LA ODISEA.
CANTO 1
LOS DIOSES DECIDEN EN ASAMBLEA, EL RETORNO DE ODISEO APARTE: (...) Así diciendo, ató bajo sus pies las hermosas sandalias inmortales, doradas, que la suelen llevar sobre la húmeda superficie o sobre tierra firme a la par del soplo del viento. Y tomó una fuerte lanza con la punta guarnecida de agudo bronce, pesada, grande, robusta, con la que domeña las filas de los héroes guerreros contra los que se encoleriza la hija del padre Todopoderoso. Luego descendió lanzándose de las cumbres del Olimpo y se detuvo en el pueblo de Itaca sobre el pórtico de Odiseo, en el umbral del patio. Tenía entre sus manos una lanza de bronce y se parecía a un forastero, a Mentes, caudillo de los tafios. (…)
Homero esde un azul y profundo paraje una ráfaga de viento se mueve con gran ímpetu hacia la tierra, que se muestra fantástica y de colores enérgicos, envolviendo como en arrullos una blanca y brillante luz que encierra la faz de una hermosa doncella de ojos grandes y deslumbrantes. Desde un PLANO PICADO se sigue al personaje. Su brillo se expande y deja vislumbrar una silueta que poco a poco se hace nítida y deja entrever la belleza de ATENEA que con sus rubios y largos cabellos, y vestimenta que evoca a la antigua Grecia, levita en el firmamento acercándose recelosa pero erguida hacia la suelo. Se escucha de fondo música clásica orquestal y la escena se muestra ahora desde un PLANO GENERAL.
D
Sus largas piernas se envuelven en una cinta de oro que se mueve como danzando al compás de sus pasos y terminan en sus sandalias brillantes como el sol, aunque sencillas como es la verdadera belleza. ATENEA se inclina para atarlas y lanza una profunda mirada que se entremezcla con una ondeante brisa marina que se vislumbra en el horizonte y que ondula sus cabellos y vestido. La toma sigue sus movimientos de arriba abajo con un PLANO DETALLE y la música empieza a hacerse vibrante. La brisa prontamente se convierte en tormenta y cambia el azul claro del cielo en un azul profundo delineado por nubes grises y sonidos de tormenta fondo de música orquestal, todo como el preámbulo de un gran rayo que estremece todo el paraje y se entierra a los pies de ATENEA dejando una lanza como una extensión de su relámpago. El ángulo de la cámara ahora empieza a hacerse CONTRAPICADO Tal lanza se materializa en cobre reluciente, mostrándose robusta e intimidante desde una perspectiva de CONTRAPICADO en un PLANO AMERICANO. ATENEA la
toma con sus dos manos dejando ver cuán pesada esta es y la levanta en seña de poder, al mismo tiempo que el cielo se estremece y la tierra vibra. De fondo el cielo aun estremecido muestra imágenes de movimientos rápidos de las nubes, relámpagos y viento que mueve su cabellera y vestido. Aunque aun se encuentra levitando nunca se muestra inestable, sus pies reposan en una niebla poco espesa que se muestra en perspectiva desde el firmamento hasta el piso. Paso tras paso ahora llega al suelo y al pisarlo su grandeza y fuerza se demuestra en el peso que exhibe al hacer temblar un poco la tierra y levantarla como polvo, aunque nunca se muestra burda sino al contrario fina y delicada en su caminar. Poco a poco disminuye su colosal tamaño y la toma cambia de perspectiva a PLANO GENERAL y se muestra como una mortal más. Cambia el plano a primerísimo y muestra sus ojos brillantes que mantienen una mirada penetrante y fija, mientras su faz cambia abrumadoramente y aparece un hombre, también hermoso, corpulento y bronceado que ostenta una vestimenta blanca con adornos de oro al igual que sus sandalias. La cámara se aleja y muestra un MEDIO PLANO, de fondo la música se hace calma. Cambia el PLANO A GENERAL. Este forastero camina con tal seguridad que nadie puede ignorar su llegada y las miradas se posan en él conforme se va acercando al pórtico de un palacio impetuoso de grandes y esculpidas columnas, bellas estatuas de dioses y entre estas la de ATENEA misma. Dentro del palacio se ofrece un banquete de carne y vino que personajes desaliñados y rollizos disfrutan sin modales ni mesura, personas llevando y trayendo vino y comida van de un lado al otro del salón central y un ambiente de verbena, baile y embriaguez se acentúa conforme nuestro hombre se adentra. Ahora de fondo el sonido inicial va haciendo transición con el sonido ambiental del salón. Entre la gente TELÉMACO reconoce la excelencia del forastero y cruza por en medio de la gente para saludarle. En su paso por el salón ve, en PLANO FIGURA, con desagrado las escenas que obesos y vulgares hombres personifican: glotonería, embriaguez, descaro e imprudencia. Esto lo asquea pero sigue su caminar hacia el hombre que con una mirada le muestra que lo espera. Al llegar TELEMACO, PLANO PRIMERÍSIMO en el forastero ya que sus ojos brillan y pasa una brisa tal como en su forma de ATENEA dejando que TELEMACO se cuestione acerca de su identidad, su saludo aunque formal es algo fraternal, como si se conociesen de antaño y empiezan a cruzar algunas palabras a modo de secreto, PLANO CONJUNTO. El forastero se va y conforme se aleja va desapareciendo entre la niebla marina, TELEMACO en una esquina de la toma pensativo lo observa, todo esto desde un PLANO GENERAL FIN