La Puerta Del Infierno

  • November 2019
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  • Words: 3,067
  • Pages: 5
vicente mas e-mail: [email protected]

la puerta del infierno no es la comunidad valenciana una de las zonas de espa�a mas dada a la magia negra, el esoterismo y las leyendas, pero como es l�gico, eso no significa que carezca de ellas. una de las mas conocidas tiene su origen en un pueblo del interior, en la zona monta�osa pr�xima a cheste y lleva el mismo titulo que esta historia (o mejor, esta historia tiene el mismo titulo que la leyenda). cerca del pueblo existe un lugar que da origen e la leyenda. por ese lugar corre un r�o, peque�o como todos los de la provincia, y en un determinado momento encuentra en su cauce un desnivel de unos cuatro metros, lo que da lugar a una cascada, como consecuencia de la cual se forma una especie de estanque, como los que existen en otros muchos r�os y que son aprovechados para tomar el ba�o. sin embargo en el caso que nos ocupa nadie se atreve a ba�arse en �l, cosa que por otra parte esta prohibida. en este lugar el r�o alcanza una profundidad desconocida y sus aguas forman unos grandes remolinos, lo que hace peligroso el ba�o. adem�s de todo ello ocurre algo curioso y es que las aguas en este lugar est�n mas calientes que en el resto del r�o. todos estos hechos, absolutamente ciertos, son los que han dado lugar a la leyenda. seg�n esta las aguas alcanzan tal profundidad que llegan al mismo centro de la tierra, hasta los mism�simos infiernos y es esta profundidad lo que provoca los remolinos, y es tambi�n ese contacto con las calderas de pedro botero lo que ocasiona el calentamiento de las aguas. siempre seg�n la leyenda, este agujero es una de las puertas que utilizan los diablos para salir a la superficie para tentar a los hombres y para hacer el mal. el paraje, por supuesto, tiene el mismo nombre que esta historia. centr�ndonos ya en esta, ruego a mis lectores que hagan un peque�o esfuerzo mental y me acompa�en a dar un paseo por el pueblo en una tarde-noche del mes de agosto de 1954. en este momento esta cayendo sobre el lugar una de esas tremendas tormentas de verano, tormenta acompa�ada de un gran aparato el�ctrico. pero gracias a la impunidad que nos proporciona el papel, ni yo, ni aquellos que me acompa�en en el paseo, nos mojaremos. al llegar al pueblo por la carretera de cheste vemos a mano izquierda un edificio no demasiado grande, a pesar de lo cual es uno de los mayores de este peque�o pueblo. el edificio tiene grandes ventanas de cristal y esta rodeado de un amplio patio de tierra. sobre la puerta de entrada vemos un cartel donde s lee: "escuela". enfrente de este nos encontramos con otro edificio, en cuya fachada ondea la bandera nacional y bajo ella, y sobre la entrada del edificio, un cartel que reza "todo por la patria". estamos ante la casa cuartel de la guardia civil. la peque�a guarnici�n del pueblo se reduce al cabo comandante de puesto y a seis guardias civiles, aunque mejor deber�amos decir, tres parejas una vez sobrepasado el colegio y la casa cuartel, entramos ya en una de las calles del pueblo. es una calle empedrada y empinada y, como todas las del pueblo, van a dar a la plaza. al llegar a esta vemos que en su centro hay una fuente que constituye el principal proveedor de agua del pueblo y, al lado de esta, hay una especie de balsa donde abreva el ganado. presidiendo la plaza existe un gran edificio porticado sobre cuya entrada hay dos banderas, la nacional y la de las j.o.n.s.. sobre estas banderas un rotulo nos anuncia que estamos ante la "casa consistorial". pr�cticamente frente a ella vemos unas puertas de cristal que dan acceso a la �nica tienda del pueblo, tienda en la que podemos encontrar un poco de todo, desde un apero de labranza, hasta un juguete para los ni�os y art�culos de alimentaci�n, pasando por la escasa prensa que llega al pueblo (levante y

provincias, los dos peri�dicos locales) e incluso alguna novela, especialmente las de cor�n teclado para ellas y de marcial lafuente estefania para ellos. en unos de los edificios que cierran la plaza por sus laterales vemos otro edificio "oficial". se trata de la "oficina de correos y tel�grafos" y es tambi�n la central telef�nica del pueblo, es decir, el lugar donde se encuentra el �nico tel�fono. adem�s de todo ello este local es tambi�n la taberna y sobre su mostrador podemos certificar una carta o tomarnos una copa de "soberano". una vez hemos conocido el pueblo, continuamos con nuestro paseo para conocer a sus m�s importantes habitantes. probablemente debido al mal tiempo tan solo nos encontramos por las calles con paquillo. es un hombre de unos 35 a�os, aunque su mente se detuvo al alcanzar los catorce. a el no parece importarle mucho eso, as� como tampoco las burlas y las bromas pesadas de sus paisanos, pues paquillo tiene muy asumido, desde hace tiempo que �l es "el tonto del pueblo". en vista de que no encontramos a nadie mas, decidimos abandonar las calles y entrar en la taberna. efectivamente encontramos en ella a las llamadas "fuerzas vivas del pueblo". sentados ante una mesa, con sus respectivos vasos de buen vino del lugar, se encuentran "echando una partidita al domino" el cura, el cabo de la guardia civil, el maestro y el practicante, pues dado lo peque�o del pueblo, las autoridades provinciales consideraron que no era necesaria la presencia de un medico. mientras cada uno de ellos trata de soltarse el "seis doble", otros dos personajes les observan. uno de ellos, con aires de saberlo todo, esta apoyado en la barra ante una copa de co�ac. se trata de braulio, aunque ahora ya nadie, excepto el cura, le llama as�. ahora todos le llaman "se�or alcalde". sentado en una silla al lado de los jugadores, esta nuestro ultimo personaje. se trata de jaime, el hijo del se�or juan. el se�or juan es el hombre mas rico del pueblo, suya es la tienda, de la que suministra a la cantina, y suya es tambi�n la posada del pueblo llamada eufem�sticamente "gran hotel de la sierra". adem�s, durante la guerra civil fue compa�ero del actual jefe provincial del movimiento y su afiliaci�n a falange es conocida de todos. en resumen, y para aclararnos, es el cacique del pueblo. jaime tiene muy claro quien es su padre y sabe que el d�a de ma�ana �l ocupara su puesto, por lo que parece ir haciendo practicas de mando. adem�s de la fortuna de su padre, jaime es un muchacho joven fuerte y atractivo, lo que hace que todas las mozas del pueblo vayan tras �l, cosa que, por supuesto, le llena internamente de orgullo, aunque jamas lo exteriorice, sino que muy al contrario, las trata a todas con un cierto aire de desprecio. como en el caso del alcalde, tambi�n es el cura, el �nico que, tras la autoridad que le otorga la sotana en una espa�a oficialmente cat�lica, se atreve, aunque en muy raras ocasiones, a llamar la atencion a juan y a su hijo. mientras una partida de domino tiene lugar, existe una ley no escrita, que dice que "los mirones se callan y dan tabaco". por supuesto jaime no respeta ninguno de estos dos preceptos. no se calla por que es incapaz de dejar de pavonearse y no da tabaco porque no fuma, excepto cuando le dan. -me estoy aburriendo- dice- espero que venga paquillo y nos podamos re�r un rato. -seguramente- contesta el cura- estar� dando una vuelta por el pueblo. no me extra�a, pues yo en su caso tambi�n preferir�a la lluvia a tener que aguantarte a ti. -pues con este tiempo le va a coger una pulmon�a- dice en el practicante muy en su papel de t�cnico en la materia. -mientras solo sea una pulmon�a lo que le coja- r�e jaime. -� de que estas hablando?- pregunta el cura- �qu� mas le puede coger? -ya sab�is lo que se cuenta por el pueblo- continua riendo jaime- a ver si va a salir alg�n diablo por la puerta y se lo va a llevar. �qu� har�amos aqu� sin �l?. no tendr�amos ning�n entretenimiento y tendr�amos que buscar a un tonto nuevo. -no digas esas cosas ni en broma- le reprende el cura -vamos padre- contesta el maestro- �no me ira usted a decir que se cree esas tonter�as?. adem�s, seg�n creo, la iglesia condena la superstici�n. -claro que la condena- contesta el aludido- pero la existencia del diablo no es una superstici�n, sino un dogma de fe y al igual que creo en dios creo en satan�s.

-pero de eso a decir que los diablos salgan a la tierra va un abismo -�c�mo cree usted que nos tientan entonces?. igual que dios tiene poderes, tambi�n satan�s los tiene, aunque mucho menores, por supuesto que los del alt�simo. esa es la posibilidad que dios le dio para podernos tentar y ponernos a prueba, como hizo con el mism�simo jes�s en el desierto. -ya esta bien de supercher�as padre- le reprocha jaime- �qu� quiere asustarnos a todos?. le aseguro que conmigo no va a poder. -al final voy a tener que poner una pareja en la puerta. y si la pongo que se cuiden muy mucho esos diablos de salir- r�e el cabo. -hac�is mal en reiros de estos temas hijos. el poder de sat�n es muy grande -pues a mi no me asusta nada. ya quisiera yo ver a uno de esos diablos ante m�. le iba a demostrar quien es jaime poveda, el hijo de se�or juan. como acompa�ando a estas palabras de jaime, un tremendo rel�mpago cruza el cielo, y al mismo tiempo se abre la puerta de la taberna empujada por un nuevo personaje que hace su aparici�n en ese instante. la fuerza de la luz del rel�mpago, en contraste con la escasa luz del interior, hace que solo pueda distinguirse la silueta del forastero, pues de eso se trata. es un hombre alto, cerca de los dos metros y que viste una capa que se ensancha con el viento de la tormenta. cuando la luz del rel�mpago cesa, podemos ver el resto de sus caracter�sticas f�sicas. es delgado, con unas largu�simas y flacas piernas, metidas en un pantal�n de buenas hechuras. su cara acompa�a al resto de su cuerpo, pues mas que delgada en una cara seca, chupada, con unos p�mulos muy marcados. la mand�bula parece estar antes que el resto de su cara, as� es de puntiaguda. pero lo que m�s llama la atencion son sus ojos, unos ojos negros y profundos, tan profundos que m�s que puestos en su cara parecen estar clavados en ella. si dirigir la palabra a nadie, el forastero se acerca a la barra y pide un vaso de leche muy caliente. si cualquiera de los habitantes del pueblo se hubiera atrevido a pedir eso, se hubiera visto sometido a las risas y burlas de jaime, pero la impresi�n causada por el reci�n llegado es tal, que nadie se atreve a decir una sola palabra. pasada esa primera y fuerte impresi�n todo parece volver a la normalidad. la partida se reanuda y la conversaci�n continua en el mismo punto en que hab�a quedado, y de nuevo jaime recupera toda su chuler�a y sus aires de superioridad, burl�ndose de la leyenda y de todos los que creen en ella. en un determinado momento el forastero se acerca a la mesa y con gran educaci�n pide perd�n por interrumpir tan apasionante partida. -no he podido dejar de escuchar lo que hablaban y veo que tu, jaime, eres un muchacho muy valiente y que no temes a nada. -�c�mo sabe usted mi nombre? -pues... no s�. supongo que alguien te habr� llamado por �l durante tan interesante conversaci�n. -creo que se equivoca, me parece que nadie ha dicho mi nombre -de cualquier forma no era eso lo que quer�a decirte- ahora el tono educado del forastero parece desaparecer- he visto a lo largo de mi vida a muchos como tu. son muy valientes ante una mesa y delante de sus amigos, pero cuando realmente se les pone en un apuro y no tienen la protecci�n de su papa, no son nadie. -oiga amigo, no le consiento que me diga eso. me da igual quien sea y a lo que haya venido a este pueblo, pero conmigo y aqu� no se mete nadie. -lo ves, a eso me refer�a, nadie se mete contigo "aqu�", por miedo a la ira de "papa". pero me pregunto que pasar�a ante alguien a quien no le importase quien es tu padre. nervioso jaime, pues sabe que lo que dice el forastero es absolutamente cierto, se vuelve hacia el cabo. -haga usted algo cabo, �no ve que me esta insultando? -perdona jaime, pero no puedo hacer nada, pues este hombre no ha cometido ning�n delito. de cualquier forma- dice volvi�ndose al visitante- no me gusta su tono ni sus maneras y, efectivamente, esta insultando a un habitante de este pueblo. el ser de la capital no le da derecho a tener esos aires. -lo ven- continua el forastero sin inmutarse. ya hemos llegado donde yo quer�a, y

pido perd�n si alguien se ha sentido insultado. no era esa mi intenci�n, pero quer�a provocarte jaime para que vieras que mucha gente del pueblo piensa que es cierto lo que he dicho. he venido a darte la oportunidad de que demuestres lo contrario. demu�strales que, efectivamente, no temes a nada y acomp��ame a dar un paseo. -�d�nde quiere que vayamos?. primero le acompa�are donde quiera y luego le partir� la cara por insultarme. -ja, ja- r�e con ganas el forastero- �d�nde va a ser el paseo?. indudablemente al lugar del que estabais hablando. a la puerta del infierno. al o�r aquello la cara de jaime cambia de color torn�ndose p�lida. una cosa son las bromas con los del pueblo y otra cosa es ir al lugar, ahora que ya ha anochecido y con el tiempo que hace, que parece el mas propicio para todo tipo de hechicer�as. -bueno, yo le acompa�ar�a y no tengo inconveniente en hacerlo. pero ahora y con este tiempo podr�amos resbalar por el monte y hacernos da�o. �no cree usted que ser� mejor esperar a ma�ana por la ma�ana? -si claro, en pleno d�a y con toda la luz del sol. as� cualquier moza del pueblo ir�a. el reto es demasiado fuerte y jaime sabe que si no lo acepta su reputaci�n se va a ver claramente da�ada. y aunque nadie se atreva a meterse con �l, por miedo a su padre, las miradas y las sonrisas que pueden acompa�ar a partir de ahora sus paseos por el pueblo, son peores que todos los comentarios. -esta bien- dice- le demostrare que no temo a nada. vamonos ahora mismo. -magnifico. sabia que no me fallar�as y que serias un autentico valiente. el forastero pone unos de sus brazos sobre los hombros de jaime y riendo con el casi le empuja al exterior de la taberna. tan pronto ambos abandonan el local la tensi�n desaparece y es el maestro el primero que comienza a re�r. -parece que se ha encontrado con la horma de su zapato. ya era hora de que alguien le pusiera en su sitio. -iba "cagadito" de miedo- r�e el cabo- de milagro que no me ha pedido la pareja. -al final- corrobora el practicante- no ha tenido mas remedio que ir con �l -vamos se�ores, no se�is crueles. es cierto que el muchacho merece una lecci�n, pero no es caritativo que nos riamos as� de �l- a�ade el cura mordi�ndose la lengua para no soltar las carcajadas que se esta aguantando. poco a poco la conversaci�n va cambiando y vuelve a ser absolutamente normal. de nuevo todos se centran en "ahogar" el seis doble, excepto quien lo lleva y cuando finalmente la partida concluye la reuni�n se disuelve y cada cual regresa a su casa.

unos golpes suenan en la puerta del dormitorio del cabo de la guardia civil. este se incorpora y mirando el reloj ve que es la una de la madrugada. esta hora en un pueblo donde la gente se levanta y se acuesta "con las gallinas" es una hora absolutamente intempestiva. el cabo se levanta malhumorado de la cama y pregunta quien llama. a trav�s de la puerta alguien dice: -a sus ordenes mi cabo, soy el guardia de puerta. el sr. juan esta aqu� y dice que tiene que verle con urgencia. al escuchar el nombre del cacique, el cabo da un salto de la cama y, r�pidamente viste su uniforme y baja a su despacho. el se�or juan esta inquieto porque su hijo aun no ha vuelto a casa. el cabo le cuenta lo que ha ocurrido en la taberna y el cacique le pide, casi lo ordena, que le acompa�e con una pareja hasta la puerta del infierno para ver que ha ocurrido.

como es normal en esta epoca del a�o la tormenta ya ha pasado y la luna llena brilla en el cielo con todo su esplendor, alumbrando el caminar del grupo que ha salido en busca de jaime. al llegar a su destino no parece haber rastro de nadie, hasta que uno de los guardias de la pareja descubre en el barro unas huellas de pisadas que parecen corresponder a dos personas. las huellas se dirigen hacia la balsa y desaparecen al llegar a ella. la fuerte luz de la luna se refleja en el agua y, junto a los remolinos, forma extra�as figuras de formas caprichosas que en ocasiones recuerdan a figuras reales. esta noche una de estas figuras recuerda a una cara extremadamente delgada con dos profundos ojos que m�s que estar en ella parecen clavados en el rostro. lo que seria la boca de esta cara parece esbozar una sonrisa cruel. a su lado las formas caprichosas del agua forman otra cara, la cara de un joven aterrorizado. ene ese momento se escucha un profundo grito, un grito que al decir de nuestros protagonistas no ha sido mas que el viento al rozar entre las rocas, pero ellos, que han estado all�, saben que el grito ha salido de las profundidades de la puerta del infierno

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