Las promesas de Jehová
(Isaías 59:1) ¡Miren! La mano de Jehová no se ha acortado demasiado, de modo que no pueda salvar, ni se ha hecho su oído demasiado pesado, de modo que no pueda oír.
(Salmo 46:1) Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias.
(Salmo 46:2) Por eso no temeremos, aunque la tierra sufra cambio y aunque las montañas caigan tambaleantes en el corazón del vasto mar;
(Salmo
91:1) Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conseguirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.
(Salmo 91:2) Ciertamente diré a Jehová: “[Tú eres] mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré”.
(Salmo 91:3) Porque él mismo te librará de la trampa del pajarero, de la peste que causa adversidades.
(Salmo 91:4) Con sus plumas remeras obstruirá el acceso a ti, y debajo de sus alas te refugiarás. Su apego a la verdad será un escudo grande y baluarte.
(Salmo 91:5) No tendrás miedo de nada pavoroso de noche, ni de la flecha que vuela de día,
(Salmo 91:6) ni de la peste que anda en las tinieblas, ni de la destrucción que despoja violentamente al mediodía.
(Salmo 91:7) Mil caerán a tu lado mismo, y diez mil a tu diestra; a ti no se te acercará.
(Isaías 54:17) Sea cual sea el arma que se forme contra ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se levante contra ti en el juicio, la condenarás. Esta es la posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su justicia proviene de mí”, es la expresión de Jehová.
(Isaías 41:11) ”¡Mira! Todos los que se acaloran contra ti se avergonzarán y serán humillados. Los hombres que tienen una riña contigo llegarán a ser como nada, y perecerán.
(Proverbios
3:26) Pues Jehová mismo resultará ser, de hecho, tu confianza, y él ciertamente guardará tu pie de captura.
(Salmo
34:15) Los ojos de Jehová están hacia los justos, y sus oídos están hacia su clamor por ayuda.
(Salmo 28:7) Jehová es mi fuerza y mi escudo. En él ha confiado mi corazón, y se me ha ayudado, de modo que mi corazón se alboroza, y con mi canción lo elogiaré.
(Isaías 51:12) “Yo... yo mismo soy Aquel que está consolándolos. ”¿Quién eres tú para que tengas miedo a un hombre mortal que ha de morir, y a un hijo de la humanidad que quedará como simple hierba verde?
(Isaías 51:13) ¿Y para que te olvidaras de Jehová tu Hacedor, Aquel que extendió los cielos y colocó el fundamento de la tierra, de modo que estuviste en pavor constantemente durante todo el día a causa de la furia del que [te] cercaba, como si él estuviera listo para arruinar[te]? ¿Y dónde está la furia del que [te] cercaba?
(Proverbios 21:25) El mismísimo deseo vehemente del perezoso le dará muerte, pues sus manos han rehusado trabajar.
(2 Timoteo 1:7) Porque Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio.
(Hebreos 13:6) De modo que podemos tener buen ánimo y decir: “Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?”.
(Salmo 23:4) Aunque ande en el valle de sombra profunda, no temo nada malo, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado son las cosas que me consuelan.
(Romanos 8:37) Al contrario, en todas estas cosas estamos saliendo completamente victoriosos mediante el que nos amó.
(Romanos
8:38) Porque estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes,
(Romanos 8:39) ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.