Lectio divina 2004-2005 Casa de Formación Santa Verónica Giuliani * Hermanas Clarisas Capuchinas * Cuautitlán Izcalli (Edo. de México)
Núm. 3 APerdí
todas las cosas y las tengo por basura...@ Texto 2 Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los falsos circuncisos. 3 Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne, 4 aunque yo tengo motivos para confiar también en la carne. Si algún otro cree poder confiar en la carne, más yo. 5 Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable. 7 Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. 8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, 10 y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, 11 tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos.
I PUNTO DE ARRANQUE: DÓNDE ESTOY Y QUÉ ANHELO Sabiduría y precaución Cierto que la lectura divina no puede estar predeterminada, guiada por mis propias riendas. La lectura divina es pasiva. Por eso está tan cercana a la contemplación. Yo no tengo que mandar al texto, sino dejarme mandar por el texto, en obediencia a la palabra de Dios, que es Aobediencia a la fe@ (Rm 1,5; 16,26). El texto se posesiona de mí; no yo del texto. Yo no tengo que comunicar al texto mi subconsciente, para que el texto me lo devuelva en forma de mensaje divino, y me escuche yo a mí mismo, sutilmente incapacitado para escuchar a Dios. Por ahí no llego al encuentro sacramental con el Dios viviente en el signo de su Palabra. (Es tan fácil dejar decir a la Palabra lo que anhelamos en nuestra sensibilidad que nos diga...! (Qué pureza de 1
corazón necesitamos para que Dios nos diga, por sus divinos labios, que son las palabras de la Escritura, lo que él quiere decirnos! Y que lo diga cuando quiera y como quiera... Salvando limpiamente, claramente, estos principios, soy consciente, al mismo tiempo, de que mi corazón vive su propia situación de vida, y de que yo anhelo y busco que la Palabra de Dios ilumine y oriente esta situación en la que yo estoy. No condiciono la Palabra de Dios, que ella misma puede decir a otros lo que quiera..., mas en este momento yo quiero - y lo pido humildemente - que la Palabra gratuita que se me brinda dé respuesta a la situación mía, que es la que voy a exponer. Mi situación vital (una hipótesis razonable) 1. Mi situación vital la concibo así, como el Anudo de mi ser@. Busco sencillamente que Cristo sea el todo, es decir: - la revelación del sentido profundo de mi vida, desenmascarando todos los convencionalismos y engaños, todo el montaje espiritual que quizás me he creado o me han creado; - la justicia de Dios en mí, que Cristo - y sólo él, no yo - sea entitativamente mi santidad; y por ello, mi paz. 2. En esta situación vital en que me sitúo, con la mayor sinceridad que puedo, abro mis ojos a una crítica, serena y dura, en búsqueda de la verdad liberadora que me ha de venir de Jesús. Sospecho, de entrada, que en mi vida hay mucha basura, de esa basura de la que habla san Pablo. Y, aceptando esto, me da la impresión de que en la vida religiosa hay también mucha basura; y que en la vida de la Iglesia hay mucha basura... Si de entrada no admito esto, (qué difícil será (acaso imposible) limpiar esa basura que me impide disfruta de la belleza incomparable de Cristo, de la fragancia que despide su cuerpo y su santidad...! 3. La peor basura de mí mismo sería el negarme a reconocer mi verdad, buscando artilugios para engañarme. Se puede llegar a tal punto en que, en determinado momento, pierda la conciencia de que me estoy engañando a mí mismo. Al fin, uno no sabe si se engaña o no se está engañando, porque soy yo mismo quien va creando desde mí mis propias convicciones, las que determinan mi escala de valores, mi norma de conducta. Diría que, si me descuido, soy yo el autor de mi propia moral. Pablo había caído en la trampa, sin darse cuenta, hasta ser perfecto, intachable, en la Ley..., y todo aquello ahora (era basura! 4. Voy a ser muy cauto frente a lo que me rodea, a lo que se dice, a lo que se piensa... Las medias verdades son basura. El camuflaje de la verdad es basura. Y veamos, con los ojos abiertos, que hay Atécnicas de gobierno@ que aceptan esto como legítimo... Las artimañas de ambición espiritual por ascender a cargos (el ACarrierismo@, o Ahacer carrera@ en los escalafones eclesiásticos, de que habla la Novo Millennio ineunte..., núm. 17...) son basura. El sutil empeño por subir al puesto de abadesa, de superior..., y las solapadas convicciones espirituales por no bajar de él... son basura. Los títulos, realmente excesivos, con lo que nosotros queremos envolver la autoridad de obispos y cardenales..., mirados desde este radicalismo de la verdad a la que nos asoma Pablo, son basura. Y los seguimos fomentando, porque lo contrario sería - se piensa - Adescortesía@... 2
5. En suma, bajando a los fondos del ser, he aquí que la basura se deja ver en dos modos principales, los dos corrosivos: - el más duro, querer considerarme a mí mismo de manera distinta a lo que íntimamente soy, no teniendo la pasión por la verdad; - el querer proyectar mi figura hacia afuera, suscitando en los demás una opinión placentera de mí que no se corresponde con la realidad que yo percibo, o, al menos, intuyo. Sí: para mantener un sano equilibrio de nosotros mismos, y hacer que nuestra persona no quede destrozada ante los demás, necesitamos una conciencia de nuestra propia dignidad íntima (pese a nuestros pecados) y un buen nombre para proteger la propia debilidad. Pero yo no podré nunca fomentar la mentira; dejaré, tan sólo, que fluya una cierta figura honesta, aceptable, de mí mismo, que me consolide en el suelo de mi personalidad, de mi autoestima, necesaria para vivir. Pero en la verdad pura de mi ser yo me presentaré ante Dios como soy, yo que fui sacado al ser de los bordes de la nada, y que existo en gracia y por gracia. Lo demás, comparado con esto, es... mentira; y la mentira es basura. II LOS TÍTULOS DE PABLO, DESTRONADOS Los títulos S S S S S
Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable Estos títulos nos abren a una dignidad suprema que uno alcanza en el pueblo de la alianza.
Comentario * Circuncidado al octavo día. )Hay algo más bello en Israel? Basura... Por ella fue incorporado al pueblo de la Alianza. Basura... * Hebreo, hijo de hebreos. Hebreo desde los tuétanos, de pura sangre; no hebreo venido de fuera, agregado al Pueblo. Basura... * En cuanto a la Ley, lo más puro, lo más piadoso, fariseo. (Títulos que son Acarne@! Basura... Pero yo estudié en Jerusalén, a los pies del rabino famoso Gamaliel, yo me aprendí de memoria largos párrafos de la Torá... Y me dediqué al estudio con vigilias y ayuno... (Tíulos de carne! Basura. * La Ley me enardeció, por la Ley perseguí, pues busqué la santidad de la Ley y la extinción de los apóstatas y paganos; hice merecimientos como ninguno. Basura... * Yo fui íntegro, yo fui intachable... Nadie me podrá reprochar mi comportamiento con respecto a la Ley. Yo no tengo pecado... Basura. Sí, es un lenguaje estridente. Quizás no lo soportamos... Nos resulta más fácil - y ciertamente más cómodo - oír hablar al judío Pablo con otras palabras sobre semejantes realidades, como cuando escribe a Timoteo: ADoy gracias a Dios, a quien, como mis antepasados, rindo culto con una conciencia pura, cuando continuamente, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones. Tengo vivos deseos de verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría. Pues evoco el recuerdo de la 3
fe sincera que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y sé que también ha arraigado en ti@ (2Tim 1,3-5). Una capuchina * Yo he sido ejemplar en mis años de estudio, premio de conducta. (Título de carne! Basura. * Yo dejé mi amor, un novio que me prometía un espléndido matrimonio. (Título de carne! Basura. * Pero... yo prometí pobreza, obediencia y castidad. (Títulos de carne! Basura... * Yo fui educadora y maestra de novicias..., y bien joven. (Títulos de carne! Basura... * Yo fui abadesa... (Títulos de carne! Basura... * Yo estudié teología e hice un bello trabajo, muy desvelada, trabajo alabado por mis profesores... (Títulos de carne! Basura... * Y me han ofrecido ser guía... (Títulos de carne! Basura... * Tengo celo por la observancia regular... Basura. * Yo nunca he dejado la meditación... (Títulos de carne! Basura... (Y veo que otras la están dejando: (Basura!). * Y quiero ser una religiosa ejemplar, modelo de las jóvenes... Basura... * Señor, )el haberme sacrificado con mis tres votos será también basura...? El estilo de Pablo y el estilo de Jesús - Señor, Señor, ábreme. - No te conozco; lejos de mí, agente de iniquidad. - Pero si hice las tres cosas más grandes que tú hiciste entre nosotros. Yo fui Profeta, como tú, y comuniqué la Palabra. - Lejos de mí: no te conozco. - Yo lancé demonios. - Lejos de mí: no te conozco. - Que los lancé Aen tu nombre@. - Lejos de mí: no te conozco. - En tu nombre hice milagros. - Lejos de mí: no te conozco. - (Señor, Señor...! - ANo todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.@ (Mt 7,20). Lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo Hay un corte que divide mi vida: antes de Cristo, que era fuera de Cristo; y después de Cristo, que es vivir en Cristo. Mi vida estaba llena de logros... )A qué llamamos Alogros@? )A qué llamamos conquistas? )A qué llamamos valores...? Todo ha sido destronado; el mundo se ha vuelto al revés. Todas mis conquistas al amparo de la Torá son, en la escuela de Cristo, pérdida; todo mi capital, ruina... Basura. Viene al recuerdo la frase de Jesús: AVosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios@ (Lc 16,15). 4
Podemos funcionar en este mundo con una estructura estimable para los hombres, pero abominable para Dios. - Pero )así en la vida religiosa? - Así en la vida religiosa. - )Así en la vida de la Iglesia? - Así en la vida de la Iglesia. Todo es pérdida La Palabra de Dios me está invitando a entrar en estos contrastes absolutos, repentinamente causa de escándalo; un lenguaje desmedido que me convulsiona, y me deja mal. Pero es que Jesús también hablaba así: ASólo una cosa es necesaria@ (Lc 10,42). Nota de exégesis. La Biblia de Jerusalén traduce: AMarta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola@ v. 41-42, traducción posible. Pero la Nova Vulgata no hace esta división tripartita: muchas, pocas, una; sino que escoge este texto: AMartha, Martha, sollicita es et turbaris erga plurima (muchas), porro unum (sólo Auno@) est necessarium@.
Pablo dice que todo es pérdida, añadiendo: frente a Cristo Jesús. La dialéctica del Atodo@ y de la Anada@ ha sido el molde para que los santos nos explicaran la vida espiritual. Así Juan de la Cruz. Nos asusta, y no nos parece que sea pedagógica, porque niega lo humano (el esfuerzo, la superación) y es destructora de las fuerzas que han de entrar en juego para construir la personalidad. No las niega, no las destroza..., sino que se remonta a la pura esencia de la gracia, como don absoluto de Dios, y entonces, únicamente entonces, desde la gracia se quiere recuperar la naturaleza. En suma: Todo es basura si no alcanzo a Cristo. La sublimidad del conocimiento de Cristo La cima de todo es Cristo; y no sólo la cima: es el monte entero. Y el conocimiento de Cristo no es - ni la conquista de mis facultades intelectuales que se apropian de él; - ni siquiera los dones infusos que intelectualmente nos dan a conocer a Cristo. Esto solo sería basura. Es la posesión integral de Cristo; es el haber entrado en su vida; es el haber pasado a él, porque él ha venido a mí; es el Ahaberme sido hallado en él@ por la fe, no por la Ley; es la comunión. Conocer es comunión. Comunión en los dos aspectos indivisos de su misterio pascual (muerte y resurrección) A... y conocerle a él: (= igual a) C el poder de su RESURRECCIÓN C y la comunión en sus PADECIMIENTOS hasta C hacerme semejante a él en su MUERTE, C tratando de llegar a la RESURRECCIÓN de entre los muertos@ (v.. 10-11). Conocer a Jesús es alcanzar a Jesús, poseerle a él, 5
ser poseído por él, tener la experiencia de su muerte, y al mismo tiempo la experiencia de su resurrección. Y eso - ya aquí - y en esperanza; - sí - y Atodavía no@. III ORACIÓN (Oh Jesús, por quien he querido perder todo; haz que lo pierda de verdad hasta alcanzarte a ti, llévame tú, pues yo no puedo: jamás, por mí, iré a ninguna parte! Dame tu secreto, para que mi vida sea logro, no insatisfacción ni fracaso. Dame la fe, por piedad, y con ella, dame el fondo de la humildad. Dame la unidad del ser, que no la tengo, y en la unidad el sosiego; dame la paz, que es tu presencia. Dame la totalidad, y enséñame que el todo está en lo mínimo de mi vida. Renuncio a toda ciencia, si, al renunciar, me das la sabiduría. Renuncio a todo si en la pobreza total te encuentro a ti. Oh Jesús, tú eres la gracia del Padre, que seas tú, sólo tú, la santidad de mi vida; que seas tú mi gloria y mi única esperanza. Que en mi vida seas tú el amor, el puro amor, el amor que recoja todos mis amores, pues no puedo vivir sin amar. Amén. 6
Nota aclaratoria En la Alectio divina@ )qué se puede compartir y qué no se puede compartir? 1. )Cabe una oración compartida? Sí y no. Se nos aconseja compartir las cosas espirituales. - Se puede compartir Apensamientos@ (y la oración se teje con pensamientos). - Se puede compartir Asentimientos@ (y la oración se teje con sentimientos). - Se puede compartir Atestimonios@... 2. No se puede Adonar@ el corazón; y la oración se realiza en el corazón, que es el secreto inefable de la persona. Puedo notificar Aintimidades@, puedo notificar Aaspiraciones@ (y esta misma hojita está en el plano de las aspiraciones); mas no puedo compartir el corazón, no por falta de voluntad, sino por una cierta imposibilidad sustancial. 3. La oración es el encuentro y la fusión del Yo con el Tú, y es el abandono en él. 4. En la ALectio@ podemos compartir exégesis y cosas muy bellas. Mas la Palabra que infunde el Espíritu, que es el mismo Espíritu, eso no podemos compartir. La oración es inviolable. San Francisco solía decir: AMi secreto para mí (Is 24,16)" (San Buenaventura, Legenda maior l3,4).
Núm. 4 AEsa fe@ que Jesús quiere encontrar en mí el Día de su venida (Lucas 18,8) Texto -Yo les digo [plural] que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, )creen [plural] que encontrará fe sobre la tierra? (Traducción litúrgica mexicana). - Os digo [plural] que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, )encontrará esa fe en la tierra? (Traducción litúrgica española). - Dico vobis: Cito faciet vindictam illorum. Verumtamen Filius hominis veniens, putas [singular: piensas], inveniet fidem in terra? (Traducción de la Nova Vulgata 1979, que no modifica la anterior de la Vulgata de S. Jerónimo).
I BASE EXEGÉTICA PARA INTERPRETAR ESTE VERSÍCULO Una parábola y dos comentarios 1. La parábola de la viuda tenaz, molesta e impertinente hasta conseguir lo que quiere. El Evangelio del último sábado (13 noviembre, sábado de la semana XXXII) habla de la viuda impertinente, la que a fuerza de Adale y dale@ consigue lo que quiere. El juez le hace justicia para 7
quitársela de encima. Lo cuenta san Lucas al principio del capítulo 18. Es curioso que Jesús se haya fijado en esa anécdota de vida para apoyar su doctrina acerca de la oración. En castellano tenemos una palabra popular, muy erudita en su origen, para describir a estas personas: Es un pelma, un pelmazo, una pelmaza. (Hala, vete!, pelma, más que pelma... Queremos desentendernos de él, y le mandamos a paseo dándole lo que pide, Ano vaya a acabar pegándome en la cara@ (traducción litúrgica española). Porque pelma o pelmaza es una persona Amolesta e inoportuna@, según el Diccionario. 2. Los dos comentarios de Jesús: El primero, en torno a Dios, su Padre, nuestro Padre, el Padre de los elegidos Jesús de esta parábola hace dos comentarios: uno muy bonito, otro muy triste. El bonito es éste: )Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche...? (Sí.........! (Y les hará pronto! Es la seguridad absoluta que podemos tener en Dios, nuestro Padre, que tiene corazón. En este comentario Jesús nos infunde tres seguridades absolutas: - Que Dios ciertamente hará justicia (como el juez). - Que hará justicia muy de buena gana (no como el juez, forzado por la circunstancia). - Y añade que hará justicia, sin esperar, Apronto@ (no como el juez). La parábola nos traslada a otra escena, a otro plano de realidades; nos sitúa dentro de una historia que se está viviendo y que va a tener un punto culminante. En los salmos escuchamos con frecuencia la voz de los justos que gimen pidiendo a Dios que venga en su socorro y haga justicia. Aquí contemplamos a una comunidad de justos, de Aelegidos de Dios@ (Asus elegidos@), que claman a Dios, y pide que intervenga. Jesús tiene la seguridad, que nos quiere comunicar, de que Dios va a intervenir, e incluso va a intervenir pronto. Estamos - en un drama - escatológico - próximo, que de alguna manera nos involucra ya desde ahora. Y ahora pasa a decir que él mismo va a ser protagonista de esta venida. 3. El segundo comentario de Jesús: En torno a sí mismo y a nosotros: el Hijo del hombre Pero Jesús añade un segundo comentario, que nos deja tristes y preocupados, como veremos luego. Decididamente nos habla de ese drama de la historia, que está ya en curso, que va a culminar pronto. Y pronuncia una de esas palabras )negras? que Jesús, a pesar suyo, ha dejado salir de sus labios. Es una palabra que cae como una nube oscura, como una espada. Tenemos mucho respeto para interpretarla, no sea que ofendamos el sentir íntimo del Señor. Es una palabra pesimista (se han atrevido a decir los exegetas); cierto que una palabra desafiante. Jesús ha hablado en otras ocasiones en tono que en nuestro lenguaje se llama Apesimista@, como cuando los evangelistas nos transmiten este texto: AEntrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas (qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran@ (Mt 7,13-14). 4. En busca de una traducción fiel de la frase del segundo comentario
)Fe o esa fe? 8
Dice, pues, el Señor: Pero, cuando venga el Hijo del hombre, )encontrará la fe sobre la tierra? Traducciones de nuestras Biblias: )encontrará esa fe (de la viuda) sobre la tierra? El artículo Adeterminado@ es determinado: señala, indica, concreta... )Qué cosa es la que concreta? No siempre se sabe, y los intérpretes han de ser muy cautelosos, dado que el lenguaje es muy maleable y admite muchas modulaciones de sentido. Hay que ir al conjunto; a veces hay que adivinar. Pero ahí tenemos, de todos modos, la palabra, la expresión de la que debemos partir. El texto griego dice en este caso: Ala fe@ (no Afe@: )será lo mismo?), th.n pi,stin. No parece que sea indiferente traducir: )encontrará fe en la tierra? que: )encontrará la fe en la tierra? Para determinar lo concreto, a lo que nos lleva el artículo Adeterminado@ de la expresión, los intérpretes técnicos han querido traducir también así: )encontrará esta fe en la tierra? Y )cuál es Aesta fe@? Pues este tipo de fe de que nos ha dado ejemplo la mujer, la fe total que lo consigue todo.
)La encontrará o no la encontrará? Hay formas múltiples de preguntar. Preguntas que se hacen por la ignorancia: )Qué hora es? (Como no llevo reloj, no sé que hora es y te lo pregunto para saberlo?). )Acaso soy yo Judío? (Evidentemente que no; la pregunta no es pregunta, es un reproche). )No soy yo, tu Padre, el que te creó...? (Evidentemente que sí: tú eres mi Padre y Señor). Y hay otras preguntas cuyas respuestas quedan ahí flotantes, a veces envueltas en un velo de sospecha. Por ejemplo: Entre tantas reverencias, tantas palabras bonitas, )tendrán valor los Superiores para decirse limpiamente la verdad? (El que con tantos preámbulos y rodeos inicia la pregunta, deja entrever de que él no tiene mucha confianza de que los Superiores sean valientes para decir con limpieza la verdad) No es una pregunta Adidáctica@ para alertar, sino una pregunta Adramática@ y desafiante La pregunta de Jesús va muy cargada. Parece ser la pregunta del que duda, del que casi insinúa la respuesta negativa, como sugiriendo: (No, el Hijo del hombre no va a encontrar Aesta fe@ en la tierra. Como si entreviera que el resultado no va a ser muy halagüeño. Si tal ocurriera, (qué realidad más dolorosa, qué triste testimonio para asomarnos a lo que Jesús tuvo que sufrir en su psicología! Si yo trabajo y dudo del valor de los resultados...(qué duro es trabajar! Mejor, mientras se trabaja, no pensar en estas cosas, que minan de raíz el entusiasmo. La pregunta de Jesús tiene una carga dramática, pues tenemos miedo de que la respuesta que él sospecha va a ser fatal. Y nos resistimos a ver la obra de Jesús como fracaso, pues pensamos (o, más bien, creemos por la fe) que Jesús no ha de fracasar, que no ha fracasado, que la Historia le ha de dar no sólo la razón, sino el fruto gratificante del triunfo. 5. )Tiene que ver el primer comentario con el segundo? )Hablan de la misma cosa? Acaso nos parezca que el primer comentario que hace Jesús es Asapiencial@: una enseñanza sobre la fuerza de la constancia de la oración, simplemente esto. San Lucas mismo nos orienta con el versículo inicial: ALes decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer@ (Lc 18,1; como dirá 1Ts 5,17: Orad constantemente). Pero de hecho la circunstancia interna de la parábola nos lleva a meternos dentro del drama descrito: orar siempre para que estemos a punto el Día de la venida.
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Así pues, pensamos que el primer comentario de Jesús y el segundo se refieren a lo mismo, a orar constantemente en vistas de una venida que se va a dar. Es importante hallar este punto de unidad en el sentido de la parábola y del comentario.
II SOLILOQUIO: LA PREGUNTA ESENCIAL Me acaba de impresionar el que Jesús concluya su enseñanza hablando primero en plural y luego en singular. Primero, a todos: Yo os digo... Luego, a mí, personalmente a mí, para que le responda yo, no otro por mí: Y )tú piensas que cuando venga el Hijo del hombre...? )Por qué este cambio del plural al singular? )Me dejan satisfecho los filólogos si me dicen que es un recurso literario y que, en el fondo, significa lo mismo? No; prefiero que las palabras queden como están, primero a Atodos@, luego a Amí@. La pregunta de Jesús me lleva a mí, y quiera el Señor que esta pregunta nazca simplemente del amor, a la pregunta esencial de mi vida. )Hallará Jesús en mí lo que desea de mí? La vida se despliega ante los ojos con muchas posibilidades, y yo voy escogiendo; aunque, por otra parte, habiendo entregado mi vida en servicio y obediencia, otros escogen por mí, pues yo lo he aceptado previamente. Aun y todo, también en esa circunstancia observo yo sutilmente en el fondo de mi ser que soy yo - yo mismo, no otro - el que decide en el amor. Me veo en lucha, entre generosidad y cobardía. A veces surge ante mis ojos un posible arranque de generosidad, y se establece en mí un misterioso soliloquio: - No, eso no puede ser así; es ridículo. Nadie lo hace... )Cómo lo van a interpretar? No, no hay que ser raro; no hay que ser estridente. Es mejor ser normalito, porque en lo normal está la virtud. )Ayunar? No...; es llamar la atención... Déjalo, eso es un escrúpulo... Y (Dios me libre de los escrúpulos, que es una de las cosas peores que me pueden suceder...! Que la vida espiritual es otra cosa: que es acción de Dios, que no es esfuerzo humano... Fuera toda extravagancia y todo lo que pueda parecerse a extravagancia... La decisión es: Vamos a lo corriente, y nada especial que se note... *** Los coloquios personales son sutiles, sutilísimos. Se cruzan mi corazón pensamientos como chispas fugaces. Estoy yo solo y yo solo me resuelvo las cosas. Estas cosas que te digo, mi querida Lidia, ((ah!, sí, mi querida Lidia, vuelvo a los AColoquios espirituales@... porque esta hoja nació en mi mente para ti...) son muy propias de un novicio. Se marchan todas ellas cuando el fervor desaparece. Y claro que reaparecen todas si uno es escrupuloso. (Con el escrupuloso el director espiritual debe ser tajante, y no dejarle pasar ni una sola. Si no, la fiebre le va desgastando por dentro y le deja extenuado). Pero no es el escrupuloso el que siente este combate interior del amor. El fervoroso puede sentir como una llamada que el corazón la acusa. Necesitamos toneladas de humildad y de oración para que en esta lucha ni nos ofusquemos si sucumbamos, sino que sepamos distinguir los requiebros del amor que no te dejan quieto... Íbamos diciendo que hay una pregunta esencial que encara nuestra vida con el Señor: Señor )encuentras en mí todo lo que deseas encontrar? )Has visto en mí esa fe que tú esperas?
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Y si tú, Lidia, vas vestida de capuchina )eres tú la capuchina que el Señor busca? Y si yo, Rufino, tengo cara y hábito de capuchino )soy de verdad el capuchino que el Señor busca? )Encuentra Jesús en mí fe, amor, oración? Es la pregunta esencial. Es la pregunta de la verdad.
III PARA TI, JESÚS, EN LA VERDAD DE MI CORAZÓN
Y ahora contigo hablo, mi Jesús. Acaso en el Cuerpo Místico me escuche alguien, pues no dudo de que hay una ósmosis de corazones. He intuido que el SÍ total de mi existencia tiene que ser - sinceridad (ante mi propia verdad, en la medida en que tú me concedas, por gracia y revelación, bajar al suelo sin fondo de mi corazón); - transparencia (porque la sinceridad, sin transparencia no acaba de ser sinceridad), - coherencia (pues (qué engaño solapado si en una parte brilla la verdad-sinceridad y en otra queda algo impenetrable), - totalidad (una entrega a medias no es una entrega de la verdad del ser; y además si la entrega es temporal, mientras dure, no es entrega total). Llegar al encuentro conmigo mismo no me es dado, si de pronto tú mismo no produces la luz de la estancia. Vivimos en oscuridad, sin percatarnos de que no estamos en nosotros mientras no estemos del todo dentro de nosotros, sabiendo discernir la verdad y la mentira de nosotros mismos. Sólo la verdad puede edificar. Una discreta ignorancia nos acompaña, pues no siempre uno resiste la verdad de su propio corazón. La verdad es la purificación; es la única purificación. La verdad sana, la verdad dilata, la verdad identifica, la verdad nos otorga su propio don, que es la paz y la libertad. Sin la verdad desnuda es imposible construir la entrega total. El que es ciego ante su propio corazón, (oh Jesús!, ni sabe lo que entrega ni lo que retiene. Concédeme, Señor, sondear y aceptar mi sustrato humano, base del edificio de mi existencia. Sin conocerme a mí )cómo me puedo entregar a ti? Oh Cristo Jesús, Sol iustitiae, que llevas en tus alas la salvación, la verdad que induce la Psicología es un heraldo de la verdad, pero la verdad pura, la única que me puede liberar del todo, es la verdad salvífica, que no es una verdad superpuesta a mis descubrimientos personales, sino que se esconde allí mismo, como graciosa presencia tuya. Al fin, como cristiano, comprendo que la verdad mía, que es tuya, va envuelta en tu propio amor, de forma que nunca llegaría al fondo de mi verdad, si en el mismo instante no tuviera la experiencia de tu amor que acontece en el mismo acto en que me veo. Sé muy bien que al mirarme no me alcanzo (y por eso no me veo del todo), y que se alumbra una posibilidad nueva: ser mirado por ti, ser descubierto por ti; pues, al ser mirado soy amado, y el ámbito de mi realidad-verdad queda impregnado por el hálito de tu amor. (Oh, quién pudiera conocerse, sin poseerse, y dejarte a ti solo la posesión de mi intimidad donde me identifico! El auxilio valioso de la psicología no puede alcanzar mi espejo interior. No renuncio a ella, mas no dejo que ella lleve las riendas, porque mi Yo, el reducto de toda mi experiencia, sin dejar de ser el 11
que es, es al mismo tiempo un fulgor de tu presencia. Poseerse es dejarse; ganarse es perderse. Haré del misterio, con la mayor sencillez, pan cotidiano, y dejaré que mi frágil Yo, tan tornadizo, adquiera algo de la fuerza del Tú, que eres Tú mismo, Dios mío. *** Entiendo que hay tres zonas en mi Yo que debo conocer, y que sin su conocimiento será imposible que pase a la verdadera entrega. El tejido de mi afectividad, resonancia de todo mi ser, la posibilidad más rica de mí mismo, el cauce de mi vida, el cobijo de mi amor, el summum vital de la persona. Es la aspiración inquieta de lo más bello y el rincón oscuro del pecado. El afecto busca unión..., mas (oh Dios mío!... El tejido sutil de mi sexualidad, al eco del mundo afectivo, como potencia de afecto y al par de él. El tejido de mi oración, que necesita absolutamente la maestría del Espíritu, porque, si no, es dispersa, superficial, queda atorada y por años está donde estuvo. Y, sin embargo, yo sé que para la entrega es la clave principal de todo el engranaje. Tú, Jesús, nos hablas de oración pero no de especulación contemplativa. La oración es simple y dramática; pertenece al compás de la vida, porque es el son de la vida. Para esa entrega de la fe del encuentro, necesito que todos los recovecos del ser se encuentren reconocidos; todos sanados y todos donados en oblación a Dios. Si los saco de mí mismo y los entrego, mediante la palabra sincera y verdadera, a otros, entonces te habré ofrecido, oh Jesús, la garantía de mi verdad. A alguien B digo B que pueda escuchar con amor, acogerme como la Iglesia madre en su regazo. Entonces, sí, tendré la seguridad de que mi vida está plenamente abierta, - que es oblación, y no repliegue para la propia satisfacción; - que mi vida está en camino de recibir al Fe del Encuentro que tú, oh Jesús, estás anhelando.
IV CUANDO VENGAS...
Y HOY MISMO
La vida se despliega sin contorno; hay tantas vidas como seres humanos vivientes. Y cada una tiene su secreto y su hermosura, cada una su lucha y su victoria. Nada hay que repetir, porque el secreto es mío, y la oportunidad es solo mía. Yo retorno a compañeros de peregrinación en el amor, que surgen en mí sin quererlo, e instintivamente quiero ser como ellos..., como una llamada que yo tuviera que atender, como ejemplo que tuviera que imitar. Mas mi pauta eres sólo Tú, y yo no quiero ser el doble de nadie. La vida es siempre inédita, como el acto mismo de la creación. Ayer (domingo XXXIII) contemplábamos las bellas piedras del Templo, sobre las que tú tenías una palabra profética: No quedará piedra sobre piedra, todo será destruido. A esta ruina se sumaba el desconcierto, la confusión, la persecución... Pero, de pronto, tú lanzabas un chorro de luz infinita: Esto os ofrecerá ocasión de dar testimonio (Lc 21,13). Y al ver la ruina (que para mí era como un símbolo de mi amada Provincia, venida a menos, yo pecador en medio de ella, y en esta ocasión precisa cuando el ministro general cierra la visita, 20-21 nov.), yo podía escuchar la voz del Señor: Es justamente la hora del testimonio, la hora más hermosa para ti. 12
Oh Jesús, Señor de la historia, que un día vendrás y esperas fe, hoy mismo..., hoy mismo..., acogido a tu in finita misericordia. Que el mañana no sea distinto de hoy, porque AHoy es mañana@ [. Oh Señor, en tu infinita misericordia, porque tu amor, sólo tu amor, es mi triunfo, es mi futuro, es la fe, la única fe, que buscas en mí.
Núm. 5 Consagración a Jesucristo, Rey del universo Al trasfondo de la liturgia del día (ciclo C): Col 1,12-20; Lc 23,35-43 La liturgia de Cristo Rey se ha purificado tras la reforma que siguió al Concilio. Así, en el Oficio de lectura el texto de la encíclica AQuas primas@ fue sustituido por el comentario de Orígenes a AVenga tu reino@ en el opúsculo sobre la oración. Durante siglos la Iglesia se ha visto envuelta en el ejercicio del poder temporal. No se pueden teologizar esas situaciones en base a la figura de Cristo Rey. En 1952 la Iglesia Católica hizo un AConcordato@ con el Gobierno del estado Español, que fue considerado como modélico. En el primer artículo se declaraba la confesionalidad católica de la nación. Tras el Concilio se vio que eso no se podía sostener. La iglesia ha ido purificando su figura institucional; queda mucho para hacer con humildad, lucidez y valentía. Hay razones históricas para que el Papa ostente el título de Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano (44 km2 incluidas todas las posesiones), cuyo primer artículo según la Ley Fundamental del 26 de noviembre de 2000 (fiesta de Cristo Rey), en sustitución de la anterior Ley del 7 de junio de 1929, dice: AEl Sumo Pontífice, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, tiene la plenitud de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial@. No sabemos cuál ha de ser la solución, pero nos resistimos a pensar que esto vaya en consonancia con las palabras de Jesús: AMi reino no es de este mundo...@. Nos resistimos a pensar que un Jefe de Estado haya de recibir a otro Jefe de Estado, el Papa, que no puede ir adonde vaya sino simplemente como Siervo de Jesucristo. Nos resistimos a pensar que nuestros Hermanos Separados puede acoger, como signo de unidad, a quien se presenta como Sucesor de Pedro e, inevitablemente, como Jefe de Estado. Nuestra consagración a Jesucristo, Hijo de Dios, Rey del universo, al eco de los textos de la liturgia del Día, vibra con otros sentimientos.
Texto de consagración (Laudatio) A ti me llego, oh Jesús, adorándote en el regazo del Padre, por ti he salido del dominio de las tinieblas y he pasado a la luz; el Padre me ha puesto en el reino de su Hijo querido, que eres tú. A ti te reconozco y confieso como Imagen de Dios invisible, 13
primogénito de toda criatura; por medio de ti fueron creadas todas las cosas, todas giran en torno a ti, te alaban y te adoran, porque tú eres Rey, y tú eres el camino de la alabanza. A ti la victoria y la gloria por toda la eternidad. (Memoria) En medio de nosotros fuiste Hijo y Siervo, encendiste el fuego nuevo del amor e iniciaste tu reino sirviendo a tus hermanos. No quisiste armas, ni poder ni riqueza; tu propia debilidad fue la fuerza del Espíritu, y anunciaste el Reino desposeído de todo dominio y estructura, mostrando el camino invencible del amor. Coronaste tu obra en la cruz, amando y perdonando, y anunciaste tu reino al ladrón, diciendo: Hoy estarás conmigo. (Oblatio) Oh Jesús, me tienes contigo junto a la cruz, y deseo escuchar de tus labios la palabra más gozosa que ansío: Hoy estarás conmigo en mi Reino. Tu reino eres tú mismo, misterio de dulzura en tu Sacramento. Dime, oh Jesús, la palabra pascual que dijiste al malhechor que dio testimonio de ti: Hoy estarás conmigo en mi Reino. Purifica mi mente de toda idea ajena al Evangelio, contágiame del amor que arde en tu corazón y hazme brasa encendida, que expanda el amor que de ti recibo. A ti me entrego, respondiendo a la consagración que sellaste en mi bautismo. Que no ambiciones ninguna grandeza, dominio y poder, que no me seduzca la fama ni me abata el olvido y la indiferencia, pues en todas las cosas quiero buscarte solo a ti. Acepta mi vida para que florezca la unidad, 14
cual cima del amor sincero. (Intercessio) Jesús, que ves el fondo de mi ser, atráeme y toma posesión de todo cuanto bulle en mi vida, porque todo es tuyo, y quiero que, purificado, retorne a tus manos. Intercedo por tu santa Iglesia, que es tuya, pues la adquiriste con tu preciosa sangre, para que mantenga su fidelidad a ti, aun mostrándose, en su pequeñez, como signo contradicción. Abre mis ojos para verte en la Historia y esperar con ánimo levantado la venida de tu reino. (A ti la gloria, a ti el amor, a ti tu santa humanidad y divinidad por toda la eternidad! (Oh María, Madre de Jesús el Señor, en tus manos deposito mi plegaria y mi anhelo! Amén.
Núm. 6 ARorate, caeli, desuper et nubes pluant iustum@ (Is 45,8) De la dulzura, de la intimidad, de la suavidad del
ADVIENTO I EL TEXTO SAGRADO, LEÍDO POR LA IGLESIA El texto de Isaías Vulgata Rorate caeli desuper et nubes pluant IUSTUM aperiatur terra et germinet SALVATOREM et iustitia oriatur simul ego Dominus creavi eum Nova Vulgata Rorate, caeli, desuper,
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et nubes pluant iustitiam; aperiatur terra et germinet salvationem; et iutitia oriatur simul: ego, Dominus, creavi eam.
qd,c,-WlZ>yI ~yqix'v.W l[;M;mi ~yIm;v' Wpy[ir>h;: dx;y: x;ymic.t; hq'd'c.W [v;y<-Wrp.yIw> #r,a,xT;p.Tis `wytiar'B. hw"hy> ynIa] Traducción de la Biblia de Jerusalén Destilad, cielos, como rocío de lo alto, derramad, nubes, la victoria. Ábrase la tierra y produzca salvación. Yo, Yahvé, lo he creado. Nota. Esta plegaria (latín: Rorate caeli desuper...) Se refiere en primer lugar a la liberación y la Ajusticia@ que Ciro traerá pronto, pero que son una creación de Yahvé (ver 41,2). Al sustituir los términos abstractos del hebreo con Ajusto@ y Asalvador@, San Jerónimo hace que aparezca el alcance mesiánico de este oráculo (Nota de la Biblia de Jerusalén).
Versión desde la Vulgata Rocíen los cielos arriba destilen las nubes al Justo; ábrase la tierra y germine al Salvador; y amanezca entonces la justicia. Yo, el Señor, lo he creado. Trance poético-espirituaL: Cuadro de contemplación Yo soy orante y poeta. Las fibras de mi ser se abren. Las palabras de la Escritura son apoyo, pero nada más, porque mi corazón es más grande que la Escritura, y mi anhelo es nada menos que Dios mismo; o, mejor, algo mayor, el misterio de la Encarnación. Estoy ante el cielo y sus nubes. El cielo es generoso, porque del cielo viene la lluvia y el sol, las dos criaturas de Dios que hacen que la tierra tenga vida. La Escritura me ha enseñado a sumergirme y perderme en la creación como sacramento de vida. En este trance espiritual, al punto he comprendido, o, mejor, he sentido, que el cielo es el regazo de Dios; la Tierra es el regazo de María. Los Padres nos han dicho (desde san Ireneo) que María es la Tierra Virgen. Los cielos derraman justicia, mas... no justicia o justicias, sino la Justicia en persona, Jesús, el Verbo de Dios. 16
La Tierra Virgen, fecundada por el cielo, germina, y del útero de María ha brotado el Salvador. Perspectivas Estoy ahora inmerso en el centro del misterio de la Encarnación. ‘ La Encarnación es un misterio trinitario. Viene del cielo, no de la tierra. La Encarnación revela la infinita paternidad divina. La Encarnación viene del regalo de Dios. ‘ La Encarnación es un misterio mariano: el Salvador brota del seno virginal de una doncella. María es admitida a la Trinidad y tiene en la Encarnación una participación correlativa a la Trinidad. ‘ La Encarnación es un misterio eclesial. La iglesia va a ser el punto de encuentro de este misterio; sin Iglesia no hay Encarnación. Jesucristo establece una familia en el teatro de la historia, hasta su vuelta. II DE LA DULZURA DEL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN 1. Es dulce el manjar que sabe sabroso al paladar con un sabor de agrado exquisito. Y es dulce para el alma aquella vivencia que trae el dulzor, es decir, el sabor exquisito que toca el interior. 2. En la vida terrestre la dulzura espiritual, que aleja del corazón los sentimientos desabridos, se obtiene por la sensación que deja la presencia de Jesús en el alma, o la presencia del Espíritu Santo, o la presencia de María. Por la Encarnación entramos a saborear a Dios como dulzura. Recordaremos que no es posible la dulzura sin la paz; el alma pacificada es la que gusta y saborea las cosas divinas. 3. La Encarnación nos trae a nosotros, los hombres, la dulzura al paladar que proviene del don divino. No hay don superior a la Encarnación, que nos hace experimentar el placer de Dios de estarse con nosotros. 4. Plegaria para pedir la Dulzura de Dios Oh Padre Dios, que te has desprendido de tu Hijo amado, sin haber dejado tu divino seno. Acojo en mi corazón, en mis labios, en mi paladar el don que me has dado con tu Hijo Jesucristo. La dulzura de Dios está en ti, oh Jesús, y tú mismo eres la Dulzura. Quiero dejarme llevar por esta dulzura celestial que María me va a proporcionar de sus purísimas entrañas. Me sumerjo en el sacramento universal de la creación, obra de tus dedos, quisiera sentir en mi paladar, al tacto con las criaturas, la dulzura de tener al Hijo tuyo como Hijo nuestro. Te suplico: que la Encarnación 17
me contagie de infinita dulzura, y que el contacto con este misterio, por vía amorosa, a amarte a ti como tú me has amado. Jesús de mi dulzura, prepara mi paladar para gustarte a ti, y hallar en ti todo el dulzor de la vida. *** Rocïad, cielos puros, rocïadme, y guste el paladar vuestra dulzura, sabor de Dios, purísimo misterio cuando el Niño repose en una cuna. Los besos de respuesta a Dios ofrezco, mi aliento vivo, el alma que fulgura, mi corazón latiente que se sale, mi adoración amante que le busca. Llovedme cielos míos y empapadme, transidme en Trinidad la carne suya: la carne mía que él ha arrebatado el día en que bajó desde la altura. Placer divino busco sin sosiego, placer que no me dan las creaturas, placer para mi cuerpo y mis sentidos en tanto que camino en senda dura. Llovedme, cielos míos del profeta, mojad mi sed con gusto y con frescura, traedme a Dios, traed al Todo Hombre, traedme pronto al Dios de la Escritura. Y guste el corazón jamás ahíto, y el Dios del cielo dé divina hartura: oh Dios Jesús, oh todo Dios conmigo, mi dulce paladeo, mi dulzura. Amén. III De la intimidad del misterio de la Encarnación
El misterio de la Encarnación pertenece a la intimidad de Dios; por eso no lo conoció el diablo. Y la virginidad de María es justamente esta intimidad divina: no la conoció el diablo (San Ignacio de Antioquía). 18
Mas esa intimidad divina, que nos viene por la Encarnación, habita en el centro del alma, si nosotros recibimos a Jesús como Verbo Encarnado. Su gestación en útero de mujer es gestación que, por el Espíritu, se perpetúa en el tiempo. Vivimos la gestación de Dios, mientras se prepara el Nacimiento. El Nacimiento será la Parusía, cuando Dios sea todo en todos. Adoramos esta intimidad de Dios, que se nos ofrece como don de Adviento, como llave para entrar en la Navidad. Oh santa intimidad de mi Emmanuel, mi Dios conmigo, eternamente mío: la Iglesia te ha acogido y queda grávida y ahora está sintiendo tu latido. Mi Dios, Palabra nunca terminada, mi Dios, coloquio-amor, y escalofrío, mi Dios que te revelas día a día, en mis ojos mi luz y mi destino. Mi Dios, Verbo Encarnado, transparente. más íntimo conmigo que yo mismo, mi Dios, donado, abierto al mundo entero, mi Dios en mí, el mío en mi cobijo, Secreta intimidad de cada día, que se hace Comunión al recibirlo: manjar comido, sangre de mis venas, mi vida y sacramento acontecido. Mi Dios me habita, mora en mi silencio; es Dios pequeño, siendo el infinito: los dos somos un Uno, según quiere, según pedía al Padre al despedirnos. Oh Dios, mi Dios, graciosa Encarnación, que baña y que penetra cual rocío: a ti te adoro, a ti me uno entero, a ti, dulce Jesús, eterno Hijo. III DE LA SUAVIDAD DEL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN El secreto del amor es la caricia. La Encarnación es la caricia de Dios. La respuesta, la caricia de María, la Tierra virgen, tierra abierta que ha germinado en esta flor. Donde hay suavidad, desapareció el pecado. Donde hay suavidad, reina la paz.
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Donde hay suavidad, se levanta la bandera blanca, porque acabó la guerra, y la violencia y no existe. Donde hay suavidad no hay agresión. Donde hay suavidad, hay un hijo de Dios que anuncia el misterio de la Encarnación. Donde hay suavidad, empieza a actuar la fuerza de Dios. Donde hay suavidad, el dolor, envuelto en silencio, se hizo resurrección. Y dijo Dios y fue la suavidad, las manos de una madre que la tersa piel, el seno que los labios que le cubren de
acaricia, alimenta, delicia.
María, Madre, pura de castísima y fecunda sin perfume del Señor, y Tierra sembrada del Espíritu,
belleza, mancilla, virgen bendita.
Es suave nuestro Dios como bandera blanca, cálida cobija; y si mi cuerpo toca con su mi cuerpo sana y brilla mi
la paz, mano, sonrisa.
Y todo lo ha tocado el Verbo y en todo puso amor y y el mundo amado está y estamos ya salvados en
imagen, maravilla; divinizado. primicia.
Porque él es nuestro, grato porque él está a la puerta y a porque él es Dios de casa, conocido, amigo antiguo, y más y más familia.
vecindario, la esquina,
Mi Dios de suavidad, a ti me arrimo; a ti digo mi amor con voz sencilla; a ti te escucho, a ti, a ti te alabo. Mi Dios y todo, mi gloria mía. Amén.
Núm. 7 Epifanía-Bautismo-Caná (y La Candelaria) Mistagogía de la Iglesia al interpretar la Escritura
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Ilustración del Missale Romanum 2002 en la solemnidad de la Epifanía
I PREÁMBULO: UNA DOBLE PERSPECTIVA PARA HABLAR DE MÍSTICA CRISTIANA
El hombre espiritual es un místico. Espiritual es aquél que se deja conducir por el Espíritu. Místico es aquél que penetra en el misterio. Aclaremos algunas ideas para movernos en los contornos de esa que llamamos Avida espiritual@. Qué es la mística desde una perspectiva antropológica y experimental Primera perspectiva: La visión antropológica (subjetiva): el ser humano que experimenta Tradicionalmente se ha distingo entre ascética y mística. La ascética es el trabajo espiritual llevado a cabo Ade modo humano@; esto es, la naturaleza obra en la perfección espiritual, a modo humano. Las vivencias interiores - todo lo que ocurre en el psiquismo propio: admiración y tristeza, gozo y temor, y todos los sentimientos, inteligencias y quereres - ocurre a modo humano, y no se puede detectar en ello un advenimiento de gracia. Tan sólo uno advierte los estados de alma que corresponden a una situación de conciencia superior, como son: la serenidad interior, la armonía del corazón y la paz. Estas situaciones de conciencia están al alcance de todo el que busca con sinceridad. Puestos en tal perspectiva, decimos que alguien está en la mística, cuando experimenta las realidades sobrenaturales de un modo extraordinario. Una visión es un fenómeno místico, puesto que con las facultades
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normales (salvo un caso patológico) no se alcanza esa experiencia de lo sobrenatural. Una oración mística es aquella en la que el ser humano siente que se deja llevar de una manera superior a sus fuerzas normales y que Dios está actuando entonces de un modo libre, soberano y gratuito. Se suele asignar cierta fenomenología para detectar el paso de la ascética a la mística. Uno ha entrado en la mística, cuando, habiéndose negado del todo a sí mismo, comienza a experimentar, principalmente en estado de oración, una profunda unidad del ser y una adhesión connatural a los misterios divinos, que revierten en sí con una transformación personal que toca las raíces. Y, al mismo tiempo, un desabrimiento de todo lo que no es Dios. Qué es la mística desde una perspectiva teológico-sacramental Segunda perspectiva: La visión teológica (objetiva): el misterio que se abre de por sí al ser humano para que entre en comunión con él. Miramos ahora, no al hombre que experimenta la realidad divina, sino a esta realidad divina que se despliega ante el hombre, para que éste acepte el don que Dios, libre y soberano, le está entregando. Las realidades divinas son recónditas y no pueden ser alcanzadas por ninguna criatura. Pero estas realidades son otorgadas libremente por Dios a sus hijos. Son entregadas de manera personal e inefable; pero al mismo tiempo son entregadas Asacramentalmente@, para que el creyente Asacramentalmente@ las reciba. La realidad sacramental es siempre una realidad-misterio; por lo mismo una realidad mística. Y el creyente está destinado a comulgar esta realidad sobrenatural. La comunión se establece en toda celebración espiritual de la Iglesia, y el único acceso posible a esta comunión es la fe. La fe nos da paso a los misterios divinos, y la misma fe me notifica a mí mismo que soy creyente, que tengo fe. Por medio de esta fe, que afecta a lo hondo y total de la persona, yo comulgo en la Eucaristía y comulgo los misterios divinos de toda celebración cristiana. Por medio de la fe: - sé que el misterio está presente, - y sé que yo ahora mismo participo en él, puesto que Dios, mi Creador y Padre me lo está dando. Son los misterios divinos los que vienen, o advienen, a mí; soy yo el que se abre a la acogida del misterio. Hay un flujo y reflujo: lo que viene vuelve; lo que ha vuelto vuelve a venir. Y esto se hace de modo constante. Podemos hablar, por lo tanto, de una mística sacramental, que es, en sí misma, del todo objetiva, y al cual es invitado el ser humano que cree. Incluso, por el amor inexhausto de Dios, esta mística celebrativa está abierta no sólo en los que profesamos la fe católica, sino a quienes, con noble corazón, profesan otras religiones. Disposiciones personales para entrar en la acogida de esta mística sacramental El creyente enlaza con la mística sacramental mediante la acogida sincera. 1) Ante todo, se dispone a ser contemplativo: contempla, mediante el rayo de la fe, lo que acontece. Y ante sus ojos aparece una panorámica. A este saber o conocimiento, san Pablo llama Asuperconocimiento@: epígnosis. La celebración está basada sobre la Agnosis@ (ciencia, conocimiento) cristiana. 2) En segundo lugar, el creyente adentra en su corazón - es decir, interioriza, personaliza - lo que su mente iluminada contempla. Es el aspecto unitivo de la acogida, mediante el cual en el deseo e intención del contemplativo los misterios que Aexisten en sí@ pasan a Aexistir en mí@ como vida mía. Por ejemplo, la filiación divina: me siento y experimento hijo en el Hijo. 3) En tercer lugar, el creyente trata de traducir serenamente la realidad de los misterios divinos, porque, según ellos, establece los criterios de su existencia, ya sea en las operaciones más recónditas de sí mismo, como productos de vida (tal en|el modo de pensar), ya sea en cuanto a las actitudes que conforman su comportamiento exterior.
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Esta figura que aquí describimos nos da la figura de un místico de la fe, que no precisa, de por sí, una fenomenología de experiencias extraordinarias, si bien puedan producirse de modo bastante connatural.
A esta mística sacramental objetiva estamos llamados todos los que cultivamos asiduamente los misterios divinos.
II UN TESTIMONIO SINGULAR El misterio de la Encarnación, celebrado como un eco del misterio pascual, es visto en la liturgia como Adviento (traducción latina de la palabra griega Parousía), como Natívitas y como Epifanía (del griego Epiphaneia), que significa Manifestación.. En su última convergencia las tres palabras aluden a la misma realidad: la comunicación de Dios al hombre. La celebración se estructura en dos fases: - Fase de Adviento. - Fase de Navidad-Epifanía. A su vez la Epifanía se despliega en tres misterios: - Epifanía (Manifestación del Dios encarnado al mundo. Vienen a la cuna los Reyes de los Salmos y del Deutero-Isaías): las naciones se congregan ante Jesús. La liturgia, en tiempos muy tardíos, introdujo la fiesta de Cristo Rey (que se ha vivido con una carga fuerte socio-política), cuando el actual título litúrgico es AJesucristo, Rey del universo@ (no precisamente Rey de las naciones). Mirando en profundidad la fiesta de la Epifanía, vemos en ella la fiesta de Cristo Rey, en su significado mesiánico-espiritual. El texto bíblico que interpreta la Iglesia es: Mt 2,1-12. - Bautismo de Jesús, que es la Manifestación de la divinidad, Manifestación del Hijo y de Dios Trino. El texto bíblico que interpreta la Iglesia es: Mt 3,13-17 y par. - Bodas de Caná de Galilea, que es la Manifestación de la gloria del Hijo, y, en la interpretación litúrgica de la Epifanía, Manifestación del Esposo a su Iglesia. El texto bíblico que interpreta la Iglesia es: Jn 2,1-11. Prestemos atención a los textos litúrgicos, porque ellos nos dan la exégesis mistagógica de los relatos evangélicos. En la fiesta de Epifanía se canta en la antífona del Benedictus: S Hoy la Iglesia se ha unido a su celestial Esposo, porque en el Jordán, Cristo ha lavado los pecados de ella, S los magos acuden con regalos a las bodas del Rey S y los invitados se alegran por el agua convertida en vino. Aleluya. Y, al concluir el día, se dice en Vísperas: Veneramos este día santo honrado con tres prodigios: S hoy la estrella condujo a los magos al pesebre; S hoy el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná; S hoy Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán, para salvarnos. Aleluya.
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La antífona del Benedictus es particularmente bella. Canta el misterio de la Encarnación-Epifanía como el misterio del desposorio de Cristo con su Esposa (que es la Iglesia más bien que la humanidad). La Iglesia es inmaculada en el Jordán. Cristo lava a la Iglesia, y A... purificándola mediante el baño del agua, y presentársela a sí mismo resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada@ (Ef 5,26-27). Los Magos acuden con regalos a las Bodas del Rey. Y de esta manera, participando en las Bodas, los Magos, que vienen de Oriente, son Iglesia que presenta los regalos al Rey-Mesías. Los invitados de Caná, los comensales de bodas, se regocijan con el vino de estas bodas. La antífona se concluye con el Aleluya, que suena a Pascua. En la antífona de Vísperas tiene un significado mistérico el HOY de la actuación litúrgica, ya pronunciado en Laudes. El Ahoy@ no es una simple evocación literaria del Aayer@; es el misterio que acontece. Este Hoy queda asimilado al Hoy de la Pascua. Y aquí se repite tres veces. En esta fiesta nupcial - fiesta, por otra parte, de luz y manifestación - toma parte toda la creación. Lo expresa la antífona segunda de Laudes del Bautismo del Señor: AAl manifestarse al mundo la gloria de Cristo, las aguas del Jordán fueron santificadas: sacad aguas con gozo de las fuentes del Salvador (Jeremías); Cristo, el Señor, ha santificado la creación entera@. La Candelaria, en conexión con la Epifanía y el Bautismo en el Jordán La Presentación del Señor no está en el Ciclo del Tiempo, sino en el Propio de los Santos (2 de febrero). De un modo evangélico natural se conecta con el nacimiento del Señor, cumpliendo el precepto de la Ley que debe observarse a los 40 días del nacimiento del Niño. Fiesta bellísima, que, siguiendo la trayectoria indicada, podemos saborearla en una doble vivencia: - Fiesta de la Luz. Lumen ad revelationem gentium et gloriam plebis tuae, Israel. En las oraciones para bendecir las candelas, se le invoca a Dios: omnis luminis fons et origo (fuente y origen de toda luz); lumen verum, aeternae lucis propagator et auctor (luz verdadera, autor y dador de la luz eterna). - Fiesta del encuentro nupcial de Cristo con su pueblo. Como antífona en la procesión de entrada se propone este texto: Adorma thalamum tuum, Sion, et suscipe Regem Christum: amplectere Mariam, quae est caelestis porta: ipsa enim portat Regem gloriae novi luminis: subsistit Virgo, adducens manibus Filium ante luciferum genitum: quem accipiens Simeon in nulnas suas, praedicavit populis, Dominum eum esse vitae et mortis, et Salvatorem mundi. Engalana la alcoba nupcial, oh Sión, y recibe al Rey Cristo. Abraza a María, que es la puerta celeste: ella porta al Rey de la gloria de la nueva luz. 24
Se detiene la Virgen, presentando en sus manos al Hijo engendrado antes del lucero, y recibiéndolo Simeón en sus brazos, predicó a los pueblos que era él el dueño de la vida y la muerte y el Salvador del mundo. Algunas observaciones La celebración litúrgica no pone su interés en recuperar una secuencia histórica de los acontecimientos salvíficos, como si esa cronología tuviera un significado preponderante. La Sagrada Familia se celebra antes de la octava de Navidad, fecha en que recordamos la circuncisión. El Bautismo de Jesús, fiesta con la que cerramos el ciclo navideño, se celebra antes de la Presentación en el Templo, a los 40 días del nacimiento. Además, habiendo mencionado en Epifanía las Bodas de Caná de Galilea, este episodio - tan significativo en el Evangelio de san Juan - no tiene una celebración propia.
III CÓMO PODEMOS ENTRAR NOSOTROS EN ESTA MÍSTICA SACRAMENTAL
1) Los filones de sentido son múltiples, y esto es una libertad característica de la liturgia. En orden a la propia espiritualidad, uno puede vivir los misterios bajo la categoría de la nupcias de Dios con la humanidad, o mejor, de Cristo con su Iglesia. Incluso de Jesús Mesías rey con su amada Esposa, que es la Iglesia. 2) Para ir a estas bodas necesito la pureza total y la hermosura, que sólo me la puede dar Cristo, ningún otro. Esta pureza Cristo me la ha dado en el bautismo; la consagración bautismal me dispone para entrar en el banquete de bodas. 3) En las bodas de Cristo como y bebo, celebro fiesta; la alegría es la atmósfera de la fiesta. 4) Me siento impulsado a invitar a toda la creación a entrar en el gozo de estas bodas, y celebro que toda la creación haya sido ya santificada para participar en las nupcias de la Encarnación. 5) Yo mismo, agradecido, me siento pregonero de este amor, que trato de difundirlo en mi derredor. IV DOS HIMNOS MISTAGÓGICOS PARA EPIFANÍA Y EL BAUTISMO
Una comprensión mistagógica de la liturgia pide una himnodia con la misma vibración. Con ese intento van escritos los himnos siguientes. Para la Epifanía se pone como Ahimno@ una pieza, que podemos llamar villancico, literariamente bellísimo (Aredondillas de octosílabos con rimas abrazadas@), de Lope de Vega (1562-1635): Reyes que venís por ellas, / no busquéis estrellas ya, / porque donde el sol está / no tienen luz las estrellas. Es ciertamente una poesía espiritual, deliciosa, pero que no va con el sentido de las antífonas y de la composición del oficio.
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Más discutible - a mi modo de ver - esta otra pieza de Lope de Vega De una Virgen hermosa / celos tiene el sol..., puesta en la Presentación del Señor, II Vísperas. De José de Valdivieso (1560-1638), sacerdote, contemporáneo de Lope de Vega (a quien asistió a bien morir), autor del ARomancero espiritual@, son los romances A la orilla del Jordán y Mas )por qué se ha de lavar? (con arreglos de Bernardo Velado, sacerdote poeta actual, *1922). NOTA. Sobre el misterio del Bautismo del Señor pueden verse cuatro himnos más en: R.M.G., Gloria y ternura. Himnos para orar en Adviento y Navidad. Instituto de Teología Espiritual de Barcelona. 2000; que empiezan: Desnudo el nuevo Adán, con alma pura; En él no está el pecado, nunca estuvo; A la fosa del mundo; Mi predilecto..., el Padre dice.
Para el Bautismo del Señor (Oh santa Epifanía del Señor en aguas abismales: en ti, Jesús, la luz divina brota, el Hijo muy amado de tu Padre! Las aguas del diluvio tenebroso son hoy sacramentales, es bella y esplendente, amada toda, la Esposa sumergida que ahora nace. (Oh hermosa Trinidad, Teofanía, del Hijo en nuestra carne; oh Padre nuestro, fiesta de las luces, oh Espíritu, pureza y fuego que arde! La plena creación se ha estremecido lavada en este cauce; Jesús es la victoria del pecado, vencido el enemigo en el combate. Bautismo del Señor, misterio santo de gracias a raudales, Jesús aquí comienza generoso, cual Hijo de su amor al mundo sale. (Gloriosa Trinidad, inmenso gozo, origen y remate, por Cristo inmaculado sea gloria y eterna luz que nuestros ojos sacie! Amén. Casa de Formación Santa Verónica, Bautismo del Señor 12 enero 2003.
Para la Epifanía del Señor (junto al Océano Pacífico) Lavada está la Iglesia y perfumada, 26
lavada en el Jordán, que es el Bautismo; y Dios la invita a Bodas - (aleluya! -, gozad que son las nupcias de su Hijo. Radiante está el Esposo, Luz de Luz, nacido antes del alba y el rocío; es bello más que el sol, cual la ternura, que todo amor de Dios lleva transido. (Venid, humanos todos, adoremos, con oro, incienso y mirra, agradecidos!: hoy es Epifanía, Eucaristía, pues Dios enamorado lo ha querido. Oh Tierra hermosa, canta a tu Señor, cantad ríos y Océano Pacífico; hermanas criaturas, celebradlo: que Dios es nuestro Esposo en Jesucristo. Comed, bebed el Vino de Caná, guardado con amor desde el principio; es fiesta de Jesús, venid, naciones, llegaos a la Fe, mirad al Niño. (Oriente y occidente a ti te alaban, eterna Trinidad de eterno brillo!: (Que toda gloria vuelva al manantial, y aquí llueva la paz y el regocijo!. Amén.
Núm. 8 bis El Sacramento de la reconciliación I CONTEXTO ESPIRITUAL Lejos de nosotros el considerar el Sacramento de la Reconciliación como una disciplina espiritual por la que debo pasar, porque me la he impuesto...; mucho menos, como un trámite... El Sacramento es encuentro de gracia, que produce paz, la unción del consuelo espiritual, y la fuerza renovada, gozosa - y a veces vibrante - para seguir a Jesús. Tratamos de verlo como oferta de gracia del Señor en el cuadro de la historia de salvación que está obrando con nosotros. En la presente ocasión el contexto espiritual en que celebramos el sacramento es éste: S La Iglesia está escuchando la lectura de la carta a los Romanos (Oficio de lectura) y la lectura de la carta a los Hebreos (Misa), dos síntesis majestuosas del misterio de gracia de Jesús. 27
S Hemos celebrado con especial intensidad la semana de la Unidad de los que creemos en Jesucristo. S Pasó el ciclo del misterio navideño, meditado, al regreso de los conventos, con la lectura mistagógica de Epifanía (Bautismo y Caná). S Reiniciamos el Curso de Teología; el grupo de junioras emprende una etapa de tres meses muy densos. Las Hermanas del Servicio igualmente emprenden su período de ayuda.
II PUNTOS DE VIDA EN ESCUCHA A LA LECTIO DIVINA DE AYER: AEL REINO DE DIOS EN EL CORAZÓN DE JESÚS (SALMO 144)@
Ante el rostro de Dios viviente ATe ensalzaré, Dios mío, mi Rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás@: )Es realmente el sentido de mi vida, día tras día, alabanza a Dios? )Creo en el reinado de Dios, que se está ejerciendo sobre toda criatura? )Doy gloria a Dios, aceptando su existencia, viviente y personal, y contemplando sus maravillas? Para mí, )la experiencia de Dios tienen expresiones concretas, advirtiendo tanto mi pecado como al visita de la gracia? )Qué es para mí la pertenencia a la Iglesia y la Unidad de los cristianos, como deseo final de Cristo en la Última Cena? )Qué es para mí la celebración y vivencia de la Eucaristía? )Cómo celebro el Oficio Divino de la Iglesia? )Abro de par en par mi corazón a la contemplación, con sencillez y con entrega? )Qué sitio ocupa en mí el mundo como amado por Dios, qué lugar en mi vocación contemplativa? Ante mis hermanas (mis hermanos) )Puedo decir con sinceridad y verdad que amo a mis hermanos? )Cuáles son los signos de mi amor? )Siento que estoy dando mi vida, como Jesús, en favor de mis hermanos, que mi vida es don para ellos?
Núm. 9 (Dichosos los pobres...! (Lectio divina sobre las Bienaventuranzas, del domingo IV del tiempo ordinario)
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Jesús admirado ante la obra de Dios Las Bienaventuranzas son el testimonio supremo del gozo de Jesús en la tierra. Jesús exulta al ver lo que está viendo. En cierta ocasión, Jesús Avolviéndose a los discípulos, les dijo aparte: (Dichosos los ojos que ven lo que veis!@ (Lc 10,33). Jesús, antes que sus discípulos, ha tenido este gozo. Ha visto. Lo que profetas y reyes no vieron, Jesús lo ha visto. (Qué es, pues, lo que está viendo Jesús? El espectáculo de Dios sobre el mundo. (Si viéramos lo que Dios hace, las obras de Dios! Israel las llamaba Alas maravillas de Dios@ (mirabilia Dei, en hebreo Niphlaot). Jesús puede recordar y gozar con las maravillas de Dios. Pero aquello lo vieron profetas y reyes. Esto, que es superior, que siendo Amaravilla@ es Amás maravilloso@ no lo vieron. APorque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron@ (Lc 10,34). Jesús ha sido el primer favorecido de estas maravillas. Por eso, Jesús se felicita a sí mismo, y nos felicita a nosotros. Más aún, felicita a los especialmente favorecidos. Estos tienen cuatro nombres diferentes en el Evangelio de san Lucas, y sois vosotros, Alos pobres, los que tenéis hambre ahora, los que lloráis ahora, los que sois odiados y expulsados y proscritos@ (Lc 6,20-23). Estos tienen ocho nombres distintos en el Evangelio de san Mateo: Alos pobres, los mansos, los que lloran, los que tienen y sed de la justicia de Dios, los misericordiosos, los limpios de corazón, los artesanos de paz, los perseguidos por causa de la justicia de Dios@ (Mt 5,3-12). Jesús exulta ante este espectáculo. Está viendo lo que nunca se vio: que efectivamente el Reino ya ha acontecido, y que los depositarios de esta acción sublime de Dios son los pobres. La última acción de Dios en el mundo ha sido crear a un pobre. Y a la verdad que lo ha conseguido: Jesús es el Pobre de Dios, y como Pobre es la maravilla de Dios. Por eso, Jesús puede exultar al verse reflejado en el Pobre de las Bienaventuranzas. El pobre y los pobres )Quién es el pobre? Aquel a quien Dios ha hecho pobre. Así de sencillo y total. Nadie puede ser pobre si Dios no lo hace pobre. Nadie puede ser puro de corazón si Dios no lo hace puro. Nadie puede ser pacificador, si Dios no le da la paz en el corazón. Jesús exclama: (Qué suerte la vuestra, los pobres de raíz, los pobres de espíritu! Dios os ha dado el Reino de los cielos. No sois vosotros los que lo habéis conquistado: Dios os lo ha dado. (Qué suerte la vuestra! Pero la vida os ha hecho pobres, la vida, con tantas injusticias; la vida, aplastándoos... Pero no..., vosotros, pobres, gimientes, hambrientos, perseguidos..., vosotros, discípulos míos, excluidos, sois dichosos. Dios está junto a vosotros; Dios os ha dado la gracia del Reino, precisamente - (oh paradoja! - en vuestra pobreza. Por eso, sois dichosos... Si dijera estas mismas palabras a los ricos, me traicionaría; desfiguraría el mensaje escandaloso de mi Padre. El pobre es el abanderado de todo este séquito de bienaventurados, de desgraciados bienaventurados. Podemos tomarlo como emblema del nuevo estados de cosas. Soliloquio y coloquio 29
Soliloquio. A la verdad, me siento confuso. Todas las fuerzas de mi ser aspiran a no ser pobre. Lo pide la dignidad de mi propia conciencia. Para mí la vida es una conquista; la pobreza me retiene en la esclavitud. No aspiro al goce desenfrenado, pero sí al placer mismo de la vida, al dominio de la creación puesta al servicio del hombre. Si permanecemos en la pobreza, no saldremos de la enfermedad, de la ignorancia; no gozaremos de la propia autonomía, seremos esclavos de los poderosos, quienes, al detentar el poder y la ideología, machacan a los pobres. El pobre, por no tener, ni tiene palabra para defenderse, ni tiene a quien le defienda... Ser pobre es humillante ante la propia conciencia, y, con todas mis fuerzas, en la lucha de la vida, dejaré de ser pobre. Coloquio. Mas tú eres pobre, oh Jesús, y no has querido iniciar un discurso de rebelión, tú que has dado la vida en pro de la verdad, por defender la verdad de Dios, y en la verdad de Dios la verdad del hombre. )Por qué no te lanzaste a la lucha en contra de la pobreza? )Por qué no defendiste a los pobres, poniéndote al frente de ellos, tú, que podías haberlo hecho...? Y oigo tu voz suavísima, Jesús, en el centro de mi corazón: Si no me entendisteis el mensaje de las Bienaventuranzas, mucho menos me habrías entendido el mensaje de liberación poniéndome al frente de los pobres... Cuando di el pan no entendieron que estaba dando el Pan de Vida y se quedaron, de pronto, con el pan... Pero yo quería daros algo infinito: el Pan de vida... Revelación A Francisco de Asís se le dio entender lo que es ser pobre. Miró al Crucificado y lo vio. Fue tan pobre que hasta fue crucificado. Se desposó con Cristo pobre, que era desposarse con Dama Pobreza. Oración Oh Jesús, acepta, en mi desvalimiento, mi pobreza; en mi contradicción, acepta mi amor y mi vida-pobreza. Por ti acepté no tener mujer (no tener marido), que es mi mayor pobreza. Por ti acepté vivir en obediencia, entregándote los bienes de mi voluntad y el fruto de todas mis acciones. Por ti, sabes que todo lo mío es de mis hermanos - quiero que sea de mis hermanos y hermanas -, de forma que la muerte me halle sin poseer nada, por mucho que encuentren en mi cuarto. Todo lo di a mis hermanos y hermanas. Por ti, Jesús, por ti. Mi riqueza eres tú, y tú mi escondida pobreza.
Cantinela deAdoración Cantinela para la adoración del Santísimo Sacramento, expuesto en la Custodia. (Estos versos de siete sílabas llevan acento rítmico en la tercera y en la sexta)
Hemos de fomentar este año, como Año Eucarístico, la adoración eucarística. He aquí unos versos sencillos y espontáneos. Para su ejecución, se podría intercalar, entre estrofa y estrofa, alguna música apropiada meditativa; o quizás algún pasaje continuo del Evangelio de san Juan.
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1 Tu presencia infinita se hace un suave latido, nos envuelve en su nube y caemos cautivos, dulcemente adorando, oh Señor Jesucristo. 2 Nuestros ojos se pierden en la luz suspendidos: eres Tú el que eres, eres Dios, todo mío, el Amor que conquista y me tiene rendido. 3 En silencio sagrado yo te adoro y te miro, y no pienso ni hablo, a tu pecho respiro; y me estoy cobijado y te siento conmigo. 4 Ser y estar todo uno, ser contigo yo mismo: en la santa unidad, verme en ti sumergido; y adorar con dulzura, Sacramento dulcísimo 5 Tú eres tú frente a mí, creador y destino, y me haces ser yo, reflejado en tu abismo: oh mi Dios, soy tu imagen, de la arcilla venido.. 6 La quietud sabe a amor, es paisaje divino; navegamos sin tiempo, hasta hallar el principio; y el principio era el Padre, y con Él era el Hijo. 31
7 Al principio el Espíritu era el fuego escondido: en Hogar increado era amor de Dios trino; era brasa y ternura el amor siempre vivo. 8 Dios eterno encarnado escogió nuestro sitio, y a mi alcance se puso, por el tiempo ceñido: oh mi Dios, cuyo nombre es Jesús Eucarístico. 9 (Oh ternura inefable, oh mi Dios pequeñito, que te bastan tan solo unos granos de trigo: yo me gozo y te adoro con los ojos bien fijos!
10 El amor sin palabras llega a ti en mi suspiro; sin palabras te encuentro, y te escucho en lo íntimo, oh mi Dios más adentro que mi yo de mí mismo. 11 Oh mi Dios, a quien veo, con los ojos sencillos, eres luz que se enciende en mi rostro encendido: y te digo un secreto: yo te amo, amor mío. 12 Yo te amo Jesús, y a tu pecho me arrimo; yo te beso y te como, mi manjar exquisito; 32
de pecado y mentira librame, compasivo. 13 Dame el don de mirarte y expresar mi gemido, pecador que yo soy, mas de amores herido: oh Jesús, pan sabroso, oh Jesús, dulce vino. 14 Oh María que diste a Dios Verbo cobijo, de tu cuerpo sagrado es la carne de Cristo; seas tú bendecida por tu fruto bendito. 15 Dios corone su amor con la paz por los siglos, y los cielos y tierra, con los hombres unidos, todos juntos cantemos al Amor eucarístico. Amén
Núm. 10 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Primera etapa
I. Jesús en el desierto (Año A: Mt 4,1-11)
En seis etapas: )Qué buscamos? 1. Partimos de una convicción: la fe en comunidad es un bien que Dios pone en manos de todos y cada uno de quienes conformamos la comunidad. La fe es un don eclesial que Dios lo da a su santa Iglesia, que lo derrama en todos sus hijos. La fe tiene un guía: Jesús, el que inicia y consuma nuestra Fe (Hb 12,2). Y Jesús, Hijo del Padre, por la acción del Espíritu Santo, derrama el don de la Fe en todos y cada uno de nosotros. Yo, por la gracia del Bautismo, por la dignidad inviolable que en él se me ha conferido, por la libertad con la que Cristo Jesús me ha liberado (Ga 5,1), yo tengo una 33
palabra para mis hermanas. Yo, por la naturaleza carismática de la Iglesia, a la que pertenece la vida consagrada, yo, humildemente, tengo una palabra que proferir en medio de mis hermanos o hermanas. 2. Cambiamos, por tanto, una actitud pasiva (mi superiora, en nombre de Dios, provee, y yo me dejo conducir: acojo, callo, no hablo, no critico...), por una actitud activa: Acaso Dios ha depositado una palabra de salvación en mí para mí y para mis hermanas; acaso la salvación de esta comunidad ha de venir por la palabra de la hermana humilde y fiel, cuya voz no se hace sentir; acaso (desde la Regla de san Benito, Aiuniori@ 33,3, aludida por santa Clara RCl III,18 Aminori@), Dios nos espera en la voz del Amenor@. Cumplamos la Regla de santa Clara: La Abadesa llame a sus hermanas a capítulo al menos una vez cada semana. (RCl 3,15). AA sus hermanas@, no a su consejo, del que se habla más abajo. 3. Partimos de la convicción de que el sentido profundo de Cuaresma es esto: Aun sacramento cuaresmal@ (quadragesimalis sacramenti, oración colecta del primer domingo; ), en el cual: S Cristo es el protagonista, S Cristo el que nos va a llevar, a mí y a mi comunidad, todos juntos, hacia la Pascua, S Cristo el único que puede iluminar y purificar mi corazón y el de mi comunidad, S Cristo el único que se nos va a revelar como don nupcial en la celebración de la Vigilia pascual con los tres sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación, Eucaristía. 4. Partimos del convencimiento de que, por encima de cualquier otra estructura, como Iglesia de Dios, como fraternidad de hermanos menores (de hermanas menores), somo hermanos. Oración (Oh Señor!, que has derramado el espíritu de profecía en su santa Iglesia, danos, por tu sola gracia, el don de la humildad, esencia de todos los dones, y manifiesta en medio de nosotros la presencia de tu Espíritu que haces brillar en medio de los sencillos. Que tu sabiduría nos conduzca, y que, unidos en la caridad,. formemos tu santa Iglesia como prodigio del amor del Padre. I DOS VIVENCIAS QUE PRECEDEN AL DESIERTO: TEOFANÍA Y CONSAGRACIÓN FILIAL
Jesús va al desierto después del Bautismo Jesús va al desierto no como quien va a un noviciado antes de una gran misión. Jesús va al desierto en consecuencia de un acontecimiento de teofanía y consagración que se ha mostrado en el bautismo. Jesús va al desierto totalmente fascinado e impulsado por el acontecimiento espiritual que 34
se acaba de operar en él. En el caso de Jesús estamos dentro de un misterio trinitario, que debemos contemplar. Contemplamos. 1. El Siervo se ha humillado. Se siente criatura hasta el fondo; se hunde en el fondo de la condición humana. El bautismo va a ser para él este Asacramento@ de la condición humana. Jesús, sin ser pecador, se hunde en el pecado, como cosa que pertenece a su ser, porque él se ha hecho uno con sus hermanos, los hombres. Desde esta totalidad del ser humano él ha acudido al bautismo. 2. Pero el humillado ha sido exaltado (Mt 23,12). Jesús va al desierto con la compañía del Padre y del Espíritu. En este sentido, la esencia del desierto es trinitaria. Teofanía: experiencia de filiación. El Padre ha llenado el ser humano de Jesús de filiación. La experiencia de Jesús ha sido: AEste es mi Hijo amado, en quien me complazco@ (Mt 3,17, versículo en el que ha resonado Is 42,1: AHe aquí mi Siervo, a quien yo sostengo; mi elegido en quien se complace mi alma@. Sigue el texto sagrado: AHe puesto mi Espíritu sobre él...@). Jesús va al desierto con la experiencia dulcísima e insondable de ser Hijo de Dios. Así desierto, en el secreto de su ser, va a ser una vivencia nueva de filiación. Teofanía: experiencia del Espíritu. Jesús va al desierto bajo la experiencia del Espíritu. ABautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él@ (Mt 3,16). Y el mismo Espíritu le va a llevar al desierto (Mt 4,1). Yo voy al desierto, nosotros vamos al desierto, después del bautismo He aquí que comenzamos la Cuaresma en el punto en que vamos a coronarla, en el bautismo. En el bautismo, soporte de toda la vida sacramental de la Iglesia, la Trinidad ha descendido sobre mí: - he experimentado la filiación divina, el gozo de ser cristiano, mi dignidad de hijo de Dios, mi libertad en Cristo; - he experimentado al Espíritu, artífice de la vida nueva. Desde estas vivencias cuaresmales, reinicio, un año más, el camino cuaresmal. La Iglesia, presente en mi comunidad, activa en todas las celebraciones litúrgicas, me compaña. El desierto como morada espiritual Jesús ha tenido dos moradas: el desierto y el mundo. Desde el amor las dos son una. Jesús ha alternado las dos, y en las dos ha estado la unidad de su persona. Para nosotros (para las hermanas capuchinas) el desierto es la clausura, que es una realidad espiritual, antes de ser una realidad física. Si esa realidad física no fuese, ante todo y sobre todo una realidad espiritual, el desierto sería un engaño. Por el contrario, si existe la realidad espiritual, al realidad física podrá entenderse de múltiples modos. El Espíritu del Señor me llama, y nos llama a Acrear el desierto@. La realidad, o definición, del desierto, es ésta: - Es la realidad del encuentro, - concretada en el despojo de sí, - y en la austeridad que lleva consigo la privación de múltiples satisfacciones posibles, - todo esto vivido en detalles particulares y concebido como forma de amor, en el cual soy asumido por Jesús, camino de su Pascua. 35
II ARCANUM CHRISTI (oración colecta) Concéde nobis, omnípotens Deus, ut, per ánnua quadragesimális exercítia sacraménti, et ad intelligéndum CHRISTI proficiámus ARCANUM, et efféctus eius digna conversatióne sectémur. (Traducción literal-literalista) Concédenos, Dios todopoderoso, que, por los ejercicios anuales del sacramento cuaresmal, avancemos para entender el arcano de Cristo, y su efecto lo sigamos con una digna conducta. Fac nos, quáesumus, Dómine, his munéribus offeréndis convenienter aptári, quíbus ipsíus VENERÁBIBLIS SACRAMÉNTI celebrámus EXORDIUM. (Traducción literal-literalista) Haz que nosotros , te rogamos, Señor, nos adecuemos convenientemente a estos dones que se han de ofrecer, con los cuales celebramos el EXORDIO DEL MISMO VENERABLE SACRAMENTO. Versión mexicana: Te pedimos, Señor, que estos dones que vamos a ofrecerte, nos dispongan convenientemente para el santo tiempo de la Cuaresma, que estamos inaugurando. Versión española (antes): Te rogamos, Señor, que tú nos prepares dignamente para ofrecer este sacrificio con el cual inauguramos la celebración de la Pascua. Versión española (ahora): Te rogamos, Señor, que nuestra vida sea conforme con las ofrendas que te presentamos y que inauguran el camino hacia la Pascua. El arcano del Padre se convierte en arcano de Cristo Para Jesús la Cuarentena del desierto, que nos remitía a la peregrinación de Israel salvado, caminando por el desierto hacia el Monte de Dios (Sinaí) y a la Tierra prometida, el arcano era: - su propio corazón - y el Padre. Para nosotros, el arcano cuaresmal - el Venerable Sa-cramento de Cuaresma - es Cristo. Confesamos: 1) En Cristo está toda la Cuaresma. 2) En la Eucaristía está la Cuaresma de Cristo. 3) Desde la Eucaristía la gracia cuaresmal es ésta: Aaptari his muneribus offerendis@: que seamos lo mismo que estos dones que se van a ofrecer. Con otras palabras: que seamos Cristo ofrecido. 36
Mirando al Padre desde la Cuaresma de Cristo Dice el Prefacio de este domingo (Nota. Cada uno de los seis domingos Atípicos@ de Cuaresma tiene su Prefacio propio): Dómine, sáncte Páter, omnípotens aetérne Deus, per Christum Dóminum nóstrum. Qui quadragínta diébus, terrenis ábstinens aliméntis, formam huius observántiae dedicávit, et, ómnes evértens antíqui serpéntis insídias, ferméntum malítiae nos dócuit superáre, ut, PASCHALE MYSTÉRIUM dignis méntibus celebrántes, ad PASCHA demum PERPÉTUUM transeámus. (Traducción literal-literalista) ...Señor, Padre santo, Dios omnipotente y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual durante cuarenta días, al abstenerse de los alimentos terrenos, consagró (dedicó) la forma de esta observancia; y, destruyendo todas las insidias de la antigua serpiente, nos enseñó a superar el fermento de la malicia, para que, celebrando con almas (mentes) dignas el MISTERIO PASCUAL, pasemos finalmente a la PASCUA PERPETUA. La versión mexicana (con pequeñas variantes sobre la española) dice así: Porque Cristo nuestro Señor, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de esta Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba. Analicemos los elementos teológicos de este Prefacio para entrar, por los caminos de la mistagogía, en el arcano de Cristo en la Cuaresma. 1) Quadragínta diébus. Esta es la referencia a Moisés en el Sinaí. Éxodo 24,18 dice: Aet fuit ibi quadraginta diebus et quadraginta noctibus@. Éxodo 34,28 añade: AFuit ergo ibi cum Domino quadraginta dies et quadraginta noctes; panem non comedit et acquam non bibit et scripsit in tabulis verba foederis, decem verba@. 2) La abstinencia de los alimentos terrenos. La Sagrada Escritura sabe que hay alimentos terrenos y alimentos celestiales. El maná, por ejemplo, es Apanem de caelo@. Jesús se priva de alimentos
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terrenos, pero no se priva de alimentos celestes, y a estos alimentos celestes nos invita, como nutrición de Cuaresma. La consagración de la forma cuaresmal. La Cuaresma la ha instituido la Iglesia, ciertamente; pero trae su origen en Jesús, y como Ase dedica@ o Aconsagra@ una iglesia para el culto divino y reunión de la asamblea cristiana, Cristo Adedicó@ la Cuaresma, mas sin ningún rito. Su propia Cuaresma fue el rito. Y la Cuaresma de Jesús es la Aforma@ de nuestra Cuaresma. Con esto se nos está diciendo que la Cuaresma no es meramente un tiempo interior, porque eso solo no fue la Aforma de vida@ de la Cuaresma de Jesús. La abstinencia de alimentos terrenos y la nutrición con alimentos celestiales y esto durante cuarenta días constituye la Cuaresma de Jesús. Se nos invita a ser serios con el sentido y la praxis de la Cuaresma. La destrucción de todas las insidias de la antigua serpiente. La Sagrada Escritura ha llamado al diablo la antigua serpiente. AY fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás, el seductor del mundo entero@ (Ap 12,9: draco ille magnus, serpens antiquus, qui vocatur Diabolus et Satanas, qui seducit universum orbem@. La obra de Cristo ha sido: S destrucción (evertens) o aniquilación, S de todas (de todo género), S las insidias. Las tentaciones se nos presentan como Ainsidias@, acentuando, de este modo, el carácter engañoso y solapado que lleva la tentación. La tentación es taimada, nos engaña; pero Cristo ha aniquilado toda especie de tentación. El Afermentum malitiae@. Estamos en un lenguaje pascual. San Pablo nos dice. APurificaos de la levadura vieja (vetus fermentum), para ser masa nueva; pues sois ázimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado: Etenim Pascha nostrum inmolatus est Christus!@ (1Co 5,7). Ya la Primera de Pedro dice a los bautizados, que son cual niños recién nacidos: ARechazad, por tanto, toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de maledicencias. Como niños recién nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella, crezcáis para la salvación, si es que habéis gustado que el Señor es bueno A (1Pe 2,1-3). El pecado es viejo fermento, fermento de malicia. (EL MISTERIO PASCUAL! )Por qué no traducimos el Misterio Pascual, como está, expresión que ha recuperado la Iglesia después de siglos de silencio? Como está, decimos, y no Ael misterio de Pascua@, que es lo mismo..., pero no es lo mismo, como eslogan. La celebración pascual, ya desde el inicio del venerable sacramento, hemos de hacerla Adignis mentibus@, con el alma dispuesta dignamente para ello. Ésta es la gracia de la Cuaresma. El tránsito a la Pascua definitiva. Jesús nos habló en la Cena de esta Pascua definitiva, que es la Pascua del Reino. La Pascua es tránsito - también Apadecer@, dos visiones patrístico-bíblicas de la misma realidad - y el tránsito definitivo será el Reino. Por lo tanto, nuestro itinerario es éste: S De la Cuaresma a la Pascua; S de la Pascua de la tierra a la Pascua perpetua, Pascua eterna.
Como se aprecia, tenemos una profunda mistagogía cuaresmal en el Prefacio del Primer Domingo de Adviento (si bien la palabra Amistagogía@, de pronto, hay que entenderla en relación con el contenido de la Pascua). La gracia de la Eucaristía Al concluir nuestra celebración eucarística, donde hemos encontrado el secreto, el tesoro, el arcano de Cristo, oramos al Padre, diciendo: 38
Caelésti pane refécti, quo fides álitur, spes provéhitur et cáritas roborátur, qáesumus, Domine, ut ipsum, qui est panis vivus et verus, esuríre discámus, et in omni verbo, quod procédit de ore tuo, vívere valeámus. (Traducción literal-literalista) Habiendo sido refeccionados con el Pan celestial, con el cual la FE se alimenta, la ESPERANZA es abastecida y la CARIDAD es fortalecida, te rogamos, Señor, que a Aquel que es el Pan vivo y verdadero aprendamos a hambrearlo, y que en toda palabra que sale de tu boca seamos capaces de vivir. Comentario espiritual La gracia que hemos recibido Se nos invitaba a abstenernos de los alimentos terrenos (aunque no el domingo, que no es día penitencial), pero no de los alimentos celestiales, y (la Eucaristía es el Pan celestial! Este ha sido el banquete del domingo. Este Pan celestial ha plenificado la vida, es decir: la FE, la ESPERANZA y la CARIDAD. La gracia que pedimos 1) Pedimos hambrear el Pan vivo y verdadero, palabras que tomamos a Jesús del discurso del Pan de vida (Jn 6). 2) Pedimos al Padre Avivir de toda Palabra que sale de tu boca@. Así ha vivido Jesús. Amén. III PARA UNA REUNIÓN DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD DE LA COMUNIDAD O FRATERNIDAD (AHORA DE GRUPOS)
Lo sucedido S De la Palabra a la Eucaristía (del Evangelio a la liturgia). S De la Eucaristía a la Palabra (el Evangelio explicado desde la vivencia mistagógica de la Eucaristía). S Hermana, )qué ha sucedido en ti?, )qué has visto en medio de tanta riqueza?, )qué te ha comunicado el Señor? Como profetisa de su amor, habla; comparte, comunica, obsequia a tus hermanas con el precioso don interior. Lo que nos está diciendo el Señor para la Aforma@ de nuestra comunidad
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S Consagremos (dediquemos) ya ahora nuestra Aforma@ cuaresmal. Por dónde nos va llamando el Señor. S En este Año de la Eucaristía, y ya en esta misma Cuaresma, )cómo vamos a hacer de la Eucaristía el arcano del Señor? NOTA. Para las homilías al inicio de cada domingo de Cuaresma, véase: Rufino María GRÁNDEZ, Homilías para las primeras Vísperas de los domingos de Cuaresma. Camino cuaresmal hacia la Pascua, en: La Alabanza de las Horas: Espiritualidad y Pastoral. Dossiers CPL 45 (1991) 37-42.
Núm. 11 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Segunda etapa
II. Jesús Transfigurado (Año A: Mt 17-9)
I LA TRANSFIGURACIÓN EN LA VIDA DE JESÚS Y EN EL CAMINO CUARESMAL
En la vida de Jesús La transfiguración en la vida de Jesús es un acontecimiento - directamente emparentado con el ABautismo-Desierto@, - y de alguna manera en conexión con la oración del Monte de los Olivos, por la presencia de los tres discípulos; - directamente relacionado con una nueva etapa, en los versículos que preceden: S confesión de Pedro y los discípulos, S primer anuncio de la Pasión. - En esta nueva etapa se ha retirado o amortiguado el entusiasmo popular y Jesús debe afrontar la realidad y la verdad de su muerte en soledad y en el círculo de sus discípulos: se intensifica la enseñanza a los discípulos. - Jesús ha subido al monte Apara orar@, según Lc, (no para transfigurarse). Es la oración que él necesita, como necesita la Oración del Huerto. - En el Monte de la Transfiguración, que, como el episodio del Bautismo-Desierto, es el encuentro con la filiación que late en él, Jesús se reafirma en su vocación de Hijo, vocación que se expande a los discípulos. En el camino cuaresmal de la Iglesia
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Hemos de apreciar la unidad indisoluble que existe entre la Teofanía bautismal y la Teofanía de la Transfiguración, que los griegos, ateniéndose a la terminología del Evangelio, llaman AMetamorfosis@ (a saber, cambio de figura; en latín: Trans-figuración, traspaso de figura). La Teofanía, en uno y otro caso, es una Teofanía que contiene la esencia de Jesús, el Misterio Pascual, la fusión de - el dolor, la humillación, la indigencia absoluta de Jesús creatura, solidario hasta el ser con la humanidad pecadora, conmigo, necesitado de consuelo y de fuerza; - y el resplandor de la gloria divina, que a él le pertenece. Clave del misterio Podemos atenernos a la TEOLOGÍA DEL CUERPO MÍSTICO o teología del CRISTO TOTAL, en la que san Agustín nos introdujo el domingo pasado, comentando el salmo 62, el domingo en que se leyó en su iglesia el Evangelio de las Tentaciones de Jesús. Recordemos: AAcabamos de escuchar en el Evangelio cómo el Señor Jesús fue tentado por el diablo en el desierto. El Cristo total era tentado por el diablo, ya que en él eras tú tentado. Cristo, en efecto, tenía de ti la condición humana para sí mismo, de sí mismo la salvación para ti; tenía de ti la muerte para sí mismo, de sí mismo la vida para ti; tenía de ti ultrajes para sí mismo, de sí mismo honores para ti; consiguientemente, tenía de ti la tentación para sí mismo, de sí mismo la victoria para ti. Si en él fuimos tentados, en él venceremos al diablo. )Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te fijas en que él venció la tentación? Reconócete a ti mismo tentado en él, y reconócete también a ti mismo victorioso en él@ (Oficio de lectura del domingo I de Cuaresma. Del comentario a los salmos; salmo 62,2-3).
La memoria de Pedro y de la primitiva Iglesia Pedro, o más bien, un autor de una época en que la Iglesia va avanzando, recuerda. Y ve la fe, fundamento y sentido de nuestra vida, se basa, - en el testimonio apostólico, - que reproduce el testimonio directo de Jesús, el cual es testigo del Padre; - en unión y convergencia con el testimonio de los profetas: 2P 1.12-21 12 13 14 15 16
Testimonio apostólico Por esto, estaré siempre recordándoos estas cosas, aunque ya las sepáis y estéis firmes en la verdad que poseéis. Me parece justo, mientras me encuentro en esta tienda, estimularos con el recuerdo, sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. Pero pondré empeño en que, en todo momento, después de mi partida, podáis recordar estas cosas. Os hemos dado a conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas ingeniosas, sino después de haber visto con nuestros propios ojos su majestad.
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Testimonio de Jesús: del Padre en favor de Jesús 17 Porque recibió de Dios Padre honor y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió esta voz: * Este es mi Hijo muy amado en quien me complazco. + 18 Nosotros mismos escuchamos esta voz, venida del cielo, estando con él en el monte santo. Testimonio de los profetas 19 Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana. 20 Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; 21 porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios. Este pasaje no es una exégesis de la Transfiguración, sino una memoria de la Transfiguración, asumida por al Iglesia como Evangelio, como pilar del Evangelio. El Evangelio es un acontecimiento del Padre en Jesús en favor nuestro. II TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR Y VIDA CONSAGRADA
Las páginas que siguen son la copia de los tres primeros números (14, 15, 16) de la exhortación apostólica Vita consecrata (Anunciación del Señor, 1996). Se ha tomado este Aicono@ como clave para explicar el sentido íntimo de la consagración religiosa, que es un modo peculiar de realizar la consagración bautismal. CONFESSIO TRINITATIS EN LAS FUENTES CRISTOLÓGICAS-TRINITARIAS DE LA VIDA CONSAGRADA. (Vita consecrata, cap 1) Icono de Cristo transfigurado 14. El fundamento evangélico de la vida consagrada se debe buscar en la especial relación que Jesús, en su vida terrena, estableció con algunos de sus discípulos, invitándoles no sólo a acoger el Reino de Dios en la propia vida, sino a poner la propia existencia al servicio de esta causa, dejando todo e imitando de cerca su forma de vida. Tal existencia "cristiforme", propuesta a tantos bautizados a lo largo de la historia, es posible sólo desde una especial vocación y gracias a un don peculiar del Espíritu. En efecto, en ella la consagración bautismal los lleva a una respuesta radical en el seguimiento de Cristo mediante la adopción de los consejos evangélicos, el primero y esencial entre ellos es el vínculo sagrado de la castidad por el Reino de los Cielos. Este especial "seguimiento de Cristo", en cuyo origen está siempre la iniciativa del Padre, tiene pues una connotación esencialmente cristológica y pneumatológica, manifestando así de modo particularmente vivo el carácter trinitario de la vida 42
cristiana, de la que anticipa de alguna manera la realización escatológica a la que tiende toda la Iglesia. En el Evangelio son muchas las palabras y gestos de Cristo que iluminan el sentido de esta especial vocación. Sin embargo, para captar con una visión de conjunto sus rasgos esenciales, ayuda singularmente contemplar el rostro radiante de Cristo en el misterio de la Transfiguración. A este "icono" se refiere toda una antigua tradición espiritual, cuando relaciona la vida contemplativa con la oración de Jesús "en el monte". Además, a ella pueden referirse, en cierto modo, las mismas dimensiones "activas" de la vida consagrada, ya que la Transfiguración no es sólo revelación de la gloria de Cristo, sino también preparación para afrontar la cruz. Ella implica un "subir al monte" y un "bajar del monte": los discípulos que han gozado de la intimidad del Maestro, envueltos momentáneamente por el esplendor de la vida trinitaria y de la comunión de los santos, como arrebatados en el horizonte de la eternidad, vuelven de repente a la realidad cotidiana, donde no ven más que a "Jesús solo" en la humildad de la naturaleza humana, y son invitados a descender para vivir con El las exigencias del designio de Dios y emprender con valor el camino de la cruz. "Y se transfiguró delante de ellos..." 15. "Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: "Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle". Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: "Levantaos, no tengáis miedo". Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos" (Mt 17, 1 9). El episodio de la Transfiguración marca un momento decisivo en el ministerio de Jesús. Es un acontecimiento de revelación que consolida la fe en el corazón de los discípulos, les prepara al drama de la Cruz y anticipa la gloria de la resurrección. Este misterio es vivido continuamente por la Iglesia, pueblo en camino hacia el encuentro escatológico con su Señor. Como los tres apóstoles escogidos, la Iglesia contempla el rostro transfigurado de Cristo, para confirmarse en la fe y no desfallecer ante su rostro desfigurado en la Cruz. En un caso y en otro, ella es la Esposa ante el Esposo, partícipe de su misterio y envuelta por su luz. Esta luz llega a todos sus hijos, todos igualmente llamados a seguir a Cristo poniendo en Él el sentido último de la propia vida, hasta poder decir con el Apóstol: "Para mí la vida es Cristo" (Flp 1, 21). Una experiencia singular de la luz que emana del Verbo encarnado es ciertamente la que tienen los llamados a la vida consagrada. En efecto, la profesión de los consejos evangélicos los presenta como signo y profecía para la comunidad de los hermanos y para el mundo; encuentran pues en ellos particular resonancia las palabras extasiadas de Pedro: "Bueno es estarnos aquí" (Mt 17, 4). Estas palabras muestran la orientación cristocéntrica de toda la vida cristiana. Sin embargo, expresan con particular elocuencia el carácter absoluto que constituye el dinamismo profundo de la vocación a la vida consagrada: (qué hermoso es estar contigo, dedicarnos a ti, concentrar de modo exclusivo nuestra existencia en ti! En efecto, quien ha recibido la gracia de esta especial comunión de amor con 43
Cristo, se siente como seducido por su fulgor: El es "el más hermoso de los hijos de Adán" (Sal 45/44, 3), el Incomparable. "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle" 16. A los tres discípulos extasiados se dirige la llamada del Padre a ponerse a la escucha de Cristo, a depositar en El toda confianza, a hacer de El el centro de la vida. En la palabra que viene de lo alto adquiere nueva profundidad la invitación con la que Jesús mismo, al inicio de la vida pública, les había llamado a su seguimiento, sacándolos de su vida ordinaria y acogiéndolos en su intimidad. Precisamente de esta especial gracia de intimidad surge, en la vida consagrada, la posibilidad y la exigencia de la entrega total de sí mismo en la profesión de los consejos evangélicos. Estos, antes que una renuncia, son una específica acogida del misterio de Cristo, vivida en la Iglesia. En efecto, en la unidad de la vida cristiana las distintas vocaciones son como rayos de la única luz de Cristo, "que resplandece sobre el rostro de la Iglesia".Los laicos, en virtud del carácter secular de su vocación, reflejan el misterio del Verbo Encarnado en cuanto Alfa y Omega del mundo, fundamento y medida del valor de todas las cosas creadas. Los ministros sagrados, por su parte, son imágenes vivas de Cristo cabeza y pastor, que guía a su pueblo en el tiempo del "ya pero todavía no", a la espera de su venida en la gloria. A la vida consagrada se confía la misión de señalar al Hijo de Dios hecho hombre como la meta escatológica a la que todo tiende, el resplandor ante el cual cualquier otra luz languidece, la infinita belleza que, sola, puede satisfacer totalmente el corazón humano. Por tanto, en la vida consagrada no se trata sólo de seguir a Cristo con todo el corazón, amándolo "más que al padre o a la madre, más que al hijo o a la hija" (cf. Mt 10, 37), como se pide a todo discípulo, sino de vivirlo y expresarlo con la adhesión "conformadora" con Cristo de toda la existencia, en una tensión global que anticipa, en la medida posible en el tiempo y según los diversos carismas, la perfección escatológica. En efecto, mediante la profesión de los consejos evangélicos la persona consagrada no sólo hace de Cristo el centro de la propia vida, sino que se preocupa de reproducir en sí mismo, en cuanto es posible, "aquella forma de vida que escogió el Hijo de Dios al venir al mundo". Abrazando la virginidad, hace suyo el amor virginal de Cristo y lo confiesa al mundo como Hijo unigénito, uno con el Padre (cf. Jn 10, 30; 14, 11); imitando su pobreza, lo confiesa como Hijo que todo lo recibe del Padre y todo lo devuelve en el amor (cf. Jn 17, 7.10); adhiriéndose, con el sacrificio de la propia libertad, al misterio de la obediencia filial, lo confiesa infinitamente amado y amante, como Aquel que se complace sólo en la voluntad del Padre (cf. Jn 4, 34), al que está perfectamente unido y del que depende en todo. Con tal identificación "conformadora" con el misterio de Cristo, la vida consagrada realiza por un título especial aquella confessio Trinitatis que caracteriza toda la vida cristiana, reconociendo con admiración la sublime belleza de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y testimoniando con alegría su amorosa condescendencia hacia cada ser humano. III NUESTRA CUARESMA DE FILIACIÓN EN LA FILIACIÓN DE JESÚS
En el centro de la personalidad de Jesús 44
El centro de la personalidad de Jesús es su filiación. Él es lo que es, porque es Hijo y se siente Hijo, si bien Hijo en el tiempo de la peregrinación, con Afe@ (es un tema teológico especial el de la fe de Jesús), en la oscuridad, abandonado en manos del Padre. El Desierto es una dilatación de su experiencia de Hijo. La Cruz es una experiencia de Hijo en la oscuridad total, hasta el punto de morir con un inmenso grito: APero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró@ (Mc 15,17). Es el grito total de la vida de Jesús, arrojado al Padre; es el grito poderoso: grito de abandono y de creación. No es el grito de la desesperación, sino el grito del amor deshecho: (hasta esto! El grito de la Encarnación dolorosa. No nos amó de broma (Ángela de Foligno). El Monte de la Transfiguración es igualmente una dilatación de esta experiencia de ser Hijo. Y toda la Escritura confiesa lo mismo: que es Hijo. Mi experiencia sacramental de filiación Hijos en el Hijo: así decían los santos Padres. La experiencia filial de Jesús pasa a ser experiencia nuestra. (Hijos! El avance de la vida espiritual - no es el avance en el autodominio interior, en la conquista de nuevas metas de oración, en el esfuerzo de la lucha espiritual, - sino que es el avance de la experiencia que se me da de ser hijo de Dios, que debe embargar mi vida entera e impregnar todas las capas de mi ser. El fruto cuaresmal de cara a la Pascua quiere ser ése, teniendo presente que el misterio de Jesús va por ahí. La Eucaristía, la Transfiguración oculta de Jesús La Eucaristía es el misterio de Cristo muerto y resucitado. Nuestra vivencia sacramental de la Eucaristía es la vivencia del misterio de la Transfiguración del Señor, a saber: - contemplación de su gloria, - disfrute de la filiación divina, dado que el Padre manifiesta en eso es su disfrute, - impregnación del Espíritu Santo (la Nube) que es la matriz o el seno de esta Teofanía; - audición de la Palabra, como palabra trinitaria, - inserción en el misterio pascual que se avecina, - recuperación del sentido de la vida como grávida del misterio, cuando todo se desvaneció y no vieron más que a Jesús solo. En suma, entrar en el misterio de la Eucaristía es entrar en el misterio de la Transfiguración. (14 de febrero de 2005)
Himno para el II domingo de Cuaresma (6 marzo 1982)
Llega el Reino de Dios en ese rostro que es imagen palpable de la Esencia, y de la ruta humana fatigosa el remate feliz, la paz perfecta. Viene la Parusía cuando brillas y el más allá se alcanza en tu presencia,
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que al tiempo eres origen y principio, Dios de Dios, Luz de Luz, Alfa y Omega. (Qué bien aquí, eternamente aquí, contigo que eres Dios y tienes tienda que hemos de hacer nosotros para ti, aquí para gozar tu gloria eterna! (Oh Luz anunciadora del secreto, oh Viviente inmortal que te revelas, oh deseado cuerpo de mi Dios!, Pedro, Santiago y Juan de ti destellan. A nadie lo digáis hasta el momento, dejad que el Hijo como siervo muera, y aguardad que, ya llega, ya ha estallado la gloria que desea quien espera. Jesús transfigurado y verdadero, saciado de dolor y de belleza, (te bendecimos, santo, santo, santo, y te cantamos, Dios de nuestra tierra! Amén.
Núm. 12 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Segunda etapa
II. Jesús Transfigurado (prosigue) (Año A: Mt 17-9)
TRANSFIGURACIÓN (Mistagogía: consagración y votos)
Cuando abordamos un texto evangélico, después de asegurarnos de la autenticidad y transmisión del texto (critica textus), queremos examinarlo con métodos críticos (crítica histórico-literaria). Podemos ponderar aspectos literarios, pues la literatura tiene el secreto de la comunicación humana. Nos interesa, sobre todo, entrar a fondo de su contenido teológico. Si es un texto sinóptico, como el de la Transfiguración (Mt 17,1-9; Mc 9,2-8; Lc 9,28-36 y 2P 1,16-18), podemos comparar y ver la peculiaridad y la novedad que imprime cada evangelista, y entender este pasaje dentro de la coherencia ordenada de su propio Evangelio. 46
Conociendo estas cosas, podemos utilizar una exégesis espiritual, dejando que el texto hable, y conducidos nosotros por la guía del Espíritu. En esta exégesis espiritual, podemos aplicar un método mistagógico: de la palabra al misterio recóndito. Este pasaje de la Transfiguración lo ha recogido la Iglesia como icono de la vida consagrada; así en la exhortación Vita consecrata. Y se ha atrevido a hacer una interpretación de los votos, viendo que su contenido está en la realidad que nos muestra Cristo en la Transfiguración. Se trata de una exégesis mistagógica. He aquí un intento de interpretación hímnica de la Transfiguración de Jesús, el Señor, en esta línea, al eco de Vita consecrata. Es un himno para el domingo II de Cuaresma. *** AEn efecto, mediante la profesión de los consejos evangélicos la persona consagrada no sólo hace de Cristo el centro de la propia vida, sino que se preocupa de reproducir en sí mismo, en cuanto es posible, "aquella forma de vida que escogió el Hijo de Dios al venir al mundo". S Abrazando la virginidad, hace suyo el amor virginal de Cristo y lo confiesa al mundo como Hijo unigénito, uno con el Padre (cf. Jn 10, 30; 14, 11); S imitando su pobreza, lo confiesa como Hijo que todo lo recibe del Padre y todo lo devuelve en el amor (cf. Jn 17, 7.10); S adhiriéndose, con el sacrificio de la propia libertad, al misterio de la obediencia filial, lo confiesa infinitamente amado y amante, como Aquel que se complace sólo en la voluntad del Padre (cf. Jn 4, 34), al que está perfectamente unido y del que depende en todo@ (Vita consecrata,16). (Qué hermosa es la hermosura revelada,
que a ti te pertenece, Jesucristo, y se ha hecho forma y luz en tu semblante, y cae toda blanca en tus vestidos! A ti nos consagramos, Consagrado, porque eres tú del Padre amado Hijo, y ahora y siempre, amando y contemplando, queremos, como Pedro, estar contigo. Tú eres, oh Señor, virginidad el puro amor donado y respondido, amado a la delicia, hasta la cruz, fecundidad por ser amor sufrido. Tú eres la pobreza y nada tienes, que tienes sólo a Dios, el Infinito; de él recibes todo y todo entregas, al darte sin retorno, agradecido. 47
Tú eres la obediencia y el agrado del Padre Dios que en ti se ha complacido, su santa voluntad, en vida y muerte, tu ruta fiel, tu senda hermosa ha sido. Jesús transfigurado y verdadero, en esta tierra, humano y Peregrino; ahora ya el Hombre y Dios sin velo: (a ti la adoración, oh Dios dulcísimo! Amén.
Núm. 13 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Tercera etapa
Por dificultades de tiempo, no ha sido posible elaborar una hoja nueva para el plan que vamos siguiendo. Tomamos un cuadernillo entregado en marzo del año pasado, tal cual fue escrito. Esto explica el que dentro del mismo se encuentren conceptos ya expuestos en este curso 2004-2005 en otros momentos.
III. Jesús da el agua viva a la Samaritana ADado que las lecturas de la samaritana, del cielo de nacimiento y de la resurrección de Lázaro ahora se leen los domingos, pero sólo el año A (y los otros años sólo a voluntad), se ha previsto que puedan leerse también en las ferias: por ello, al comienzo de las semanas tercera, cuarta y quinta se han añadido unas Misas de libre elección, que contienen estos textos; estas misas pueden emplearse en cualquier feria de la semana correspondiente, en lugar de las lecturas del día@ (Ordo lectionum missae, 98).
PRIMERA PARTE ESTRUCTURA SACRAMENTAL DE CUARESMA Para captar lo que llamamos Aestructura sacramental de Cuaresma@ (dado que en el I domingo de Cuaresma se habla de venerabilis sacramenti exordium, inicio del venerable sacramento), hemos de tener presente el esquema del proceso de iniciación cristiana que aparece en el Ritual de la iniciación cristiana de adultos = RICA (Ordo initiationis Christianae Adultorum, promulgado el 6 de enero de 1972. El texto de todas las introducciones véase en Documentación Litúrgica Postconciliar Enchiridion [preparado por Andrés Pardo, Barcelona, Editorial Regina 1992 y sucesivas edicionesreimpresiones] nn. 1698-1858).
Los pasos de la iniciación cristiana Primer grado (o paso): Catecumenado Tiempo: Discrecional, incluso varios años. 48
Segundo grado: Proceso cuaresmal Purificación e iluminación Tiempo: Tiempo de Cuaresma Dom. I Elección, inscripción del nombre. Los catecúmenos son ahora Electi o Competentes. ACon la ceremonia de la elección concluye el catecumenado mismo, y por tanto el largo aprendizaje de la mente y del corazón@ (RICA 134).
Dom. III Primer escrutinio. Dom. III La Samaritana. AEntrega@ del Símbolo (el Credo) en esta semana. Dom. IV Segundo escrutinio. El cielo de nacimiento Dom. V Tercer escrutinio La resurrección de Lázaro AEntrega@ del Padrenuestro. Semana VI o Semana Santa. Sábado Santo. AEl Sábado Santo, mientras los elegidos, dejando su trabajo, se entregan a la meditación, pueden hacerse varios ritos inmediatamente preparatorios: recitación del Símbolo, rito Effetá, elección del nombre cristiano, y hasta la unción con el óleo de los catecúmenos@ (RICA 54).
Tercer grado: Celebración de los Sacramentos de la iniciación Noche Pascua: Los tres sacramentos de la iniciación, que son. Bautismo, Confirmación, Eucaristía. Semana pascual: Tiempo de la mistagogía. Mas todas las semanas de Pascua son Atiempo de la mistagogía@. Por ello, Apara clausurar el tiempo de la mistagogía, al final del tiempo pascual, en la proximidad del domingo de Pentecostés, téngase alguna celebración litúrgica, festejando la fecha también con algún acto externo festivo, según las costumbres de la región@ (RICA237).
Aclaración: Qué son los escrutinios - ALa finalidad de los escrutinios es primordialmente espiritual, y se completa con ayuda de los exorcismos. Porque el objeto de los escrutinios es purificar las almas y los corazones, proteger contra las tentaciones, rectificar la intención y mover la voluntad, para que los catecúmenos se unan más estrechamente a Cristo y prosigan con mayor decisión en su esfuerzo por amar a Dios@ (RICA 154). - ADe los competentes (= elegidos) se espera la voluntad de llegar al sentimiento íntimo de Cristo y de la Iglesia, y muy en especial el progreso en el sincero conocimiento de sí mismos, un serio examen de conciencia y la verdadera penitencia@ (RICA 155). Tres escrutinios
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AA fin de excitar el deseo de la purificación y de la redención de Cristo, se celebran tres escrutinios, (1) ya para que los catecúmenos conozcan gradualmente (iluminación) el misterio del pecado, del cual todo el universo, y cada hombre en particular, anhela redimirse para verse libre de las consecuencias actuales y futuras; (2) ya para que se impregnen sus mentes del sentido de Cristo Redentor (purificación, unión), que es AGUA VIVA (cf. Evangelio de la samaritana), LUZ (cf. Evangelio del ciego de nacimiento), RESURRECCIÓN Y VIDA (cf. Evangelio de la resurrección de Lázaro). Es necesario que haya algún progreso en el conocimiento del pecado y en el deseo de salvación desde el primer escrutinio al último@ (RICA 157). Nota. No se habla, porque no puede hablarse, del sacramento de la reconciliación, que el catecúmeno, por no haber sido bautizado, no puede recibir. Mas para nosotros, en un proceso cuaresmal de renovación bautismal para la Pascua, que es la unión esponsal con Cristo, el sacramento ilumina, purifica y une más íntimamente con Cristo.
Qué son los exorcismos
AEn el rito del exorcismo, celebrado por los sacerdotes o por los diáconos, los elegidos, instruidos por la santa Madre Iglesia acerca del misterio de Cristo que nos libra del pecado, se desprenden de las consecuencias del pecado y del influjo diabólico, consiguen fuerzas para su itinerario espiritual, y se les abre e Qué es la mistagogía Mistagogía es una palabra griega que se compone de dos raíces: ago, conducir (como Apedagogo@, el que conduce al niño, el que educa al niño), y mystés, iniciado; por lo tanto Mistagogía es la conducción de los iniciados. El Mistagogo por excelencia es Cristo. Las Acatequesis mistagógicas@ de san Cirilo de Jerusalén son las catequesis para los iniciados en los misterios cristianos. SEGUNDA PARTE CONTEMPLACIÓN SACRAMENTAL DE LA SAMARITANA No estamos en el proceso catecumenal en vista del bautismo, pero sí en el camino cuaresmal de toda la iglesia, que, al recibir la gracia d Cristo, que iluminada y purificada para alcanzar una más intima unión. Nuestra meta es la Pascua, la unión esponsal con Cristo, amante esposo de su Iglesia.
1. El encuentro Podemos hacer una distinción útil para diferenciar vivencias. Es cosa distinta el conocimiento del encuentro. (Bien es cierto que en el lenguaje bíblico, no cabe un verdadero conocimiento, sin el encuentro personal de revelación). Conocer, en el uso corriente, es acumular información en el entendimiento, y trabajarla para generar un nuevo conocimiento. La multitud de conocimientos nunca acabará de ser encuentro, que es un contacto personal, esencial, tonificante, transformador... por vía superior.
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Conocemos cuando nuestra mente se sacia de muchas ideas que nos sirve la Teología o nuestra propia reflexión. Acumular más y más teología, nunca nos llevará al encuentro. El conocimiento, los conocimientos, se instalan en la mente. El encuentro acontece en la totalidad de la persona, cuya sede simbólica es el corazón. El encuentro lleva consigo estos fenómenos: S Es una iluminación clara, penetrante (suave o violenta) realizada a modo de acontecimiento. Antes no existía, ahora existe. S Al aparecer, induce dentro del alma un conocimiento suave y persuasivo, que penetra dentro y se queda, como si ese Aconocer@, fuera ya parte de nuestra naturaleza; el encuentro enriquece la sustancia de nuestro ser. S En el encuentro, aunque la motivación inmediata sea una cosa muy particular, de hecho difunde su luz diáfana sobre toda la vida y nos da el sentido de la vida, de la mía. El sentido de la vida es la sabiduría sobrenatural de nuestra existencia. S Estimula todo el ser y lo levanta; lo dispone en un acto de oblación y generosidad. Y esto lo hace en virtud de AOtro@ que es el que ha acontecido. La Samaritana es la efigie de un encuentro, y nos abre los ojos para comprender: - que ella jamás habría encontrado al Señor, si ella misma no hubiera sido encontrada; - y que, por lo mismo, jamás encontraremos al Señor - en iniciales o superiores encuentros -, si el mismo Señor, benignamente, no nos encuentra a nosotros. Buenas son las ciencias; mejor la sabiduría. Pero quiera el Señor darnos el encuentro con él mismo, que está más allá de la misma sabiduría humana. 2. La fe y la fascinación de Jesús Los caminos para llegar al encuentro, cuando Dios se pone en movimiento ((y él siempre lo está!) Son muy variados y distintos para cada persona. En el caso de la mujer de Samaría fueron: - la casualidad de que Jesús estuviera allí; - la casualidad de que los apóstoles se hubieran ido a la ciudad; - la causalidad de que la mujer (al parecer, a una hora intempestiva, al mediodía) viniera a sacar agua; - el que Jesús hubiera roto el frente, iniciando la conversación; - el que Jesús, pese a todo, hubiera seguido la conversación; - el que Jesús se hubiera interesado por el marido de ella; - el que la mujer estuviera desfondada en el amor; - el que la mujer, en el fondo, tuviera una gran preocupación religiosa... Jesús se sirvió de la propia fascinación espiritual que irradiaba su persona para llevar a la mujer hasta el final. La fascinación que produjo Jesús a la mujer la ha significado san Juan por varios datos: - el trato reverencial que la Samaritana comienza a dar al Judío: (Señor! (v. 11. 15. 19); - en la evocación de Anuestro padre Jacob@, pues en la mera evocación se intuye que, en efecto, Jesús es más que nuestro padre Jacob; - en la demanda mendiga de la mujer: ASeñor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla@ (15).
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- La mujer, a un determinado punto, siente la dulce necesidad de volcar toda su alma en el nuevo amor que de repente surge, absolutamente distinto de todos los otros. Y en fondo también Jesús se queda fascinado de esta mujer; no se olvide que no hay encuentro, que no puede haber encuentro, si no se da simultáneamente la mutua fascinación, por un algo que el espíritu es capaz o de intuir, traspasando barreras, o de crear él mismo, por la capacidad que poseemos de entrar en el mundo espiritual. Es la misteriosa, la sorprendente, la siempre sorpresiva lógica del amor, tan impetuoso como cautivo. Y Jesús le dice, con tono cercano y afectuoso: (Créeme, mujer...! Se palpa, en la misma tonalidad de nuestra lengua, que Jesús descarga su corazón y su afecto en la mujer a la que ama. El encuentro tiene un punto supremo, cuando Jesús se descubre, como Dios en la zarza ardiendo, como Dios en el Sinaí. Es el YO SOY, que resuena repetidas veces en el Evangelio de Juan: AYo soy: el que está hablando contigo@ (el que te habla a ti)
VEgw, eivmi( o` lalw/n soiÅ 3. La mujer iluminada y purificada se convierte en evangelista 1. El encuentro de Jesús ha hecho de la Samaritana una Amujer nueva@: acaba de nacer. El Señor puede purificar todo en un momento, puede iluminar todo. La Luz y la Pureza han entrado en el alma de esta mujer. Es todo el proceso cuaresmal que humildemente anhelamos que se opere dentro de nosotros mismos. Y es lo que intenta la Iglesia anualmente mediante el Asacramento cuaresmal@. Nos vamos purificando hasta el punto de comprender claramente que sólo el Señor nos puede purificar: sólo él es nuestra justicia. APara que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención, a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor@ (1Co 1,29-31).. 2. La mujer, nueva enamorada, se deja arrebatar por el trance del amor: - deja el cántaro; - corre..., corre..., corre... a la ciudad; - y anuncia a un Hombre, que es el Cristo. Si la Iglesia dejara de ser la anunciadora de Jesús, dejaría de ser la amante del Señor. El anuncio del Señor no es una actividad optativa, o añadida, de la Iglesia; por la propia naturaleza del amor la Iglesia es anunciadora de su Señor. La mujer deja el cántaro; ya no vuelve para lo que había venido. Deja el cántaro, porque le urge el amor y el amor es lo primero. Y en esta nueva etapa, a la que se llega por el amor, proclama: (Venid a ver! (Vv. 29). 4. El don del agua viva Hay un Adon de Dios@ El don inequívocamente, el don de Dios, es Jesús mismo. La lectura correcta del sentido de la frase es lo siguiente: A(Si conocieras el don de Dios..., (es decir): quién es el que te dice. Dame de beber!@ (v. 10). 52
El don de Dios no es otro que Jesús mismo. Desde el don de Dios vienen los dones que da el don de Dios El Aagua viva@ es Ael agua que yo le dé@ (v. 14). )Es el don del Espíritu Santo, como se dirá más abajo (7,37-39)? )Es el bautismo...? Todo es posible. No hay que porfiar por sentidos particulares, porque todos los podemos ver incluidos. Jesús dice: ALes dijo Jesús: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed@ (6,35) Jesús es pan de vida; Jesús es agua viva; Jesús es todo. Jesús es un manantial dentro que mana y salta dando vida, vida eterna (v. 14). En nuestro itinerario cuaresmal y para nosotros, el don del agua viva, es la gracia que quiere infundirnos en su santa Pascua. TERCERA PARTE CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CON HIMNOS LITÚRGICOS Para la Sagrada Comunión (Al acercarse a recibir al Señor) Estribillo (Asamblea) (Oh Jesús, fontana viva, que brota en la comunión, a tu abierto corazón un alma llega, cautiva! Estrofa 10 (Solista) Sedienta Samaritana, por el Amor conquistada, cinco maridos tuviste, pero ninguno te amaba; cinco maridos errantes y cinco espadas clavadas, y el sexto que te posee tampoco sacia tu alma: cinco maridos tuviste, pero ninguno te amaba. Estribillo (Oh Jesús, fontana viva, que brota en la comunión, a tu abierto corazón un alma llega, cautiva, Estrofa 20 Junto a la fuente un Sediento a alguien quizás aguarda; tú no le niegues, esquiva, el saludo y la mirada; y el cubo que necesita préstale de buena gana;
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ha venido caminando y el sudor se ve en su cara: junto a la fuente un Sediento a alguien quizás aguarda. Estribillo (Oh Jesús, fontana viva, que brota en la comunión, a tu abierto corazón un alma llega, cautiva! Estrofa 30 De su frente y de sus ojos una voz suave manaba: Por ti he venido, mujer, para mí del todo amada; yo conozco tus caminos, tu hermosura mancillada, esposa, la más preciosa, por verte necesitada: por ti he venido, mujer, para mí del todo amada. Estribillo (Oh Jesús, fontana viva, que brota en la comunión, a tu abierto corazón un alma llega, cautiva! Estrofa 40 Si el don de Dios conocieras la Palabra que te habla; si la hora del amor, la vieras en mí llegada; tú misma te lanzarías, sedienta de fuego y gracia, yo te daría, y te doy, el agua que tú buscabas: tú misma te lanzarías, sedienta de fuego y gracia.
Estribillo (Oh Jesús, fontana viva, que brota en la comunión, a tu abierto corazón un alma llega, cautiva! Estrofa 50 Dame, Señor, mi Mesías, tu corazón que me sana, tú que con ojos divinos
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me acogiste perdonada, dame la suave caricia de tu mano ensangrentada; y deja en tu pecho santo mi cabeza recostada: dame, Señor, mi Mesías tu corazón que me sana, Estribillo (Oh Jesús, fontana viva, que brota en la comunión, a tu abierto corazón un alma llega, cautiva! Estrofa 60 Oh Jesús, el agua viva, oh Jesús, Pascua anhelada, muestra tu rostro divino a tu Iglesia rescatada; oh Jesús, Hijo del Padre, amor que la tierra abrasa, oh Jesús del Santo Espíritu Eucaristía adorada: oh Jesús, el agua viva, oh Jesús, Pascua anhelada Lago de Guadalupe,17 marzo 2003
Para el Oficio divino Agua del pozo quisiera (Domingo III de Cuaresma) Música:R. M. Grández - F. Aizpurúa, Himnario de las Horas. Barcelona , Regina 1993, pp. 56-58.
I Agua del pozo quisiera, que tengo en el alma sed; si quieres, tú pues darme..., dame, mujer, de beber. Honda está el agua, tan honda que apenas se puede ver; del agua fresca que mana, dame, mujer, de beber. II Tus ojos son como un pozo, en ellos yo naufragué; eres Profeta, conoces la vida de esta mujer. De tus labios agua viva he venido a recoger;
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so soy la Samaritana, yo te pido de beber. II Yo soy la Iglesia sedienta; vengo, cansados los pies, y el corazón abrasado, porque me quema la fe. Tengo sed. Dame tu rostro, que vea a Dios tal cual es; dame el don que eres tú mismo, tu amor y tu padecer. IV Te adoramos, Verbo fuente, que buscas saciar tu sed; eres corriente que viene desde l jardín del Edén. eres corriente que vuelve al Padre al atardecer; (seas bendito por siempre, oh Fuente de todo bien! Amén. (Compuesto el 25 marzo 1984)
Núm. 14 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Cuartaa etapa
IV. Iluminados por el bautismo (Ciego de nacimiento. Jn 9) Clave y guía de este domingo (el Prefacio) El Prefacio nos da el sentido sacramental de la escena del ciego de nacimiento. ...per Christum Dominum nostrum. Qui genus humanum, in tenebris ámbulans, ad fidei claritatem per mysterium incarnationis adduxit, et, qui servi peccati veteris nascebantur, per lavacrum regenerationis in filios adoptionis assumpsit. Per Cristo nuestro Señor. 56
El cual al género humano, que caminaba en tinieblas, a la claridad de la fe por el misterio de la encarnación lo condujo, y a quienes nacían esclavos del viejo pecado, por el lavado de la regeneración como hijos de adopción los tomó. La gracia de este día podemos sintetizarla as, recogiéndola del Prefacio del domingo: Obra histórico-sacramental de Cristo S Cristo nuestro Señor S Por el misterio de la Encarnación S Nos sacó de las tinieblas S Y nos pasó a la claridad de la fe. Obra actual-sacramental 1. Cristo nuestro Señor 2. Por el lavado de la regeneración 3. A los que nacíamos esclavos del pecado 4. Nos ha tomado como hijos de adopción. San Pablo nos dice: Agracias al Padre que os ha hecho aptos para participar en la herencia de los santos en la luz. El nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados A (Col 1,12-14). Aquí el Padre es el protagonista, en esta realidad litúrgica que hoy acontece le vemos a Cristo como ejecutor de esta obra del Padre. *** (Pensamientos dados en los Ejercicios espirituales de Santa Úrsula, la semana pasada)
Evangelio sacramental Reconocemos en este relato el testimonio sacramental de nuestros primeros hermanos cristianos, que han visto en Jesús, sacramento del Padre, el bautismo como iluminación que nos viene a nosotros, ciegos de nacimiento. Los elementos bautismales esenciales son: - La fe en Jesús. AEl entonces dijo: *Creo, Señor.+ Y se postró ante él@ (Jn 9,38). - El ser lavados en Jesús, el Enviado, en ASiloé@. - El ser iluminado en Jesús. El bautismo en la primera Iglesia es Afotismós@, iluminación. Ciego de nacimiento Hay un ciego que ha perdido la vista y un ciego que lo es de nacimiento. El cielo de nacimiento tiene estas privaciones: - No ha visto la hermosura de la luz, de los colores, de la armonía del mundo; carece del sentido de la belleza como contemplación de lo creado. Su Aconcepto@ de belleza es distinto. - Carece de elementos claves para definir la Comunidad y la convivencia como interrelación de personas.
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Es un estado cercano a la muerte, en cuanto privación. De alguna manera es el estado vital inferior que pone al ser en la vida apenas salido de la nada... La ceguera de nacimiento es un estado de imposibilidad radical, porque el ciego no puede pasar a la luz... Jesús define el estado de los fariseos como estado de Aciegos@ Por origen y vocación los fariseos no son ciegos. Pablo, que un tiempo fue ciego, y que fue cegado camino de Damasco para poder ver (Hch 9,17-18), constata esta conciencia del mundo judío que es luz: A...tú, que te dices judío y descansas en la ley; que te glorías en Dios; que conoces su voluntad; que disciernes lo mejor, amaestrado por la ley, y te jactas de ser guía de ciegos, luz de los que andan en tinieblas, educador de ignorantes, maestro de niños, porque posees en la ley la expresión misma de la ciencia y de la verdad ARm 2,17-20)... He aquí la conclusión de este acontecimiento: AY dijo Jesús: * Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.+ Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: * Es que también nosotros somos ciegos? + Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: "Vemos" vuestro pecado permanece. + La ceguera de los fariseos: - Es una ceguera radical, que afecta a la esencia de su fe en el Dios de la Alianza. De hecho, ellos no transmiten al verdadero Dios. - Y es insanable, incurable, porque no reconocen que son ciegos; por eso, permanecen en su pecado. Hemos de examinar con atención lo que es la ceguera, mi ceguera espiritual para pedir a Jesús la luz. Los dos tipos de ceguera La ceguera de nacimiento es la que aquel que espiritualmente nunca ha visto; ha sido tinieblas y no luz. AEn otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. Examinad qué es lo que agrada al Señor, y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas. Cierto que ya sólo el mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza; pero, al ser denunciadas, se manifiestan a la luz. Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice: Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo@ (Ef 3,8-14). El ciego de nacimiento está incapacitado de ver, y su vida es tinieblas, un proceder de las tinieblas. (En una radical consideración filosófica, nadie es ciego Ade nacimiento@, pues Dios, al crear el alma, infunde su propia luz en ella; de tal forma que toda criatura está iluminada con la luz de Dios). Hay otra ceguera; el apagamiento progresivo de la luz. Esta es nuestra ceguera, con matices diversos. Esta ceguera nos merece un análisis detallado. 58
No hay peor sordo que el que no quiere oír; pues del mismo modo, no hay peor ciego que el que no quiere ver. He aquí lo que ocurre en la vida espiritual: 1. Yo soy veo lo que estoy dispuesto a ver; lo que no estoy dispuesto a ver nunca lo veré. Pero puedo tener un vago presentimiento de que la cosa es distinta a como yo la veo; y ese vago presentimiento deja dentro una especie de desasosiego. 2. Yo veo lo que quiero ver. Por una misteriosa elaboración interior, yo veo las cosas como quiero que sean, y puedo construirme, con argumentos suficientemente racionales, la pauta de mi comportamiento, mi norma de moral. 3. Yo no puedo ser forzado a ver lo que otros dicen que ver, a considerar las cosas (los criterios espirituales) con la pauta de otros. Lo que eh de ver Dios me lo ha de hacer ver. 4. Hay una relación directa, en el mundo del espíritu, entre el ver y la disponibilidad de ver; de forma tal que normalmente yo sólo veo aquello que estoy dispuesto a practicar. 5. El ver es iluminación, y la iluminación tiene gradso progresivo, de forma que, aun viendo con rectitud, la visión se puede afinar, iluminar, mejor... todo lo que quiera el Señor. 6. Mi vida la voy haciendo conforme voy viendo. Yo, bautizado, iluminado en Cristo, puede seguir siendo iluminado, si me apoyo en la súplica humilde y confiada. 7. El campo de la visión divina, al que somos introducidos en el bautismo, es infinito. Dios me aguarda. Dios quiere para mí, me tiene reservado, una visión espiritual de la vida con estas características: S S S S S
Visión sencilla y armónica, que es la visión de la sabiduría. Visión penetrante que alcanza el núcleo de la revelación. Visión que me ilumina y que ilumina a los demás. Visión que crea vida y estabilidad del ser, que forja futuro. Visión de discernimiento sin la cual no se puede dar un paso adelante en la vida espiritual. ***
Post communionem Deus, qui illuminas omnem hominem venientem in hunc mundum illumina, quaesumus, corda nostra gratiae tuae splendore, ut digna ac placita maiestati tuae cogitare semper, et te sincere diligere valeamus. Oh Dios, que iluminas a todo hombre que viene a este mundo, ilumina - te pedimos- nuestros corazones con el esplendor de tu gracia, para que podamos (valeamus) pensar lo que es digno y agradable a tu majestad, y amarte con sinceridad. Oratio super populum 59
Tuere, Domine, supplices tuos, sustenta fragiles, et inter tenebras mortalium ambulantes tua semper luce vivifica, atque a malis omnibus clementer ereptos, ad summa bona pervenire concedas. Protege, Señor, a tus suplicantes, sostén a los frágiles, y (a nosotros) que caminamos entre las tinieblas de los mortales vivifícanos siempre con tu luz, y arrancados por (tu) clemencia de todos los males, concédenos llegar a los bienes supremos.
Himno para el oficio de este domingo (En Jerusalén) Del seno de su madre, ciego oscuro, era el hombre mandado a la piscina; en él no era la luz, era la noche, la nada, la infinita lejanía. Jamás humano a humano abrió los ojos, que la luz es de Aquel que en luz habita; confiesa: )quién lo ha hecho?, )quién te puso la mano milagrosa en las pupilas? Aquel de nombre santo, que es Jesús, con la tierra ha mezclado su saliva; su aliento y corazón, su amor divino se han hecho con el polvo medicina. Aquel Jesús untó mis ojos muertos y ordenó luego: Báñate y confía; sentí divinidad en la palabra, y fui, y en Siloé me vi con vida. Y entonces fue el vidente excomulgado por los ciegos, diciendo que veían. despierta al sacramento, tú que duermes y Cristo Luz será tu nueva vida. Postrados con el ciego iluminado a ti te confesamos, Dios Mesías; viniste para un juicio: (Cristo, juzga y guárdanos contigo en tu gran Día! Amén. 60
Núm. 15 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Sexta etapa
V. AYo soy la resurrección y la vida@ Verus homo - Deus aeternus (Jesús resucita a Lázaro: Jn 11) I CLAVES La densidad de Cuaresma Avanzamos en el misterio de la Pasión del Señor. Este domingo litúrgicamente tiene estas características: S Se pueden cubrir las imágenes del crucifijo y de los santos, donde lo estime conveniente la Conferencia Episcopal. S Es el domingo del tercer escrutinio para los catecúmenos que se preparan para recibir el bautismo en la Vigilia pascual. S En el itinerario hacia la Pascua nos situamos en el momento de la resurrección de la Lázaro, que en la consideración de san Juan va a ser el detonante definitivo para matar a Jesús, y, por otra parte, signo de la nueva vida de Cristo y los suyos. S De nuevo observamos que la densidad y concentración teológica del Prefacio nos da la clave mistagógica del misterio que celebramos camino de la Pascua. Ipse enim verus homo Lazarum flevit amicum, et Deus aeternus e tumulo suscitavit, qui, humani generis miseratus, ad novam vitam sacris mysteriis nos adducit. El, en efecto, como verdadero hombre a Lázaro lloró como amigo, y como Dios eterno lo levantó del sepulcro, y, compadecido del género humano, a la vida nueva por los sagrados misterios nos lleva. De nuevo se nos invita a una consideración mistérica de los acontecimientos evangélicos, considerados como pro-fecía y sacramento. Según esta perspectiva, la resurrección de Lázaro, vista como signo: 61
T aparte de ser resurrección de Lázaro, T incluye la resurrección de Jesús, T y mi propia resurrección. Místicamente yo estoy metido en la resurrección de Lázaro. La gracia sacramental de este domingo La gracia sacramental de este domingo es ésta: S Ver a Jesús como resucitado, S verle en la plena vida de Dios, y entender no solamente que él tiene la resurrección que se le otorga en el día de la Pascua, sino que él es la resurrección y la vida; S y de igual modo verme a mí en el misterio de la resurrección y de la vida, como plenamente beneficiario de la misma resurrección y vida de Jesús, S y concretamente por la celebración y contagio de estos misterios divinos. El misterio, el Asacramento@, de este pasaje evangélico es éste: - Jesús, abandonado en el Padre, que siempre le escucha, anuncia su propia resurrección al proclamarse como la vida de Dios; - Jesús anuncia y anticipa mi propia resurrección. Para llegar al centro del misterio, para ver la gloria de Dios, Jesús nos está pidiendo solo una cosa: la fe.
Radicalización eucarística: sacris mysteriis Los Asagrados mysterios@ se contienen, ante todo, en la Eucaristía. Podemos leer este episodio de Jn 11 en estrecha conexión con Juan 6. APorque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día@ (Jn 6,40). ANadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día@ (Jn 6,43). La resurrección está ligada al acto de fe que produce el Padre en el corazón del creyente. AEl que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día@ (Jn 6,54). Vemos, pues, que la resurrección en el último día está ligada a la adhesión nen la persona de Jesús mediante la fe y la Eucaristía.
II CONSIDERACIONES Desde la centralidad del mensaje que hemos expuesto, podemos repasar ahora algunas consideraciones. Estas, evidentemente, pueden ser muy variadas según la orientación que quiera imprimir el Espíritu. AJesús amaba a Marta, a su hermana 62
y a Lázaro@ (v. 5) La escena que queremos contemplar es una escena de amor, de ese amor que intuimos Aque es fuerte el amor como la Muerte@ (Ct 8,6), o, mejor: más fuerte que la muerte, le puede a la muerte. Una escena de amor que inicia con esta llamada: ASeñor, aquel a quien tú quieres, está enfermo@ (v.3). Este es el encargo de las dos hermanas. Las dos hermanas en los detalles del texto actúan con un solo corazón; las dos, en momentos separados, dicen la misma frase: ASeñor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano@ (vv. 21 y 32). Desde el amor y la unidad surge la vida. La vida nos invita al amor, porque el amor es la vocación suprema que une todas las vocaciones, y que, por lo mismo, relativiza todas, si no son vocaciones del amor y para el amor. La resurrección de Lázaro va a ser una proclamación del amor. Dos signos de amor quedan muy resaltados en este episodio total: - Uno es el de las lágrimas de Jesús: AJesús derramó lágrimas@ (v.). - Otro es el comentario de la gente, ante aquel amor patente, traducido con signos visibles: AMirad cómo le quería@ (v. 36). Lázaro ha muerto Lázaro ha muerto, pero en la misma muerte va a resplandecer la gloria de Dios. AEsta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella@ (v.4). Y luego: ADice Jesús: *Quitad la piedra.+ Le responde Marta, la hermana del muerto: * Señor, ya huele; es el cuarto día. + 40 Le dice Jesús: *)No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?+@ (vv. 39-40). Esta relación de pecado y gloria de Dios, de muerte y gloria de Dios, es un descubrimiento de nuestra fe, descbrimieno de revelación: (Feliz culpa que mereció tan grande Redentor! (De san Agustín, frase recogida en el Pregón pascual). Sí, es necesario una revelación sobre mí, una revelación concreta que el Señor me otorgue en su misericordia para descubrir cómo, al fin, mis errores se tornan en gracia, mi pecado queda transformado en gloria de Dios, y esto gracias al Hijo. Mi muerte también ha de ser gloria de Dios. No sé si tras de mí habrá un APost-mortem@ de gloria entre los hombres; sí sé que habrá APostmortem@ de gloria en la presencia de Dios. APadre, te doy gracias por haberme escuchado@ (v. 41) AYo sabía que tú siempre me escuchas...@ (V. 42). Jesús no puede dudar de que es escuchado por el Padre. El es el Hijo y la intimidad filial es esencia de su vida. En este Aser escuchado@, ser atendido, está igualmente la resurrección del Hijo. )Qué desea el hombre sino vivir? No puede desear muerte, sino vida, porque la inmortalidad la ha puesto Dios dentro del corazón; no está presente en la vida pasajera de los animales, creados para nuestra vida. La resurrección está ya dentro de nuestro deseo incoercible de inmortalidad, y está, primero, en Jesús. Jesús, que va a morir, desea vida, que es la vida plantada en su ser. Jesús pasó por la muerte, mas en el fondo de su muerte tuvo el germen de sus resurrección: AEl cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la 63
obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen@ (Hb 5,7-9). Él es la resurrección y la vida. He aquí la declaración central del relato: AJesús le respondió: Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás@ (vv. 25-26). Si él Aes@, él resucitará el primero. Mi resurrección futura Por la fe alcanzo ya mi resurrección. He de aceptar el misterio de mi muerte; en ella la plena oscuridad de la razón. La razón, por sí sola, no transciende al misterio de la resurrección corporal. La resurrección corporal es la plena deificación con el Hijo; el cuerpo pasa al estado divino en que se encuentra el Hijo. Esto no lo alcanza la razón. La Unción de la enfermedad (Unción de los enfermos) es unción configurativa con el cuerpo glorioso de Cristo. Acepto mi muerte y acepto el cementerio. Ignoro lo que se hará con mi cuerpo muerto; mas la fe me lanza al cuerpo de Jesús resucitado, y con el Hijo, entonces sí seré hijo en el Hijo. (A Dios la gloria! Evangelio pascual En el itinerario de Cuaresma este Evangelio es el que precede al Domingo de Ramos. Vamos hacia el Bautismo, vamos hacia la Pascua. Mi noche pascual será un presagio de la Pascua eterna.
HIMNO LITÚRGICO PARA ESTE DOMINGO Porque eres hombre has llorado, oh Jesús, con hondas lágrimas; (qué hermoso verte, Dios mío, con esa humana mirada, del agua de nuestras penas, llorando amor en Betania! Porque eres Hijo has orado: tu oración era una lanza, y herido el Padre de amor, vencido por tu confianza, por tu ternura infinita, ha escuchado tu palabra. Por ser la carne del Verbo eres espíritu y gracia: 64
y en la prisión del sepulcro se anuncia tu santa Pascua; oh Cristo, vida divina, que fue en el mundo sembrada. Por ser el amor viviente, eterno Dios, que nos salva, tu voz traspasa a la muerte y al muerto a la vida llama, oh Cristo, gran sacramento, Eucaristía adorada. (Oh Vida de toda vida, Resucitado en el alba, oh Cristo, amado del Padre, y de tu Esposa salvada, con todos tus elegidos, en Trinidad tu alabanza! Amén.
Núm. 16 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad
Sexta etapa
VI. Jesús entra en su Ciudad Santa para coronar su vida en la Pascua La secuencia litúrgica de la ADominica in Palmis de Passione Domini@ La liturgia tiene dos partes: Primera parte: COMMEMORATIO INGRESSUS DOMINI IN IERUSALEM Reunión S Los fieles se reúnen en un lugar apropiado y han portado consigo los ramos con los que van a aclamar a Cristo. S Cantan un cántico (Hosanna, Filio David, u otro apropiado). S El sacerdote y los fieles se signan con la señala de la cruz, y el sacerdote hace breve monición sobre el sentido completo de la celebración, con las palabras del Misal u otras semejantes. S Pronuncia una oración de bendición, haciendo la señal de la cruz. Rocía los ramos con agua bendita sin decir nada. S El diácono (o el mismo celebrante proclama el Evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén: A Mt 21,111; B Mc 11,1-10, C Lc 12,12-16. Se puede hacer una breve homilía.
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S
El sacerdote o el diácono dice: AImitemos, hermanos carísimos, a las turbas que aclamaban a Jesús y marchemos en paz@. Los fieles responde. AEn nombre de Cristo. Amén@. Procesión S Organización: turiferario agitando el incensario con incienso; ministro con la cruz adornada con ramos (según costumbres) y dos ciriales, el Evangelio, sacerdote con los ministros, el pueblo. S Cantos: Aschola y pueblo@, los siguientes u otros apropiados en honor de Cristo Rey. S Antífona: Pueri Hebraeorum portantes, y salmo 23. S Antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta, y salmo 46. S Himno a Cristo Rey: Gloria, laus et honor, de Teodoro de Orleans (+821). Entrada S Se canta AIngrediente Domino@ Au otro canto que hable de la entrada de Jesús en Jerusalén@. S S S S
Segunda parte: MISA Después de la procesión el sacerdote empieza directamente con la colecta.. Pasión: sin cirios, sin incienso, sin saludar, sin signar el libro. La proclama el diácono o el sacerdote. También (no es lo prioritario) se puede proclamar entre tres. Se puede tener una breve homilía. Hay Credo. Hay oración de los fieles.
NOTA. Hagamos un esfuerzo por aprender cantos propios, que sirvan sólo para el Domingo de Ramos, pero para todos los años el Domingo de Ramos. Muy dudoso decir en la liturgia: AMexicanos, un Padre tenemos...@ En nuestro Himnario: AEn Betfagé nos unimos@
Los anhelos más profundos de Jesús La entrada de Jesús en Jerusalén es el pórtico del Misterio Pascual con el cual va a ser coronada su vida. En este coronamiento de su vida van a aflorar de modo directo y explícito. Y esto resplandece en dos acontecimientos paralelos, cuyo último sentido queda en lo profundo de su corazón, y ciertamente que, en la meditación espiritual del Evangelio, el Señor quiere mostrarlo. El primer acontecimiento es la entrada en Jerusalén, que Jesús ha decidido con humildad, con soberanía, con amor. El ha organizado conscientemente esta liturgia mesiánica, en la cual él es el Rey de Paz. El segundo acontecimiento es la preparación de la Pascua , que va a ser la Pascua única de Jesús. Estamos ante el misterio, ante el secreto insondable de su corazón que se ha entregado en amor al Padre y en amor a los hombres. Jesús quiere revelarnos parte de su secreto. Decid a la hija de Sión AEsto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta: Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo@ (Mt 21,4-5). Entendemos estas palabras evangélicas a la luz de dos textos proféticos: AMirad que Yahveh hace oír / hasta los confines de la tierra: Decid a la hija de Sión: / Mira que viene tu salvación; mira, su salario le acompaña, / y su paga le precede. Se les llamará "Pueblo Santo", / "Rescatados de Yahveh"; 66
y a ti se te llamará "Buscada", / "Ciudad no Abandonada" (Is 62,11-12). A(Exulta sin freno, hija de Sión, / grita de alegría, hija de Jerusalén! He aquí que viene a ti tu rey: / justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, / en un pollino, cría de asna@ (Zac 9,9). La entrada de Jesús en Jerusalén es un signo (un sacramento) lleno de ternura. Esta es la efigie de Jesús. Desde aquí podemos entender el sentido de su Pasión. Es la efigie que debe reproducir la Iglesia. Es el Jesús de la humildad, de la paz y de la ternura. Mantos y ramas ALa gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: *(Hosanna al Hijo de David! (Bendito el que viene en nombre del Señor! (Hosanna en las alturas!+ A (vv. 8-9). La gente sencilla acepta el gesto de Jesús, le entrega su corazón en ese homenaje con esos dos rasgos conmovedores: - extender los mantos por el camino, - aclamar con ramas de árboles, y con versos de un salmo (Salmo 118/117, que la Iglesia lo recita todos los domingos, en Laudes o en la Hora media, como salmo dominical). La Pascua que Jesús quiere de mí 1. Ciertamente que Jesús quiere coronar su obra en mí con un acontecimiento pascual. 2. Su obra es ésta: él quiere ser rey de paz en mi corazón. Lo quiere igualmente ser rey de paz en su santa Iglesia. 3. Mi Semana Santa debe ser una semana evangélica, viviendo Asacramentalmente@ esta escena.
Núm. 17 El Pregón Pascual El Pregón pascual en su original latino comienza con estas palabras: "Exultet iam angelica turba caelorum". Se invita a la turba angélica de los cielos a cantar las alabanza a Cristo Resucitado. Por estas primera palabras se le ha llamado: la Angélica. Sobre el pregón pascual dice la Carta sobre la preparación y celebración de la fiestas pascuales (1988), en el número 44: El diácono proclama el PREGÓN PASCUAL, magnífico poema lírico que presenta el misterio pascual en el conjunto de la economía de la salvación. Si fuese necesario, o por falta de un diácono o por imposibilidad del sacerdote celebrante, puede ser proclamado por un cantor. Las Conferencias de los
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Obispos pueden adaptar convenientemente este Pregón, introduciendo en él algunas aclamaciones de la asamblea"
Para vivir el pregón pascual Para vivir el Pregón pascual hemos de templar el espíritu con estos sentimientos: Afinar al máximo la capacidad estética y dar legítimo cursos a las emociones, dejando embargar por la belleza literaria y musical de esta pieza milenaria y singular. $ Entrar con gran pureza de corazón en esta celebración, la celebración más importante de todo el año, por lo mismo la celebración más anhelada de la Iglesia. $ Estar a tono con esta teología desde la cual está pensado: la iniciativa del Padre y la alabanza que a él retorna; la obra redentora del Hijo; la historia santa de Israel, la acción redentora de Cristo en esta noche que purifica nuestros pecados y nos llena de gracia. $ Abrir de par en par el corazón al gozo, el amor y la ternura: por el amor del Padre, por el triunfo del Hijo, por la obra admirable realizada para el linaje humano.
NOTA. Todo ello es particularmente importante para el Pregonero o Pregonera que lo haya de ejecutar. Es necesario que vibre espiritualmente, lleno de sentimiento y afecto con cada una de las frases del texto. Es conveniente que lo haya aprendido de memoria (como hacen los cantantes que, al cantar, quedan poseídos por la letra que cantan), aunque por precaución tenga la hoja en el atril. Al ser poseído o poseída por el texto, sin teatralismo, ha de imprimir en el canto su propia alma.
Invitación del Pregonero
Exulten por fin los coros de los ángeles,exulten las jerarquías del cielo,y por la victoria de Rey tan poderosoque las trompetas anuncien la salvación.
Invitación al cielo
Invitación a la tierra
Goce también la 68
tierra,inundada de tanta claridad,y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,se sienta libre de la tinieblaque cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre la Iglesia,revestida de luz tan brillante;resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
Invitación a la Iglesia
y a esta asamblea (templo)
En este momento el Pregonero, si es diácono, dice: "El Señor esté con vosotros". Si no es diácono, sigue con la invitación: "Levantemos el corazón... Demos gracias al Señor nuestro Dios". Y a continuación se inicia la Alabanza como se hace de modo habitual en el Prefacio.
Cuerpo de la alabanza En verdad es justo y necesarioaclamar con nuestras vocesy con todo el afecto del corazóna Dios invisible, el Padre todopoderoso,y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Alabanza dirigida al Padre y con él a su Hijo Jesucristo
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padrela deuda de Adány, derramando su sangre,canceló el recibo del antiguo pecado.
Totalidad de la alabanza: redención del pecado de Adán.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,en las que se inmola el verdadero Cordero,cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Anuncio de la inauguración de las "Fiestas de Pascua"
Ésta es la nocheen que sacaste de Egiptoa los israelitas, nuestros padres,y los hiciste
Elogio de esta
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NOCHE
SACRAMENTAL
pasar a pie el mar Rojo.
Mar Rojo
Ésta es la nocheen que la columna de fuegoesclareció las Columna de fuego tinieblas del pecado. Ésta es la nocheen que, por toda la tierra,los que confiesan su fe en Cristoson arrancados de los vicios del mundoy de la oscuridad del pecado,son restituidos a la graciay son agregados a los santos.
Las maravillas HOY de esta noche.
Ésta es la nocheen que, rotas las cadenas de la muerte,Cristo asciende victorioso del abismo. )De qué nos serviría haber nacidosi no hubiéramos sido rescatados?
RESURRECCIÓN de Jesús
(Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!(Qué incomparable ternura y caridad!(Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Contemplación extática, amorosa
El éxtasis del amor.
Necesario fue el pecado de Adán,que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
(Feliz la culpa que mereció tal Redentor! (Qué noche tan dichosa!Sólo ella conoció el momentoen que Cristo resucitó de entre los muertos. Ésta es la nochede la que 70
Interpelación mística a aquella Noche Única.
estaba escrito:*Será la noche clara como el día,la noche iluminada por mí gozo.+
Texto bíblico de los profetas: el gozo de Cristo.
Y así, esta noche santaahuyenta los pecados,lava las culpas,devuelve la inocencia a los caídos,la alegría a los tristes,expulsa el odio,trae la concordia,doblega a los poderosos.
El sentido sacramental de esta noche.
En esta noche de gracia,acepta, Padre santo,este sacrificio vespertino de alabanzaque la santa Iglesia te ofrecepor medio de sus ministrosen la solemne ofrenda de este cirio, hecho con cera de abejas. Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,ardiendo en llama viva para gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz,no mengua al repartirla,porque se alimenta de esta cera fundida,que elaboró la abeja fecunda [la madre abeja]para hacer esta lámpara preciosa.
Ofrenda del CIRIO como "sacrificio vespertino de alabanza".
(Que noche tan dichosaen que se une el cielo con la tierra,lo humano y lo divino!
Noche nupcial Restauración cósmica y nupcial.
Primera mención de la abeja que ha hecho el Cirio
A modo de peroración para concluir Te rogamos, Señor, que este cirio,consagrado a tu nombre,arda sin apagarsepara 71
Súplica al Padre.
destruir la oscuridad de esta noche,y, como ofrenda agradable,se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,ese lucero que no conoce ocasoy es Cristo, tu Hijo resucitado,que, al salir del sepulcro,brilla sereno para el linaje humano,y vive y reina gloriosopor los siglos de los siglos.Amén.
Este Cirio y la Estrella de la mañana, interpretada, con el Apocalipsis, como Cristo Resucitado.
Abejita de Pascua Poema de amor para la abejita que labró el Cirio de Pascua: Aapis mater eduxit@
Al eco del Pregón pascual componemos este poema de amor para cantar a la Abejita que con su cera virgen labró - Aargumentosa@ - el Cirio de Pascua, proyección visible de Cristo Resucitado. La creación, al contacto con el cuerpo del Señor Jesús, se convierte en misterioso sacramento de una Presencia. El agua se hace agua santificadora en el bautismo; el aceite que destila el olivo se hace crisma de consagración. La acera de la madre abeja (apis mater, del Pregón Pascual) se hace Cirio Pascual. La participación salvífica de toda la creación en el proyecto de Dios se había cantado ya en la primera Pascua, cuando en el libro de la Sabiduría se reflexiona, con motivo de las Plagas, sobre cómo toda la creación está en manos de Dios, y adquiere propiedades varias al servicio de los elegidos (Sb 5,17; 16,24; 19,6). Al fin, san Pablo la verá en un trance de parto, en espera de participar, todos juntos, Aen la gloriosa libertad de los hijos de Dios@ (Rm 8,21). Por eso, porque la abejita fue santificada por la santa resurrección de Jesús, por eso le cantamos. Mi gentil abejita, abejita de Pascua, hoy por ti guardo un verso, que me sale del alma. Limosnera de amor 72
que las flores emanan, te alimentas de esencias, de belleza te sacias. Vas libando jardines y volando montañas, y en dulzura y servicio tu comida la cambias. De perfumes te sacias, y la miel nos regalas; y nos das cera virgen para hacer nuestra lámpara. Por el Cirio te canto, por su fúlgida llama: tú lo hiciste, amorosa, con tu enjambre de hermanas. Eres carne de Cristo en la cera sagrada, sacramento y fulgor que hacia el cielo se alza. Abejita sin nombre, madrecita cargada, tú lo hiciste en miríadas, como obrera agraciada.
Y esta Noche de gloria es tu Noche esperada, madre abeja presente, dulcemente cantada. Para ti hoy desciende de Jesús en la patria, bendición y hermosura y ternura a tus alas. Mi pequeña abejita, eres luz y alabanza: en el mundo universo (eres Cirio de Pascua!.
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Núm. 18 Serie: Las lecturas de la Vigilia Pascual Primera
El mundo creado y el hombre vistos desde Jesús Resucitado (Primera lectura de la Vigilia Pascual)
EL TEXTO Lectura del libro del Génesis (1,1-2,2) Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del Abismo, la tiniebla. Y el Aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: -*Que exista la luz.+ Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz *Día+; a la tiniebla *Noche+. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. Y dijo Dios: -*Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.+ E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda *Cielo+. Pasó una tarde, pasó una mañana; el día segundo. Y dijo Dios: -*Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes.+ Y así fue. Y llamó Dios a los continentes *Tierra+ y a la masa de las aguas la llamó *Mar+. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: -*Verdee la tierra hierba verde, que engendre semilla y árboles frutales que den fruto según su especie, y que lleven semilla sobre la tierra.+ Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. Y dijo Dios: -*Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra.+ Y así fue.
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E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche; y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto. Y dijo Dios: -*Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo.+ Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: -*Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra.+ Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. Y dijo Dios: -*Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.+ Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: -*Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.+ Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: -*Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.+ Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra -a todo ser que respira- la hierba verde les servirá de alimento.+ Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho. (Tomamos el texto de la Versión Litúrgica Española).
PROCLAMACIÓN DE LA CREACIÓN DEL MUNDO EN LA NOCHE PASCUAL Punto cero En la Vigilia Pascual nos situamos en el Apunto cero@. Nada existe; todo es nuevo desde el acontecimiento nuevo, que es el acontecimiento de Cristo. No existe la luz, sino las tinieblas; el fuego va a arrancar del pedernal. Todo adquiere su sentido viéndolo en Cristo, el proyecto del Padre desde siempre (Ef 1,3), que hoy brilla y se hace patente.
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Grandiosidad y fuerza; mística y ternura Para entrar en este relato, hay que disponer el ánimo para vibrar con estas vibraciones: A) la grandiosidad de la escena que perdura hasta hoy, B) la fuerza divina que se despliega en el mundo, C) la belleza de una historia que nos cautiva, D) y, sobre todo, la nueva perspectiva que adquiere el relato leído ante la resurrección de Cristo, como relato contagiado por la resurrección. C Junto a todo ello pensemos que los textos adquieren todos, un contenido místico-sacramental, que llena el alma de ternura. Historia de Dios, historia del hombre El intérprete Aasiste@ a la proclamación de lo sucedido, y se pregunta: 1. )Estoy ante el mundo, o, más bien, estoy ante una Historia, cuyo efecto es el mundo? 2. Si es historia, )es Historia de Dios o es Historia del hombre? )De quién se habla? 3. )O es Historia de Cristo? 4. )Y es Historia mía, acaso Ami historia@ inicial y fundante? )O es mi Historia presente? )O mi Historia terminal? 5. En suma: )qué revelación se esconde en este relato arcaico que abre la historia de salvación en la Noche del Resucitado? Ya tenemos, pues, que los puntos de meditación desbordan nuestra capacidad, y que el mensaje me va a introducir en los secretos de Dios. APrincipio y Fundamento@ de los Ejercicios, y Acorona y remate@ 1. Los Ejercicios se abren no con una Acontemplación@, ni siquiera con una Ameditación@, sino con una reflexión, tan honda cuanto uno alcance: el mundo-historia ante mis ojos, y la opción radical que yo tomo. Es una reflexión a la que uno le va dando vueltas para situarse Arazonablemente@ desde la fe en este mundo. Mediante esta reflexión, yo percibo lo siguiente: 1) Que el ser humano, por su propia naturaleza, está abierto a la transcendencia. Es ésta una dimensión constitutiva del ser, que se impone por sí, que no la puedo negar. 2) Que si yo quiero llenar (organizar) mi vida con cosas que no miren directamente a la transcendencia, sino a los intereses, efímeros, de aquí abajo (tal como dinero, honores, vida larga...) Estoy errando gravemente en los objetivos intrínsecos de mi existencia. 2. Los Ejercicios se coronan, en la cuarta semana, tras las contemplación de la resurrección y ascensión del Señor, con la Acontemplación para alcanzar amor@: un repaso por el mundo creado para sentir, de modo inmediato, la experiencia de la Trinidad que me está infundiendo amor desde ahí. Una meditación al alcance de cualquiera, mejor, una Acontemplación@ que supone al ejercitante que ha llorado lágrimas de consolación y que se ha afectado de ternura al contemplar a Jesús en la Cruz y en la resurrección y en la aparición a su santa Madre (paradigma interno de las apariciones siguientes), a las mujeres, a los apóstoles. La contemplación del mundo para alcanzar amor está puramente abierta a la mística filial. 76
Para ver el sentido hondo de estas meditaciones y las implicaciones que en ellas laten, hay que acudir a un estudio particular. Véase, por ejemplo: Santiago ARZUBIALDE, S.J., Ejercicios Espirituales de S. Ignacio: Historia y análisis. Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander 1991. 904 pp. El comentario sobre ALa contemplación para alcanzar amor@, pp. 485-505.
Francisco de Asís, como ráfaga iluminadora para enten-der el mundo, historia de Dios El ACántico de las criaturas@, que para muchos puede ser la puerta de entrada en el franciscanismo, visto desde el Misterio Pascual que en él se ha cumplido, desde Francisco llagado como Jesús, puede ser la corona y el ápice de su espiritualidad. La mirada limpia al mundo, presagio del mundo que viene; y, en todo caso, el mundo transfigurado por Cristo Resucitado. LOS DOS PUNTOS ESENCIALES DE NUESTRA CONTEMPLACIÓN Dios y el mundo )Qué es el mundo para Dios? )Qué es el mundo para mí? Estas son las dos preguntas esenciales, situándonos en la Apedagogía@ y dinámica de lo que pretendemos en nuestra búsqueda de Dios. 1. Dios es el único dueño del mundo. Dios es el Creador, el único Creador, y su Presencia y su Gloria llenan la tierra. No hay fantasmas en el mundo; nos hay seres extraños. No hay dos dioses o dos poderes, el Dios bueno y el Dios malo. Dios no tiene contrincantes. Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios es solamente Uno. El mundo nace de Dios y a Dios retorna. Estando en el mundo, estamos en la Casa de Dios. 2. El mundo para Dios es el vuelco de su amor. Y )por qué lo ha creado? Solamente por amor, como una irradiación de sí mismo. (Véase el inicio de la Plegaria eucarística IV). 3. El gozo de Dios en la creación. AVio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno@. 4. No hay amor sin alguien a quien amar: El mundo ha sido creado por el amor y para el hombre, en cuanto hijo amado de Dios. Dios ha creado el mundo para el Hijo de su amor, y en el Hijo para los que somos Ahijos en el Hijo@. Como dice el Concilio: El ser humano es el único ser creado por sí mismo. La creación, por bella que sea, no es fin en ella misma. Relacionalmente está emparentada con el hombre y ha sido creada por el hombre y para el hombre. 5. El Hombre es Jesucristo, y éste Resucitado. Aquí hallamos al clave de la creación, que, de pronto, queda oculta. El mundo es la Casa del verbo Encarnado.
El hombre (yo) y el mundo. Mi vocación mundanal 1. El mundo para el descanso divino; para el culto, para la alabanza. AY terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho@ (versículo final del anuncio). Como nos han dicho los Santos Padres, el Día de la Resurrección es el Octavo Día; es el Día de Jesús, el Día del Señor, el Día definitivo que nos anuncia nuestra unión con él (véase: El octavo día, figura de la eternidad, en la carta apostólica Dies Domini,26). Todo el mundo queda convertido en sacramento de la Presencia y de la Gloria. 2. El mundo ha sido entregado al hombre bajo la bendición de Dios. Y esto desde dos formas: 77
S Como el mandato de propagar la vida de Dios: ACreced y multiplicaos@. S Como el mandato de ejercer la soberanía divina en el mundo: Allenen la tierra y sométanla; dominen... y a todo ser viviente que se mueve en la tierra@. 3. Caminar por el mundo como Francisco de Asís. Desde la resurrección de Jesús yo he de caminar por el mundo como hijo de Dios, pisando la tierra con veneración, consciente de que hay una Presencia escondida y de que yo he sido constituido Sacerdote de la Creación. El mundo fue dañado por el pecado del hombre, es cierto. Con todo, en la resurrección del Señor el mundo vuelve a su proyecto original e incluso, entonces, alcanza su última perfección y sentido.
Núm. 19 Serie: Las lecturas de la Vigilia Pascual Segunda
El sacrificio de Abraham, signo del Misterio Pascual (Segunda lectura de la Vigilia pascual)
EL TEXTO (El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe). Lectura del libro del Génesis22,1-18 En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: -*(Abrahán!+ El respondió: -*Aquí me tienes.+ Dios le dijo: -*Toma a tu querido hijo único, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.+ Abrahán madrugó, aparejó al asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: -*Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después volveremos con vosotros.+ Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: -*Padre.+ El respondió: -*Aquí estoy, hijo mío.+
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El muchacho dijo: -*Tenemos fuego y leña, pero )dónde está el cordero para el sacrificio?+ Abrahán contestó: -*Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.+ Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: -*(Abrahán, Abrahán!+ El contestó: -*Aquí me tienes.+ El ángel le ordenó: -*No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.+ Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó aquel sitio *El Señor ve+, por lo que se dice aún hoy *El monte del Señor ve+. El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: *Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a sus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido+.
LECTIO DIVINA Esta lectura proclama en la Noche pascual se titula AEl sacrificio de Abraham@. Es simultáneamente El sacrificio de Abraham y El sacrificio de Isaac. Podemos admirar la obediencia de Abraham; podemos admirar igualmente la obediencia de Isaac. Las dos vías nos van a llevar al misterio pascual. Debemos admirar, sobre todo, el amor del Padre. Cuando san Pablo nos dice: ADios no perdonó a su Hijo@, piensa en que Dios perdonó a Abraham, Dios perdonó a su Hijo. Hay un amor superior cuando se nos manifiesta este amor de sangre: Dios no perdonó a su Hijo, sino que lo entregó por nosotros. AEl que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, )cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?@ (Rm 8,32). I EL SACRIFICIO DE ABRAHAM Lo que precede Esta escena está enmarcada en la historia de salvación de Dios con Abraham. Tenemos que tener presente lo que precede. Lo que precede es el establecimiento de la Alianza, la cual fue ratificada con un sacrificio, mas con una víctima humana. ADijo Abram: * Mi Señor, Yahveh, )qué me vas a dar, si me voy sin hijos...?. + Dijo Abram: * He aquí que no me has dado descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar. + Mas he aquí que la palabra de Yahveh le dijo: * No te heredará ése, sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas. + Y sacándole afuera, le
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dijo: * Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. + Y le dijo: * Así será tu descendencia. + Y creyó él en Yahveh, el cual se lo reputó por justicia@ (Gn 15,2-6).
El que va a heredar es un hijo salido de las entrañas. AAbraham cayó rostro en tierra y se echó a reír, diciendo en su interior: )A un hombre de cien años va a nacerle un hijo?, )y Sara, a sus noventa años, va a dar a luz? + Y dijo Abraham a Dios: * (Si al menos Ismael viviera en tu presencia! + Respondió Dios: * Sí, pero Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Isaac. Yo estableceré mi alianza con él, una alianza eterna, de ser el Dios suyo y el de su posteridad. (Ismael...) Pero mi alianza la estableceré con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene por este tiempo@ (Gn 17,17-21). Llegó el nacimiento de Isaac. AYahveh visitó a Sara como lo había dicho, e hizo Yahveh por Sara lo que había prometido. Concibió Sara y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo predicho por Dios. Abraham puso al hijo que le había nacido y que le trajo Sara el nombre de Isaac. Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días, como se lo había mandado Dios. Abraham era de cien años cuando le nació su hijo Isaac. Y dijo Sara: * Dios me ha dado de qué reír; todo el que lo oiga se reirá conmigo. + Y añadió: * )Quién le habría dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos?; pues bien, yo le he dado un hijo en su vejez. + Creció el niño y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que destetaron a Isaac. Vio Sara al hijo que Agar la egipcia había dado a Abraham jugando con su hijo Isaac, dijo a Abraham: *Despide a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con Isaac. + Sintiólo muy mucho Abraham, por tratarse de su hijo, pero Dios dijo a Abraham: * No lo sientas ni por el chico ni por tu criada. En todo lo que te dice Sara, hazle caso; pues aunque por Isaac llevará tu nombre una descendencia, también del hijo de la criada haré una gran nación, por ser descendiente tuyo.+ Levantóse, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua, y se lo dio a Agar, le puso al hombro el niño y la despidió. Ella se fue y anduvo por el desierto de Berseba@ (Gn 21,1-14).
Toda esta historia que evocamos gira en torno del cumplimiento de una promesa: el Heredero y la Bendición del heredero. El mandato del Señor El mandato del Señor es una prueba o Atentación@, en el lenguaje de la Escritura. La tentación acontece en el cuadro de una escena perfecta. ADespués de estas cosas sucedió que Dios tentó a Abraham y le dijo: * (Abraham, Abraham! + El respondió: * Heme aquí. + Díjole: * Toma a tu hijo; a tu único; al que amas: a Isaac, vete al país de Moria y ofrécele allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga. + Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a dos mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia el lugar que le había dicho Dios@ (Gn 22,1-4). Lo que Dios pide es el todo. )Qué es el todo? El todo es aquello que, si lo entregamos, nos quedamos sin nada. Es Alo único@. / Es Alo más precioso@. / Es Alo que tiene nombre@. Este TODO que Dios pide a Abraham es más que la vida de Abraham; es la vida de su hijo. Lo que Dios pide El paradigma de Abraham es para nosotros el reguero de la luz de la fe. 80
- Dios había pedido a Abraham salir de la tierra y dejar la parentela. - Le había pedido ir por una tierra desconocida, que se la iba mostrando por etapas. - Le pedía mirar con fe a un futuro. - Le había pedido su pasado; le iba pidiendo su presente; y ahora le pide su futuro. - En suma, Dios le pide todo. Todo esto puede tomarlo el cristiano S como un paradigma de su entrega, S y, sobre todo, como un paradigma del Dios escondido, que es el Dios desconocido, el Dios de las maravillas del amor. El don y el sacrificio de Abraham En este momento Abraham da el todo. Le da su futuro entero. - Le da al hijo, - que es más que darse a sí mismo. - Pero además hay otra cosa. Lo da Aen fe@, sabiendo que Dios proveerá. ATomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos. Dijo Isaac a su padre Abraham: * (Padre! + Respondió: * )qué hay, hijo? + *Aquí está el fuego y la leña, pero )dónde está el cordero para el holocausto? + Dijo Abraham: * Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.+ Y siguieron andando los dos juntos@ (Gn 22,6-8).
Abraham da gloria a Dios cuando le da el don de su confianza sin condiciones: Abraham entrega a Dios la oblación de su confianza. Es lo último que el hombre puede dar a Dios. Y siguieron andando los dos juntos. El don, la entrega irreversible, no paraliza; no nos detiene en la marcha. La obediencia-amor Sólo la obediencia es el receptáculo del don divino. Si Dios opera Anecesita@ nuestra obediencia, que se ilumina desde Dios. Obediencia, temor de Dios, confianza sin condiciones..., son sinónimos de la misma realidad: la respuesta del amor elevada a la altura que Dios quiere elevarla, a la altura de su amor.
II EL SACRIFICIO DE ISAAC ALlegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo@ (vv. 910).
La obediencia armónica de Isaac Isaac entra en la misma órbita de obediencia-amor que su padre. En esta escena: 81
- Hay un altar o ara santa. - Una leña, para que el sacrificio sea Aholocausto@. - Un cuchillo para matar a la víctima. - Y una ligadura de la víctima: la Aaquedá@ (en hebreo). Isaac lo ha aceptado todo. Padre e hijo están en el mismo misterio de obediencia-amor que transciende toda razón y se deja guiar únicamente por el mandato divino. La palabra de Dios es creadora. El comentario de Pablo nos ilumina: Acomo dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones: padre nuestro delante de Aquel a quien creyó, de Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean. El cual, esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones según le había sido dicho: Así será tu posteridad@ (Rm 4,17-18). La fe de Abraham transciende todo planteamiento humano. La fe de Abraham que incluye el amor y al esperanza rompe todas las evidencias y pone en Dios su seguridad.
III EL CORAZÓN DEL DIOS DE LA PROMESA Dios no se perdonó a sí mismo Al decir la Escritura que Dios sí perdonó a Abraham, pero no perdonó a su Hijo, nos está descubriendo el misterio de su propio corazón. Dios tiene corazón, y dejó a un lado su corazón (!) no perdonando a su Hijo, haciéndolo pecado por nosotros (2Co 5,21), para que nosotros viniéramos a ser justicia de Dios en él. Con esta consideración subimos al misterio del amor divino, que es amor compasivo, a costa de sí mismo. Dios estaba en la pasión de su Hijo, no era extraño a ella; no era ajeno al dolor de su Hijo. El dolor de su Hijo, que padeció por nosotros, era el dolor del Padre. Si podemos hablar de la alegría de Dios, como lo hace Jesús (Lc 15), )no podremos hablar del dolor de Dios en el dolor de su Hijo? La escena culmina en la bendición La bendición, que abraza a todas las naciones, es la bendición que nos trae Jesús en su misterio pascual. Y es justamente lo que celebramos en la Noche santa de Pascua.(13 de abril de 2005)
Núm. 20 Serie: Las lecturas de la Vigilia Pascual Tercera
El paso del Mar Rojo 82
NOTA PREVIA. Las páginas que siguen están escritas en el Seminario de Logroño (La Rioja, España), firmadas el 25 de mayo de 1995. Son una parte del estudio realizado por fr. Rufino María Grández, Interpretación mistagógica del paso del Mar Rojo en la Noche Pascual. El estudio fue presentado en un Adía académico@ como un seminario interdisciplinar de los profesores ante los alumnos, y en su original tiene 27 notas de tipo crítico, que aquí se suprimen. Lo transcribimos especialmente por la parte final: La lectura litúrgica en la noche pascual
I. El paso del Mar Rojo en la exégesis espiritual y mística del Nuevo Testamento 1. Bautizados en el Mar El paso del Mar Rojo es una travesía, admirable itinerario en el que se despliega el poder de Dios que vence y salva. Para nosotros en el misterio litúrgico no es una travesía a pie enjuto, con el calzado sobre la tierra seca y maciza, teniendo a un lado y otro la muralla de las aguas. No es tampoco una travesía braceando a nado por el mar. Es, más bien, una travesía cruzando las aguas mientras nosotros estábamos sumergidos en ellas. Una travesía bautismal. a) Pablo comenzó esta exégesis mística, que la ha prolongado la liturgia. El ha acumulado varios símbolos para evocar aquel paso y presentarlo ante la comunidad de Corinto. Recordemos aquellas frases iniciales del capítulo 10 de la primera a los Corintios, cuando comienza a tejer su alegoría. Dice: No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar, y todos fueron bautizados en Moisés, por la nube y el mar (1Co 10,1-2). El tenor de las frases puede sugerir que Pablo, aun siendo Pablo exegeta, no está haciendo al presente una elucubración de propia cosecha, sino que, como en otras ocasiones, se remite a algo anterior a él. Una catequesis bautismal con el recuerdo del Mar Rojo será probablemente prepaulina y responde a intuiciones originarias de la vida cristiana. No es, por otra parte, una catequesis solitaria de un elemento individualizado del Éxodo, sino una nota armónica de un conjunto múltiple que resuena en el Nuevo Testamento, tales como el alimento y la bebida, o la serpiente alzada. Esta confrontación de situaciones -lo que ocurrió antes a los israelitas y lo que sucede hoy a los cristianos- Pablo la llama "típica". "Todo esto -dice- les acaeció a ellas típicamente, typikós" (v. 13). Y del acontecimiento pasaron a la Escritura donde han quedado sedimentadas para nuestra utilidad. "Fueron escritas para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos" (v. 13). La verdad es, hablando con rigor, que esa correspondencia típica no se refiere en exclusiva al episodio de la nube y el mar, sino a otros dos sucesos de magna categoría, la comida espiritual y la bebida espiritual, y a todos en conjunto los califica de acontecimientos típicos. "Todos fueron bautizados en Moisés bajo la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo" (vv. 24). b) Seguramente que estamos en el mismo filón de pensamiento cuando la primera de Pedro años después ve típicamente representado el bautismo en las aguas del diluvio, aguas de salvación. Dice el autor sagrado que Cristo fue "muerto en la carne y vivificado en el espíritu" (1Pe 3,19). Ahora nosotros podemos arrancar de este Cristo en el espíritu, de ese protagonista que es Cristo Resucitado. Escuchemos, asistamos a esta acción de Cristo: "En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, en otros tiempos incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvados a través del agua; a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo,
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que, habiendo ido al cielo, está a la derecha de Dios, y le están sometidos los Angeles, las Dominaciones y las Potestades" (1Pe 3,19-22). c) En los Evangelios se habla por dos veces de un bautismo de Jesús. Recordemos aquel dicho impetuoso del fuego y del agua: fuego en la tierra y un diluvio en el que uno va a quedar anegado. Con un bautismo tengo que ser bautizado y (qué angustiado estoy hasta que se cumpla! (Lc 12,50). Israel pasó por las aguas y el fuego, lo sabemos. La prueba del destierro fue crisol y diluvio, anticipo de la prueba escatológica. Pero he aquí lo que dice "tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel: No temas, que yo te he rescatado, / te he llamado por tu nombre, tú eres mío. / Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, / si por los ríos, no te anegarán. / Si andas por el fuego, no te quemarás, / ni la llama prenderá en ti. / Porque yo soy Yahweh, tu Dios, / el santo de Israel, tu Salvador" (Is 43,1-3). Jesús viene a incendiar la tierra con el fuego de Dios; y él mismo tiene que pasar por el diluvio que le va a anegar. En el bautismo Jesús había ya pasado por las aguas, y, al emerger de las aguas se abrieron los cielos, y el Espíritu se posó como una paloma, y se oyó la voz del Padre (Lc 3,21-22; Mt 3,13-17; Mc 1,9-11). Fue en el Jordán (Mt-Mc), lugar donde según la tradición se repitió la gesta del mar Rojo. En esta evocación de Jesús )hay una conciencia de su bautismo y de su muerte con alusión al Mar Rojo? Sorprende de pronto el lanzar este interrogante; de cualquier forma la sentencia de Jesús tiene una honda carga escatológica. Hoy tratamos nosotros, lectores vivos, de recuperar los acontecimientos que de alguna manera nos implican. Y acabo de emplear un lenguaje tímido e impreciso al hablar de "recuperar". Se recupera un pasado, pero se vive un presente y el acontecimiento que a nosotros nos importa es un soberano presente de la acción de Dios, un evento grande, evento salvífico, que estamos celebrando y comunitariamente compartiendo; por lo tanto, concelebrando.
II. Las antiguas lecturas judías y cristianas del paso del Mar Rojo Mekilta de Rabbí Ismael (Yismael) 1. La Mekilta de Rabbí Ismael, recién publicada en castellano (Estella, Verbo Divino 1995), es para nosotros un monumento singular para saber cómo sentía el antiguo rabinismo al penetrar los textos de la fe. El método rabínico de interpretación de la Escritura es un método que podemos llamar "endógeno". Se trata de sacar de los textos lo que llevan dentro. Y esto se hace mediante reglas antiquísimas, formuladas por venerables rabinos de la época tanaítica: las siete reglas de Hillel (maestro del tiempo de Herodes), las 13 reglas del Rabbí Yismael, maestro del siglo I de nuestra era, a quien se atribuye la autoría de nuestra Mekilta. Los sentidos ocultos de la Escritura se obtienen mediante la aproximación de textos, que establecen de modo súbito unos campos nuevos de comprensión, que nos llevan siempre hacia adentro. Es un ejercicio de pronto extraño y para nuestra lógica arbitrario; pero metidos con cierta amabilidad o empatía dentro del sistema es un forma de ejercer la admiración ante la Palabra de Dios siempre inagotable. Mediante esta operación se deleita el autor rabínico en lo que le sugiere el Cántico de Moisés. "Entonces cantó Moisés. A veces la palabra entonces se refiere al pasado y a veces se refiere al futuro... [Aduce el autor textos para uno y otro sentido]. ...Rabbí dice: No está escrito aquí Entonces 84
cantó Moisés, sino 'entonces cantará (yasir) Moisés', de donde deducimos de la Torá la resurrección de los muertos". En este tipo de interpretación libre en alas del Espíritu es muy hermoso ver lo que se dice a propósito del coro que canta esta canción. La cantó Moisés con todo Israel, pero la cantaron hasta los niños de pecho, hasta los ángeles del servicio que rodean el trono de Dios, si bien "el Santo, bendito sea, dijo: Que canten primeros Moisés y el pueblo de Israel y después vosotros". Y "R. Meir dice: Incluso los fetos en el seno de sus madres abrieron su boca y dijeron: Cantemos delante del omnipotente, porque se dice: En las asambleas bendecid a Dios, a Yahweh los que venís de la fuente (Sal 68,27)". Con este procedimiento se van repasando los versículos del himno glorificando al Dios inefable de Israel. A veces encontramos algún dato de un terrible realismo y crítica, que queda inserto en medio de la composición elevada. Por ejemplo: "Cantaré a Yahweh porque exaltar se ha exaltado. Cuando un rey de carne y sangre entra en una provincia, todos lo alaban en su presencia diciendo que es fuerte no siendo más que débil; que es rico, cuando es pobre; que es sabio, cuando es tonto; que es misericordioso, cuando es cruel; que es juez, que es fiel, y no posee ninguna de estas cualidades, sino que todos los halagan. Pero Quien con su palabra creó el mundo no es así, sino: Cantaré a Yahweh porque es fuerte, etc.".
El Séder de Pascua de los Judíos 2. La celebración actual de la Pascua, con gran fidelidad ritual a los siglos precedentes de la tradición, es en este caso otro punto de referencia para ver cuál es la interpretación del Éxodo en la gran tradición de Israel. Nuestros hermanos hebreos celebran la Pascua, Pésah, en la noche del plenilunio de primavera, que puede coincidir en cualquier día de la semana. Nosotros, cristianos, la celebramos el primer domingo que sigue al plenilunio, el primer día de la semana, el día del Señor. Los judíos tienen su Ritual de Pascua, Séder, que observan escrupulosamente, siguiendo el venerable uso de la tradición. Es una celebración familiar. Desde la destrucción del según Templo, año 70 de la era cristiana, ya no comen el cordero, por no existir Templo para sacrificarlo. El rito se compone de las siguientes partes y elementos: 1. Santificación del nombre: Kaddes. / 2. Lavado de los manos: Urhas. / 3. Verduras: Karpas. / 4. Fracción de la "massah": Yahas. / 5. Relato del Éxodo: Maggid. / 6. Lavado de las manos antes de comer: Rahas. / 7. Bendición del pan: Mosi. / 8. Bendición de la "massah". / 9. Hierbas amargas: Maror. / 10. Emparedados: Koreh. / 11. Banquete: Sulhan oreh. / 12. Se come la "massah" escondida: Safun. / 13. Bendición después de comer: Bareh. / 14. Recitación de los salmos 115-118: Hallel. / 15. Conclusión del Seder: Nirsah.
Este oficio familiar judío es un rito sacro, totalmente penetrado de fe, cuyo elemento principal es la incesante alabanza al Señor. El piadoso judío respira en alabanza y acción de gracias. Rebosando, pues, en alabanza, se celebra la historia de la salvación, se celebra hoy, evocando un pasado y mirando al advenimiento del Mesías. Para poder celebrar la Pascua es esencial situarse en la perspectiva salvífica que recuerda el rito, apoyado en la autoridad del Rabí Gamaliel, en el tiempo un poco posterior a Jesús. "Generación tras generación, el hombre debe reconocerse a sí mismo como si él hubiera salido de Egipto, pues está escrito: En aquel día se lo contarás a tu hijo diciendo: Es por lo que Adonay hizo por mí cuando salí de Egipto (Ex 13,8). El Santo - bendito sea - no sólo liberó a nuestros antepasados, sino, junto con ellos, también a nosotros, pues escrito está: Y nos sacó de allí a fin de conducirnos para darnos la tierra que prometió con juramento a nuestros padres (Dt 6,23)". Con todo, observemos que en el rito pascual judío no se lee el texto de Ex 14. La dimensión rememorativa, que se actualiza en un presente, se abre hacia el futuro. Se pide la reconstrucción de Jerusalén, la vuelta de Elías, el ser digno de participar en los días del Mesías. 85
"(Oh!, reconstruye rápidamente Jerusalén, la Ciudad santa, oh Eterno, tú que en tu misericordia edificaste un día Jerusalén. Amén". "Que el Misericordioso nos envíe a Elías, el profeta de bendita memoria, y nos traiga las buenas noticias de la salvación y del consuelo". "Que el Misericordioso nos haga dignos de participar en los días del Mesías y en la vida eterna en el mundo futuro". Los Padres en la antigua tradición eclesiástica a) El libro del Éxodo es el libro del Antiguo Testamento que más ha influido para modelar el esquema de la espiritualidad cristiana y que mayor influjo ha tenido en la configuración de la liturgia. En el siglo II decía San Ireneo que la tipología del Éxodo aplicada a Cristo y a su Iglesia es una tradición recibida de los presbíteros y que, por tanto, no puede ser descuidada. Aparte de Clemente de Roma, la Epístola de Bernabé, Ireneo, en el siglo II texto importantísimo de esta tipología es la homilía de Pascua de Melitón de Sardes. En el siglo III en Occidente tenemos a Tertuliano, sobre todo en su Tratado sobre el Bautismo, texto muy importante para la espiritualidad del bautismo y la iniciación cristiana. Mencionamos a Hipólito de Roma (Comentario sobre las bendiciones de Moisés, Tradición apostólica...), Cipriano... Un recorrido detallado de autores por épocas y zonas: escritores de lengua griega, latina y siríaca. b) En este tema el autor principal es Orígenes por la categoría de su persona y exégesis y en el caso por sus homilías sobre el Éxodo y Números. Estos años se han difundido en especial las Homilías sobre el Éxodo. La homilía V comenta el paso del Mar Rojo, y la homilía VI está íntegramente dedicada al Cántico de Moisés. Orígenes recuerda la interpretación de Pablo y dice: "Ya veis cuánto se distingue la lectura histórica de la interpretación de Pablo: lo que los judíos piensan que es el paso del mar, Pablo lo llama bautismo; lo que ellos consideran nube, Pablo lo presenta como el Espíritu Santo; y de este mismo modo que éste quiere que sea entendido lo que el Señor manda en los Evangelios diciendo: El que no renazca de agua y de Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de los cielos (Jn 3,5)". c) Al hablar del Éxodo se piensa igualmente en San Gregorio de Nisa (ca 330-395) por su obra Vida de Moisés. obra considerada como manual clásico de espiritualidad que nos ha legado la tradición cristiana. En la segunda parte de la obra, en la que el santo doctor nos da el sentido místico de los pasos que ha narrado en la primera como sentido histórico, dedica los números 122-129 a la significación espiritual de este portento. El ejército egipcio -carros, caballos y jinetes, arqueros, honderos...- es el ejército de las pasiones que llevamos dentro. Un insulto, por ejemplo, es una pedrada lanzada con la honda (122). Los carros son conducidos, según la versión de los LXX, por tristatas, palabra griega que le autoriza a San Gregorio a hablar de "tres capitanes" para cada carro; son las tres partes del alma: la racional, la concupiscible y la irascible (123). Todo ha de ser sepultado en el agua, que para unos es principio de vida y para otros de muerte (124). Todo ha de quedar enterrado en el agua; el cristiano que pasa por el agua misteriosa del bautismo ha de dejar sepultadas todas las fuerzas del mal: avaricia, impureza, codicia, vanagloria, violencia; todo ha de morir en el agua, los movimientos perversos del espíritu como los actos que de ahí se siguen (126). Con el bautismo cristiano comienza una vida nueva y distinta, por eso debe quedar anegado en el agua todo lo que tenga razón y sentido de pecado (127). Antes de ser cristiano uno, como lujurioso o avaro, podía ser un esclavo, pero habiendo atravesado las aguas todo aquello debe quedar sepultado (127-129).
En conclusión Los Padres de la Iglesia tienen clara conciencia de que el Éxodo es un libro espiritual básico para nuestra fe. Ahora bien, su interpretación, salvando este valor fundamental, es un interpretación múltiple, variada y dirigida. El género homiliético es, por excelencia, un género mistagógico; pero una homilía puede estar muy marcada por la ocasión del tiempo y por el auditorio que tengo delante. Estas circunstancias "condicionan" el sistema interpretativo. Por ello no podemos ver en estos escritos una exposición orgánica desde el punto de vista que nos interesa. 86
IV. La lectura litúrgica en la noche pascual La interpretación que en este momento nos interesa es una interpretación con determinadas características: - Es una interpretación encuadrada en la celebración cristiana más importante del año. - Es una interpretación en la que nos interesa no tanto el elemento moralizador y personal cuanto el elemento objetivo: Cristo y la Iglesia. - Es una interpretación referida al misterio pascual de Cristo. 1. Lex orandi, lex credendi Oigamos cómo ora la Iglesia en la noche pascual precisamente en el momento en que se acaba de proclamar el paso del Mar Rojo, coronado por el Cántico de Moisés. Esa forma de orar nos dará la clave del sentido íntimo de su fe, nos abrirá los ojos para entender qué realidades celebramos los cristianos y con qué dimensiones. El sacerdote presidente de la celebración puede escoger una de estas dos oraciones colecta: - También ahora, Señor, vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo manifestaste tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución del Faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones, haciéndolas renacer por las aguas del bautismo. Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor. - Oh Dios, que has iluminado los prodigios de los tiempos antiguos con la luz del Nuevo Testamento: el mar Rojo fue imagen de la fuente bautismal, y el pueblo liberado de la esclavitud imagen de la familia cristiana; concede que todos los pueblos, elevados por su fe a la dignidad de pueblo elegido, se regeneren por la participación de tu Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor.
En el Pregón Pascual se había cantado: - "Esta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo. Esta es la noche en que la columna de fuego esclareció las tinieblas del pecado".
2. Dios el protagonista El protagonista de la salida de Egipto y del paso del Mar Rojo fue el Señor. En aquella gesta gloriosa no podemos confundir nuestra atención retenidos en los detalles del portento. Ni el Faraón con todo su ejército, ni el pueblo cruzando el mar, ni Moisés ni la nube, son los protagonistas. Es el Señor, a él solo la gloria. La más antigua tradición judía lo ha comprendido así. "Cantaré a Yahweh porque se ha exaltado. A Yahweh le está bien la grandeza, a Yahweh le corresponde el poder, a Yahweh le está bien la gloria y la victoria y la majestad; y así David dice: Tuya es, oh Yahweh, la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad". Dios de gloria y santidad 1. Oigámoselo a él mismo: "Me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros" (vv. 17-18). El Mar Rojo es un acto divino: revelación de la gloria de Dios y de la santidad de Dios. La gloria de Dios es la irradiación que 87
despide su ser divino, y en el núcleo original está su santidad, que es el punto final de su transcendencia, aquello por lo que él es lo que es, su identidad absoluta, siempre misterio, siempre indescifrable para el hombre. "Sabrán que yo soy el Señor" es una manera de poner a la criatura ante su Dios santo. Los egipcios quedaron en el ámbito de la revelación numinosa de la santidad de Dios. Y esta revelación alcanzó de modo distinto al pueblo elegido. Israel vio la mano grande del Señor... y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor... (v. 31). Israel acogió la revelación que Dios le brindaba: temió y creyó. El temor es la vibración reverencial que sacude el corazón cuando alguien ha contemplado la grandeza del Señor. El temor es la actitud de aquel que ha aprendido a medir distancias. Pero no es el temor servil ni el temor del que queda oprimido, porque Israel, al temer al Señor, se entrega a él: creyó en el Señor. El Dios terrible y fascinante es el que resplandecía en aquel episodio supremo. 2. Los cristianos sabemos que no hay gesta divina superior a la resurrección de Jesús. Dios se reveló a sí mismo; reveló su gloria y su santidad; reveló la filiación divina de su Hijo; reveló el Espíritu Santo. Fue entonces, al decir de San Pablo, cuando el Hijo de David "fue constituido Hijo de Dios, con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos" (Rm 1,4). Dios se cubrió de gloria: Que se levante Dios y se dispersen sus enemigos. Nosotros reconocemos que la manifestación más sustancial del secreto de Dios fue la resurrección de su Hijo amado, y nos quedamos atónitos y fascinados, temerosos y transidos de fe. Es esto lo que celebramos en la noche santa. Por eso glorificamos a Dios por él mismo, por su inmensa gloria. Dios de los padres, fiel y misericordioso 1. El paso del Mar Rojo no es un episodio aislado e inconexo, sino que está entrelazado en toda una historia de maravillas. Cuando Israel clamó desde el fondo de su humillación, "oyó Dios sus gemidos y se acordó Dios de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel y conoció..." (2,24-25). El Dios de los Padres es el Dios que actúa en este momento. Es el Dios de la alianza, el Dios fiel y misericordioso. El paso del Mar Rojo es la firma soberana de la fidelidad de Dios y de la misericordia de Dios con su pueblo. Nos sacó, porque nos amaba, dirá el salmo. 2. En la noche santa celebra la comunidad cristiana el triunfo de la fidelidad y del amor de Dios. Porque amaba a su Hijo no lo dejó perdido en la muerte, lo sacó del abismo. Dios fue fiel a su Hijo y lo salvó... 3. El pueblo salvado 1. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar (14,30). Cuando nosotros hablamos de salvación hablamos en concreto y en este contexto de la historia paradigmática de Israel de dos cosas: - De la exención de la esclavitud. El pueblo que gemía bajo el látigo de los capataces, sujeto a duros trabajos, queda exento de tales trabajos. "Yo liberé sus hombros de la carga, sus manos la espuerta abandonaron", dice el salmo 81,7. - Hablamos, sobre todo, de acceso a la libertad. El pueblo de Israel es constituido como un pueblo libre. Adquiere un compromiso de libertad, pero el precio de la libertad es la oblación total, la plena confianza en las manos de Dios. Cosa que Israel no supo sostener. Pronto se olvidaron, como lo dice 88
reiteradamente aquel salmo 78 que repasa las lecciones de la historia de Israel: "Tenían olvidados sus portentos, la maravillas que él les hizo ver" (v. 11). La exégesis reciente ha sabido ver, ahondando con sabiduría en los textos, en qué punto original nace el Antiguo Testamento, como historia y como libro. Hay en el Antiguo Testamento una fórmula 124 veces en dos redacciones distintas: "Yahweh hizo subir a Israel de Egipto" (41 veces), "Yahweh hizo salir a Israel de Egipto" (83 veces). Esta fue la experiencia nuclear y radial. En aquella ocasión nació Israel como pueblo, conglutinando viejas y dispersas tradiciones. Los salidos de Egipto (expulsados, fugitivos, prófugos...) se sintieron pueblo, empezaron a tener identidad. Experimentaron la mano de Dios y la afirmación de la intervención divina fue para ellos, como anota la exégesis, una revelación, una proclamación kerigmática y una confesión colectiva de fe. 2. Al exponer así los sucesos antiguos, sin ninguna dificultad estamos pensando en el acontecimiento pascual de Jesús. Nosotros nacimos como Iglesia, como comunidad del Resucitado, en la Pascua, el día en que, mediante la fe, tuvimos acceso al misterio del resucitado. Aquel fue el día de nuestra salvación, de nuestra liberación, de nuestra creación. Este es el día que hoy celebra la Iglesia, en un hoy, que no es un hoy comparativo con los prodigios antiguos, sino un "hoy" que ha quedado eternizado en el paso de Cristo al Padre. Esta es la noche en que la columna de fuego ha borrado nuestro pecado. Y la columna de fuego es Cristo glorioso, simbolizado eficazmente en el Cirio ardiente. Hoy cruzamos nosotros el Mar Rojo. El sepulcro abierto nos dice que el mar está seco, que el enemigo queda atrás, que hemos entrado en la libertad eterna.
4. A través del agua bautismal Delante de la comunidad cristiana hay un recipiente preparado con agua, puede ser la misma pila o fuente bautismal. El agua allí contenida es para nosotros el agua del Mar Rojo. Va a ser el agua sacramental con su fuerza escondida. En el momento de la bendición solemne vamos a comprender el misterio de esta agua. "Oh Dios, que realizas en tus sacramentos obras admirables, con tu poder invisible, y de diversos modos te has servido de tu criatura el agua para significar la gracia del bautismo..." Recordaremos que el Espíritu se cernía sobre las aguas primordiales para dar origen al mundo habitado, que las aguas del diluvio pusieron fin al pecado y dieron nacimiento a una nueva humanidad; y al llegar a las aguas del Mar Rojo, ante el agua que va a ser bendecida, oraremos a Dios diciendo: "Oh Dios, que hiciste pasar a pie enjuto por el Mar Rojo a los hijos de Abrahán, para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de la familia de los bautizados..." La realidad mística de aquellas aguas se cumple precisamente en esta noche bautismal. Aquello fue presagio y sombra; esto cumplimiento y realidad. El Espíritu con su fuerza omnipotente opera para que el signo sacramental sea eficaz hasta la entraña. Lo mismo que el Espíritu resucitó a Jesús y le hizo pasar de una existencia corruptible a la vida inmortal, el Espíritu hará de un hijo de Adán un hijo de Dios. Y esto será a través del agua. Nosotros escuchamos el viejo relato del tránsito del Mar Rojo, lectura que en ningún caso se puede suprimir, y ahí estamos leyendo el relato de nuestro bautismo. Se bautizarán acaso nuevas criaturas o catecúmenos en esta noche; en todo caso nosotros nos sumergiremos en nuestro bautismo, al introducirnos en el misterio de Cristo Resucitado, y renovaremos nuestras promesas bautismales, unidos espiritualmente a todo el pueblo de Dios que en toda la faz del mundo está viviendo esta noche como noche bautismal.
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5. Cantemos al Señor Toda la asamblea exulta, como un día cantó Israel. El paso del Mar Rojo se termina en la alabanza y la alabanza nos introduce en el cielo. Cuando Israel cantó en el Éxodo la gesta de Dios salvador, el autor sagrado, en definitiva el autor que con voz del pueblo compuso para la liturgia, para la renovación de la alianza, cantó en uno solo cántico, no únicamente el paso portentoso del mar, sino la llegada al Sinaí, la entrada en la tierra santa y la construcción del Templo en el monte Sión. Una historia de varios siglos quedó compendiada en un canto, que se dice que cantó Moisés con el pueblo al pasar el mar. Cuando en el salmo responsorial debemos compendiar las estrofas, no dejamos de evocar el cenit de esta historia. Cantamos: Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás. Cantamos, pues, el reino de Dios. El Señor reina por siempre jamás. Dios reina en la resurrección de su Hijo Jesús.
Núm. 21 Serie: Las lecturas de la Vigilia Pascual Cuarta
El que te creó te tomará por esposa (Cuarta lectura de la Vigilia pascual Isaías 54,5-14) Texto (Versión de la Biblia de Jerusalén) 5 Porque tu esposo es tu Hacedor, (el que te creó te tomará por esposa) Yahveh Sebaot es su nombre; y el que te rescata, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama. 6 Porque como a mujer abandonada y de contristado espíritu, te llamó Yahveh; y la mujer de la juventud )es repudiada? - dice tu Dios. 7 Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recogeré. 8 En un arranque de furor te oculté mi rostro por un instante, 90
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pero con amor eterno te he compadecido dice Yahveh tu Redentor. Será para mí como en tiempos de Noé: como juré que no pasarían las aguas de Noé más sobre la tierra, así he jurado que no me irritaré mas contra ti ni te amenazaré. Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá - dice Yahveh, que tiene compasión de ti. Pobrecilla, azotada por los vientos, no consolada, mira que yo asiento en carbunclos tus piedras y voy a cimentarte con zafiros. Haré de rubí tus baluartes, tus puertas de piedras de cuarzo y todo tu término de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos de Yahveh, y será grande la dicha de tus hijos. En justicia serás consolidada. Manténte lejos de la opresión, pues ya no temerás, y del terror, pues no se acercará a ti.
I LA PASCUA, ALIANZA ESPONSAL La Esposa y el Esposo Los oráculos que un día fueron voz de un Profeta de consolación para el pueblo que volvía del destierro ahora son voz profecía para una Pascua nupcial. La Pascua tiene un carácter nupcial - expresión cumbre del amor - como el misterio del Triduo pascual lo había expuesto la Iglesia como misterio nupcial. AEste período de tiempo se denomina justamente el "Triduo del crucificado, sepultado y resucitado"; se llama también "Triduo pascual" porque en su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del misterio, por medio de los signos litúrgicos y sacramentales la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su Esposo@ (Carta sobre las preparación y celebración de las fiestas pascuales 1988, n. 38). Así considera, en especial la muerte de Cristo en la Cruz: Ala Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvación de todo el mundo@ (n. 58). El Esposo nos puede evocar la intimidad, el coloquio, el corazón a corazón. Y puede evocarnos también la hermosura, la gallardía y la fuerza. Esta visión de gloria y de fuerza resplandece aquí; porque el Esposo es: - tu Creador, 91
- Yahveh Sebaot es su nombre, - el Santo de Israel, - el Dios de toda la tierra. Esta Esposa va a encontrar en él seguridad y fuerza. La Esposa llamada Había sido rota la alianza esponsal; la esposa, con justicia, había sido abandonada. Pero aquel abandono era por fuerza; de corazón no había sido abandonada. La doliente era la esposa. )Adónde iría la esposa sin la protección de su marido...? La espora abandonada era la esposa abatida. El horizonte de la vida se esfuma ante ella. El desierto había sido una experiencia de muerte, de la que solo Dios podía sacar. La esposa llamada. La esposa repudiada no vuelve a ser esposa, porque ha sido luego esposa profanada. El Dios fuerte, Rescatador, crea una relación nueva, más fuerte que la anterior, porque es relación definitiva, ahora no sólo de parte de Dios, sino también de parte de la esposa. El abandono transitorio. Dios abandona, pero este abandono es momentáneo, porque su naturaleza no le permite actuar de otra manera. Dios no deja en el abandono. El amor vencedor del Esposo: el amor eterno La esposa de la juventud. El amor encendido en el primer momento es una experiencia singular, que no es suplantada por otro amor posterior. Es la ráfaga intuitiva del amor que queda dentro para siempre. El sediento corazón humano parece que está hecho así: que lo que fue la primera vocación de amor, pese a los avatares de la vida, permanezca para siempre. En todo caso, el amor de Dios, sí es así. Es un amor que transciende, incluso, la respuesta de fidelidad, amor de por sí Ausque in infinitum@. La calidad del amor eterno. Para nuestra mentalidad filosófica Aeterno@ es aquello que no tuvo principio y no tendrá fin. En el lenguaje de la Escritura Aeterno@ es lo que permanecen para siempre, por los siglos de los siglos. Y éste es un rasgo constitutivo del amor de Dios: si Dios declara su amor, ya no puede volverse atrás, porque su amor permanece para siempre. Es el núcleo de la teología de los profetas; es la palabra final de todos los libros proféticos del Antiguo Testamento: al final Dios se rinde al amor, es decir, se rinde ante sí mismo. La naturaleza de Dios es ser amante; y no serlo, y retirar el amor que manifestó un día, sería ir en contra de su propio ser: con amor eterno te he compadecido. La declaración se repite y envuelve toda la mujer que se ve restablecida como esposa y como esposa firme. Como en los días de Noé El pecado del mundo, que fue envuelto en las aguas del diluvio, al fin terminó en un perdón tal que ya nunca más volverá a suceder el castigo. El arco iris será la señal de que definitivamente el Dios amor-perdón es el único Dios que va a presidir la historia. 92
Con esta declaración se descubre más y más la naturaleza del Dios de la Alianza. Al perdonar, Dios crea un estado nuevo y lo de atrás queda olvidado. Es uno de los princi-pios-guía de la revelación: Dios establece una historia de salvación que siempre va a más y más. AMi alianza de paz quedará firme para siempre@ APorque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá@ (v. 10). Estas palabras las recoge Jesús cuando nos dice que el cielo y la tierra pasará, pero sus palabras no pasarán. Jesús es la fidelidad de Dios. El es la garantía absoluta del amor de Dios. La Pascua, nupcias de Dios El lenguaje bíblico nos invita a arriesgar todo por salvar el amor de Dios como oferta concreta y como realidad posible que se cumple en mí. La Pascua es el sacramento espiritual de las nupcias de Cristo con su Iglesia. En la Pascua, que anticipa el estado celeste, la Iglesia llega al pleno abrazo de amor de Cristo con su Esposo: S el pasado queda aniquilado y superado; S el presente queda confirmado como realidad superior y esto en virtud del Aamor eterno@ ( es decir, amor sin condiciones), S y el futuro queda garantizado. El cristiano puede aceptar estas palabras y abandonarse definitivamente a la experiencia del amor triunfador. La Magdalena junto al sepulcro, símbolo pleno de la Pascua La mujer que llora junto al sepulcro es la realización de estas promesas espirituales, proferidas en Isaías. María Magdalena, la fiel junto a la Cruz, es la primera favorecida. Es el encuentro del amor con el Amor. María cae en brazos del Amor, al alzarse a las plantas de Jesús, y oír lo que nadie pudo oír: que Jesús la ha preferido a los Apóstoles. Es más, aunque la exégesis parezca que no se atreve a meterse por estos terrenos: Jesús la ha preferido a ella, la amante, a su Padre, puesto que la ha visitado antes, incluso, de presentarse ante su Padre. Jesús viene a decirle: - Déjame ya, tengo prisa, todavía no he subido a mi Padre, pero antes de ir allí estaba esperando este abrazo tuyo. El amor es loco, y el amor de unos esposos del todo enamorados no tiene palabras, porque es más grande que el pensamiento, al cual se ajustan, por fuerza, la palabras. La Sagrada Escritura nos presenta un forcejeo de lenguaje. No puede ser menos, porque el amor Ano sabe@ o Asabe más@, al saber sobre todo saber. Y la esencia de la Escritura consiste en esto: en ser un balbuceo del amor de Dios que nace en lo infinito, y, pasando por la Encarnación y la Cruz, se pierde en lo infinito. Ahora bien lo infinito se vierte en lo concreto, porque la Pascua es el amor infinito del Padre y del Espíritu en el cuerpo concreto resucitado y por Cristo y desde Cristo, en mí.
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II LOS REGALOS DE AMOR A LA ESPOSA Continúa el texto con expresiones exaltadas. La Esposa-Ciudad de Jerusalén La esposa-Ciudad, el Pueblo santo, va a ser la Ciudad de Dios, que reaparecerá en el Apocalipsis, como palabra última de la Biblia. En esta Ciudad vemos: - Las zanjas y cimientos y piedras fundamentales. Y las piedras firmes son piedras finas, son perlas purísimas, pues esta Ciudad, en realidad, es una Esposa, y se habla de ella como se habla de una esposa. Piedras de perlas y de zafiro. - Las almenas de rubí destellante. - Las murallas de piedras preciosas, joyería de la Esposa. - Las puertas de esmerala, como si fuese el ornamento de las manos o del pecho de la Esposa. El versículo que gustaba a Jesús ATodos tus hijos serán discípulos del Señor@ (Is 54,13). Jesús dice en el discurso del pan de Vida: AEstá escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí@ (Jn 6,45). Dios maestro personal, directo, mío, porque este magisterio es el don de su intimidad; es, en el fondo, el amor del esposo a la esposa. Estamos en la misma altura del amor, aquí con el lenguaje de la escucha en el magisterio de dos que se aman y, al amarse, se comprenden. La plenitud de los bienes En la nueva situación pascual entramos en la prosperidad. A la escucha confidente del SeñorEsposo sigue al prosperidad plena: Ay será grande la dicha de tus hijos@. Todos los peligros quedan desterrados, y, por lo mismo, queda desterrado el miedo. La nueva situación que sigue a la Pascua es sencillamente: quedar constituido en justicia. En suma, la Pascua es el cielo de la Iglesia.
Núm. 22 Serie: Las lecturas de la Vigilia Pascual Quinta
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Venid y viviréis: Las promesas a David, la Alianza eterna (Quinta lectura de la Vigilia pascual) Texto (Versión de la Biblia de Jerusalén) 1 (Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche! 2 )Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia? Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo sustancioso. 3 Aplicad el oído y acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y fieles promesas hechas a David. 4 Mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y legislador de las naciones. 5 Mira que a un pueblo que no conocías has de convocar, y un pueblo que no te conocía, a ti correrá por amor de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, porque te ha honrado. 6 Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano. 7 Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahveh, que tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en perdonar. 8 Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos - oráculo de Yahveh -. 9 Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros. 10 Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, 11 así será mi palabra, la que salga de mi boca,
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que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié. I CLAVE PASCUAL DE ESTA LECTURA Pablo predica la resurrección de Jesús en Antioquía de Pisidia La clave pascual de esta lectura la hallamos en el discurso que Pablo pronuncia ante los judíos en la sinagoga de Antioquía de Pisidia: APero Dios le resucitó de entre los muertos. El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la corrupción, lo tiene declarado: Os daré las cosas santas de David, las verdaderas...@ (Hch 13,30-34). En correspondencia con esta orientación está la oración que, después del salmo (en este caso el Salmo contenido en Is 12), cierra la lectura: Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú, que anunciaste por la voz de tus profetas los misterios que estamos celebrando en esta noche, infunde en nuestros corazones la gracia de tu Espíritu, para que podamos vivir una vida digna de tu redención. Las promesas a David y la oración de David El oráculo del profeta Natán a David es el oráculo más importante del Antiguo Testamento. Es el oráculo que se contiene en 2 Samuel 7, y que va a resonar en el anuncio de la Encarnación (Lc 2,3233). A esta Promesa de alianza, que es una promesa de amor, David, que es rey y profeta, responde con una oración llena de ternura: A... Tú te has constituido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo para siempre, y tú, Yahveh, eres su Dios. Y ahora, Yahveh Dios, mantén firme eternamente la palabra que has dirigido a tu siervo y a su casa y haz según tu palabra. Sea tu nombre por siempre engrandecido; que se diga: Yahveh Sebaot es Dios de Israel; y que la casa de tu siervo David subsista en tu presencia, ya que tú, Yahveh Sebaot, Dios de Israel, has hecho esta revelación a tu siervo diciendo: "yo te edificaré una casa": por eso tu siervo ha encontrado valor para orar en tu presencia. Ahora, mi Señor Yahveh, tú eres Dios, tus palabras son verdad y has prometido a tu siervo esta dicha; dígnate, pues, bendecir la casa de tu siervo para que permanezca por siempre en tu presencia, pues tú mi Señor Yahveh, has hablado y con tu bendición la casa de tu siervo será eternamente bendita@ (2S 7,24-29).
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Es la única vez que se habla de David en el Deuteroisaías, que no mira precisamente a la restauración de un reino. Pero es que las promesas hechas a David van más allá de un reino. Se le promete la presencia permanente de Dios con su pueblo: - Se le promete un pacto eterno, - que es algo muy amoroso y fiel. Se puede, pues, hablar de las amorosas y fieles promesas hechas a David (que la Nova Vulgata traduce así: et feriam vobiscum pactum sempiternum, misericordias David fideles). Estas promesas las ha traducido de esta forma el discurso de Pablo en Antioquía: Os daré las cosas santas de David, las verdaderas... (que en la Nova Vulgata suenan: Dabo vobis sancta David fidelia). )Qué es, pues, lo que Dios ha prometido a David? La hermosura, la dulzura, la riqueza, la santidad ... de los tiempos mesiánicos. Y Pablo (o Lucas, por boca de Pablo) lo ve cumplido en la resurrección de Jesús. Ahí está la santidad de Dios; ahí se realiza lo más bello de nuestras esperanzas. Ahí tenemos nuestra delicia. La resurrección de Jesús es lo más bello que nos pudo anunciar David, profeta de la Resurrección en el decir de San Pedro, al interpretar el salmo 15: No dejarás a tu siervo conocer la corrupción (cf. Hch 2,30-31). Sigue la meditación sobre David, el que nos prometió (ya antes de Jeremías) la bella y eterna alianza Lanzados, pues, en estos mares sin ribera de la Escritura, podemos meditar en David en esta noche santa. David fue - testigo de Dios ante las naciones (porque proclamó una promesa), - príncipe soberano de las naciones, por ser rey glorioso del pueblo de Dios. Y el pueblo de Israel se gloría de este rey lleno de esplendor. Ahora: ATú reunirás a un pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el santo de Israel, que te ha honrado@. El pueblo que venía de la cautividad puede verse como el glorioso David, pero todo esto no es sino un desbordamiento del amor de Dios, de la ternura del Santo de Israel, que te ha honrado.
II INVITACIONES Y REFLEXIONES La liturgia no es estrecha y no procede por Atemas@; es libre. Y el hecho de haber mencionado a David como enganche de este pasaje profético con la realidad de la Vigilia pascual, no nos ata ni nos reduce a esta mera consideración. De hecho este pasaje múltiple de la Escritura tiene varios oráculos. Invitación al agua gratuita y al pan, al vino, a la leche; invitación a vivir Escuchamos una invitación gozosa, apremiante, desbordante.
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Invitación al agua. Es el don más apetecido del que vive en el desierto. La resurrección de Jesús nos va a dar a nosotros el agua de la vida. Nota: el salmo que sigue a esta lectura (Is 12) nos lleva a los manantiales de la salvación. Este versículo es pronunciado en medio de estrofas exultantes, que cantan las proezas de Dios realizadas con nosotros. Invitación al pan, al vino, a la leche, a manjares sustanciosos. La vida, en el gozo, es un festín. En el gozo se recrea el alma; se fortalece el cuerpo, que goza igual que el alma; todo el hombre en el festín entra en alegría y fuerza. Y esto, proclamado en la Noche santa, es la resurrección de Jesús. Cosa que tienen un sentido más fuerte cuando deducimos el fracaso de esfuerzos que pertenecen a la experiencia de nuestra vida. A)Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia?@ La frustración de nuestros esfuerzos nos invita a entregarnos sin condiciones: - a los bienes que se nos regalan gratis, - y que son el alimento sustancioso - y delicioso (la leche de los bautizados). Y todo ello lo tenemos en Cristo Resucitado. Buscar al Señor, que lo hemos hallado en la Resurrección ABuscar al Señor@ es una de las expresiones fuertes del Antiguo Testamento que marcan la orientación de la vida hacia Dios, y que nos dan el sentido de la existencia. Lo buscamos con sinceridad y verdad, como los grandes orantes, los grandes buscadores; pero (ya lo hemos encontrado!, porque (el Señor ha resucitado! Este Señor nuestro es el Señor de la piedad, Arico en perdón@: quoniam multus est ad ignoscendum, es Amucho@ Dios, es inmenso, para perdonar. Dios es el perdón puro; nos lo ha mostrado en la Cruz de su Hijo amado. Vivimos la resurrección de Jesús en misterio pascual, esto es, indisolublemente unida a la Cruz amorosa del Redentor. Cogitationes meae, cogitationes vestrae Mis pensamientos y vuestros pensamientos, nos dice el Señor, vuestros caminos y mis caminos (neque viae vestrae viae meae, dicit Dominus). )Qué sabemos nosotros de los caminos del Señor? Pero no es ésta una consideración abrumadora. Pronunciada ante Jesús Resucitado es una consideración para perderse en el consuelo de Dios, en el amor de Dios, porque, al fin, hemos descubierto que su caminos no han sido otros que los caminos del amor. La lluvia y la nieve, mensajeros fecundos De nuevo digamos que no estamos ante un enigma, ante un ingenioso acertijo. Por el contrario, nos encontramos ante una declaración que sólo puede inspirar confianza sin límites y abandono en sus manos. La Palabra de Dios es palabra que tiene estas dos condiciones: S Palabra eficaz, cuya eficacia es su fecundidad; S Palabra salvadora, redentora, no condenadora. 98
Dios declara: Así será la ¨Palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión. La Palabra ya ha cumplido su misión en la resurrección del Hijo. Esta es la palabra más hermosa, más eficaz que Dios ha pronunciado: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy. La resurrección de Jesús es la Palabra cumplida.
Núm. 23 Dios de Abraham Dios de Isaac, Dios de Jacob Lectio divina del Génesis
(Lectio divina antes de terminar, el sábado de esta semana, la lectura litúrgica del libro del Génesis) Noticia El Génesis contiene la Teología Fundamental de Israel: qué creemos y por qué creemos. Allí se encuentra: S La primera revelación de Dios. S La primera elección de Dios. S Las primeras promesas de Dios. S La primera configuración o plasmación de Dios. Todo ello será el fundamento de la fe de Israel, desarrollada en los libros posteriores del Pentateuco que describen la Historia paradigmática de Israel, que siempre se ha visto: S Como beneficiario de una historia de salvación, S que, abierta a todos los pueblos, nos revela el talante del verdadero Dios de la Alianza. Esta historia Jesús ha aceptado como historia suya, dentro de la cual él se ve y se autocomprende como proyecto de Dios. Esta historia, así entendida, es parte de nuestra fe; es revelación para nosotros. Su valor no puede reducirse a un valor histórico ya cumplido, sino que permanece viva para nosotros. Así, con esta perspectiva espiritual, desde Jesús, que ha aceptado a su Dios como Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob (Ex 3,6), es decir, Dios de promesa y alianza, hemos de introducirnos en la lectura espiritual y mistagógica del Génesis. San Pablo acudió a Abraham, no a Moisés, para ver allí el modelo puro de la actuación de Dios y de la obediencia del hombre, y para encontrar en él la promesa a JESÚS. La historia de Abraham es el núcleo puro de su teología, como nos la ha expuesto en la carta a los Gálata y en la carta a los Romanos. (Nota. Escribimos Abraham, aunque este nombre se le da a Abram a partir de Gn 17). 99
La liturgia de la Palabra en la celebración eucarística dedica cinco semanas a la lectura del Génesis, de este modo: - Esta lectura se hace en el Año I (años impares, como el presente). - Los capítulos de Génesis 1-11, o Historia de los orígenes) se proclaman en las semanas 5 y 6. - Los capítulos de Génesis 12-50, o Historia de Abraham, de Isaac y de Jacob, en las semanas 12, 13 y 14. - La Historia de José, escrita difusamente con el carácter literario de una Anovela@, es una historia detallada (cc. 37-50 del Génesis), con cierta autonomía propia, pero inserta en la Historia de Jacob. Es de menor importancia que las Historias precedentes. En estas primeras encontramos los grandes núcleos de la fe de Israel, sobre los cuales, el pueblo cristiano vuelve como referencia absoluta, y sobre esta triple Historia de Abraham, Isaac y Jacob, se centra nuestra lectura espiritual. Téngase presente que los relatos arcaicos tienen de por sí una fuerza simbólica innata, que es recibida por el lector con la capacidad de manipular el símbolo de acuerdo a la propia cultura. Con habilidad se puede hacer hablar al símbolo como yo quiero que hable, y ver reflejado en él lo que yo previamente he formulado en mi pensamiento. Dicho vulgarmente: a la Biblia se le puede hacer decir lo que yo quiero que diga... Cuando uno entra en contacto y diálogo con la palabra escrita, al leerla, la recrea (o la puede recrear) y hacerla nacer de nuevo, desde mis entrañas, como vehículo de mi ser. Se requiere, pues, una acendrada pureza interior, una apertura a los sentidos del Espíritu, para no condicionar la voz de Dios en mí. Una lectura sacramental es siempre una lectura Aen Espíritu y verdad@, lectura santificante bajo la soberanía de Dios, que, al hablar, no se contradice a sí mismo, y obra como quiere y en quien quiere. Dios nos libre del subjetivismo, y lo mismo del encerramiento de toda teología. Al fin, la teología, sin pretenderlo, puede encerrar la Palabra de Dios, y sujetarla como objeto de su dominio mental. Si así fuera, sería destruir la Palabra como don y acto creador. Una señal segura de que la Palabra es acontecimiento según el Espíritu es el observar cómo ella genera en mí lo que anuncia. Es la eficacia espiritual de la Palabra, elevada a la categoría de sacramento de una Presencia. El signo (la palabra escrita, leída, proclamada) esconde en sí el Misterio, y el Misterio se identifica como Presencia amorosa de Dios Padre, autor de toda realidad. El sacramento de la Palabra pasa a ser, de este modo, morada de la Trinidad; y la escucha en fe de la Palabra es entrada en el misterio de la Trinidad. Debemos también señalar que en este encuentro con la Palabra como acto sacramental, yo no puedo indicarte a ti lo que la Palabra ha de decirte a ti. Eso solo lo puede decir Dios. Yo únicamente puedo dar testimonio de lo que la Palabra proclamada en la divina liturgia ha obrado en mí. La Palabra tiene la fuerza germinal de la Encarnación. María responde al ángel: AHágase en mí según tu palabra@. Y el Verbo se encarnó en sus entrañas. Esto que ocurrió en María ocurre en el fiel que acoge la Palabra, y pide con humildad y oración: Hágase en mí según la Palabra.
Lectio divina del Génesis como operación distinta de la Teología del Génesis y de la Espiritualidad del Génesis
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El comentario al Génesis de Laurence Boadt, C.S.P. (Estados Unidos), en Comentario Bíblico Internacional: Comentario católico y ecuménico para el siglo XXI (Verbo Divino, Estella, 1999), termina su exposición con este párrafo de síntesis: La aplicación del Génesis a la espiritualidad contemporánea. AGénesis ofrece temas ricos para la reflexión sobre la oración y la espiritualidad contemporánea. Debido a que nuestra época se enfrenta a muchas decisiones importantes acerca de la tierra y su medio ambiente, así como a los motivos, elecciones y aspectos decisorios de la sociedad humana, Génesis parece particularmente popular en los tratados bíblicos de espiritualidad. Algunos temas clave que se podrían sugerir son: (Sobre los cc. 1-10) (1) El desarrollo de una espiritualidad de creación que inculque un profundo respeto a la naturaleza en todos los seres que la integran, y a la interrelación de éstos en el nivel más hondo de la existencia. A este ámbito pertenecerían las reflexiones sobre ecología y la bondad básica de los seres humanos. (2) La importancia de la igualdad en las relaciones entre hombres y mujeres, especialmente en su identidad Fundamental compartida en los planes de Dios. (3) La conciencia de la clara, aunque oculta, presencia de Dios en todo lo que acontece se puede transformar en una teología renovada de la providencia divina que subraye el descubrimiento de la presencia de Dios a través de los modernos avances y hallazgos psicológicos, científicos y sociales. (Sobre los cc. 12-50) (4) De Gn 12-50 se puede sacar una marcada insistencia en la fe y confianza en un Dios que está con nosotros en las decisiones que hemos de tomar en la vida, especialmente cuando nos encontramos en diálogo con él mediante la oración. (5) Una línea fructífera de reflexión se puede basar en las narraciones ancestrales sobre los hombres y mujeres de la sociedad patriarcal que tuvieron parte en la realización de las promesas. Incluso un pasaje como Gn 16,1-5, donde el patriarca Abraham tiene una segunda esposa, se ha de leer y entender a la luz del pasaje anterior de Gn 2, donde se supone la unidad de hombre y mujer. Así, la posición especial de Sara no se vería amenazada. Aun cuando la Biblia contiene muchas prácticas arcaicas, las repiensa a la luz de una relación más profunda modelada según las ideas de la alianza y el vínculo de elección entre Dios e Israel. Así, las pone en tensión conservándolas y al mismo tiempo reconsiderándolas dentro de una comprensión más amplia, y aún en evolución, de la revelación de Dios@. Todo esto es bueno y puede servir para una reflexión teológica, y específicamente también para un tratado de teología espiritual. Pero la lectio divina pretende otra cosa: - No siendo una Areflexión teológica@, aunque externamente lo parezca; - ni tampoco una Aaplicación para la vida@ del contenido espiritual de la Biblia, - sino un acontecimiento de la Palabra en mí, un trance creador de la Palabra - al menos, si hablamos de Alectio divina@ en su raíz, en su proclamación en la liturgia, de donde se expande luego a la meditación y Arumia@ (ruminatio) espiritual -, lo que nos importa es acoger la Palabra C como acción directa de Dios en mí y en la comunidad, 101
C C
que rompe por los caminos que quiere, suscitando la acogida humilde y ardiente de quien va, por medio de ella, al encuentro con Cristo. En este sentido hemos de pensar que el acontecimiento litúrgico de la Palabra es siempre sacramental: - En este sacramento hay un signo: la Palabra escrita, hablada y escuchada. - El contenido interno y espiritual, de sí mismo, que está solo en manos de Dios, oculto a los hombres, y que él lo entrega únicamente como Dios.
1. El mensaje sacramental de la llamada de Abraham Gn 12,1-9 Deja Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre. Cuando Dios llama, lo pide todo; pues, al llamar, inicia una nueva creación. Dios es el protagonista, no el hombre. Dios es el que obra el actuar y la raíz del actuar, esto es, el querer actuar. La vida siempre parte de la nada. Y el proyecto de Dios en mí cuenta con ese punto cero, que es mi propia nada. Abraham debe comenzar su camino fiado en Dios, sin saber lo que va a venir. Este acto intrínseco de su voluntad es el paradigma de todos los actos sucesivos. En esta salida de Ur de Caldea está, en embrión, lo que ha de ser su actitud en el momento de la Alianza. La tierra que yo te mostraré Abraham inicia su camino sin saber adónde va. ALa tierra que yo te mostraré@ es la tierra de Dios. Es absurdo empezar un camino sin saber dónde va a terminar el camino. Pero no es absurdo emprender un camino que arranca en Dios y termina en Dios. Ésta es, como tal, la vocación humana. El ser humano viene del Misterio y va hacia el Misterio. El punto de partida es Dios mismo; el punto de llegada es Dios. Dios, si empieza a hablar, se compromete a ser arranque, camino y punto de llegada. El sitio adonde yo voy no es el lugar que yo he escogido para mí; es el puesto que Dios, aun sin decírmelo, ha señalado para mí. Tal es la pauta de nuestra existencia de gracia, que se concreta en cualquier tipo de vocación, según la voluntad de Dios. Estas reflexiones, repasando al historia personal, resulta que son vida de vida. Aquí late el diseño del itinerario que yo emprendí un día. Dios me llamó, Dios se hizo camino, Dios se hizo llegada. Y mientras tanto, no cabe otra actitud que la fe, que vivencialmente es abandono amoroso. Si Abraham, el creyente, ha aceptado como vida de su vida, como proyecto de su existencia, Ala tierra que yo te mostraré@, queda convertido en Peregrino de Dios. El dinamismo de su existencia es éste: Peregrino del amor Dios, viajero de un destino que Dios me reserva. Acepto a Dios como autor y protagonista; me sitúo en la obediencia. Te bendeciré... y serás bendición
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Aun en la fe Dios corona sus obra con la promesa. Dios es promesa de sí mismo; cúmplase según plazca a su divina voluntad. La acción creadora de Dios se muestra aquí como bendición, y la contemplamos con tres características: - Bendición. - Bendición de bendiciones. - Bendición de toda la humanidad. He aquí al semilla de la Encarnación. 1. Bendición. Abraham, por de pronto, es bendición bajo la mano de Dios; todos los pasos de Abraham son constituidos como bendición, porque en ningún momento le va a faltar la presencia y la cercanía de Dios. 2. Bendición de bendiciones. Abraham, el creyente, va a ser bendición-raíz, esto es, bendición de donde mana y fluye bendición. La vida de Abraham adquiere un rango sacramental, porque él, de sí, no puede ser bendición de bendiciones. Tal bendición el Padre la ha reservado para su Hijo Jesucristo. Por eso, en la llamada, comienzo de la nueva creación, se anuncia ya el misterio en que vivimos. Ésta es la bendición de que habla Pablo (Ef 1: en el Hijo amado hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual, en los cielos, antes de la constitución del mundo). Abraham es para nosotros balbuceo de la bendición divina. 3. En ti se bendecirán todos los pueblos. La vida de esta persona, de sí incógnita, adquiere ahora dimensiones universales, en virtud de la bendición reservada en Jesucristo. La Humanidad y la Historia quedan integradas en la bendición-promesa que Dios otorga a Abraham, el padre de los creyentes. Esta lectura en la Eucaristía. El pasaje, abriendo la lectura de Génesis 12-50, lo leemos en la liturgia eucarística. Y lo proclamamos en la celebración del lunes de la semana 12 del tiempo ordinario (este año, 20 de junio). La Eucaristía, a la que pasamos mediante la fe, contiene realizada la bendición ya cumplida. Este es el misterio que comulgamos. El Padre no nos puede bendecir más de lo que nos ha bendecido. La bendición cumplida es la bendición otorgado al mundo en Jesucristo, que yo tengo al gracia de acoger ahora, celebrando la Eucaristía.
2. La Alianza Génesis 15 Yo soy yo... y tu recompensa La versión Vulgata traducía: Aego protector tuus sum et merces tua magna nimis@ (Yo tu protector soy y tu recompensa grande en exceso). La Neo Vulgata puntualiza entre un presente y un futuro: AEgo protector tuus sum, et merces tua magna erit nimis@. Yo soy tu protector, y tu recompensa (salario militar) será grande en exceso.
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Del Yo divino procede la recompensa. Porque Dios mismo es recompensa, puede dar algo como recompensa Asuya@. Si Dios se me da, ya no quiero otra cosa distinta de él mismo. Lo que me dé, si no es él mismo, si es inferior a Dios, no me interesa, porque sólo Dios es digno de sí mismo. Si sus dones, de alguna manera, no son él mismo, no son dignos de él. En el fondo, no nos interesan las cosas de Dios, por muy grandes que sean; queremos a Dios mismo. Si Dios nos habla de su recompensa, nos anuncia su intimidad. El cielo, suprema recompensa, fin del misterio pascual, no será otra cosa que Dios mismo. No me has dado hijos Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero. Un criado de mi casa no es algo de mí, no es algo mío. Me iré, y termino en mí; mi vida se acaba en mí. Vida infecunda, cuando el ser humano, tiene una ansia inmortal de inmortalidad, de supervivencia a lo infinito, de ser todo desde su propia finitud. Son las Amalas costumbres@ que nos ha inoculado Dios al habernos contagiado su ser infinito e inmortal. El hombre busca hijos, que es una manera de afirmar y prolongar su ser con la fecundidad de Dios. La apertura de nuestro ser no se sacia, si bien la examinamos, con algo menor que lo infinito. Me voy de esta tierra (sin hijos! Y (sin hijos de mis hijos!, sin una generación eterna por los siglos de los siglos. Me voy sin mi vocación de vida, que es recibir la vida toda y engendrar vida y vida, hasta que la vida, como una playa infinita, se acabe en Dios. (Me voy sin hijos! Falso consuelo que un criado represente a mi hijo, porque un criado (no es mi hijo!, y (nunca lo será! (Mi hijo...!, (mi hijo...!, )dónde está mi hijo...? (En ciertos momentos de la vida, el clamor del hijo que no será puede convulsionar todo, dado que nuestra vocación humana que arranca de la vida de Dios, es, sea como sea, vocación para el misterio total de la vida). Un criado no será tu heredero Ese no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas. (De mis entrañas! Mis entrañas son las entrañas de Dios; mi vida es la vida de Dios. Y yo quiero entregar la vida que Dios me regaló. (De mis entrañas! No busco la vida prestada; busco la Vida de toda vida que sea también vida mía, y llene el mundo. Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes Las estrellas )será mis hijos? (Oh, no!, no las puedo contar. Y aunque las contase, Aaún me quedas tú...@ (Mis hijos! Las estrellas son el inicio de mi familia. Mis descendientes serán más que el polvo de las estrellas. Abraham creyó Abraham dio un salto a lo infinito, porque la fe es arrancarse de todo lo humano y pasar, de modo sencillo, a Dios mismo, porque Dios es digno de sí y de mí. Creo en Dios y hago que Dios sea todo. A lo mejor sea él mi hijo..., o en él halle a todos los mis hijos, toda mi vida futura, ya presente, infinita como el polvo de las estrellas... 104
Abraham creyó y esto fue su Ajusticia@ Y no hizo más, ni pudo hacer más, porque cosa más sublime que ésta no puede haberla. El que cree de alguna manera se nivela con Dios, porque, al entregar su vida a Dios, hace que Dios sea en él, y esta humanidad sea humanidad de Dios. El sacrificio, el sueño y el Espíritu Dios firmó su palabra en la tierra con un sacrificio. Era el símbolo del sacrificio de su Hijo. Dios infundió un sueño misterioso (tardemáh) a Abraham, como lo hizo con Adán, cuando de él sacó a Eva, Madre de los vivientes. Luego pasó el Fuego por en medio de las víctimas, y aquel día Dios firmó alianza con Abraham. Eucaristía. El Calvario, la Eucaristía, el fuego de Pentecostés se presagian en el sacrificio de la Alianza de Dios con Abraham.
Núm. 24 Lectio divina y Eucaristía (Mt 11,20-24 Corozaín 25-27 Te doy gracias, Padre) (Evangelio de ayer y de hoy)
Nota previa S La Alectio divina@ es una forma de rumiar la Escritura como ejercicio espiritual que envuelve la vida en oración fuera de la Eucaristía. S Con todo, la homilía está en estrecha relación con ella. La homilía S Es palabra espiritual, S que nace del encuentro con el Señor. S que va dirigida al corazón (ilustrando ciertamente la inteligencia), S como acontecimiento de fuerza y de gracia, S para poner al fiel cristiano oyente de la Palabra en contacto personal inmediato con Dios, S y para provocar en toda la comunidad el encuentro con Dios, que se hace presente en su Hijo Jesucristo por el Espíritu Santo. Si de la homilía se dice: (Qué hermosa homilía!, (Qué bien habla...!, (Cuánto sabe...!, (Es un convencido...!, pero la palabra no ha llegado al corazón, como sacramento de la presencia de Dios que se está comunicando precisamente ahora, entonces la homilía no ha cumplido su efecto. 105
La homilía, por tanto, debe estar impregnada de la sabiduría y esplendor que nace al toque de Dios, en la Iglesia. Para este ejercicio de Alectio@, compartido esta tarde por las hermanas entre sí, recogemos algunos puntos aludidos, durante la celebración de la Eucaristía, como resonancia de la Palabra del Señor.
REVELACIÓN DEL PECADO Dos clases de pecado, de los cuales uno solo es Ael Pecado@ Los pecados. Sodoma, llena de pecados, hasta ser destruida por Dios. El pecado de Sodoma es estar llena de pecados; su degradación moral (similar, por otra parte, a la de cualquier ciudad) es tal que de su nombre hemos tomado el nombre de un pecado vergonzante, la Asodomía@. En Corozaín se cometen muchos pecados. En Betsaida (patria de los primeros discípulos: Pedro y su hermano, Juan y su hermano), e igual en Cafarnaúm. Pero no son mayores pecadoras que las ciudades de hoy.
AEl pecado@. El pecado non es riqueza y soberbia (Tiro y Sidón); no es obscenidad (Sodoma y Gomorra); el pecado es no recibir el Evangelio de la gracia. Pude decirse que este es el único pecado El pecado (el mayor pecado): no recibir a Jesús Observemos con cuidado la introducción que hace san Mateo a esta perícopa del Evangelio: AJesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido@ (v. 20). (Tunc caepit exprobare civitatibus in quibus factae sunt plurimae virtutes eius, quia non egissent paenitentiam) Lo que recrimina Jesús no son los pecados que cometen o han cometido estas ciudades, sino el no haberse convertido. Convertirse o hacer penitencia no es otra cosa sino aceptar a Jesús. Los demás pecados es como si no contaran, porque el pecado es éste. Lo que Jesús recrimina es el no haber reconocido en el signo la persona. El signo ha sido el milagro, Alas fuerzas@ (virtutes), los portentos. En ellos estaba el Dios de la gracia, pero no los han aceptado; es que ni los han comprendido: no han visto en ellos el dedo de Dios, el amor del Padre. Los milagros, protagonizados por Dios en favor de su Hijo, no han sido vistos y recibidos como acciones de Dios. El rechazo de Jesús No creer en Jesús, no aceptarlo, significa objetivamente lo siguiente: - No aceptar a Jesús de Nazaret como Evangelio de la gracia, como el don supremo que Dios tiene. - Es no aceptar al Padre; pues, en realidad quien hace los milagros es el Padre por su Hijo Jesucristo. La expresión del texto original dice: Alas ciudades en las que fueron hechos [por Dios] la mayor parte [o muchos] portentos@. - Es el rechazo del Espíritu de Dios. Jesús dirá en otra ocasión que el que interpreta su victoria sobre el demonio como confabulación con el demonio, y por ello no lo acepta a él, está pecando 106
contra el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo. Permaneciendo en esta actitud de rechazo no puede tener perdón. Esto es Ael pecado contra el Espíritu Santo@. AEl que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno@ (Mc 3,29). En suma, rechazar a Jesús - a este hombre, Jesús de Nazaret - es, ni más ni menos, que rechazar a Dios. Es el mayor pecado; es mayor pecado que el pecado de Sodoma, que no tuvo este privilegio de gracia que hoy existe. por ello el juicio para Sodoma será más benigno que el juicio para quien rechaza al Enviado del Padre (ver también Lc 10,12, y obsérvese que en este contexto del envío es donde pone san Lucas la perícopa que nos ocupa). En determinado momento Jesús traspasa la fuerza de su presencia a sus apóstoles, hasta el punto de que recibirles a ellos es lo mismo que recibir a Jesús: AQuien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado@ (Mt 10,40). La gravedad de ese único pecado, síntesis de todos Estamos contemplando cómo el no aceptar a Jesús es, en el fondo, el único pecado. El que acepta a Jesús, se pone en plan de conversión; al aceptarlo a él, aceptamos que somos pecadores, pero que Dios nos saca de nuestros pecados. San Juan, en su Evangelio y en sus cartas, es igualmente tajante sobre esta perspectiva. AAunque había hecho tan grandes signos delante de ellos, no creían en él@ (Jn 12,37) No creer es el único pecado; que, visto desde otra vertiente, es no amar, no haber nacido de Dios. Reestructuremos nuestra fidelidad desde ese punto nuclear: la aceptación de Jesús Haber tenido en la vida malos momentos; haber fallado, por ejemplo, en la castidad, eso es ciertamente pecado. Haber ofendido a Dios en cada uno de los siete pecados capitales, es ciertamente pecado; mas no es éste Ael pecado@. El pecado central de nuestra vida es no aceptar a Jesús enteramente. Abramos los ojos a la realidad de la fe, y veamos - que el único pecado es no aceptar a Jesús, - y que este pecado no es un pecado sin más: porque es el pecado más grande. El dilema está en aceptar o rechazar a Jesús. Quien lo acepta, automáticamente está fuera del pecado; quien lo rechaza está fuera de la Gracia, Sensibilidad espiritual: El rechazo larvado de Jesús por no interesarnos de él Puedo vivir en una estado ambiguo: con mi cabeza jamás he rechazado a Jesús, pero vivo como si no existiera. Esta frialdad interior es parecido a ese situarse de cara a los milagros que, protagonizados por Dios en favor de su Hijo, no han sido vistos como acciones de Dios. Formas menores del rechazo a Jesús son las siguientes: - la insensibilidad espiritual: estoy, peor como si no estuviera. - la atrofia espiritual, cuando uno siente que va Adecayendo@, paso próximo a la rutina, que mata la vida del espíritu. El que ha caído en la rutina ve apagarse paulatinamente la pasión del encuentro; la vida pierde sus incentivo. Apertura a Jesús, sensibilidad para estar en todo momento acogiéndole en el corazón El que ha acogido a Cristo: 107
S Ante todo, tiene ante sí a Cristo, lleno de hermosura, capaz de atraer a mi corazón, que ya está disponible, con la gracia de Dios, a todo. S Veo que Jesús es la gracia suprema del Padre; y es, sin más, la gracia. No hay otra gracia suplementaria; él es toda gracia, toda la gracia de Dios. S Vive bajo la presencia inmediata de él, sin que esto sea una amenaza para lo íntimo del ser, como Dios le fuera a entorpecer el curso de las actividades del día. Viraje de existencia Toda mi vida tiene que Acentrarse@, y esto acontece de tal manera que Jesús resulte para mí el Dios inmediato, al cual estoy abierto de todo corazón. Jesús es para mí el Evangelio de gracia del Padre; en él está toda gracia y mayor que él nada puede concebirse. Jesús debe marcar todas las tomas de decisión mías. Jesús debe ser la compañía secreta que no me puede engañar. Él es el que de continuo abre mis ojos a la realidad del Espíritu, y el que me da fuerzas para seguir en el propósito emprendido. Jesús es la clave; Jesús es el todo. Jesús es mi guía. Jesús no va a ser una sorpresa de maldición, porque en todo momento mis ojos han estado vueltos hacia él, y mi corazón ha vibrado por él. Lo que él pide de mí es la acogida; no hacerle ninguna trampa; estar siempre abierto a su presencia. Y valorar la vida desde este único valor. Estamos estrictamente en el terreno de la revelación. Forma de vida Mi forma de vida cristiana es hacer de la presencia de Jesús el sustrato de todos mis actos. - Presencia. La presencia es inherente al ser. Jesús está ahí, porque yo soy yo siendo en él. - La oración es el fondo perseverante de su presencia, que queda activada (en mi conciencia) simplemente con mi atención; pues, desde otra perspectiva, Jesús siempre está activo. - Referencia. Como referencia o eje vital o centro de gravedad Jesús queda establecido en el fondo de mi ser como mi realidad constante.
LA MÁS BELLA REVELACIÓN A LOS PEQUEÑOS La antítesis de este párrafo riguroso es el Evangelio de hoy, cuando Jesús da gracias al Padre por haberse revelado a los pequeños, a la gente sencilla. Es el Evangelio de hoy, miércoles de la semana XV del tiempo ordinario (según la versión de Mateo). Dios oculta y Dios revela La acción del Dios soberano, a quien Jesús llama PADRE, es doble: revelar y ocultar. - Por una parte, Dios se oculta a los sabios y entendidos. Su presencia es siempre gracia, y no puede apetecerse sino como gracia. - Al contrario, Dios se revela en su ser pleno - como Creador y Padre - a los sencillos.
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La razón de esta revelación no es ningún mérito que se halle en mí. Nunca ha habido ni puede haber proporción entre lo que yo haga y lo que se me da; es sencillamente el beneplácito divino: Aporque así lo has querido@. )Quién conoce al Hijo? Únicamente el Padre. Así lo dice nuestra fe. Con estos se indica que nuestra fe es trinitaria, y que el cauce de conocimiento es solamente la revelación y la gracia. Quiero grabar esta verdad en el fondo de mi ser para no despistarme, y no intentar caminos improcedentes. El sentido de mi vida no es otro que alcanzar al Hijo, sabiendo que, si a él lo alcanzo, lo he alcanzado todo. )Quién conoce al Padre? Surge, pues, la pregunta: )Quién conoce al Padre, puesto que el conocerle es poseerle y el poseerle es alcanzar el pleno destino? La respuesta es limpia. Hay dos personas que conocen al Padre.. - La primera persona es el Hijo. Entre los dos hay una reciprocidad de vida; mutuamente se conocen, se aman, se entregan. - Hay una segunda persona. Esta otra persona es Aaquel a quien el Hijo se lo quiera revelar@, yo mismo, si así le place a Jesús. Así queda constituido Jesús-Hijo en el centro de la fe cristiana. Jesús tiene la llave para acceder al Padre. Él, y sólo él, me puede abrir la puerta. Él, y sólo él, me puede entregar el don de Padre.
Núm. 25 Al eco de la fiesta de san Lorenzo de Brindis, doctor de la Iglesia (21 de julio)
Lectio divina mariana (El Mariale de San Lorenzo de Brindis) I QUÉ ES EL MARIALE DE SAN LORENZO DE BRINDIS El año pasado se publicaba por primera vez en castellano el Mariale de San Lorenzo de Brindis: SAN LORENZO DE BRINDIS (Doctor Apostólico), Marial: María de Nazaret, AVirgen de la Plenitud@. Traducción del latín por Agustín Guzmán y Bernardino de Armellada. Introducción, notas y revisión por Bernardino de Armellada [del Instituto Histórico de Capuchinos de Roma]. (BAC 645). Madrid 2004.
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San Lorenzo de Brindis (1559-1619) - muerto el mismo día que cumplía 60 años - fue, aparte de otros títulos, predicador y escritor; pero no vio publicada ninguna de sus obras. No se conocieron hasta su beatificación (1783), mas la publicación a imprenta no se hizo sino hasta el siglo XX. Su AOpera Omnia@ (más de XV volúmenes) se dio a la luz en los años 1928-1956, y el primer volumen publicado fue el Mariale. San Lorenzo fue proclamado Doctor de la Iglesia, con el título de ADoctor Apostólico@ por el Beato Juan XXIII en 1959. El Mariale es un conjunto de 84 sermones, dispuestos del modo como se describe a continuación, copiando el índice de la versión castellana que hemos citado.
PRIMERA PARTE ALABANZAS E INVOCACIONES A EA VIRGEN MADRE DE DIOS SECCIÓN PRIMERA. MARÍA, LA MUJER DEL APOCALIPSIS
4) La Virgen, admirable a tenor de las palabras de la visión 5) La nobleza de María resalta en las palabras de la visión 6) Vestida de sol, en cuanto agraciada con los tesoros divinos 7) La luna bajo sus pies: exaltación de la Virgen sobre toda criatura 8) La corona de doce estrellas, signo de las singulares prerrogativas de María 9) Los dolores de la Virgen Madre de Dios 10) Los gozos de la Virgen Madre de Dios SECCIÓN SEGUNDA. LA ANUNCIACIÓN. MISIÓN DEL ÁNGEL
1) El misterio de la Encarnación, predestinado antes de todas las cosas 2) Las causas de la divina Encarnación 3) Grandeza de la delegación en el misterio de la Encarnación 4) Grandeza insuperable del mensaje de la Encarnación 5) Circunstancias del misterio de la Encarnación 6) Sentido profundo del saludo del ángel 7) Matrimonio de la Virgen con Dios 8) Nobleza del matrimonio de la Madre de Dios 9) Excelencia sin par del matrimonio de la Virgen 10) Grandeza del misterio del matrimonio de la Virgen 11) Las dotes de la madre de Dios en cuanto Virgen 12) Insignes dotes de María, especialmente como esposa 13) Insignes dotes de María, como Virgen, Esposa y Madre 14) María, casa viviente de la divina Encarnación 15) Efectos del matrimonio entre Dios y la Virgen 16) El misterio de la anunciación, modelo para la vida cristiana EL AAVE MARÍA+. SALUDO DEI. ÁNGEL A LA VIRGEN 1) El saludo del ángel 2) Eva, figura bíblica de la mujer aquí saludada SECCIÓN TERCERA.
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3) El nombre de María 4) La llena de gracia 5) Plenitud de gracia de la Madre de Dios 6) La plenitud de gracia de la Virgen, según las palabras de la salutación 7) Dignidad de la Virgen María según las palabras de la salutación 8) Bendiciones especiales de la Virgen según las palabras de la salutación 9) La maternidad divina de la Virgen según las palabras de la salutación 10) El poder y la misericordia de la Virgen María según las palabras de la salutación. SECCIÓN CUARTA. *MAGNÍFICAT+. EL CÁNTICO DE LA VIRGEN MADRE DE Dios
1) El Magníficat: canto de alabanza 2) El Magníficat, cántico de sabiduría y de piedad 3) El Magníficat, cántico de excelencia 4) El Magníficat, cántico de alabanza, acción de gracias, gratitud y gozo 5) El Magníficat, cántico de suavidad 6) El Magníficat, cántico de humildad y de exaltación 7) El Magníficat, cántico de humildad 8) El Magníficat, cántico de humildad, de gloria y de gracia 9) El Magníficat, cántico cíe grandeza 10) El Magníficat, cántico de poder, santidad y misericordia SECCIÓN QUINTA. *DICHOSO RL VIENTRE QUE TE LLEVÓ+
1) 2) 3) 4) 5)
La maternidad divina de la Virgen La fecunda virginidad de la Virgen Madre de Dios La excelsa bienaventuranza de la Madre de Dios El honor debido a la Madre de Dios La bienaventuranza y patrocinio de la Virgen
SECCIÓN SEXTA.
1) 2) 3) 4) 5) 6)
Los FUNDAMENTOS DE SIÓN. SALMO 87 (86) La fundación de la mística ciudad de Dios: María. El singular amor de Dios hacia María, mística ciudad de Dios Grandeza de la mística ciudad de Dios, María Nobleza de la mística ciudad de Dios: María Dignidad de la mística ciudad de Dios: María La felicidad de la mística ciudad de Dios: María
SECCIÓN SÉPTIMA. *LA SALVE+
1) 2) 3) 4) 5) 6)
El comienzo de la invocación: poder de la Virgen Exordio de la invocación: poder y misericordia de la Virgen La Virgen, árbol frondoso de gracias María, abogada nuestra La Virgen María, excelsa abogada nuestra Los doce atributos del santísimo nombre de María
SEGUNDA PARTE
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EN LAS FIESTAS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA SECCIÓN PRIMERA. LA CONCEPCIÓN INMACULADA DE MARÍA
1) La inmaculada concepción de María (Consideración general) 2) María, luz de infinita gracia: por eso inmaculada 3) María, inmaculada por ser arca de la divinidad 4) María, inmaculada por ser la morada del Verbo Encarnado 5) María, inmaculada por ser la morada de Dios 6) María, inmaculada por ser ciudad de Dios 7) María, inmaculada por ser el segundo templo del Señor 8) María, inmaculada por ser verdadera Esposa y Madre de Dios 9) María, inmaculada por ser la más santa de los santos, esposa, casa y puerta de Dios 10) María, inmaculada por ser raíz de la humanidad, morada de Dios y agua pura 11) Por muchas razones María es inmaculada 12) La concepción de la bienaventurada Virgen María SECCIÓN SEGUNDA. PURIFICACIÓN DE LA VIRGEN
1) 2) 3) 4) 5) 6) 7)
La presentación de Cristo y la purificación de María. Las causas de la oferta por parte de María. Simeón modelo de almas perfectas Cristo, don para Dios y para los hombres. Aumento de la pureza en la Virgen La singular pureza de la Virgen en su purificación La santificación de la Virgen en su purificación Santidad, caridad y dignidad de la Virgen en la purificación Dignidad, mérito y premio de María en la purificación
SECCIÓN TERCERA. LLA VISITA DE MARÍA A ISABEL 1) El misterio de la visitación, obra de infinita humildad y caridad 2) El misterio de la visitación, modelo para el alma fiel SECCIÓN CUARTA. FIESTA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES
1) Doble motivo de dicha en la Virgen Madre de Dios 2) La pureza de la Virgen más blanca que la nieve SECCIÓN QUINTA. LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN AL CIELO
1) Sobre la glorificación de María, arca mística de Dios, por el mérito infinito de su gracia 2) Sobre la Virgen honrada con el silencio y de su doble caridad 3) Sobre la santidad y exaltación de la Virgen Madre de Dios La mariología de San Lorenzo de Brindis El p. Bernardino García de Armellada, capuchino de la Provincia de Castilla, miembro del Instituto Histórico de la Orden, ha concentrado el sentido de la mariología de San Lorenzo de Brindis en este párrafo con el que cierra la Introducción, y con el que justifica el subtítulo puesto al Mariale A21. La Virgen de la plenitud.CSi se quiere concentrar en un concepto el Mariale de San Lorenzo sería éste el de plenitud. María es radicalmente la llena de gracia, que en la plenitud de los tiempos 112
(cf. Gal 4,4; Ef 1,10) es madre de esa plenitud cumplida en Cristo, sagrario materno del que a su vez es corporal-mente morada de la plenitud de la divinidad (cf. Col 3,9). Es el abismo inconmensurable del amor trinitario acogiendo a María en su intimidad y haciendo pasar la plenitud de su amor por la plenitud de la amargura ante el misterio del dolor divino. (Salve, llena de gracia! ^Ln. ti, madre inseparable de Cristo, habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad. (Oh plenitud infinita! (Salve, oh llena de gracia, el Señor está contigo! Con Jacob y con San Lorenzo exclamamos ante tu misterio: (Qué terrible es este lugar! (Qué fascinante! (Abismo de maravillas es tu seno de Madre! Verdaderamente el Señor está en este lugar, jjo no lo sabía. Ahora lo sabemos, pero (no lo acabamos de comprender! Sí, no eres otra cosa que la casa de Dios y la puerta del cielo (Gen 28,16-17). Puerta, y eres ya la misma casa acogedora. Tus muros transparentes irradian la luz de Dios que en ti rebosa, tú, luna llena, estrella nueva en todas las mañanas, (OH VIRGEN DE LA PLENITUD!@ (o. c. XXX).
II NOTAS PARA UN SERMÓN EN LA VIRGEN DE LAS NIEVES (Dedicación de Santa María al Mayor, 5 de agosto) Al texto evangélico de ADichoso el vientre que te llevó@ san Lorenzo ha dedicado 5 sermones (primera parte, sección V). Además de ello tiene dos sermones para la fiesta de la Virgen de las Nieves (Segunda parte, sección IV). Aquí transcribimos el segundo de estos sermones. La mariología de san Lorenzo está toda ella atravesada de la Biblia, con citas continuas del Antiguo Testamento. En este segundo sermón de la Virgen de las Nieves se detiene en un punto: la pureza de María, llegando a esta soberana afirmación: Auna pureza mayor que la cual no puede conocerse ninguna bajo Dios@ (n. 2). Es un texto - y diríamos que texto menor - para apreciar el estilo de mariología de nuestro Doctor Apostólico.
La pureza de la Virgen más blanca que la nieve Texto evangélico: Dicho el vientre que te llevó y los pechos que mamaste (Lc 11,27-28).
1. La nieve en la Escritura es símbolo de pureza y de santidad.CEl Señor, hablando al Santo Job desde el torbellino, le propuso una gran cuestión, diciendo: )Has entrado tú en los depósitos de la nieve? )O has visto los graneros del granito? Pero )qué son estos depósitos de la nieve? Si se habla de nieve material, )quién no ve la nieve en los montes elevados? Hoy, en la solemnidad de la nieve, es declarado este misterio. La nieve es en las Santas Escrituras símbolo de la pureza y de la santidad. En este sentido dice Isaías: Aunque vuestros pecados sean como la grana, serán blanqueados como la nieve (Is 1,18). Y el rey profeta suplicaba: Lávame: quedaré más blanco que la nieve (Sal 51,9). Dios se apareció a Daniel vestido con un vestido blanco
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como la nieve: Su vestido blanco como la nieve (Dan 7,8). Mañana (fiesta de la Transfiguración) veremos a Cristo en la gloriosa transfiguración: Resplandeció su faz como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la nieve (Mt 17,2). Dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan. Dice el Señor en Isaías: Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de varío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié (Is 55,10-11). 2. María más blanca que la nieve, sin mancha alguna de pecado.CDichosos los que oyen la palabra de Dios. Cristo indica en esta afirmación la causa de la singular bienaventuranza de María: lo extraordinario de su santidad. Por la perfecta observancia de la ley divina fue más blanca que la nieve, sin la menor mancha de pecado. Esto es lo que leemos en el Cantar de los Cantares: Toda hermosa eres, amiga mía, y en ti no hay mancha. Ven del Líbano, esposa mía, ven del Líbano, serás coronada (Cant 4,7-8). Líbano en hebreo es lo mismo que blancura, puesto que aquel monte siempre se ve cubierto de nieve. Es por lo que Jeremías dice: )Faltará acaso de la piedra excelsa la nieve del Líbano? (Jer 18,14). La esposa, pues, es llamada desde el Líbano de la pureza y santidad a la corona de la gloria. La blancura de la nieve en el alma consiste en la perfecta observancia de la ley divina. Sólo el pecado mancha el alma y la pureza de la conciencia, y el pecado no es sino la palabra, obra o deseo contra la ley de Dios 8, la transgresión de la ley divina y la desobediencia a los mandamientos celestiales 9. La pureza del alma consiste, por el contrario, en la íntegra y perfecta fe y caridad: Dichosos los que oyen la palabra de Dios por la fe, y la guardan por la caridad, pues: quien me ama, guardará mi palabra (Jn 14,23). Leemos que los ángeles aparecen vestidos de blancura de nieve: Era su aspecto como el relámpago, y su vestido como la nieve (Mt 28,3). Lo mismo se dice de Cristo y de Dios, como también hoy de María, que en el Apocalipsis aparece vestida de luz solar (cf. Ap 12,1). El milagro que hoy se recuerda, muestra que la Virgen María brilló con una pureza mayor que la cual no puede conocerse ninguna bajo Dios 1(). )Qué cosa hay verdaderamente más blanca que la nieve? Es más pura que los ángeles y que los arcángeles, los querubines y los serafines. Este milagro viene a indicar que su pureza y santidad fueron sobremanera admirables. En efecto, lo admirable no es que nieve en invierno, sino que lo haga en verano, cuando abrasan los mayores calores. Así de extraordinariamente admirable fue la santidad de María, como nieve del cielo que cae a mitad del verano sobre una región tórrida, donde casi nunca nieva ni siquiera en lo más crudo del invierno. 3. María, guardiana de la ley divina y vencedora de los demonios.CPero )cómo fue tan blanca la Bienaventurada Virgen María? El Rey profeta dice: Mientras reposabais en los apriscos, las palomas batieron sus alas de plata, el oro destellaba en sus plumas. Mientras el Todopoderoso dispersaba a los reyes, la nieve bajaba sobre el Monte Umbrío (Sal 68,14-15). Quiere esto decir: Si observáis la ley dentro de los términos de la justicia de Dios, sin desviaros ni a derecha ni a izquierda, vuestra alma será como una hermosísima paloma, que brilla como plata blanquísima y reluce como el oro más puro. Y mientras el Rey celestial dispersa a los reyes enemigos, venciendo las tentaciones de los demonios, el alma será como nieve blanca, como la nieve que permanece perennemente en el Monte Umbrío. Así fue siempre la Virgen María como nieve blanquísima, observando perfectísimamente la ley divina y venciendo con la ayuda de Dios todas las tentaciones de los demonios. 114
Blanquísima fue siempre la Bienaventurada Virgen y, sin embargo, en el Cantar de los Cantares se llama a sí misma negra, porque, dice, me ha quemado el sol (Cant 1,4-5) de justicia, Dios, en cuya comparación toda blancura de santidad creada es negrura, toda luz oscuridad. Así, mientras la nieve permanece en las nubes, parece negra en el aire, pues comparada con el cielo y con el sol es negra. En la Sagrada Escritura la gracia del Espíritu Santo se llama unas veces fuego (Lc 12,49), otras veces agua (Jn 4,10-15) y otras nieve (cf. Sal 51,9; Is 1,18); como el mismo Espíritu Santo fue prometido en agua (cf. Jn 7,38-39) y dado en fuego (cf. Hch 2,2-3), porque causa efectos tanto de fuego como de agua, extinguiendo la pasión carnal y terrenal, y encendiendo la espiritual y celestial. Cuando el alma está cubierta de nieve, está fría para lo carnal y terrenal, entonces está limpia de toda mancha de soberbia, lujuria, avaricia y demás vicios. 4. La Virgen es blanquísima por ser depositaria de un tesoro de gracia.CDichoso el seno materno que te llevó. En este bienaventurado vientre están todos los tesoros de la nieve de la gracia, pues por el misterio de la divina Encarnación habitó en Él toda la plenitud de la divinidad corporalmente (Col 2,9). 5. Dios busca en nosotros la blancura de la pureza.CLa nieve en la Sagrada Escritura se toma alguna vez en un buen sentido y significa la gracia. Otras veces tiene un sentido malo y designa el pecado. El Sabio dice en los Proverbios: Como frescor de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel para quien le envía; hace descansar el alma de su señor (Prov 25,13). Esto es: como es agradable el frío de la nieve en el tiempo de mayor calor, así es el mensajero fiel. Pero más adelante dice: Como la nieve en el verano y la lluvia en la siega, así es indecente para el necio la gloria (Prov 26,1). La nieve alguna vez significa el mal: No temerá por su familia a causa de los fríos de la nieve (Prov 31,21). Porque abundará la iniquidad, se enfriará la caridad (Mt 24,12). En las Sagradas Letras la lepra es comparada con la blancura de la nieve, como se dice de la lepra de María, la hermana de Moisés y Aarón (Núm 12,10). (Oh, cuánta abundancia de esta nieve hay hoy en el mundo! Y la blancura de la pureza )dónde se halla? El rostro de éstos se ha ennegrecido más que los carbones (Lam 4,8), dice Jeremías. Y Nahum: El rostro de todos... como la negrura de la olla (Nah 2,8). Dios quiere de nosotros la blancura de la nieve. Dice el Qohelet: Sean tus vestidos blancos en todo tiempo (Ecl 9,8). Dios quiso a todos los ministros del templo ataviados de vestiduras blancas (cf. Ex 28,4-5). En el Apocalipsis leemos que todos los santos están vestidos con estolas blancas (Ap 7,9). También los ángeles se aparecieron siempre a los hombres con vestiduras blancas (Mt 28,3; Mc 16,5; Jn 20,12; Hch 1,10). Y de la Esposa de Cristo leemos en el Apocalipsis que le ha sido dado para cubrirse lino brillante y blanco; en efecto, el lino significa las obras virtuosas de los Santos (Ap 19,8). 8 9 1
SAN AGUSTÍN, Contra Fausto Maniqueo, 1.22, c.27: PL 42,418; cf. Obras completas..., o.c., XXXI, 540. Cf. SAN AMBROSIO, De Paradiso, c.8 n.39 [161]: PL 14,309.
Cf. SAN ANSELMO, De concepta virginali et originali peccato, c.18 [103]: PL 158,451; cf. Obras completas..., o.c., II, 47.
Núm. 26
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Paso de la Alectio divina@ a la Alectio liturgica@ Orar los textos litúrgicos I ORAR LA BIBLIA COMO ALECTIO DIVINA@ EN EL HOY DE LA IGLESIA La Alectio divina@ es un determinado ejercicio de oración. Esta expresión, de origen monástico, no la encontraremos en San Juan de la Cruz ni en Santa Teresa de Jesús, indiscutibles maestros de oración. Ni tampoco en San Ignacio, no obstante que él haya descrito en sus Ejercicios Espirituales diversos modos y ejercicios de oración. Hoy, sin embargo, desde hace unos decenios, ha pasado a la espiritualidad común de la Iglesia, y en modo alguno puede decirse que sea privativa de una determinada tradición espiritual o de una determinada familia religiosa. La lectio divina no tiene un método fijo. Bien es verdad que un monje cisterciense del siglo XII, Guido, codificó cuatro pasos fundamentales, a los cuales hoy se atienen muchos que desentrañan un texto sagrado para presentarlo como lectio divina. (En Internet se puede encpontrar textos bíblicos por ejemplo, los dominicales - preparados ya para la oración como lectio divina. Estos pasos básicos son: 1) Lectio (Leer el texto, exégesis del texto). 2) Meditatio (Considerar el texto) 3) Oratio (Pedir lal inteligencia del texto) 4) Contemplatio (Contemplar el misterio de la fe que brota de la iluminación del texto). Debemos tener muy fijas estas aclaraciones: 1) Que la lectio divina no tiene un método exclusivo, como vamos diciendo. 2) Que la lectio divina no es la exégesis de un texto. Incluso la exégesis erudita puede impedirnos la entrada en la verdadera oración. Pero que tampoco y de ninguna manera la lectio divina es tomar un texto como Aexcusa@ para divagar yo en lo que quiero divagar. Entonces desde mi subjetivismo hago lo que quiero con la Escritura. 3) Sino que la lectio se basa en estos grandes criterios de orden espiritual: S La Escritura es una, y presenta un solo proyecto de salvación revelado por Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. S El centro de la Escritura es Cristo, como historia de Dios, revelada por el Padre. S La inteligencia de las Escrituras sólo puede hacerse desde la fe orgánica de toda la Iglesia. S La inteligencia de la Escritura, como Palabra viva y actual de Dios, palabra interpelante para la Iglesia y para mí, solamente se hace desde la iluminación interior del Espíritu Santo, que se da a un corazón sencillo y puro, arrepentido, que pide esa gracia. 4. Por tanto, la lectio divina es el encuentro con el Dios viviente desde la humilde realidad de su Palabra. He aquí un ejemplo de lo que ha pasado a ser la lectio divina en la conciencia actual de la Iglesia, ejemplo que tomamos de la exhortación apostólica Vita consecrata (25 de marzo de 1996). 116
A94. La palabra de Dios es la primera fuente de toda espiritualidad cristiana. Ella alimenta una relación personal con el Dios vivo y con su voluntad salvífica y santificadora. Por este motivo la LECTIO DIVINA ha sido tenida en la más alta estima desde el nacimiento de los institutos de vida consagrada, y de manera particular en el monacato. Gracias a ella, la palabra de Dios llega a la vida, sobre la cual proyecta la luz de la sabiduría, que es don del Espíritu. Aun cuando toda la sagrada Escritura se *útil para enseñar+ (2 Tim 3, 16) y *fuente límpida y perenne de vida espi-ritual+231, una particular veneración merecen los escritos del Nuevo Testamento, sobre todo los Evangelios, que son *el corazón de todas las Escrituras+232. Será, pues, de gran ayuda para las personas consagradas la meditación asidua de los textos evangélicos y de los demás escritos neotestamentarios, que ilustran las palabras y los ejemplos de Cristo y de la Virgen María, y la apostólica vivendi forma. A ellos se han referido constantemente fundadores y fundadoras a la hora de acoger la vocación y de discernir el carisma y la misión del propio instituto. La meditación comunitaria de la Biblia tiene un gran valor. Hecha según las posibilidades y las circunstancias de la vida de comunidad, lleva al gozo de compartir la riqueza descubierta en la palabra de Dios, gracias a la cual los hermanos y las hermanas crecen juntos y se ayudan a progresar en la vida espiritual. Conviene incluso que se proponga esta práctica también a los otros miembros del pueblo de Dios, sacerdotes y laicos, promoviendo del modo más acorde al propio carisma escuelas de oración, de espiritualidad y de lectura orante de la Escritura en la que Dios *habla a los hombres como amigos (cf. Ex 33,11; Jn 15, 14-15), trata con ellos (Ba 3, 38) para invitarlos y recibirlos en su compañía+233. Como enseña la tradición espiritual, de la meditación de la palabra de Dios y de los misterios de Cristo en particular, nace la intensidad de la contemplación y el ardor de la actividad apostólica. Tanto en la vida religiosa contemplativa como en la activa, siempre han sido los hombres y mujeres de oración quienes, como auténticos intérpretes y ejecutores de la voluntad de Dios, han realizado grandes obras. Del contacto asiduo con la palabra de Dios han obtenido la luz necesaria que les ha servido para buscar los caminos del Señor en los signos de los tiempos. Han adquirido así una especie de instinto sobrenatural que ha hecho posible el que, en vez de doblegarse a la mentalidad del mundo, hayan renovado la propia mente, para poder discernir la voluntad de Dios, aquello que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto (cf. Rm 12, 2)@. 231 CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 21; cf. Perfectae Caritatis, sobre la adecuada renovación de la vida religiosa, 6. 232 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, n. 125; cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 18. 233 CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 2.
II ORAR SOBRE UN TEXTO, UN MODO DE ORACIÓN MUY RECOMENDABLE
Los grandes maestros de oración nos han recomendado orar sobre un texto. Traemos como ejemplo singular lo que dice San Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales, donde nos enseña diversas maneras de orar (aparte de la meditación, contemplación, y aplicación de sentido). 117
S ALa primera manera de orar es cerca de los diez mandamientos, y de los siete peccados mortales, de las tres potencias del ánima, y de los cinco sentidos corporales; la qual manera de orar es más dar forma, modo y exercicios, cómo el ánima se apareje y aproveche en ellos, y para que la oración sea acepta, que no dar forma ni modo alguno de orar@ ( EE 238). S ASegundo modo de orar es contemplando la significación de cada palabra de la oración@ (EE 249). S ATercer modo de orar sera por compás. La oración preparatoria será como en el segundo modo de orar. 31 modo de orar. El tercero modo de orar es que con cada un anhélito o resollo se ha de orar mentalmente diciendo una palabra del Pater noster o de otra oración que se rece, de manera que una sola palabra se diga entre un anhélito y otro, y mientras durare el tiempo de un anhélito a otro, se mire principalmente en la significación de la tal palabra, o en la persona a quien reza, o en la baxeza de sí mismo, o en la differencia de tanta alteza a tanta baxeza propia; y por la misma forma y regla procederá en las otras palabras del Pater noster; y las otras oraciones, es a saber: Ave María, Anima Christi, Credo y Salve Regina hará según que suele@ (EE 258). Estos modos o maneras de orar se basan en los recursos que están latentes en la psicología humana, para explotarlos todos en torno a un eje de fe: la convicción de que el Espíritu Santo actúa a través de nuestra piscología concreta, y que nuestra fe tiene en sí misma una realidad sobrenatural, un contenido concreto al que yo puedo acercarme. Es provechoso conocer cómo ha explicado San Ignacio en detalle este segundo modo de orar.
[249] SEGUNDO MODO DE ORAR ES CONTEMPLANDO LA SIGNIFICACIÓN DE CADA PALABRA DE LA ORACIÓN. [250] Addición. La misma addición que fue en el primer modo de orar (núm. [239]) será en este segundo. [251] Oración. La oración preparatoria se hará conforme a la persona a quien se endereza la oración. [252] 21 modo de orar. El segundo modo de orar es que la persona, de rodillas o asentado, según la mayor disposición en que se halla y más devoción le acompaña, teniendo los ojos cerrados o hincados en un lugar sin andar con ellos variando, diga Pater, y esté en la consideración desta palabra tanto tiempo, quanto halla significaciones, comparaciones, gustos y consolación en consideraciones pertinentes a la tal palabra, y de la misma manera haga en cada palabra del Pater noster o de otra oración cualquiera que desta manera quisiere orar. [253] 10 regla. La primera regla es que estará de la manera ya dicha una hora en todo el Pater noster, el qual acabado dirá un Ave María, Credo, Anima Christi y Salve Regina vocal o mentalmente, según la manera acostumbrada. 118
[254] 20 regla. La segunda regla es que si la persona que contempla el Pater noster hallare en una palabra o en dos tan buena materia que pensar y gusto y consolación, no se cure pasar adelante, aunque se acabe la hora en aquello que halla, la qual acabada, dirá la resta del Pater noster en la manera acostumbrada. [255] 30 regla. La tercera es, que si en una palabra o dos del Pater noster se detuvo por una hora entera, otro día quando querrá tornar a la oración, diga la sobredicha palabra o las dos según que suele; y en la palabra que se sigue inmediatamente comience a contemplar, según que se dixo en la segunda regla. [256] 10 nota. Es de advertir que acabado el Pater noster en uno o en muchos días, se ha de hacer lo mismo con el Ave María y después con las otras oraciones, de forma que por algún tiempo siempre se exercite en una dellas. [257] 20 nota. La 20 nota es que acabada la oración, en pocas palabras convirtiéndose a la persona a quien ha orado, pida las virtudes o gracias de las quales siente tener más necesidad.
III LOS TEXTOS LITÚRGICOS FUENTE DE ORACIÓN CONTEMPLATIVA COMO ALECTIO@ ESPIRITUAL
Oración-encuentro por múltiples sentidos En su más pura esencia la oración no es otra cosa que el encuentro vivo con el Dios viviente. Los sentidos son mediación obligada y Asitio@ de oración. Un sentido es la mirada. Se puede orar mirando. Y esta es una forma muy delicada de oración: mirar los iconos sagrados, donde se puede alcanzar suma simplicidad amorosa en la oración. Es la oración que se acomoda lo mismo al analfabeto, que no tiene acceso a la lectura, que a un gran místico, que, a medida que avanza, le van sobrando los apoyos de lectura. Tiene la ventaja de ser la oración de los sencillos; ser, por ello, una oración evangélica excelente. Es una oración que, de por sí, está abierta al tránsito contemplativo. La oración se presta en especial con los genuinos iconos de la tradición oriental, que es justamente pintura creada para el culto y la oración. Siempre se han aproximado los iconos a la fuerza de los sacramentos de la Iglesia. Los iconos han nacido para ser venerados y orar; por lo mismo, sólo en la oración entregan su verdadero significado.
Los textos de la liturgia como posibilidad de la oración El campo de la liturgia nos ofrece un panorama inmenso, y hasta diríamos que no es simplemente la aplicación de los procedimientos anteriores, sino que nos brindan 119
S un método específico de oración, S basada en los recursos de la psicología sobrenatural S y en la fuerza recóndita de las realidades implicadas en la lectio divina de la Escritura. Distingamos textos La parte eucológica de la liturgia, es decir, la parte oracional (eucología es alabanza), en contraposición a la parte de la liturgia de la Palabra, tiene diversos aspectos (el uso de los Salmos es como zona especial de oración): Textos sacramentales. Son las fórmulas que realizan el sacramento, p. e. la Plegaria eucarística, la fórmula de la absolución sacramental, la Oración consecrataria que acompaña a la imposición de las manos en las ordenaciones... Textos antifonales. Breves textos, básicamente tomados de la Escritura con frecuencia con conscientes modificaciones, que se usan como soporte de oración en determinados momentos de la acción litúrgica. Por ejemplo, en la celebración de la Eucaristía, antífona de entrada, antífona de comunión. Se entiende que con la antífona va asociado un salmo o un canto. Textos oracionales de diverso género. Así, por ejemplo, la oración colecta de la Misa, la oración sobre las ofrendas, la oración de después de la comunión.
La belleza literaria y teológica de los textos sacramentales y oracionales La liturgia para la Iglesia Latina ha sido creada en lengua latina, y desde el texto latino se ha hecho la traducción a nuestras lenguas. Teniendo como base un texto fijo, queda de manifiesto la unidad de la Una Sancta, que es la Iglesia. Por eso, aunque por una parte sea una limitación no crear en directo las oraciones desde nuestra propia lengua (que, aunque sepamos otras, es, en realidad la única que de verdad sabemos), es necesario tener un texto en latín como referencia, somo soporte y garantía de la oración de la Iglesia. 1. La belleza literaria de los textos latinos, base de nuestra liturgia, resplandece en el cursus (así llamado) de la redacción latina, el cual se consigue: - mediante el equilibrio interno y balanceado de la colocación exacta de las palabras - y mediante la cadencia y sonoridad en la terminación de los miembros de la frase y del conjunto de oración. En la actualidad se editan las oraciones en el Misal latino y en los Misales de altar, en forma de líneas en verso, lo que facilita mucho la lectura correcta y ayuda a desgranar mejor el contenido espiritual de las frases. Ahora bien, el Acursus@ latino no se puede traducir a nuestras lenguas, ni con frecuencia la densidad misma de los vocablos empleados. El estudioso y el erudito puede tomar en directo los textos latinos y hallará un gran placer estético y teológico en la mera y pura redacción del texto, y hallará que, en la mayor parte de los casos, es intraducible... Por eso, es uno de los mayores desafíos de la liturgia el de las traducciones: que sean hermosas en la propia lengua, sin rebajar la densidad de la redacción original. (La Congregación publicó un documento sobre esto: Liturgiam authenticam).
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2. La riqueza teológica de los textos litúrgicos se muestra, al instante, muy diversa de los contenidos de las oraciones devocionales. Esta riqueza proviene de este manantial: - las oraciones rezuman el jugo de la Escritura. Con un poco que se analicen, al momento se ve que, desde la oración de la Iglesia, estamos metidos en el lenguaje de la Biblia; - y además son oraciones que con estilo sobrio, afectuoso... y otros matices, son Aoraciones teológicas@, oraciones en las que está vibrando la Cristología y la Eclesiología que alimenta nuestra fe. Por este motivo orar la liturgia es una lectio spiritualis, muy próximo a la lectio divina.
Cómo proceder 1. Orar la Plegaria eucarística. Hagamos la prueba. Tenemos la Plegaria Eucarística, pudiendo comenzar con el Prefacio. - Yo tomo el texto, tal como ha sido traducido a nuestra hermosa lengua. - Lo voy descomponiendo en sus frases y palabras, sirviéndome de un misal donde esté escrito en líneas separadas. - Voy entrando en cada una de las palabras, apreciándolas todas y cada una, prestándoles una atención cuidadosa y atreviéndome a llegar adonde llega el sentido por sí mismo. Entonces veré que había allí dentro un sentido que yo nunca lo había advertido. Y veré igualmente que ese sentido allí presente llena los más íntimos anhelos de mi ser - por ejemplo, en la alabanza a Dios - y que el mismo texto tiene una fuerza @reveladora@, invitándome a ir todavía más lejos. - Observará que esa es la fe de la Escritura, y que de esta manera me encuentro en el corazón de la Iglesia. 2. Orar las partes de la Misa. Por ejemplo: - El saludo inicial. - Las fórmulas del acto penitencial. - El Gloria Si entro en el contenido teológico espiritual de las expresiones del Gloria y las he llegado a gustar de modo consciente y personal, apreciando al mismo tiempo la gran tradición de la Iglesia, entonces, por ese especial instinto que se crea en el trato con la liturgia, sentiré cómo rebotan en mi corazón las falsificaciones que se hacen con el Gloria: - lo mismo en las acomodaciones de las palabras, - que en las expresiones musicales que se alejan del sentido interno del texto. En suma, el Himno pascual del Gloria (como ejemplo) es un texto grandioso para entrar en oración al ritmo de la fe de la Iglesia. 3 APerdí todas las cosas y las tengo por basura...@(Filipenses 3,8) 4 AEsa fe@ que Jesús quiere encontrar en mí el Día de su venida(Lucas 18,8)
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5 Consagración a Jesucristo, Rey del universo 6 ARorate, caeli, desuper et nubes pluant iustum@ (Is 45,8)De la dulzura, de la intimidad, de la suavidad delADVIENTO 7 Epifanía-Bautismo-Caná (y La Candelaria)Mistagogía de la Iglesia al interpretar la Escritura 8 bis El Sacramento de la reconciliación 9 (Dichosos los pobres...! (Lectio divina sobre las Bienaventuranzas,del domingo IV del tiempo ordinario) 10 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidadPrimera etapaI. Jesús en el desierto (Año A: Mt 4,1-11) 11Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidadSegunda etapaII. Jesús Transfigurado (Año A: Mt 17-9) 12 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidadSegunda etapa II. Jesús Transfigurado (prosigue)(Año A: Mt 17-9) 13 Serie: El camino sacramental de Cuaresma,en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidadTercera etapa. El. Jesús da el agua viva a la Samaritana 14 Serie: El camino sacramental de Cuaresma,en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidadCuartaa etapaIV. Iluminados por el bautismo(Ciego de nacimiento. Jn 9) 16 Serie: El camino sacramental de Cuaresma,en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidadSexta etapaV. AYo soy la resurrección y la vida@ Verus homo - Deus aeternus (Jesús resucita a Lázaro: Jn 11) 16 Serie: El camino sacramental de Cuaresma, en seis etapas, compartiendo la fe en fraternidad Sexta etapa VI. Jesús entra en su Ciudad Santa para coronar su vida en la Pascua 16 El Pregón Pascual 18 Serie: Las lecturas de la Vigilia PascualPrimeraEl mundo creado y el hombrevistos desde Jesús Resucitado(Primera lectura de la Vigilia Pascual) 19Serie: Las lecturas de la Vigilia PascualSegundaEl sacrificio de Abraham,signo del Misterio Pascual(Segunda lectura de la Vigilia pascual) 20 Serie: Las lecturas de la Vigilia PascualTercera El paso del Mar Rojo 21 Serie: Las lecturas de la Vigilia PascualCuarta El que te creó te tomará por esposa(Cuarta lectura de la Vigilia pascualIsaías 54,5-14) 122
22 Serie: Las lecturas de la Vigilia PascualQuintaVenid y viviréis: Las promesas a David,la Alianza eterna(Quinta lectura de la Vigilia pascual) 23 Dios de Abraham Dios de Isaac, Dios de JacobLectio divina del Génesis 24 Lectio divina y Eucaristía (Mt 11,20-24 Corozaín 25-27 Te doy gracias, Padre) (Evangelio de ayer y de hoy) 25 Al eco de la fiesta de san Lorenzo de Brindis, doctor de la Iglesia (21 de julio) Lectio divina mariana(El Mariale de San Lorenzo de Brindis) 26 De la Alectio divina@ a la Alectio liturgica@ (El Mariale de San Lorenzo de Brindis) 26 Paso de la Alectio divina@ a la Alectio liturgica@Orar los textos litúrgicos
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