Las partituras de Werther Por: J. Carlos García PRIMER ACTO Planteamiento El primer acto tiene lugar en el escenario principal del antiguo edificio de la Filarmónica de la Ciudad de México. Una anciana que limpia los recuerdos y las melancolías de aquél recinto, que en algún momento recibió a los mejores directores y compositores de la música clásica en México, ahora ya solamente se observa el polvo con el que se construyeron las emociones más recónditas del ser humano. Una anciana con tono nostálgico y desencantado limpia los últimos instrumentos que permanecen en el escenario, mismo que fue testigo de alguna de las tragedias más impresionantes de los años cincuenta. PRIMERA ESCENA Músico joven: -Buen día señora-, ¿Usted sabe si serán las audiciones para los directores de orquesta el día de hoy?- pregunta el hombre de semblante nostálgico. Anciana: -No joven, creo que usted se equivoco de lugar- contesta la mujer en con tono triste. -Desde hace más de 50 años que la Filarmónica ya no da los conciertos aquí. Ahora lo hace en el nuevo edificio de cultura que se encuentra a dos calles de este lugar, yo vengo a limpiar porque ha sido una costumbre a lo largo de cincuenta años que se cerró el recinto-. Músico joven
-Pero, ¿Por qué cerraron este lugar tan impresionante?, ¿Qué motivo el cambio al nuevo edificio?... Anciana: -Las partituras de un director de orquesta llamado Werther, eso fue lo que motivo que cerraran el recinto. Músico joven: -¿Pero, cómo que tienen que ver las partituras con el cierre del lugar? Anciana: -Todo, ellas causaron el cierre y las tragedias de este lugar, usted, ¿nunca ha escuchado “las partituras de Werther”? Músico joven: -No, creo que nunca, pero ¿qué son las partituras de Werther? Anciana -Mire joven son las partituras más tristes de la historia de la música clásica…
SEGUNDO ACTO PRIMERA ESCENA (Flash back, el desarrollo de esta escena tiene lugar cincuenta años atrás) Los impasibles instrumentos de la orquesta que toca al compás de las instrucciones de su director, son perfectas para cualquier persona que se jacte de ser un conocedor de música clásica; sin embargo, para el director la perfección sólo llegará cuando componga la melodía más triste de toda la historia de la música. Una melodía que refleje la agonía de los sentidos, la agonía de la vida que se va como una cometa que se aleja del niño triste por haber soltado la cuerda. Director: -¡Paren, paren!, maldita sea, la pieza que tocan no llega no siquiera a la melancolía, es una mala copia de las partituras de Mozart (tentativo agregar otro músico). Un músico no puede dejar de reír, suelta carcajadas muy estridentes en el escenario, se levanta y grita… Chelista: –Pero qué es lo que quiere usted que toquemos, no lo entiendo, la música debe ser alegre, feliz y placentera. No lo entiendo, jamás había escuchado a nadie que quisiera componer la melodía más triste. Es totalmente inaudito yo renuncio, no soporto más este tipo de locuras.
El músico, se marcha con los sentidos alterados y levantando improperios hacia la persona del director. Director: -¿Alguien más quiere irse?, pueden hacerlo si no están de acuerdo.
Todos guardan silencio, nadie se ánima y marcharse.
Director: -¡Váyanse ya, mañana volvemos a los ensayos!
SEGUNDA ESCENA Todos se marchan del escenario, el director de la orquesta se encuentra cabizbajo en una silla… Director: -No puedo creerlo cómo voy a lograr encontrar las partituras más tristes de mi anhelada melodía, es imposible, tal vez nunca las pueda encontrar, lo mejor sería dejar todo y seguir componiendo cosas alegres, aunque las condiciones de la humanidad no lo permitan. El director ha perdido la vigilia, se encuentra dormitando en su silla.
Aparición de Mefistófeles: Los cansancios de un ideal trastocado por los infortunios de la realidad precipitan la aparición de un demiurgo siempre solicitado por los tocados de la maldición. Mefistófeles entra paulatinamente al estudio y a la mente de Werther, su maquillaje delata la personalidad escatológica de un rostro conocido por todos y por nadie. Camina lentamente hacia donde se encuentra el inerte director. Se para frente a él, con su lúgubre traje negro que denota los más íntimos misterios de los planteamientos fáusticos. Director: -¿Quién eres tú, qué haces aquí? Mefistófeles: -Soy la materialización de tus deseos, y la oscuridad de tus aporías que, solamente yo puedo cumplir, no te alarmes Werther, no te alarmes estoy aquí para ayudarte, para darte las partituras de la pieza más triste.
Director: ¿Pero cuál es tu nombre? Mefistófeles: -Tú puedes conocerme como Voland, Belcebú, el demiurgo de la oscuridad o incluso como Mefistófeles, como lo prefieras Werther. Director: -Entonces eres el ayudante de Satanás. Mefistófeles: -Evidentemente, pero solamente yo puedo darte esas partituras, y creo que es muy bueno para tomar un atajo hacia tus sueños. Piénsalo Werther, tendrías las más tristes partituras de la historia de la música, nunca nadie podría dejar de recordarte con tanta admiración. -Mañana regresaré mientras duermes a la media noche, y me dirás tu respuesta.
Desaparece Mefistófeles estrepitosamente del escenario. Werther se recupera del sueño tormentoso y queda aturdido.
Los ensayos siguen con la orquesta, sin embargo las partituras no son las más tristes, siguen siendo sólo melancólicas, el director se exaspera una y otra vez, grita, discute y se desvanece por no poder encontrar lo más triste. Werther se encuentra decidido. Esta misma noche aceptará la propuesta de Mefistófeles, si él le puede dar las partituras más tristes, entonces no importa cuál sea el castigo.
Es la medianoche, los estrepitosos rayos del futuro contrato hacen más fúnebre la noche, Werther espera en la silla los designios de su destino. Mefistófeles ha llegado ya no hay marcha atrás, la condena está a punto de iniciar. Mefistófeles: -¿Qué has decidido Werther, aceptas las partituras? Director: -¿Qué tendría que darte a cambio?, ¿Cuál sería el precio que tendría que pagar por esa partituras? Mefistófeles: -El precio, no es ninguno, simplemente quiero que cuando la melodía sea entonada una persona se suicide con ella, entonces su alma me pertenecerá, y tú no tendrás ninguna repercusión, eso es todo lo que pido, si aceptas, entonces te entregaré las partituras ahora mismo Werther. ¿Aceptas? Werther: -No lo sé, y ¿quiénes serán los suicidas? Mefistófeles: -Eso dependerá de los asistentes, dependerá del mundo, es decir depende de la tristeza que exista en el mundo cuando se entonen las partituras, si no hay tristezas e injusticias entonces no habrá suicidio porque no habrá decadencia humana Werther. Werther: -Acepto Mefistófeles, dame las partituras. Mefistófeles: -Las tienes Werther, son tuyas para crear la melodía más triste.
El trato se ha consumado, no hay marcha atrás, Mefistófeles se marcha con la noche y Werther despierta con las partituras en su mano.
CUARTA ESCENA El director llega con las partituras al ensayo. Werther: -Hoy vamos a ensayar la pieza más triste de la historia, tomen las partituras de sus instrumentos, ahora sí vamos a tocar. La orquesta revisa las partituras y comienzan su interpretación. (De fondo se encuentran imágenes proyectadas por el cañón que denotan tristeza, amargura y maldad en el mundo, bombas, enfermedades, envidias, etc. cada que se toque la pieza aparecerán las imágenes de tristeza del cañón) QUINTA ESCENA Ya han ensayando bastante la pieza es hora de tocar frente a un auditorio. Por fin ha llegado la noche de la presentación, comienzan a tocar la pieza, hasta que de pronto una persona se suicida estrepitosamente. Las partituras han realizado su cometido mencionado por Mefistófeles, cada que se escuche la pieza alguien se suicidará. (Imágenes de la persona trabajando en exceso, siendo esclavo de la presión y el estrés, también es importante discutir cuál será el performance del suicidio de las dos personas que salen del público)
SEXTA ESCENA (ESCENA FINAL) (Regreso del Flash back) Anciana: -Pasaron varias funciones y continuaban los suicidios, la época era cruda, la tristeza era excesiva, acababa de pasar la segunda guerra mundial, y el clima entre los humanos era de zozobra. Músico joven: -¿Y qué paso después? Anciana: -El músico no pudo más y se suicidio, era mucho el dolor que tenía en su interior, la tristeza no se marchaba del mundo, por el contrario seguía la decadencia del hombre, por lo tanto, continuaban los suicidios. Por lo que Werther se suicidio. Anciana: -Desde entonces las partituras se le conocen con el nombre “Las partituras de Werther” y ningún músico se atreve a tocarlas hasta que el mundo recobre la consciencia sobre su decadencia y la falta de razón sobre sus acciones. Cuando regrese la razón en sentido de equilibrio y justicia, seguramente las partituras de Werther regresaran; sin embargo, hoy no es el momento indicado señoras y señores.
ENDE