Llamados_a_liberar_a_los_cautivos_14p.pd.pdf

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Hemos sido Llamados a liberar a los cautivos 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8)

Las condiciones iniciales La meta final El Pacto de la Ley Jesucristo vino a liberar a los cautivos Jesucristo nos capacita para mantenernos libres del enemigo Jesucristo nos llama a liberar a los cautivos ¿Cuál es nuestra responsabilidad? Mapa conceptual de la Biblia

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Hemos Sido Llamados a Liberar a los Cautivos. (85) (El Plan de Desarrollo de Dios)

Noviembre 20, 2017 Agosto 22, 2012

1) Las Condiciones Iniciales. (20) a. b. c. d. e. f. g. h.

El mundo está dominado por el mal. (6) La gente tiene cegado el entendimiento. (3) Nadie puede ser bueno por sus propias fuerzas. (1) El que practica el pecado es del diablo. (1) Quién cae ocasionalmente puede ser perdonado. (1) El simple hecho de creer en Dios no sirve de gran cosa. (1) Mucha gente ignora el poder del Cristianismo. (3) ¿Va al cielo la gente buena? (4)

2) La Meta Final. (5) a. b. c. d. e. f.

El propósito personal de Dios es el Reino de los Cielos. (0) Dios se ha propuesto formarse un Pueblo Santo. (1) Para sentarlo con Él en su trono. (1) Para que gobernemos con Él. (3) El propósito de nuestra vida. (0) Las dos estrategias de Dios. (0)

3) El Pacto de la Ley. (14) a. b. c. d. e. f. g. h.

El propósito del Pacto de la Ley. (2) Para lograr la máxima motivación. (1) Un nivel alto de control de calidad. (1) Condiciones para la restauración. (1) Definición bíblica de santidad. (4) La Justicia de Dios. (0) Dios prometió hacer un Nuevo Pacto. (4) Jesucristo inició el Nuevo Pacto. (1)

4) Jesucristo vino a liberar a los cautivos. (7) a. b. c. d. e.

Jesucristo afirmó que venía a liberar a los cautivos. (1) Nuestros adversarios no son seres humanos. (1) Jesucristo derrotó a satanás con su muerte y su resurrección. (1) El enorme valor de la muerte de Jesucristo. (4) La Misericordia de Dios. (0)

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5) Jesucristo nos capacita para mantenernos libres del enemigo. (13) a. b. c. d. e.

Poder para rechazar al enemigo. (9) Las herramientas para la santificación. (1) La santificación es un proceso gradual. (1) Es gradual conforme a la obediencia. (2) La Gracia de Dios. (0)

6) Jesucristo nos llama para liberar a los cautivos. (20) a. b. c. d. e. f. g.

Jesucristo nos envía a liberar a los cautivos. (4) Jesucristo nos capacita para liberar a los cautivos. (6) Las herramientas para liberar a los cautivos. (1) Las iglesias estaban en las casas. (6) Los grupos deben ser pequeños. (0) Los elementos de las reuniones. (3) La estructura de las reuniones. (0)

7) ¿Cuál es nuestra responsabilidad? (5) a. b. c. d. e.

Debemos ser buenos administradores. (1) Invertimos bien nuestros talentos o seremos echados fuera del reino. (1) Damos buenos frutos o seremos echados al fuego. (1) Si nosotros no respondemos, el Señor nuestro Dios llamará a otros. (1) ¿Cómo sabemos quién ya está cumpliendo su llamado? (1)

8) Mapa Conceptual de la Biblia.

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1) Las Condiciones Iniciales. a. El mundo está dominado por el mal. El mismo Señor Jesucristo afirmó en dos ocasiones diferentes que satanás es el que gobierna este mundo. i. “Ha llegado el tiempo de juzgar a este mundo, cuando Satanás — quien gobierna este

mundo — será expulsado.” Juan 12:31 NTV ii. “No me queda mucho tiempo para hablar con ustedes, porque se acerca el que gobierna este mundo. Él no tiene ningún poder sobre mí” Juan 14:30 NTV Varios años después de que Jesucristo murió, resucitó, y subió al cielo, el apóstol Juan afirmó que el mundo sigue estando bajo el poder de satanás: iii. ”… el mundo que nos rodea está controlado por el maligno.” 1ª Juan 5:19 NTV De acuerdo a la Biblia todos los seres humanos nacemos siendo esclavos del maligno. La meta del maligno consiste en que los seres humanos ignoren a Dios, lo desobedezcan y se rebelen contra Él. Esa es la razón por la cual hay tanta maldad y sufrimiento en el mundo. iv. “El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida

plena y abundante” Juan 10:10 NTV v. “ Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas” Juan 3:19 NTV vi. “Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo — el líder de los poderes del mundo invisible —, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.” Efesios 2:1-3 NTV b. La gente tiene cegado el entendimiento. Mucha gente no cree en el poder del maligno. Piensan que son supersticiones o cuentos de la Edad Media. No tienen la capacidad de entender por sí mismos el mensaje de la Biblia. Piensan que los que leen la Biblia se vuelven fanáticos. i. “Si la Buena Noticia que predicamos está escondida detrás de un velo, solo está oculta

de la gente que se pierde. Satanás, quien es el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo, quien es la imagen exacta de Dios.” 2ª Corintios 4:3,4 NTV ii. “Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios” 1ª Corintios 2:14 TLA iii. “Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él. Han perdido la vergüenza. Viven

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para los placeres sensuales y practican con gusto toda clase de impureza.” Efesios 4:18,19 NTV c. Nadie puede ser bueno por sus propias fuerzas. “Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio. Pero si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal.” Romanos 7:15-21 NTV d. El que practica el pecado es del diablo. El que practica el pecado como quién practica un deporte, entrenándose diariamente, es del diablo: “Sin embargo, cuando

alguien sigue pecando, demuestra que pertenece al diablo, el cual peca desde el principio; pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo.” 1ª Juan 3:8 NTV e. Quién cae ocasionalmente puede ser perdonado. “Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” 1Jn 1:8,9 NTV f. El simple hecho de creer en Dios no sirve de gran cosa. Los que solo creen en Dios todavía no llegan a la categoría de los demonios. Los demonios además de creer en Dios, le temen, pero como no lo obedecen siguen siendo demonios: “Tú

dices tener fe porque crees que hay un solo Dios. ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados.” Santiago 2:19 NTV g. Mucha gente ignora el poder espiritual del Cristianismo. i. El Señor Jesucristo les explicó a los líderes religiosos de su tiempo que solo tenían dos errores: “Jesús contestó: El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios.” Mateo 22:29 NTV O sea que no conocían bien las Escrituras y no habían experimentado el poder de Dios. ii. Y el apóstol Pablo se los explicó a los corintios diciéndoles que “… la primera

vez que los visité, no me valí de palabras elevadas ni de una sabiduría impresionante para contarles acerca del plan secreto de Dios. Pues decidí que, mientras estuviera con ustedes, olvidaría todo excepto a Jesucristo, el que fue crucificado. Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor. Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios.” 1ª Co 2:1-5 NTV iii. Y lo resumió en un solo versículo explicando que: “Pues el reino de Dios no consiste en las muchas palabras sino en vivir por el poder de Dios.” 1ª Corintios 4:20 h. ¿Va al cielo la gente buena?

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Claro que si irían, si hubiera alguna persona buena, pero la Biblia afirma, repetidamente, que no existe ninguna persona buena. i. “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien

busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Romanos 3:10-12 RV60 ii. “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.” Eclesiatés 7:20 RV60 iii. “Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Salmos 14:3 RV60 iv. “Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.” Salmo 53:3 RV60 2) La Meta Final. a. El propósito personal de Dios es el Reino de los Cielos. Con este mundo lleno de esclavos del maligno, Dios tiene el propósito personal de formarse un Pueblo Santo para fundar el Reino de los Cielos con él, cuando Jesucristo regrese otra vez al final de los tiempos. b. Dios se ha propuesto formarse un Pueblo Santo. Al Pueblo Santo que Jesucristo, el Cordero de Dios, viene a recoger, se le llama “la novia del Cordero” “Gocémonos

y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.” Apocalipsis 19:7-9 Rv60 c. Para sentarlo con Él en su trono. El final de la Biblia es insuperable, el Pueblo Santo que viene a recoger Jesucristo lo sienta con Él en su trono. ¡Estamos destinados para el trono! “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así

como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Apocalipsis 3:21,22 RV60 d. Para que gobernemos con Él. Y no nos quiere en su trono como trofeo por haber vencido a satanás, sino para que participemos con Él en el gobierno del Reino de los Cielos.

i. “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Mateo 25:34 RV60 ii. “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” Lucas 12:32 RV60 iii. “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” Apocalipsis 5:10 RV60 e. El propósito de nuestra vida. Si el propósito personal de Dios consiste en prepararse un Pueblo Santo, entonces el propósito de la vida de los seres humanos consiste en servir a Dios participando activamente en la edificación de

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las pequeñas células que van a integrar ese Pueblo Santo cuando regrese Jesucristo. f. Las dos estrategias de Dios. Para lograr su meta de formarse un Pueblo Santo a partir de un mundo lleno de esclavos de satanás Dios estableció dos estrategias: el Antiguo Pacto de la Ley, y el Nuevo Pacto de la Gracia, estando este Nuevo Pacto constituido por tres etapas sucesivas: Salvación, Santificación, y Edificación. i. Primero necesita convencernos de que no somos seres libres, sino que somos esclavos de satanás: el Pacto de la Ley mostrando la Justicia de Dios. ii. Después nos ofrece la única forma de ser liberados de la esclavitud y del poder del maligno: la primera etapa del Nuevo Pacto: la Salvación, mostrando la Misericordia de Dios. iii. Después nos ofrece el poder espiritual para mantenernos libres de la esclavitud del maligno: la segunda etapa del Nuevo Pacto: la Santificación, mostrando la Gracia de Dios. iv. Después nos comisiona para ir a liberar a los cautivos de satanás con el poder del Espíritu de Dios: la tercera etapa del Nuevo Pacto: la Edificación, para obtener las células que integrarán el Pueblo Santo de Dios. 3) El Pacto de la Ley. a. El propósito del Pacto de la Ley. Con el propósito de convencernos de que no somos libres, sino esclavos del maligno, Dios ofreció a través de Moisés, el pacto de la Ley que consiste básicamente en los Diez Mandamientos revelados en Éxodo 20:1-17 y en Deuteronomio 5:6-21 b. Para lograr la máxima motivación. Para motivar a los seres humanos a que utilizaran todos sus recursos, inteligencia y voluntad, para cumplir los mandamientos, Dios definió las condiciones del pacto en Deuteronomio 28:1-68. Ofreció derramar muchas bendiciones a quienes cumplieran el pacto, o sea que los liberaría de la esclavitud de satanás, y ofreció muchas maldiciones a quienes no cumplieran el pacto, o sea los dejaría siendo esclavos del maligno. c. Un alto nivel de control de calidad. El control de calidad requerido era muy alto, se debían de cumplir siempre todos los mandamientos: ¡Quién diera que tuviesen tal

corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! Deuteronomio 5:29 d. Condiciones para la restauración. Las condiciones para restaurar el pacto después de que hubiese sido infringido, se describen en Deuteronomio 30:1-20, las cuales consisten básicamente en convertirse a Dios con todo el corazón y con toda el alma: “Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la

bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma… Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.” Deuteronomio 30:1,2

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e. Definición bíblica de santidad. El Pacto de la Ley define “santidad” como la habilidad de cumplir siempre todos los mandamientos. Y por consecuencia muestra que no somos santos sino que todos somos pecadores. Y en consecuencia muestra que todos necesitamos un Salvador que nos libere de la esclavitud del maligno. Esta relación directa entre cumplir los mandamientos y la santidad puede verse en los siguientes pasajes: Éxodo 19:5,6; Deuteronomio 7:611; 14:2; 26:16-19. Es importante hacer notar que el Pacto de la Ley no ofrece el poder espiritual para poder obedecer siempre todos los mandamientos, solo pretende convencernos de que somos esclavos del maligno. f. La Justicia de Dios. A través de ese pacto Dios muestra su Justicia que consiste en darle a quién lo que se merece. Al que infringe la ley merece que se le castigue dejándolo que siga esclavo de Satanás recibiendo sus maldiciones. Y al que cumple la ley merece un reconocimiento o premio, liberándolo de la esclavitud del maligno y recibiendo las bendiciones de Dios. g. Dios prometió hacer un Nuevo Pacto. Unos mil años después de que Dios había ofrecido el Pacto de la Ley Dios prometió que ofrecería un Nuevo Pacto. Diferentes aspectos de este pacto fueron profetizados en Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:16-28; Isaías 61:1-3; Joel 2:28,29. Dios esperaba que los seres humanos ya estuvieran bien convencidos de que carecían del poder de obedecer a Dios y cumplir sus mandamientos. La esencia de ese Nuevo Pacto consistía en que Dios pondría el poder de su Espíritu dentro de nosotros para que: i. fuéramos liberados de la esclavitud del maligno (Salvación) ii. pudiéramos cumplir sus mandamientos (Santificación) iii. y pudiéramos liberar a otros de su esclavitud (Edificación) h. Jesucristo inició el Nuevo Pacto. Unos quinientos años después, el día de la última cena, Jesucristo anunció que al día siguiente empezaría el largamente esperado Nuevo Pacto. Los detalles del llamado “Discurso de Despedida” vienen en los capítulos 13 al 17 del Evangelio de San Juan. 4) Jesucristo vino a liberar a los cautivos. a. Jesucristo afirmó que venía a liberar a los cautivos. Cuando Jesucristo inició su ministerio explicó en que consistía su misión con una de las profecías mesiánicas de Isaías. “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la

sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” Lucas 4:16.21 b. Nuestros adversarios no son seres humanos. San Pablo le explicó a los Efesios quienes eran estos seres que tenían cautivos a los seres humanos: “Por lo demás,

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hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:10-12 c. Jesucristo derrotó a Satanás con su muerte y su resurrección. “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo… Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” Colosenses 2:8,13-15 d. El enorme valor de la muerte de Jesucristo. La primera parte del Nuevo Pacto, o sea La Salvación, consistió en limpiarnos de todos nuestros pecados mediante la muerte de Jesucristo en la cruz del Calvario. Las condiciones del Pacto de la Ley establecían que debíamos recibir las terribles maldiciones de Deuteronomio 28, y ser dejados esclavos del maligno, por no obedecer los mandamientos. Y ese es precisamente el enorme valor del sacrificio de Jesucristo, que Él llevó en la cruz del Calvario todas las maldiciones de Deuteronomio 28 que nosotros merecíamos recibir. Y de esa forma nos liberó del poder del maligno. Dejamos de ser sus esclavos. Precisamente para eso vino Jesucristo. i. para deshacer las obras del Diablo: “… Para esto apareció el Hijo de Dios, para

deshacer las obras del diablo.” ii. para liberarnos de la esclavitud del diablo: 1ª Juan 3:8 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36 iii. para liberar a los cautivos: “… El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor... Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” Lucas 4:16-21 iv. para sanar a todos los oprimidos por el diablo. “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” Hechos 10:38 e. La Misericordia de Dios. Esta primera parte del Nuevo Pacto muestra la Misericordia de Dios. Misericordia quiere decir no darle a alguien el castigo que se merece. Y el Padre Celestial tuvo misericordia de nosotros al cargar en Jesucristo, sobre la cruz del Calvario, el castigo que nosotros merecíamos.

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5) Jesucristo nos capacita para mantenernos libres del maligno. a. Poder para rechazar al maligno. La segunda parte del Nuevo Pacto, o sea La Santificación, consiste en poner dentro de nosotros Su Espíritu, para que tengamos el poder espiritual de rechazar los intentos del maligno de volvernos a esclavizar. i. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no

ii. iii. iv.

v. vi.

vii. viii. ix.

perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.” Juan 10:2729 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1ª Corintios 10:13 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.” Efesios 1:4 “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.” Colosenses 1:21,22 “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” Hebreos 2:18 “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” 1ª Pedro 1:14-16 “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.” 2ª Pedro 1:10 “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos…” 2ª Pedro 2:9 “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.” Judas 24,25

b. Las herramientas para la santificación. La Biblia enseña que la única forma de vencer el mal es haciendo el bien. “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12:21. Las herramientas que nos proporciona el Espíritu de Dios, para ayudarnos a vencer el mal con el bien, y mantenernos libres del poder del maligno, son las manifestaciones del poder del Espíritu (los dones o habilidades espirituales), y las manifestaciones del amor del Espíritu (los frutos o actitudes espirituales). c. La santificación es un proceso gradual. El proceso de santificación no es una transformación instantánea, sino un proceso gradual y progresivo: “Mas la senda de

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los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Proverbios 4:18 d. Es gradual conforme a la obediencia. La santificación es un proceso de transformación conforme a la obediencia. Cada vez que logramos vencer al maligno, con el poder del Espíritu de Dios, vamos a salir de la prueba con un grado un poco mayor de santidad. De esa forma el maligno se convierte en el entrenador del equipo. El maligno continúa trayéndonos pruebas siempre. Y nosotros continuamos clamando siempre a Dios para que nos capacite con el poder de su Espíritu, para salir vencedores de las pruebas.

i. “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor.” Salmo 34:19 ii. “Ahora, así dice el Señor, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo el Señor, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.” Isaías 43:1-5 e. La Gracia de Dios. Esta segunda parte del Nuevo Pacto muestra la Gracia de Dios. Gracia quiere decir darle a alguien el premio que no se merece. Y el Padre Celestial derrama su Gracia sobre todos los que aceptamos la salvación de Jesucristo, al capacitarnos con el poder de su Espíritu para rechazar las acechanzas del maligno. 6) Jesucristo nos llama a liberar a los cautivos. a. Jesucristo nos envía a liberar a los cautivos. La tercera parte del Nuevo Pacto, o sea La Edificación, consiste en servir a Dios, con el poder espiritual que Él recuperó, para que liberemos a otros de la esclavitud del maligno.

i. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:18-20 ii. “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” Marcos 16:14-18

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iii. “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.” Lucas 9:1,2 iv. “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo… predicad: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” Mateo 10:5-8 b. Jesucristo nos capacita para liberar a los cautivos.

i. “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:4,5,8 ii. “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.” Hechos 4:33 iii. “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad.” Hechos 8:5-8 iv. “Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.” Hechos 14:3 v. “Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Hechos 26:15-18 vi. “testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.” Hebreos 2:4 c. Las herramientas para liberar a los cautivos. La Biblia enseña que la única forma de vencer el mal es haciendo el bien. “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12:21. Para ayudarnos a vencer el mal con el bien, y desempeñar nuestra misión deliberar a los cautivos del enemigo, el Espíritu de Dios espera que nosotros pongamos a trabajar los dones o habilidades espirituales desempeñando servicios o ministerios espirituales, y que pongamos trabajar los frutos o relaciones espirituales desarrollando vínculos o relaciones espirituales con los frutos o actitudes espirituales, entre los miembros de nuestro pequeño grupo o comunidad de vida cristiana.

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d. Las iglesias estaban en las casas. Este proceso de edificación mutua debe llevarse a cabo de la misma forma en que se hacía en los tiempos del libro de los Hechos de los Apóstoles, en grupos pequeños, ya que los creyentes no se reunían en grandes templos, sino que se reunían en las casas.

i. “Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.” Hch 8:3 ii. “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él… Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.” Hch 12:5,12 iii. “y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas.” Hch 20:20 iv. “Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús… Saludad también a la iglesia de su casa.” Ro 16:3,5 v. “Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.” Col 4:15 vi. “y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa.” Fil2 e. Los grupos deben ser pequeños. El proceso de edificación espiritual mutua requiere que los grupos de estudio bíblico y de oración deben de ser pequeños, no más de diez personas. Esto se requiere para que todos y cada uno de los miembros del grupo tengan varias oportunidades de participar activamente durante la reunión, edificándose unos a otros en el poder del Espíritu de Dios. f. Los elementos de las reuniones. Los elementos básicos de las reuniones de edificación mutua de los creyentes del Nuevo Testamento son la adoración, el estudio bíblico, y la oración de edificación de unos por otros con las herramientas del Espíritu de Dios.

i. “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” Efesios 5:17-20 ii. “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho,

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hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Colosenses 3:12-17 iii. “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación… Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia… ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.” 1ª Corintios 14:3,4,5,12,26 g. La estructura de las reuniones. Se inicia la reunión con tres o cuatro cantos de adoración para entrar todos en la presencia de Dios, se continua con el estudio bíblico del asunto a tratar, y se pasa a orar unos por otros para que sean reveladas las necesidades profundas de los miembros del grupo por el poder del Espíritu de Dios, y para que estas necesidades sean satisfechas con el poder del Espíritu fluyendo a través de los dones derramados sobre todos y cada uno de los miembros. 7) ¿Cuál es nuestra responsabilidad? a. Debemos ser buenos administradores. “Cada uno según el don que ha recibido,

minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios… Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.” 1ª Pedro 4:10; 1ª Corintios 4:1,2 b. Invertimos bien nuestros talentos o seremos echados fuera del reino. “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no

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esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Mateo 25:14-30 c. Damos buenos frutos o seremos echados al fuego. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.” Juan 15:5,6 d. Si nosotros no respondemos, el Señor nuestro Dios llamará a otros. “Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.” Mateo 21:33-41 e. ¿Cómo sabemos quién ya está cumpliendo su llamado? Si el Señor nos ha llamado a liberar a los cautivos y hacerlos discípulos suyos, el que está cumpliendo su llamado es aquél que está sacando a los cautivos del reino de las tinieblas, trayéndolos al Reino de la Luz, y entrenándolos para que sean discípulos de Jesucristo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y

seáis así mis discípulos.” Juan 15:8

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El Mapa Conceptual de la Biblia: El Plan de Desarrollo de Dios. El Padre

Justicia: darnos lo que nos merecemos

nos dio

la Ley de Dios con el propósito de: • Definir santidad como la habilidad de obedecer siempre todos los mandamientos, y • Convencernos de que somos pecadores y merecemos vivir la eternidad separados de Dios

Para convencernos de que somos esclavos de Satanás

Salvación: • Muriendo en la cruz para pagar el castigo que merecíamos por ser pecadores, y • Resucitando de los muertos para darnos vida eterna

Para liberar a los cautivos y oprimidos por Satanás

envió

El Hijo

Misericordia: no darnos el castigo que merecemos

ofreció

envió

El Espíritu Santo

Gracia: darnos el premio que no merecíamos

ofrece

nos envía a participar en la edificación de

una Comunidad de Creyentes una célula del Pueblo Santo

y nos comisiona para

herramientas espirituales para crecer en Santidad Personal equipándonos con: • Frutos (actitudes) del Espíritu para desarrollar actitudes espirituales: amor, gozo, paz, paciencia,… • Dones (habilidades) del Espíritu para desarrollar habilidades espirituales: enseñar, predicar, sanar…

desarrollar Justicia Comunitaria entrenándonos mediante el proceso de edificación espiritual de una comunidad de creyentes: • Desarrollando Relaciones del Espíritu poniendo nuestros Frutos (Actitudes) del Espíritu a trabajar • Ofreciendo Servicios del Espíritu poniendo nuestros Dones (habilidades) del Espíritu a trabajar Para que cuando Jesucristo regrese encuentre el conjunto de comunidades, o células del Pueblo Santo que integrarán el Reino de los Cielos.

El Pueblo Santo

para fundar

Para capacitarnos a vencer a Satanás

Para entrenarnos a liberar a los cautivos y oprimidos

El Reino de los Cielos

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