La Seguridad Un Derecho

  • December 2019
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  • Pages: 2
La Seguridad: Un Derecho Hasta no hace muchos años atrás, los bomberos nos protegíamos ingenuamente del humo de los incendios con una toalla húmeda sobre nuestra cara. Quienes vivimos esa época debemos reconocer que no pensábamos demasiado en los riesgos que ese humo podía acarrear a nuestra salud. Por otro lado, no era mucho lo que podíamos hacer, ya que no había recursos para comprar equipos de respiración autocontenida, que eran costosos y muy escasos en nuestro medio. Sin embargo hoy en día nos costaría imaginar el trabajo bomberil sin un equipo de respiración o sin botas de seguridad, guantes y protector facial. ¿Pero qué cambió entonces en estos 10 años? ¿Por qué en esos entonces la clásica y recordada toallita blanca sí era suficiente para proteger nuestra salud e integridad? La respuesta es simple. Al pasar el tiempo la Prevención de Riesgos y la Seguridad del Personal, comenzó no solo a escucharse con bastante más frecuencia, sino que además poco a poco se fue convirtiendo en una exigencia. Los voluntarios crearon conciencia del riesgo oculto inherente a su actividad, que en el mediano y largo plazo podía provocarles graves enfermedades. La capacitación y la experiencia de países desarrollados, nos fueron convenciendo que el invertir en estos equipos de protección, no sólo nos daba una mayor seguridad personal, sino que permitía asegurar con bastante más facilidad, que el objetivo de la actividad (extinción, rescate, etc.) sería más fácil de lograr, asegurando que nuestros recursos humanos no serían distraídos en nuevas situaciones de emergencia ocasionadas esta vez por nosotros mismos (al convertirnos en parte del problema). Dicho de otra forma, no quisimos seguir rescatando a nuestros propios compañeros del interior de un incendio por haber sufrido principio de asfixia. Ya bastante teníamos con el incendio y sus propias víctimas. Así fue como algunas Compañías comenzaron a cambiar su forma de trabajo. Al principio fue difícil, ya que se veía bastante extraño que en el mismo incendio trabajaran codo a codo voluntarios con equipos autónomos y otros con solo una toalla blanca. No les será difícil creerme que lo que menos se decía de estos bomberos es que eran unos exagerados. ¡Qué vueltas tiene la vida! Es decir después de tantos años, ver a todos los voluntarios en la zona caliente con sus equipos de respiración autocontenida, ¡ya no es una exageración! Nadie puede pasar por alto ni criticar nuestro legítimo derecho a protegernos. Quien estando a cargo de una unidad no cuide por la seguridad de su gente es un irresponsable y quien no cuide de su propia seguridad es un temerario. Ninguno de

los 2 debería formar parte de nuestras filas. Hay quienes preferimos llegar a ser longevos exagerados, ya que de héroes y de irresponsables está lleno el cementerio. Andrés Maggio 24/2/99

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