N21

  • May 2020
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UNA VEZ MÁS

Editorial:

Jean cabot

LA LUCHA INTERNA A medida que las revoluciones avanzan, que consolidan la posibilidad de cambios, en esa misma medida se elevan las tensiones de la lucha interna. Ya el enemigo externo, que era principal en los primeros días de la Revolución, pasa a segundo orden, y la batalla entre los adversarios que ocupan la misma trinchera se hace vital. Así pasó en la Revolución de Independencia. Después de Ayacucho, derrotados los españoles, la lucha interna recrudece, lo que ya despuntaba se hizo evidente, santander hinca sus garras en la espalda del Libertador, páez comete traición con el mismo ímpetu que antes ganó batallas. Bolívar termina en San Pedro Alejandrino asesinado, no por los españoles a los que derrotó en mil batallas, sino por los próceres que le debían toda su gloria. El 23 de Enero de 1958 la posibilidad revolucionaria es truncada, no por los perezjimenistas, la esperanza es yugulada por los "demócratas" que llegaban del exilio. El pacto de punto fijo retoñó de las entrañas de la posibilidad revolucionaria. En la Unión Soviética, Stalin, Bujarin, comenzaron la desviación que culminaría con Gorbachov, no fueron los estados unidos quienes llevaron al patíbulo a la Revolución de Octubre, fue la derrota en la lucha interna. Fidel lanza una alerta a la Revolución Cubana en el discurso en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005. Dirigiéndose a los estudiantes les dice: Esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra. De todas estas experiencias históricas brota una pregunta: ¿Cómo la Revolución Bolivariana puede derrotar las desviaciones que llevan a la restauración? Lo primero es reconocer que en la Revolución Bolivariana hay lucha interna, y que ésta corresponde a diferentes ideologías que se enfrentan, entender la importancia de la lucha interna, no subestimarla y mucho menos ignorarla. Después es vital abrir la discusión, respetar la batalla de ideas, guiarse por el principio de que la peor crítica es la que no se hace, evitar por todos los medios, caer en la tentación de aplastar la discusión con medidas físicas. Por último, la Revolución es un proceso histórico, hay que estudiar a profundidad las experiencias revolucionarias universales, desechar las consejas de la improvisación teórica, la humanidad a través de siglos de lucha ha construido un pensamiento revolucionario indispensable para avanzar. No es posible elevarse en la Revolución si no es apoyados en los hombros de los precursores. Hay que estudiar a Bolívar y Martí, pero también a Marx, a Trotsky y al Che, a Mariátegui y a Mella, a Maceo y a Zamora, a Fabricio. Convencernos de que la calidad de la lucha interna será la calidad de la Revolución. De allí que la garantía de éxito está dada por la participación de las grandes masas en la discusión interna, la discusión debe llegar al pueblo, de manera libre, sin deformaciones. Se deben tomar medidas para elevar el nivel de comprensión del pueblo. De asumir el reto de la lucha interna trata el Debate Socialista de hoy.

EDITOR Eduardo Hernández R. CONSEJO DE DIRECCIÓN German Zambrano Franklin Villegas Editado por Editorial Capicúa C.A.

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COLABORADORES Antonio Aponte Néstor Kohan Frank Llegas Alejandro Mena Colectivo AMAUTA (Argentina) Neptalí Reyes Jean Cabot

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DIAGRAMACIÓN David Luhan ILUSTRACIONES Tomado de Ares

I Una vez más Los fariseos se aprestan A embestir la felicidad II Una vez más Falsos sacerdotes Visten de disfraces sus momificadas prédicas Disparando espejismos de socialismo Empujando el oro espiritual de la esperanza Al precipicio nauseabundo del atraso capitalista III Una vez más El pánico enclavado en sus conciencias Asoma su pus en la batalla Vierten su perfumada pestilencia En el recipiente fecundo Del amor universal IV Una vez más Falsas monedas Paridas de melladas herramientas Intentan lapidar el retoñado amor Aun conociendo el catastrófico camino V Mas, es esta vez, al final de la huella ideológica No habrá hombre sobre el universo Ni sobre los demás hombres Ni será prisionero cotidiano de su jornada Ni será la mercancía de su patrono Ni el mutilado por el desempleo Ni el fragmentado por el capital Solo hará compañía al cadáver De su compañera de ruta Y no habrá lenguaje Pues ni una palabra cubrirá el planeta Ni siquiera la palabra desolación VI Una vez más, tal vez la ultima La conciencia toca con sus manos el futuro Al grito de socialismo o muerte

El equipo asediado Están a punto de iniciarse los Juegos Olímpicos en China. Hace unos días escribí sobre nuestro equipo de pelota. Dije que nuestros atletas tenían una prueba muy dura y no eran ellos los que merecían las mayores críticas si algo no salía bien. Reconocí su calidad y patriotismo. Estaban deprimidos por las críticas que llegaban de Cuba. Supe después que se mostraban muy animados. Habían aprendido a manejar los condimentados alimentos coreanos con palitos al estilo del oriente asiático. Enviaron un vibrante mensaje patriótico el 26 de Julio. Sin duda, enfrentarán con honor la difícil prueba. Pero, ¿acaso están en igualdad de condiciones que los equipos de ricas potencias como Estados Unidos y Japón, que van a competir con Cuba? Estas poseen casi treinta veces más habitantes la primera y once por lo menos la segunda, no están bloqueadas económicamente y disponen ambas de enormes riquezas. Nadie les roba ni les saquea atletas. Japón ha ordenado a sus profesionales participar en el equipo olímpico, y tienen que hacerlo porque así lo determinan sus dueños. Eso no tiene nada que ver con los atletas que han sido convertidos en mercancías. Estados Unidos, en vísperas de las Olimpiadas, compró con su dinero mercenario a Alexei Ramírez, líder jonronero de la Serie Nacional del 2007 en nuestro país. El manager del equipo que lo compró se jacta de que no sabe en qué base ubicarlo porque está bien entrenado en todas. Repugnan los detalles de los trámites mercantiles que rodearon el caso y divulgaron los cables sobre el reparto de dinero. Antes, habían comprado al más prometedor pitcher de Pinar del Río, José Ariel Contreras, sembrando así la inseguridad y la desconfianza.

En Edmonton, Canadá, antes de iniciarse el juego con el equipo del país anfitrión del XXIII Campeonato Mundial Juvenil de Béisbol, se conoció la ausencia del seguro abridor, el zurdo Noel Argüelles, y del shortstop José Antonio Iglesias, con un promedio de bateo por encima de 500. El valiente pitcher juvenil pinareño Julio Alfredo Martínez Wong se hizo cargo del montículo. Llevaba ocho entradas menos un out, hombres en base y parecía estar agotado. En el bullpen calentaba fuerte Joan Socarrás Maya, con instrucciones de estar listo para entrar en acción. Esteban Lombillo, enérgico y capaz director del equipo juvenil de Cuba, había ido ya al box. Julio Alfredo, en una explosión de dignidad, exigió seguir lanzando: "¡Yo termino esto!" -exclamó. Lombillo, que también estaba amargado por la vil traición, lo comprendió y confió en él. Julio Alfredo puso el alma. Sacó el out que faltaba en el octavo. En el noveno, retiró a los bateadores de uno, dos y tres, y ganó por una carrera al equipo de Canadá. El short suplente, Yandy Díaz, jugó excelentemente y bateó el tubey que fue decisivo para la victoria de Cuba. Edmonton se ha convertido en un basurero. Los atletas cubanos fueron mal atendidos. Tiene el privilegio de ser sede anual del campeonato. Debiera analizarse si vale la pena asistir. No había sido enviado al evento ni siquiera un representante de la prensa cubana. Todo se conoce por vías no formales. Los dignos atletas cubanos del equipo olímpico de pelota, que han sido excelentemente atendidos por los anfitriones coreanos y lo serán aún más en China, tendrán que competir en las circunstancias desfavorables que expliqué antes. Cualquiera que fuese el resultado, ellos saben que lo que

nos importa es el honor y el valor con que luchen. Pero no solo en la pelota tiene lugar la agresión imperialista. Hace unos meses, una parte de nuestro equipo masculino de fútbol se dejó arrastrar a la traición en Estados Unidos, reduciendo las perspectivas de Cuba en ese deporte en el área internacional. Una atleta olímpica de judo y casi segura medalla de oro fue sobornada. Comprando nuestros atletas, nos arrebataron cinco medallas de oro seguras en el boxeo olímpico. Es un toque a degüello contra Cuba robándonos cerebros, músculos y huesos. ¿A qué se debe el temor de los ricos y poderosos hacia nuestra pequeña y bloqueada isla? En el ajedrez, Leinier Domínguez lucha en Suiza en uno de los más importantes torneos internacionales. En las Olimpiadas, que se inician el 8 de agosto, nuestros atletas de diversas disciplinas se batirán por el oro con más dignidad que nunca, y nuestro pueblo disfrutará de sus medallas como jamás lo hizo. Entonces los fanáticos se acordarán de los traidores.

Fidel Castro Ruz Julio 31 de 2008 12 y 32 p.m.

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A medida que una Revolución se va acercando al poder los intereses de los actores revolucionarios cambian radicalmente. Cuando se supera la etapa del sacrificio desinteresado, cuando se arriba al poder, pasada la euforia de los primeros tiempos, cuando las aguas se asientan, se abre paso a otras posibilidades materiales y espirituales. Es necesario decidir y reafirmar a cuál proyecto va a servir el poder, la posesión del Estado, a cuál ideología de clases va a representar aquel Estado recién conquistado. Se traslada así el foco de la tensión de clases del exterior de la Revolución a su interior. Se agudiza la lucha de clases interna que hasta ese momento aparecía suavizada por las necesidades de enfrentar en la disputa del poder a fracciones de clase externas. Aparece así la posibilidad del uso del poder para el servicio de los diferentes intereses de clase que habitaban a la Revolución: o para la sustitución de oligarquías, o para fortalecer la intención de seguir profundizando la vía revolucionaria. Esta es la esencia de la confrontación dentro de la Revolución, esta es la esencia de la profunda lucha de clases que se acontece dentro de una Revolución en el poder. Esta lucha de clases interna puede presentarse con diferentes matices, con variados sucesos, pero en definitiva, siempre será un enfrentamiento entre la restauración y la Revolución. Revisando la historia nos daremos cuenta que siempre se cumple este patrón, la lucha de la restauración contra la Revolución dentro del campo revolucionario es constante. En la Revolución Francesa es famoso el Termidor, estudiado mucho por los revolucionarios soviéticos que comparaban con el Termidor su proceso de lucha de clases interna. Revisemos algunos párrafos de un

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escrito que nos habla del Termidor Francés, publicado en el International Biulletin, de la oposición de izquierda comunista, número 2, 1º de marzo de 1931, agrupación que se oponía a la desviación de Stalin: Me referiré muy brevemente al problema del termidor y el bonapartismo. Ya dije muchas veces que es necesario desarrollar este tema en un artículo, ya que, como cualquier otra cuestión histórica, entraña el peligro de hacer analogías demasiado formales, por importantes y fructíferas que sean, y tender a reducir a abstracciones el proceso concreto. El termidor fue una forma transitoria entre el jacobinismo y el bonapartismo. Lo que realmente caracterizaba al termidor era que, formalmente, el gobierno estaba en manos de miembros del mismo partido. Un sector de los jacobinos, o cuasi-jacobinos, destruyó al otro sector, el de los jacobinos auténticos, mediante el llamado a la guerra civil abierta. Bonapartismo significa la victoria del poder centralista burocrático-militar sobre los diversos matices del jacobinismo. En términos de la lucha de clases, esto implica la transición gradual del poder de manos de los sansculottes a manos de la clase acomodada. Si consideramos la posibilidad teórica de una victoria de la contrarrevolución en la Unión Soviética, no es indispensable que ésta asuma la forma del termidor francés. Puede saltar esta etapa en el canino hacia el bonapartismo, o combinar las dos, así como la Revolución de Octubre combinó el final de la revolución democrática con el comienzo de la revolución socialista. Semejante mezcla de etapas históricas corresponde perfectamente al desarrollo social de Rusia y a toda su historia. En el artículo se aprecia con claridad la lucha de clases interna en la Francia de Robespierre, y la analogía que los soviéticos

hacían con su revolución. Esa lucha interna, el Termidor, trajo la restauración en Francia. En la Unión Soviética la situación fue muy similar: desaparecido Lenin, se desató una lucha interna que desembocó en las cruentas purgas de Stalin, la salida de Trotsky al exilio y su posterior asesinato en México en manos del español Mercader, y en una deformación severa del camino Socialista que termina con la restauración franca en manos de Gorbachov. En la Revolución Cubana la historia es diferente, allí tenemos un ejemplo de lucha de clases interna con una solución revolucionaria. Las desviaciones del camino fueron corregidas temprano y el ejemplo cubano aún es faro que señala el camino. La Revolución de la independencia, es un dramático ejemplo de la lucha interna: Después de derrotados los españoles con la Batalla de Ayacucho, las pugnas internas afloran con alta intensidad. Santander se enfrenta a Bolívar, Páez traiciona, es capturado por la oligarquía. Las contradicciones son de tal profundidad que se perpetran varios intentos de magnicidio y Bolívar es desterrado, repudiado, y termina en San Pedro Alejandrino sintiendo que "ha arado en el mar" sintiéndose tan "majadero como Cristo y el Quijote". En lo que antes era la Gran Colombia se forman repúblicas independiente en las que la Revolución queda postergada, sólo se opera una sustitución de oligarquías. La restauración es completa. Los esclavos siguen esclavos, los campesinos continúan sin tierras, mientras los neoligarcas se transforman en latifundistas. La Revolución Bolivariana no escapa de esta característica de las revoluciones, si revisamos su corta vida encontraremos que la Revolución avanza sobre una fuerte lucha de clases que a cada paso se hace más cruenta.

Recordemos la pugna contra la derecha representada por los militares golpistas del 11 de abril en complicidad con los civiles encabezados por miquilena. Después, superado este primer obstáculo, la Revolución entró en un período de enfrentamiento con la derecha externa que impidió, postergó el recrudecimiento de la lucha de clases interna. Entre tanto, dentro de la Revolución surgía una suerte de neoligarquía amparada en la renta, que necesariamente desarrolló a la par de sus intereses económicos necesidades políticas que la llevan a entrar en la pugna por el poder, a intentar imponer un rumbo a la Revolución que favoreciera sus intereses. Esta corriente se enfrenta inevitablemente con las fuerzas revolucionarias que intentan profundizar la Revolución, seguir avanzando en la construcción del Socialismo, consolidar lo ya alcanzado, expandir las zonas socialistas, hacer del Trabajo Colectivo Voluntario un arma para la construcción de la Conciencia Socialista y no un ejercicio de distracción mediática. Esta pugna es a veces sutil, a veces cruenta, pero siempre despiadada. Las fuerzas de la restauración interna están más cercanas a la oposición oligarca que a los revolucionarios bolivarianos, a éstos los persigue con saña, pero guardando las apariencias. A los oligarcas los une la comunión de intereses, no les conviene el Socialismo, sus capitales, sus riquezas, reclaman capitalismo. Las fuerzas de la restauración deben guardar las apariencias, deben golpear la causa revolucionaria, pero no pueden hacerlo frontalmente, deben ser sutiles, disfrazarse de revolucionarios, usar la retórica revolucionaria, aparentar, vaciar de contenido a la teoría, apropiarse de la Revolución para deformarla.

¿Cómo enfrentar esta situación de lucha interna, cuál debe ser el comportamiento de los revolucionarios, cómo triunfar en esta difícil batalla? Se debe entender que la batalla es ante todo una batalla de ideas, por eso el estudio es el arma más importante, se debe fortalecer a la ideología revolucionaria, armarse de teoría para poder detectar y enfrentar los disimulos, disfraces y deformaciones que son el arma más importante que usa la restauración interna. Se debe entender que las masas, el pueblo debe participar en la gran discusión revolucionaria, en las soluciones, en la búsqueda de respuestas. No hay solución verdadera sin la participación del pueblo. La discusión debe llevarse a las grandes masas, esta es una manera de empoderarla. Pueblo informado, conciente, organizado es garantía de Revolución, de que la restauración será derrotada. Si la discusión se queda en las elites políticas, si las controversias se intentan resolver en cenáculos, se abren las puertas a las soluciones represivas. Es indispensable en la lucha interna cerrar filas con el Comandante, él es la garantía de marcha hacia el Socialismo, no es posible el Socialismo sin Chávez. La conexión amorosa de Chávez con el pueblo es indispensable para la marcha hacia el Socialismo, debemos fortalecerla con irreverencia en la discusión, sólo así encontraremos el camino correcto, sólo de la discusión surge la verdad, pero simultáneamente debemos tener lealtad en la acción, sólo de la lealtad surge la fuerza de la organización revolucionaria, es necesario permanecer unidos al líder aun en los desacuerdos, o mejor, unidos principalmente en los desacuerdos.

“...Es indispensable en la lucha interna cerrar filas con el Comandante, él es la garantía de marcha hacia el Socialismo, no es posible el Socialismo sin Chávez. La conexión amorosa de Chávez con el pueblo es indispensable para la marcha hacia el Socialismo, debemos fortalecerla con irreverencia en la discusión, sólo así encontraremos el camino correcto, sólo de la discusión surge la verdad, pero simultáneamente debemos tener lealtad en la acción, sólo de la lealtad surge la fuerza de la organización revolucionaria, es necesario permanecer unidos al líder aun en los desacuerdos, o mejor, unidos principalmente en los desacuerdos...”

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EL ARGUMENTO DE LA RENUNCIA …no solamente conocemos a los descarados de afuera, sino a los descarados de aquí adentro que han estado, tratando de nadar con la corriente; que han usado la táctica incluso de pasarse como simpatizantes de la Revolución, esperando solo la menor oportunidad de herirla y debilitarla. …desenmascaremos aquí a todos los farsantes y a todos los descarados que han estado aquí viviendo del chantaje y viviendo del truco y viviendo del atraco, envenenando las conciencias y confundiendo al país, nosotros los vamos a desenmascarar como se merecen ante la opinión pública. …porque es muy triste que después de todos los sacrificios que se han hecho por nuestro país, de las pruebas de entereza, de decencia, de honradez y desinterés que han dado, es muy doloroso que esos intrigantes, puedan aprovecharse de estas circunstancias porque hay un gusto que quisieran darse, que es el gusto que no se van a dar: el gusto de que nosotros nos pareciéramos a los gobernantes del pasado, …Se valdrán de la libertad que hemos conquistado para todos; se valdrán de las garantías que hay; se valdrán de la seguridad que hay; se valdrán de este ambiente en que todos los ciudadanos se sienten seguros en su derecho, en que no hay terror, en que no hay persecución, en que no hay fuerza; se valdrán de todo lo que la Revolución ha conquistado como se valdrán de todo el daño pasado que hicieron, cuya herencia hemos recibido, para tratar de obstruccionar la tarea del Gobierno Revolucionario. …nuestra Revolución nos costó 20 000 muertos, 20 000 compatriotas que cayeron, y no cayeron para que nadie se hiciera aquí casas de 35 000 pesos a los tres meses, y no cayeron para que, mientras todavía hay madres a quienes la Revolución no ha

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podido darles una pensión, madres que perdieron uno o más hijos, haya quienes no conformes con haber cobrado los años que estuvieron de magistrado, cobren también después del triunfo los meses que dejaron de cobrar en el exilio, y, no conformes todavía, cobren 12 000 pesos todos los meses, mientras hay inválidos, mientras hay legiones de inválidos a los que todavía no ha podido erigírseles un hogar para su rehabilitación. EL MÉTODO … frente a una situación semejante otros hubiesen mandado un tanque al Palacio Presidencial en vez de hacer lo que hicimos nosotros, que fue denunciar esos hechos ante el pueblo, renunciar previamente al cargo para tener fuerza moral y para poder hacerlo dentro de la Ley, acudir a la opinión pública que es a la única que nosotros acudimos porque podemos acudir a ella y dejar enteramente en manos de ese señor que decidiera, que hiciera un gabinete si quería y si tenía con quién hacerlo. O sea, ni siquiera pedirle la renuncia, porque plantearon que yo la pidiera y dije: No la pido porque no caigo en esa trampa. Por tanto, el procedimiento fue tan limpio, tan democrático, que todo el pueblo, todos y cada uno de los ciudadanos lo presenciaron. No era una crisis que se resolviera a puerta cerrada, en conciliábulos. Por primera vez, posiblemente, en los problemas y en las crisis de nuestro país, no intervino ningún país extraño aquí; fue, entre otras cosas, una crisis resuelta por los cubanos, por el pueblo de Cuba, y era lógico que se produjera aquel desenlace, porque es virtualmente imposible que nadie en aquellas circunstancias osara continuar ejerciendo el poder sin el apoyo de la opinión pública. Véase si aquel día se movió un solo soldado, véase si se acudió al menor acto de fuerza, y todo se resolvió en medio del procedimiento más democrático que pueda concebirse; tan democrático, tan limpio como en ningún país del mundo se ha

visto nada semejante. …Esta no es una Revolución de fuerza, sino de razón y de corazón; esta es una Revolución de opinión pública y no de opinión pública prefabricada o fabricada a base de mentiras, sino una opinión pública hecha a base de verdad, no a base de hipocresía o de demagogia, sino a base de sinceridad. …no abandonaré la Revolución ni dejaré de cumplir con mis deberes revolucionarios. Quiero decir sencillamente a los enemigos que están equivocados, que pueden ir tomando otra ruta… no procedí de manera mezquina, no procedí como quien inventa algo para deshacerse de algo y actuar sin obstáculos. Puse el problema en manos del pueblo, y la única manera de poder hacerlo era renunciando previamente al cargo, pensando muy seriamente no en retirarme de la Revolución, porque de esta Revolución no me retiro ni me puede retirar nadie. DESPRENDIMIENTO DEL CARGO …Para mí la Revolución no es el cargo. Y para sentar las bases de esta Revolución no hicieron falta cargos, ni siquiera nombres, ni siquiera títulos; porque líderes aquí había muchísimos, hombres renombrados y encumbrados había muchísimos, y, en definitiva, esto no fue una cuestión ni de cargo, ni de nombre, ni de publicidad, ni de popularidad: fue sencillamente una idea, y fue sencillamente un propósito, y fue sencillamente una voluntad de cumplir ese propósito, por grandes que parecieran los obstáculos y por grandes que parezcan hoy. …en mi mente el cargo no es la Revolución…Empezando porque ningún cargo es hoy un "jamón" para nadie aquí, porque cualquier cargo hoy es hueso puro y hueso duro para un revolucionario. Y si había un cargo que lo quisieron convertir en "jamón", ya ese procedimiento, ese

“…no solamente conocemos a los descarados de afuera, sino a los descarados de aquí adentro que han estado, tratando de nadar con la corriente; que han usado la táctica incluso de pasarse como simpatizantes de la Revolución, esperando solo la menor oportunidad de herirla y debilitarla...” procesamiento del cargo público cesó. Así que los cargos para nosotros son lugares de sacrificio. LAS INTERRUPCIONES PARA UN APASIONADO ...Porque cuando se está trabajando en algo, y cuando de verdad se quiere lo que se está haciendo y de verdad hay fe en lo que se está haciendo, lo menos que quiere el hombre es ver interrumpido ese trabajo. Cuando la mente humana se embarga por completo en algo, no quiere que se le distraiga en ningún otro sentido, y esto venía a ser una distracción, venía a ser arma para el enemigo, como efectivamente el enemigo se ha aprovechado del incidente. LOS QUE CELEBRARON SU RENUNCIA …aquí hubo algunos que el día 17 fueron a celebrar una especie de almuerzo de la victoria, ¡Qué equivocada está alguna gente aquí en nuestro país! A lo mejor se hicieron ilusiones de que el hecho de que el Primer Ministro tuviera que renunciar significaba ya que la Revolución había sido vencida, que la Revolución se había acabado y que no iba a haber aquí problemas de ninguna índole. …uno adivina las tácticas de los enemigos de esta Revolución, que tiene unos cuantos disfrazados, verdaderas Caperucitas Rojas porque se disfrazan todo lo más posible de consejeros magnánimos, de tiradores de toalla, se disfrazan de buenos, se disfrazan de nobles y lo que están es pidiendo nada menos que el olvido de los horrores del pasado, pidiendo la toalla para los culpables de todo lo que ha tenido que sufrir nuestro pueblo. LOS CAMPESINOS …Todos los hombres nobles, todos los ciudadanos que quieren a su patria, todos los

ciudadanos que anhelan para ellos y para sus hijos una vida distinta, una patria distinta de lo que ha sido esta hasta hoy, están con la Revolución y están dispuestos a defenderla, cueste lo que cueste. Si queremos pruebas, ahí está la concentración campesina, y ahí están con sus machetes, para defender la Revolución de los traidores, de los enemigos de la patria, de la reacción, de las actividades contrarrevolucionarias. Los campesinos saben que la Revolución es la Reforma Agraria, es la liberación del campesino, es la tierra para ellos, la educación para sus hijos. Por eso tienen sus machetes afilados, no porque haya que usarlos, sino como demostración de que están dispuestos a usarlos cuando sea necesario para defender la Revolución. Algunos traen hasta los machetes de sus antepasados que pelearon en la Guerra de Independencia. Y no solo tienen los machetes de sus antepasados, sino que tienen los machetes que antes usaban para darles planazos a ellos, tienen los machetes de la Guardia Rural, que los tienen también afilados para defender la Revolución. Si ustedes observan al campesino, verán que es el hombre más definido y más decidido que hay. LOS ARANCELES …Elevaremos los aranceles tanto como sea necesario. ¿Que los japoneses quieren trato de nación preferencial? Bueno, nosotros se lo podemos dar, pero con los aranceles a la altura que deban estar y con eso no habrá discriminación con los japoneses. Ellos dicen que lo único que quieren es que no se les discrimine. Muy bien, los pondremos en la misma situación que los demás, pero los aranceles estarán establecidos de tal manera que protejan por encima de todo la industria nacional y se cumpla la consigna de que aquí se consuman exclusivamente los tejidos elaborados en el país, por fábricas establecidas en el país y por obreros cubanos.

Cuando los guajiros empiecen a comprar ropas, cuando los guajiros empiecen a vestir a sus hijos, a sus familias, vamos a necesitar aquí el doble de la ropa que hoy se usa, y, además, cuando aquí se produzcan los 30 ó 40 millones de tejidos que se importan, vamos a tener trabajo para miles de cubanos más. Esa es la política que la Revolución va a seguir en materia textil; por lo tanto, este sector, como todos los demás, continuará desarrollándose sin que nada ni nadie lo pueda impedir. Con esa idea podemos todos marchar adelante en la seguridad de que Cuba cumplirá su destino, porque nada ni nadie lo podrá impedir, y creo sinceramente que eso es lo que importa. QUE VENÍA DESPUÉS DE LA RENUNCIA …Y puesto que es necesario decidir el dilema, puesto que estamos en la obligación de actuar de manera que nuestros enemigos tengan que callarse la boca, puesto que los cargos no me importan, pero tampoco les voy a rendir tributo a los detractores de la Revolución más allá de la voluntad unánime de nuestro pueblo, y puesto que no me mueven razones sentimentales, sino razones revolucionarias y morales, puesto que me mueve el deber de actuar de manera tan diáfana que no quede la menor duda, el problema de la renuncia lo decidirá el pueblo el 26 de Julio y acataré sencillamente la voluntad soberana del pueblo. Dirán que conozco cuál ha de ser la reacción del pueblo. Bueno, la reacción del pueblo la conocemos todos, pero es necesario que los farsantes se callen la boca, es necesario que los farsantes la vean con sus propios ojos, es necesario que los enemigos de la Revolución sufran lo que es ver a un pueblo libre decidiendo sobre sus propios destinos.

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uenas noches al pueblo de Falcón, al pueblo heroico, bueno, bonito de esta tierra falconiana. En apenas diez años, con los errores, con el tiempo que nos hizo perder la oposición golpista, hay que ver cuánto tiempo perdimos enfrentando el golpe, hay que ver cuánto tiempo nos hicieron perder aquellos años del sabotaje petrolero, del sabotaje económico, cuánto daño nos hicieron pero cuánto hemos recuperado la economía, el desarrollo social, el desarrollo político, la solidez del país, la solidez de las instituciones. Estamos todavía muy lejos de la meta, pero vamos avanzando hacia la meta. Por cierto, debo pedir al país, y esa conclusión la saqué hace varios días, porque veo al señor Contralor de la República, el Doctor Clodosbaldo Russian enfrentando él, casi sólo, a la jauría, yo llamo al país serio a que apoyemos al Contralor de la República, el Doctor Clodosbaldo Russian, en el cumplimiento de sus funciones en la lucha contra la corrupción, la lucha contra la irresponsabilidad, contra las desviaciones administrativas, ahora lo acusan de que está cumpliendo órdenes mías, ¡no! ¡Qué ordenes mías ni que nada! Debería darles vergüenza a los que están reclamando porque los inhabilitaron, ¡muchos de ellos deberían estar en prisión por corrupción!, por malversación de fondos, así que pido apoyar al Contralor General de la República que es apoyar a las instituciones de esta nuestra República Bolivariana. La bandera del Socialismo resucitó en Venezuela y hoy recorre de nuevo el mundo. Estamos escribiendo historia y hoy nosotros estamos obligados a seguir escribiendo la nueva historia. No podemos permitir que nos aparten de la tarea histórica que tenemos, tenemos que cambiar la historia y hay un tema fundamental para ello que es el tema ideológico. En agosto yo quiero que comencemos a inaugurar las Escuelas Ideológicas del Partido, esa es una gran necesidad. Uno puede tener un

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soldado muy bueno, pero si no sabe leer el mapa, ni sabe orientarse en el terreno, si no sabe orientar la brújula, cómo calcular el rumbo, el azimut, ese soldado se va a perder y se lo va a tragar la selva o el desierto y a lo mejor contribuye a que con él se pierda un batallón o un ejército o se pierda una guerra. Entonces, la ideología es la brújula para uno orientarse en el complicado mapa de la política, de la economía y especialmente del mundo de hoy donde se perdieron los rumbos, los paradigmas, las referencias. Hoy estamos creando aquí en Venezuela unas nuevas referencias, unos nuevos paradigmas ideológicos, estamos creando el Socialismo. Ahora, tenemos que crear la base material del ideal socialista. Vamos a transformar el Ministerio de Finanzas en un Ministerio de Economía y Finanzas para mirar el proyecto económico en toda su integralidad y precisar mejor el rumbo las líneas estratégicas del proyecto económico de construcción del Socialismo. No basta la pasión, no basta el amor, hay que tener claro el mapa y el rumbo que uno lleva en el mapa y, para eso hace falta la ideología, la ideología socialista, el contenido ideológico del Socialismo. Para mí el Socialismo tiene varios frentes de batalla, es una fórmula complicada y compleja, pero no por eso difícil, más bien compleja, es multifactorial, hay un Socialismo moral: los valores socialistas. El que quiera, por ejemplo, aquel que desee hacerse rico, acumular riqueza material ¡váyase de aquí!, no es metiéndose a socialista que va a lograr su objetivo, váyase para el capitalismo que allá si pudiera acumular riquezas a expensas de la miseria de la mayoría, a expensas de acabar con la vida de otros, robando, explotando a los demás, porque esa es la única forma en que los ricos se hicieron ricos históricamente, esa es una lucha de muchos siglos, por eso fue que Cristo dijo : más fácil será que un camello entre por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos. Los valores del Socialismo, el amor, lo dijo

Cristo amaos los unos a los otros. Pero eso no es de la boca para afuera, es aquí, en el corazón. El amor por el pueblo, el amor por la patria, el amor desbordado por los más necesitados. Yo tengo una forma de medirme, siempre me he dicho: el día que no te duela una mujer y un niño pasando trabajando, el día que no te duela un menesteroso, alguien enfermo sufriendo, el día que a ti mismo no te duela, vete de aquí Hugo porque no servirías para estar al frente de éste pueblo. Los valores, el amor, la Conciencia del Deber Social, cada uno de nosotros debe tener la conciencia de que tiene un deber con la sociedad antes de con uno mismo, uno tiene que entregarse a la sociedad, uno tiene que desprenderse de lo propio, de los intereses personales, del egoísmo, tenemos que borrar cualquier sentimiento egoísta y darnos por entero a la sociedad, al trabajo social, al desarrollo social. La Conciencia del Deber Social. Yo quiero incentivar al Trabajo Voluntario, el Trabajo Voluntario es fundamental para desarrollar la Conciencia del Deber Social, porque está demostrado a lo largo de la historia que sólo la praxis transforma al hombre, al ser humano, usted puede estar leyendo toda la vida libros Revolucionarios pero nunca se transformaría a sí mismo si no va a la praxis Revolucionaria. Por eso quiero incentivar a todos a las jornadas de Trabajo Voluntario, al partido, yo quiero ver al partido haciendo Trabajo Voluntario, a los Gobernadores, los Ministros, las Ministras, los Alcaldes, los Candidatos, las Candidatas. ¡Vamos! Trabajo Voluntario en las noches, los días libres, los sábados, los domingos, en cualquier parte, picando piedra, moliendo arena, tragando clavo, abriendo un camino, ayudando a los pobres, pescando para llevar peces a los que no tienen comida, trabajando por los demás, desprendiéndose de amor por los más necesitados, arreglando una casa, pegando un clavo, pegando un techo, arreglando las escuelas, ese es un deber de todos. El Deber

Social, el Trabajo Voluntario. La ideología es fundamental porque cuando uno analiza las causas de la pérdida de algunos buenos amigos que uno tuvo, compañeros, compañeras que después se los llevó la ventolera, algunos llegaron a Gobernadores y terminaron en el campo enemigo, algunos llegaron a Alcaldes, etc. cada caso si uno lo analiza, yo llego a la conclusión de que el problema es ideológico, es decir, alguien que no tiene formación, conciencia, es muy fácil que la oligarquía lo rodee y se olvide de los pobres, se olvide del compromiso con el país, se olvide de Chávez, se olvide de la Revolución y termine siendo uno más del montón, igual o peor que los de la IV República. Por eso, es fundamental la ideología, cada uno vamos a remacharnos la ideología, Revolucionarios tenemos que ser. Alguien me preguntó una vez: Chávez yo no he estudiado, tengo dudas ¿cómo es ser Revolucionario? Yo no tenía tiempo para sentarme y tampoco tengo la fórmula en la mano, pero yo le dije: compañero usted tiene dudas acerca de cómo debe ser un Revolucionario, le pregunté: ¿Usted es cristiano? Sí - respondió¿Ustedes saben cómo nació, cómo vivió y cómo murió Cristo? Sí sé. Bueno entonces -le dije- siga ese camino, ese es un Revolucionario, el Che Guevara es un Revolucionario, Bolívar es un Revolucionario, José Leonardo Chirinos es un Revolucionario. El que tenga dudas mírese en el espejo y siga el rumbo del zambo José Leonardo Chirinos, Alí Primera fue un Revolucionario, seamos como Alí Primera, seamos como el Che, seamos como Bolívar, seamos como Cristo. No hace falta estudiar y hacer doctorados para hacerse un Revolucionario. Revolucionario en la práctica y también hay que estudiar la teoría, discutirla en colectivo, estudiarla. La teoría tiene que ser la que oriente, lo más importante. El fin es que seamos verdaderos Revolucionarios en la práctica con teoría bien clara, además, la teoría siempre va madurando, el conocimiento científico siempre va cambiando, van

apareciendo nuevos fenómenos, nuevos procesos, a veces nuevas leyes científicas del comportamiento humano. Hay mucha hipocresía en este mundo, hay mucha hipocresía en esta tierra, hay mucha hipocresía en esta historia, no seamos hipócritas, seamos auténticos y autenticas Revolucionarias, desde el corazón. Fíjense lo que dijo Juan Crisóstomo Falcón aquel día que lanzó su proclama de agua clara comenzando la guerra federal en estas tierras en 1861: "Este es un pueblo que da batallas sin tener armas, que triunfa con los reveses, que en los desastres se organiza, que el terror lo exalta, que la clemencia fingida o real lo indigna, con quien no hay medio ni esperanza que tuerza o adultere su propósito, porque no cree, porque no quiere, porque no se presta a nada que no sea el triunfo de la Revolución tal como él la quiere: absoluta y radical". Hacia allá va esta Revolución como lo dijo mi General Falcón en esta misma tierra hace ya siglo y medio. Revolución, Revolución y más Revolución, ese es el único camino hacia la victoria histórica del pueblo de Venezuela, del pueblo de Bolívar.

¡Que viva el pueblo de Falcón! ¡Que viva el pueblo de Venezuela! ¡Que viva el Socialismo! ¡Que viva el Partido Socialista! ¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!

“...La ideología es fundamental porque cuando uno analiza las causas de la pérdida de algunos buenos amigos que uno tuvo, compañeros, compañeras que después se los llevó la ventolera, algunos llegaron a Gobernadores y terminaron en el campo enemigo, algunos llegaron a Alcaldes, etc. cada caso si uno lo analiza, yo llego a la conclusión de que el problema es ideológico, es decir, alguien que no tiene formación, conciencia, es muy fácil que la oligarquía lo rodee y se olvide de los pobres, se olvide del compromiso con el país, se olvide de Chávez, se olvide de la Revolución y termine siendo uno más del montón, igual o peor que los de la IV República...”

Todo mi amor para Falcón, todo mi compromiso para este pueblo y para esta tierra. Buenas noches camaradas, buenas noches compañeras, buenas noches compañeros.

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Nació en Caracas el 19 de julio de 1898, ya su temprana adolescencia se vio iluminado por los diez días que estremecieron al mundo: La Revolución de Octubre. La obra de Lenin y de Trotsky, esa hazaña histórica, signó su vida. A la lucha por el Socialismo y contra el imperio consagró todos sus esfuerzos, a tallarse como un revolucionario, a esa hermosa empresa dedicó sus mejores acciones. Su vida está llena de episodios históricos, porque así es la vida de los comunistas, se dijo comunista cuando esa declaración traía consigo condenas, de las que el exilio era la más amable, lo hizo cuando la proclama era un relámpago en la conciencia de la población convertida en rebaño adormecido. Desde su temprana adolescencia hasta su muerte, no hubo acontecimiento revolucionario donde la influencia y la presencia del Camarada Gustavo no tuvieran participación destacada. Militó y fundó Partidos Comunistas, el francés, el cubano, el venezolano. Conoció y compartió con muchos grandes: Julio Antonio Mella, Sandino, Marinello, Gaitan, Miguel Otero, Fidel, el Che. Buscó revoluciones para hacerse revolucionario, Nicaragua, Curazao, Cuba, conocieron su ímpetu revolucionario. Nadie lo vio en el cálculo egoísta, al contrario, dejó lo material por la gloria que acompaña al militante de la causa de los humildes. El internacionalismo no le fue ajeno. Fue guerrillero y fue tribuno, fue ejemplo para todos nosotros… En una época signada por el dogmatismo el supo librarse del flagelo, su personalidad fresca nunca sucumbió al mal. Machado representa un eslabón en una tradición militante que comienza con El Apóstol José Martí. Martí junto a Carlos Baliño fundan el Partido Revolucionario Cubano. Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y Gustavo Machado fundan el Partido Comunista Cubano, Gustavo Machado, Salvador de la Plaza, Julio Antonio Mella fundan el Partido Revolucionario Venezolano, primer nombre del Partido Comunista Venezolano. La continuidad es física y es espiritual, una red de sentimientos y lucha cruza el continente y nos hermana a todos los que luchamos por un mundo mejor, viable, Socialista. ¿Qué significa Gustavo para los Revolucionarios, para los comunistas hoy? Los comunistas venezolanos no están, lamentablemente, agrupados

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en un solo partido, desde la fundación del Partido Comunista de Venezuela hasta nuestros días la dispersión ha sido frecuente. El Partido que fundó Gustavo fue escuela para gran cantidad de políticos venezolanos, muchos aprendieron allí a cantar La Internacional, la Bella Ciao, y el Quinto Regimiento. La mayoría siguen la senda revolucionaria y con orgullo dicen que pertenecieron al partido de Gustavo, otros tomaron caminos adversos y reniegan de su pasado, lo ocultan. El Partido Comunista, o mejor, los hijos del Partido Comunista que fundó Gustavo, los hijos de Gustavo, han estado en todos los huracanes revolucionarios que han conmocionado a esta patria, siempre… en la lucha armada, y en las elecciones pacíficas, no hay una cárcel política en la historia de este país que no haya albergado a un comunista, a un hijo de Gustavo, vale decir, a un hijo de Mella, de Martí. Los comunistas venezolanos, más allá de nuestra militancia, debemos, en esta hora tan importante para la patria, cuando existen las posibilidades y las condiciones para concretar el sueño del Socialismo, debemos aprender de la trayectoria de Gustavo. Debemos aprender de su consecuencia, Gustavo luchó siempre, desde la temprana adolescencia hasta su último palpitar estuvo al servicio de la causa revolucionaria. Debemos aprender de su altruismo, nunca Gustavo le regateó su participación a la causa revolucionaria, siempre se entregó entero, desde los días de la insurrección contra Gómez, la toma de Curazao, hasta las prisiones del Cuartel San Carlos. Aprender de Gustavo a hacer política grande, con altruismo, con humanismo, sin cálculos mezquinos, o zancadillas. Aprender a actuar en política sin dobleces, sin plan B, sin red de seguridad, transparentes, sin negarle la verdad al pueblo, así era Gustavo, así pensaba que debía actuar un comunista. Nosotros los comunistas que atendimos el llamado del Comandante Chávez y nos incorporamos a la tarea de construir un partido que sin duda será la vanguardia de la Revolución Bolivariana, el Partido Socialista Unido de Venezuela, tenemos a Gustavo en el sitio histórico donde se guarda a los grandes hijos de esta patria y esta humanidad. Hoy le rendimos sentido homenaje, con el compromiso de no fallarle, de seguir su ejemplo.

En cada pasillo del MACZUL (Museo de Arte Contemporáneo del Estado Zulia) se escuchaban las charlas y tertulias de diversos filósofos provenientes de varios países. También en las salas 1, 2 y 3 de la referida institución cultural otros debatían sobre temas tales como el consumismo, la alineación y la comunicación. A este importante encuentro ideológico asistió, en calidad de participante, Mely González, de nacionalidad cubana, master en Pensamiento Latinoamericano, doctora en Filosofía egresada de la Universidad de La Habana, profesora auxiliar de la Universidad Central de Las Villas, en Santa Clara, investigadora en la cátedra de Pensamiento Latinoamericano "Enrique José Varona" de esa casa de estudios, y decana de la Facultad de Ciencias Sociales. Durante la conversación que el equipo de Debate Socialista sostuvo con González, afloró la labor que desempeña como decana en una institución que cuenta con dos carreras universitarias: sociología y estudios socioculturales, con el propósito de que los estudiantes desarrollen y fortalezcan una concepción revolucionaria. Esta filosofa, acreedora de varios títulos universitarios, define el Socialismo como una sociedad muy justa que pone al hombre en el centro. Destaca que la construcción de esa comunidad esta llena de contradicciones propias de una población que quiere llegar al Socialismo. La doctrina socialista y el comunismo, a su juicio, son un movimiento de humanidad que tiene como bandera la superación, el mejoramiento humano, la justicia social y la solidaridad. Sus bases están sustentadas en la búsqueda del bien colectivo por encima de lo personal. En este diálogo sobre la construcción de una nueva sociedad, Mely González respondió algunas interrogantes: ¿Existen algunos parámetros para permitirnos definir el Socialismo? Hay principios claves para poder entenderlo, que se establecen en los principios del Comunismo, unido al Manifiesto Comunista que nos presenta Marx y Engels en el siglo XIX para demostrarnos cuáles son esos elementos que inevitablemente tiene que tener una sociedad y que pasan por la eliminación de la propiedad privada y la división social del trabajo, llevando a todos los individuos hacia una vida digna y con trabajo. Todos esos principios indudablemente son universales para poder comprender el Socialismo, pero con el paso del tiempo a través de los años los cambios tan grandes que ha habido en el mundo sobre todo en el siglo XX y lo que va del sigo XXI, los proyectos del capitalismo que cada día son nuevos y se remodelan y también nos llegan a nosotros pues han ido cambiando muchas visiones que alrededor del socialismo existían. Yo creo que esos principios continúan vigentes porque nosotros no podemos construir el Socialismo, por ejemplo, sin eliminar la propiedad privada para que realmente el Estado pueda tener en sus manos los principales medios de producción que posibiliten llevar adelante sus proyectos sociales. Indudablemente en el Socialismo y en el Comunismo hay características muy particulares, dependiendo de las condiciones históricas en que cada sociedad se desarrolla, de los contextos inclusive geográficos, religiosos y culturales. Dichos aspectos hay que considerarlos para que el hombre no se vea limitado dentro de una población, si no que se trate de llevar el socialismo de tal manera que no se vea limitado ni frenado, ni se eche a un lado los intereses individuales sino que estos se cambien y se unan a los colectivos y viceversa. Creo que esto es uno de los grandes retos

que tiene hoy el Socialismo para que realmente sea diverso, para que todos se sientan involucrados en este proceso. ¿En este contexto podemos hablar de lucha de clases? No se puede tampoco desestimar la lucha de las clases. Hoy en día hablan de que ya no hay que hablar de las luchas de las clases. Nosotros seguimos pensando que sí esta allí. La burguesía nunca va a dejar su interés, es decir, no podemos caer en el laberinto ese de la fraternidad humana y de las cuestiones abstractas en el plano de las relaciones sociales porque realmente en el mundo en que vivimos estamos marcados por el gran capital y por esas diferencias con las clases burguesas. Eso tampoco lo podemos desestimar. ¿Cómo observa el proceso que se está gestando en Venezuela? Realmente nosotros, en el caso cubano, estamos siguiendo muy de cerca el caso venezolano porque con él aprendemos. Yo no creo que el caso venezolano y el cubano sean idénticos, hay muchas diferencias precisamente marcadas por los contextos. En Venezuela la vía al Socialismo es diferente a la Cubana. Es un camino que no fue por la lucha armada, es una vía que también entra en una alternativa donde a través de los parlamentos, las elecciones, a través de la democracia, se va llevando entonces la idea de la revolución y el proyecto. En muchos casos es el mismo juego que la propia burguesía pone en el caso de Venezuela. Pienso que se han apropiado y han puesto en la arena de la lucha política nuevos elementos que indudablemente son muy participativos y eso es un elemento muy a favor del proyecto venezolano, pero también tiene sus retos y sus dificultades. Aquí hay dos caras de una misma moneda que yo creo que los venezolanos tienen que saber jugar muy bien para que el proyecto siga el curso y se supere cada día, y se mida cada día. Que no se quede en lo que esta, sino que se supere todos los días. Creo que eso es un reto importante que tiene Venezuela. Por nuestra parte lo estamos siguiendo muy de cerca. Existe la idea de que estamos enseñando a Venezuela, pero yo creo que Venezuela nos esta enseñando y por eso para nosotros es tan importante y sentimos muy de cerca la Revolución Venezolana.

“...No se puede tampoco desestimar la lucha de las clases. Hoy en día hablan de que ya no hay que hablar de las luchas de las clases. Nosotros seguimos pensando que sí esta allí. La burguesía nunca va a dejar su interés, es decir, no podemos caer en el laberinto ese de la fraternidad humana y de las cuestiones abstractas en el plano de las relaciones sociales porque realmente en el mundo en que vivimos estamos marcados por el gran capital y por esas diferencias con las clases burguesas. Eso tampoco lo podemos desestimar...”

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MENSAJE DEL LIBERTADOR

SIMÓN BOLÍVAR

A LA CONVENCIÓN DE OCAÑA (Fragmentos)

Con el objetivo de resolver la crisis en que se debatía la Gran Colombia en 1826 y 1827, se unió una Gran Convención Nacional, la cual abrió sus sesiones en la ciudad de Ocaña a comienzos de abril de 1828. Desde el 29 de febrero de ese año tenía preparado Bolívar el Mensaje que hizo presentar oportunamente ante la Gran Convención, pues él no fue a Ocaña. Ese mensaje constituye una conmovedora radiografía de la situación de la República en aquellos tiempos calamitosos que culminan con Bolívar en San Pedro Alejandrino asesinado, no por los españoles a los que derrotó en mil batallas, sino por los próceres que le debían toda su gloria. A LOS REPRESENTANTES DEL PUEBLO EN LA CONVENCIÓN NACIONAL Conciudadanos: Os CONGRATULO POR LA HONRA que habéis merecido de la nación, confiándoos sus altos destinos. Al representar la legitimidad de Colombia os halláis revestidos dé los poderes más sublimes. También participo yo de la mayor ventura devolviéndoos la autoridad que se había depositado en mis cansadas manos; tocan a los queridos del pueblo las atribuciones soberanas, los derechos supremos, como delegados del omnipotente augusto de quien soy súbdito y soldado. ¿En qué potestad más eminente depondría yo el bastón de presidente y la espada de general? Disponed libremente de estos símbolos de mando y de gloria en beneficio de la causa popular, sin atender a consideraciones personales que os impidieran una reforma perfecta. Constituido por mis deberes a manifestaros la situación de la república, tendré el dolor de ofreceros el cuadró de sus aflicciones. No juzguéis que los colores que empleo los ha encendido la exageración, ni que han salido de la tenebrosa mansión de los misterios: yo los he copiado a la luz del escándalo; su conjunto puede pareceros ideal; pero si lo fuera, ¿Colombia os llamara? Los quebrantos de la patria han empezado desde luego a remediarse, ya que congregados los escogidos se disponen a examinarlos. Vuestra empresa, en verdad, es tan difícil cómo gloriosa; y

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aunque se han disminuido los obstáculos con la fortuna de poderos presentar a Colombia unida y dócil a vuestra voz; he de deciros que no debemos esta inapreciable ventaja sino a las esperanzas libradas en la Convención, esperanzas que os muestran la confianza nacional y el peso que os abruma. Os bastará recorrer nuestra historia para descubrir las causas de nuestra decadencia. Colombia, que supo darse vida, se halla exánime. Identificada antes con la causa pública, no estima ahora su deber como la única regla de salud. Los mismos que durante la lucha se contentaron con su pobreza, y que no adeudaban al extranjero tres millones, para mantener la paz han tenido que cargarse de deudas vergonzosas por sus consecuencias. Colombia, que al frente de las huestes opresoras, respiraba sólo pundonor y virtud, padece como insensible el descrédito nacional. Colombia, que no pensaba sino en sacrificios dolorosos, en servicios eminentes, se ocupa de sus derechos y no de sus deberes. Habría perecido la nación si un resto de espíritu público no la hubiese impelido a clamar el remedio y detenido al borde del sepulcro. Solamente un peligro horroroso nos haría intentar la alteración de las leyes fundamentales; sólo este peligro se habría hecho superior a la pasión que profesábamos a instituciones propias y legítimas, cuyas bases nos habían procurado la deseada emancipación. Nada añadiría a este funesto bosquejo, si el puesto que ocupo no me forzara a dar cuenta a la nación de los inconvenientes prácticos de sus leyes. Sé que no puedo hacerlo sin exponerme a siniestras interpretaciones, y que a través de mis palabras se leerán pensamientos ambiciosos: más, yo que no he rehusado a Colombia consagrarle mi vida y mi reputación, me conceptúo obligado a este último sacrificio. Debo decirlo: nuestro gobierno está esencialmente mal constituido. Sin considerar que acabamos de lanzar la coyunda, nos dejamos deslumbrar por aspiraciones superiores a las que la historia de todas las edades manifiesta incompatibles con la humana naturaleza. Otras veces hemos equivocado los medios y atribuido el mal suceso a no habernos acercado bastante a la engañosa guía que nos extraviaba, desoyendo a los que pretendían seguir el orden de las cosas, y comparar entre sí las diversas partes de nuestra

constitución, y toda ella, con nuestra educación, costumbres e inexperiencia para que no nos precipitáramos en un mar proceloso. Nuestros diversos poderes no están distribuidos cual lo requiere la forma social y el bien de los ciudadanos. Hemos hecho del legislativo sólo el cuerpo soberano, en lugar de que no debía ser más que un miembro de este soberano; le hemos sometido el ejecutivo, y dado mucha más parte en la administración general que la que el interés legítimo permite. Por colmo de desacierto se ha puesto toda la fuerza en la voluntad, y toda la flaqueza en el movimiento y la acción del cuerpo social. El derecho de presentar proyectos de ley se ha dejado exclusivamente al legislativo, que por su naturaleza está lejos de conocer la realidad del gobierno y es puramente teórico. El arbitrio de objetar las leyes concedido al ejecutivo, es tanto más ineficaz cuanto que se ofende la delicadeza del congreso con la contradicción. Este puede insistir victoriosamente, hasta con el voto de la quinta o con menos de la quinta parte de sus miembros; lo que no deja medio de eludir el mal. Prohibida la libre entrada a los secretarios del despacho en nuestras cámaras, para explicar o dar cuenta de los motivos del gobierno, no queda ni este recurso que adoptar para esclarecer al legislativo en los casos de objetarse algún acuerdo. Mucho habría podido evitarse, requiriendo determinado lapso de tiempo, o un número proporcional de votos, considerablemente mayor que el que ahora se exige para insistir en las leyes objetadas por el ejecutivo. El ejecutivo de Colombia no es el igual del legislativo; ni el jefe del judicial: viene a ser un brazo débil del poder supremo, de que no participa en la totalidad que le corresponde, porque el congreso se ingiere en sus funciones naturales sobre la administración judicial, eclesiástica y militar. El gobierno, que debería ser la fuente y el motor de la fuerza pública, tiene que buscarla fuera de sus propios recursos, y que apoyarse en otros que le debieran estar sometidos. Toca esencialmente al gobierno ser el centro y la mansión de la fuerza, sin que el origen del movimiento le corresponda. Habiéndosele privado

“...Nada añadiría a este funesto bosquejo, si el puesto que ocupo no me forzara a dar cuenta a la nación de los inconvenientes prácticos de sus leyes. Sé que no puedo hacerlo sin exponerme a siniestras interpretaciones, y que a través de mis palabras se leerán pensamientos ambiciosos: más, yo que no he rehusado a Colombia consagrarle mi vida y mi reputación, me conceptúo obligado a este último sacrificio...” de su propia naturaleza sucumbe en un letargo, que se hace funesto para los ciudadanos y que arrastra consigo la ruina de las instituciones. No están reducidos a éstos los vicios de la constitución con respecto al ejecutivo. Rivaliza en entidad con los mencionados, la falta de responsabilidad de los secretarios del despacho. Haciéndola pesar exclusivamente sobre el jefe de la administración, se anula su efecto, sin consultar cuanto es posible la armonía y el sistema entre las partes; y se disminuyen igualmente los garantes de la observancia de la ley. Habrá más celos en su ejecución, cuando con la responsabilidad moral obre en los ministros, la que se les imponga. Habrá entonces más poderosos estímulos para propender al bien. El castigo que por desgracia se llegara a merecer, no sería el germen de mayores males, la causa de trastornos considerables y el origen de las revoluciones. La responsabilidad en el escogido del pueblo será siempre ilusoria, a no ser que voluntariamente se someta a ella, o que contra toda posibilidad carezca de medios para sobreponerse a la ley. Nunca, por otro lado, puede hacerse efectiva esta responsabilidad, no hallándose determinados los casos en que se incurre, ni definida la expiación. Todos observan con asombro el contraste que presenta el ejecutivo, llevando en sí una superabundancia de fuerza al lado de una extrema flaqueza: no ha podido repeler la invasión exterior o contener conatos sediciosos, sino revestido de la dictadura. La constitución misma, convencida de su propia falta, se ha excedido en suplir con profusión las atribuciones que le había economizado con avaricia. De suerte que el gobierno de Colombia es una fuerza mezquina de salud. No se ha visto en nación alguna entronizada a tanta altura la facultad de juzgar como en Colombia. Considerándose el modo con que están constituidos entre nosotros los poderes, no puede decirse que las funciones del cuerpo político de una nación se reducen a querer ejercer su voluntad. Se aumentó un tercer agente supremo, como si la facultad de decidir las leyes convenga a los casos no fuese la principal incumbencia de la ejecución. Para que no influyese indebidamente en los encargos de decirlo, los dejaron del todo inconexos con el ejecutivo, del que son por su naturaleza parte integrante; y a pesar de que se encargó a éste velar de continuo en la pronta y cumplida administración de justicia, se le cometió el encargo sin proveerle de los medios para descubrir cuándo fuese oportuna su intervención, ni declararle hasta

qué punto pudiese extenderse. Aun la facultad de elegir, entre personas aptas, se le ha coartado. No satisfecho con esta exaltación hemos dado por leyes posteriores a los tribunales civiles una absoluta supremacía en los juicios militares, contra toda práctica uniforme de los siglos, derogatoria de la autoridad que la constitución atribuye al Presidente y destructora de la disciplina que es fundamento de la milicia de línea. Las leyes posteriores en la parte judicial han extendido, hasta donde nunca debió ser, el derecho de juzgar. A consecuencia de la ley de procedimiento se han complicados las lites. Por todas partes se han establecido nuevos juzgados tribunales de cantón, por cuya reforma claman los miserables pueblos, que enredan y sacrifican en provecho de los jueces. Repetidas ocasiones han decidido de la buena o mala aplicación de la ley cortes superiores, compuestas casi exclusivamente de legos. El ejecutivo ha oído lastimosos reclamos contra el artificio o prevaricación de los jueces, y no ha tenido medios para castigarlos: ha visto la hacienda pública víctima de la ignorancia y de la malicia de los tribunales, y no ha podido aplicar el remedio. La acumulación de todos los ramos administrativos en los agentes naturales que el ejecutivo tiene en los departamentos aumenta su impotencia, porque el intendente, jefe del orden civil y de la seguridad interior, se halla recargado de la administración de las rentas nacionales, cuyo cuidado exige muchos individuos, sólo para impedir su deterioro. No obstante que esta acumulación parece conveniente, no lo es sino respecto a la autoridad militar; que debería estar reunida en los departamentos marítimos a la civil, y la civil separada de las rentas, para que cada uno de estos ramos sirva de un modo satisfactorio al pueblo y al gobierno. Las municipalidades, que serían útiles como consejo de los gobernadores de provincia, apenas han llenado sus verdaderas funciones; algunas de ellas han osado atribuirse la soberanía que pertenece a la nación, otras han formado la sedición; y casi todas las nuevas, más han exasperado que promovido el abasto, el ornato y la salubridad de sus respectivos municipios. Tales corporaciones no son provechosas al servicio a que se les ha destinado: han llegado a hacerse odiosas por las gabelas que cobran, por la molestia que causan a los electos que las componen, y porque en muchos lugares no hay siquiera con quien reemplazadas. Lo que las hace principalmente

perjudiciales es la obligación en que pone a los ciudadanos de desempeñar una judicatura anual, en que emplean su tiempo y sus bienes, comprometiendo muy frecuentemente su responsabilidad y hasta su honor. No es raro el destierro espontáneo de algunos individuos de sus propios hogares, porque no los nombren para estos enojosos cargos. Y si he de decir lo que todos piensan, no habría decreto más popular que el que eliminase las municipalidades. No habiendo ley sobre la policía general, no existe ni su sombra. Resulta de aquí, que el Estado es una confusión, diría mejor un misterio para los subalternos del ejecutivo, que se hallan en relación con uno a uno de los individuos, los que no manejables sin una policía diligente y eficaz que coloque a cada ciudadano en conexión inmediata con los agentes del gobierno. De aquí provienen diversos inconvenientes para que los intendentes hagan cumplir las leyes y reglamentos en todos los ramos de su dependencia. Destruida la seguridad y el reposo, únicos anhelos del pueblo, ha sido imposible a la agricultura conservarse siquiera en el deplorable estado en que se hallaba. Su ruina ha cooperado a la de otras especies de industria, desmoralizado el albergue rural y disminuido los medios de adquirir; todo se ha sumido en la miseria desoladora; y en algunos cantones los ciudadanos han recobrado su independencia primitiva, porque perdidos sus goces nada los liga a la sociedad, y aun se convierten en sus enemigos. El comercio exterior ha seguido la misma escala que la industria del país; aun diría, que apenas basta para proveernos de lo indispensable; tanto más, que los fraudes favorecidos por las leyes y por los jueces, seguidos de numerosas quiebras, han alejado la confianza de una profesión que únicamente estriba en el crédito y buena fe. Y ¿qué comercio habrá sin cambios y sin provechos? Nuestro ejército era el modelo de la América y la gloria de la libertad: su obediencia a la ley, al magistrado y al general, parecían pertenecer a los tiempos heroicos de la virtud republicana. Se cubría con sus armas, porque no tenía uniformes; pereciendo de miseria se alimentaba de los despojos del enemigo, y sin ambición no respiraba más que el amor a la patria: Tan generosas virtudes se han eclipsado, en cierto modo, delante de las nuevas leyes dictadas para regirlo y para protegerlo. Partícipe el militar de los sacudimientos que han agitado toda la sociedad, no conserva más que su devoción a la causa que ha salvado y un

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“...Nuestro ejército era el modelo de la América y la gloria de la libertad: su obediencia a la ley, al magistrado y al general, parecían pertenecer a los tiempos heroicos de la virtud republicana. Se cubría con sus armas, porque no tenía uniformes; pereciendo de miseria se alimentaba de los despojos del enemigo, y sin ambición no respiraba más que el amor a la patria: Tan generosas virtudes se han eclipsado, en cierto modo, delante de las nuevas leyes dictadas para regirlo y para protegerlo...”

respeto saludable a sus propias cicatrices. He mencionado el funesto influjo que ha debido tener en la subordinación el haberle sujetado a tribunales civiles, cuyas doctrinas y disposiciones son fatales a la disciplina severa, a la sumisión pasiva y a la ciega obediencia que forma la base del poder militar, apoyo de la sociedad entera. La ley que permite al militar casarse sin licencia del gobierno, ha perjudicado considerablemente al ejército en su movilidad, fuerza y espíritu. Con razón se ha prohibido tomar reemplazos de entre los padres de familia: contraviniendo a esta regla, hemos hecho padres de familia a los soldados. Mucho ha contribuido a relajar la disciplina el vilipendio que han recibido los jefes de parte de los súbditos por escritos públicos. El haberse declarado detención arbitraria una pena correccional, es establecer por ordenanzas los derechos del hombre y difundir la anarquía entre los soldados, que son los más crueles, como los más tremendos cuando se hacen demagogos. Se han promovido peligrosas rivalidades entre civiles y militares con los escritos y con las discusiones del congreso, no considerándolos ya como los libertadores de la patria, sino como verdugos de la libertad. ¿Era ésta la recompensa reservada para los héroes? Aun ha llegado el escándalo al punto de excitarse odio y encono entre los militares de diferentes provincias para que ni la unidad ni la fuerza existieran. No quisiera mencionar la clemencia que ha recaído sobre los crímenes militares de esta época ominosa. Cada uno de los legisladores está penetrado de toda la gravedad de esta vituperable indulgencia. ¿Qué ejército será digno, en adelante, de defender nuestros sagrados derechos, si el castigo del crimen ha de ser recompensarlo? ¡Y si la gloria no pertenece ya a la fidelidad, el valor a la obediencia! Desde ochocientos veintiuno, en que empezamos a reformar nuestro sistema de hacienda, todo han sido ensayos; y de ellos el último nos ha dejado más desengañados que los anteriores. La falta de vigor en la administración, en todos y cada uno de sus ramos, el general conato por eludir el pago de las contribuciones, la notable infidelidad y descuido por parte de los recaudadores, la creación de empleados innecesarios, el escaso sueldo de éstos, y las leyes mismas, han conspirado a destruir el erario. Se ha confiado vencer algunas veces este conjunto de resistencia invocando la acción de los tribunales;

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pero los tribunales, con la apariencia de protectores de la inocencia, han absuelto al contribuyente quejoso y al recaudador procesado, cuando la lentitud y la secuela de los juicios no ha dado tiempo al congreso para dictar nuevas leyes que enervasen aun la acción del gobierno. Todavía el congreso no ha arreglado las comisarías que manejan las más cuantiosas rentas. Todavía el congreso no ha examinado, por la primera vez, la inversión de los fondos de que el gobierno es simple administrador. La demora en Europa de la persona a quien por órdenes expedidas en 1823 toca responder de los millones que se deben por el empréstito contratado y por el ratificado en Londres, la expulsión del encargado de negocios que teníamos en el Perú y que gestionaba el cobro de los suplementos que hicimos a aquella república, por último la distribución y consunción de los bienes nacionales, nos han forzado a suplir con numerosas inscripciones en el libro de la deuda nacional valores que ellos pudieron dejar satisfechos. El erario de Colombia ha tocado, pues, a la crisis de no poder cubrir nuestro honor nacional con el extranjero generoso que nos ha prestado sus fondos confiando en nuestra fidelidad. El ejército no recibe la mitad de sus sueldos, y excepto los empleados de hacienda, los demás sufren la más triste miseria. El rubor me detiene, y no me atrevo a deciros que las rentas nacionales han quebrado, y que la república se halla perseguida por un formidable concurso de acreedores. Al describir el caos que nos envuelve, casi me ha parecido superfluo hablaros de nuestras relaciones con los demás pueblos de la tierra. Ellas prosperaron a medida que se exaltaba nuestra gloria militar y la prudencia de nuestros conciudadanos, inspirando así confianza de que nuestra organización civil y dicha social alcanzarían el alto rango que la Providencia nos había señalado. El progreso de las relaciones exteriores ha dependido siempre de la sabiduría del gobierno y de la concordia del pueblo. Ninguna nación se hizo nunca estimar, sino por la práctica de estas ventajas: ninguna se hizo respetable sin la unión que la fortifica. Y discorde Colombia, menospreciando sus leyes, arruinando su crédito, ¿qué alicientes podrá ella ofrecer a sus amigos? ¿Qué garantes para conservar siquiera a las que tiene? Retrogradando, en vez de avanzar, en la carrera civil, no inspira sino esquivez. Ya se ha visto

provocada, insultada, por un aliado que no existiera sin nuestra magnanimidad. Vuestras deliberaciones van a decidir, si arrepentidas las naciones amigas de habernos reconocido hayan de borrarnos de entre los pueblos que componen la especie humana. ¡Legisladores! Ardua y grande es la obra que la voluntad nacional os ha cometido. Salvaos del compromiso en que os han colocado nuestros conciudadanos salvando a Colombia. Arrojad vuestras miradas penetrantes en el recóndito corazón de vuestros constituyentes: allí leeréis la prolongada angustia que los agoniza; ellos suspiran por seguridad y reposo. Un gobierno firme, poderoso y justo es el grito de la patria. Miradla de pie sobre las ruinas del desierto que ha dejado el despotismo, pálida de espanto, llorando quinientos mil héroes muertos por ella, cuya sangre sembrada en los campos hacía nacer sus derechos. Sí, legisladores, muertos y vivos, sepulcros y ruinas, os piden garantías. Y yo que sentado ahora sobre el hogar de un simple ciudadano, y mezclado entre la multitud, recobro mi voz y mi derecho, yo que soy el último que reclamo el fin de la sociedad, yo que he consagrado un culto religioso a la patria y a la libertad, no debo callarme en momento tan solemne. Dadnos un gobierno en que la ley sea obedecida, el magistrado respetado y el pueblo libre: un gobierno que impida la transgresión de la voluntad general y los mandamientos del pueblo. Considerad, legisladores, que la energía en la fuerza pública es la salvaguardia de la flaqueza individua la amenaza que aterra al injusto y la esperanza de la sociedad. Considerad que la corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos. Mirad que sin fuerza no hay virtud; y sin virtud perece la república. Mirad, en fin, que la anarquía destruye la libertad y que la unidad conserva el orden. ¡Legisladores! ¡A nombre de Colombia os ruego con plegarias infinitas que nos deis, a imagen de la Providencia que representáis, como árbitros de nuestros destinos, para el pueblo, para el ejército, para el juez y para el magistrado ¡¡¡Leyes inexorables!!! Bogotá, 29 de febrero de 1828. SIMÓN BOLÍVAR

LIBROS POR ENTREGA Inauguramos esta sección de libros por entrega con la biografía de Marx y Engels, escrita por el Che Guevara, una verdadera joya. Ahora presentamos una de las obras emblemáticas de los fundadores del Socialismo Científico, el Manifiesto Comunista, material de obligado estudio para todos los revolucionarios del mundo. Continuamos así ofreciendo a nuestros lectores alimento para la necesaria batalla de ideas. Comenzamos con los dos interesantísimos prólogos, uno el primero firmado por los dos autores, el otro cuando ya Marx habia muerto, firmado solo por Federico Engels. FRAGMENTO 1 UN FANTASMA RECORRE EUROPA: el fantasma del comunismo. Contra ese fantasma se han coligado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el Zar, Matternich y Guizot, los radicales franceses (1) y los polizontes alemanes. ¿Dónde está el partido de oposición al que sus adversarios gobernantes no motejen de comunista; dónde el partido de oposición que no devuelva, lanzándolo al rostro de los oposicionistas más avanzados, al igual que al de sus rivales reaccionarios, el reproche estigmatizante de comunismo? Dos consecuencias se desprenden de este hecho: 1. Que el comunismo se halla ya reconocido como una potencia por todas las potencias europeas. 2. Que es hora ya de que los comunistas expresen, a la luz del día y ante el mundo entero, sus ideas, sus objetivos, sus tendencias, saliendo al paso - con un manifiesto de su partido - de esa leyenda del fantasma del comunismo. Con este fin, se han congregado - en Londres - comunistas de las más diversas nacionalidades, y se ha redactado el siguiente Manifiesto, que aparecerá en lengua inglesa, francesa, alemana, italiana, flamenca y danesa. l. BURGUESES Y PROLETARIOS(2) La historia de todas las sociedades hasta nuestros días(3) es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros(4) y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna. En las anteriores épocas históricas, encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una

múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, además, en casi todas estas clases todavía encontramos gradaciones especiales. La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente, ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado. De los siervos de la Edad Media surgieron los vecinos libres de las primeras ciudades; de este estamento urbano salieron los primeros elementos de la burguesía. (1) Republicanos burgueses de aquella época. Destacados escritores y hombres políticos de esta tendencia como por ejemplo Marrás, luchaban contra el socialismo y el comunismo. (N. del E.) (2) Por burguesía se comprende a la clase de los capitalistas modernos, que son los propietarios de los medios de producción social y emplean trabajo asalariado. Por proletarios se comprende a la clase de los trabajadores asalariados modernos, que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir. (Nota de F. Engels a la edición inglesa de 1888.) (3) Es decir, la historia escrita. En 1847, la historia de la organización social que precedió a toda la historia escrita, la prehistoria, era casi desconocida. Posteriormente, Haxthausen ha descubierto en Rusia la propiedad comunal de la tierra; Maure ha demostrado que ésta fue la base social de la que partieron históricamente todas las tribus germanas, y se ha ido descubriendo poco a poco que la comunidad rural, con la posesión colectiva de la tierra, ha sido la forma primitiva de la sociedad, desde la India, hasta Irlanda. La organización interna de esa sociedad comunista primitiva ha sido puesta en claro, en lo que tiene de típico, con el culminante descubrimiento hecho por Morgan de la verdadera naturaleza de la gens y de su lugar en la tribu. Con la desintegración de estas comunidades primitivas comenzó la diferenciación de la sociedad en clases distintas y, finalmente, antagónicas. He intentado analizar este proceso en la obra "Der Ursprung des Familie, des Privateigentums und des Staats" ("El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado"), 2 ed. Stuttgart, 1886. (Nota de F. Engels a la edición inglesa de 1888.) (4) Zunftbürger, esto es, miembro de un gremio con todos los derechos, maestro del mismo, y no su dirigente. (Nota de F. Engels a la edición inglesa de 1888.') Comunas se llamaban en Francia las ciudades nacientes, todavía antes de arrancar a sus amos y señores feudales la autonomía local, y los derechos políticos como" tercer estado". En términos generales, se ha tomado aquí a Inglaterra como país típico del desarrollo económico de la burguesía, y a Francia como país típico de su desarrollo político. (Nota de F. Engels a la edición inglesa de 1888.)

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EL CANDIDATO ES EL SOCIALISMO

Pronto la discusión de la unidad de los bolivarianos quedará saldada, no sabemos aún los detalles de la extraña “unidad parcial”, pero sean cuales fueren ya pasaremos a otra etapa. Con esos bueyes debemos arar, en esas condiciones debemos dar la batalla. Veamos.

En noviembre vamos a un combate que es decisivo para el proceso revolucionario, los resultados marcarán el rumbo del país en los próximos años. El 23 de noviembre, domingo, podemos dar un salto definitivo hacia el Socialismo, o podemos retroceder a los abismos de la restauración. Si la Revolución , si la victoria es aplastante, podremos avanzar, profundizar el Socialismo, y la restauración, desmoralizada, se replegará a las murmuraciones de una conspiración sin futuro. Los humildes respirarán aliviados, porque la esperanza no murió en Venezuela. Ahora, si los resultados son dudosos, si la victoria es cerrada, las oligarquías tendrán holgura para sus maniobras contrarrevolucionarias y habrá peligro de perder la Revolución. Y si la Revolución se pierde, una nube oscura cubrirá al continente y un hálito de desaliento, de escepticismo, recorrerá al mundo. Vendrá una ofensiva de las oligarquías y del imperio que arrasará las conquistas sociales de la Revolución y abatirá las posibilidades de construir un mundo amoroso. La sociedad quedará a merced del “dios mercado”, donde sólo el que tiene dinero abundante tiene derecho a la existencia. La vivienda, alimentación, educación, salud, dejarán de ser un derecho para convertirse en una meta inalcanzable para las grandes mayorías.

Es necesario incorporar al pueblo a la Batalla de Noviembre, y eso sólo se logra si el pueblo entiende que no se trata de dilucidar el destino de unos candidatos, ni siquiera de unos partidos, se estará decidiendo el destino de la sociedad venezolana y la suerte del continente, se estará decidiendo el futuro del Comandante y de la Revolución Bolivariana. Sólo será posible movilizar al pueblo si entiende la grandeza de la Batalla de Noviembre. Si por el contrario, nos quedamos planteando metas mezquinas, los resultados serán también mezquinos. Los revolucionarios bolivarianos tenemos una gran ventaja sobre los oligarcas, ellos sólo pueden proponer demagogias y metas pequeñas, regresos al pasado del que ya conocemos sus miserias. La convocatoria para la grandeza, para la construcción de un mundo inédito, donde la felicidad de todos sea la meta, sólo la puede hacer la Revolución. Esa es nuestra ventaja y debemos usarla. Ahora en esta etapa el candidato es el Socialismo, la posibilidad Socialista. Más allá de los defectos, de los errores de los candidatos, se debe votar por mantener viva la esperanza de construir un mundo mejor, de derrotar el regreso al tenebroso pasado, donde los defectos se multiplicarán, los errores abundarán y no habrá posibilidades de enmienda. Debemos entender que de noviembre debemos salir con la esperanza Socialista fortalecida, y eso se consigue votando por los candidatos que fortalezcan al Comandante, por los candidatos que Chávez apoye.

¡Chávez es Esperanza Socialista! ¡Estar con Chávez, es estar con lo que Chávez decida!

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