Novios De Internet.docx

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1

Novios de internet de

José Cedena

2

PERSONAJES: LEANDRA OLVIDO PICIO MARCIAL

3 (Se abre el telón. Decorados de un parque, con un par de bancos, unos árboles y sonido de pájaros cantando. Entra Picio mirando a un lado y a otro, muy nervioso, y se sienta en uno de los bancos. Es un hombre de unos cuarenta años, mediana estatura, algo encorvado, los pantalones muy subidos, físicamente poco agraciado y aspecto más bien cómico. Mira el reloj continuamente, se frota las manos, se remueve en el asiento. No cabe duda de que algo le tiene muy alterado. Entra Marcial leyendo el periódico y se sienta en el mismo banco.) MARCIAL.- Buenas tardes, ¿le importa que me siente aquí? PICIO.- Sí, sí, claro…… Digo…., no, no, claro, no….. Bueno…, que sí que quiero que se siente….Vamos, no es quiera…., que no me importa quiero decir. (Marcial de sienta y sigue leyendo. Picio se mira el reloj, nervioso.) PICIO.- (A Marcial.) Perdone, ¿tiene hora? MARCIAL.- (Mirándose el reloj.) Sí, son las cinco y cinco. PICIO.- (Vuelve a mirarse su reloj, confirmando que coinciden.) Sí, la misma que yo. Yo también tengo las cinco y cinco. MARCIAL.- (Extrañado.) Ah, pues mira que bien… (Entra Leandra, una chica de unos treinta años, bajita, muy mal tipo y más bien fea. Mejor dicho..…,¡muy fea! Se mira el reloj y se queda paseando por detrás del banco donde están sentados Picio y Marcial.) PICIO.- (A Marcial.) Su reloj va bien…, ¿verdad? MARCIAL.- Sí claro, como el suyo. PICIO.- ¿No lo llevará usted adelantado? MARCIAL.- ¿Lo lleva usted adelantado? PICIO.- Yo no. MARCIAL.- Pues entonces yo tampoco. Recuerde que teníamos la misma hora. PICIO.- ¡Ah claro! (Se queda pensativo y vuelve de nuevo a la carga.) Pero a lo mejor si que lo llevo yo adelantado… MARCIAL.- Pues entonces, si usted lo llevara adelantado, yo también lo llevaría adelantado. Pero, ¿no le parece mucha casualidad que usted lo lleve cinco minutos adelantado y yo también lo lleve adelantado otros cinco minutos justos? PICIO.- Tiene usted razón. Porque si yo lo llevara adelantado cinco minutos y usted diez, pongamos por caso, sería más normal, pero los dos cinco minutos justos…., ya es

4 mas raro. (Vuelve la cabeza y se dirige a Leandra, la chica que pasea por detrás.) Oiga, perdone, ¿tiene usted hora? LEANDRA.- Sí, son las cinco y….., ocho minutos. PICIO.- Gracias. (Se vuelve a mirar el reloj.) Bueno claro, es que ya han pasado tres minutos. (A Marcial.) Pues entonces, yo creo que ya sería mucha casualidad, ¿no le parece? MARCIAL.- Hombreeee…., pues más bien sí. (Pausa. Picio sigue removiéndose nervioso. Marcial le observa y finalmente le pregunta.) Está usted un poco nervioso, ¿no? PICIO.- No, no, que va…., lo que pasa es que estoy un poco nervioso. MARCIAL.- Pues eso…, eso es precisamente lo que le he dicho. PICIO.- ¡Ah....!, sí, claro, sí. MARCIAL.- ¿Le pasa algo? PICIO.- No, nada,…….., eso, que estoy un poco nervioso. (Marcial sigue leyendo el periódico. Pausa. Picio se queda pensativo y de nuevo se dirige a Marcial.) ¿Este es el parque de Maria Risa, verdad? MARCIAL.- Sí, sí, este es. PICIO.- (Después de otra breve pausa en la que se queda pensativo.) ¿Seguro, nooo…? MARCIAL.- ¡Hombre....!, vivo ahí en frente. Vengo aquí todas las tardes. PICIO.- ¡Aaaahhh…! (Nueva pausa, nueva actitud pensativa de Picio y nueva observación a Marcial.) A lo mejor se ha equivocado usted hoy de parque. Pudiera ser, ¿no? MARCIAL.- (Con sarcasmo.) Pudiera ser…., pero entonces, mi casa me ha visto venirme y se ha venido detrás de mí, porque sigue ahí en frente. PICIO.- ¡Ah!, claro. (Nuevamente pausa, actitud pensante…..y a la carga.) A ver si no va a ser esa su casa….. Pudiera ser otra igual. MARCIAL.- (Empezando a perder la paciencia.) Pudiera ser…, pudiera ser… Si no fuera porque en la terraza hay una mujer idéntica a la mía, con un perro igual que el mío. PICIO.- ¡Ah, bueno…! Entonces no hay duda. (Después de otra pausa, Picio vuelve de nuevo a insistir; lo que termina de hacer perder la paciencia a Marcial.) Perdone que le insista, pero perros…, hay muchos iguales y las mujeres desde lejos…, son todas muy parecidas. A lo mejor no es la suya.

5 MARCIAL.- Síííí, claro……, y yo no soy yo, soy el vecino de al lado. PICIO.- No hombre….. Usted…, ¿cómo no va a ser usted….? Usted si que es usted, eso seguro, pero su mujer y su perro…, puede ser que no sean. MARCIAL.-(Explotando.) ¡Vale....!¡Puede que no sea mi perro!.....¡Puede que no sea mi mujer....! Pero los tres calzoncillos que hay colgados en la cuerda de la ropa….,¡son míos! Y la camisa azul de cuadros….¡es mía! Y los pantalones marrones….¡son míos! Y las dos bragas y el sujetador negro…..¡son míos....! Bueno….de mi mujer. Pero esa es….¡mi casa! Y yo soy….¡ Marcial Pérez! Y este es……..¡el parque de Maria Risa! Se lo juro por lo que más quiera….., pero ¡déjeme ya en paz! PICIO.- Vale, vale, si le creo……¡Jolines! Qué poca paciencia tiene usted. (Pausa.) O sea, concretando, que este es el parque de María Risa con toda seguridad. MACIAL.- ¡Síííííííííí! (Pausa. Marcial vuelve a sumergirse en la lectura del periódico. Picio sigue removiéndose nervioso, mirando la hora continuamente. Por fin vuelve a romper el silencio.) PICIO.- Estoy un poco nervioso…., ¿sabe? MARCIAL.- Ya, ya…., eso ya lo había notado. PICIO.- Y….¿sabe usted por qué? MARCIAL.- Pues no. ¿Cómo lo voy a saber yo? PICIO.- Es que……., estoy esperando a mi novia. MARCIAL.- ¡Pues parece que está usted esperando a un león! ¡Menuda fiera debe ser su novia! ¿Tanto miedo la tiene? PICIO.- No, si……, no la conozco. MARCIAL.- ¿Que no conoce usted a su novia….? PICIO.- Quiero decir personalmente. Nos hemos hecho novios por internet. Y hoy……, es la primera vez que la veo. He quedado con ella aquí a las cinco. MARCIAL.- ¡Claro! Ahora me explico sus nervios….Bueno, hasta cierto punto, porque lo suyo ya es de psiquiátrico, ¿eh…? Yo creo que no es para tanto. PICIO.- Es que…., he echado alguna trolilla que otra, ¿sabe usted…? MARCIAL.- Ya… PICIO.- También he exagerado un poco….

6 MARCIAL.- Vamos, que seguro que le ha dicho que es usted un modelo o poco más… PICIO.- Pues…., más o menos. Y ahora me da miedo no gustarla, porque ella es un monumento, ¿sabe? MARCIAL.- A ver si ha hecho ella lo mismo que usted…. PICIO.- No, no, ella me mandó una foto y todo. Y es un auténtico monumento. MARCIAL.- (Levantándose.) Pues nada, hombre….., que tenga usted suerte. (Marcial se mira el reloj.) Si viene….., porque ya son las cinco y veinte. PICIO.- Sí, sí, viene seguro. A no ser que me haya confundido y este no sea el parque de Maria Risa… MARCIAL.- (Estallando de nuevo.) ¡Vaya usted a la mierda! (Se va.) (Marcial vuelve a mirarse el reloj, se levanta y se pone a pasear de un lado a otro. Leandra, que hasta ese momento había permanecido paseando, casi inadvertida, viene a sentarse al banco, mirándose también el reloj continuamente. Entra Olvido, mujer cuarentona, cotilla como ella sola. Viene a sentarse junto a Leandra.) OLVIDO.- Buenas tardes, joven. LEANDRA.- Buenas tardes. OLVIDO.- No te importa que me siente aquí contigo, ¿verdad? Así me das un poco de conversación, que está una to el día encerrá en su casa sin hablar con nadie. LEANDRA.- No, no me importa. Lo que pasa es que estoy esperando a alguien. OLVIDO.- Aaaah... Que estás esperando al novio. ¿A que sí? LEANDRA.- Bueno….., sí. OLVIDO.- (Saca unas agujas y una madeja y se pone a tejer.) No te preocupes, si yo me tengo que ir pronto. ¿Qué lleváis mucho tiempo de novios….? LEANDRA.- Pues….., sí. Bueno……, no. OLVIDO.- ¿En que quedamos…, sí o no? LEANDRA.- Es que……, todavía no le conozco. OLVIDO.- ¡Anda…!Tienes novio y no lo conoces….¿Cómo se come eso? LEANDRA.- Es que nos hemos hecho novios por internet. Hoy es el primer día que hemos quedado para vernos. OLVIDO.- ¡Ostras!, esto se pone interesante…¿ Y como es?

7 LEANDRA,. ¡Uy....!,¡guapísimo! Alto, rubio, ojos azules…. OLVIDO.- Pues hija…., vais a hacer una pareja ideal. (Aparte.) Cuando la vea sale corriendo. Yo esto no me lo pierdo. (A Leandra.) ¿Y a que hora habéis quedado? LEANDRA.- (Mirándose el reloj.) Estoy muy nerviosa porque ya se retrasa. Hemos quedado a las cinco. ¿Usted cree que le gustaré? OLVIDO.- ¡Que sí hermosa! Como no le vas a gustar…., con lo maja que tú eres. LEANDRA.- ¡Ay que nervios! Es que le he echado alguna mentirijilla… OLVIDO.- (Aparte.) ¡La que te digo…..! Este sale corriendo como yo me llamo Olvido. (A Leandra.) ¿Qué le has dicho, hermosa, que le has dicho? LEANDRA.- Por ejemplo….., que me llamo Leonor; y me llamo Leandra. A lo mejor no le gusta. OLVIDO.- (Se la escapa el comentario.) ¡Buff! Eso es lo de menos..…, lo peor es cuando te vea. LEANDRA.- ¿Cómo…? OLVIDO.- (Intentando arreglarlo.) No…., que son más o menos….., que lo peor es que te llamaras Bea….. Porque no se parecerían en nada, quiero decir. Pero Le…, onor y Le…, andra son muy parecidos. LEANDRA.- También le mandé una foto de mi prima, que es un monumento, como si fuera yo. A lo mejor se decepciona al verme. OLVIDO.- ¡Que no, mujer, que no! Si tú eres un monumento también. (Aparte. Aguantándose la risa.) Yo este encuentro no me lo pierdo. (Suena un teléfono. Olvido saca un móvil del bolso y contesta.) Sí, dígame……Ah, eres tú, dime……..¿Pero otra vez….? No eres más tonto porque no te entrenas, hermoso. Pues yo ahora no puedo ir……..¡Pues te fastidias y te esperas en la puerta! (Cuelga y mete el teléfono en el bolso.) Mi marido, que se ha dejado las llaves dentro del piso y me está esperando en la puerta. ¡Vaya un hombre tooonto….! Pues se va a tener que aguantar, que yo, hasta que no venga tu novio, no me pienso mover de aquí. LEANDRA.- ¿Para qué…? OLVIDO.- Mujeeer…., porque tengo yo el gusto de conocer a tu novio. (Vuelve a sonar el teléfono. Olvido lo saca, contrariada.) ¿Sííí….? ¡Otra vez! ……..Que no voy, que he dicho que te esperes……….¿Que te estás haciendo “popó”….? ¡Pues te metes en el bar de la esquina!.......¿Que te da asco…? Pero mira…, ¡que remilgado!.......¡Vale!, ¡vale!..., aguanta un poco que ya voy. (Cuelga con rabia.) ¡Ay dios mío!...., que pelmazo de hombre. (Se levanta.) Voy un momento a abrirle, Leandra. Si llega tu novio le dices que se espere para que me le presentes, ¿vale? LEANDRA.- Vaaale…

8 OLVIDO.- (Relatando mientras se aleja.) ¡Cuidao, este tonto……Pa un entretenimiento que tiene una…. (Leandra sigue mirándose el reloj, intranquila. Picio, que sigue paseando nervioso en segundo plano, se acerca al banco.) PICIO.- Perdone, ¿qué hora tiene usted ahora? LEANDRA.- Las cinco y media. PICIO.- (Lo confronta con el suyo.) Como yo. LEANDRA.- ¿Usted también espera a alguien? PICIO.- (Se sienta.) Desde las cinco. LEANDRA.- Como yo. PICIO.- Y estoy ya nerviosito perdío…. LEANDRA.- Como yo. PICIO.- ¿A quién espera usted?…., si se puede saber, vamos. LEANDRA.- A mi novio. PICIO.- Como yo. LEANDRA.- (Muy extrañada.) ¿Qué usted también espera a mi novio…? PICIO.- ¿Eeehh…? ¡Ah!, no. Quiero decir al mío, a mi novio…….Digoooo….., a mi novia. LEANDRA.- Aaaahh….Pues ya tardan, ¿eh? PICIO.- Si, me parece que son un poco informales su novia y mi novio. Digoooo…., mi novio y su novia. Digooo…., mi novia y su novio. (Larga pausa, con exhibición, por parte de los dos, de movimientos nerviosos y miradas al reloj. Al fin Leandra rompe el silencio.) LEANDRA.- ¿Llevan ustedes mucho tiempo de novios? PICIO.- Tres meses. LEANDRA.- Como yo. PICIO.- ¡Vaya!....Que casualidad. LEANDRA.- ¿Sabe usted una cosa…? Le conocí a través de internet.

9 PICIO.- ¡Como yo! LEANDRA.- ¿De verdad…? Vaya coincidencia. PICIO.- He quedado aquí con ella, en el parque de María Risa. LEANDRA.- Como yo. PICIO.- Yo estoy como un flan, ¿sabe usted?, porque es el primer día que la voy a ver. LEANDRA.- ¡Como yo! (De pronto se produce un silencio significativo, los dos se quedan mirándose con recelo. Se palpa en el ambiente que ambos se están temiendo lo peor. Por fin, Picio se decide.) PICIO.- ¿No serás tú….., Leo….., Leonor? LEANDRA.- (Asintiendo lentamente con la cabeza.) Bueno….., en realidad soy…., Lea…., Leandra. PICIO.- (Aparte. Volviendo la cabeza.) ¡Ay mi madre…! LEONOR.- ¿Y tú….., no serás……, Pa……, Pablo? PICIO.- (Asintiendo lentamente con la cabeza.) Bueno……, en realidad soy……, Pi….., Picio. LEANDRA.- (Aparte. Volviendo la cabeza.) ¡Bendito sea Dios …..! (Larga pausa y nueva exhibición, esta vez de rascarse la cabeza y frotarse las manos y todo el cuerpo, sin saber que hacer ni que decir, pero flotando en el ambiente que los dos tienen ganas de echar a correr y ninguno se atreve.) PICIO.- Pero…., tú no eres la de la foto. LEANDRA.- Es que….., no tenía ninguna mía a mano…., y te mandé una de mi prima. Como es mi prima ……, supuse que algo nos pareceríamos. PICIO.- (Con sarcasmo.) Sí….., como un murgaño a una paloma. LEANDRA.- Y tú, ¿no me dijiste que medías casi uno noventa? PICIO.- Claro, casi…. Solo me faltan veinte centímetros. LEANDRA.- ¿Y no me dijiste que eras rubio? PICIO.- Y lo era, pero ya se me ha quitado el tinte. LEANDRA.- ¿Y los ojos azules?

10 PICIO.- Es que soy daltónico. Yo me los veo azules. LEANDRA.- Pues no, hijo, no….., son color cagarruta. PICIO.- ¿Y tú…? ¿Esas medidas que me dijiste que tenías….? Noventa, sesenta, noventa…. LEANDRA.- No, perdona, yo te dije sesenta, noventa, sesenta. Me entenderías mal. PICIO.- ¿Y que pasa…., que has encogido….? Porque a mi me dijiste que medías uno setenta. LEANDRA.- No, de eso nada, yo te dije que medía…., (Mueve la mano indicando aproximación.) unos setenta…., centímetros, no uno setenta. PICIO.- ¡Vaya una cantidad de trolas que me has echado…..! LEANDRA.- Trolas, las que me has echado tú a mi…..¡Digo! No querrás hacerme creer que tienes veinticinco años….. PICIO.- Pues no, porque tengo cuarenta. LEANDRA.- ¿Entonces para que me dices que habías cumplido los veinticinco? PICIO.- Porque los he cumplido, hace quince años, pero los he cumplido. Y los veintiuno tuyos ¿cuando los has cumplido?, ¿eeeeh? LEANDRA.- Hace dos meses. PICIO.- (Incrédulo.) ¿Hace dos meseeees….? LEANDRA.- Sí, haces dos meses, rico, hace dos meses………..(Bajando la voz.) Y catorce años. PICIO.- En fin, ¡vaya chasco que me he llevado! LEANDRA.- ¡Pues anda que yo….! Por lo menos…, será verdad que trabajas en un banco, ¿no…? PICIO.- Hombre claro, por supuesto. LEANDRA.- (Suspicaz.) Pues no creas que termino yo de creérmelo…¿En que banco trabajas? PICIO.- En el tercero por la derecha según entras en el parque del Retiro. Allí monto mi puestecito de discos piratas. LEANDRA.- ¡Ya decía yo….!

11 PICIO.- ¿Y tú qué…? ¿Tú eres actriiiiz…? Pues, como no hicieras de la niña de “El exorcista”…… LEANDRA.- Yo a ti no te dije que fuera actriz. PICIO.- ¿Cómo que no…? Tú a mí me dijiste que trabajas en el cine. LEANDRA.- Claro, porque trabajo en el cine….., de acomodadora. (Pausa. Los dos se quedan cabizbajos, moviendo la cabeza con síntomas de contrariedad.) PICIO.- Lo mínimo que podías hacer es presentarme a tu prima, la de la foto. LEANDRA.- ¿Para quéééé….? PICIO.- Por que es la que a mi me interesaba para novia. LEANDRA.- (Suelta una carcajada.) ¡Jajajajaja….! Si te acercas tú a mi prima, con lo exquisita que es….., sale corriendo que pierde el culo. PICIO.- Mira quien fue a hablar….., miss España 2015. LEANDRA.- Yo había oído decir muchas veces…., “es más feo que Picio”. Y decía yo…. “¿quién será ese Picio….?” Y mira por donde…., me lo he tenido que encontrar yo. PICIO.- (Levantándose.) Me voy de aquí que no quiero oír más a una cacatúa diciendo tonterías… LEANDRA.- ¡Anda, sí….! Vete de aquí, que me pegas lo feo. PICIO.- (Yéndose.) Le dice la sartén al puchero: “retírate que me tiznas”. (Leandra se queda sola, cariacontecida.) LEANDRA.- Si ya me extrañaba, que me cayera a mí esa breva…. Con las ilusiones que me había hecho ya….. Uno noventa….. Rubio…. Ojos azules……(Resignándose.) Aunque, la verdad…., ¿qué hubiera hecho yo con un tío de uno noventa…? Íbamos a parecer el punto y la i…………El Pulga y el Linterna………Tarzán y la mona Chita. (Pausa. Leandra se queda meditabunda.) Y este bicho tampoco estaba tan mal…..Bueno sí, para que nos vamos a engañar, era un cardo borriquero, pero tampoco estoy yo para andar seleccionando. (Llega Olvido, muy presurosa, y se sienta al lado de Leandra.) OLVIDO.- ¿Todavía no ha llegado o es que ya ha salido huyendo? LEANDRA.- ¿Eeeeh…?

12 OLVIDO.- Tu novio, digo, ¿qué si no ha llegado o es que ya se ha ido? LEANDRO.- ¿Mi noviooo….? ¡Menudo farsante! OLVIDO.- ¿Qué pasa, que no ha querío coles? LEANDRO.- Pues que……, ni uno noventa…., ni rubio……, ni ojos azules….., ¡ni leches! OLVIDO.- ¡Era un callo…! LEANDRA.- ¡Pero de los gordos! OLVIDO.- ¿Qué era…, feillo de cara…? LEANDRA.- ¿De cara….? ¡Y de culo! OLVIDO.- ¡Mujer….! Algo tendría aprovechable. Además, con lo guapo no se come. ¿Está bien colocao….? LEANDRA.- No, creo que no, eso por lo menos no le pilla. No tenía pinta de estar drogado. OLVIDO.- ¡Que no, mujer! Quiero decir, ¿que si tiene un buen empleo? LEANDRA.- ¡Aaahh…! Vende discos piratas. OLVIDO.- Miiiira...... Por lo menos podías tener todos los discos que quisieras gratis. LEANDRA.- Ya, por eso es por lo que más lo siento. Con lo que me gusta a mí el Fari, seguro que me había hecho con todos sus discos. OLVIDO.- Además…., que tú ya vas teniendo una edad….., y a tu edad los hombres están rifaos…. Que ya sabes que tocan a siete y media, los cabrones. LEANDRA.- Pero si es que encima…, tampoco le he gustao yo al cabrito…. OLVIDO.- Pero eso es porque tú tampoco habrás puesto mucho de tu parte. Si es tan feo como dices…., ese está desesperao, que te lo digo yo. A poco que te lo hubieras propuesto…., le enganchas. LEANDRA.- (Arrepintiéndose.) Pero ya no tiene remedio…. Nos hemos echado unos cuantos “piropos” y se ha ido muy cabreao. OLVIDO.- (Levantándose para irse.) Bueno, pues que se le va a hacer. Lo que siento es habérmelo perdío por el “boldregas” de mi marido. Hala hermosa, si te echas otro novio por internet, me avisas, pa venir a ver el encuentro. Hasta otro día. LEANDRA.- (La mira con desgana y vuelve a quedarse cabizbaja.) Hala, sí, hasta otro día.

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(Se va Olvido, pero al irse se cruza con Picio que camina indeciso, como con miedo a acercarse al banco donde se encuentra Leandra. Intuyendo que es él, Olvido se vuelve y se queda observando el reencuentro de la pareja.) PICIO.- Estooo…., Leandra…. (Leandra vuelve la cabeza y al verle, se le pone una sonrisa de oreja a oreja.) Que venía a pedirte perdón, que me he pasao tres pueblos. LEANDRA.- No, Picio, no, he sido yo la que me he pasao, no tres, seis pueblos por lo menos. PICIO.- Que no Leandra, que no, que he sido yo el que se ha pasado por lo menos diez pueblos… LEANDRA.- Que tú no te has pasao ningún pueblo, Picio, que se sido yo la que se ha pasado quince pueblos. (Olvido que observa perpleja y entusiasmada la situación, no puede evitar meter baza.) OLVIDO.- Dejad de pasaros pueblos…., que os vais a salir de España….., y ¡al grano, al grano! (Picio la mira como diciendo…,¿quién es esta mujer…? Olvido se justifica.) Soy una amiga…, aquí de Leandra, Olvido Lafuente, pa lo que mande. PICIO.- ¿Qué olvida la fuente…? Pues olvídese también de nosotros y váyase a dar una vuelta por ahí. (Se sienta en el banco y se “olvida” de Olvido, que en principio muestra actitud de ofendida pero enseguida se vuelve a entusiasmar, observando sin perder detalle.) Como te decía, Leandra, que me he pasao, que tú no eres fea ni mucho menos. El que es feo, pero feo con angustia, soy yo. LEANDRA.- Tú que vas a ser feo, Picio, la fea soy yo. Pero fea, fea, fea… PICIO.- De eso nada, tú no tienes nada de fea. Pero yo si que soy…,¡feo! LEANDRA.- ¡Que no! Que he dicho que no. Aquí la única fea soy yo. OLVIDO.- (Aparte.) Hay que fastidiarse…., que conversación más tonta han cogido. Y lo peor es que los dos tienen razón….., porque los dos son feos con avaricia. LEANDRA.- Además, te voy a decir una cosa…., yo prefiero que seas así de alto que no de uno noventa. ¿Para que iba a querer yo un tío de uno noventa….., con lo chica que soy yo? Como no fuera para que me pusiera las bombillas de las lámparas…. PICIO.- Tú que vas a ser chica…. Si medirás casi un metro y medio… LEANDRA.- Y si te digo la verdad, prefiero que no seas rubio. Ibas a parecer alemán y a mi me gustan…..¡españoles! PICIO.- ¡Ole!....

14 LEANDRA.- ¡Ah!...., españoles y…., ¡maduros!, no niñatos de veinticinco años. PICIO.- ¡Como yo.....! ¿Donde voy yo con crías de veintiuno…? De treinta para arriba….., y si puede ser de treinta y cinco, mejor que de treinta y cuatro. LEANDRA.- ¿Treinta y cinco…? Como yo. PICIO.- La mejor edad de una mujer. Y nada de mujeres de noventa, sesenta, noventa…..; las medidas ideales son “sesenta, noventa, sesenta”. LEANDRA.- Como yo. ¡Ah…! Y nada de hombres con ojos azules…., que parecen mariquitas….Prefiero los hombres que tienen los ojos.…..,¡color cagarruta! PICIO.- Como yo. ¿Sabes una cosa, Leandra…? Me estoy emocionando. OLVIDO.- (Cada vez más entusiasmada con el espectáculo.) ¡Como yo! (Los dos la miran, pero vuelven a ignorarla.) LEANDRA.- Nos podíamos ir al cine, como habíamos quedado. PICIO.- Eso, sí, vamos. (Se levantan.) Me parece, Leandra, que esto es el comienzo de unas largas relaciones. Lo intuyo. LEANDRA.- Como yo. (Van saliendo.) Oye, ¿qué tienes por ahí algún disco del Fari? (Olvido marcha detrás de ellos, sin perder detalle. Suena el teléfono. Saca enseguida el móvil del bolso.) OLVIDO.- ¿Sííííí….?, dígame…….¿Qué quieres ahora?........Ahora no puedo que me voy al cine…., sí al cine, ¿qué pasa?......Pues que voy a ver…, una película………¿Qué cómo se titula?........Pues…., estoooo,…..¡ah, si!.... “Novios de internet”. (Sale deprisa.) Se cierra el telón

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