Cabe destacar que las 7 palabras de Jesús fueron en la cruz, el momento decisivo del hombre. El cuerpo lacerado de Jesús, la sangre fluyendo y la turba enardecida de sus ejecutores eran el panorama que el Señor veía colgado desde su cruz. A ellos vino, a salvarlos, en cambio lo estaban matando. Escrito estaba todo, pero vivir lo que ya estaba designado era totalmente diferente, nadie puede explicar el dolor inmenso que tuvo que sufrir, hasta sentirlo en carne propia. Pero Jesús guardaba fuerzas no para condenar o vengarse, sino para perdonar.
1. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Primera Palabra
El amor que siente hacia nosotros es tan grande que se ve reflejado en esta expresión, donde el egoísmo no se hace presente, y la justificación por nuestra ignorancia al cometer tan cruel error. ¿Podemos perdonar al que nos entrega? ¿Podemos amar a nuestros enemigos? ¿Le pedimos a Dios que perdone a quien nos ofende? Es más probable que no, en algunos casos lo podríamos considerar, y decir o creer que hemos perdonado ¿pero olvidado? A lo mejor; sin embargo Jesús además de salvarnos nos deja tan noble enseñanza difícil de imitar, pero imposible de no admirar. Tan corta pero tan significativa fue la primera frase que Jesús dijo en la cruz dejando un mensaje claro y profundo.
Segunda Palabra
2. De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Esta frase se dio porque el ladrón reconoció a Jesús, al hijo de Dios, el Mesías, se dio cuenta que era el momento para limpiar su espíritu, y aunque su vida haya sido miserable, se arrepintió en el momento preciso, lo cual hace que su alma se salve, y Jesús le confirma su salvación, después de tanto dolor injusto y sufrimiento, Jesús esta consiente que al acabar esto el estará el paraíso y recibe al ladrón para que sea parte de esta dicha al ver que su arrepentimiento era de verdad.
3. Mujer, he ahí tu hijo... He ahí tu madre.
Tercer Palabra En la tercera frase Jesús, nos entrega podríamos decir que de una manera simbólicamente a María como la madre de todos, y a su vez como la interceptora que sirve como puente de comunicación con Dios. Ya que Jesús nunca negó ni negaría algo que su madre le pidiera; María una mujer pura, virgen, humilde, llena de amor y servicio a los demás a quien le atravesaron espadas en su corazón por los dolores inmenso que tuvo que sufrir por ver a su único hijo, quien mas que una madre para sentir lo del hijo y sufrir por él, y no entender como podían matar a alguien que los había ayuda tanto
4. Eli, Eli, lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, porque me has desamparado?
Cuarta Palabra
En esta frase habla con desaliento, sintiendo a un Padre que se apartaba para no ver a su hijo sufrir hasta la muerte; Jesús de naturaleza divina se hizo hombre para salvarnos, obedeciendo siempre a su padre y respetando su voluntad, sin embargo en su oración en el huerto le pidió que si podía le evitará tal agonía; pero tenían que cumplirse las escrituras, y en ese momento en la cruz siente desfallecer y que su padre se ha ido
5. Tengo sed.
Quinta Palabra Pero sabía que preferiría morir antes que vivir sin nosotros; clavado por las manos y los pies, en su frente una corona no de oro o plata como es digno, sino, por una de espinas hiriente, pidió a quienes lo tenían ahí que le den agua porque tenía sed pero ellos que equivocados, le dieron vinagre y se burlaron de el, cuantas veces nos burlamos de el y no vemos a Jesús en el rostro de tantas personas que tienen sed de justicia de una vida más digna, y damos vinagre, mirando con indiferencia el dolor ajeno
6. Consumado es.
Sexta Palabra Ya el momento estaba cerca y el cordero debía derramar toda la sangre para lavar los pecados, no había cordero no existía animal, hoy estaba derramando la sangre a quien se le rendía el sacrificio. Derramo hasta la última gota de su sangre diciendo lo que el diablo temía escuchar, todo esta consumado la misión de Jesús en la tierra estaba realizada las escrituras habían sido cumplidas
7. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Séptima Palabra
Y para finalizar la victoria sobre las potestades y huestes de maldad encomendó su Espíritu al Dios Padre y todopoderoso dicho esto espiró y murió. Estas fueron sus ultimas palabras, llenas de paz y entrega al señor, pero eso no acabo ahí porque al tercer día resucitó entre los muertos y desde entonces el está siempre con nosotros, ya no lo vemos pero tenemos la convicción y la confianza que el esta aquí y nos acompaña siempre.