Este grupo de maestras de E. Infantil participó en el taller escribiendo el siguiente texto con las cartas que fueron eligiendo de una baraja un poco alocada cuyos mensajes eran... “A todas horas” “Una bombona de butano” “Un astronauta” “Mirándose al espejo” “Se transformó en lo que no era”
“A todas horas, Perico el bucanero soñaba ilusionado con ser astronauta. Ante los ojos de los demás, era un hombre bajito, gordito, calvo, narigudo, bonachón y orejón. Estaba triste y frustrado y se sentía impotente. Pensaba que con esas cualidades nunca superaría las pruebas físicas tan duras de la NASA ¡Porque vaya cuerpo que tenía Perico! Un día, en su reparto diario de butano, se encontró con una bombona diferente a las demás. Era de color azul, con tres asas, ligera, alargada, con una ruleta y un tubo. Cuando se acercó para mirarla vio unos ojos que lo observaban y una voz que cantaba: “La bombona cuando besa, es que besa de verdad..” Muy asombrado con lo ocurrido siguió con el reparto, que para él era lo primero, dejó la extraña bombona para el final.
Petri Castaño Simón Ascensión García Soriano Concepción Medina Cortés Luisa Chiclana García
Al llegar a su casa, con gran curiosidad, pretensión examinarla, pero volvió a cantar: “No me toque las palmas que me conozco”. Perico, atónito, no daba crédito a lo que estaba oyendo: -¡Oh! ¡Una bombona que canta! Y se volvió a acercar. La bombona no le dejó terminar. - No sigas. Sé cuál es tu sueño y puedo ayudarte a conseguirlo. Sólo tienes que coger un pelo del Dragón Malandrín, la verruga de la bruja Piruja, tocarle la cabeza al gigante Elegante, quitarle un pendiente al elefante Dumbo, leerte un cuento de Pulgarcito y comerte un puchero de la receta de la abuela Marcela. Cuando realices todas las pruebas vuelve a mí. Armado de valor y coraje, realizó una prueba tras otra y, al volver a casa y mirarse al espejo, se dio cuenta de que algo
había cambiado en él. Había superado sus miedos y se sentía capaz de cumplir su sueño. Lleno de valor y de ilusión, se presentó ante la bombona; tan agradecido estaba, que la besó y se transformó en o que no era y siembre había querido ser: UN ASTRONAUTA DE CABEZA A LOS PIES. Antes de iniciar su deseado viaje, decidió contar su historia a todos los que le conocían. Tan maravillosa les pareció, que le ayudaron a construir su cohete. Por la autopista, llegaron a un descampado. Todo el pueblo iba con él para despedirlo. Perico reflejaba en su rostro gran emoción y alegría. “Adiós con el corazón…”-le cantaban todos, además de contar: “10, 9, 8, 7…”. Y el cohete despegó hacia el espacio y, desde entonces, todos se acuerdan de lo que pasó y esperan ansiosos el regreso de Pedro”.
Texto original en papel: