La lucha obrera de la nueva era
<<El jefe decide cuándo llegar, cuándo irse, y qué hacer entre los dos. Te dice cuánto trabajo hacer y qué tan rápido. Puede llevar su control hasta extremos humillantes, regulando, si le da la gana, las ropas que llevas o qué tan a menudo puedes ir al baño. Con unas pocas excepciones, puede despedirte por cualquier razón, o sin razón.>>
Desde dentro de la bestia ¿Tu jefe te desespera? ¿Estás harto de tu trabajo? Quizá no lo sepas, pero existen miles de formas para combatir la desesperación que sufres durante tu jornada laboral. Esta guía tiene justo lo que necesitas... ¿O pensabas que íbamos a olvidarnos de la lucha obrera?
A continuación te presentamos una serie de recursos y tácticas, utilizadas desde siempre, con las que podrás emprender tu tan ansiada vendetta contra el trabajo, jefes, sus encargados y lame culos de ayer, hoy y siempre. Desde las más triviales y practicadas, a las más radicales y eficaces.
Vaguear
¿Por qué tiene que ser tu jefe, y no tú mismo, quien decida en qué momento y de qué modo puedes tomarte un descanso y parar con el aburrimiento? ¿Por qué la economía de la empresa o de tu puesto de trabajo tiene que ser más importante que el grado de satisfacción de tus actividades? Si crees que trabajas para vivir, y no que vives para trabajar, debes haber notado algo: Vaguear es dejar de postergar tu vida y empezar a recuperarla en función a tus necesidades inmediatas y verdaderos deseos de realización personal. Todo el tiempo que puedas dedícatelo a ti mismo: Córtate las uñas de los pies sobre la mesa, juega un solitario, lee o relee esta guía, practica el yoga ibérico, haz pelotillas de papel y juega a la canasta con la papelera... En definitiva, siempre que tengas la ocasión, evade el trabajo y haz lo que te venga en gana, y no lo que tu jefe quiere que hagas.
Hurtar material Si sientes que te están explotando y no te pagan lo suficiente, no tienes qué pasártelo esperando hasta fin de mes ni hacer el papel de idiota para lograr un meritorio aumento de sueldo. Equilibra un poco la balanza a tu favor, por ti mismo, sacándote bajo la manga todo tipo de objetos del trabajo para llevártelos a casa: materiales de oficina, herramientas diversas, objetos de decoración, el bocadillo del encargado, los rollos de papel del váter... Tampoco olvides los beneficios que te puede ofrecer el puesto de trabajo, desde dentro mismo: Haz largas llamadas telefónicas o utiliza el ordenador para redactar cartas a todas esas personas a las que quieres y extrañas, y que nos ves hace tanto tiempo por que tienen que estar trabajando, como tú, para gente que odian. Si además trabajas en un centro comercial o supermercado, el desfalco puede llegar a ser monumental. Estudiando la localización de las cámaras encontrarás “rincones oscuros”, como el almacén, donde no te grabarán y podrás operar sin problemas para mangar todo lo que
quieras y más. Haz regalos a la familia o a los amigos y amigas. Los detalles siempre se agradecen, por pequeños que sean.
Sabotear Existen mil y una formas de sabotear tu trabajo. Hazlo cuando no haya nadie delante que pueda inculparte. Puedes derramar el café bien caliente sobre diferentes cacharros eléctricos, desconectar o mejor cortar cables de diversas máquinas, recomendar a los clientes que vayan a la tienda de al lado, ocultar o perder documentos importantes y un larguísimo etcétera, pero siempre vigilando de que no hayan cámaras o webcams que puedan estar filmándote. Retrasa, dificulta, y haz perder dinero a la empresa de mil y una formas. Puedes hacer saltar los interruptores diferenciales colocando una moneda entre el casquillo de la bombilla y donde va enroscada, conseguirás que cada vez que se encienda esa bombilla, se vaya la luz en toda la instalación. Así podrás relajarte un buen rato, hasta que descubran el origen del apagón.
El sabotaje tiene un valor esencial en tu vida: No te estás humillando ante nadie, ni pidiendo nada. Estás increpando a las propias autoridades de tu puesto de trabajo, pero también necesitas hacerlo con las organizaciones internas y los sindicatos. No los necesitas, pero tus jefes si, para culpar a alguien de las condiciones adversas y cualquier desestabilización que sufra la empresa y para, finalmente, ponerse de acuerdo en como mantener todo como siempre. Declárale una huelga a la huelga impulsada por el sindicato. Utiliza tu fuerza de trabajo para hacerle una guerra apasionante y constante a tu centro laboral. Disfruta de los momentos en los que luchas en contra de la rutina y el aburrimiento que te impone la economía. Conviértete en la pesadilla de tu jefa o jefe, y mira cómo se vuelven locos por descubrir quién es el culpable de todo el follón. Quizás, al poco tiempo, descubrirás que no eres el único empleado que ha leído y puesto en práctica los consejos de esta guía.
Conspiración y caos Aquí entran las tácticas que saquen a relucir toda la mierda que tu jefe o jefa tratan de esconder, todo aquello que no les gustaría que saliera a la luz y se comentara de boca en boca acerca de ellos, o su empresa, y que podría perjudicarles tantísimo. También aquellas que tengan como fin enloquecer a los jefes, desconcertarlos, desquiciarlos e incluso ponerlos unos contra otros. Sabotaje de cafés con laxantes, da a conocer las rarezas, acosos sexuales e irregularidades varias que lleguen a tus oídos, a tus ojos o a tu imaginación; en mensajes pintados con rotulador permanente en los váteres de empleados, patrones clientes; a modo de revista colocada en puntos estratégicos en tu puesto de trabajo; etc, etc, etc.
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Fuego al empleo Si tu trabajo es tan explotador, sucio y degradante, que piensas que no te bastaría con dejarlo, sino que también te gustaría asegurarte de que, una vez te hayas marchado, nadie más ocupe esa vacante: “haces un agujero en una bombilla (al modo que en la bombilla de pintura, graficada aquí debajo) y la llenas de gasolina. Sellas el agujero con cera o silicona, enroscas de nuevo la bombilla en la lámpara.” Baja los diferenciales de la luz (asegúrate que es el que toca o bájalos todos), luego dale al interruptor que enciende esa bombilla. ¡OJO! Nunca invertir el orden de estos últimos pasos, si no quieres achicharrarte.
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Producción satisfactoria <> - El Placer Armado, A. M. Bonanno. La producción satisfactoria “se modifica continuamente, escapando a toda tentativa de cristalización. Se caracteriza por la autoorganización de los productores en el lugar de trabajo, y la simultánea autoorganización de las formas de lucha contra el trabajo. No tomar los medios de producción a través de las organizaciones históricas, sino rechazar la producción a través del empuje de estructuras organizativas que se modifican continuamente.”
Un grupo de amigos han leído acerca de las propiedades curativas de los ajos, y han decidido formar el CLUB DE AMIGOS DEL AJO. Se arman con azadas, semillas de calidad (evitando en todo lo posible las modificadas genéticamente), y folletos que hacen apología a la producción satisfactoria, de la lucha contra el trabajo, y que detallan buena información acerca del cultivo, cuidado y propiedades del ajo. Se pasean de aquí a allí, entrando en campos vallados, propiedades privadas, y preparan caballones y plantan simientes allá donde hay tierra y agua para regarlas. Incluso en parques y jardines, plagan la tierra de plantas de ajos. Cultivando todo tipo plantas, hierbas aromáticas, árboles frutales, hortalizas, cereales, y legumbres, en descampados, parques, en campos a las afueras de los pueblos y ciudades, en la montaña, en cualquier hueco donde haya tierra que se pueda cultivar, conseguiremos auto-producirnos de manera placentera y satisfactoria.
Hermanos proletarios, este es el auténtico significado de la lucha obrera de la nueva era: Atacar a la bestia Empleo, desde dentro de ella.
Envíanos todos esos truquillos que conoces, has practicado, practicas, o has visto a otros practicar: Juegosinsurrectos [arroba] Gmail.com
VISITA: Archivo Sub-Risivo www.archivosubrisivo.blogspot.com