LA NATUROPATIA O MEDICINA NATURAL ¿CÓMO SE ADAPTA LA NATUROPATIA AL PROPIO MODO DE VIDA? Como la mayoría de las terapias alternativas, la naturopatía implica que cada persona se responsabilice de su estado de salud y realice los cambios necesarios que requiere el tratamiento naturopático. El paciente debe modificar el equilibrio de su modo de vida, por ejemplo, descansando más tiempo o haciendo más ejercicio, introduciendo variaciones en sus hábitos alimentarios hasta conseguir un cambio en su nutrición. También debe observar su grado de estrés en relación con su profesión y entorno sociofamiliar. Lógicamente, todo esto implica un serio compromiso y dedicar más tiempo a la salud en general. La medicina natural es una filosofía activa y por lo tanto será necesario adaptarse de alguna manera a un nuevo modo de vida. No es una opción fácil, pero el naturópata está ahí para dar apoyo, coraje y hacer entender lo que se propone. El terapeuta intenta explicar los procesos que intervienen en cada tratamiento, para que el paciente entienda fácilmente los cambios o reacciones que puedan ocurrir. Muy a menudo la crisis curativa es mal interpretada por el paciente, la seguridad con la que el terapeuta la notifique tendrá un valor fundamental, reforzando la confianza del paciente en el naturópata. La naturopatía no es una terapia curativa instantánea, y los tratamientos pueden durar semanas, meses. Sin embargo con la naturopatía manual se suelen apreciar notables resultados a corto plazo. INTERACCIÓN CON OTRAS TERAPIAS O MEDICINA CONVENCIONAL La medicina natural o naturopatía se complementa muy bien con otras terapias alternativas, ya que proporciona un buen estado de salud y devuelve a las personas la responsabilidad de su tratamiento. Además, esta terapia puede mejorar sus efectos combinada con otras. Por ejemplo, la fitoterapia (terapia con plantas), la aromaterapia (terapia con aromas – floral) se puede usar para fortalecer determinados sistemas del cuerpo y para tratar ciertos aspectos que no han respondido de forma correcta al tratamiento natural. Así se puede tratar el cuerpo de una manera mucho más profunda para prevenir la reaparición del problema. La reflexoterapia (terapia por los reflejos) también funciona muy bien con la naturopatía. El tratamiento natural proporciona los elementos indispensables para vivir saludablemente, mientras que la reflexoterapia estimula los poderes curativos inherentes al cuerpo. Con la ayuda de las flores de Bach potenciaremos el efecto de la reflexoterapia, igualmente nos ocurrirá con la auriculoterapia. Algunas personas, pueden notar que, cuando cuidan el aspecto físico de su vida mediante la naturopatía, les es muy útil tratar el aspecto emocional con la ayuda de la psicoterapia. Creo que ambas terapias se complementan positivamente. También podemos recurrir a la gemoterapia, para desbloqueos emocionales que a posteriori puede complementarse con la psicología. La osteopatía y los diferentes quiromasajes, forman parte integral del proceso de normalización del cuerpo y son practicados por la mayoría de los naturópatas. La acupuntura, al igual que la auriculoterapia y la homeopatía se pueden practicar después de establecer una sólida base de salud mediante la medicina natural. A menudo, debido a la pobre calidad de los alimentos actuales, la naturopatía por sí sola no es capaz de restablecer la salud, por lo que se precisa seguir otras terapias complementarias. Para aquellas personas que no tienen el nivel de disciplina requerido por el tratamiento, resultarán más beneficiosas y adecuadas otras terapias de tipo más pasivo, como la homeopatía o la acupuntura. Con la medicina natural o naturopatía, individualizamos los tratamientos, cada paciente requiere “su medicina”, se le dedica el tiempo necesario para cernir el problema e
iniciar una terapia resolutiva. Con paciencia, intentando comprender la situación del paciente y dedicación se pueden obtener resultados óptimos. Desde la naturopatía manual que abarca las diferentes terapias como los quiromasajes, la auriculoterapia, la reflexoterapia, los estiramientos miofasciales, la gemoterapia, la digitopuntura y complementando estas con la fitoterapia, la aromaterapia , la homeopatía, el naturópata o médico naturista puede en todo momento recurrir a la terapia que más se adecue al paciente en ese preciso momento. Se pueden solicitar exámenes radiológicos, resonancia magnética, ecografías, analíticas, etc... La medicina natural o la naturopatía puede cubrir un vacío y cada día tiene más demanda. Como el médico de cabecera, el naturópata mandará realizar exámenes más completos si sospecha de una patología, es decir, una enfermedad que se puede identificar. Las medicinas convencional y tradicional se complementan para mayor beneficio del paciente. No se debe acudir a un naturópata por una fractura o una dislocación de un miembro, ni cuando precise cirugía después de un accidente, ni tampoco si quiere aliviar el dolor de una enfermedad terminal o precisa un fármaco fuerte tras un ataque al corazón. La medicina natural o naturopatía, es un término que comprende los mecanismos de autocuración del cuerpo, que se coloca automáticamente en armonía con la naturaleza. El hombre siempre ha usado la naturaleza para curarse, a menudo más por accidente que deliberadamente. La medicina natural que se practica hoy en día emplea los mismos principios curativos de la naturaleza que se utilizaban antiguamente, a saber; el ayuno para permitir que el cuerpo eliminase sustancias tóxicas, distintas plantas o alimentos para revitalizar varios órganos o sistemas corporales, el agua del mar, de las fuentes termales y de los ríos se han usado durante mucho tiempo para calmar dolores y ayudar a restablecer la vitalidad y el bienestar, la calidad de vida que se obtienen mediante la relajación y los diferentes masajes también se conocían y se practicaban en numerosas civilizaciones antiguas. En la actualidad, existe una tendencia a volver a estas verdades sencillas, simples y a la vez eficaces. Los primeros naturópatas se dieron cuenta de que la salud del hombre dependía de que estuviera en armonía con la naturaleza y el universo, por lo que recurrían a elementos naturales como el aire, el sol, el agua, los alimentos, el movimiento y el reposo para recuperar la salud. Cuatro mil años antes, Hipócrates, considerado como el padre de la medicina moderna, enunció dos de los principios fundamentales de la naturopatía al afirmar: "Deja que los alimentos sean tu medicina y deja que la medicina sea tu alimento"; también enfatizó el poder de la autocuración cuando dijo: "Sólo la naturaleza cura, siempre que se le dé la oportunidad". Durante los dos últimos siglos, muchos de nosotros hemos perdido contacto con estos ideales al devenir miembros de una sociedad industrializada y urbanizada, con los alimentos y el agua cada vez más envenenados y contaminados. Nuestra dieta está lejos de la utilizada por nuestros antepasados, que consumían vegetales naturales y crudos, frutas, frutos secos, granos y cereales ligeramente cocinados y, en ocasiones, carne y pescado. Hoy en día los alimentos que consumimos están demasiado refinados y repletos de aditivos químicos y, además, comemos demasiado. Sin embargo, ciertos cambios nos indican la existencia de personas conscientes de lo efectos negativos de este estilo de vida, que buscan y encuentran métodos alternativos para combatir estos problemas mediante la creciente demanda de alimentos biológicos, de medicinas suaves, técnicas de relajación… LA FILOSOFÍA La medicina natural se basa en el mismo principio básico que otras terapias alternativas, como la importancia de mantener la vitalidad del cuerpo, que conlleva la auto limpieza, la auto reparación y la autocuración. Este mecanismo funciona sólo si no se impide su proceso mediante el incontrolado y abusivo consumo de drogas y productos químicos.
El cuerpo está bien equipado para soportar distintos cambios internos, como la regulación hormonal durante el ciclo menstrual, o externos como los cambios de las diferentes estaciones. Poseemos un sistema de defensa excelente que ha evolucionado a lo largo de los siglos, pero, actualmente, lo estamos exponiendo a todo tipo de ataques, malas posturas, la perdida del tono muscular que se debilita por permanecer sentados demasiado tiempo, por la falta de ejercicio físico, lo que también ocasiona una deficiente circulación sanguínea y la acumulación de toxinas, el uso de drogas que ocultan los síntomas y conllevan efectos secundarios, la excesiva ingestión de estimulantes. Todos estos factores y otros muchos más, debilitan nuestras defensas y son responsables de producirnos las enfermedades. ¿CÓMO FUNCIONA? ¿Qué puede hacer el cuerpo para enfrentarse a estos problemas? El cuerpo posee varias maneras de contrarrestar o librarse de las enfermedades, como de sus síntomas, y el resultado final fortalece la salud. Aunque puedan ser molestas, son los mecanismos que tenemos para restablecer la salud, el cuerpo debe ser estimulado en lugar de reprimido. El cuerpo humano está capacitado para desarrollar fiebre, que aumenta el ritmo metabólico, así como la circulación de la sangre, de la linfa y, por lo tanto, elimina toxinas, los desechos orgánicos. Un aumento de la temperatura también crea un ambiente poco favorable para las bacterias. Por consiguiente, en el tratamiento naturopático es importante que la fiebre siga su curso normal. Este ejemplo demuestra que el malestar experimentado en un resfriado agudo es necesario para eliminar las toxinas del organismo, puesto que las sustancias irritantes, las bacterias y los virus estimulan la producción de secreciones hacia los puntos de salida más cercanos. Si no permitimos que se desarrolle este estado agudo, las toxinas se acumulan en el cuerpo y pueden llegar a destruir tejidos y órganos, lo que genera un estado crónico difícil de tratar. Otro principio de la medicina natural tiene relación con la naturaleza de la enfermedad, que es la manifestación de la fuerza vital cuando trata de eliminar del organismo cualquier obstáculo que impida su correcto funcionamiento. Por lo tanto, el naturópata intenta descubrir si la causa es química, mecánica o psicológica. Si la causa de una enfermedad es química, significa que existe un exceso de toxinas a causa de un mal funcionamiento de los riñones, los pulmones, el intestino, o por una mala circulación de los fluidos del cuerpo, como los linfáticos, debido a deficiencias o excesos en la dieta. Si existe un desequilibrio mecánico, puede deberse a posturas incorrectas causadas por el sedentarismo y esto puede conllevar una tensión en la columna vertebral que afecte a los nervios, al abastecimiento de sangre y a la circulación linfática. Una causa psicológica, emocional nos demuestra las características tan particulares de cada persona, y sobre todo, como le afecten en concreto determinadas situaciones de estrés en nuestras vidas. Nada de lo mencionado puede tener lugar aisladamente y por lo tanto, el naturópata se ocupa del cuerpo de una manera holística, como un todo y en su contexto ambiental. El entorno de la persona es sumamente importante a la hora de realizar una anamnesis correcta y precisa, influyen factores fundamentales en el patrón patológico, como la luz, el aire, la temperatura ambiental, el clima… Las respuestas de cada individuo a ese ambiente son fundamentales para el tratamiento. El naturópata tiene en cuenta el “conjunto global” del individuo e intenta encontrar la causa de la enfermedad, no sólo tratar sus síntomas y camuflar las dolencias.