Oración por los Hijos NO BASTA
Señor, ilumina la mente de nuestros hijos para que conozcan el camino que tú has querido para ellos, para que te puedan dar gloria y alcancen la salvación. Sostenlos con tu fuerza, para que alienten en su vida los ideales de tu Reino.
No basta / Traerlos al mundo porque es obligatorio / Porque son la base del matrimonio / O porque te equivocaste en la cuenta. No basta / Con llevarlos a la escuela a que aprendan / Porque la vida cada vez es más dura / Ser lo que tu padre no pudo ser. No basta / Que de afecto tú le has dado bien poco / Todo por culpa del maldito trabajo / Y del tiempo. No basta / Porque cuando quiso hablarte un problema / Tú le dijiste: "niño será mañana / Es muy tarde, estoy cansado". No basta / Comprarle todo lo que quiso comprarse / El auto nuevo antes de graduarse / Que viviera lo que tú no has vivido.
Ilumínanos también a nosotros, sus padres, para que les ayudemos No basta / Con creerse un padre excelente / Porque a reconocer su vocación cristianaeso te dice la gente / A tus hijos nunca les falta nada. y a realizarla generosamente, colaborando con tus inspiracionesNo basta / Porque cuando quiso hablarte de sexo / Se te subieron los colores al rostro / Y te fuiste. interiores. Amén
PROXIMAS REUNIONES Tercer tema :domingo 23 de agosto. Cuarto tema :domingo 27 de setiembre. Quinto tema : domingo 25 de octubre.
No basta / Porque de haber tenido un problema / Lo habría resuelto comprando en la esquina / Lo que había, lo que había. No basta / Con comprarle curiosos objetos / No basta / Cuando lo que necesita es afecto / Aprender a dar valor a las cosas / Porque tú no le serás eterno. No basta / Castigarlo por haber llegado tarde / Si no has caído, ya tu chico es un hombre / Ahora más alto y más fuerte que tú, que tú.
Terror infantil El tema en el salón de clases era el miedo, el terror de los infantes, la profesora empieza a preguntar: -Pedrito, ¿de quién tienes más miedo? -De La Llorona, profesora. -Pero Pedrito, La Llorona no existe, es una leyenda... no debes de tener miedo... -Mariana, ¿de quién tienes más miedo? -De los Fantasmas, profesora. -Pero Mariana, los Fantasmas tampoco existen, son una leyenda... no debes de tener miedo... -¿Y tú Jaimito? ¿De quién tienes más miedo? -Del Mala Men, profesora... -El silencio invadió el salón de clases hasta que la maestra dijo: -¿Mala Men? Nunca he oído hablar de ese... ¿Quién es?
-Yo tampoco sé quien es profesora pero me temo que sea el ser más terrible que pueda pisar la tierra, su maldad es implacable y su legado de terror se ha esparcido por varias generaciones ya que todas las noches mi mamá dice al final de las oraciones... No nos dejes caer en tentación y libranos del Mala Men.
Iglesia Sagrados Corazones “La Recoleta” PROGRAMA DE ENCUENTRO DE PADRES BOLETÍN INFORMATIVO Año 8 – Número 2
Julio 2009
El hijo pródigo. Lc. 15, 11-32: Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos. El menor dijo a su padre: “Dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y el padre repartió sus bienes entre los dos. El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada. Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. Fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un habitante del lugar, que lo envió a su campo a cuidar cerdos. Hubiera deseado llenarse el estómago con las bellotas que daban a los cerdos, pero nadie se las daba. Finalmente recapacitó y se dijo: “¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: Padre, he pe cado contra Dios y contra ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.” Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó. Entonces el hijo le habló: «Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.» Pero el padre dijo a sus servidores: « ¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.» Y comenzaron la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el baile. Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. El le respondió: «Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo.» El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. Pero él le contestó: «Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.» El padre le dijo: «Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.»