La sexualidad temprana en la adolescencia: salud y estado emocional. Los mitos, tabués y falta de comunicación con los adolescentes respecto a la sexualidad son los causantes de ver chicas embarazadas, jóvenes con VIH o infecciones de trasmisión sexual. Transcripción de consecuencias de las relaciones sexuales temprana edad Las consecuencias de tener sexo a temprana edad no es tanto las enfermedades si no que por causa de un embarazo no deseado se pueden truncar los sueños que teníamos y ya no nos realizaremos como habíamos imaginado y con respecto de que a que edad se recomienda tener una vida sexual activa según los médicos dicen que después de los 20 años es lo mejor pero en si no hay una edad ideal como para empezar a ser sexualmente activo sino que se tiene que tomar en cuenta lo preparados que estemos para enfrentar una nueva vida no tanto por el sexo sino por lo que puede suceder sino planeamos si queremos o no un hijo en ese momento tengamos la edad que tengamos ya sean de 15 asta 50 años no todos tenemos la madures para sobrellevar con nuestras acciones. Hoy por hoy, la vida sexual de los adolescentes empieza a una edad más temprana. La edad promedio de la primera relación sexual en adolescentes de países desarrollados fluctúa, en el caso de los hombres, entre los 9 y 13 años; mientras que la edad de las mujeres variar entre los 11 y 14 años, según cifras de la Unicef. Iniciar precozmente la actividad sexual durante la adolescencia, no solo tiene como riesgo principal el embarazo o el contagio de enfermedades de transmisión sexual, sino que también puede ser causante de futuras disfunciones sexuales durante la adultez. La actividad sexual en una edad temprana también puede afectar la estabilidad matrimonial y económica futuras. Entre mujeres de treinta años; al menos la mitad de las mujeres que eran sexualmente activas durante la temprana adolescencia tienen posibilidad de estar en matrimonios no estables; comparadas con aquellas que esperaron hasta iniciar sus veinte años para tener sexo. La temprana actividad sexual también es unida para la pobreza maternal. Las muchachas que se hacen sexualmente activas durante la temprana adolescencia son tres veces tan probablemente para hacerse madres solteras que las que permanecen abstinentes a lo largo de sus años adolescentes. Casi el 40 por ciento de las muchachas que comienzan la actividad sexual en años 13 o 14 dará a luz fuera del matrimonio, comparado al 9 por ciento de los que permanecen abstinentes hasta iniciar los de años veinte.Muchachas adolescentes, sobre todo, son fisiológicamente vulnerables a estas infecciones, y la temprana actividad sexual aumenta el riesgo de infección. Relaciones sexuales y consecuencias Las estadísticas muestran que los riesgos son altos y confirman que los jóvenes no suelen ir bien preparados en su primera relación sexual. Entre los riesgos más destacados: Embarazo no deseado. Enfermedades de transmisión sexual (SIDA, etc.). Experiencias adversas que conllevan actitudes negativas hacia su autoestima, seguridad, confianza, e incluso, hacia su futura vida sexual. Algunas de estas experiencias se realizan sin preparación alguna, bajo los efectos del alcohol, drogas, etc. acentuando los efectos negativos. Conclusiones
1 de cada 4 Más de 1 de cada 4 adolescentes que dieron a luz tenía entre 15 y 17 años; por lo general, antes de terminar la escuela secundaria superior.
1700 Casi 1700 adolescentes de 15 a 17 años dan a luz cada semana.
27 % 1 de cada 4 (27 %) muchachas adolescentes de 15 a 17 años ha tenido relaciones sexuales.
Los nacimientos de bebés en adolescentes en los Estados Unidos han disminuido durante los últimos 20 años hasta llegar al mínimo nivel que se haya registrado. Sin embargo, aún más de 86 000 adolescentes de 15 a 17 años dieron a luz en el 2012. Tener un bebé en la adolescencia se ha relacionado con mayores riesgos médicos y con costos emocionales, sociales y financieros para la madre y sus hijos. Convertirse en una mamá adolescente influye en si ella terminará la escuela secundaria superior, en si irá a la universidad y en el tipo de trabajo que tendrá, especialmente en el caso de las adolescentes de 15 a 17 años. Hay mucho que hacer todavía para prevenir que las adolescentes se embaracen, sobre todo en el ámbito de la atención médica. Los médicos, el personal de enfermería y otros profesionales de atención médica pueden:
Proporcionar servicios confidenciales, respetuosos y culturalmente adecuados que satisfagan las necesidades de los pacientes adolescentes.
Alentar a los adolescentes que no son sexualmente activos a que sigan sin tener relaciones sexuales.
Ofrecer a los adolescentes sexualmente activos una amplia variedad de métodos anticonceptivos y alentarlos a que usen los más eficaces.
Aconsejar a los adolescentes acerca de la importancia del uso del condón para prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH y el sida.
Problema Muchas adolescentes dan a luz entre los 15 y los 17 años. Más de 1 de cada 4 adolescentes que dan a luz tiene entre 15 y 17 años.
Las adolescentes hispanas, de raza negra no hispanas e indoamericanas o nativas de Alaska tienen tasas de natalidad más altas.
Solo el 38 % de las adolescentes que dieron a luz a los 17 años o menos se había graduado de la escuela secundaria superior antes de cumplir los 22 años frente al 60 % de las adolescentes que tenían 18 años o más cuando tuvieron un bebé. En las adolescentes que no habían dado a luz, el 89 % se había graduado de la escuela secundaria superior. Los adolescentes sexualmente activos necesitan tener acceso a métodos anticonceptivos eficaces y económicos.
Los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC, por sus siglas en inglés) — como los dispositivos intrauterinos (DIU) y los implantes hormonales— son los métodos
reversibles más eficaces. Estos métodos no requieren tomar una píldora todos los días ni hacer algo antes de cada relación sexual.
Nueve de cada diez muchachas adolescentes de 15 a 17 años (92 %) usaron un método anticonceptivo la última vez que tuvieron relaciones sexuales, pero solo el 1 % utilizó un anticonceptivo reversible de larga duración. Los métodos que se usaron con más frecuencia son los condones y las píldoras anticonceptivas. Hay maneras eficaces de prevenir el embarazo en las adolescentes de 15 a 17 años.
Cerca de 8 de cada 10 muchachas adolescentes (83 %) no recibieron educación sexual antes de haber tenido su primera relación sexual. Proporcionar educación sexual antes de que comiencen a tener relaciones sexuales puede fortalecer los esfuerzos de prevención.
Más de 7 de cada 10 muchachas adolescentes (76 %) hablaron con sus padres acerca de métodos anticonceptivos o de la abstinencia sexual. Los padres tienen un rol muy importante en ayudar a los adolescentes a tomar decisiones saludables acerca del sexo, la sexualidad y las relaciones.
Más de la mitad de las adolescentes sexualmente activas (58 %) fue a una cita de salud reproductiva en busca de servicios anticonceptivos en el último año. Los médicos y el personal de enfermería pueden aprovechar esta oportunidad para hablar acerca de las ventajas y desventajas de los distintos métodos anticonceptivos y de la importancia del uso del condón en cada encuentro sexual.
Lo que se puede hacer
Elabora y evalúa programas en las comunidades que tienen las mayores cantidades de nacimientos de bebés en adolescentes.
Apoya a los estados en sus esfuerzos para reducir la cantidad de embarazos, los nacimientos y los abortos entre los adolescentes
Trabaja para mejorar la salud y el bienestar social de los adolescentes a fin de lograr el objetivo nacional de la iniciativa Gente Saludable 2020 de reducir el embarazo en las jóvenes de 15 a 17 años.
Los médicos, el personal de enfermería y otros proveedores de atención médica pueden:
Alentar a los adolescentes a que pospongan el inicio de la actividad sexual.
Alentar a los adolescentes sexualmente activos a que tengan en cuenta los métodos anticonceptivos reversibles más eficaces. Se pueden utilizar como referencia las directrices de los CDC.
Adaptar las citas para los adolescentes al ofrecer un horario de atención conveniente, y servicios confidenciales, respetuosos y culturalmente adecuados.
Hablar acerca de cómo usar los condones de manera correcta cada vez que se tengan relaciones sexuales para prevenir las enfermedades de transmisión sexual — incluidos el VIH y el sida— incluso si se está usando otro método anticonceptivo.
Hablar acerca del desarrollo físico, emocional y sexual normal con los adolescentes y sus padres.
Los padres, los tutores legales y las personas a cargo pueden:
Hablar con los adolescentes acerca del sexo, incluido lo siguiente: El desarrollo sexual normal, y cómo y cuándo decir "no" a las relaciones
o sexuales.
o
Cómo tener una relación mutuamente respetuosa y honesta.
o
El uso de anticonceptivos, si tienen relaciones sexuales, y el uso del condón cada vez que las tengan.
Saber dónde están y qué están haciendo los adolescentes, en particular después de clases.
Estar atentos al uso de las redes sociales y la tecnología digital por parte de los adolescentes (p. ej., celulares, computadores, tabletas).
Los adolescentes pueden:
Saber que tanto ellos como sus parejas comparten la responsabilidad de evitar un embarazo y resistir la presión de los amigos o conocidos para empezar a tener relaciones sexuales y esperar hasta que sean mayores.
Hablar abiertamente sobre temas de salud sexual con sus padres, otros adultos en los que confíen y sus amigos.
Consultar a un proveedor de atención médica para aprender sobre los métodos anticonceptivos más eficaces y usar uno de ellos, y utilizar los condones de manera correcta cada vez que tengan relaciones sexuales.
El amor no tiene edad, dicen. Pero el sexo y las personas sí, por eso los que se atraen y se llevan muchos años de diferencia, suelen reflexionar mucho antes de pasar de su condición de amantes a pareja estable.Aunque los tiempos en los que el hombre debía ser mayor para proveer una vida económicamente desahogada, y la mujer más joven para asegurar una larga descendencia han pasado a la historia y Hollywood, las estrellas de rock –con la facultad de ser siempre rebeldes, incluso en silla de ruedas– y los escritores nos den muestras de que lo que importa no son los años, sino el número de operaciones de cirugía estética que uno esté dispuesto a pagar, lo cierto es que este tipo de relaciones tienen pocas posibilidades de sobrevivir. Y las estadísticas así lo confirman.Uno de los estudios más famosos realizados al respecto, fue el que elaboró Andrew Francis y Hugo Mialon, profesores de la Universidad Emory, en Atlanta (EEUU). El sondeo aplicado a 3.000 norteamericanos sostenía que, si la diferencia de edad en la pareja es solo de un año, ésta tiene un 3% de posibilidades de divorciarse, en comparación con otras de la misma edad. Para las que se llevan ya cinco años, el tanto por cierto asciende a 18, y con 10 años entre uno y otro, aumenta a un 39%. Cuando el bache generacional es ya de 20 ó 30 años la cosa no pinta bien, ya que según estos investigadores hay un 98% de posibilidades de que todo se vaya a la porra. Más bien antes que después.Claro que si hay una predicción en la que es imposible fallar es esa que pronostica que una pareja, tarde o temprano, acabará separándose. Casi siempre llega un momento en el que la música deja de sonar, luego llega el silencio y, si nos quejamos de él es solo para echarlo de menos cuando lo que empieza es el ruido. El problema en estas relaciones es que no siguen esta típica cronología, sino que tienen la suya propia. En ellas el tiempo no es lineal sino que se asemeja más al concepto de Einstein, una magnitud relativa que varía en función de quién y bajo qué circunstancias la mida. Para empezar, si uno se enamora de alguien mucho mayor o más joven debe saber que habrá etapas de su vida que no podrá compartir con el otro; y puede que algunas se las salte o que las viva dos veces, en un afán por complacer a la pareja.Hay también que tener en cuenta que el desequilibrio producido por la edad no solo es cuantitativo sino cualitativo, dependiendo del momento vital en que se esté. Es decir, si uno tiene 28 años y el otro 39, puede que entonces no se note demasiado la diferencia; ya que ambos miembros se sitúan en el mismo escenario: la juventud. Pero, los 11 años parecen agrandarse cuando, por ejemplo, ella tiene 45 y él 56; y se harán cada vez más evidentes, conforme pase el tiempo.Otros fantasmas que rondan a este tipo de parejas son los de la infidelidad, cuando el miembro más joven vea que sus expectativas sexuales no son plenamente satisfechas; y la predicción, muy probable, de que el benjamín del dúo acabe convirtiéndose en cuidador/a a una edad demasiado temprana. La democracia en estas uniones es todavía más endeble que en el mundo real, ya que la persona de más edad y su mayor conocimiento y experiencia suelen situarlo en una posición de dominio.La frecuencia de los encuentros sexuales, su duración y los juegos que hay en ellos también se verán afectados por la fecha que aparece en
nuestro carnet de identidad; pero hay una buena noticia para los que aspiran a ganarle la batalla al tiempo. Como apunta Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona y directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, “ahora mismo se prefiere como pareja sexual a alguien experimentado que a uno muy joven. Es cierto que el impulso sexual en los hombres alcanza su nivel más alto entorno a los 18 años, cuando los niveles de testosterona son más elevados; y para la mujer se situaría entre los 20 y 26. Pero la madurez biológica no se corresponde con la sexual, ya que hemos descubierto que el sexo no es algo instintivo sino que requiere de un aprendizaje. Y éste necesita tiempo”.Según los expertos, la sexualidad viene determinada por tres variables: la biológica, la social (cómo la cultura dicta la manera en que, supuestamente, se debe vivir la sexualidad) y la psicología (la versión personal que cada uno va construyendo).“Es cierto que con la menopausia las mujeres pueden padecer molestias, como la falta de lubricación; y que los hombres con la edad empiezan a manifestar problemas de erección, pero ésta es solo la dimensión genital de la sexualidad, que es mucho más rica”.Cuando él es mayor. Sugar daddies y lolitasCulturalmente, esta combinación ha gozado siempre de la aceptación popular, excepto en casos en los que la diferencia de edad es excesiva, porque el cine ya se encargó machaconamente de normalizar esta situación con galanes eternos que enamoraban a jovencitas. La juventud de los hombres es mucho más larga que la de las féminas, sus canas más interesantes y sus arrugas les proporcionan carácter. Si aún así, el hombre llega algún día a alcanzar la vejez, su juventud pasa entonces a medirse por el grado de frescura de su acompañante. Existe también lo que se conoce como ‘erótica del poder’. Nunca he entendido muy bien el concepto pero yo lo definiría como una variante del Síndrome de Estocolmo. Es decir, me voy con alguien por su dinero y poder y, para edulcorar la situación, me autoconvenzo de que realmente lo hago por su irresistible sex appeal. Con esto no quiero negar la posibilidad del amor entre un hombre mayor y una mujer más joven, o viceversa; pero, seguramente, éste habrá brotado por diversos motivos.El principal escollo que se presenta en este tipo de relaciones es el hecho de que con los años, es muy probable que el desempeño sexual del hombre disminuya. Estratégicamente, es más fácil solucionar este problema cuando ella es mayor que él –bastan toneladas de lubricante–, pero en el caso del hombre, las disfunciones eréctiles puede suponer un problema para las relaciones coitales, aunque existen soluciones puntuales.
Sin embargo, según Francisca Molero, “muchas mujeres pueden disfrutar de la diferencia de edad –si ésta no es excesiva– incluso en el sexo, ya que con los años la respuesta sexual del hombre se va ralentizando e igualando a la de la mujer, de naturaleza más lenta. A menudo, el vigor de la juventud lo sustituyen muchos varones con la experiencia, con un mayor cuidado por los detalles, con un menor grado de mecanicismo en la cama y con un ingrediente plus de sensualidad. Estar con una mujer más joven anima también a muchos a empezar a cuidarse más y mejor. Hacer deporte, llevar una dieta más sana y pedir ayuda cuando la necesitan”.El Graduado (1967) fue una de las primeras películas en plantear una situación por entonces inusual, la de la mujer madura que mantiene relaciones con un joven recién licenciado. Basada en la novela del mismo nombre, de Charles Webb, la
cinta ganó un óscar además de cinco candidaturas más, entre ellas la de Anne Bancroft como mejor actriz y la de Dustin Hoffman como mejor actor. En 1996 fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.Claro que hoy no hubiese levantado tanto revuelo puesto muchas estrellas del celuloide y la música se han encargado ya de popularizar este modelo de pareja; si no en la gran pantalla, donde no siempre es viable, si en su vida privada. Aunque, todavía al hombre maduro y solvente que sale con una jovencita se le considera, simplemente, un tipo que tiene lo que se merece; mientras al joven acompañante de una sesentona se le califica de gigoló y a ella no siempre se la ve como afortunada, sino como alguien que ha tenido que pagar un precio, ya que por si misma, nunca lo hubiera conseguido.Años atrás, las agencias matrimoniales evitaban aceptar a mujeres mayores de 45 porque sabían que resultaría muy difícil conseguir candidatos para ellas. Como me comentó hace tiempo Mary Balfour, responsable de loveandfriends.com, una de las agencias en Internet con más presencia en Europa, “las cosas han cambiado. Por supuesto que siempre habrá hombres que quieran salir con mujeres 20 ó 30 años más jóvenes, pero los que buscan una relación estable actúan de forma distinta. Incluso a muchos no les importa que ella sea mayor”.¿Qué busca un joven en los brazos de una mujer madura? Según Molero, “muchos valoran la experiencia y, como en el caso de las mujeres, puede que ésta vaya también acompañada de una cierta estabilidad económica o poder.La transgresión, con toda la carga erótica que eso conlleva, añade aventura y morbo a la relación. La mayoría de este tipo de parejas empiezan de forma clandestina y tienen su propia salida del armario. Muchas mujeres no están seguras de la acogida que tendrá la noticia de que salen con alguien 20 años más joven, en su círculo familiar y social. Este tipo de uniones mejora mucho la autoestima femenina, ya que la mujer se siente deseada; proporciona un sexo fresco y espontáneo, aunque en algunos casos las relaciones coitales pueden proporcionar algo de dolor. Especialmente, si ella padece de sequedad vaginal y él es muy fogoso. Y con el tiempo, si la pareja dura, es muy posible que se plantee el tema de los hijos, con el consiguiente problema de que la mujer ya no está en edad de concebir”. Sin responsabilidades emocionales, sin explicaciones previas ni posteriores, sin vínculos amorosos, de eso se trata el conocido sexo “casual” o “sin compromiso”. Una práctica que muchas mujeres y hombres deciden llevar a cabo, para no comprometerse con su pareja sexual más allá de la intimidad y mantener su independencia. Este hábito consiste en tener encuentros sexuales con desconocidos o amigos, sin mantener ningún tipo de lazo amoroso. Al respecto, expertos han planteado una serie de ventajas y desventajas que puede traer al interesado, las cuales van a depender de lo consciente que se encuentre la persona de la práctica y lo que implica.VentajasMás de 370 jóvenes fueron encuestados por especialistas de la Universidad de Cornell y la Universidad de Nueva York para estudiar los privilegios del sexo casual. Esta investigación no sólo reveló que la práctica puede aumentar la autoestima, el bienestar y traer diversos beneficios psicológicos en las personas, además descubrió otras ganancias.Antes de señalar los resultados, el estudio advierte que si bien trae felicidad tal comportamiento, no funciona igual para todos, pues “a algunos les queda mejor que a otros”.El primer beneficio tiene relación con la ruptura de la rutina. Quien practica el sexo sin compromiso, no tiene la obligación de dar explicaciones de dónde o con quién está, tampoco tiene la responsabilidad de mantener comunicación diaria con su pareja sexual ni de salir con ella.En tanto, las citas se transforman en salidas nocturnas, almuerzos o cenas que antepondrán al encuentro sexual que vendrá después.Otro beneficio, es que el sexo “libre y abierto”, permite que la persona siga siendo autónoma de su vida amorosa. O sea, que puede mantener relaciones sexuales casuales mientras espera a alguien que realmente le interese en un plano más profundo.Además, respecto a los beneficios psicológicos, la investigación aseguró que quienes tienen una vida sociosexual activa tienen mayores niveles de autoestima y menores niveles de depresión y ansiedad que quienes no lograron consumar sus encuentros.DesventajasPero obviamente no todo es positivo para quienes acostumbran al sexo ocasional. Si la persona no tiene claro o no está seguros de qué tipo de relación quiere llevar más
adelante con su pareja sexual, sentirá todo lo contrario a lo planteado en el punto anterior.Es por eso que el portal Journal of Sex Research, delimitó en un estudio como primera desventaja que algunos individuos pueden sentirse aún más tristes o vacíos “a la mañana siguiente” después de tener relaciones. Es por eso que el “sexo casual” no es para todos, si no, sólo para quienes están claros de sus intenciones.En la investigación concluyeron que luego del sexo, para quienes no estaban seguro, probablemente los niveles de depresión y estrés aumentarán considerablemente. Es por eso, si la persona se encuentra en una etapa de alta sensibilidad emocional y busca obtener sexo casual para desestresarse, no alcanzará la satisfacción si no que, más bien, enfrentará episodios de ansiedad y pensamientos autodestructivos.Otra de las mayores desventajas es el arrepentimiento. Este efecto puede ir de la mano con la culpa, que normalmente aparece después del acto, o en el peor de los casos, el eventual enamoramiento de la persona con su pareja sexual.ETAPAS DEL DESPERTAR SEXUAL EN LOS CHICOS Y LAS CHICAS"La pubertad es una etapa de profundos cambios tanto físicos como emocionales y sociales para los adolescentes. Y muchos de esos cambios están provocados, precisamente, por la aparición de mayor interés sexual en sus vidas". La experta en adolescentes Victoria Toro clasifica en cuatro las etapas del despertar sexual y brinda consejos para los padres y las madres.1. ENAMORAMIENTOS PLATÓNICOSLa sexualidad todavía no ha irrumpido en la vida de los niños y las niñas. Es la etapa en la que chicos y chicas prepúberes o en el comienzo de la pubertad se enamoran perdida y platónicamente.La madre y/o el padre deben mantener con ellos una comunicación fluida. No reporcharles esos amores platónicos ni pretender que no tengan lugar. Se les pasará en un breve período.2. AUTOEROTISMOEn la mayoría de los casos, los niños y niñas en la primera etapa de su adolescencia comienzan a tener deseos sexuales que satisfacen con el autoerotismo, con la exploración de sus propios cuerpos.Lo primero que necesita saber la madre y/o el padre es que la masturbación es normal en el desarrollo de los niños y las niñas. También es importante que entiendan que ellos tienen derecho a su propia intimidad, siempre que se respeten las reglas de la casa. Es fundamental que a partir de esta etapa estén siempre dispuestos a hablar con sus hijos sobre sexualidad y que se aseguren de que los adolescentes tienen la información que necesitan para su edad. Hablar con ellos con naturalidad sobre la masturbación puede ser muy útil, sobre todo para las niñas y los niños que lo viven con una cierta sensación de culpabilidad que puede ser negativa para su desarrollo sexual.3. DESCUBRIMIENTO DE LOS OTROSChicas y chicos empiezan a sentir deseo sexual por algún amigo o amiga. Surgen, también en este momento, los primeros enamoramientos o emparejamientos.Como esta es la etapa previa a que los adolescentes se hagan sexualmente activos con otros adolescentes, los padres deben asegurarse de que tienen información fiable y adecuada sobre cómo pueden evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Pero también es importante que en la educación sexual integral que se les trasmita haya información sobre lo que son los actos sexuales, sobre la necesidad de respetar a la pareja y sus deseos y sobre el componente emocional de las relaciones sexuales. 4. INICIO DE LA VIDA SEXUAL ACTIVALos adolescentes comienzan a tener relaciones sexuales entre los 16 y 17 años en la mayoría de las sociedades.Como en las etapas anteriores, lo importante es que la madre y/o el padre estén disponibles para ellos. Ocuparse de si la información sobre sexualidad que manejan es correcta y saludable y, en caso de que no lo sea, aportarles la información que necesiten. También es conveniente que conozcan a las parejas de sus hijos.