LLAMADOS PARA UN GOZO SUPREMO Apocalipsis 19.6–9 Como hijos adoptados por Dios a través de la fe en Cristo se nos ha involucrado en algo que es supremamente glorioso, asombroso y mucho mas maravilloso de lo que podemos imaginar y Juan (el autor del libro de Apocalipsis) fue testigo de esto. Nuestro llamado en la tierra no es para vivir plenamente y buscar nuestra identidad en las riquezas, familia, amistades, trabajo, nuestro llamado va mas allá, nuestro llamado es enfocado en la esperanza que tenemos en poder disfrutar de Dios eternamente y ese es o debería ser tu mayor anhelo mientras vivas en esta tierra y profundizas en un conocimiento limitado del ser mas poderoso, hermoso, santo, infinito y glorioso. En este pasaje de Apocalipsis podemos darnos cuenta de esto. Piensa por un momento en lo que la multitud esta cantando. No es: “¡Me dieron aquel trabajo! ¡Mi matrimonio fue fantástico! Estuve rodeado de grandes amigos y mis hijos salieron buenos”. No se trata de: “Vencí la depresión y dominé mis temores.” Podemos observar dos cosas que cautivan los corazones de la multitud allí reunida. 1. Cristo ha ganado la victoria final. La voluntad de nuestro salvador se ha cumplido, Su plan se ha llevado a cabo, y reina para siempre. Dios ha reunido a un pueblo que siente pasión por Su gloria y encuentra su principal consuelo en Su gobierno. Son personas que siguieron por fe y obedecieron a un gran costo, que se sacrificaron y sufrieron, y jamás se arrepintieron de ello. Estos han encontrado una satisfacción duradera en la persona y el gobierno del Redentor o dicho de otra manera las imágenes de la boda expresan la intimidad, el amor y la alegría entre Cristo y su pueblo y eso en cumplimiento de sus promesas expresadas anteriormente en las Escrituras (Is. 54: 5–8; Os. 2:19, 20; Ef. 5:26, 27). La segunda cosa gloriosa es que la gran celebración ha llegado finalmente: 2. Las bodas del Cordero. Imagina un grito ensordecedor de una intensa emoción cuando la multitud se da cuenta de que no solo es la invitada a la boda del cordero sino que ademas ¡la multitud es la novia! Está vestida con el lino más fino.Todas absolutamente todas las cicatrices y las manchas del pecado se han ido, ya no existen. Todos los trapos de iniquidad han desaparecido. Está finalmente y para siempre limpia. Piensa que en esta visión que Juan nos esta narrando, ya te encuentras tu de pie ante el novio, de una manera pura y santa ¡Puedes imaginarlo! Cuando escuches en la eternidad, y te des cuenta que la esencia del reino de Cristo es que Dios cambia radicalmente a la gente. Cristo vino a romper nuestra lealtad al pecado para cambiarnos a la única meta para la cual vale la pena vivir y eso es Su reino tiene que ver con la manifestación de Su gloria y la gloria de los santos. Él vino, vivió, murió y resucitó para producir este cambio. Esta es la vida y la obra que Él nos ofrece a cambio de la gloria temporal que nuestro pecado busca. Él transforma nuestros corazones y transforma nuestras vidas al punto de desear “las delicias que hay a su diestra” (Salmo 16.11) en el tiempo que nos reste de vida.
¿Como desear la gloria venidera trae esperanza a mi vida?
Tal vez usted esté atado a un pecado específico que nunca ha sido capaz de vencer. Quizás usted es parte de una comunidad que parece irremediablemente dividida o destrozada. Tal vez su propio matrimonio está muy lejos del buen plan de Dios. Tal vez usted está cargando, donde quiera que vaya, con reliquias dolorosas de su propio pasado. Quizás usted está cansado de hacer cosas con buenas intenciones que después salieron mal, por ejemplo promesas rotas y esperanzas y sueños destrozados. Nuestra necesidad de cambio está a nuestro alrededor y dentro de nosotros. El pecado que se apodera de nuestro corazón hace que todo sea más difícil. El pecado transforma el amor en lujuria egoísta. Toma la seguridad del hogar dispuesta por Dios y la convierte en un lugar donde se pueden producir las heridas humanas más profundas. Corrompe el lugar de trabajo, le roba al gobierno de su bien, e incluso mancha la iglesia. Y al final de la jornada, trae como resultado la muerte. Usted no puede escapar del pecado porque mora dentro de usted. Todas las cosas se tuercen por su poder. No puede engañarlo o librarse de él con dinero. No puede moverse para esquivarlo. Por esta razón el pensar que algún día ya no sera así, sino que podré gozar y ser plenamente satisfecho en Dios me trae un gozo y un anhelo por que su reino sea establecido totalmente. Recuerda por un momento que el objetivo final de Dios es Su propia gloria. Cristo vino a restaurar a las personas al propósito para el que fueron creadas: vivir todos los aspectos de la vida en obediente y devota sumisión a Él. Para lograrlo, Él sopla aliento de vida en corazones muertos, duros, insatisfechos para que podamos comprender nuestra necesidad de Él. El vivió sin pecado, y cumplió la ley por nosotros para gloria de Dios Padre. Él dio Su vida en castigo por el pecado, para que pudiéramos ser completamente perdonados.
Él nos adoptó en Su familia, dándonos todos los derechos y privilegios de Sus hijos. El nos conforma a Su propia imagen a diario. Por Su gracia, nos da la capacidad para hacer lo correcto. Su Espíritu vive dentro de nosotros, nos da convicción del pecado, nos ilumina la verdad, y nos da el poder para obedecer. Él nos coloca en el cuerpo de Cristo (la iglesia) donde podemos aprender y crecer. Él gobierna sobre todos los acontecimientos para Su gloria y nuestro bien. Él nos convierte en el objeto de Su amor que es eterno y redentor. ¡Para alabanza de Su Gloria! Piensa en vivir tu vida de manera que te emocione el pensar que estas mas cerca de disfrutar durante toda la eternidad de Él y pensar que algún día podrás alabar a Dios de la manera en la que Juan lo expreso junto a una inmensa multitud ¡Tu estás ahí!. «¡Alabado sea el Señor! Pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina. Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado. A ella se le ha concedido vestirse del lino blanco y puro de la más alta calidad».