SEVEN (LOS 7 PECADOS CAPITALES) En una ciudad americana, al detective de homicidios William R. Somerset que está a punto de retirarse, le es asignado como compañero el joven e impulsivo detective David Mills, recientemente transferido. Los detectives empiezan a investigar una serie de asesinatos relacionados con los siete pecados capitales: El primero (la gula): es el de un hombre obeso que fue forzado a comer hasta morir. En cada escena del crimen, Somerset y Mills encuentran nuevas pistas que los conducen al siguiente asesinato, razón por la cual creen que están tras un asesino en serie.
El segundo (avaricia): Un cadáver que es el de un acomodado abogado que fue obligado a cercenarse una parte del cuerpo (inspirándose el asesino en una cita de El Mercader de Venecia de Shakespeare) y desangrarse.
El tercero (pereza): Un conjunto de huellas encontradas en la escena del segundo asesinato conduce a los detectives a un apartamento donde se topan con un hombre demacrado atado a su cama. Al principio creen que está muerto, pero pronto descubren que ha sido mantenido vivo e inmovilizado durante un año exacto; se trata de un traficante de drogas y abusador de menores que simboliza la pereza. Se ha mordido la lengua y su cerebro se halla en un estado tan frágil que hasta un destello de la linterna lo puede hacer colapsar, por lo que el hombre no puede hablar con los detectives. Estos concuerdan en que el asesino ha venido planeando todos estos crímenes a conciencia y detenidamente.
Después, Somerset conoce a la esposa de Mills, Tracy, que no está contenta con haberse mudado a aquella ciudad. El veterano detective se convierte en el confidente de Tracy, con quien se reúne un día. Ella le confía que está embarazada y que no le ha dicho nada a su esposo, mientras que él le confiesa su aversión por la ciudad, que no ve como un buen lugar para criar hijos. Le cuenta también que casi había llegado a casarse unos años atrás. Finalmente aconseja a Tracy que, si planea tener un aborto, no le diga nada a Mills, pero si decide tener al niño, que lo «mime cada vez que pueda». Por medio de los registros de una biblioteca, los detectives ubican a un hombre que se hace llama John Doe (nombre que se utiliza en ese país para referirse a las personas no identificadas), quien frecuentemente chequea libros relacionados con los pecados capitales. Cuando “Doe” encuentra a los detectives tocando a la puerta de su departamento, les dispara y huye. Mills lo persigue, pero el perseguido consigue emboscar al perseguidor y encañonarlo con su pistola. No obstante, opta por dejarlo ileso y fugarse. La policía registra el departamento de Doe y encuentra una cuantiosa serie de volúmenes escritos a mano por él, llenos de pensamientos perturbados y pistas sobre la próxima víctima potencial, aunque no se hallan huellas dactilares del sospechoso.
El cuarto (lujuria): Tarde llegan a socorrer a la siguiente víctima, una prostituta asesinada por un hombre obligado por Doe a penetrarla sexualmente con un artefacto sadomasoquista dotado de cuchillas.
El quinto (soberbia): Después los dos protagonistas investigan la muerte de una joven modelo cuyo rostro fue mutilado. La muchacha había optado por quitarse la vida en vez de seguir viviendo con el rostro desfigurado.
Justo cuando Somerset y Mills entran en la comisaría de Policía, Doe aparece y se entrega. Se encuentra en él sangre de la modelo y de una víctima no identificada en sus manos. También se descubre que el individuo se ha arrancado la piel de las yemas digitales para evitar dejar huellas. Por medio de su abogado, Doe hace un trato: conducirá a la policía a los últimos dos cuerpos y confesará sus crímenes, pero con la condición de que los protagonistas lo acompañen a un lugar que les dirá sólo a ellos. De lo contrario, alegará locura en su juicio. Aun con las reservas de Somerset, él y su compañero aceptan llevarlo adonde pide. Doe los dirige, pues, a un área desierta alejada de la ciudad. En el camino habla con los policías y les dice que tiene la misión divina de castigar a los malvados y de revelarle al mundo el pecaminoso lugar en que
se ha convertido. También hace algunos comentarios oscuros sobre Mills que incomodan a este. Finalmente, llegan al lugar y esperan, entonces se acerca una furgoneta de una compañía de transporte urgente. Somerset intercepta al conductor y deja solos a Mills y a Doe. El conductor de la furgoneta explica que tiene instrucciones de dejar un paquete en ese preciso lugar y a esa precisa hora. Mientras tanto, Mills apunta su pistola a Doe, y éste le confiesa cuánto lo admira. El sexto (la envidia): Somerset abre el paquete y se horroriza al ver su interior. Corre hacia Mills y le urge no escuchar a Doe, pero el psicópata habla y revela que la caja contiene la cabeza de Tracy, la esposa de Mills; que él mismo representa el pecado de la envidia, por ambicionar la vida de Mills; y que mató a Tracy tras haber intentado, sin éxito, representar el papel de esposo con ella.
El séptimo (la ira): Doe menciona que Tracy estaba embarazada, dato que Mills desconocía y que termina de sacarlo de quicio. Somerset ya no puede controlar a su compañero, quien finalmente mata a Doe y se convierte así en el símbolo del último pecado capital, la ira. Mills es arrestado por homicidio.
Comentario sobre la película: Después de haber visto Seven(los siete pecados capitales), una película llena de suspenso; puedo decir que está entre una de mis favoritas ya que se puede enfatizar muchas cosas como el papel que desarrollan los protagonistas, principalmente el detective Somerset que está a punto de jubilarse y al empezar el caso él ya tenía una noción de lo que iba a suceder por eso no quería involucrase. Mills como el nuevo detective que es muy espontáneo y no sabe controlar su ira, llegado a la ciudad con ganas de acción y con una esposa que se siente muy descontenta de encontrarse en ese lugar. Y sobre todo Doe que como asesino consigue dar miedo, no por su físico sino por su mentalidad realmente perturbadora, que me dejó sorprendida. Los escenarios son bastante buenos, una ciudad sucia, fría, con ese ambiente a delincuencia por todos lados y esos edificios abandonados rodeados de callejones interminables. Por ello las escenas de los crímenes son verdaderamente escalofriantes, es la perfecta representación de un entorno en el que los siete pecados capitales están siempre presentes. Y un final aterrador que a pesar de haber pasado días de haberla visto aún está en mi cabeza el dilema de cómo es posible que ese hombre pudo haber matado a una mujer embarazada que no tenía culpa de nada. Por esto para mí esta catalogada como una de las mejores películas del cine.