luna tiene algún efecto sobre las aguas de la tierra? Científicamente, díganme como es esto hecho. No podría ser hecho, porque no hay manera científica de decirlo. Pero Dios puso a la luna a vigilar el mar. Y cuando la luna comienza a dar su vuelta, y la tierra gira, aquí vienen las mareas. Pero cuando se levanta, la próxima mañana, y regresan en esa forma, la marea vuelve a su lugar. Es un vigilante. “Oh,” Ud. dice, “eso es sólo en las aguas del mar.” No. Eso es también aquí en Arizona, al igual que en el estado de Kentucky, donde quiera que Ud. haga un hueco en la tierra lo suficientemente profundo como para encontrar agua salada. Ud. encontrará, cuando las mareas se van, que esa agua salada baja en la tubería. Y cuando las mareas vienen, también se levantan, cientos de millas de las orillas del mar. Podríamos predicar un sermón de eso. Como es que Dios, no es materia, El está en Gloria pero Sus ordenes llevan el mismo efecto en todo el mundo y en cualquiera que tome la promesa. Su orden está dada. El tiene leyes de la naturaleza, y ellas mismas absolutamente se llevarán a cabo, desde Pentecostés o cualquier otro tiempo. En cualquier tiempo que Dios hizo la promesa, El se mantendrá con esa promesa a pesar de donde la gente se encuentre, cuantos miles de años después. Sus leyes siempre se mantendrán las mismas. Como es que la semilla cae en la tierra, se descompone y trae adelante la vida otra vez. Parecía como que si alguna vez fuera a brotar vida, tendría que ser cuando se encontraba en su perfecta condición. Si la vida siempre ha estado en ella, entonces ¿porqué no sale adelante? Póngala en la tierra y la vida saltará adelante. Porqué todo eso que está alrededor de esa vida, todo eso que está alrededor de ese embrión que ningún hombre puede encontrar, ¿cómo es que toda cosa material alrededor de ese embrión tiene que morir? Para que pueda brotar en una nueva vida. Pero todo alrededor de el también debe morir y descomponerse, antes de que brote la vida. Por lo tanto esto es con un individuo. Mientras haya ahí alguna inyección humana, ideas humanas, entonces el embrión de vida de Dios, el Espíritu Santo, no puede trabajar. Ud. no puede ser sanado mientras haya ahí sólo una fracción en algún lugar, que no se haya descompuesto los tan llamados elementos humanos, todas las ideas científicas, todo lo de “los días de los milagros pasaron.” Todo eso tiene que, todo, no sólo morir, sino descomponerse, luego de ahí crece el embrión de Vida hacia una nueva vida. Esa es la única forma que puede crecer.
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Esa es la razón que no obtenemos lo que pedimos. Es que tratamos de tomar con nosotros muchas de nuestras ideas. Por eso es que la iglesia Luterana no podría avanzar más de lo que ya ha hecho, los Pentecostales y el resto; por que ellos inyectaron, por un bonche de teólogos, “Esto no debería ser de esta forma. Esto es para otro día. Y Esto fue por aquello.” Ahí están. No puede crecer a esa imagen perfecta de Cristo hasta que cada Palabra de Dios se recibida dentro de Ud., y luego Ud. se haga esa Palabra, tal como la semilla que fue a la tierra. Me gustaría explicarle a ellos Hebreos 11:3. El más grande científico que jamás hayamos tenido, hasta donde yo conozco, fue Einstein. Cuando no hace mucho tiempo, en Nueva York, yo estaba escuchando lo que él estaba diciendo. Y él estaba hablando de la galaxia, y cuan lejos estaba, y él probó que allí había una Eternidad. Como el hombre, yendo a tantos millones de millas por hora, le tomaría tanto, o un millón de años luz por hora, le tomaría tantos años para llegar allá, uno, trescientos mil o algo como eso, y luego trescientos mil para regresar. Y luego probó por eso, de alguna manera, que el hombre sólo ha estado fuera de la tierra cincuenta años. ¡Eternidad! Y eso es sólo un pequeña galaxia, ¡cuando Dios los sopló de Su mano! ¡Dice la Biblia! Y Einstein finalmente concluyó con esto, “Hay sólo una manera que cualquier hombre pueda explicar el origen de este mundo, eso se encuentra en Hebreos 11:3: “Entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios.” Eso está exactamente correcto. La ciencia ni siquiera puede tocarlo. ¿Entonces Ud. dice que no cree en un milagro? ¿Cómo lo puede hacer? Como podría algún científico, jamás, explicar el diluvio de Noé, ¿cuándo nunca había caído una gota de lluvia sobre la tierra hasta aquel día? ¡Pero Noé dijo que llovería! Y cuando vino la lluvia de Noé, contrario a toda la ciencia; no había ni una nube allá arriba, nunca había habido lluvia allá arriba. Ellos podían probar que no había lluvia allá arriba. Y luego cuando Dios abrió los cielos y derramó un chorro que lavó la tierra, eso fue una paradoja; como es eso ciertamente irrazonable, inexplicable. Pero nosotros sabemos que Dios lo hizo, porque lo dice la Biblia. Y hoy, tenemos evidencia en la tierra de que eso pasó. Dios lo hizo. Eso fue una paradoja. Cuando Dios tomó a un anciano, por el nombre de Abraham, a la edad de setenta y cinco años; y su esposa de sesenta y cinco, después de pasados muchos años del tiempo de la vida, una menopausia. Y cuando El tomó a aquel hombre y le dio una promesa, a los setenta y cinco años; para esta mujer con quien se había casado, su media hermana. Y él había vivido con ella desde que ella era una niña; ellos probablemente se casaron cuando ella era una jovencita, y aquí estaba ella sesenta y cinco años de edad. Y dijo, “Tú vas a tener un hijo de esta mujer.” ¿Y que si Abraham hubiese dicho, “Yo - yo - yo no creo en paradojas. Yo -
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yo no puedo aceptar eso”? Esto nunca hubiese ocurrido. Pero, vean Uds., cuando Uds. dicen que Uds. creen en algo, entonces Ud. tiene que ponerlo en acción. Entonces Abraham fue mandado a separarse de toda incredulidad, y caminar solo con Dios. Y en lugar de debilitarse, él se fortaleció. Y cuando tenía cien años de edad y Sarah noventa, el hijo vino. ¿Cómo Abraham pudo llevar a su hijo, en un viaje de tres días, probablemente noventa millas de alguna civilización, en lo alto de una montaña donde el Señor le enseñó, ir y ofrecer a su propio hijo, Isaac? Isaac amontonando la madera, como sabemos, el cual es tipo de Cristo. Y allí arriba en la montaña él iba a ofrecer a Isaac como un sacrificio, y cuando él cumplió todo lo que Dios le dijo excepto herir a muerte a su propio hijo, a través de su garganta, cuando él sacó el puñal de su vaina y levantó su mano para obedecer a Dios, ¡a la palabra! Pero la Biblia dice, que, “El sabía que Dios no podía hacer una promesa a menos que El la mantenga. Y El lo recibió como uno de los muertos, que El sería capaz de levantarlo de los muertos y dárselo a él otra vez.” Y cuando él estaba listo para obedecer a Dios, en su plenitud, El agarró su mano y dijo, “Aguanta tu mano, Abraham.” Allí estaba un carnero enredado en el desierto, en las enredaderas, con sus cuernos, en el tope de aquella montaña, donde hay leones, lobos, hienas, chacales y grandes bestias feroces que se comerían una oveja. Y entonces él estaba en el tope de la montaña donde no hay agua. ¿Cómo ese carnero llegó hasta allá? Abraham había recogido piedras para construir un altar. Pero de todas formas, allí estaba el carnero. Fue una paradoja. Y cualquier hombre que crea en Dios y lo tome a El por Su Palabra, no importa cual sea la situación, Dios realizará otra paradoja, para mantener Su Palabra. Abraham llamó aquel lugar Jehovah-yireh, “el Señor se ha provisto para El un sacrificio.” El todavía puede hacer que suceda una paradoja. El puede hacer eso en esta tarde, si Ud. sólo lo toma a El por Su Palabra. Daniel, desde una caverna llena de leones hambrientos, como pudo ser que aquel hombre... ¿Como pudo ser que aquel hombre, en un grupo de leones hambrientos, se quedó en la cueva con ellos, toda la noche, sin ningún daño? El Angel del Señor, invisible para cualquier otra persona, estaba parado allí. Fue una paradoja. Algo tenía que aguantar a aquel león de acercarse a él. Cuando los hijos de los Hebreos fueron dentro del feroz horno, eso está en contra de cualquier entendimiento científico, en aquella gran edad. No era científico que un hombre fuera echado dentro de un horno, que era, para que el hombre que hubiese sido llevado pereciera, y ellos fueron echados en el horno y vivieron en aquel horno por un momento, y lo única cosa que pasó fue que se liberaron de sus cadenas. Eso en una paradoja. Fue inexplicable, irrazonable, pero si es la verdad. Aquí está Josué, del cual estamos hablando. Como es que ese hombre, sólo
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un hombre ordinario que sólo vino a través de un grupo de creencias que el hombre se había formando, y leyes y ceremonias, con nada en ellos que dijera algo acerca de darle el poder a un hombre para parar el sol. Pero aquí, con una comisión de Dios, “Y te daré cada lugar que la planta de tus pies pisase. Yo estaré allí.” Y el enemigo fue destrozado. El sol se estaba poniendo. Si aquellos reyes hubiesen tenido tiempo de juntarse otra vez para el próximo día, seguramente hubiesen perdido gente. Pero Josué sabía que necesitaba luz del sol. Y él miró al sol, y dijo, “Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón.” Y por espacio de un día completo, que fue toda la noche, el sol se paró y la luna se detuvo allí. Eso fue una paradoja. Un hombre caminando en la voluntad de Dios puede hacer tales cosas, pero él estaba en... él fue otra ve un Efesios, en un Efeso con el Evangelio. Seguro, que fue una paradoja. Moisés con una vara en su mano, fue a liberar a los hijo de Israel, fue una paradoja, cuando Egipto tenía todo su ejército y sus hombres bien entrenados. Eso fue una paradoja. El parir de la virgen fue una paradoja. Como podría una virgen, en contra de todo conocimiento científico, una mujer que no había conocido varón, podría dar a luz un niño; y no tan sólo un niño, sino Emmanuel, Quién probó ser exactamente lo que estaba dicho que sería. ¿Cómo pudo suceder eso? Fue una paradoja. Porque, Dios habló a sus profetas, cientos de años atrás, y el profeta obedeció la Palabra de Dios, y la Palabra fue hablada. “Y el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros.” Y nosotros creemos eso. Ciertamente, eso fue una paradoja. Como es que El pudo caminar sobre las aguas, eso fue una paradoja. Un ser humano, de acuerdo al tamaño de su pies, no podría hacer eso. Pero El lo hizo. ¿Qué fue eso? Inexplicable, pero fue una paradoja. Dios lo hizo. Nosotros lo creemos. ¿Alimentar cinco mil personas, con dos peces y cinco panecillos? Pero El lo hizo. El no sólo multiplicó un pez, sino un pez cocinado; no sólo un pan, sino un pan cocinado. ¿Cómo pudo convertir el agua en vino? ¡Todo una paradoja! El sanó al enfermo, el cual era leproso. Lo cual ellos no tienen nada, en estos días, la ciencia no cura la lepra, pero Jesús la curó con su Palabra. Fue una paradoja. Y El es el mismo ayer, hoy y por siempre. Su Palabra sigue sanando los enfermos. Esto es una paradoja, ciertamente. El levantó a los muertos, después que la vida mortal se había ido de ellos; Lázaro, el hijo de la mujer de Naín, y la hija de Jairo. El levantó a los muertos, con Su Palabra, porque El es la Palabra. Entonces otra gran cosa, cerrando, para probar que El fue el Mesías. Para probar lo que El era, El tuvo que venir en orden y en respuesta a la Palabra.
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Y la Palabra dice, cuando El habló al profeta. “El Señor tú Dios les levantará profeta como yo.” Se han levantado muchos hombres. Y ha sucedido, por cientos y cientos de años, que ellos no tuvieron profeta. Oh, ellos han tenido sacerdotes y hombres grandes, y según leemos la historia entre el tiempo de Malaquías y Mateo, cuatrocientos años allí hubieron hombres grandes. Pero no había ningún profeta. Y luego cuando El aparece en escena, para probar que El era ese Efesios hecho manifiesto, Juan lo anunció. Pero Jesús era Eso, El era la Palabra manifestada, El Mismo. Un día cuando Pedro vino a El, con Andrés, su nombre era Simón. Y estando Jesús allí, nunca había visto a ese hombre en Su vida, (presten atención) cuando El se paró allí y miro a aquel hombre, y dijo, “Tu nombre es Simón, y tú eres el hijo de Jonás.” Eso es una paradoja. Claro que lo era. Ciertamente fue una paradoja. Y cuando Felipe, que estaba allí, oyó esto y sabía por toda identidad que este era el Mesías, ciertamente lo era. El le creyó. El no era torpe, ni tampoco estaba ciego. El corrió alrededor de la ribera, unas pocas millas, y llegó a su amigo, llamado Natanael. Y cuando venía caminando... ¡La fe de ese hombre, que podía traer a otro a la reunión, para que viera! Cuando el caminó frente a Jesús, Jesús dijo, “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.” Asombró al hombre. El dijo, “¿De dónde me conoces?” Ahora vigile, esto es irrazonable. Sí señor. Es inexplicable. El dijo, “¿De dónde me conoces?” Dijo, “Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” ¡Una paradoja! El tuvo que ir por Samaria. Y cuando fue a Samaria, una ciudad de Sichar, El estaba sentado allí esperando por Sus discípulos que fueron a comprar comida. Y, noten, una mujer vino al pozo, de mala fama. Y El le dijo, “Mujer, tráeme de beber, o dame de beber.” Y ella dijo, “No es costumbre para Ti que me pidas eso. Somos... Soy una judía... o una samaritana y tu un judío. No tenemos trato con ustedes.” El dijo, “Pero, “si tu supieras con Quien tu estás hablando!’ Vigile esta paradoja preparándose para suceder. No se la pierda. Dijo, “¿Cómo Tu puedes decir esto?, yo soy una mujer de Samaria, y Tu eres un judío. Nosotros no tenemos trato.” El dijo, “Pero, si tu supieras con Quien tu estás hablando, o Quien te estaba hablando, tu me pedirías de beber.” Y El continuó hasta que encontró donde estaba el problema de ella. Y El dijo, “Ve y busca a tu marido y ven acá.” Y ella dijo, “Yo no tengo ningún marido.” El dijo, “Bien has dicho. No tienes marido, porque cinco maridos has
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tenido, y el que tienes ahora no es tu marido. Esto has dicho con verdad.” Ella dijo, “Señor, paréceme que eres profeta.” Ellos no habían visto uno por cientos de años. Dijo, “Sabemos que viene el Mesías, y cuando El venga, nos declarará todas las cosas. El dijo, “Yo soy El.” [Espacio en blanco en la cinta - Ed.] Fue una paradoja vindicada, y se encontró que es la Verdad del Evangelio; un Evangelio que ha prometido esto, y aquí ocurrió y vindicó lo que era. Ahora déjemen darle aquí una gran noble paradoja, un momento. En Juan 14:12, Jesús dijo, prometió que, “El creyente que crea en El, hará las mismas obras.” ¿Es eso correcto? Dios, Quien hace una ley o una promesa, debe mantener esa promesa, para ser Dios. El sí la mantiene. Pensemos, Dios... Porque, El Mismo es una paradoja; Dios, Quien hace una promesa y no puede romper esa promesa, para dar esa promesa de las cosas que El hizo, para Su pueblo, para continuar a través de las edades hasta Su regreso. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura; a toda criatura, todo el mundo. El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será condenado. Estas señales seguirán a los que creen.” El ha tenido que mantener esa Palabra. Y por que El la dijo, salió de Su boca, tiene que ser cumplida. Toda la Escritura tiene que ser cumplida. Así que ella misma es una paradoja, escuchar a Jesús, el Hijo de Dios, hacer tal declaración como esa, “Las cosas que Yo hago ustedes también las harán.” Ahora la Biblia dice en Hebreos 13:8, “El es el mismo ayer, hoy y por siempre.” Eso es una paradoja, porque tiene que ser hecho. El dijo, “Los Cielos y la tierra pasarán, pero ni una Palabra que Yo haya dicho, jamás caerá.” Tiene que ser hecho. Ahora, amigos, yo creo que El es el mismo ayer, hoy y por siempre. Yo creo que El en esta tarde es capaz de causar, en este edificio, una paradoja, porque El prometió que eso pasaría. Y cuanto más El ha prometido, cuanto más estará permaneciendo en la Biblia, para esta misma edad en que estamos viviendo, otra vez los Efesios, de las edades de la iglesia. Hemos tenido siete edades de la iglesia, y se nos ha prometido que en la Edad de la Iglesia de Laodicea allí habrá otro Efesio. Eso es correcto. Y estamos aquí. Yo creo, con todo mi corazón, a Jesucristo Quien hizo la promesa. Como dije en el mensaje pasado, estando allá contra aquella pared, cuando estuve aquí unas pocas semanas atrás. Cada vez que Ud. mueve su dedo, eso va dando vueltas y vueltas alrededor del mundo, nunca parará. Cada movimiento que Ud. hace, Ud. lo verá en el Juicio. La televisión probó que eso está aquí, la cuarta dimensión. Porque la televisión no puede manufacturar esa imagen, sólo encamina esa onda dentro de un tubo, y entonces Ud. puede ver la imagen. El color, todas las cosas, cada objeto que
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tenga movimiento que esté en el mundo, va yendo alrededor de aquí ahora, haciendo una grabación. Algún día, su grabación será cerrada, y Ud. tendrá que responder a esa grabación. Eso es correcto. Dios, permíteme estar tan distraído, permíteme estar tan muerto para mi mismo y cualquier cosa a mi alrededor, ¡pero que esté consciente de la Palabra de Dios viviendo en medio de nosotros hoy! Oremos. Señor, Jesús, Tú eres una paradoja, cuando Dios se hizo carne. Yo oro, Padre Celestial, para que Tú te hagas manifiesto en esta tarde, Tú Mismo, probándonoslo aquí hoy. No sólo proveyéndonos... Ahí está, yo supongo, noventa porciento, o más de las personas que están aquí, creen eso, cada Palabra. Para que podamos verte otra vez, y conocer que esta Palabra que Tú has hablado, que todavía permanece dando vueltas alrededor y alrededor del mundo, tal como una grabación, permítenos, hoy, movernos dentro de esa grabación, Señor. Permítenos movernos adentro y no oír como si estuviera viniendo secundariamente, de la boca de un hombre; pero permite que esa boca, y personas y gentes, todos aquí presente, se conviertan en Tu Palabra. Señor, estamos listos para que nuestras propias ideas mueran, sólo para verte como mantienes Tu promesa, “Las cosas que Yo hago ustedes también las harán.” Yo oro para que Tu nos des esto, en el Nombre de Jesús. Amén. Antes de llamar a la línea de oración. Un día yo estaba comiendo mantecado, con un doctor, viejo amigo mío. El dijo, “Billy, quiero preguntarte algo.” Yo dije, “Esta bien.” Dijo, “¿Crees tú en...? De ahí fue que saque este pensamiento de paradoja. Dijo “¿Crees tú en una paradoja?” Yo dije, “Seguro.” El dijo, “Yo sé que tu crees.” El dijo, dime acerca de cierta persona que haya sido sanada, por la cual se haya orado; que él había tenido que venderle drogas para la epilepsia, por años, en ocasiones ellos podían tener siete u ocho ataques en un día; medicinas fuertes. Y el dijo, “Ellos nunca volvieron por más. Y yo los veo todo el tiempo; nunca lo han tenido más.” Dijo, “Yo quiero decirte algo, sólo para que lo sepas, yo creo en lo que tú predicas.” El dijo, “Durante el tiempo de la depresión, mi hijo estaba por la tienda.” Dijo, “***He was waiting on kind of a young fellow,*** digamos que sólo... Ellos le mandaron a él a una fila, para medicina.” Y dijo, “Un hombre vino aquí, y él tenía a su esposa,” dijo, “una mujer pequeña, ella estaba... Uno podía mirarla y darse cuenta que estaba a punto de dar a luz.” Y dijo, “Ella, no podía esperar más en esa fila, por lo tanto, él trajo a su esposa hasta la puerta, sólo recostándose de su hombro.” Y dijo, “Mi hijo fue allá y dijo: ¿Le puedo ayudar?, dijeron: Sí; dijo: aquí está la receta del doctor, pero yo quiero que Ud. sepa, que todavía no hemos
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conseguido el dinero, para pagarla. Dijo: Lo obtendremos del condado, pero mi esposa no puede esperar más; el doctor dijo que ella tiene que tomarse la medicina, yo iré allá y esperaré en la fila hasta que consigamos el dinero del condado. El muchacho dijo: Señor, lo siento. Dijo: Está en contra de nuestras reglas, dar medicina sin tener dinero.” Uds. saben como eran aquellos tiempos. Y dijo, “Yo lo siento por ella, pero no puedo hacerlo.” Dijo, “Yo estaba sentado acá atrás leyendo el periódico. Y yo miré, y,” dijo, “algo extraño tocó mi corazón.” Dijo, “Caminé hasta allí, y dije: Espera un momento, hijo, espera un momento.” El hombre comenzó desde el principio, el dijo, “Bien, todo está bien, hijo, comienza desde el principio.” Y dijo, “Y dije, espera un minuto,” dijo, “¿qué era eso?” El dijo, “Bueno, este hombre... Me explicó lo que pasó.” El dijo, “Déjame ver la receta.” Dijo, “Sólo espera un minuto, hijo, te voy a traer tu medicina.” Dijo, “Fui a atrás y mezclé la receta que el doctor había escrito en su papel.” Y dijo, “Yo fui allí, y ello no tenían el dinero.” Dijo, “Dásela, sin saber si me iban a pagar o no, pero yo sólo pensé que debía.” Dijo, “Sólo sentí que debía hacerlo.” Y dijo, “Billy, cuando yo le di aquella medicina en las manos de aquella mujer,” dijo, “era el Señor Jesús.” Dijo, “Yo vi un Hombre parado allí.” Y él dijo, “Más tarde leí en la Escritura que decía: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis. El dijo, ‘Billy, ¿qué le pasó a mis ojos? ¿De verdad yo le vi?” Yo dije, “Sí, señor. Yo lo creo. Yo creo que tu cumplistes tanto con tu deber como farmacéutico, en la emergencia que lo necesitaba. Jesús dijo: Lo que tú hagas a uno de estos, tú lo has hecho a Mí. Yo lo creo.” Y creo la misma cosa hoy, aquí mismo frente a esta gente, que Jesucristo puede manifestarse El Mismo, hacerse la Palabra hecha carne en medio de nosotros en esta tarde. ¿Lo creerán Uds.? [La congregación dice, ”Amén.” Ed.] El Señor les bendiga. Ahora vamos a llamar por tarjetas de oración, para que venga la gente. Y no podremos atender a muchos, pienso ahora, si estoy mirando la hora correcta, tengo veinticinco minutos hasta que tengamos que cerrar a las cuatro en punto, a tiempo, pero continuaremos. Ahora empecemos desde las tarjetas de oración, creo que era la A. ¿Era? A, empecemos desde la A, uno. ¿Quién tiene la tarjeta de oración A, uno? Los llamaré uno a la vez, así que si Ud. es lisiado los podemos juntar. Está bien. Tarjeta de oración A, uno. ¿Quién la tiene?, levante su mano, ¿en algún lugar en el edificio? Está bien, venga. Despejen el camino para ella allá atrás. Podría Ud. venir, señora, si puede. Uno, dos, ¿quién tiene la tarjeta de oración dos? A, dos, podría levantar la mano si usted... ¿Puede caminar? Está bien, venga hasta acá,
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póngase a este lado. Tres. Si pueden levantar la mano en el momento, le puedo ver, y no tendríamos que esperar mucho. Tarjeta de oración número tres, puede levantar su mano. Está bien, un hombre allá abajo. Está bien, venga acá, señor. Tarjeta de oración número cuatro, podrían levantar su mano rápido, tan rápido como le sea a Ud. posible. Tarjeta de oración número cuatro. Está bien. Número cinco. Según los llame, ustedes se pueden parar, número cinco. Está bien. Número seis, número siete, número ocho, número nueve, diez. Diez, justo aquí, señor, ahora. Diez, está bien. Once, doce, trece, catorce. ¿Va Ud. a venir, señor, catorce? Está bien. Catorce, quince. Bueno, esos serán... Esos serán suficientes por ahora, esos serán suficientes por esta tarde, por que no tenemos mucho tiempo. Ahora miren. Quiero que me presten toda su atención. Ahora, Jesús hizo esta promesa, que, “Todavía un poquito, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis.” ¿Creen ustedes eso? [La congregación dice, “Amén.” Ed.] El “mundo,” el mundo, es “la orden del mundo.” Vea eso, El sabía que ellos se habían envuelto en modas y cosas. “Pero no me verán, pero ustedes me verán.” El lo prometió, “Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” ¿Es eso correcto? [“Amén.”] Y la Biblia dice, Hebreos 13:8, “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos” Eso es una promesa. Ahora, Ud. no tiene que estar aquí arriba, para ser sanado. Lo único que Ud. tiene que hacer es creer que esa Palabra es la Verdad. Ahora les voy a preguntar, si Ud. quieren, permanezcamos callados y reverentes por un momento. ¿Todos ellos vinieron, Billy? ¿Quedan dos fuera, tres fuera? ¿Qué dicen? [Un hermano dice, “Tres más.” - Ed.] ¿Tres más? Número tres, tarjeta de oración número tres. ¿Cuál es la palabra en español para el “three”? ¿Alguien la sabe? [Alguien dice, ”tres.”] Está bien, seguramente lo han oído. Que, eso, quien quiera que tenga la tarjeta de oración, venga a la línea. Oh sí. Oh, pienso que alguien la tiene y no lo sabía, y se fue para atrás. Está bien. Ahora, ahora que de... ¿Creen ahora ustedes con todo su corazón? Bien, entonces oremos otra vez. Señor Jesús, ahora comprendemos que podemos leer la Palabra, con nuestro mejor entendimiento, explícanosla. Pero, Señor, Tú eres el Unico que la puede confirmar. Tú eres el Unico que puedes decir eso está bien o mal. Y, Padre, yo hoy te pido que permitas que los ojos de la gente sean abiertos. Que podamos ver una paradoja en esta tarde, sólo, Señor, lo suficiente para que la gente vea que Tú estás presente, que Tu no estás fuera de existencia, que Tu Palabra es la misma ayer, hoy, y por siempre. Por que, Tu eres esa Palabra. Para el bien del enfermo, Señor, por el bien de esos que están sufriendo; probablemente muchos de los que están aquí son de diferentes
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partes del país, partes de la nación, ellos debieron... ellos están sufriendo, no pudieron disfrutar la reunión, a menos que no sean sanados. Yo te pido que Tu los sanes. Permítelo Señor. Y ahora nosotros somos seres humanos físicos, y sólo podemos predicar la Palabra y decir lo que Tú dices que es la Verdad, ahora Tú eres el Unico que puede hacerlo real. Yo te pido que lo permitas, en el Nombre de Jesús. Amén. Ahora quiero que me presten toda la atención, sólo por un momento, y si se pueden sentar por unos minutos. Ahora, a lo mejor de mi conocimiento, claro, no conozco a ninguno que pueda ver en este edificio, que yo conozca de allá fuera. Ahora, Ud. no tiene que estar aquí, cualquiera sabe eso. ¿Ven? Había una vez una mujer pequeña, ella no pudo coger una tarjeta de oración, como diríamos, y tocó Su vestidura. Y El se volteó y miró, y dijo, “¿Quién me tocó?” Y todos lo negaron. Y El miró Su alrededor y viendo esta pequeña mujer. Ella no pudo esconderse, porque, vean, el Espíritu de Dios, que estaba en El, lo guiaba. El era la palabra la Palabra. Y El le guió justo hasta ella, y le dijo cual era su problema. Ella tenía un problema de sangre, y ella fue sanada. Ella creyó. Inmediatamente, en su cuerpo, ella sintió que su hemorragia se detuvo, (¿es eso correcto?) se detuvo en el momento. Ahora El es el mismo hoy. Ud. no tiene que estar aquí. Ahora, la Biblia dice eso en el Nuevo Testamento, que, “Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote.” ¿Creemos eso? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] El único Sumo Sacerdote que tenemos, el único Intercesor que tenemos entre Dios y el hombre, es el Hombre, Cristo Jesús. ¿Creen Uds. eso? [“Amén.”] Y la Biblia dice, “El es el Sumo Sacerdote que puede ser tocado por el sentir de nuestras dolencias.” ¿Es eso correcto? [“Amén.”] ¿Cuántos conocen esa verdad? Levanten sus manos los que la conozcan... Está bien. No estoy en medio de extraños de esta Palabra. Ahora, ¿cómo El hubiera actuado si Ud. lo tocara a El? El actuaría igual que lo hizo cuando El estuvo aquí, porque El es el mismo ayer, hoy, y por siempre. ¿Es eso correcto? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Ahora Ud. sólo crea. Ud. tan sólo dice, “Ahora, Señor, yo he estado en campañas, pero yo solo voy a creer, hoy. Ni siquiera voy a tomar ningún pensamiento de mi mismo. Yo sólo voy a creer con todo mi corazón, que Tú estás aquí. Y yo tengo una necesidad, y Tú sólo... Tú me ayudarás, Señor.” ¿Ven? Ahora haga Ud. eso. No se ponga nervioso; tan sólo sosegadamente fiel. El don de la fe no es algo que Ud. pueda tomar y hacer algo con el. Un don de fe es que Ud. tan sólo se saca a usted mismo del camino. El don lo está sacando del camino. Ahora aquí está una mujer. Dios Padre sabe, según mi mejor conocimiento, yo nunca he visto esta mujer en mi vida. Ella es totalmente una extraña para mi. Pero, y no hay más de dos o tres personas que yo pueda
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ver, que yo conozca. Pienso que esta es la Sra. Vayle, sentada aquí, la esposa del Hno. Lee. No estoy seguro. Entonces conozco a estos tres o cuatro muchachos sentados ahí. Hasta donde conozco, eso es todos los que veo en la reunión ahora mismo, que yo conozco. Creo que el Hno. Anthony Milano sentado allá, de Nueva York. Hno. Pat Tyler de Kentucky. Fuera de eso... conozco a Fred Sothmann, está aquí en algún lugar decir “amén” un momento atrás. Eso, ese es el límite, y el Padre Celestial lo sabe. Y esta mujer aquí parada, yo nunca la he visto. Yo no tengo idea de porqué ella está aquí. Ella es sólo una mujer que viene acá arriba así como Uds. están sentados allá. Ahora, si esta mujer está en necesidad, bueno, entonces yo, si yo pudiera ayudarla, claro que lo haría. Pero ahora yo... Eso depende en lo que ella necesite. Si fuese de dinero, yo podría sacar cinco o diez dólares. Fuera de eso, no sé como, no veo, a menos que no le dé un cheque post-datado, hasta que reciba mi paga el próximo mes. Pero ahora, ¿qué si ella tiene un problema doméstico? Entonces yo le diría, “Vaya y traiga a su esposo, y hablaremos juntos, a lo mejor yo les pueda ayudar.” “¿No tengo ninguna manera de llegar a casa?” “Bueno, yo le preguntaría a alguien si la puede llevar, llevarla a su casa, alguien que vaya por su camino. ¿Ud. vive aquí abajo en que calle?” O lo que sea, yo no sé. Pero si es de enfermedad, entonces yo no sé. ¿Ven? Pero yo no conozco a esta mujer. Pero hay Alguien aquí, esta Palabra, que prometió, “Las cosas que Yo hago, ustedes también las harán.” Ahora, a lo mejor, ¿qué si esta mujer está enferma, a lo mejor ella tiene cáncer, a lo mejor ella tiene tuberculosis, y, o algo más que la medicina no puede ayudar es esta etapa? Bueno, ahora, yo no podría, de ninguna manera podría yo sanar a esta mujer. Pero ahora si El me revela lo que ella quiere, tal como El hizo con la mujer en el pozo, o como le dijo a Natanael, o como le dijo a Simón, cual era su nombre. Dijo, “Tú eres Simón. Tú eres hijo de Jonás. De ahora en adelante serás llamado Pedro, que significa piedra.” Bueno, ahora, si El hiciera algo así aquí en la presencia de todos Uds., que muestre que esa Palabra es Verdad. Ahora, ¿cuántos creerían eso? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] ¿Hay alguien aquí que conozca a esta mujer, levante su mano, alguien en el edificio? Sí, muchos de Uds. la conocen. Está bien. Y el Padre sabe que yo no. Bien, ahora, sólo veamos lo que El diría. Y eso, ¿sería una paradoja? [“Amén.”] Yo no sé lo que esté mal, en ella. No sé porque ella está aquí, nada acerca de ella. Pero Dios sabe eso. Voy a hablarle a la mujer. Ahora esta es la primera persona que he tenido enfrente por acerca de tres meses. Ahora yo sólo voy a hablarle a la dama, por un momento. ¿Y eso es qué? Contactar su espíritu. Tal como lo hizo
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Jesús con la mujer del pozo, contactar su espíritu. Ahora, si el Señor Jesús, Sra., me puede revelar que Ud. tiene mal, o porque Ud. está aquí, o algo acerca de eso, que Ud. sabe que yo no sé nada acerca de eso, o algo parecido, ¿creería Ud. que fue El? Tendría que ser El, ¿o no? [La Hna. dice, “Sí.” - Ed.] Tendría que ser El. Si El lo hiciera, entonces todos tendríamos que estar agradecidos de que conocemos donde Su Palabra es correcta, entonces podemos poner nuestra confianza en eso. Ahora, si El me puede revelar cual es su problema, y yo no conociéndola a Ud., y Ud. sabe eso; pero ahora, si El puede revelarme cual es su problema, o algo acerca de Ud., entonces eso demuestra que hay un Espíritu aquí, en algún lugar, que la conoce, y Ud. sabe que yo no. Por lo tanto no puede ser el hombre, sería el Espíritu. Y eso es lo que Dios prometió para este tiempo de Efeso. ¿Ud. cree que eso es la Verdad? [La Hna. dice “Sí, lo creo.” - Ed.] Que El lo conceda. Veo una cosa, aquí arriba en su cabeza ella está sufriendo de algo como un problema de sinusitis. Eso es verdad. ¿Es así? Levante su mano si es eso. Pero la sinusitis no le causaría a Ud. el estornudar o funcionar así, por lo tanto Ud. tiene “fiebre del heno,” también. Eso es correcto. Ud. no es de Phoenix. Ud. es de donde hay muchas montañas, árboles. Ud. es de Flagstaff. Eso es correcto. ¿Cree Ud. que Dios me puede decir quién es Ud.? [La Hna. dice, “Sí.” - Ed.] Ud. es la Sra. Earl. Sí. [“Correcto.”] ¿Es correcto, verdad? Ahora vaya, creyendo, todo se acabará. Ahora, ¿es El el mismo ayer, hoy y por siempre? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Ahora, el Padre Celestial sabe que yo tan sólo he visto la mujer. Vean la Palabra vindicada. Ahora, no soy yo, yo soy sólo un hombre. Tal como este micrófono, se queda mudo si yo no le hablo, o alguien. Y así es el hombre tan sólo un mudo. Pero es el Espíritu, y ese Espíritu está en algún lugar en medio de Uds. ¿Ven? El es el sanador, no yo. ¿Cómo está Ud., señor? Otro hombre el cual es un extraño para mi. No conozco al hombre. Ahora, según tengo conocimiento, nunca le he visto en mi vida. Pero ahora el Espíritu, el Espíritu Santo, el Espíritu Santo y Jesucristo es el mismo Espíritu. El Ungido, Jesús, el Hombre, fue el Hijo de Dios, pero el Espíritu Santo estaba en El fue Dios. “Mi Padre habita en Mi.” Vean, es el Espíritu Santo, por tanto si siendo Dios. Ahora si yo tan sólo me tomara a mi mismo, ese hombre pueda tomarse a si mismo, fuera del camino, entonces esa parte está muerta, entonces permita que el Espíritu de Vida trabaje. ¿Ven? Por eso es que espero un momento, para ver que sucede hasta que la unción comience. Si el Señor Dios, en Cuya Presencia estamos, me revelara, señor, cual es su problema, o algo que Ud. haya hecho, o algo acerca de Ud., tan sólo algo. Claro, que entre más hablemos, más se obtendría. Pero, vea, hay otros
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parados en la línea. Pero si El me dijera cual es su problema, ¿creería Ud. que yo soy Su siervo, y creería que El está presente? [El Hno. dice, “Yo lo creo.” - Ed.] Una fractura. ¿Es eso correcto? [“Es verdad.”] Está bien. Ahora Ud. dice, “¿Cómo fue eso hecho?” Yo desearía saber. No hay nadie que pueda explicar eso. Eso es una paradoja. ¿Ve? Sí, que Ud. pueda saber, he visto algo más, un examen; tiene, también, un problema del corazón. Levante su mano. Sr. Anderson, ahora Ud. puede ir a casa, Jesucristo lo hará estar bien. Eso es correcto. Sólo crea, tenga fe. No lo dude. ¿Cómo está Ud., señor? Somos extraños uno al otro. Yo no le conozco. Hasta donde entiendo, es la primera vez que, jamás, yo le haya visto, para que yo le conozca. Eso es correcto. Pero El nos conoce, a ambos. Ahora, ¿Ud. sabe porqué esto está sucediendo? Es Su gracia lo que lo está permitiendo, que traerá a esta gente conciencia de Dios. Ahora, no sabiendo nada de Ud., ni siquiera conociéndole de ninguna manera, sólo un hombre extraño que viene aquí. Ahora, para que algo suceda tendría que ser absolutamente una paradoja, para saber que estaba mal en Ud., o algo que Ud. haya hecho, o algo que Ud. no debería de haber hecho, o algo que Ud. debió haber hecho, o quien es Ud. o algo acerca de Ud. Tendría que ser una paradoja, porque no hay ninguna manera en que alguien pudiera saber eso, fuera de una revelación de lo oculto. Eso es correcto. Ahora, si El hiciera eso por Ud., entre Ud. y yo, al igual que la audiencia... no una exhibición, pero que ellos puedan ver que el Efesios está aquí, esto es lo que hace un puente entre las denominaciones y la Tierra de Gloria. El lo prometió, que ellos estarían seguros de que lo que estaríamos diciendo es la Verdad. Ahora para conocerle a Ud., Ud. sabe que no le conozco. Eso es, levante su mano para que la gente vea que usted... yo, yo nunca he visto a este hombre en mi vida. El es sólo un hombre parado aquí. Pregunte a cualquiera de los otros. Pero Ud. está sufriendo con una fractura. Ud. también tiene hemorroides. Eso es correcto. Ud. ha venido de lejos para llegar aquí. Ud. ni siquiera es americano. Ud. es canadiense. Ud. trajo consigo un hijo que tiene aflicciones mentales. Eso es verdad. ¿Quiere Ud. que yo le diga de donde es? Ud. es de la provincia de Sasketchewan, la ciudad de Saskatoon. Crea con todo su corazón, y Dios le regresará de nuevo a casa bien, con su hijo. ¿Ud. lo cree? Dios le bendiga. ¿Uds. lo creen? [La congregación dice, “Amén." - Ed.] El Señor Dios sigue siendo Dios. ¿Ven? No hay ningún otro si no El. ¿Cómo está Ud.? Esta es una dama, extraña para mi, a lo mejor un poco mayor. Yo nunca la he visto; Pero ella es sólo una mujer parada aquí. Voy a tener que avanzar, porque apenas tengo siete u ocho minutos, ahora. Sólo mírenla. ¿Cree Ud. que estas cosas son verdadera? ¿Con todo su corazón? Ud. sabe que para mi es imposible saber que Ud. tiene mal, o algo sobre Ud.
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Pero para Dios no es imposible saber, porque El lo sabía mucho antes de que el mundo fuera. ¿No es eso correcto? [La Hna. dice, “Eso es correcto.” - Ed.] ¿Cuántos de Uds. creen que eso es verdad? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Seguro. El sabía cada vez que Ud. pestañearía. El es infinito. Y tan solo piense; por Su gracia El se ha presentado, con Su Evangelio, la misma cosa que El prometió hacer. Entonces ahí está el Cielo, y nosotros iremos allá. Y estamos en este Efesios, ahora mismo. Estamos en esto, saliendo de uno y entrando a otro. Ud. tiene tantas cosas malas, complicaciones, muchas cosas mal. Y Ud. no es de aquí. Ud. es del oeste de aquí. Ud. es de California. Eso es correcto. Usted... Hay algo, sigo viendo agua en un gran y grande lago. Oh, es, Ud. tiene a alguien cercano a Ud. que vive en Chicago, que me conoce. Eso es correcto. Eso es verdad. Ahora, Ud. sabe que yo no le conozco, pero ¿cree Ud. que Dios sabe quien es Ud.? La Sra. McGuire. Ud. tiene su petición. Vaya a casa agradeciéndole a Dios. ¿Cómo está Ud.? Ud. es una persona joven y vigorosa. Pero las enfermedades y dolencias no respetan a la persona. ¿Cuántos saben eso? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Sólo sabemos que no hay respeto de persona. “¡Si vosotros pudieseis creer con todo vuestro corazón y toda vuestra alma!” Esa asma le dejaría si Ud. lo creyera con todo su corazón. El problema del pecho, ¿cree Ud. que le dejaría, también, Hna., y Ud. estaría bien? ¿Qué Ud. tocó? Ella está a veinticinco pies de mí, o más. Ella tocó al Maestro. Es congestión, de nervios. Ud. va a estar bien. Esto es una cosa noble esta joven mujer parada aquí. Ella es directamente una extraña. Nunca he visto a esta mujer. Pero ella ha sido traída aquí por alguien más. Y lo que la trae aquí, fue porque ella escuchó una cinta que yo grabé. Y ella está aquí buscando el bautismo del Espíritu Santo. Eso es exactamente por lo que ella está aquí. Eso es verdad, jovencita. Eso es correcto. Venga acá. Amado Dios, que esta niña parada aquí, que está rompiendo hacia adelante desde la oscuridad hacia la Luz, que pueda ella recibir el Espíritu Santo; ir a su hogar y donde sus amados y enseñarles cuan grandes cosas, Jesús, ha hecho por ella. Amén. Dios te bendiga. No lo dudes. Crea. Dios puede sanar toda clase de nerviosidad y (¿cree Ud. eso?) condiciones asmáticas, y reponerle. ¿Cree Ud. eso? Entonces vaya, crea con todo su corazón. Que Dios le bendiga Hno. ¿Cuántos años tiene Ud.? [La Hna. dice, “Treinta y ocho.” - Ed.] Ud. tiene que salir de esa nerviosidad antes de que sea demasiado tarde, ¿o no? Teniendo toda clase de hechizos fastidiosos, y cada cosa sucediéndole a Ud. Pero eso la ha dejado ahora. Eso es correcto. Crea.
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Dios cura la nerviosidad y también problemas estomacales. ¿Cree Ud. eso? Entonces vaya y coma lo que Ud. desea. Jesucristo le sanó. ¿Uds. allá creen, cada uno de Uds.? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Hay un hombre sentado con una - una camiseta, mirándome, sí, justo ahora miró su camiseta. Sí. ¿Cree Ud. que Dios puede sanar su problema de la glándula, y reponerle? Ud. estaba creyendo antes, (¿o no?), a la misma vez que este niñito fue curado de su condición asmática. Vaya a casa, y Ud. también estará bien, vea. Crea con todo su corazón. La pequeña mujer sentada próxima a su esposa, ¿podría Ud. creer que sus ojos también se pondrán bien? ¿Cree Ud. que Dios sanará ese problema en los ojos? Levante su mano si eso no era por lo que Ud. estaba orando. ¿Ven? ¿Qué ellos tocaron? A Jesucristo el Hijo de Dios. ¿Cree Ud.? ¿Cree Ud., joven? Dios puede sanar esa condición en la sangre, haga lo correcto, (¿creería Ud. eso?) tomar esas cosas de diabetes y ponerlas a un lado y reponerle. ¿Cree Ud. eso? Vaya y dígale a El que Ud. lo cree, y váyase. Venga, señor. Tiene problemas estomacales. ¿Cree Ud. que Dios lo puede sanar y reponerle? [El Hno. dice, “Sí, lo creo.” - Ed.] Vaya, creyéndolo; Ud. estará bien, que se haga completo. Venga, traiga al niñito. Mira aquí, hijo. Viene de lugares lejos. A veces cambios en altura, cambios en climas, lo harán, sanar esa condición asmática. Pero hay un seguro sanador, Jesucristo el Hijo de Dios. El dio a Su Hijo, por lo que el suyo puede ser sanado. ¿Cree Ud. eso? Créalo con todo su corazón, y eso lo dejará. El será normal, hombre sano. Dios le bendiga Hna. ¿Creen Uds.? ¿Está Dios haciendo paradojas, todavía? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Lo inexplicable, irrazonable, cosas que la gente no entendería como serían, pero siguen siendo verdad, ¿o no? [“Amén.”] Ahora, ¿cuántos están sintiendo, o saben en su espíritu, que tiene que haber aquí Algo que está más allá del entendimiento humano? Ahora, pienso que llamamos, por lo menos, como a quince personas en esa línea, cada uno de ellos; y cuatro o cinco, seis, fuera de la línea, sin tarjetas de oración, o como sea ellos estaban fuera en la línea, allá en la audiencia. Pero estamos ahora mismo tan sólo un minuto para cerrar. ¿Lo hizo El exactamente de la manera que El dijo que lo haría? [La congregación dice, “Amén.” - Ed.] Ahora, ¿cuántos creen que El es el mismo ayer, hoy y por siempre, sintiendo Su Presencia? [“Amén.”] Ahora Uds. han visto Su Presencia. Ahora sus ojos lo han visto, sus oídos lo han entendido, y Dios a confirmado, en frente de sus ojos, Su Presencia. Y eso es lo que Ud. siente todo el tiempo, que le condena a Ud. cuando Ud. está mal, y le dice que no haga eso, ese mismo Dios se ha hecho visible a Uds. en esta tarde, en Sus obras. ¿Cuántos le dicen “Amén” a eso? [“Amén.”] Seguro que sí. Ahora El está aquí.
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¿Hay alguien aquí en medio nuestro que nunca ha sido Cristiano; nunca se ha confesado, o ni tampoco ha ido a una iglesia? ¿Se pararía Ud. y dijera, “Yo me quiero parar, no enfrente suyo, ministro; pero me quiero parar en parar mientras estoy en la Presencia de esta Persona, Jesucristo, Quien es el Espíritu Santo, ahora sobre nosotros. Me quiero parar y decir: Quiero que me libres de mis pecados.”? Eso es todo lo que yo quiero que Ud. haga, sólo párese, y eso testificará. Para hacer eso, es todo el tiempo que nos queda. Diga, “Quiero ser un Cristiano.” Póngase de pie, y luego vuélvase a sentar. ¿Hay siquiera uno en el edificio? ¿Cuántos hay en el edificio? Yo no debería decir, “¿Siquiera uno?” porque a lo mejor hay más de uno. ¿Cuántos en el edificio se pararían, ahora mismo, y dijeran, “Dios yo he estado mal. Perdóname. Me levantaré para darte testimonio de que yo he estado mal. Me sentaré mientras estoy aquí en Tu Presencia. Me sentaré.”? Tan sólo párese. ¿Hay siquiera uno, hay más de uno? Una mano. Dios le bendiga, joven. ¿Algún otro? Dios le bendiga. ¿Algún otro? Dios le bendiga. Dios le bendiga. Dios le bendiga, hermano. ¿Allí? Dios le bendiga, allá atrás. ¿Hay algún otro, “Yo he estado mal. Dios, perdóname.”? Dios le bendiga, señor. “Yo he estado mal. Lo siento, Señor.” Dios le bendiga. Dios le bendiga. Dios le bendiga. ¿Hay alguien que haya desconfiado de este ministerio, y ahora esté convencido que esto es verdad? Levántese allí, y diga, “Dios, perdóname.” Sólo levántese, y diga, “Yo estaba un poco desconfiando, Hno. Branham; todo se ha ido ahora.” Levante su mano. ¿No sólo una? Gracias. ¿Cuántos creen Esto? No podría se yo; pero es Cristo, el Hijo de Dios. Gracias. Entonces Ud. verá cosas más grandes que estas, hechas, según Ud. crea. Tan sólo permanezca con Cristo. Yo mismo haré lo posible por mantenerme justo con El. Ahora, ¿cuántos aquí están enfermos y necesitados, levanten sus manos, “Estoy enfermo, Hno. Branham, estoy necesitado,.”? Vea, tan sólo mire a la gente. Ahora, ¿harían Uds. esto y tan sólo creyeran mi palabra así de mucho? Pongamos nuestras manos una con la otra, mientras y mantengo mis manos hacia ustedes. Oremos. Amado Dios, traigo a Ti esta pequeña audiencia, en esta tarde, donde hemos oído y leído la Palabra de Dios. Sabemos que cada pedacito es la Verdad, porque es Tu Palabra. Ahora no sólo creemos que es la verdad; sabemos que es la verdad. Te hemos visto, Señor, hacer algo que hará que la gente conozca que todavía hay... Además una paradoja del - del mundo, y espacio, y las leyes naturales de Dios, podemos ver aquí que la ley de la muerte trabajando en un cuerpo humano, donde la ciencia ha fallado en curar por sus estudios. Y, Señor, estamos agradecidos por esas personas. Nosotros por ninguna manera los subestimamos. Estamos agradecidos por ellos. Pero, Señor, cuando se llega a un lugar donde ellos no pueden hacer más, podemos
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ver ahora Tu gran mano entrando; sabiendo que no ha ningún hombre que los pueda sanar, porque sería un doctor o tuviera que tomar algún remedio. Pero para ver al Hijo de Dios bajar, y que hizo la promesa en la que todos nosotros creemos. Y cada persona mantiene su mano levantada, que no ha sido salvada, y quieren ser salvos. Dios, algo les avisó en su corazón. Alguno de ellos dijeron, “he estado mal,” a lo mejor lo recapacitaron y quieren regresar. Yo te pido que Tu tomes a cada uno de nuevo. Por que ellos saben, Señor, y sabían... Muchos de ellos probablemente me conocían, o conocidos míos, por estos años, y saben que no hay ninguna cosa buena en un hombre, y especialmente yo. ¿Cómo pudiera haber alguna cosa buena? Pero si han visto que la Palabra, que Dios prometió, hecha manifiesta. Ellos están convencidos que Estos es la Verdad. Ellos lo han aceptado. A muchos aquí no los podría traer a la plataforma. Y, Padre, Tú llevas mi historia, nunca he dicho que es algo que yo pueda hacer, nada más que me he rendido a mi mismo a Ti, y permitirte sacarme del camino y poner Tu Espíritu ahí dentro para que trabaje. Ahora, Padre, viendo que una persona puede hacer eso, otros lo pueden hacer, te pido que cada uno que tenga sus manos sobre otro, que esté enfermo y afligido, sea sanando justo en este momento. Permite que el gran Espíritu Santo ahora pase a través del edificio y haga que cada uno se sienta bien. Salva a cada uno, Señor. Da tal experiencia. Derrama el Espíritu Santo, sobre esta audiencia. Oh, estamos esperando de Ti para que hagas grandes cosas en esta semana que viene. Tan sólo permite que eso suceda, Señor, ahora mismo, en el Nombre de Jesucristo. Ahora pongámonos de pie. ¿Creen Uds. con todo su corazón? Ahora me pregunto si nuestra Hna., en el piano allá, nos diera un poco de música de esta, “Yo Le alabaré. Yo Le alabaré.” ¿Ud. ha escuchado eso? Ahora cantémoslo juntos. Ahora esperamos vernos mañana en la noche. Ahora nos despediremos oficialmente, tan sólo en un momento, pero quiero cantar esta canción con Uds. Está bien, vamos. Yo Le alabaré, (levantemos nuestras manos) Yo Le alabaré, Alabaré al Cordero por quitar los pecadores; Darle a El gloria, todas las personas, Por Su Sangre ha limpiado cada mancha. Inclinemos nuestra cabezas para la oración de despedida. Esta bien, Hno. Jewel Rose nos va a despedir. Dios le bendiga, Hno. Rose, mientras tenemos nuestras...