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Respondiendo a los requerimientos de la Escuela Penitenciaria, dependiente del Servicio Penitenciario de la Provincia de Santa Fe para el ingreso de profesionales, se propone el siguiente proyecto de indagación:

Título Los dispositivos de individuación como constelación de elemento en las estrategias institucionales de disciplinamiento y castigo.

Problema de indagación: Analizar a grandes rasgos las estrategias institucionales para disciplinar y castigar a los diferentes agentes insertos en ella.

Objetivos: Analizar los elementos constituyentes de los diferentes dispositivos de individuación y castigo. Describir las consecuencias de los mismos sobre los esquemas de percepción y acción (hábitus) de los agentes institucionales. Definir algunas líneas de acción para una posible estrategia contra-hegemónica.

Metodología: Desde lo teórico y como marco metodológico se utilizarán categorías y conceptos de dos importantes cientistas sociales como son Antonio Gramsci y Pierre Bourdeau. Del autor italiano, que lo ubicamos como un pensador marxista que ha podido desandar el camino mecanicista y las concepciones teleológicas respecto de los fines que en sí contendría la historia1, rescataremos las categorías de parxis histórica2 y del hombre-masa. La riqueza del pensamiento dialéctico Gramsciano nos permite pensar la actividad de las personas que transitan y construyen la institución como una praxis histórico-social que interviene en la lucha entre diferentes proyectos políticos que intentan hegemonizar los espacios sociales. Por otra parte, tomaremos de la Sociología Relacional o Sociología de la Praxis de P. Bourdeau, los conceptos de campo y habitus. Estos nos ayudarán a dar cuenta de la forma en que se estructura objetivamente la realidad social y como esta estructura objetiva determina y al mismo tiempo es determinada por la disputa de los diversos agentes sociales. En este sentido, el esquema Bourdeano habilita una doble mirada que se mueve entre la estructura y los sujetos y entre el sujeto cognoscente y los medios de sujeción política3. Esta elección teórica no se ampara en posturas de pretendida objetividad científicas. Es, en todo caso, una elección que asume el reto de transformación profunda que toda sociedad democrática debe reclamar de ésta institución carcelaria, para constituirla en una trinchera que aporte a la consolidación del pleno estado de derecho.

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La interpretación materialista dialéctica propone pensar la historia como una totalidad, la cual sería la síntesis de múltiples elementos que en sí mismos contienen un desenvolvimiento lógico de las cosas. El movimiento constante y el cambio son la característica central de los procesos sociales y en el capitalismo, dicho movimiento es producto de la contradicción capital trabajo. La burguesía, como clase que revolucionó toda la vida de occidente, impuso su dominación a través del modo de producción capitalista. En este sentido es el momento universal, positivo del proceso dialéctico. Pero al mismo tiempo crea las condiciones para el surgimiento de su negación en el proletariado fabril, clase que estaría llamada a destruir a la propia burguesía y construir una sociedad sin clases. Se planteará que el movimiento de la historia no tiene un final predeterminado sino que lo único predeterminado es el cambio constante que le impondrán los hombres 2 A. Gramsci define a la praxis del hombre como actividad teórico-práctica surgida del movimiento dialéctico de la lucha de clases, sitúa la actividad de los individuos como parte de un proyecto político. La opresión y explotación que trunca la posibilidad de desarrollar las potencialidades del hombre, impone como un deber ético y político la transformación de dicho espacio. 3 M. Germain (2001) sostiene que la filosofía occidental moderna y la tradición clásica construyeron una noción de sujeto político universal, refugio último de la conciencia y el sentido de la acción. Esta tradición propone una relación de univocidad entre lo que el sujeto es (su ser esencial), lo que sabe (su capacidad cognoscente) y lo que hace (sus prácticas). Desmontar esta concepción implicaría introducir una dimensión de historicidad en el análisis de los mecanismos de sujeción política para poder pensar a los hombres como emergentes de un campo de relaciones de fuerzas.