"Los grandes espíritus siempre han tenido que luchar contra la oposición feroz de mentes mediocres." — Albert Einstein
EL MANUAL DEL PERFECTO MEDIOCRE Por Jairo Uparella 11 Sept - 2009
Editado por Pensamiento Excelente ¿El mundo tiende a la mediocridad? La mediocridad tiene muchas definiciones y es dependiente de muchas situaciones. Normalmente está definida como algo o alguien que es de calidad media, o de inteligencia deficiente, pero realmente se trata más que eso, es la calidad más baja a la que algo o alguien pueda llegar. Si es algo, un objeto o producto, es aquello que no funciona bien, no ofrece lo que promueve y en las personas se trata de su pobre pensamiento, modo de actuar, modo de hablar y modo de enfrentar las diversas situaciones cotidianas. Hubo un momento en que se pensó el mundo había llegado a alcanzar un punto de equilibrio y aún más, había superado la imperfección tras los avances científicos, culturales, justo después de la Revolución Industrial. Para entonces el ser humano estaba optimista en sus apreciaciones subjetivas y objetivas de que el mundo era un gran lugar para crecer y vivir, pero, que desde épocas de la llamada Carrera Aeroespacial, parece que la curva de la excelencia humana va en descenso. La mediocridad es lo contrario a la excelencia. Sea o no contagiosa, afecta y hoy por hoy, ya no es inherente en un solo hombre, sino de comunidades y ciudades enteras. De ella se desprenden los miles de problemas que vive una sociedad, tanto así que ya existen las denominadas “Sociedades Corruptas”, identificadas y definidas por sociólogos y psicólogos que han seguido el comportamiento del hombre en sociedad. La mediocridad va de la mano de la ignorancia. La poca preparación del hombre moderno en los asuntos de intelecto y la moral, ha llevado al mundo a
situaciones inimaginables. Cada día el interés por lo ajeno, los sentimientos de envidia y vanidad, el desinterés por los asuntos del prójimo, han ocasionado las más terribles guerras de odios no sólo entre individuos de clases sociales bajas, sino de las más altas y de los cuales sus actos son de la vista gorda de quienes se valen de la astucia del máximo mediocre para poder sobrevivir. Estos son los zánganos. Somos mediocres por naturaleza, puede ser; nuestras culturas nos mantienen en la mediocridad, sobre todo cuando esas culturas se estancan por mantener el nivel intelectual en lo que apenas somos capaces pero que nos está permitiendo obtener lo que deseamos y supuestamente necesitamos. Por nivel intelectual nos referimos a aquella capacidad pobre o excelente en que podemos solucionar los problemas, discernirlos, valorarlos, hacernos más humanos, ser capaces de percibir el mundo y decidir ser partes o no de esa percepción. Para cada quien el mundo está definido. Pero esa definición está sujeta a los logros o alcances a los que el hombre ha llegado. Si se ha llegado a altos niveles laborales, intelectuales, artísticos, se podría decir que el mundo es excelente. Pero si por el contrario, el alcance es pobre, difícil o tedioso, el mundo es mediocre. Pero ¿Qué hay de aquel que después de tenerlo todo, lo ha perdido? Y ¿Qué hay de aquel que después de estar en rachas de mala suerte, su vida se transforma porque ganó la lotería o un viaje?. Siempre habrá un “Dios mío ¿por qué?”.. o un “Gracias Dios mío!”. No se trata de calificar al mundo de excelente o mediocre. El mundo es una plataforma o ambiente de vida, lo que viva en él, es lo que hace la diferencia. En él hay seres superiores e inferiores, animados e inanimados, vegetales y animales. Es triste saber que el mundo está dividido en tres clases. Teoría estúpida de los pensadores que no ven más allá de sus ojos, pues el mundo es uno sólo, sin clases ni divisiones, es lo que es la naturaleza, es una sola y por eso la tierra fue hecha redonda, para que todos estemos a la misma distancia del centro, cobijados por el mismo cielo y respiremos el mismo aire. ¿Acaso no lo saben los grandes matemáticos que lo habitan o los grandes estadistas que lo rigen? Existe la mediocridad sembrar mediocridad mediocridad y ésta es y desdichas que vive
porque el hombre la sembró. Hay miles de formas de y miles de formas de recogerla. El mediocre siembra la mata de todas los infortunios, pecados, enfermedades el ser humano, supuestamente al que se le entregó la
clave de la existencia y de la vida, pero que no ha servido para dirigir semejante empresa, lo que seguramente terminó en la decepción de los dioses. Pobres con odio y sed de venganza, ricos con ignorancia permanente. Todas las teorías sobre la superpoblación han sido tratadas y los peores y más crueles remedios para ponerle fin se han pensado, pues el alimento y el agua escasean, los terrenos se hacen cada vez más pequeños, cada día el hombre está más acorralado en su propio medio, gracias a la poca cultura que se imparte en los pueblos del mundo creyendo que esto no afectará quienes están seguros en sus territorios, pero en cualquier metro cuadrado sobre la tierra habrá guerra, cuando el hombre le reclame al hombre. Si dibujamos una pirámide seccionada en bloques, o un árbol o raíz, o cualquier representación gráfica que nos permita mostrar los diferentes problemas que vive el hombre, vemos que todo parte de la mediocridad. Esta es la cúspide, la punta, el punto de inicio, o la madre de todos los delitos y males que comete o sufre la humanidad. Para ser corrupto, ladrón, asesino, mentiroso, se necesita ser mediocre, tener esa calidad humana que abre el abanico de posibilidades para obtener sea como sea y por medios no legales, un lugar y comodidades en la vida. Alcanzar esas comodidades no indica que alcanzó la excelencia. Sí, hay personas que lo tienen todo, han obtenido sus riquezas, trabajos, estatus en la sociedad destruyendo a otros, valiéndose de astutas trampas y aprovechando ingenuidades para obtener beneficios. Estas personas, más les vale morirse pensando que son inteligentes y sabios para que su conciencia con el tiempo no les cobre sus faltas, pues una vejez con cargos de conciencia o auto-decepción es peor que un cáncer terminal o sida. La mediocridad es a lo que tendemos cuando nuestro pensamiento no está libre, cuando nuestros corazones están cargados de odios y envidias, pero a la vez, ella genera más odio, pues permite exteriorizar lo que pensamos y sentimos afectando el entorno. Es un motor de succionar y emitir odio, resentimiento y envidia a la vez. El hecho de que vivas en una casa de cartón, comiendo a medias, luchando bajo el sol para ganarte el pan, que no tengas los ojos verdes o azules, que seas moreno o negro, no tengas dinero, no vayas en auto, o no asistas al club, no te hace mediocre, si tu pensamiento y corazón no están ensalzados en la envidia o el odio hacia los demás, la gula, la mentira, entonces eres libre, estás donde la naturaleza o Dios o como le quieras llamar, te han puesto. Abre tus ojos, tu mente, tus oídos, esa es la posición que se te entregó y debes mejorarla de la mejor manera posible.
Nadie te pide que hagas un castillo con los cartones de tu casa, pero no mover una piedra que obstaculiza tu camino hacia la excelencia, te hace un verdadero mediocre. Identificar cuáles asuntos nos llevan a no estar en el camino de la excelencia, es una tarea diaria y quizá un tanto difícil. La primera forma y más fácil es conociendo bien a las personas y fijarte en lo que hace. Si tu mente y corazón te dicen que lo que esa persona está haciendo es malo, ya tienes un ítem de la lista. Cada ítem, en caso de que tú decidas que es algo negativo, lo cual tú no vas imitar, te dice que estás más próximo a la excelencia. Si esa persona te cae mal por razones que desconoces, o porque sientes envidia de él, empieza por cambiar de pensamiento pues eso es sinónimo de que tú eres el mediocre. La segunda forma de obtener esos ítems, es escuchando o recordando aquello que tú hiciste mal y que te costó una reprimenda o llamada de atención. Cuando hayas entendido porqué se te llamó la atención por algo que hiciste mal, entonces es otro punto que puedes anotar como positivo para el camino que ahora has emprendido, pues tenderás a no repetirlo. Verifica si aquella persona que te hizo el llamado de atención tiene la suficiente moral para hacerlo, pues esto le da más validez a tu valoración. Una persona que miente, adula, le sigue al chisme, desprecia a otros, obstaculiza y mal critica el trabajo de otro, se cree superior a los demás, no saluda, no responde las inquietudes de los demás, discrimina a sus amigos y conocidos, no habla de frente, prejuzga, manipula la información en contra de otros, crea cuentos, cree lo que oye, engaña a otros, aprovecha situaciones para su beneficio, dirige escondido o a espaldas de otros, es una gran fuente de mediocridad. La tercera forma es que te prepares intelectualmente. Hay albañiles o maestros de obra que te pueden dar una cátedra de cómo levantar una pared, mejor que un catedrático de la universidad más prestigiosa. Esas personas le anotaron a su capacidad intelectual y saben que son los mejores albañiles que hay en la ciudad y te aseguro que cuando el Arquitecto llega, es a inspeccionar lo que ya hizo el albañil, quién es en realidad el que levanta semejante pila de ladrillos. Este albañil sabe que es bueno en lo que hace y su orgullo de ser humano lo hace sentir bien aunque no tenga todas las comodidades de los que lo mandaron a hacer el edificio.
Prepararse intelectualmente no quiere decir que necesitas dinero para aprender. Hay muchos recursos que puedes seguir para que esas inquietudes y conocimientos que crees que te hacen falta las puedas alcanzar. Si no puedes hacer un curso de computación o inglés, puedes aprender un arte más sencillo, siguiendo un libro, una revista, esa que tu amigo ya leyó. Averigua si en tu ciudad hay centros culturales donde te puedan orientar. Hazte amigo de aquellas personas que desinteresadamente te puedan guiar, lo peor que puede pasar es que te diga que no sabe. La cuarta forma es imitar a una persona culta y seguir sus modales. Fíjate cómo habla, como trata a los demás, cómo vive. La mayoría de los seres humanos no saben que así como se comportan en el comedor se comportan en la cama. Una persona que habla con la boca llena, suena la sopa, toma mal los cubiertos, indica que es poco sensual en su intimidad. Es fácil identificar un mediocre en la calle. Fíjate cómo conduce, la forma de tratar a los peatones, al policía, al auto. Mira cómo le habla o grita a los que pasan por el frente y en el caso de un hombre, la forma de decir un piropo a una joven. Hablamos de forma, pues hay veces que el carácter te indica que debes exigir respeto, sobre todo cuando te lanzas a hacerle ver al mediocre lo que está haciendo. Observa cómo te atienden en un almacén, si crees que no estás recibiendo el trato que te mereces, por favor, sal de allí. No inviertas tu dinero patrocinando mediocridad. En las instituciones oficiales o del gobierno, deja un precedente de la atención que te den. Analiza la forma como te hablan o contestan mal al teléfono, el tiempo en que te ponen a esperar, son aspectos de la mediocridad. Acaso no te sientes mal cuando ves a una anciana de 72 años haciendo una larga cola para que le paguen su pensión. Eso es otro aspecto generado por la mediocridad. Cuando las personas que deben velar por el buen trato de los demás y bajo estas situaciones, demuestran una mediocridad en la labor que deben realizar, sobre todo cuando de atender gente mayor se trata. Mira en los hospitales, la enfermera que habla de la novela o el programa de TV mientras te coloca una inyección, el doctor que molesta a la enfermera delante de ti, acostado y con un fuerte dolor corporal, el odontólogo que no limpia su instrumental, el policía que te deja pasar si le dejas algo para la cerveza del viernes, el profesor que pasa las notas tras enamorar a su alumna, el personaje
que te ayuda en el proyecto o trabajo si compartes algo con él, etc., son situaciones de mediocridad. De la mediocridad a la Corrupción A un mediocre le queda fácil dejarse seducir por el lado oscuro de la corrupción. Ser corrupto es ser mediocre. Un pensamiento es mediocre cuando está corrompido por ideas que no sólo dañan a las personas alrededor sino a la persona misma. La mediocridad es un estado de ánimo, del alma, un pensamiento o una actitud de vida. Cualquier faceta que se adopte ante la vida para alcanzar poder, pasando por encima de las leyes y la moral, es un acto de corrupción, por muy insignificante que sea. La corrupción es el tema de actualidad el cual afecta las grandes ciudades del mundo. Cada día la corrupción ha llegado a lo más íntimo de la sociedad, sus valores, su historia, su identidad. La corrupción daña el futuro y desafortunadamente para los que no lo entienden es un efecto difícilmente de controlar, hasta tal punto en que se diría hay que aprender a vivir con él, pero nuevas formas y planteamientos en contra de esto se han hecho y mientras haya deseos y voluntades, vale la pena seguir intentando. La excusa de que “tengo que robar para vivir” es el primer paso del corrupto, quien se perfila en obtener beneficios que en la mayoría de los casos no llegan a ser necesarios cuando de asuntos de lujo se trata. El corrupto sabe aprovechar las oportunidades y realmente no está pensando en su situación humana y moral, sino en subir de estatus su situación social y de poder y es a lo que en la mayoría de los casos se tiende. Sólo aquel que roba para vivir se roba así mismo. El corrupto no se detiene por un segundo a pensar que es un delincuente. Simplemente disfruta la vida con lo ajeno, con lo que obtiene de manera fraudulenta y está convencido de que no será descubierto, por eso involucra a más personas que le puedan facilitar sus acciones.
Normas del mediocre A continuación describimos los artículos que rigen la moral de un mediocre:
1. Habla sin conocimientos. Antes de hablar asegúrese de que conoce del tema. Prepárese y quedará como un conocedor. 2. Promete hacer, pero no hace. Si no puede hacer algo de corazón, coméntelo sin pena. Diga que no está en condiciones de hacerlo. No prometa sino está seguro. 3. Dice que asistirá y no aparece. No prometa o diga que asistirá a un evento o reunión sino está dispuesto a cumplir la cita. Ya se sabe que el 99.9% de veces que no se asiste a un evento es por mera pereza. 4. Jura por Dios y no cumple. No incluya a Dios en vano sino está dispuesto a cumplir su palabra. Esto se conoce como Hipocresía. 5. Critica a los demás y no se critica. Antes de criticar a los otros, sea por la razón que sea, buena o mala, pregúntese qué ganará con eso. La mayoría de veces, no se gana sino enemistades. 6. Cree tener razón en todo. Dé la oportunidad a otros de mostrar sus conocimientos y escuche atentamente, reflexionando sobre lo que otro dice antes de hablar y proponga lo suyo como una alternativa y no como una orden. A lo mejor le creen sin tanto esfuerzo. 7. Mira a todos por encima del hombro. No crea que los demás son inferiores a usted. Hay personas pobres que tienen más capacidad que usted; jamás le discuta a un campesino. 8. No es nada amigable ni social. El trato con los demás habla de usted por sí sólo. No sea prepotente, las personas necesitan amistades y gente que las valore y quiera. Esta es una oportunidad para empezar a respetar y hacer amigos. 9. Siempre quiere figurar y disponer. No figure en todo, pues hace daño a su imagen. Apoye a otros líderes que también tienen buenas iniciativas sin caer en el hacer por interés personal.
10. Jamás coge un libro para aprender, pero sabe de todo. Lea, lea, lea, en los libros está la verdad. Las palabras son susceptibles al viento y pueden ser necias cuando no tienen connotación. Lo escrito perdura. 11. Nunca tiene problemas, todo le es fácil. El facilismo es la doctrina filosófica de la corrupción. No caiga en el engaño de creer que las cosas se pueden conseguir por vías rápidas y más fáciles. Lo que vale, cuesta. Las mejores cosas de la vida, toman buen tiempo en realizarse. Un bebé nace a los 9 meses, no en un fin de semana. 12. Cree que hablan siempre de él. Deje de pensar que todos hablan de usted, sea bueno o malo, la gente tiene cosas importantes que tratar y aprovechan las reuniones para conversar de todo con otras personas. 13. Es vanidoso, adulador y creído. No sea el adonis de la cuadra, esto va en contra de su integridad. La mayoría de las personas asocian la vanidad con homosexualidad, típico de los habladores y creídos. 14. Es gran disociador. No intervenga en separar amistades o gremios por puro capricho. Las personas son susceptibles de creer todo lo que se les dice y esto es aprovechado por el hablador para crear enemistades. Vulgarmente se les llama “creadores de chisme”, “chismoso”. 15. Indispone y enfrenta a otros. Como el caso anterior, interferir para disociar o acabar amistades o relaciones entre las personas por gusto y sin razones válidas es uno de los problemas que más adolece la sociedad. 16. Opina simplemente por figurar. No opine, pregunte si no sabe, esto es de sabios. 17. Habla mal de los demás. No solamente el mediocre disocia, sino que emite juicios denigrantes en contra de las personas dando calificativos falsos y vulgares, dañando la honra e integridad de los demás.
18. Se cree perfecto, superior, original e importante. Ni el niño Dios lo fue. Por eso nació en un pobre pesebre y murió sobre unas tablas cruzadas. 19. Es el típico demagogo. Apoyar a otros en la política, elecciones, gremios hablando maravillas de su postulante para conseguir un puesto, una posición social o un nombre es típico del perfecto mediocre. Vulgarmente se les conoce como “lambones”. 20. No contesta mensajes ni agradece. Esto hace parte de la ética y la cultura que tenga la persona. No dar importancia a las personas en cuanto a mensajes y agradecimiento es demostrar un pronunciado desprecio por los demás. Conteste los mensajes así sea un saludo y agradezca un comentario. Esto es de la etiqueta en las redes sociales. 21. Es impuntual o nunca cumple citas. Aunque es un tanto difícil en algunos casos de suprema importancia, llegar un segundo después sea para lo que sea que haya sido invitado o se haya comprometido a asistir, es una falta de respeto. Llegar tarde es uno de los desaciertos culturales que se ha proliferado por casi todo el mundo. Haga todo lo posible por llegar unos 10 minutos antes a los eventos, es descortés interrumpir al expositor cuando usted llega tarde sin razón bien justificada. 22. Tiene vicios y malas costumbres. Fumar en sitios no aptos, mascar chicle en reuniones serias, escupir, estornudar o bostezar sin taparse la cara, no contener gases, tomar en exceso o emborracharse en la calle, está considerado como actos de mediocridad. Respete las señales y hágase valorar en su dignidad. Drogado o borracho en cualquier parte es la imagen de su pensamiento y espíritu como ser humano sin valor. Simplemente demuestra lo que es usted por dentro. NO use dosis personales, este es el principio de aceptar que no se tiene cordura, voluntad y valor. 23. Se presta para lo corrupto. El facilismo por obtener las cosas de manera inmediata es la forma más fácil de caer en la corrupción, sobre todo cuando no se está dispuesto a cumplir las normas sociales para el crecimiento personal. Apártese de los corruptos. Si no puede contra el corrupto, hágase a un lado. Renuncie de la empresa si es el caso.
24. Nunca está de acuerdo con algo. Esto hace parte de la ignorancia que demuestra el mediocre, cuando sin razón alguna se lanza a opinar en contra o a menospreciar las ideas de otros. Escuche a los demás, a lo mejor es algo que puede cambiar el aspecto denigrante social que nos está afectando. 25. No apoya causas solamente por llevar la contraria. Típica influencia mediática y mediocre de quienes no les parece que alguien deba continuar o seguir por un camino que va a beneficiar a muchos, cuando no es su pariente o un empleado de su empresa al que se le ocurrió la idea. Respete a los demás y apoye lo que pueda de las ideas y voluntades de otros, esto es digno de un sabio. 26. Cierra puertas y oportunidades a otros. Aún a sabiendas que las personas son aptas y capaces para realizar diversos trabajos, este mediocre cierra las puertas y evita dar oportunidades para no sentirse desplazado. Su ignorancia e inseguridad en lo concerniente al crecimiento social, hace que las cosas no tengan salida o proyección. Organice, escuche y reúnase con esas personas, a lo mejor usted termina liderando un gran movimiento, gracias a sus sentido común y voluntad para hacer que las cosas funcionen. 27. Teme por su puesto en la empresa. Del concepto anterior, el mediocre siempre cree que le van a quitar su puesto si da la oportunidad a otros de trabajar en el medio. Si usted cree que le van a quitar el puesto es porque no está preparado para sobrellevarlo. De la oportunidad a otros y haga de ellos sus amigos, a lo mejor le pueden enriquecer su puesto y mejorárselo. 28. Apoya a otros por mero interés personal. He aquí cuando ciertas personas apoyan algo siempre y cuando obtengan beneficios como dineros o especies, dando trámites a proyectos, obras o servicios así sea de manera fraudulenta. Esta es una advertencia de su estado de mediocridad, no permita que lo compren. Usted no tiene precio y si lo tiene, no es con plata con lo que usted se vende, sino con respeto. Demuestre entonces su valor. 29. Explica sin que se le pregunte. Empezar a hablar de algo personal sin que sea el motivo de la reunión es de aduladores que tienden a hablar de sus asuntos personales para crear admiración en los demás, logrando ser solamente objetos de burla. Deje que
las personas lo feliciten y admiren cuando quieran y lo sientan de verdad. Usted haga lo que desee hacer y vivir pero afanarse por recibir felicitaciones es un defecto. 30. Adula con sus hazañas. Como el caso anterior, las hazañas se comentan cuando se da la oportunidad. No crea que sus hazañas son únicas y que los demás no cuentan con suerte. Hay cosas que son más importantes tratar en reuniones que la capacidad que usted tuvo para llegar a pie al otro lado de la ciudad, cuando familias enteras lo hacen de departamento a departamento. 31. Se compromete fácilmente a todo. Para quedar bien con las personas, muchos se comprometen a hacer todo lo que se les propone siendo este el error más grande, pues aunque la intención es ser amable, no cumplir puede ser traumático, cuando es usted el que queda como mentiroso. 32. Habla a menudo con palabras soeces. Desafortunadamente la tendencia a hablar utilizando palabras vulgares está muy arraigada en nuestro medio sin importar a quien se está hablando considerando que esta es una forma de romper hielos cuando se está frente a un extraño, dejando una mala impresión en ese extraño que lo considera un acto de vulgaridad y bajeza. Cuídese de utilizar estas palabras frente a cualquier persona, de eso depende su imagen. 33. Consigue las cosas intimidando a otros. La no capacidad moral e intelectual para sugerir o solicitar algo hace que las personas con pleno uso de la inmadurez, coaccionen a otros para que las cosas se hagan. Esto está relacionado con los que hablan mal, disocian o separan gremios y amistades para obtener cosas de interés personal. 34. Se cree de clase alta y única. Personas que creyéndose de sangre azul, consideran que los demás son sus súbditos y que se les debe halagar con saludos y rendirles pleitesía. Por lo general son personas que un día alcanzaron cierto puesto social y ahora se les olvidó cómo fue el llegar a ese puesto. Si usted alcanza una meta, sea más humilde de lo que fue si quiere permanecer en ese nivel. Lo que sube, no lo haga bajar.
35. Engaña con falso carisma. Una vez más la hipocresía es el arma de los mediocres, cuando con halagos y comportamientos embrujadores, demostrando ser una persona ecuánime cuando en la realidad no lo son, es un arma que está apuntando a la dignidad de las personas. Aprenda a conocer a las personas llegando a ellos y tratándolas, pues pude caerse en el error de acusar sin razón o por pura presunción. 36. Envidia y odia fácilmente. El mejor don del mediocre es la envidia lo que en grado sumo se ve acompañado de odio. No soportar que otros tengan cualidades y capacidades pone en evidencia los sentimientos de odio hacia esas personas que ingenuamente están cumpliendo con un deber natural. 37. Sabe levantar falsos testimonios y mentir. La boca del mediocre puede lanzar cualquier atropello contra los demás y tienen la facilidad de mentir y convencer a otros a creer su mentira. Trate de verificar si lo que le dice una persona es verdad y por sus propios medios. No de nada por hecho hasta que no lo constate. Atrévase a hablar con la persona afectada por las acusaciones. 38. Siempre pregunta despectivamente ¿y eso para qué? La ignorancia en el conocimiento y la ciencia siempre lleva al mediocre a preguntar para qué se hace o se va a hacer tal cosa despectivamente sin analizar personalmente la situación. Aporte pero no critique, colabore pero no juzgue, haga parte de lo que se va a realizar para que pueda dar opiniones y no opine sino va a colaborar, si al final no quiere pasar por necio. 39. No cree en la capacidad de otros. Estas personas creen que lo que ellas piensan es lo mejor y no se dan cuenta que la tendencia es la que define las situaciones. Somos parte de un todo y nadie tiene el absolutismo asegurado, así que su aporte e idea es sólo una pieza de las millones que se pueden presentar. Si otros tienen una idea, apóyela y haga que su idea sea incluida, a lo mejor es un gran aporte. No lo desperdicie. 40. Sabe que es mediocre y no se corrige. Todos debemos corregirnos en algo, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver, así que es hora de que empiece a cambiar su actitud y muestre que usted vale sin criticar ni menospreciar a otros. De pronto yo te necesito.